viernes, 27 de diciembre de 2013

Maestros del Horror 17: Sounds Like (“El Estrépito del Silencio” en España) de Brad Anderson.


17.1- El Director.

    Cineasta estadounidense que antes de dedicarse al séptimo arte, cursó en la universidad estudios de antropología, lo cual bien pudo influir en la materia de su arte.  Es así como en su filmografía destaca un tratamiento mucho más realista del género del terror, centrado más en el conflicto emocional de sus personajes, que en elementos de cortes fantástico.  De este modo gran parte de sus historias giran en torno a sujetos normales, cuyos infiernos personales son manifestaciones de sus propios demonios internos (frustraciones, miedos, culpas, etc.).  Su cine además corresponde en su mayoría al de tipo independiente, centrándose en la preocupación por un estilo artístico en el tratamiento de los guiones (que muchas veces también son de su autoría) y en la sobria puesta en escena, apoyada por actuaciones de primer nivel.
    Dentro de su filmografía podemos encontrar:

·       Happy Accidents (2000): Comedia romántica con elementos de ciencia ficción, en la cual actuaron en los protagónicos Marisa Tomei y Vincent D´Onofrio, actores que dentro de su abundante repertorio ya tenían previo a este filme gran experiencia en este tipo de argumentos.  Es la historia de la singular relación entre una mujer llena de fracasados romances y un hombre que asegura venir de un futuro lejano.  El filme tuvo muy buena acogida.
·      Session 9 (2001): Un grupo de personas llega hasta una antigua institución mental para restaurarla.  Es entonces que mientras realizan su labor, descubren unas grabaciones que datan de la época en la que funcionaba el lugar, en las cuales quedaron registradas una serie de entrevistas a una paciente; la información descubierta resulta ser bastante tenebrosa.  Uno de sus filmes más famosos.
·      El Maquinista (2004): Lejos su largometraje más celebrado, significándole la consagración a su director.  Con el versátil actor Christian Bale en el papel principal, trata sobre un hombre al cual un terrible incidente del que fue totalmente responsable, le remuerde la conciencia a tal punto de impedirle dormir y comer.  El nivel del compromiso de Bale con su papel fue tal, que luego de filmar las primeras escenas con su aspecto de ese tiempo (un hombre saludable y deportista), estuvo alimentándose durante cuatro meses de puro suero inyectado de forma intravenosa (o al menos según se afirmó en ese momento, mientras que otras fuentes sostuvieron que lo que consumía al día era una manzana o una lata de atún, más una taza de café negro sin azúcar), para dar la imagen de su personaje de un hombre acabado.
·  Transsiberian (2008): Remake del clásico del terror inglés/español Pánico en el Transiberiano (uno de los tantos filmes del género hechos por Christopher Lee y Peter Cushing) y que tal como ya había acostumbrado el director en sus trabajos, volvió a trabajar con actores de gran calidad (y famosos): Woody Harrelson y Ben Kingsley participaron en esta cinta, junto a otros artistas.  La cinta vino a ser una coproducción que implicaba España, Gran Bretaña y Alemania, además de Estados Unidos, siendo hasta la fecha la cinta más cara de su director.  La trama gira en torno a una pareja de estadounidenses que toma este famoso tren, el cual recorre varios países, quienes durante su viaje conocen a otra pareja, de origen español y con los cuales establecen una extraña relación.  Entremedio hay un cargamento de narcotráfico y todo se complica cuando se involucra un policía ruso que anda detrás de la pista de esta sustancia.  Para ser un remake, en realidad el filme sólo posee uno que otro elemento de la película original, puesto que se aleja por completo del carácter fantástico de la cinta original.
·       Vanishing on 7th Street (2010): Filme de terror sobrenatural, que en todo caso posee un fuerte transfondo psicológico; a su vez está inspirado en un caso documentado gringo sobre un grupo de colonos ingleses que desapareció en extrañas circunstancias durante la época de la conquista del llamado “Nuevo Mundo”.  En este caso concreto, un pueblo del Estados Unidos actual ha quedado sin su gente y le queda a los pocos sobrevivientes investigar lo que pasó.  La cinta está llena de guiños al cine de terror y fantástico, por lo que entre ellos pueden estar los nombres de 3 de sus 4 protagonistas: Romero (por George Romero), James (por James Cameron) y Lucas (por George Lucas).  En el protagónico están dos muy buenos actores, como lo son  Hayden Christensen y John Leguizamo.
·         The Call (2013): Teniendo de protagonista a la talentosa y bella actriz afroamericana Halle Berry, trata sobre una operadora telefónica a quien llama un psicópata, quien tiene secuestrada a una chica; es entonces que la mujer hará todo lo posible por salvarla.  Regreso de su director a los filmes más cerebrales.

Brad Anderson el director.


17.2- La Película.

     Estrenada el 17 de noviembre del 2006, este mediometraje viene a ser el aporte del llamado “terror psicológico” al programa.  Considerando la temática del resto de las colaboraciones de los directores a este ya clásico programa, el trabajo hecho por Anderson llama la atención por la manera de cómo aborda la temática del terror desde un punto de vista por completo diferente a lo visto hasta ahora en la serie.  Quizás Chocolate de Mick Garris viene a ser lo más cercano a este último título, no obstante en la historia de éste existe un elemento de ciencia ficción (que en todo caso llega a ser casi sobrenatural), mientras que en el caso de Sounds Like en una primera instancia se pretende ser más “realista”; es así que en esta obra la trama se centra en el horror que le provocan al protagonista sus propios miedos e inseguridades (o sea, nada de monstruos, psicópatas o extraterrestres).
     El guión gira en torno a un hombre que trabaja en un centro de llamadas telefónicas, que atiende a los clientes de una oficina de software.  Éste desde su oficina controla a los numerosos operadores, escuchando sus conversaciones e interviniendo cuando corresponda.  El protagonista ha desarrollado una sensibilidad extrema al sonido y los ruidos, tal vez provocada a raíz de su propio trabajo.  A su vez arrastra consigo un drama familiar que se agrega a sus cuitas y que servirá como detonante para la tragedia que comienza a gestarse en su vida y en la que se centra esta obra.  Es entonces que el hombre llega a tal punto que el sonido o ruido más mínimo se le hacen insoportables y esto termina por minar la poca cordura que le queda.  No obstante en la producción queda la incertidumbre de si sus supuestas habilidades (que más bien resultarían ser una maldición para su persona) son reales o si corresponden a alucinaciones auditivas propias de un sujeto esquizofrénico.  En este sentido es que el mediometraje se articula en base a una hiperealidad consistente en la exposición del punto de vista personal del protagonista; de este modo se muestra cómo éste percibe el mundo auditivo, llegando a ilustrar de la manera más inaudita los tormentos a los que es sometido (por ende, el capítulo posee un trabajo soberbio en los efectos sonoros que ocupa).
     Considerando lo anterior, el elemento terrorífico del episodio se apoya en exclusiva en la actuación del actor principal, Chris Bauer, quien realiza su trabajo mostrando con gran verosimilitud el progresivo descenso a la locura de su personaje.  A diferencia de otros locos vistos en Maestros del Horror, el oficinista de esta historia no es un individuo malvado, por ende no goza de la violencia (ni mucho menos de inflingirla), como en el caso de los desequilibrados de capítulos anteriores; tampoco es un ser retorcido, amoral, si no que su locura resulta ser algo que puede ser aceptado como un mal que le podría suceder a cualquiera (incluso a uno mismo y ahí es donde radica lo terrorífico de este capítulo).  Es más, ante el drama de su propia locura, el espectador bien puedo llegar a sentir simpatía por éste, ya que se hace evidente en él su desesperación ante el hecho de estar perdiendo la seguridad de su propio mundo (y quedan de manifiesto sus pretensiones de resolver de la manera sus problemas, llegando a conseguir en lo posible la felicidad que ha perdido).  Por lo tanto en Sounds Like no es necesario hacer uso de imágenes grotescas y gore, tal y como nos tenían acostumbrados hasta el momento los productores de la serie, si no que la sensación de contaminación de la realidad y el pavor que ello conlleva, es sugerida a través de las reacciones del protagonista (con sus ataques de histeria, fantasías y alteraciones varias).  Sólo hacia el clímax del episodio, dos escenas claves que eran necesarias, impactan visualmente al público.
     Resulta interesante tener en cuenta cómo el argumento sirve para ilustrar el funcionamiento del mundo actual y la sociedad misma gringa contemporánea.  De hecho, un guión ambientado en una empresa como en la que labora el protagonista, muestra a lo que ha llegado el mundo civilizado con sus avances tecnológicos, que a su vez a medida que van otorgando beneficios a los usuarios, van creando nuevas necesidades (como las que se supone cubre la firma para la que trabaja el personaje). Es cuando esta realidad retratada aquí aborda el tema de la soledad, en la que se ven inmersos los individuos y que bien los puede llevar a tener existencias infelices, como también carentes de autenticidad (de este modo, la esposa del protagonista también se muestra como una víctima más de esta sociedad despersonalizada y donde la plenitud se entiende sólo como un acto de aparentar y poseer, pero no como un verdadero desarrollo integral de los sujetos).
     Relacionado con lo anterior, una vez más en Maestros del Horror es abordado el tema del dolor, esto en cuanto a cómo los seres humanos lo enfrentamos y a la manera en que éste nos transforma (o deforma).  Así que el protagonista y su esposa viven con una pena latente en ellos, que les impide ser felices y termina por llevarlos a la perdición (en este sentido, la tragedia de estos dos recuerda a la de los padres de     Fair-Haired Child de William Malone para la primera temporada del show, quiénes fruto de su pérdida familiar y las decisiones que toman, traen consigo su propia condenación).
    Dentro de la llamada hiperealidad mostrada en el capítulo, se encuentran aparte de las supuestas alucinaciones auditivas que sufre el protagonista, una que otra visión que dejan de manifiesto mayormente su enajenación; así es que tres son las perturbaciones de este tipo las que se nos representan, las que en su mayoría corresponden a la idealización de la realidad, como también a la manifestación del deseo oculto, de que todo funcione mejor (por esta razón hacia el final, el protagonista camina hacia un paisaje de ensoñación, donde termina por someterse a su patología; he allí un trabajo soberbio de parte de la fotografía y los efectos digitales).
   El extraño título de esta historia, traducido literalmente a Suena Como, atiende a la particular locura del protagonista, lo que se traduce en lo que significa para él cada sonido y ruido con los que sufre; a su vez puede ser visto como la imagen que se hace cada uno del otro, la que muchas veces responde a una interpretación demasiado personal y sesgada de la realidad (de ahí la confusión que provocan para el resto las acciones de los demás).

Así se ve Christian Bale en "El Maquinista".

lunes, 23 de diciembre de 2013

Mis 10 superhéroes favoritos (y que deseo compartir con ustedes). 2° Parte.

Portada de la primera aparición de Robin.
3- Robin: Por décadas Robin ha sido el epítome del llamado “sidekick”, concepto que hace referencia al compañero infantil y/o adolescente de las andanzas de un superhéroe adulto.  Es así como se podría decir sin problemas que Robin fue el primero de estos, apareciendo por primera vez en 1940 al cumplirse un año de comenzar las historias de Batman, transformándose de este modo en su indiscutido comparsa.  Respecto a su nombre, éste se debe a un pequeño pájaro rojo, del cual el personaje emula su aspecto con el traje que ocupa, similar además al de Robin Hood, por lo menos hasta la aparición del tercer muchacho en usar este nombre (puesto que a la fecha 5 han sido los niños en llevar tal título dentro de la cronología canónica de DC).
    El primer Robin, el más famoso de todos, es Dick Grayson, quien era miembro de una familia de circenses, los que murieron en pleno show; cuando sucedió esta tragedia se encontraba Batman, como Bruce Wayne, en el público, quien decidió adoptar al chico al ver reflejado en su drama su propio pasado de niño huérfano.  Batman entrenó al muchacho y éste se transformó en un superhéroe por sí mismo, otorgando con su presencia, el lado más ameno de la dupla, puesto que su personalidad alegre sirvió además para equilibrar la conducta lóbrega del Caballero de la Noche.  En español se le ha conocido como Ricardo Tapia, mientras que a Batman como a Bruno Díaz.  Dentro de su carrera importantes son sus aventuras como líder de los Jóvenes Titanes, aleación compuesta originalmente en su mayoría por otros sidekicks (como Speedy, compañero de Flecha Verde, Kid Flash de Flash, Wonder Girl de Wonder Woman y Acualad de Acuaman).  Luego Robin tuvo unos cuantos problemas con  su mentor, que lo llevaron a independizarse como paladín de la justicia, de modo que tomó otro alter ego y se hizo llamar Nigthwind, título bajo el cual llegó a tomar mayor relevancia dentro del mundo superheroico.  Entre sus grandes proezas, se encuentra el hecho de que en más de una ocasión ha tomado el manto del Murciélago, esto es reemplazar a Bruce Wayne como Batman, logrando salir bien librado de su tarea.
    Durante la década de los cincuenta se criticó la estrecha relación entre Robin y Batman, tildándola de pederasta, si bien no era gratis esta lectura erotizada y en muchos casos malintencionada; en todo caso respondía en su momento a una persecución prejuiciosa contra los cómics que habían en aquel entonces y que hasta la década siguiente banalizó sus historias para evitar las críticas destructivas y sacó de circulación un montón de títulos.  Empero la fantasía homoerótica subyacente en la relación cercana entre un hombre mayor y un muchacho que no son consanguíneos y que además viven bajo el mismo techo, es frecuente en este tipo de interpretaciones freudianas de las narraciones arquetípicas.
La inolvidable muerte de un guerrero.
    El segundo Robin corresponde a Jason Tood, otro huérfano al que Batman tomó bajo su alero, luego de que Grayson se independizara.  Jason era un niño de la calle, a quien Batman pilló tratando de robarle las ruedas a su automóvil.  A diferencia de su predecesor, éste segundo Robín guardaba dentro de sí un lado oscuro, que lo llevó a desobedecer en más de una ocasión a su maestro, provocando serios conflictos entre estos dos.  A su vez el personaje se hizo odioso para muchos lectores y ello lo llevó a que en el año de 1988 fuese protagonista de un evento editorial que hizo historia: los fanáticos del cómic votaron telefónicamente para resolver si éste moría o no a manos del Joker; al final se votó en su mayoría en su contra y se le dio muerte de forma heroica, convirtiéndose este hecho en un gran peso sobre la conciencia de Batman (el nombre de esta celebrada y recomendable saga recibe el nombre de Una Muerte en la Familia).  No obstante entre el 2005 y el 2006 en la saga de Batman: Under the Red Hood se supo que había resucitado poco tiempo después de morir, tomando el nombre de Capucha Roja (título bastante emblemático en las historias de Batman, pues este nombre y traje lo usó en su momento el mismo Guasón antes de sufrir el accidente que lo desfiguró, así como muchos otros personajes) y convirtiéndose en un nuevo enemigo del enmascarado de Ciudad Gótica, hasta que logró cierto equilibrio y pudo de nuevo irse al lado de los buenos. 
   El tercer Robin es considerado por muchos (incluyéndome) como el mejor de todos, puesto que es lejos el que mayores dotes detectivescas posee, lo que lo iguala al mismísimo Batman, siendo que también posee grandes habilidades físicas y en la batalla (siendo esto último algo que en todo caso resulta ser propio de todos los Robin, como de los superhéroes en general).  Su nombre es Tim Drake, hijo de una familia adinerada, quien descubrió por su cuenta que Bruce Wayne era Batman y llegó a la conclusión de que éste atormentado por la muerte de Jason Tood, necesitaba a Robin para no caer en un estado de depresión autodestructiva; entonces el muchacho logró convencerlo y tras ser entrenado, consiguió convertirse en un miembro invaluable dentro de la comunidad superheroica.  Fue así como su traje se modernizó, usando además tecnología de punta.  La fama del personaje llegó a tal punto, que en 1993 obtuvo su propia revista, la cual se editó por décadas con gran éxito (cabe dejar claro que en 1989 apareció por primera vez Drake en los cómics de Batman).  Como el más famoso de los Robin, ha liderado igualmente que el primero de ellos, el equipo de los Titanes, si bien antes creó junto a Super Boy (el clon de Superman de nombre Connor Kent) y a Impulso el grupo llamado Young Justice.   Tim Drake en su carrera  ha hecho sus propios enemigos, algunos bastantes de temer, como el Rey Serpiente y Cluemaster.  Tras años como Robin, luego de los eventos de la Crisis Final, Tim dejó su cargo y se convirtió en Red Robin.

Portadas del primer número de la serie dedicada a Robin y de otro número que la homenajea.
Stephanie como Robin IV.
    Quien tomara en una cuarta instancia el cargo de Robin, fue nada menos que una mujer, quien otrora fuera la superheroína Spoiler.  Su nombre es Stephanie Brown, hija del mismísimo Cluemaster (puesto que Stephanie se convirtió en lo que era para palear los crímenes de su padre).  La chica fue novia de Tim Drake y tomó su lugar, después de que éste tuviese que renunciar a su labor, luego de que su progenitor, quien estaba bastante enfermo, supiera acerca de su trabajo secreto.  No obstante su carrera como Robin fue breve, ya que Batman decidió despedirla tras haber Stephanie desobedecido más de una orden suya (no queriendo Batman caer de nuevo en lo mismo que le sucedió con Jason).  De este modo Stephanie volvió a defender la justicia como Spoiler, hasta que tiempo después tuvo el honor de ser la tercera Batichica, rol en el cual brilló como nunca.  En los llamados Nuevos 52, correspondiente al reinicio del Universo DC que se originó en agosto del 2011, Stephanie no existe como personaje, lo que ha provocado el malestar de más de un fanático; no obstante hace poco se supo que DC pretende traerla de nuevo a las revistas durante el primer semestre de este año.
     El quinto Robin, quien tomó el cargo luego de que Tim volviera a usar el traje poco después de Stephanie, fue nada menos que Damian Wayne, hijo de Bruce con Thalia al Ghul (hija del archienemigo de Batman, Ras al Ghul).  Nacido in Vitro y en total secreto para su padre, fue develada su identidad cuando ya era un preadolescente.  Preparado en técnicas mortales por la Liga de los Asesinos, grupo liderado por su abuelo y luego por su madre, este chico de coeficiente intelectual superdesarrollado tuvo unos primeros encuentros bastante violentos con Batman y los suyos (de hecho estuvo a punto de matar a Tim). Tras afinar asperezas, se convirtió en el Robin de Dick Grayson, una vez que éste por segunda vez se hiciera cargo de la labor de Batman, tras su aparente muerte; al regresar su padre de los viajes en el tiempo al que estuvo sometido, continuó como Robin a cargo de Bruce.  En la nueva continuidad, Damian sigue siendo Robin.   No está más decir que Damian es alguien bastante violento, razón por la cual su desempeño como Robin ha significado toda una educación emocional y social por parte de sus maestros Bruce y Dick.
    
El díscolo Damian Wayne.
En el terreno audiovisual, Robin ha tenido gran popularidad, primero en la clásica serie sesentera y paródica con un Batman con sobrepeso y un Robin, al cual según cuenta la leyenda, los productores tenían serios problemas para que no se le notara demasiado el bulto de la entrepierna.  Luego en la animación, destaca Robin como uno de los personajes habituales de la tradicional, pero demasiado infantil serie animada de los setenta y ochenta de Los Superamigos.  En los noventa, por fin Robin fue abordado con respeto y atendiendo a guiones más inteligentes, gracias a Batman la serie animada; aquí se pudo ver tanto a Dick Grayson, como a Tim Drake.  En el caso de Grayson incluso se le hizo “evolucionar” hasta convertirse en Nigthwing y el Tim de esta serie en realidad era una fusión de éste con Jason. Dick Grayson también ha aparecido en un montón de episodios de las series The Batman y Batman the Brave and the Bold.  Otros papeles destacados en programas televisivos animados para Robin, han sido los que ha tenido en Teen Titans y Young Justice. Por último en cuanto a animaciones, a Jason Tood se le pudo ver en la excelente y violenta adaptación de la mencionada Under the Hood.  En el cine de imagen real, Robin ha aparecido en las olvidables Batman Forever y Batman & Robin, interpretado en ambas por Chris O´Donnell, mientras que en el último filme de la trilogía de Nolan, el joven policía que queda de heredero de Bruce Wayne llevaba por nombre Robin (lo que se devela en los últimos segundos de la cinta).


4- Wolverine: Otro de los personajes más populares del cómic, datando su origen de 1974.   Gene Colan fue quien lo creó en su labor de guionista y esto fue en el ya mítico evento de un número de la revista de Hulk, donde se hizo pelear a este gigante esmeralda contra Wolverine, quien en ese tiempo era simplemente llamado Arma X (designación que en todo caso se ha mantenido a lo largo de estos años, ya que ha venido a formar parte de la historia oficial del personaje). 
     La introducción del mutante canadiense dentro del universo Marvel fue tan aclamada, que pronto éste cobró gran relevancia y de inmediato comenzó a aparecer en otras series, hasta que se le incorporó dentro de las filas de los X-Men.  Así fue como a principios de los ochenta obtuvo su primera miniserie, a cargo de nada menos que de Chris Claremont en el guión y Frank Miller en el dibujo, en una ya clásica historia que sirvió de inspiración para la película estrenada este año dedicada al personaje.  En 1988 consiguió su propia revista, la cual sigue hasta hoy editándose, además de otras seriales y especiales, habiéndose convertido en el mutante más famoso de los X-Men y en uno de los superhéroes más rentables de la llamada Casa de las Ideas.
Portada del debut de Wolverine.
    Cuando se trata de hablar de Wolverine, es importante tener claro sus particulares características, las que hacen de éste alguien tan misterioso, como atractivo a los ojos del público.  Bajo de estatura (alrededor de 1.60 de altura), bastante velludo y musculoso, este sujeto de aspecto muy masculino se ha convertido incluso en un extraño símbolo sexual dentro de sus historias, como para gran parte de su fanatizada; de hecho en las historietas se le ha ligado a varias de las féminas más famosas y guapas de la compañía (y en cuanto a la vida real, bueno, que en el cine el encargado de interpretarlo haya sido Hugh Jackman, quien se hizo famoso gracias a su primer trabajo como Wolverine, realzó la calidad de sex-appeal del personaje, si bien en la versión de imagen real se ve mucho más alto que en los cómics). Otras características esenciales de Wolverine, y que lo destacan entre otros del género, son su llamado “factor de curación mutante”, el cual le permite recuperarse en segundos de cualquier herida (incluso de las más graves) y mantenerse joven gracias a una genética envidiable, aún cuando ya tenga más de un siglo de edad; todo esto le permite poseer fuerza y resistencia sobrehumanas (lo que le impide enfermarse y emborracharse).  Otra de sus habilidades, es su sofisticado olfato, que lo ayuda a tener un mayor conocimiento del ambiente que le rodea, de la gente y con ello poder estar alerta a cualquier peligro; por otro lado, esto le otorga la cualidad de ser un rastreador como pocos (o tal vez como nadie, dentro de las colecciones Marvel).  Logan, como también es llamado por sus más cercanos, posee además tres garras retráctiles en cada mano, que en un principio eran de hueso extremadamente duro; no obstante cuando fue sometido a experimentos en los setenta y se le inyectó en su organismo el ficticio metal conocido como adamantium, debido a esta intervención quirúrgica dichas garras adquirieron la propiedades del supuesto metal más fuerte en el planeta, según Marvel (el mismo con el que fue transmutado su esqueleto).  En cuanto a la intervención quirúrgica a la que fue sometido Wolverine contra su voluntad, puesto que fue raptado luego de ser observado en secreto cuando algunos supieron de su existencia, le provocó una amnesia que le hizo olvidar gran parte de su pasado, a tal punto que en los cómics sólo en los últimos años se han ido develando estos misterios (entre ellos su verdadero nombre: James Howlett, siendo descendiente de una aristocrática familia canadiense).
    Bien sabido por los lectores de cómics de superhéroes y/o quiénes han visto las adaptaciones animadas y cinematográficas donde sale el personaje, que la historia personal de Wolverine es una de las más dramáticas de este tipo.  Aparte de los detalles ya mencionados arriba, sus amores trágicos y cada una de sus desgracias personales, sumado a sus incontables manifestaciones de valor, lo han convertido en el favorito de muchos.  Dentro de su personalidad también cabe mencionar su tendencia a expresar su paternalismo frustrado con tanta figura que despierta en él su espíritu protector (como en su relación con las adolescentes Jubilo y Kitty Pride). Por otro lado, los mismos traumas por los que ha pasado, lo han llevado también a actuar de forma solitaria, recelosa y autodestructiva, si bien al final siempre gana en él su lado más positivo.
Wolverine y Cíclope en la memorable versión noventera
televisiva.
    En cuanto a sus andanzas pasadas, estas lo han llevado a participar en más de un evento histórico de relevancia, como durante la Segunda Guerra Mundial, cuando luchó junto al Capitán América.

    En el terreno audiovisual, Logan ha aparecido como personaje principal en la ya mítica serie animada de los noventa X-Men y donde tuvo varios episodios centrados en su persona, además del gran protagonismo que se le dio dentro de la serie misma.  También formó parte de la agrupación de X-Men Evolution y tan solo a finales de la década pasada, obtuvo su propia serie animada llamada Wolverine y los X-Men, la cual pese a su buena calidad argumental y técnica, duró sólo una temporada.  Por otro lado, apareció en la serie animé de X-Men y por supuesto en Wolverine, ambas del estudio nipón Madhouse y lejos mucho más adultas y violentas que las producciones gringas; no obstante pese a estar relacionadas argumentalmente ambos animés, en los dos se le otorgó un diseño diferente. Con respecto al cine, aquí Wolverine ha aparecido en las cuatro películas que se han filmado sobre el equipo más famoso de mutantes de Marvel, aun cuando en la última (la precuela a la primera de ellas) sólo hace un cameo (aparición breve y sin acreditación, si bien esta escena en la cinta resulta ser bastante graciosa y memorable, pese a su corta duración).  A su vez Logan ha tenido hasta el momento sus dos propias películas, siempre interpretado por el cotizado actor australiano, siendo la última de ellas (The Wolverine) estrenada tan sólo el semestre anterior.  El año que viene veremos nuevamente a Hugh Jackman en el papel que le otorgó la gloria, en X-Men: Days of Future Past (X-Men: Días del Futuro Pasado), basada en uno de los arcos argumentales más celebrados de los cómics de estos personajes y que ya fuera adaptado con muy buenos resultados en la mencionada serie animada de los noventa.

El más que recomendable mediometraje "Hulk v/s Wolverine".

martes, 17 de diciembre de 2013

La Actualización de un Clásico.


     Carrie es la primera novela del autor estadounidense Stephen King en publicarse, sin embargo no fue la primera en escribir (no obstante estas obras pretéritas tuvieron que esperar unos cuantos años para ver la luz pública, una vez que su autor cobró fama y fortuna, de modo de darse el gusto de “rescatarlas”).  Antes de ser conocida por los lectores esta obra, King había sido editado en numerosas revistas a través de varios de sus cuentos, los que hoy en día forman parte de sus narraciones breves más recordadas.  Fue así que en un ya pareciera lejano 1974, Carrie permitió a este escritor poder dedicarse de lleno al oficio de la literatura, convirtiéndose en pocos años en el indiscutido “Rey del Terror”.  Hasta no hace mucho de esta primera edición, Stephen King vivía junto a su familia en una casa andante, siendo profesor de lengua inglesa de profesión y, pese a ello, poseyendo más de un trabajo para poder mantener a duras penas a los suyos.  Según contó mucho después el artista, desilusionado por sus constantes fracasos para conseguir mejores divisas en su labor como escritor, King tiró al tarro de la basura el manuscrito del libro, pero su esposa, Tabita, lo recogió y tras hacerle unas recomendaciones para mejorarla, envió esta última versión a un editor; entonces el sueño de todo aspirante a escritor se cumplió y por fin pudo ver en las estanterías un libro suyo a la venta.  El resto después de este evento…ya es historia.
     En pocas palabras, Carrie (una obra en todo caso conocida en su trama por un montón de personas, siendo además homenajeada, parodiada y citada en numerosas ocasiones a lo largo de estas décadas en el cine, la televisión, los cómics y en otras obras literarias, habiéndose estrenado hasta un musical basado en ella) trata acerca de una chica adolescente de último año escolar, quien vive junto a su madre, una mujer desequilibrada emocionalmente y fanática religiosa; la madre toda su vida la ha reprimido, lo que ha hecho de la vida de la protagonista una miseria constante.  Empero su progenitora la ama a su manera, lo que significa que la sobreprotege y anula constantemente, impidiéndole a la chica hacer amigos y compartir en general con otros de miembros de la comunidad.  Un hecho traumático que en el caso de una adolescente “normal” no debería haber sido tan alucinante (y uno de los momentos más recordados y célebres del libro, como de la primera versión cinematográfica), permite que la protagonista descubra de sí misma su habilidad telequinética, o sea, la capacidad de mover cosas con el poder de su mente.  A todo esto un grupo de compañeras la atormenta de forma permanente, en especial la líder de ellas; ésta molesta por el castigo al que su colegio la ha sometido porque se les pasó la mano con sus bromas,  apoyada por su novio decide hacerle una humillación final a la joven; paralelamente a esto, una de las chicas del mismo grupo que había sido escarmentado por sus acciones, arrepentida le pide a su pareja que invite a la muchacha a ser su compañera en el baile de graduación.  Este evento termina sangrientamente cuando el plan de la malvada del libro se lleva a cabo y Carrie usando sus poderes se venga de los asistentes al baile.  No está demás afirmar que el desenlace de esta opera prima consiguió acaparar la atención de todos los que leyeron el libro y/o vieron el filme (y tiempo después los filmes), debido a su elemento sorpresa y terrorífico.
   
Por cierto, es tradición en la literatura ponerle nombres significativos y simbólicos a los personajes (idea luego utilizada en expresiones artísticas más recientes como el cine, los cómics y otros).  Lo anterior se puede observar en casos emblemáticos como el Sancho Panza de El Quijote de la Mancha, la inmortal obra de Cervantes y donde el apellido del personaje hace alusión a su obesidad; también en la literatura española, encontramos a Rosita, la bella flor que se marchitará con el tiempo en Rosita la Soltera y Yerma, la mujer infértil de la obra homónima, ambas de Federico García Lorca.  Así existen muchos casos más, que en este momento se me van de la memoria.  En cuanto a la protagonista del libro y filmes que hoy me llevan a escribir, Carrie o Carrietta (su nombre completo), lleva por apellido White, palabra que en inglés significa blanco.  Esta elección por parte del escritor, hace referencia a la pureza y/o virginidad de la protagonista, lo que va de la mano con su candidez, todas estas características suyas que a lo largo de la trama formarán parte de los ingredientes del drama humano que está por gestarse.  También su apellido puede hacer referencia a la idea de la tabula rasa o papel en blanco, por cuanto el destino de la joven está por escribirse y todo depende de la acción de quiénes la rodean y de las propias decisiones de la misma Carrie.
    A la hora de analizar la historia de Carrie, se pueden ver varios puntos de interés, algunos de ellos hoy en día relacionados con la “marca” de la obra en general de su autor, es decir, con sus temas e intereses intelectuales habituales.  Entre estos se encuentra un tópico que será recurrente en su literatura de, llamémosle, su “primera época”, si bien en sus títulos posteriores también tendrá un papel destacado (aunque no con la preponderancia de sus primeras producciones): las habilidades psiónicas o sobrenaturales de sus protagonistas.  De este modo se pueden citar dentro de estos primeros años los casos de El Resplandor (el niño Danny Torrance y su “sexto sentido”), la niña Charlie McGee de Ojos de Fuego con su piroquinesis y su padre poseedor de la habilidad de controlar a la gente con su mente, el atribulado John Smith de La Zona Muerta, quien es un consumado clarividente y Jack Sawyer, el cual puede “saltar” entre universos y/o mundos paralelos en El Talismán.  A su vez el uso de este tipo de personajes en su narrativa, permite a su autor abordar la problemática del otro en sus narraciones: o sea, de presentar la figura del sujeto que por ser distinto a los demás, es condenado a una vida de infortunios; a su vez justamente debido a su “bendición” o “maldición” (según se le mire) debe enfrentar un destino que implica o bien tomar las riendas de su existencia y ser alguien pleno, o bien limitarse a la autocompasión y ser por completo un desgraciado.  No obstante en todos estos entes de ficción kingnianos, su capacidad y distinción los hace ser propensos a ser llamados héroes (aunque en el caso de la pobre Carrie las circunstancias le impiden obtener la gloria); de este modo una vez asumidos en su diferencia, estos se transforman en una representación de la capacidad de resiliencia de los seres humanos, para convertir la adversidad en oportunidades que les sean favorables en su crecimiento personal.
     Luego nos encontramos con el tema del fanatismo religioso, como algo negativo al transformar una creencia fundada en el amor, en un sistema ideológico donde sólo habitan la intolerancia y la estrechez de miras.  El tema, al cual un autor religioso como King (quien fue educado bajo la religión cristiana bautista, pero de la cual se alejó, si bien nunca perdió sus principios valóricos, ni mucho menos su creencia en Dios) ha denunciado en más de una ocasión como un mal que debe extirparse, se observa en la figura de la madre de Carrie, quien es una de los dos antagonistas de ésta (justamente porque en su irracionalidad, ha llegado a pensar que “amor” se conlleva con las ideas de castigo y represión).
    A su vez, no se puede olvidar la problematización de la violencia como un defecto de nuestra propia naturaleza y que en esta obra, King la muestra desde el punto de vista de la juventud, la cual a su temprana edad ya se encuentra propensa a usarla como un medio para oprimir al más débil y sacar provecho de su uso (cabe recordar que el artista es un intelectual de izquierda, quien en su época universitaria se opuso con fervor a la intervención de su gobierno a la Guerra de Vietnam y luego a todo tipo de sistema totalitario y/o expansionista, como también fue un claro opositor a los gobiernos de George Bush padre e hijo).  Esto se observa en el libro con claridad en los compañeros de clase de la protagonista y en especial en Sue Snell y su novio, quienes son los habituales psicópatas de su narrativa, los que a su vez se regocijan en el uso de esta violencia diaria.  Por último, al hacer King que sean jóvenes los personajes principales y en especial los que hacen de victimarios, demuestra con mayor dramatismo la concepción de la existencia del demonio de la perversidad, al que tan sabiamente Edgar Allan Poe hizo referencia en su cuento homónimo clásico hace más un siglo y medio atrás (esto es la inherencia del mal en el corazón humano).
Afiche de la versión de 1976.
     En el año de 1976 se estrenó la versión cinematográfica de Carrie, dirigida por Brian de Palma, joven director en aquel entonces y quien luego haría una carrera en el cine que lo llevaría a encontrarse entre los mejores directores en la historia.  En la cinta trabajaron actores de primer nivel, la mayoría de ellos en sus papeles debuts, pero que ya con su trabajo en este largometraje, consiguieron acaparar la atención y el respeto tanto del público como de la crítica especializada.  Así es como en la primera adaptación audiovisual de esta obra, trabajaron unos por aquellos años desconocidos Sissy Spacek como Carrie, John Travolta, Nancy Allen y Amy Irving.  En el caso de la Spacek, su desempeño como una Carrie White capaz de conmover al público hasta las lágrimas, le significó su primera nominación para el Oscar y otros certámenes artísticos; a su vez la ya veterana Piper Laurie, en el papel de la insana madre, también fue nominada a este premio, la primera de ellas como Mejor Actriz Protagónica y la otra como Mejor Actriz Secundaria.  En cuanto a la labor misma del director, de Palma realizó un trabajo bello, lleno de tomas magníficas y en las cuales el uso de numerosos tipos de plano, más un adecuado manejo de la cámara lenta para acentuar el dramatismo de ciertas escenas, hizo escuela demostrando una vez más que el cine de terror también podía llegar a ser una obra de arte. Un aspecto de esta más que recomendable película, que bien llama la atención por la forma de cómo es abordado, resulta ser la inclusión del humor, el cual es utilizado en dosis muy pequeñas, pero de forma inteligente y en parte para aligerar la carga dramática del filme en general; dicho humor forma parte del subgénero de las comedias estudiantiles hollywoodenses y de algún modo se justifica también para dejarnos claro que lo que estamos viendo tiene relación con adolescentes, quienes se comportan como tales, de modo que la historia en sí hace verosímil, pese a su  carácter fantástico.  A su vez en esta producción un papel elemental tuvo la inolvidable banda sonora compuesta por el italiano Pino Donaggio, habitual colaborador de muchas producciones posteriores de Brian de Palma, quien supo crear melodías capaces de crear distintas emociones según fuese el caso.  La película fue todo un éxito internacional y se convirtió en un verdadero clásico, siendo una de las favoritas para muchos a la hora de hablar del buen cine en general y considerada entre los mejores exponentes de la cinematografía de horror; a su vez fue la primera versión cinematográfica de una obra de Stephen King, quien luego tendría el honor de ser considerado por muchos de los mejores talentos de la industria del séptimo arte.
   
Carrie 2: una innecesaria secuela.
En 1999 se estrenó una inesperada e inolvidable secuela de la película recientemente comentada.  La cinta contó con la participación de una de las actrices de la versión original, Amy Irving, quien aquí hace de consejera escolar del colegio donde estudian los protagonistas del filme.  La obra es una secuela oficial del largometraje de Brian de Palma y de hecho se llama La Ira: Carrie 2 (The Rage: Carrie 2); no obstante en los créditos iniciales no se menciona su inspiración y/u origen, aunque sí en los créditos finales sale escrito “basada en los personajes creados por Stephen King”.  Para ser sinceros, esta secuela no aporta mayores novedades a lo imaginado por Stephen King en su libro, puesto que al final trata una vez más de una chica poco popular en su colegio, quien posee poderes telequinéticos y que al sufrir la burla de sus condiscípulos en una fiesta, se venga matándolos al usar sus poderes; pero en este caso, entre medio hay una historia de amor.  Ahora bien, la chica de esta ocasión no es tan solitaria como Carrie, si bien comparte con ella más de un detalle y de los cuales el personaje de Sue está al tanto, por lo que hará todo lo posible por evitar una desgracia (lamentablemente esta preocupación de la mujer, convierte la cinta en algo predecible más de la cuenta y le quita suspenso, de modo que quien conozca la película setentera, y más todavía el libro, queda incapacitado para esperar algo más original); por otro lado, el personaje de Sue, quien fue la única sobreviviente de la masacre de la primera película, está mal aprovechado (considerando además las aptitudes histriónicas de su intérprete) y al final desaparece del guión de la forma más patética que pudo habérseles ocurrido (en suma, el realce para la secuela que significaba usar a esta actriz y a su personaje, no tuvo mayor impacto para la trama).  Pese a sus defectos, esta obra entretiene al menos hasta poco antes de su clímax, el cual en todo caso posee muy buenos efectos especiales y resulta ser bastante gore; no obstante cuando se pudo hacer algo más novedoso, se optó por recurrir a la cursilería, como demostraciones de heroicidad por parte de los personajes y diálogos romanticoides; a su vez la actriz principal, quien hasta el momento había sido convincente, cuando debía mostrarse aterradora, no logra convencer, habiendo además otras malas actuaciones hacia este final.  Por otro lado, un epílogo que quiso ser la versión de este filme del presentado en la película original, le quita aún más fuerza a lo que se había conseguido hasta poco antes de la escena de la venganza (sólo superable en ridiculez al tatuaje de la protagonista que “cobra vida” durante el desenlace).  Si la película de Brian de Palma en su insuperable y memorable inicio resaltaba la belleza del cuerpo femenino, en este caso los productores se centraron en la figura masculina, lo que quizás se entienda porque quien dirigió esta cinta era una mujer, Katt Shea.  La película fue producida por United Artist, la misma empresa de la cinta de 1976 y usa en momentos imágenes de su predecesora a manera de flashbacks (recuerdos breves).
Publicidad de la versión de 2002.
    Durante el 2002 se estrenó para la televisión del cable una segunda versión de Carrie, dirigida por David Carson, veterano de la pantalla chica, quien a la fecha había trabajado en varias series de culto como varias de la franquicia de Viaje a las Estrellas (habiendo dirigido para el cine la primera cinta del elenco de La Nueva Generación).  Desde un principio, esta producción “se vendió” como una adaptación mucho más fiel a la fuente literaria, que la celebrada película de los setenta.  Esto la llevó a ser comparada sin vacilaciones con dicha cinta, la cual dejaba la vara muy alta a la hora de apreciar su calidad estética.  Para potenciar este telefilme frente a los juicios del público acérrimo a la obra de King, y en especial amante del largometraje de Brian de Palma, se contrató a una actriz  de la talla de Patricia Clarkson; ésta ya había destacado en su numeroso repertorio por el papel hecho para La Milla Verde de Frank Darabont, uno de los mejores filmes basados en una obra de Stephen King y que le otorgó un premio Saturn, entre otras nominaciones; así fue como en la película de más de dos horas de duración, la Clarkson hizo de la madre de Carrie, más loca y aterradora que nunca.  No obstante pese a todas las buenas intenciones, esta producción pasó sin pena ni gloria y además tuvo la desventaja de poseer algunos efectos especiales bastante denigrantes, considerando las ventajas técnicas que podría haber aprovechado.  A su vez fue filmada en formato de televisión antiguo, lo que hizo notar más que nunca su “pobre” procedencia.  Por último, quizás otro de sus puntos fuertes fue poseer a dos virtuosas actrices haciendo los papeles de Carrie y Chris Hargensen, siendo éstas interpretadas por Angela Bettis y Emilie de Ravin respectivamente.
   
Afiche de la más reciente versión.
Nótese cómo éste y el anterior emulan al
de la película hecha por De Palma.
Este año que está por terminar, se realizó una tercera versión del famoso libro de Stephen King, hecha en este caso para ser exhibida en cines; de este modo la producción contó lejos con mejor presupuesto que la adaptación del 2002, teniendo además en el casting a la actriz Julianne Moore, artista de gran talento y fama.  La cinta fue dirigida por Kimberly Peirce, quien le otorgó a su trabajo una particular mirada femenina, que hizo de este filme algo que logró sobresalir por sí mismo gracias a su cuidada puesta en escena; de este modo no fueron necesarias las comparaciones odiosas con lo realizado anteriormente (y así no quedar en desmedro respecto a la primera adaptación)  De este modo la Peirce, gracias a un sólido guión a manos de Roberto Aguirre-Sacasa (guionista ligado desde antes a los textos de King, puesto que se había encargado no hace mucho de adaptar al cómic otra novela clásica del autor, The Stand, con muy buenos resultados de público y crítica), consiguió actualizar el libro siendo fiel a éste y realizando una puesta en escena inteligente, que pudiese tener además sus propias contribuciones a la consabida historia de Carrie.  A su vez el guionista veló por respetar varias de las ideas del guión hecho por Lawrence D. Cohen para la versión de Brian de Palma, utilizando algunas de estas a manera de homenaje al filme original (como la elección de smoking por parte del compañero de baile de Carrie y el gozo que se ve en el rostro de la protagonista cuando se está duchando luego del partido escolar, a manera de purificación de ésta y/o experiencia mística/orgásmica)[1].  En esta tercera adaptación destaca la sobresaliente labor histriónica hecha por Julianne Moore, quien presenta su personaje de una forma diferente a la hecha con anterioridad por Piper Laurie y Patricia Clarkson; en este caso, si bien se debe al propio guión hecho por Aguirre-Sacasa, se trabajó más en su relación de amor-odio-miedo con su hija, puesto que en sus diálogos y acciones con ésta, la madre se muestra mucho más cariñosa y compleja en su conducta en general; a su vez sus autoflagelaciones poseen mayor protagonismo en el largometraje, sobresaliendo sus aspecto exterior, ya que en este caso se le ve mucho más demacrada que en la versión de los setenta (con ojeras y el cabello florecido), donde la Margaret White de esta primera versión se ve más insustancial y casi angelical con su frondosa cabellera y ropa que imita a la de los puritanos.  Otra actuación que sobresale en el filme, es la que está a cargo de Chloë Grace Moretz, la joven actriz que aquí interpreta a Carrie y que la diferencia bastante de la labor de Sissy Spacek en su momento: la actriz en esta ocasión no hace de su Carrie un personaje tan lastimero, si no que le da una mayor seguridad a la adolescente que interpreta; a su vez cuando llega el momento de la “venganza”, su comportamiento resulta más propio de alguien que tiene pleno dominio de sus facultades en ese momento y que disfruta de lo que hace, en vez de ser una persona traumatizada (de hecho, en determinados momentos se le presenta como una fiera salvaje, haciendo uso de sus poderes de forma espectacular al más puro estilo del animé).  Otros grandes aportes de esta reciente adaptación son que los personajes adolescentes se ven de tal edad, es decir, más jóvenes que nunca (en Carrie 2 se les veía demasiado “creciditos”) y se incorporan más elementos del texto original a la trama, como la lluvia de piedras y la devastación final que alcanza a llegar al resto de la ciudad; por otro lado en esta película aparecen sobrevivientes de la fiesta de graduación, lo que será de relevancia para la manera de cómo termina por desanudarse el conflicto dramático de esta obra.  Otro detalle que cabe hacer notar en esta cinta, es que la profesora Desjardin, quien llega a entablar una relación afectiva con Carrie, aquí se parece bastante a la madre de la protagonista, con lo cual se resalta la figura materna que representa ésta y que contrasta con la de la madre biológica.  Asimismo el filme comienza con una increíble introducción que logra quedarse en la retina y la memoria del espectador, tal como el famoso comienzo de la primera película.  Como punto negativo, o que pudo ser mejor, sólo se puede mencionar la pobre banda sonora hecha por un mediocre Marco Beltrami, quien no logra hacerle el honor a una cinta como ésta, ni llegar a la belleza sinfónica de lo que en su tiempo consiguió lograr Pino Donnagio.




[1] Puesto que se puede observar sin vacilaciones en el rostro de Carrie, una verdadera “virgen”, que cuando se está duchando, se encuentra disfrutando dicho acto como algo que bien puede ser visto como una alusión a las imágenes sacras del éxtasis místico de algunos santos y detallado en uno que otro cuadro religioso; como también se puede interpretar como algo propio de la autosatisfacción sexual.

Otro afiche de "Carrie" 2013, el cual en esta ocasión
recoge uno de los mejores momentos de la venganza
perpetrada por la protagonista.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

La Juventud a través de los ojos de la experiencia.


     En el año de 1982 la escritora chilena hoy nacionalizada estadounidense, Isabel Allende, publicó su primera novela llamada La Casa de los Espíritus; una obra de realismo mágico acerca de una familia a lo largo de cuatro generaciones y con la cual la autora retrató en parte la historia de su propio país durante los últimos cincuenta años, el cual al momento de editarse este título, vivía bajo la represión de la dictadura derechista de Augusto Pinochet. [1] El libro fue todo un éxito, debido también a sus carismáticos personajes (en gran número, por cierto), quienes se convirtieron a su vez en parte de la “marca narrativa” de su creadora, quien en su trabajo posterior demostraría ser capaz de desarrollar otros personajes verdaderamente inolvidables.  No obstante no faltaron las críticas negativas a la artista en ciernes, en especial al hablarse de que su libro no era más que una copia descarada del ya clásico Cien Años de Soledad de Gabriel García Márquez (esto no sólo por atreverse a escribir el mismo tipo de literatura que hizo famoso con su trabajo el colombiano, es decir, el realismo mágico, sino que debido a varios otros elementos: como el hecho de que la narración girara en torno a una familia a lo largo de décadas y paulatinamente a sus propias vicisitudes se narraran los acontecimientos políticos del país; a su vez a que también el libro tuviese un carácter cíclico, en cuanto a la disposición de su trama en general y la relación entre su inicio y desenlace).  No obstante Isabel Allende en más de una ocasión afirmó que la génesis de su ópera prima se dio casi de forma espontánea (debido a una larga carta dirigida a su abuelo muerto largo tiempo y que se fue extendiendo y acomplejando más de la cuenta), de modo que ni siquiera tenía en mente el famoso libro del Premio Nobel cuando estuvo redactando su propia obra (en todo caso llama la atención que en determinado momento de La Casa de los Espíritus, existe una interesante referencia implícita a Cien Años de Soledad, cuando afirma uno de sus protagonistas que no le gusta ponerle el mismo nombre a sus hijos, de entre los que hayan usado sus antepasados, puesto que ello provocaba confusión; por ello, recordemos que en el caso del libro de García Márquez se repiten los nombres a lo largo de la cuantiosa descendencia de la dinastía de los Buendía).  En todo caso con los años, Isabel Allende fue publicando nuevos textos, los primeros de ellos siempre en la línea del subgénero literario que la inspiró, hasta que en el año de 1994 apareció su primer libro de memorias, Paula, correspondiente una vez más a una epístola familiar que se transformó en una nueva novela, pero que en este caso fue motivada por el dolor de tener gravemente enferma a su hija (la que finalmente falleció de la dolencia que la tenía postrada); así fue cómo posteriormente la labor artística de esta mujer tomó un nuevo rumbo, llegando ahora a escribir novelas históricas, a la par que de vez en cuando sacaba un nuevo tomo de memorias, aunque siempre en sus ficciones manteniendo elementos propios del realismo mágico.  Luego en el año de 2002 salió publicada su primera entrega de la trilogía a la que llamó posteriormente Las Memorias del Águila y del Jaguar, una saga de aventuras con la cual la autora se aventuró por primera vez a escribir narrativa juvenil y que le permitió obtener nada menos que el Premio Hans Christian Anderson (y luego ser embajadora de bueno voluntad al cumplirse los 200 años de su nacimiento).  De este modo, con el pasar de los años, la narradora chilena fue sacando más o menos un libro cada bienio…hasta que en el transcurso del 2011 apareció a la fecha su penúltima novela: El Cuaderno de Maya y con ello su escritura pasó a una nueva etapa y evolución como a continuación se detallará.
    Hasta su cuarto libro, Cuentos de Eva Luna, la mayor parte de sus protagonistas eran mujeres, todas ellas féminas de fuerte carácter, aventureras y de espíritu libre, las cuales correspondían de alguna forma a una proyección de su misma autora; sin embargo estos relatos fueron la semilla del siguiente paso en la literatura de esta artista, ya que el libro siguiente, El Plan Infinito, poseía como protagonista principal a un hombre (no obstante, no se puede olvidar que Esteban Trueba, el patriarca de su familia en La Casa de los Espíritus, es uno de los pilares en el que se sostiene buena parte de la trama de esta obras; mientras tanto que en el caso de Eva Luna la mitad de los capítulos tenían de protagonista a un varón); además esta obra reciente se desarrollaba en Estados Unidos, a diferencia de su obra anterior que transcurría en países latinoamericanos y que no venían a ser otra cosa que una extrapolación de su país natal.  Para cuando la Allende le dio forma a La Ciudad de las Bestias, su primer título de la trilogía juvenil que tantas satisfacciones le daría a ella como autora y al público ávido de sus historias (además de ganarle recientes seguidores y en este caso de menor edad, con respecto a lo acostumbrado), por primera vez sus fabulaciones se detuvieron en el punto de vista de un infante: en este caso en una pareja de amigos, un niño y una niña, en quienes depositó el mismo talante heroico de sus anteriores creaciones.  Así fue cómo la novelista adecuó su lenguaje y dramatismo a la lectura propia de jóvenes lectores (no obstante esto no significó una simplificación de su labor literaria, si no que más bien fue otro ejercicio que luego le permitiría diversificar su trabajo, de modo de demostrar a sus detractores su enorme talento para contar historias diferentes y con sus propias atribuciones, sin caer además en el típico estancamiento de muchos autores que sólo llegan a escribir lo mismo a lo largo de sus publicaciones).  Sin embargo en el caso de El Cuaderno de Maya, la autora consiguió una proeza aún más significativa a la hora de dar el siguiente paso en su evolución como narradora: puesto que en esta ocasión la protagonista era una muchacha que acababa de dejar la adolescencia (bastante tortuosa por cierto), quien a través de su diario de vida va contándonos acerca de sí misma y la intimidad de cada una de las personas que llegaron a formar parte de su círculo más cercano.
     Narrado en primera persona, como sucede con Eva Luna, comparte con este libro, la presencia de un sinnúmero de curiosos personajes, con los cuales la protagonista va interactuando y de quienes entrega al lector sabrosa información acerca de sus devenires; empero en este caso la relación acerca de la vida de estos personajes es abordada de forma mucho más completa que en el otro texto mencionado (lo que demuestra el crecimiento de la escritora, a la hora de mejorar su capacidad para tratar diferentes subtramas en un único texto).  Es así cómo el contacto que posee Maya con estos hombres y mujeres, resulta ser aún mucho más estrecho y permanente.  Además cada una de las relaciones interpersonales que llega a formar le permiten como nunca crecer espiritualmente, hasta llegar a conseguir bien avanzado el texto, la paz interior que desde el comienzo la joven necesitaba, pero del que apenas dimensionaba dicho vacío.
    
Vista panorámica del bello archipiélago de Chiloé, lugar donde transcurre
esta recomendable novela.
Una vez más tal cual la conocida heroína llamada Eva Luna, Maya es producto de una relación amorosa que en su origen resulta atractiva, tanto por el carácter de sus padres, como por la historia personal de sus abuelos.  En todo caso a diferencia de la contadora de historias del tercer libro de Isabel Allende, Maya es una verdadera hija de su tiempo y vive inserta en medio de un mundo tecnificado, en el cual a su vez los peligros son otros, así cómo sus propias desventuras son provocadas por su ineptitud (en contraste con Eva Luna, quien vive en medio de un país conmocionado por otros avatares y cada desventura que le sucede es fruto del azar y no de su debilidad humana).  Es así que desde el principio del libro sabemos que Maya, aún siendo tan joven, debe escapar para salvaguardar su vida y es por esa razón que su sabia abuela decide mandarla en avión al último rincón del mundo, desde su natal Berkeley, en California (USA), hasta el archipiélago de Chiloé en Chile, o sea, al sur y al otro extremo del planeta.  Luego la propia Maya en el cuaderno que le regala su “Nani”, como llama cariñosamente a su abuela, se dedica a escribir por un lado para ordenar sus  ideas, como además con el motivo de mirar hacia atrás su propio pasado, de modo de enfrentar su futuro ahora que su vida está por cambiar; a su vez gracias a su redacción es posible inmortalizar la vida de los seres que en su corta, aunque intensa existencia, se han ido convirtiendo en personas importantes para ella o con las cuales se ha cruzado durante un tiempo a lo largo de su periplo vital.  Por otro lado, resulta significativo mencionar que este mismo texto permite hacer un panorama más o menos esclarecedor acerca de los últimos cuarenta años de la historia del país que vio nacer a su autora.
     El viaje como vía de escape resulta ser un tópico recurrente en la literatura a lo largo de los siglos, recogido a su vez por otras expresiones artísticas preocupadas de contar historias para entretener a su destinatario, denunciar crueles realidades y llevar también a su público a meditar respecto sobre lo que se le está contando.  En este caso Maya debe escapar de sus enemigos, pero no hasta pasada la mitad del libro que posee más de cuatrocientas páginas, uno recién sabe quiénes son y por qué esta muchachita se ve enfrentada al destino de llegar como “autoexiliada” a una tierra extraña  (luego a medida que va transcurriendo el argumento, nos podemos dar cuenta acerca de las similitudes entre el propio desplazamiento físico de Maya, y la de otro personaje del libro, quien por otras razones llegó a vivir al mismo sitio).   La vida de Maya hasta el momento había estado llena de vicisitudes, a tal punto que en más de una ocasión pisó fondo (en algunas ocasiones fruto del infortunio y en otras producto de su propia inmadurez).  Por esta razón cuando llega a su nuevo hogar, la joven se encuentra con un mundo por completo diferente a lo conocido por ella: es un hábitat lleno de verdores, de silencios y donde todo el mundo se conoce, donde algunas reglas de convivencia son algo diferentes, pero en el cual siempre  se mantienen los valores de la fraternidad, la autenticidad y la hospitalidad.  Es así que tras el caos en que estuvo sumida Maya, su llegada a este lugar le permitirá ir subsanando poco a poco su espíritu quebrantado.
     Cuando la narradora protagonista va describiendo el mundo de Chiloé y sus islas, no es otra cosa que presentar la existencia de un mundo que aún se mantiene virgen a su modo, respecto a las maravillas de sus tierras y gente; éste sitio se contrapone a la realidad sofisticada, pero llena de vicios a la vuelta de la esquina, en la que vivía no hasta hace mucho la joven heroína.  La inserción de Maya en el territorio que la acoge, responde en parte a lo que se llama en literatura clásica Beatus ille (dichoso aquél), o sea, la presentación de la vida de un sujeto que ha conseguido pasar sus días en medio de un lugar ideal lejos de la aparatosa ciudad  y que gracias a ello puede dedicarse a disfrutar en medio de la naturaleza; a su vez este mismo sitio en el cual se haya “caída en gracia” la protagonista, es propio de otro concepto tan caro a la literatura de antaño, el locus amoenus (lugar ameno).  Por ende, tanta beldad de paisaje, como también en la compañía que llega a rodear a Maya, le permiten a ésta reencontrar su centro del cual se había salido y por otro lado, hacer una oda a la posibilidad de una vida sencilla y con fuertes raíces espirituales por sobre la materialidad.  De este modo lo que salva a Maya no son ni su inteligencia, ni el poder del dinero, si no el amor que en todo caso en ningún momento la dejó de rodear (pero el cual como ella misma estaba cerrada para aceptar sus verdaderas necesidades, no pudo sacarla a flote hasta que la misma Maya fue capaz de dar el primer paso).
     Cuando Isabel Allende escribe este libro, lo hace como alguien que ya lleva años sobre este planeta, siendo que además a lo largo de su vida ha tenido que pasar por tantas aventuras y desventuras como cada uno de sus hijos e hijas literarias.  Al contar la historia de Maya no lo hace como un adulto (que además hace rato ingresó en la tercera edad) que mira la juventud como algo idealizado, ni mucho menos se preocupa de sermonear acerca de las debilidades de la juventud, dándonos “recetas” morales acerca de cómo debemos comportarnos si no queremos caer en el “descenso a los Infiernos” al cual llega la protagonista; al contrario, ella le da rienda suelta a su personaje y a su imaginación (apoyada por su propia experiencia), para que actúe con naturalidad frente a cada uno de los sucesos que le toca pasar, así como sucedería en la vida real con cualquier persona y en especial con alguien con los mismos años que Maya.
     Es en El Cuaderno de Maya que el tema del dolor cobra vital importancia, en especial en cuanto a cómo los seres humanos aprendemos a sobrellevarlo.  De este modo desde el personaje de Maya, vemos cómo el sentimiento de pérdida ante la partida de un ser querido puede llegar a opacar nuestros corazones, hasta hacernos cometer las más grandes estupideces con nosotros mismos; luego Maya llega a conocer a otros sujetos, quienes han pasado por sus propios infortunios y los que llegan a enseñarle que existen métodos mucho más nobles para enfrentar nuestros demonios.  De este modo a lo largo del libro se van presentando varios “casos” en los cuales la tragedia se ha hecho presente, no obstante gran parte de estos personajes ha sido capaz de sacar fuerzas de sí mismos y lograr contrarrestar sus golpes…llegando incluso a ser personas íntegras y felices.
      El libro mantiene el interés de su autora por el realismo mágico, en especial en lo que respecta a la estrecha relación de Maya con su abuelo.  Si Isabel Allende ya había incursionado con éxito en el género de la narrativa histórica (donde títulos suyos como La Isla Bajo el Mar, Inés del Alma Mía, Hija de la Fortuna y Retrato en Sepia sobresalen entre su obra), en su trilogía de Las Memorias del Águila y del Jaguar se aventuró en la fantasía (es más, en el primer tomo, La Ciudad de las Bestias, incluso llegó a acercarse al terreno de la ciencia ficción), en el caso concreto de esta novela, su penúltima obra a la fecha, se cruzó con otro género histórico: el policial.  Bien se puede decir que de su osadía de darle otro rumbo en esta ocasión a su labor literaria, salió victoriosa, puesto que introdujo una línea argumental dentro de la complejidad de su narración central, la que le otorgaría hacia el inesperado clímax del libro, uno de sus desenlaces más atractivos y entretenidos de su historial literario.  De este modo en El Cuaderno de Maya se presenta un misterio que la protagonista y los suyos deben resolver, con sus respectivos agregados de intriga, investigaciones, sospechosos y toda la parafernalia propia de este subgénero.  A su vez no faltan en este trabajo su habitual cuota de romance y buen humor; también la autora como nunca incorpora a este libro suyo la descripción de hechos de gran crudeza, como nunca antes había detallado, los que tienen que ver con el periodo más oscuro de la vida de su protagonista.  De este modo, la novela en cuestión resulta ser un relato que en su conjunto se encuentra lleno de distintas facetas a la hora de disfrutarlo y analizarlo.
      El libro al ser una obra abordada desde el punto de vista de una joven occidental del siglo XXI, se encuentra llena de referencias a la cultura popular (lo que se llama intertextualidad).  De este modo en el libro se mencionan películas, personajes famosos actuales, libros de éxito como Harry Potter y otros.  Esta característica que hace de la obra de arte un muestrario de la época y la sociedad en la cual fue creada, es hoy en día un elemento habitual en las expresiones artísticas contemporáneas; es así que quizás por primera vez  a lo largo de su carrera literaria, Isabel Allende incorpora en un escrito suyo estas intertextualidades (al menos en su ficción, puesto que en sus libros de no ficción, es decir en sus memorias como los ya mencionados Paula y Mi País Inventado, sí existen estas referencias por razones obvias) y con ello acerca más al lector de menor edad a sus narraciones (permitiendo además que sus personajes e historias sean más inmediatos a estos y sean mucho más “reales” que en otros casos).
      Dentro de la misma intertextualidad, se encuentra una de corte más “ideológica” por llamarlo de una forma; esto es cuando la autora, o más bien la narradora, habla de la política chilena, ya sea en cuanto a lo ocurrido durante la dictadura de Pinochet, como cuando también nombra a la entonces presidenta del país, Michelle Bachelet, o como cuando menciona a Sebastián Piñera (figura de la derecha, quien luego sería el siguiente mandatario nacional tras la salida de Bachellet del gobierno).  Es así como se desprende de todo esto, la misma postura política de la escritora, quien bien se sabe es de izquierda.  Por ende, al ser El Cuaderno de Maya una obra ambientada en la actualidad (y ser a su vez una revisión desde el punto de vista de una joven, de la historia reciente chilena, como de su particular idiosincrasia), la escritora aprovecha de introducir su visión personal del proceso político de su país de origen.  
      A partir de sus libros Hija de la Fortuna y Retrato en Sepia, Isabel Allende aprovechó su comunión con otros pueblos y gentes de diferentes culturas y naciones, para introducir en sus trabajos a personajes de distintas nacionalidades (no obstante ya en su tercera novela destaca el árabe de buen corazón al que dedica varias páginas).  Esta concepción cosmopolita del mundo, en la cual una mujer como ella, quien vivió el exilio y luego emigró a diferentes países hasta radicarse finalmente en Estados Unidos, es propia de los autores nacionales que como ella se vieron obligados a dejar su patria y asentarse en tierras foráneas.  Lo anterior se puede ver en el caso de escritores de hoy en día de gran renombre mundial, quienes partieron de su país tras el Golpe Militar, como lo son los también chilenos Luis Sepúlveda y Roberto Ampuero; ambos autores cuyos personajes provienen de numerosas partes del orbe y se conjugan en una mezcla exótica de colores, idiomas y costumbres.
      Por último, el texto se encuentra dividido en capítulos que corresponden a las cuatro estaciones del año,  de modo que debido a su estancia en Chiloé Maya Vidal logra subsanar sus heridas emocionales y espirituales, gracias al apoyo de sus seres queridos y a la solidaridad y confianza de la nueva gente que llega a conocer y a querer (llama la atención todo lo que puede ocurrir en este periodo, tal como se observa en el libro); no obstante el “tiempo del relato”, llega a abarcar todo el pasado de la joven, llegando incluso a ir mucho más atrás contándonos la historia de sus padres, abuelos y de buena parte de los otros personajes que pululan en sus páginas.
      Como la intención de este texto no es la de contar mayores detalles del libro, deteniéndose sólo en algunos puntos de interés que quizás puedan motivar a otras personas a leerlo, luego de demostrar su validez como lectura de peso, a continuación se entregará una breve reseña de sus personajes (prescindiendo, claro, de detenerse en su protagonista y de quien ya harto se ha comentado):

  • Nidia: La encantadora abuela de Maya, es su verdadero referente femenino y quien cumple su rol de madre, tras haber sido abandonada Maya por su progenitora.  Es una mujer de gran personalidad, fiel creyente en la astrología y amante de los relatos policiales.  Escapó de la dictadura de Pinochet apenas ésta comenzó y así fue cómo llegó a vivir en Estados Unidos.  Nidia es un personaje de rasgos inolvidables, voluntariosa y con un gran poder para amar; no es la “abuela perfecta” de la saga juvenil de la autora, pero es justamente en su inmensa humanidad que la hace poseer tanto virtudes como defectos, que está se hace entrañable para el lector.
  • Paul: La persona más querida para Maya, a quien considera su abuelo y llama Popo, no comparte la misma sangre con ésta, puesto que fue el segundo marido de su abuela, pero quien se convirtió en su principal figura masculina.  De raza negra, es un connotado astrónomo (he aquí un juego irónico de la escritora, al hacer que dos personas que se supondría no congeniarían, una mujer de intereses astrológicos y metafísicos bastante extrovertida por cierto y un hombre de mentalidad científica e introvertido, lleguen a formar una pareja tan encantadora).
  • Mike O´Kelly: De origen irlandés, pero ciudadano estadounidense, es otro de los personajes más singulares de esta novela.  Este hombre que anda en silla de ruedas, está lleno de energía y es el mejor amigo de Nidia (de quien está enamorado en secreto, pese a que hay al menos una diferencia de edad entre ambos de dos décadas).  Posee un centro de rehabilitación para adictos, el cual carece de todo fin de lucro.  Como Nidia, es un fanático de los relatos policiales.  Fue apodado cariñosamente por Paul como Blanca Nieves, debido a su blanca tez, sobrenombre usado con el mismo afecto por parte de Maya para referirse a él.
  • Brandon Leeman: Hombre misterioso que dirige el tráfico de drogas en Las Vegas.  Es un drogadicto de aspecto enfermizo, quien en todo caso se nota alguien inteligente y de mentalidad calculadora; pese a su faceta más temible, posee ciertos rasgos bondadosos.  Durante una temporada se transforma en el jefe de la protagonista, quien se convierte en una persona de confianza para éste.
  • Freddy: Niño drogadicto de raza negra, a quien acoge Brandon y protege a su manera.  Posee un gran talento para la música.  Entabla una fuerte amistad con Maya, a quien al menos en dos ocasiones le salva la vida, razón por la cual la muchacha se siente agradecida para siempre con él.
  • Oficial Arana: Hombre apuesto y de apariencia gentil, a quien Maya conoce durante su trabajo como “mula” (transportadora de droga).  Desde su primer encuentro con ésta, se muestra atento con ella y le ofrece en más de una ocasión su ayuda; no obstante este agente de la ley esconde un secreto que para más de uno será toda una sorpresa.
  • Manuel Arias: El amigo desde hace años de Nadia Vidal y a quien ésta no veía desde que partió hacia el exilio, es un hombre mayor que vive solitariamente en Chiloé y quien acoge en atención a Nadia a su nieta.  Es un hombre culto de personalidad introvertida, pero aún así muy querido entre su gente.  En la isla trabaja recopilando información sobre sus mitos, siendo que ha publicado ya más de un libro.  Su casa no posee puertas, ni siquiera el baño y este detalle que en un principio le llama tanto la atención a Maya, en un momento determinado del libro es explicado de la forma más emotiva.  Su convivencia con Maya le cambia la vida, a tal punto de permitirle llegar a cierta felicidad de la que antes se privó durante mucho tiempo.  Manuel también posee más de un secreto que poco a poco se irá develando en el libro.
  • Blanca: Bella profesora y directora del único colegio de la isla donde llegó a parar Maya.  Descendiente de alemanes, es la única hija de uno de los hombres más ricos de la zona (siendo éste de pensamiento derechista, pese a todo lo que sucedió tras el Golpe Militar de Pinochet y su dictadura, se comportó como todo un caballero con sus adversarios políticos, manteniendo su conducta bonachona hasta la actualidad).  Mantiene una relación amorosa no materializada con Manuel, hasta que la llegada de Maya interviene a favor de su realización.  Debido a un cáncer sufrió la extirpación de sus mamas, hecho que la ha llevado a abrazar la vida como nunca, lo que contrasta con la actitud más pasiva de Manuel, quien también tiene sobre su persona la sombra de otro grave mal de salud (como se puede ver en estos dos casos, las dolencias físicas de Manuel y Blanca, la relación entre Nidia y Paul, los propios exilios de Maya y Manuel y otros aspectos más, en este libro Isabel Allende construyó gran parte de su argumento en base a paralelismos, característica que lejos enriquece esta obra).
  • Daniel: Joven mochilero de profesión psiquiatra, quien conoce a Maya cuando llega a la isla y entabla con ella la primera relación sentimental de ésta (de hecho, la muchacha queda por completo prendida de él).  También de nacionalidad estadounidense, es hijo de una familia “moderna” muy culta, la que ha influenciado bastante en él, tal como sucedió con la misma Maya y su núcleo familiar.
  • Olympia: Mujer negra de aspecto maternal, quien es una de las personas que llega a cumplir un papel fundamental dentro de la rehabilitación de Maya.  Trabaja de enfermera.  Posee un grupo religioso llamado Las Viudas de Jesús, que se dedica a realizar actos misericordiosos y a la oración.   Maya la conoció en Estados Unidos.



[1] Entiéndase por Realismo Mágico al subgénero literario que trata sobre historias ambientadas en el mundo real y cotidiano, pero donde se presentan en la historia uno que otro elemento maravilloso, o sea sobrenatural,  aunque  es aceptado por los personajes como algo normal.

La autora: Isabel Allende.

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