domingo, 8 de noviembre de 2015

Un Thor para apreciar y atesorar.


      Journy into Mistery era una revista antológica de Marvel Comics en la cual durante sus primeros años, tras su relanzamiento a principios de los sesenta, aparecían distintas historietas de a lo más unas 13 páginas y en las que desfilaron varios de sus personajes, en especial aquellos que en tal momento no poseían colección propia.  Fue así como en su número 82, fechado en agosto de 1962, fue el debut de quien hoy en día es sin duda uno de los superhéroes más famosos de la llamada Casa de las Ideas: Thor.  Y es que basándose fuertemente en la mitología nórdica, el guionista Stan Lee apoyado por Jack Kirby y Larry Lieber en el dibujo (quienes también intervinieron en la escritura) crearon a este superhéroe que como ya era marca en la empresa, se transformó en una novedosa forma de presentar a estos personajes, a la par de que le insuflaron toda la riqueza mitológica a cuestas que traía la divinidad en la que se inspiraron.  Pues en pocas palabras, este Thor viene a ser el mismo de los viejos relatos nórdicos, dios guerrero del trueno, hijo de Odin y habitante de la ciudad celestial de Asgard; a la par de que en sus aventuras comiqueras, se convierte en uno de los principales protectores de la Tierra como superhéroe de origen divino (llamada Midgard en los ancestrales mitos de esta cultura, nombre usado asimismo en estas historietas).
      La génesis ficcional del Thor de viñetas es bastante conocida, en especial gracias a la película hollywoodense que toma buena parte de su historia oficial, para explicar su aparición en la Tierra.  Thor es el heredero al trono de su pueblo, una raza prácticamente inmortal perteneciente a otra realidad, los asgardianos, quienes debido a su contacto hace mucho tiempo con los pueblos nórdicos, originaron los viejos mitos de sus gentes.  No obstante pese a su derecho de nacimiento, el “joven” Thor (quien en realidad tiene miles de años) era un sujeto orgulloso y belicoso, para nada lo que deseaba el sabio de su padre, de quien en algún momento sería el monarca absoluto de su pueblo.  Por esta misma razón el “Padre de Todo” lo castigó, más bien para darle una lección de vida, y lo desterró a Midgard, de modo que aprendiera humildad y llegara a amar la paz, así como apreciar en mayor medida el valor de la vida (y más todavía por estar ahora entre mortales).  Ello llevó a Odín a hechizar el célebre martillo de su hijo, de nombre Mjölnir (tal cual las espadas de la tradición de otras culturas, que siempre llevan nombres ostentosos para designar su valor, tal cual Excalibur de la leyenda artúrica y las distintas espadas del Mio Cid), de tal modo que solo aquel que fuese digno de ella (es decir, con el espíritu suficientemente noble para ello) pudiese tomarlo y adquirir con ello los poderes del Dios del Trueno.  Fue entonces que el violento Thor fue despojado además de su memoria, convirtiéndose en un aparente hombre indefenso, cojo más encima, de nombre Donald Blake, quien pasó tiempo trabajando al servicio de la gente sin saber su verdadera identidad…Hasta que un viaje a las tierras de Noruega, lo llevó a vivir una aventura propia de un paladín como bien era y tras demostrar su positivo cambio, al encontrarse con una vara de madera, tras sostenerla y golpearla contra la roca, descubrió quién en realidad, ya que dicho pedazo de madera era nada menos que su poderoso martillo “disfrazado”.  Y así fue como pudo volver a ser Thor y enfrentar el peligro que amenazaba a su patria de adopción.  Al final y tras hacer las paces con su progenitor, el Dios del Trueno decidió quedarse en Midgard, para velar por su seguridad ante cualquier otra amenaza, cuidando de quienes lo necesitasen tanto como médico, como Thor.  Por años, tal cual muchos superhéroes, tuvo una doble vida, llevando ahora Mjölnir como bastón de madera en su faceta de simple humano y transformándose en Thor cuando la situación lo requiriera (cabe destacar al respecto, esta doble función suya como servidor de los desvalidos, debido a su papel de médico y dios/superhéroe, lo que le otorga una mayor connotación benigna, primero usando los conocimientos humanos dedicados a salvaguardar la vida y luego todo su poderío como inmortal ante todo tipo de enemigos).  Poco tiempo después, los eventos lo llevaron a conocer a otros justicieros de la Tierra, llegando a ser miembro fundador de Los Vengadores por largo tiempo.
Portada del debut comiquero de Thor.
      Los poderes de Thor, aparte de su longevidad y supuesta eterna juventud, implican una fuerza colosal que lo lleva a ser serio contrincante al mismísimo Hulk, si la ocasión lo amerita, siendo por ello uno de los seres marvelitas más poderosos.  También es resistente a cualquier clase de golpes, habilidad también conocida como invulnerabilidad, de igual manera puede respirar en el vacío y bajo el agua.  Ayudado por su fiel martillo es capaza de volar a gran velocidad, surcando extensiones increíbles, crear por medio de él vórtices a otros sitios, repeler ataques, producir campos de fuerza y otras maravillas, además de sus infaltables truenos y rayos.  A su vez lleva consigo otros artefactos que le otorgan habilidades, como su cinturón de fuerza y sus guanteletes. 
      En las viñetas de Thor cumple un papel fundamental su némesis, quien resulta ser nada menos que su hermano adoptivo Loki, también extraído como él de la mitología nórdica.  Este fue adoptado por Odín y su esposa Frigga, tras derrotar y matar a su verdadero padre, el líder de los gigantes de hielo, luego de una de las tantas rebeliones de estas criaturas contra los señores de Asgard. Llamado el Padre de las Mentiras, Loki es un sujeto inteligente, quien al no poseer su misma fuerza ha optado por hacer uso de su gran inteligencia, convirtiéndose en un maestro de la magia negra, con la cual manipular a su antojo a sus víctimas.  Pues bien, en un principio cuando ambos aún eran niños, tenían una relación armoniosa, no obstante al final el resentimiento de Loki por no ser destinado al trono de Asgard fue mayor y ello lo alejó del buen camino.  Entonces traicionó el amor de su familia y se dedicó de lleno a hacerle la vida imposible a Thor, a la par de tratar de conseguir la soberanía de Asgard, aliándose muchas veces con sujetos tanto o más retorcidos (y poderosos) que él.  Esta enemistad entre hermanos, fundada en el rencor de uno de ellos por su envidia, bien responde a viejos temas que hasta en el mito judeocristiano de Caín y Abel lo encontramos, convirtiéndose en otra faceta digna de interés a la hora de abordar y disfrutar los cómics sobre Thor, siendo además un conflicto varias veces tratado por los numerosos artistas, que han trabajo con este superhéroe.
     Existen otros cinco personajes, inmortales como él, ligados a su existencia y, por ende, a sus aventuras (bueno, aparte de su padre Odín).  Primero se encuentra la guerrera Sif, uno de sus dos grandes amores, quien debió ceder durante un periodo el señorío de su corazón, cuando Thor en su calidad de humano llegó a enamorarse de la enfermera (y luego doctora) Jane Foster.  Gran aliada suya frente al mal, llegó a desposarla, teniendo un hijo con ella.  Luego se encuentran los llamados Tres Guerreros, amigos inseparables, cada uno de ellos con una muy definida personalidad y aspecto, que los hace ser secundarios destacados en los cómics de Thor: el más carismático de ellos y, por qué no, entrañable, resulta ser el gigante (aunque no al nivel de sus acérrimos enemigos) Volstagg.  Gran amante de la comida, que lo hace tener una respetable panza, y de la batalla, es un sujeto alegre y amistoso, padre de varios niños, quien además le otorga al cómic el elemento humorístico, gracias a su especial forma de ser.  Luego le sigue el guapo Fandral, quien oficia de galán debido a su regio porte y caballerosa conducta, contrastando con el primero en una primera instancia, aunque no por ello deja de poseer similares dotes en la batalla.  Después le sigue el hosco, pero bien intencionado Hogun el Torvo, proveniente de otra tierra, que le otorga la apariencia de mongol y quien adora a la única hija de su amigo Volstagg.  Otro papel fundamental cumple el dios asgardiano Balder, tanto o más poderoso que Thor, quien carga un aire de dramatismo, que lo hace ser uno de los personajes más trágicos en las revistas dedicadas a su amigo y que además resulta ser medio hermano de Thor (puesto que durante un tiempo Balder estuvo muerto y esto lo remeció por completo).
    
Walter Simonson hoy en día.
El éxito de Thor en los cómics recuerda al de Daredevil, también de Marvel, ya que ambos títulos estaban de bajas y a punto de ser cancelados cuando fueron tomados por nuevos autores, jóvenes y llenos de ingeniosas ideas que insuflaron nueva vida a estos superhéroes, llevándolos a convertirse en verdaderos clásicos y obras de culto.  Si fue Frank Miller quien revitalizó al llamado Hombre sin Miedo, a Walter Simonson le correspondió llevar al personaje asgardiano, a un punto en el cual lo épico y lo sublime se fusionaron dentro del noveno arte, como hasta entonces no había sucedido.  Más encima la salvación ante el eminente cierre de las revistas de estos dos, ocurrió más o menos por la misma época, a principios de los ochenta, siendo los responsables de ello tanto dibujantes como escritores; por otro lado, ambos partieron primero como dibujantes en sus series y luego de probadas su valía, se les concedió la libertad absoluta para hacer lo que quisieran con sus respectivos encargos.  Después de todo si fracasaban nada se perdía, ante la decisión de la editorial de sacar del mercado tales títulos, no obstante sí sus experimentos argumentales funcionaban…Y ya sabemos cuáles fueron los afortunados resultados de estas apuestas de última hora.  En 1983 partió la etapa realizada por Simonson, en el número 337, colección que se extendió por casi 50 números y que hacia su finalización fue dibujada por Sal Buscema, si bien Walt seguía en los guiones; lo último, puesto que ante los excelentes resultados de su trabajo con Thor, se le encargó creara una nueva serie mutante, junto a su esposa Louise Simonson como guionista, Factor-X (por cierto, Louise es una eficiente autora, una de las pocas damas de grueso calibre dedicadas a este medio y que ha hecho un muy buen trabajo en una de las revistas de Superman para DC).  En pocas palabras y antes de pasar a comentar cada una de las sagas que realizó Simonson sobre Thor, su gran aporte fue complejo, pues primero creó personajes nuevos de gran peso dramático, luego hizo madurar al dios asgardiano, ante el hecho de asumir su responsabilidad como heredero al trono (alejándolo de su amada Midgard), concedió a los personajes secundarios sus propias tramas y que fue narrando con maestría a la par de los acontecimientos principales y, por último, le otorgó un tono heroico digno de las grandes epopeyas de la antigüedad, al mezclar sabiamente la mitología nórdica con las historias contemporáneas de superhéroes.   Por lo tanto, esta recordada etapa de Thor al cuidado del maestro Simonson, entrega al lector momentos inolvidables, de gran heroísmo, belleza, lirismo, lágrimas y risas.  Otro aspecto a destacar de este periodo en las historietas del Dios del Trueno, es su particular lenguaje, ya que en sus diálogos tanto este como otros personajes asgardianos y de otros lares, hablan con una belleza tal, que convierten el texto en toda una obra literaria; tal detalle porque su linaje corresponde a una tradición más bien propia de la nobleza, que de plebeyos guerreros y por lo tanto resulta primordial el uso de cierta etiqueta entre interlocutores.  A continuación un ejemplo de ello a través del siguiente diálogo entre Odín y otro personaje:

    “-Saludos, nobles enanos.  Cae la tarde y al viajero exhausto no le importaría compartir una fogata en buena compañía ¿Me aceptáis entre vosotros?
     - Bienvenido, Altísimo.  Por favor, aceptad nuestra cordialidad.
     - ¿Me conoces, Eitri?
     - Aunque solo tuviera un ojo, mi señor Odín, reconocería vuestro poder latente en plena oscuridad.  Y sabría que venís a buscarme con un propósito concreto y no para compartir una fogata. ¿Qué busca el Señor de Asgard en Nadevellir?
     - Tu destreza, Eitri, para una tarea que solo tú puedes realizar.
     - Venid, pues, sentaos junto a mí y decidme qué puede hacer un enano por los dioses”.

     ¿Y en qué consisten las historias de Thor ideadas por Walter Simonson? Pues bien, el autor desde las primeras viñetas a su cargo, dejó establecido que dentro de poco el Dios del Trueno y su gente se enfrentarían a una dura prueba, como quizás nunca antes fue visto en sus cómics, al enfrentarse a una fuerza primigenia tal vez más poderosa que él mismo y profundamente ligada a la mitología nórdica: el demonio Surtur y cuyo destino era provocar la destrucción del mundo (tal y como lo conocían las gentes de estos pueblos), a la par de la destrucción de los dioses.  No obstante, el desastre recién viene a concretarse tiempo después de comenzada la etapa de Simonson, aun cuando poco a poco todo va en dirección al llamado Ragnarok, es decir, el apocalipsis nórdico.  Por otro lado, el autor toma una drástica decisión a la hora de abordar al superhéroe divino, ya que se deshace de su otra mitad, o sea, elimina de los argumentos al doctor Donald Blake, de modo que de ahora en adelante las aventuras y desventuras del protagonista, giraran en su faceta como heredero al trono de Asgard y ya no más acerca de la dualidad mortal/inmortal (no obstante en honor a este Thor de los “primeros años”, en una emotiva historia corta entre medio y centrada en el caballeroso Fandral, Walt se despide de quienes apoyaron al dios cuando hacía de médico, en una muestra más de su talento como narrador).  No obstante le crea una nueva identidad humana, que sin dudas sirve para desarrollar otro tipo de narraciones al más épico estilo de su gusto.  Por tanto buena parte de la trama transcurre en Asgard, puesto que en Midgard Thor ya no tiene tanto compromiso, de modo que pocos serán los personajes mortales famosos que intervendrán (y de manera muy breve) en esta etapa: como Nick Fury y parte de los 4 Fantásticos (la Antorcha Humana y Mr. Fantástico para ser más precisos).  Es justamente durante esta nueva identidad del personaje, que Simonson le hace un pequeño homenaje en tono humorístico, a nada menos que Superman, primero a través de jocosos diálogos y luego mostrándolo en unas cuantas viñetas en su apariencia de Clark Kent.
    El primer gran personaje que crea el caricaturista en los números de su completa autoría, es Billy Rayos Beta, un alienígena modificado genética y tecnológicamente, para velar por su raza tras el desastre de su sociedad.  Pues en un viaje que debe hacer al espacio exterior, Thor lo llega a conocer y debido a confusiones ambos combaten entre sí, demostrando el extraterrestre con aspecto siniestro y equino (aunque poseedor de un gran corazón) ser un digno oponente suyo… ¡Y además ser el único hasta el momento de poder alzar el mismísimo martillo de Mjölnir! Ante esta sorpresa y tras otro enfrentamiento entre los dos, auspiciado por el propio Padre de Todo, se le concede a Billy el honor de obtener los mismos poderes del primogénito de Odín.  Por cierto, esta preciosa historia fue adaptada con excelentes resultados, en la serie animada de Los Vengadores de hace unos pocos años atrás.  Además, ante el atractivo del nuevo superhéroe, Simonson volvió a usarlo una y otra vez, ya que entre Billy y Thor se gestó una férrea amistad, a la par que por muy inaudito que parezca, entre Billy y dama Sift nace una especie de amor imposible.  Por cierto, en un capítulo de la serie animada de Silver Surfer del año 1999, apareció Billy Rayos Beta, aunque en una versión algo diferente, aunque siempre manteniendo sus rasgos heroicos.
     Luego de lo anterior, Thor se enfrenta a un monstruoso dragón en la Tierra, el cual viene a ser un antiguo enemigo, transformado en tal criatura por Odín y en castigo a sus fechorías como rey cruel.  Es tras la derrota de este villano, que tienen lugar dos eventos más destacables: primero la intervención de otro gran personaje nacido de la pluma de Simonson, la hechicera manipuladora de hombres Lorelei, también sacada de los mitos de antaño nórdicos.   Pues esta si bien apareció primero durante la saga anterior, llamada La Balada de Billy Rayos Beta, luego se hace pasar por humana, para conseguir la atención de Thor y más adelante, tras usar su magia, llega a dominarlo apoyada por el mismo Loki y quien también cae en su influjo.  A todo esto, Lorelei es vista durante la primera temporada de Agentes de S.H.I.E.L.D., en uno de sus mejores episodios. No obstante antes de la derrota de Lorelei, puesto que su trampa la gestiona Simonson poco a poco, tal como muchos de los acontecimientos aparecidos en esta etapa, Thor llega a conocer al último de los vikingos, en otro de los momentos más excelsos de este cómic.
    El otro gran villano orquestado por Walter, viene a ser el líder de los llamados elfos oscuros, Malekith el Maldito, el mismo ruin detrás del ataque a Midgard en la entretenidísima película Thor: Un Mundo Oscuro.  Bastante diferente en apariencia al mostrado en la citada cinta, en la historieta primero toma el papel de ser un servidor del demoniaco Surtur, ya que pretende abrirle paso para que este último pueda llevar a cabo sus planes de destrucción masiva; mas luego, una vez derrotado Malekith, tras su primer encuentro, vuelve a aparecer otra vez durante estos números.  La utilización con fines malignos por parte del elfo oscuro, del ominoso Cofre de los Antiguos Inviernos que aquí se aborda, fue revisitada en el mencionado programa de Los Vengadores, si bien para quien haya disfrutado de su versión original, por mucho que esta adaptación haya sido genial, puede echar de menos al mortal que fue importante para que Thor lograra vencer a Malekith (lo que muestra el valor del hombre común).
    Una vez Surtur consigue llegar a nuestra realidad, la contienda se realiza tanto en el mundo de los humanos, como en Asgard, cuando el astuto monstruo ígneo obtiene su cometido, de verse a las puertas de la tierra de los dioses.  De este modo en el campo de batalla, Thor se encuentra acompañado no solo por su gente, sino que también por otros defensores, teniendo que luego regresar a Asgard para la confrontación final con Surtur.  Ambas batalles son épicas, aunque es en la celestial ciudad donde el relato cobra sus mayores cuotas de heroísmo, ya que allí se le une nada menos que su hermano Loki y quien da muestras de un altruismo insospechado.  La victoria por parte de los justicieros se logra, si bien ello implica una terrible desgracia que pesará sobre Thor y los demás asgardianos.   También la recordada serie de Los Vengadores, contó con su propia adaptación de esta saga, capítulo tan formidable como los ya señalados.
      Poco antes de que se lleve a cabo la lucha entre dos fuerzas tan descomunales, Odín revela a los suyos el primer encuentro que tuvo de joven, junto a sus dos hermanos, con Surtur.  Las viñetas dedicadas a este recuerdo, son fieles herederas de los relatos clásicos de épico heroísmo, muy en la línea de los grandes mitos de viajes, pruebas y ejemplos de autosacrificio en pro de un bien superior.
     Tras los hechos acaecidos, la inmortal existencia de Thor se hizo insoportable y tuvo que pasar por su propio periodo de introspección, para conseguir algo de la tranquilidad que había perdido.  Es cuando una vez más Simonson, nos regala otro de los pasajes más bellos de su trabajo a cargo de la revista de Thor, cuando hace que este se encuentre con una antiquísima deidad benévola, incluso mayor que su amado padre.  La intervención del otro dios, lejos mucho más vigoroso que el propio Thor, se convierte en el bálsamo necesario para que el Dios del Trueno, vuelva a su hogar con el corazón en vías de sanarse por completo.
    Igualmente memorable y cargado de toda una gama de emociones, resulta ser la nueva “jugarreta” de Loki, quien convierte a su odiado hermano… ¡En sapo! Famosa es la imagen de un Thor haciendo de batracio y con su indumentaria característica; no obstante pocos son los afortunados en haber leído (y tener en su colección, como un humilde servidor) esta bizarra aventura y en la cual el heredero del trono de Asgard, demuestra que basta con la voluntad y un espíritu noble, para sortear hasta los más insospechados infortunios.  Asimismo el autor logra contarnos todo esto sin caer en la mera caricatura, pues no deja de lado con ello la faceta más épica del cómic. En la serie Ultimate Spiderman, esta historia tuvo su propia adaptación, bastante libre eso sí, no obstante igualmente recomendable.
    Retomando el arquetípico tema del viaje al Inframundo, Walter hace además que Thor visite Hel, el infierno nórdico, y allí una vez más se enfrente a la ama y señora de tal lugar, Hela, quien desde hace milenios desea obtener el alma del dios.  El motivo de acudir a tan nefasto lugar, no puede ser más plausible, pues Thor va a acompañado de otros héroes para rescatar las almas de los mortales que Hela se llevó sin tener verdadero derecho a ellas.  Asimismo en Hel se reencuentran con viejos conocidos ya muertos, lo que trae reminiscencia de textos clásicos como La Odisea y La Divina Comedia.  Cuando ya están saliendo de la tierra de ultratumba, uno de sus compañeros termina dando su vida para permitir que el resto pueda salvarse, en otra muestra de heroísmo que tiñe sin dudas las páginas de esta colección.  A su vez Thor logra escapar del lugar, aunque llevando consigo la marca de su pelea contra Hela, la cual llevará consigo durante un buen tiempo.
    Tal como se dijo antes, paralelamente a la historia de Thor, Simonson dedica otras líneas argumentales al resto de los personajes asgardianos, siendo una de las más destacadas la que gira en torno al excepcional, pero trágico, dios solar Balder.  Walter lo retoma poco después de su regreso de las garras de Hela, lo que lo lleva a un estado de depresión que le hace renegar de su naturaleza guerrera y hasta lo pone obeso.  Tras lamentarse de su desgracia, Balder tiene un encuentro con seres míticos aún superiores a él y al resto de los dioses, lo que le devuelve la fe en sí mismo.  Por otro lado, tiene que habérselas con la reina hechicera Karnilla, quien desde largo tiempo siente por él un amor obsesivo y al cual las circunstancias lo llevan a corresponderle.  Esta atracción de un ser ligado al mundo de las sombras y de conducta reprochable, siendo que Balder se encuentra por sobre el propio Thor, en cuanto a sus numerosas virtudes que lo encumbran por encima de sus congéneres, se convierte en un interesante drama.  Todo ello el autor aborda primero a lo largo de varios números de la revista de Thor y luego en una magnífica miniserie de 4 números, dedicada en exclusiva a Balder el Bravo.
Preciosa portada original del N° 1 de la miniserie sobre Balder el Bravo.

     Ya en la última parte de la elogiada etapa de Walt Simonson, escribiendo y dibujando para Thor (apoyado en ocasiones, tal como ya se dijo, en el arte gráfico por Sal Buscema), Hela no contenta con la cicatriz que le dejó en su bello rostro, lo maldice de tal manera que muy pocos habrían sido capaces de soportar su veneno.  No obstante el Dios del Trueno vuelve a superar toda prueba, siendo más ingenioso que ella y decide llevar una armadura especial, con la cual poder continuar con su papel de héroe máximo de Asgard.
     Como habrá quedado claro en estas líneas sobre el Thor de Simonson, leer tales cómics resulta una experiencia estimulante para la imaginación, no solo para los amantes de los cómics marvelitas, sino que para todos aquellos que alguna vez gozaron con las historias orales de antaño, que luego inspirarían a los narradores posteriores para crear nuevas variantes del héroe clásico y de ahí a un paso a la aparición de nuestros queridos superhéroes…De este modo el Thor de la Casa de la Ideas, resulta ser el heredero y la fusión ideal de estas dos tradiciones narrativas, siendo el de Simonson sin duda el mejor ejemplo (o uno de los mejores) de esta calidad literaria del cómic del Dios del Trueno.  
     Por último y a manera de dato extra para futuros lectores y coleccionistas, la editorial Panini ha sacado en dos versiones de lujo esta etapa: una de ellas en un tomo bastante grueso, debido a todo el material que contiene, y otra de 8 números, todos en tapa dura, lujosa encuadernación y presentación, tal como la versión de un volúmen; a su vez la colección de más números lleva un título por cada uno de ellos, considerando la saga que contienen según sea el caso.

4 comentarios:

  1. Hola, Elwin. Según veo, Walter Simonson fue no sólo el salvador de Thor, sino el que llegó a escribir la mejores historias, centradas como tal en la mitología nórdica y en su propio mundo (Asgard). Lo de Thor convertido en sapo ni me lo imaginaba... Como dices, debe ser bizarro y toda una rareza en el mundo de los comics.

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    1. La historia de Thor convertido en sapo es preciosa. Otra gran etapa de Thor, que tengo y leí es la escrita por uno de mis favoritos: Michael Straczynski, de hace pocos años atrás.

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  2. Lo de Thor convertido en sapo es una de las troleadas más míticas de toda la historia de la Marvel, aunque no puede traducir bien al castellano. En inglés, to croak es croar, pero como giro de lenguaje también significa palmarla o estirar la pata. O sea, cuando anunciaban Thor croaks, todo el mundo leyó nos cargamos a Thor, cuando en realidad al final era... que croaba porque lo transformaban en sapo. Yo pagaría oro en barras con tal de haberle visto la cara a los lectores en esa época.

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    1. Te puedo decir feliz de haber leído casi la totalidad de esta etapa (no he podido comprarme los dos tomos finales titulados "La Maldición de Hela"), que cuando Thor es convertido en rana es lejos uno de los momentos más emotivos de lo realizado por Simonson. Por cierto, muchas gracias por ilustrarme acerca de este interesante juego de palabras, que ignoraba.

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