sábado, 31 de octubre de 2020

Se nos fue otro divo: Sean Connery.


    Los cinéfilos ya con unos buenos años a cuestas (o décadas para ser más precisos), que habitamos en estas latitudes nos despertamos con una triste noticia: sumado a la pérdida este año de Max von Sydow, Ennio Morricone y Chadwick Boseman (bueno, hay otros nombres más por ahí, sin embargo no tienen mayor trascendencia para mí), el mundo del cine acaba de despedir a otro de sus genios, el actor Sean Connery.  90 años tenía al partir y desde la década pasada había dejado la vida pública, que en la práctica nada se sabía de él desde que filmó su última cinta: La Liga de los Hombres Extraordinarios, sobre la primera parte de la novelas gráficas de Alan Moore y Kevin O' Neill.

     El papel que lo llevó a la fama fue el de James Bond, personaje salido de la pluma de Ian Flemming y del cual llegó a realizar nada menos que entregas 7, siendo su versión la más famosa del agente secreto. Por mi parte, nunca me vi dichos filmes, al menos hasta hora (Nunca digas nunca jamás reza el título de una de las cintas del personaje, la última que hizo encarnando a 007 en 1983), pero no por eso el histrión dejó de estar presente en mis recuerdos y mi vida como amante del séptimo arte; y es así que desde mi adolescencia, que Sean Connery forma parte de muchos de mis recuerdos más preciados y por todo eso y lo que significa en general para tanta gente, es que quiero dedicarle estas palabras.

    Lo conocí cuando estrenaron Indiana Jones y la Última Cruzada, que acá llegó con atraso un año después de su debut mundial (1990 en vez de 1989).  En ese tiempo no iba al cine, pues no tenía con quién ir, así que me quedé con las ganas de ver ese blookbuster considerado por muchos como la mejor entrega de la trilogía original.  Tuve que esperar a que saliera en VHS y cosa inaudita para mí en aquellos años, cuando arrendé la cinta la vi al menos dos veces; al siglo siguiente salió la remasterización para DVD y desde entonces he gozado de ese largometraje y, como no, de la actuación de nuestro artista un montón de veces.

    Por aquellos años compraba dos revistas de cine, la primera de ellas Cinegrama y de ese modo entre las filmografías de un montón de estrellas que aparecían en sus páginas, pude saber más de quien hoy despedimos.  Y entonces se anunció con bombos y platillos la salida al video casero de Highlander (1986)... A la fecha aún conservo el afiche grande que tengo de dicho filme y que creo fue mi abuelito quien me lo enmarcó en madera, junto a varios otros que tenía de la dichosa revista.  Fue así que no solo llegué a conocer y contemplar por primera vez una de las tantas grandes producciones de fantasía ochenteras, sino que  conocí a uno de sus personajes más queridos: el noble inmortal Juan Sánchez Villa-Lobos Ramírez.  Este papel suyo me encantó más todavía, galante, sabio y español más encima (sí, soy un hispanista ¿Y qué?); cabe mencionar que el carácter de maestro de este sujeto (no en el sentido pedagógico, sino en el de ser un guía espiritual para alguien), sería valioso para mí y no dejaría de conectarlo con otro trabajo suyo que sería mi favorito de su larga carrera, en especial por las memorias que me trae.  Por cierto, poco tiempo después nos reencontramos con el español en Highlander II (1991), secuela olvidable, pero que al menos nos dejaba reencontrarnos con el querido guerrero.


En Highlander.

    De principios de ese decenio en el cual viví mi adolescencia en sus primeros años, tengo un especial cariño por El Curandero de la Selva (1992), una cinta de carácter ecológico que lo reunió con el director de Highlander I y II y que además posee preciosos paisajes naturales del Amazonas.  Para ser sincero, lo que más aprecio de dicho título, que no me he repetido en mi vida como adulto, viene a ser su estupenda banda sonora de Jerry Goldsmith y que me compré en su edición en cassette de Varese Sarabande por esa misma época (que los vendían rebaratos en la desaparecida Feria del Disco); no sé cuántas veces escuché dicho soundtrack, cuando la idea del MP3 era parte de los sueños de la ciencia ficción.

    Vi muchas otras películas donde participó Connery, no obstante como aquello fue durante los últimos años del siglo pasado en mi juventud y nunca me las repetí, no tengo mayor registro mnemónico de ellas: El Nombre de la Rosa, Los Intocables, El Último Caballero, La Casa Rusia, A la Caza del Octubre Rojo, Sol Naciente, La Roca (esta última la recuerdo un poco más, porque me gustó mucho) y algunas más.  No creo haber visto su cine anterior a la mencionada Highlander, salvo el clásico de ciencia ficción Zardoz (1974), que el profesor del Facultativo de Ciencia Ficción que hacía, Juan Espinoza me prestó cuando yo era su ayudante.

    En los noventa, mi Edad Dorada referida a mi etapa como estudiante universitario, fui en vacaciones de verano a ver Corazón de Dragón (1996), donde le ponía la voz a la mágica criatura coprotagonista de la historia.  Menos mal que en ese tiempo, todavía no llegaba la tendencia de exhibir casi todo doblado al español, así que pude escuchar con estupendo sonido su potente vozarrón y por medio del cual (recién me vengo a dar cuenta) volvió a hacer del maestro del protagonista.  No está de más decir que gocé mucho de este filme de fantasía, el cual hace rato que poseo en mi colección original de blu-ray.

    Me acuerdo de las ganas con las que acudí al cine a ver Los Vengadores (1998, así que no me estoy refiriendo a las adaptaciones sobre los cómics Marvel, que esto ocurrió mucho antes de que se cumplieran nuestros sueños más ñoños), o sea, la versión para el cine de la serie homónima inglesa de los sesenta; el tráiler (que todavía no se usaba ese término en la lengua española) era alucinante y más encima trabajaba un trío de tremendos artistas: Uma Thurman, Ralph Fiennes y el mismísimo Sean Connery haciendo de villano...¡El filme fue un bodrio y hoy nadie lo recuerda! (yo creo que sus actores debieron renegar de tal desperdicio de talentos). Así que ven, en su larga filmografía el propio Sean Connery también tiene unos cuantos yerros, que nadie es perfecto, ni siquiera alguien que bebió del Santo Grial, tuvo la Excalibur en sus manos, fue un héroe legendario en Sherwood, se hizo inmortal y más encima agente secreto al servicio de Su Majestad.

   Y llegamos a Educando a Forrester (2000), hermoso drama, que casi me pareciera fuese ayer.  No la he vuelto a ver en más de 10 años y aún así la rememoro como mi película favorita de nuestro actor. Homenaje al hermético escritor J. D. Salinger, trata sobre un joven talentoso de origen humilde que conoce a su autor favorito, un artista retirado y misántropo que se vuelve su sensei.  Como amante de la literatura y educador, dicha obra me llegó al corazón, aunque también me es tan significativa porque la fuí a ver un viernes de invierno (¿O fue otoño?) después de hacer clases, cuando acostumbraba asistir al cine junto a alguien muy valioso para mí y que hace tiempo ya que no está conmigo. Aquella ocasión disfrutamos mucho tal largometraje y estuvimos comentándolo felices en el Shoppdog, donde íbamos seguidos...Fueron lindos esos tiempos juntos y de vez en cuando como ahora me embarga la nostalgia, cuando Sean Connery se hace parte de dichos episodios de mi vida.

     Lo último que vi del actorazo por quien cuento estas cosas, fue justamente la mentada La Liga de los Hombres Extraordinarios (2003), la que se supone fue su despedida a la pantalla grande.  Era octubre y estaba celebrando el Día del Profesor en la famosa Cuca, también un viernes y tenía concertada una cita (la segunda la verdad con la misma persona) y me apuré por abandonar el lugar para no llegar atrasado.  La verdad es que no me gustó mucho el espectáculo, quizás porque tenía más bien puesto mi atención en mi acompañante (aunque ni siquiera nos tomamos la mano en la oscuridad de la sala); cuando terminó, nos fuimos a servir algo para comentarla y conocernos más...En aquella época era más tímido y menos directo en ocasiones como esta, así que no fructiferó dicho encuentro y no nos volvimos a ver.  La película tampoco me la he repetido, que estuve a punto de comprármela en un pack con otras pelis sobre cómics. Por cierto, a Sean Connery no le gustó el resultado de tal obra y no falta quien le echa la culpa a ese título y a sus responsables de haber perdido "antes de tiempo" a la estrella.

     Para terminar, me voy a poner a revisar la filmografía de este genio del séptimo arte, que estoy en deuda con él.  Y solo espero que este maldito 2020, que está solo a dos meses de acabar, no nos quite más gente valiosa.


                                      Uno de los tantos homenajes en video a Sean Connery. 

viernes, 30 de octubre de 2020

Parecido, pero no es lo mismo.



    Las dos primeras temporadas de Westworld son una maravilla y nadie puede negar que están entre lo mejor de la ciencia ficción televisiva: Una historia más grande que la vida, personajes inolvidables, actuaciones de primera, una banda sonora preciosa de parte de Ramin Djawadi, unos créditos de apertura tan hermosos que da rabia otros programas prescindan de ellos, efectos especiales al nivel de las mejores superproducciones hollywoodenses, paisajes y mundos que nos dejan pasmados con su belleza y recreación...Estas y otras razones más como para desear que la serie siga por años, siempre y cuando mantenga su calidad.  Así que frente a todo esto, la llegada de la tercera temporada era algo que a sus seguidores nos tenía con las expectativas muy altas.
    Y llegó en marzo de este año la nueva tanda de episodios, que para la presente ocasión solo fueron 8 y nos trasladaron a otro lugar, ahora fuera de Delos (el parque temático donde transcurrieron las historias en el pasado y conocimos a los anfitriones), en el mundo real.  Es así que a partir de aquí conocemos qué pasa con el mundo de los humanos, cómo funciona en este futuro de una época no determinada del devenir (aunque intuimos que transcurre al menos unos cien años hacia adelante, debido a su avanzada tecnología) y vemos a los protagonistas ya presentados con anterioridad moviéndose en dicho lugar, cada uno con un propósito, algunos de estos compartidos junto a sus viejos compañeros y otros en oposición a los suyos, de modo que ahora son rivales. 
    Aparecen caras de antaño, ahora cumpliendo decididos su destino más que nunca, que sus empresas son difíciles de realizar, no obstante solo ellos pueden hacerlo. Otros personajes ya queridos no volvieron (que bien podrían retornar más adelante) y de igual modo llegaron al menos un par de nuevos coprotagonistas, un antihéroe y un villano no tan malvado.
     De seguro muchos espectadores, como quien aquí les escribe, se llevaron tremenda sorpresa con el giro de la trama, donde el mundo se hace más vasto y los personajes por mucho que mantienen sus rasgos cambian al enfrentarse a nuevos desafíos (bueno, dos de ellos en efecto sí que sufren verdaderas transformaciones en cuanto a su propia naturaleza) y cuando comienza la temporada es comprensible que uno sienta que está viendo otro show, que lo han engañado...Pero tengan paciencia con el primer capítulo, que tras terminar este viene una escena de postcréditos, que los dejará con puras ganas de ver al menos el siguiente.  Todo lo que pasa tiene estrecha relación con lo que ya nos presentaron y es así que los personajes con mayor razón deben seguir la misión que se han propuesto y/o continuar el camino que les corresponde para realizarse a sí mismos; de este modo, al ubicarnos en el "otro lado" sus guionistas, no están haciendo otra cosa que agregar más ladrillos a la creación de un universo particular con sus propias reglas y características; que Delos, los anfitriones y la inteligencia artificial que nos presentaron recién son parte esencial de esta nueva "mitología" o universo ficcional.
     Muchas cosas pasan en esta tercera temporada y se nota que se gastaron un dineral en llevarla a cabo, que más encima los dos nuevos personajes son encarnados por sendos actores famosos: Aaron Paul y Vincent Cassel.  Por el primer rol llegamos a sentir simpatía, que personifica al hombre común, que hace lo posible por llevar una vida digna, metido en un problema extraordinario y por el segundo por mucho que sabemos que tiene sus razones para cometer las atrocidades que realiza, resulta fácil verlo con ojos poco amigables.
     Quizás si no hubiéramos visto antes Westworld o lo mostrado en esta temporada correspondiese a otra serie, alguien como yo habría quedado encantado y es que pese a todas las conexiones evidentes entre este más reciente material y el que le precedió, por mi parte no puedo dejar de sentirme defraudado; la verdad que el programa cambió demasiado, hasta los  personajes clásicos en su mayoría se ven diferentes o han evolucionado mucho como para reconocer en ellos a quienes en algún momento me provocaron aprecio (bueno, quizás el viejo William es el que se mantiene más fiel a su versión original) y se echa de menos el carácter más místico que tenía todo, con esos momentos de sublimidad que solo en una escena del último capítulo se pudo vislumbrar; el resto es pura acción, intriga, nuevos misterios, pero casi nada de esa magia que tenían esos mundos del pasado recreados por la tecnología.
    No hay episodios de larga duración, salvo al fin, que tampoco llega al metraje de una película "normal" como en el cierre de las temporadas anteriores; encontramos buenos diálogos donde se vuelve a tratar los temas de la libertad y el libre albedrío (que más encima el actual escenario responde a un mundo tipo antiutopía), no obstante se extrañan esos chispazos de poesía en el hablar de los personajes y por mi parte siento que los creadores de este espectáculo, Lisa Joy y Jonathan Nolan, se vendieron por más plata al optar por la espectacularidad en vez de la ciencia ficción más intimista.  Bueno, tras ver la larga escena de postcréditos del final de temporada, a ver cómo mejoran todo.


              Créditos de apertura de la tercera temporada y a mi parecer lejos lo mejor de ella.

miércoles, 28 de octubre de 2020

El cine dramático de Stuart Gordon.


     El director del clásico del cine gore Reanimator, es mayormente conocido por sus filmes de horror y de ciencia ficción, habiendo adaptado además con gran éxito a los maestros de la narrativa breve de "miedo" Edgar Allan Poe y Howard Phillip Lovecraft; asimismo, incursionó en la televisión, por lo general en el mismo género que le dio fama y con todo lo que realizó bien fue capaz de mostrar un talento innato, que lejos iba más allá de la mera truculencia y los sustos...Fue así que en la última etapa de su filmografía, incursionó nada menos que en el cine dramático, con excelentes resultados y dando evidencia de su versatilidad para saltar de un estilo a otro con facilidad, si bien mirando con ojo atento las 3 joyitas que filmó, podemos encontrar puntos en común con su otro cine.

 1. Violencia:

     Desde los queridos ochenta y por medio de los filmes que realizó en aquellos años, Stuart Gordon nos impactó (y encantó) con escenas gráficas de violencia, donde no escatimaba en mostrar frente a la pantalla y con estupendos efectos de maquillaje y mecánicos, asesinatos, mutilaciones y confrontación física entre víctimas y victimarios; en aquellos casos se trataba de monstruos acosando a seres humanos, pero ahora por fin podemos ver en todo su esplendor que los verdadero monstruos somos nosotros, ya que en estas cintas que comenzamos a revisar ahora, son nuestros semejantes (claras representaciones de nosotros mismos, tal como aquellas atrocidades que vemos en sus películas de terror) quienes por opción propia y generalmente por placer cometen atrocidades con otras personas... Así que aquí veremos homicidios, torturas y actos sanguinarios de todo tipo, a través de los cuales la sangre corre como el agua por los ríos, por no mencionar la chorrera de tripas, sexos y demases que desfilarán frente a los ojos de los espectadores; por lo tanto, el viejo y querido Gordon no se ha ido, sino que evolucionó para gusto nuestro.

2. La oscuridad en el corazón del ser humano.

    Muy de la mano con lo anterior, nos encontramos con nuevas metáforas y ahora crudas en su realismo, sobre el mal que habita en nosotros mismos; por lo tanto en medio de estas historias, veremos a personajes que por elección propia han abrazado una vida llena de atrocidades, que aquí nos encontramos con mafiosos, drogadictos de la peor calaña, gente codiciosa dispuesta a cualquier cosa para conseguir lo que quiere y no recela en pasar a llevar a los demás para ello.  Pero lo más terrible de esta trilogía de fábulas para adultos, es que sus protagonistas no son en un principio malas personas, sino que van cayendo poco a poco en un pozo infernal producto de sus debilidades y, en un pequeño por ciento, debido a la mala suerte; por ende, queda demostrado que con facilidad casi cualquiera puede ser tentado por las más bajas pasiones y condenarse, ya que nos es inherente la duda, el miedo y todo tipo de debilidades que nos pueden derribarnos.

3. Erotismo.

    Desde que tuvimos el gusto de conocer gracias al mismo Gordon a su musa, la bella Barbara Crampton, nos sedujo mostrándonos estupendas mujeres no solo ligeras de ropa, sino que muchas veces con desnudos completos y/o en situaciones tan provocativas que de seguro más de alguien tuvo una que otra fantasía al respecto; por igual, tuvimos unas cuantas escenas de sexo, unas  más atrevidas que otras.  El lenguaje también puede ser muy sexual en muchos de los diálogos de los personajes, como bien podemos apreciar también en estos títulos que revisamos ahora y es que Eros y Thanos, desde los viejos mitos y en las historias clásicas se atraen y están muy relacionados, tal como veremos por medio de las desventuras de sus personajes, esclavizados por igual a través de su adicción al sexo. 

 4. Humor negro.

    Pareciera que no hay Gordon sin su cuota de comicidad, si bien en los largometrajes que nos acaparan la atención hoy, el humor responde a una representación del absurdo detrás de la vida de los personajes que conoceremos; es así que en algunos de los momentos más dramáticos propios de esta "trilogía" de la miseria humana, los protagonistas y otros actuarán no con la madurez propia de los hombres y mujeres sofisticados o "grandotes" que se supone que son, sino que los veremos haciendo o diciendo ridiculeces y al menos nos sacarán una sonrisa.

Las películas.

King of Ants (2003).

    Bajo un nombre tan ominoso (En español El Rey de las Hormigas), nos encontramos con la historia de un tipo joven y guapo, quien no pasa por su mejor momento; el hombre no es de "muchas luces" y solo consigue trabajos esporádicos, hasta que un colega ocasional y supuestamente buena persona le ofrece una manera fácil de ganar buen dinero.  El individuo no sabe en lo que se está metiendo, pues se está involucrando nada menos que con unos mafiosos y quienes lo usarán para sus propósitos, sin importarle realmente arrastrarlo consigo a la condenación. 

     Entre medio de la trama, tenemos a un personaje de lo más corriente abriendo una Caja de Pandora de la cual resulta imposible deshacerse, una situación que termina por transformarlo y sacar lo peor de sí, pese a que no comparte con sus nuevos socios el gusto por hacer daño a los demás; sin embargo, luego se introduce el tema de la venganza, una que incluso podemos llegar a justificar, sumándose a ello una historia de amor condenado que convierte esta pieza en una tragedia griega moderna.

    Sumado a la violencia explícita de esta cinta, llama la atención que por primera vez y única en su carrera como director, Stuart Gordon dirige ahora la cámara no en centrarse en la espectacularidad de la desnudez femenina, sino que se detiene en la belleza del desgraciado protagonista con una sensibilidad inesperada.

      El nombre de esta producción atiende, sin dudas a la fatalidad del ser humano que en esta ocasión nos presenta a un protagonista tan insignificante, que primero se comporta como un idiota al dejarse llevar por los villanos de turno y que luego termina sus días sumido en una existencia más vacía que nunca (un animal insignificante entre tantos otros como él).

    Como dato curioso, el filme fue producido por The Asylum, una empresa "famosa" por su cine de bajo presupuesto dedicada a realizar filmes desechables, versionando grandes éxitos de Hollywood; quizás imitando la pobre factura de la mayoría de sus títulos, el maestro usó algunas tomas  que podrían ser consideradas como "toscas" y/o poco profesionales, a diferencia del cine con el cual nos sorprendió en otras ocasiones.


                                                                          Tráiler.

 Edmond (2005).


    Sobre una pieza teatral de David Mamet y con guión de él mismo, importante dramaturgo amigo suyo y con el que trabajó Gordon al principio de sus carreras, viene a ser una de las mejores obras del director.   Por otro lado, tanto en esta película, como en la que le viene a continuación, el realizador se dio el gusto de dirigir a importantes actores que no son habituales al cine de terror; es así que esta vez el protagonismo se centra en un tremendo actor como lo es William H. Macy y en breves papeles aparecen otros talentos como Joe Montegna (con quien hizo teatro en su juventud y filmó la comedia The Wonderful Ice Cream Suit) y Mena Suvari; asimismo, siempre agradecido de sus viejos camaradas, le concedió por igual un pequeño e interesante papel a su histrión fetiche Jeffrey Combs (¡Siempre tan camaleónico!).

     A diferencia del largometraje anterior, acá el protagonista es un sujeto acaudalado, con una vida exitosa y quien de un momento a otro decide renunciar a todo para "buscarse" a sí mismo.  En solo una noche echa a la borda todos sus logros y va cometiendo un error tras otro, cada uno más atroz, hasta que termina su vida en el hoyo más profundo.

      El protagonista es un idiota y pareciera ser alguien incapaz de ponerse en el lugar del otro, hasta que su voluntad de "basura blanca" es subyugada por un miembro de la comunidad que tanto despreció y solo entonces parece conseguir la paz que tanto buscaba a su manera (pero de manera equivocada).  Sus reacciones son tan patéticas frente a lo que le pasa, que resulta fácil incomodarse, aunque también reírse de tanta estupidez...y, sin embargo, estamos presenciando la caída de un hombre que representa la fragilidad del aparente superior Estados Unidos capitalista blanco y pese al ambiente casi surrealista con lo que se impregna todo, no deja de ser una historia terrible por el descenso infernal que presenciamos.  Sobre todo esto, la actuación de William H. Macy es para aplaudir y es un placer ver cómo es capaz de expresar tanto con sus gestos faciales y corporales.

     La cinta trata varios temas interesantes: por un lado podemos hablar de la soledad e infelicidad de la gente misma, que pese a tenerlo todo no está a gusto con lo que tiene y es, de modo que vive en la apariencia; no hay verdadera comunicación entre las personas y solo consigue algo parecido a este último, el protagonista luego de aceptar la humillación y ser usado como objeto, tal como él lo hizo con otros antes del final de todo.  Aunque parezca increíble, si bien corresponde a algo muy propio de la moral gringa, las únicas figuras de luz en esta perlita del cine (que sin dudas merece ser descubierta y compartida por quienes adoran el buen séptimo arte), tienen relación con la religión y la ley, instituciones sagradas para millones en medio de un mundo caótico.

     Los diálogos son magníficos y no cabe duda de que estamos frente a un Stuart Gordon en su máxima expresión, quien no necesita monstruos viscosos para sobreponernos y acaparar nuestra atención


                                                                             Tráiler.

 Stuck (2007).


     Bajo el nombre de Atascada o Atascado traducido a nuestra lengua (puesto que en su lengua original es una palabra neutra y que atiende a las circunstancias de sus dos protagonistas: una mujer y un hombre), está basada en un hecho real criminal ocurrido, como no, en USA.

    Una joven y hermosa enfermera de aparentemente vida perfecta (quien no deja de recordarnos al desdichado Edmond), en un desliz azaroso o producto de su propia podredumbre que poco a poco se nos va revelando, somete a un hombre inocente a un horrible tormento.  La fémina se niega a aceptar que está mal y esconde su yerro de manera espantosa, negando los derechos de su víctima y que antes tanto defendió supuestamente entre sus pacientes. 

    Por otro lado, el coprotagonista debe hacer lo posible por escapar de su situación y en ello se contrapone por completo su voluntad de vivir y circunstancias en general, a quien se ha transformado en su atormentadora.

    Considerando todo lo que pasa y de lo que trata este altamente recomendable filme, nos encontramos acá por igual con una producción profundamente moralista (tal como en muchas de las cintas de horror de nuestro director), donde los "malos' reciben un castigo por sus actos y no se deja de celebrar valores tales como la compasión y el apego a la vida, por no mencionar la idea de la justicia (si bien esta en un plano más arcaico, que "legal" y/o "civilizado").

    Lo que bajo la mano de otro artista podría ser una historia con menos aristas, acá resulta ser una feroz crítica social acerca del cinismo del ser humano y que desnuda los pecados de la supuesta imagen hermosa de una comunidad como la gringa.  La desprotección de los más humildes, la solidaridad entre los mismos considerados como ciudadanos de baja categoría y la falta de valores y/o inconsecuencia, se presentan en esta cinta considerada como una de las más sobresalientes en el año en que se estrenó.

    En los papeles principales encontramos otra vez a la bella Mena Suvari, quien quiso volver a trabajar con Stuart Gordon y lo llamó para dirigirla ahora en un principal y el por igual talentoso Stephen Rea, que nos vuelve a deleitar con sus intervenciones frente a la cámara.


                                                                             Tráiler.

sábado, 24 de octubre de 2020

Recuerdos de Robotech.



1. Memorias de un televidente friki.
   
     Cuando miro hacia atrás respecto a las ficciones que me marcaron a temprana edad y crearon en mí el gusto (y el apetito) por las historias de ciencia ficción, no puedo dejar de mencionar la serie de animación Robotech.  Y es que si bien de antes ya me había visto títulos como los animés Cobra (que acá la emitieron en una franja infantil, pese a ser una serie para adultos y ello "gracias" a la ignorancia de la gente de la tele en Chilito, que creía que todos los "monitos animados" eran para niños y con el tonto nombre de Super Agente Cobra), El Festival de los Robots y Capitán Futuro, por no dejar de mencionar un montón de programas gringos de Hanna-Barbera, los Transformers y varias producciones de la llorada Filmation como Flash Gordon y He-Man (más la estupenda serie animada de Star Trek, a la que pongo al mismo nivel del caso que nos reúne hoy), sin olvidar los sofisticados casos de shows animados de la por igual desaparecida Rankin Bass de Thundercats y Silverhawks y la francesa Espartaco y el Mundo bajo el Mar, esta fue la primera gran trama del género en cautivarme por completo...¿La razón? La verdad es que hay más que una y entre ellas encontramos una amalgama de elementos, que incluyen su argumento bastante complejo y desarrollado nada menos que a través de décadas a lo largo de tres generaciones, los diseños de las máquinas que aparecen, su música y en especial los personajes a quienes en verdad llegamos a sentir tan reales y carismáticos; más encima, para muchos de nosotros fue un golpe ver cómo los personajes morían y no volvían nunca más, algo de chico te conmueve casi como si se tratara de la pérdida de un ser querido real.  Es así que por fin me dispongo a hablarles de este título tan caro a mí, pensando en  los posibles lectores de mi edad (en el cuarto decenio de nuestras vidas) y en especial entre los más ñoños de la casa, puesto que luego de más de 15 años (2004 para ser más exactos), me la estoy volviendo a ver, aunque ello de una manera muy especial y de la que ya les contaré.
 
 
2. Un singular monstruo de Frankenstein.

    Lo que los occidentales conocimos como Robotech, que estamos hablando de una época en la cual no teníamos acceso a información inmediata, como ahora mismo gracias a Internet y por eso mismo desconocíamos el origen de muchas cosas que nos gustaban, en verdad viene a ser la fusión de 3 series niponas que en su génesis nada tienen que ver entre sí.  Lo que les voy a contar ahora, hoy en día es un dato bien conocido por los interesados en el tema, así que disculpen si les doy la lata, pero es importante tenerlo en cuenta a la hora de comentar y/o analizar este programa de culto para millones a lo largo de gran parte del mundo.
    Casi como si se tratara de una leyenda, todo esto tiene relación con el interés de un productor y guionista estadounidense de nombre Carl Macek, quien ofreció a las cadenas televisivas yankees un anime muy popular en su país de origen  y que había comprado para doblar al inglés y distribuirlo luego en otras naciones; se trataba de Super Dimension Fortress Macross, conformada de 36 episodios.  Lamentablemente (o más bien para fortuna nuestra), en aquellos tiempos los estándares televisivos usacas en materia de "animaciones infantiles", pedían un mínimo de capítulos y esta cantidad no era conseguida por la oferta de Macek; fue así que para no perder la inversión y lograr su espacio en el medio, tuvo la feliz ocurrencia de completar el número requerido al usar otros dos animes independientes que había adquirido, de modo que al cambiar el guión por medio de un inteligente montaje y el mismo doblaje, le permitiera conseguir un hilo conductor entre tal trío de shows.  Fue así que al juntar el mencionado Macross, con Southern Cross y Mospeada logró nada menos que 85 episodios en lo que tituló de manera muy sugerente Robotech.  A partir de entonces, se escribió un pasaje muy valioso en la historia de la televisión mundial.


 
3. La trama en pocas palabras.

   Todo parte con una inmensa nave espacial alienígena que cae a la Tierra a finales del siglo XX (el futuro próximo, para cuando  se emitió la versión japonesa y luego la norteamericanizada); esta situación corresponde al primer contacto documentado y global de la humanidad con inteligencias extraterrestres y su avanzadísima tecnología.  Todo esto provoca una crisis en el planeta, con una correspondiente guerra tipo Mundial (la Tercera) y luego una reestructuración política/militar a manera de gobierno mundial. Es entonces que tras la nave a la que le ponen SDF-1, viene una agresiva raza de gigantes humanoides que desean conseguir los misterios de dicho objeto, lo que ellos llaman Protocultura y la que luego relacionan con los terrestres, quienes demuestran poseer rasgos sociales hace rato extinguidos entre los invasores.  La crónica sobre este encuentro entre pueblos y lo que ocurre con varios integrantes de ambos mundos, es lo que se llama también la Primera Guerra Robotech y corresponde, además, a la versión del primer animé que quiso vender a los gringos Carl Macek y que recibe por igual el nombre de la Saga Macross (por el nombre de la ciudad civil que hay en el interior del SDF-1).
   La segunda parte viene a ser conocida como La Cruz del Sur y ocurre al menos unos 20 años después de los eventos de la Primera Guerra Robotech. La Tierra pasa por un buen período, hasta que una nueva raza de alienígenas llega al planeta; se trata de nada menos que de los Maestros de la Robotecnia, quienes crearon a los Zentraedi, los colosos que habían llegado con intenciones belicosas tras descubrir la llamada fábrica (o Matriz) de la Protocultura que se encontraba en la nave ahora controlada por los humanos. Es así que estos más recientes invasores, lejos mucho más inteligentes enemigos, quieren recuperar los secretos de la Robotecnia que se hayan en los restos de lo que fue el SDF-1 y para ello no usarán la diplomacia; por lo tanto les queda a los militares de la Cruz del Sur enfrentarse a estos villanos, encontrándose entre ellos la hija de una de las parejas de la Saga Macross (la protagonista de esta parte y lejos el mejor personaje) y el hermano menor de una de las secundarias de la misma primera historia.
    Conocida como La Nueva Generación (y lejos mi saga favorita de la franquicia), la Tercera Guerra Robotech y la última de esta producción "armada" ochentera, es conocida también como la Saga Invid.  Una especie inteligente no humanoide ha llegado a la Tierra para apoderarse de la Protocultura, de la cual se alimenta. Su arribo significó un verdadero desastre para la humanidad, la que perdió la mayor parte de los logros que vimos en La Cruz del Sur, pudiendo sostenerse de manera muy precaria unos cuantos asentamientos humanos y entre ellos una que otra ciudad o pueblo afortunados, pese a la existencia de unos cuantos grupos de resistencia con tecnología Robotech y de lo que queda del ejército; son justamente un grupo muy entrañable, conformado por algunos componentes bastante singulares, los que se vuelven los protagonistas de esta última parte de la re-creación de Carl Macek.
   Posteriormente apareció un piloto para una serie que para pesar de los fanáticos nunca prosperó, Los Centinelas, que estaba entre medio de los acontecimientos de Macross y La Cruz del Sur, rescatando personajes muy queridos de la primera saga y mostrando en versiones infantiles a al menos un par de los protagonistas de la segunda parte (su trama al menos tuvo serialización por medio de cómics).  También se realizó Robotech: La Película, otro trabajo de recortar por aquí y por allá, más ensamblaje, que usó mayormente material de una cinta de animación japonesa muy famosa llamada Megazone 23. Y luego muchos años después, ya en este siglo, se realizaron un par de filmes: el primero de ellos una producción por completo original y que continúa la historia después de lo visto en La Nueva Generación (Las Crónicas Sombra) y otro que retoma la idea de editar material japonés, teniendo como protagonista a uno de los personajes más famosos de la misma última parte del show (Robotech: Love Live Alive).
 

 
4. Mi vida junto a Robotech.

    Robotech se estrenó en USA en 1985, si bien los animé de los que se nutrió debutaron años antes; a Chile llegó recién en 1987 entre enero y febrero, cuando los niños estábamos en vacaciones y fue emitida tanto en esta primera instancia, como en sus sucesivas repeticiones, en las tardes por Canal 13 de la Universidad Católica.  Es obvio, que de inmediato me atrapó y la veía sagradamente con mi hermana mayor Mabel. Sin embargo, para mí mala suerte, cuando llegó marzo y con ello las clases, me enteré que me tocaba hacer el sexto básico en la jornada de la tarde y de ese modo me perdí la oportunidad de ver completa aquella vez la serie a la cual le dedico estas palabras.
    Para beneficio mío y gusto de los seguidores de Robotech, así como del de los bolsillos de los mercaderes, salió ya comenzado el año escolar el álbum de láminas coleccionables y que no dudé en comprarme.  Recuerdo que al medio venían unas láminas autoadhesivas exclusivas, que en aquellos tiempos solo algunas venían con pegamento propio y al resto uno debía ponerles el adhesivo para pegarlas en el espacio que les correspondía; bueno, resulta que dichas imágenes eran de escudos militaristas y no sé si los dibujos habían sido hechos en Estados Unidos, Japón o era una volada propia de Salo Editores, la llorada empresa de álbumes que sacaba dichas ediciones; una de esas láminas solo tuvo una limitada cantidad de ejemplares y si la conseguías entre la enorme cantidad de sobres que comprabas, te regalaban una figura a escala del personaje más famoso de la serie y de su nave transformable (¿De quién les estoy hablando?). Por cierto, así fue cómo me enteré de la existencia de dos generaciones más y de lo que pasaba con los protagonistas que ya conocía.  Cabe mencionar que completé la colección y aún espero me manden el afiche con Rick Hunter y el SDF-1 de regalo por completarlo.
    No puedo dejar de mencionar que solo gracias al descanso del 1 de mayo y al 21 de ese mismo mes, días feriados, tuve el gusto de tener mi primer encuentro con La Nueva Generación, de la que quedé enamorado.  No volvería a verme con sus tan queridas personajes hasta luego de un buen tiempo.
    Robotech II: Los Centinelas fue emitida una tarde como exclusivo estreno en Cine en su Casa, también por Canal 13, si bien ignoro qué año; de lo que sí estoy seguro es que todos mis amigos no salimos a jugar para verla y los que iban en la tarde al colegio ese día faltaron sin sentir culpa alguna.
    Fue un par de años después, en 1989, que volvieron a dar Robotech y logré cumplir mi sueño de aquel entonces.  Yo tenía de compañera de curso a mi amiga más antigua, Marta González, quien también era fanática de la serie; es así que convertimos en un rito lo de juntarnos a verla cada tarde de lunes a viernes, a veces en su casa y otras en la mía. El último episodio me tocó verlo solo y puedo rememorar la intensidad de las emociones que sentí aquella vez, pues las despedidas siempre son tristes y no sabía que en el futuro cercano, por medio de los avances  de la tecnología, uno podría ser dueño de títulos como este, tal como ahora sabiendo aprovechar tales beneficios, puedo escribir con la mente fresca estas memorias.
     En años posteriores la repitieron, siempre empezando en vacaciones de verano, aunque ahora con dos episodios por día; Marta volvió a ser mi cómplice de las exhibiciones y cuando estábamos ya en la universidad, se compró una de las novelizaciones en inglés, que fue nada menos que La Fuerza de las Armas, nombre de uno de los mejores capítulos de la Saga Macross.
     En 1996 se celebraron los primeros 10 años de Robotech y se editó para gran alegría de sus seguidores una edición de dos discos compactos, con lo que se supone era toda su música; esto no era cierto, puesto que faltaba al menos un tema (la canción de la Flor de la Vida).  Un amigo que tenía entonces, se compró grabados a cassettes dichos compilatorios, no obstante los muy ladrones que se los vendieron usaron cintas normales de 60 minutos (30 minutos por lado) y los temas del final de cada cara quedaban cortados, que en el caso de lo que venía a ser el primer compacto, el cassette no lograba contener todos los tracks; poco después ese mismo amigo, Víctor no sé cuantito (que hace rato dejo de estar entre mis íntimos), adquirió originales los CD y fuí a su casa para que ahora me los grabara en cassettes de mayor duración...Escuchaba a cada rato la música, algunas veces solo y otras en compañía con mis amistades, tal como lo hago ahora en que escribo estas palabras.
     Debía ser el mismo año de Décimo Aniversario o 1997 (de seguro lo tengo registrado en los Diarios de Vida que llevaba escribiendo en aquel entonces), cuando en pleno Centro de la ciudad, apareció una tienda que decía ser subsidiaria de Manga Films, la empresa que sacaba VHS de animé es Estados Unidos, España y otros lugares (luego supe que era mentira y no tenía derecho para usar su logotipo y ediciones); por azar la descubrí, le dije a varios amigos y nos pusimos de acuerdo para comprar distintos títulos cada uno, de modo de prestarnos luego lo que teníamos y así “piratearlos”.  Fue así cómo nos enteramos que existía Robotech: La Película, que eran años de sequía de esta serie, tanto tiempo sin poder volver a verla; rápidamente se volvió una de nuestras joyas más preciadas y creo que la vez en que la compró Roberto, se vino a mi casa para que viéramos juntos nuestros tesoros (que era viernes, así que era una linda manera de comenzar el fin de semana luego de dedicarlo a las clases en la universidad, como buenos estudiantes que éramos).
     Por ahí en los añorados últimos años de los noventa, se instaló una de las primeras tiendas en Santiago dedicada a la venta de merchandising de pelis y series. El local estaba en Alameda, casi llegando a Plaza Italia (a la que ahora ya no sé si cambiaron legalmente el nombre por Plaza Dignidad, debido a la revolución del Estallido Social del año pasado) y entrar en este era para que los ojos se te empañaran...Allí tenían todo Robotech en VHS, en unos preciosos estuches gringos, si bien es claro que ni siquiera traían subtítulos en español; sin embargo, no solo yo miraba esa mercancía con deseo y sentía lástima por no poseer el dinero (y el conocimiento del inglés) como para llevárnosla a nuestra casa...¿Alguien me puede decir cómo se llamaba ese negocio?
     Entre 2004 y 2005 ADV, una empresa gringa de DVD que sacaba en E.E.U.U. ediciones de anime, compró los derechos del programa y la remasterizó, editándola con escenas que en su momento fueron suprimidas (por lo general desnudos o imágenes consideradas en su tiempo como muy violentas); para la versión en español latino se volvió a doblar, con voces muy parecidas a la de antaño en todo caso.  Me acuerdo de la locura de cuando comenzaron a llegar los volúmenes, que traían hermosas figuritas de regalo; yo me tuve que contentar con conseguir los DVD clonados, los que no eran poca cosa y de ese modo, durante el periodo en el cual tuve mi única depresión y estaba con licencia médica en casa, entre junio y septiembre de 2004, me vi por primera vez como adulto Robotech; cabe mencionar, que fue un enorme placer darme cuenta de que la serie no había perdido su encanto, que ahora mayorcito podía apreciarla de una manera más crítica.
 
 
5. Unas últimas aclaraciones.

    Hace años que tenía la intención de escribir sobre Robotech, así como por igual de verme las series originales que le dieron forma.  Ahora mismo me he dado el primer gusto y estoy disfrutando de los citados animes, que gracias a Thepiratebay.org pude bajar... ¡Y gratis! Sé que en Netflix, para contento de un montón de gente, se encuentra remasterizada, pero las versiones que bajé están bien buenas y de ese modo ahora puedo hacerme una idea más completa de este importante episodio en la historia de las animaciones televisivas.  Les cuento que escribiré sobre cada una de estas series, que debería empezar pronto con Macros, pues hace una semana me la terminé y fue todo un placer.  Ojalá esta semana próxima, antes de que acabe el mes, pueda llevar a cabo esta otra tarea.

 

                                        La preciosa intro con el épico tema de Ulpio Minucci y 
                            que mezcla imágenes de los 3 animes que dieron forma a Robotech.

domingo, 18 de octubre de 2020

Alicia, dulce Alicia.

     Siempre te recuerdo, amiga y más a medida que pasa el tiempo, cuando me doy cuenta en mayor medida de que me habría gustado tanto haberte pasado más juntos.
    La primera vez que tuve noticias tuyas fue por medio de Pabla, esa profesora y compañera de intimidades que tanto queríamos y gracias a quien llegamos a conocernos.  Fue durante una conversación en el colegio, creo que nada menos que en la biblioteca, aunque no recuerdo si yo estaba en mi último periodo de escolaridad o me encontraba ya en mi primer año de universidad (que en caso de que fuese así, yo no dejaba de visitar a mi antiguo liceo y es que lo echaba de menos).  Fue cuando Pabla me habló de una alumna que era toda una artista, que a veces se amanecía pintando y por eso llegaba tarde a clases, se quedaba dormida en medio de ellas o simplemente faltaba por razones obvias.  Me llamaron la atención sus palabras y el afecto detrás de ellas, como la admiración que sentía hacia esa chica y de inmediato sentí del deseo de cruzarme con ella, si bien todavía no sabía su nombre. 
    Un día en medio de un acto cultural, una exposición o algo así en medio del mismo establecimiento educacional que nos cobijó, una preciosa muchacha rubia y de tez blanca, mejillas coloradas, regordeta como un querubín, me regaló un marcapáginas hecho por ella como conmemoración a dicho evento; era un rectángulo de cartón blanco, pintado en un lado con manchas de diversos colores y el efecto surrealista era maravilloso...Miré a la anfitriona a los ojos y me detuve en sus gestos, en  el amable tono de su voz y supe que eras tú.  Nos presentamos y tu nombre se me quedó grabado para siempre: Alicia Urbina.  Como por lo general me pasa, perdí ese marcapáginas que tanto quería, el único recuerdo físico que tenía de ti y ya no sé cuándo fue su extravío, si por entonces seguías aún con nosotros o ya habías partido.
   Confieso sin tapujos que en un principio y durante casi todo el transcurso en el que duró nuestra fraternidad, me provocabas sentimientos entremezclados: por un lado disfrutaba tu compañía y las conversaciones inteligentes contigo, pero por otro tu personalidad tan extrovertida (lejos más que la mía en aquel pasado), me hacía sentirme incómodo a veces; como recuerdo del "escándalo" que a veces podía sentir por ti, se me viene a la memoria cuando me dijiste que de vez en cuando te atraían otras mujeres...¡Que lo confesaras así con tanta espontaneidad me sacó de mi zona de confort! (increíble cómo aún me faltaba un resto para desechar tantos miedos y prejuicios). Sin embargo, sabía que era una tontería de mi parte esto último, puesto que al final era la gente como tú la única a la que podía considerar verdaderamente entre mis pares.
     La memoria más significativa que tengo de ti transcurrió una noche de sábado. Estaba viendo una peli en la tele (todo esto lo tengo muy presente en mi memoria, pues el filme era Cuenta Conmigo, primera vez que tenía el gusto de encontrarme con dicha cinta) y justo cuando daban comerciales, mis papás me dijeron que me buscaban; en ese tiempo todavía tenían el negocio, por cuya puerta tendían a presentarse los huéspedes y nosotros mismos cuando llegábamos de algún lugar (lo mismo para salir de casa). Quienes me hacían una visita sorpresa eran tú, Pabla y el grupo de chicos que se juntaba seguido.  Pero aquella vez tú brillabas más que nunca, pues tal como me dijiste cuando te pregunté por qué razón vestías así, de payaso, habías querido verte diferente, ser otra persona y entonces con tu ingenio creaste tu propio traje y maquillaje como la artista que eras...Solo con el transcurrir de los años, reconocí lo valioso de ese detalle tuyo, de lo que decía de ti...¡Tanto y de lo mejor de tu persona! Lamento tanto no tener una foto tuya de aquella ocasión, así como ninguna contigo, ni de esa vez, ni de otro momento; por lo tanto, la única manera que tengo para invocar tu imagen es a través de rememoraciones como esta.
     Por lo general el nexo para encontramos era Pabla, casi siempre en el colegio donde todavía estudiabas, que yo ya estaba en la universidad.  Creo que algunas veces estuvimos juntos en su casa, si bien no tengo cómo corroborarlo, ya que perdí hace rato el contacto con esos amigos en común y Pabla fue la última en irse de mi vida, que ni siquiera tengo cómo hacerle llegar este texto dedicado a ti (no obstante, más de alguien leerá estas palabras y sabrá que exististe y que formas parte importante de quién soy).  En otras ocasiones, llegabas de improviso a mi hogar, sin avisarme y cuando nuestros tiempos concordaban nos quedábamos un buen rato charlando; si no estaba yo, se encontraban mis papás para recibirte y en especial mi padre te había tomado gran cariño (quizás pensaba que podríamos haber tenido algún romance o algo más serio juntos).


     Una vez formaste parte de un proyecto en el cole junto al mismo grupo ya mencionado: sacar una especie de diario escolar y hasta nombre le tenían, Papeles Cagaos. Creo tenían harto avanzado, sin embargo, no solo por el nombre poco ortodoxo para un establecimiento educacional, hecho por adolescentes y dirigido por una de las profesoras (quien siempre abrazó un discurso de izquierda reaccionario), no cayó en gracia al resto de las autoridades y murió antes de florecer. Yo mismo estuve tentado de contribuirles con algún texto mío, como ex alumno bastante reconocido en mi antigua alma mater.
     No sé si fue exactamente debido a lo anterior o si solo se trata de un hecho relacionado (que nunca te pregunté), pero al poco tiempo tuviste que irte a terminar tus estudios de enseñanza media a otro colegio y eso fue cuando ya estabas por hacer el último año o tal vez puede ser que ya te encontrabas en cuarto medio.  Pabla fue echada del CEMLAP, luego de llevar allá su buena cantidad de tiempo y el grupo que eran ustedes se disolvió, al menos dentro de esas aulas. Así fue como un día, me pediste te ayudara para musicalizar una intervención artística que ibas a hacer en tu nuevo colegio, donde bailarías llevando otro atuendo realizado por ti.  Fue entrete seleccionar la música y aún más divertido cuando días después te pregunté cómo te había ido en el acto y me contaste que el encargado en poner la música había puesto el lado del casete equivocado, aunque como profesional que eras tuviste que asumir no más, pues ya estabas en medio del escenario (¡Sí, esto ocurrió en tiempos en los cuales aún usábamos esas cintas de audio!).
      Tan especial que eras, amiga, tan sensible y llena de tanto talento, que apenas saliste de la Media fuiste considerada por un proyecto especial y experimental de la Universidad de Chile, para jóvenes artistas que pudiesen entrar a sus filas, sin tener que dar la habitual prueba de admisión.  Cuando me enteré de esto, tuve una razón de más para estar orgulloso de ti y felicitarte.  Ese fue el último año en el que te tuvimos con nosotros, 1996.
    Lo único que recuerdo de tu corto periodo en la universidad, es que me contaste que te habías enamorado de un compañero de curso ¿O era de un grado más alto? A él no le gustaba tu nombre y prefería llamarte Licha (bueno, tampoco era muy distinto del verdadero); tú sufrías por ese tipo, que no llegué a conocer y si más supe de su persona, ya se borró por completo en mi mente.
    Una jugarreta tuya se me viene a la cabeza: en una de tus tantas visitas imprevistas, la que hiciste junto a Pabla más encima, les mostré a ambas muy feliz mi última adquisición y que eran dos discos compactas originales de Yanni.  Ustedes quedaron encantadas más que de su música, de su belleza y fue así que solo para hacerme rabiar le quitaron a los cd las carátulas durante un descuido mío y solo luego de un buen rato me las devolvieron. 
    Sufrías de depresión y no sé qué tanto en tratamiento estabas.  Pese a toda la gente que te quería y aceptaba con tus rarezas de loca linda, había un enorme vacío dentro de ti que muchos desconocíamos.  En tu casa las cosas no eran mejores y al parecer allí no te entendían, por lo que te sentías bastante sola entre los de tu sangre; fue entonces que te diste una sobredosis de pastillas, ignoro si solo para evadirte por un rato o tu propósito era simplemente acabar para siempre con el dolor.  Cuando supe que estuviste horas ¿O fue más de un día? echada en tu casa sin que nadie de los tuyos se percatara de tu ausencia, mientras tu fuego se iba extinguiendo poco a poco, sentí una enorme rabia.  Creo que nunca antes supe de tu familia, y solo entonces estuve muy cerca de haberlos odiado, esperando que tu muerte les pesara para toda la eternidad.
    Estaba haciendo mi primera práctica profesional, en el mismo liceo donde nuestras circunstancias se unieron y mi profesora guía, quien también contigo había compartido bastante, me dijo de improviso que se había enterado de que habías muerto ese mismo día o el anterior.  Me quedé frío y, como no, me costó creerlo, hasta que comprobé que era cierto.  Al día siguiente fue tu entierro y por supuesto que fuí, que ni dudé en faltar a clases; nadie me acompañó, pero allí me encontré con hartos de nuestros conocidos, entre ellos Pabla, quien puso una rosa roja sobre tu ataúd antes de que dejaran tu cuerpo bajo tierra y dio un emotivo discurso, hablando de la gente que te había dado la espalda, entre ellos el colegio que te obligó a emigrar a otro (habían varios de sus representantes entre los asistentes).
    Un vecino, Willy Gas (así le llamamos por su negocio dedicado a la venta de galones de gas, que ese nombre tiene su servicio y local), estaba también ese día en el cementerio como deudo tuyo.  Creo que era pariente de una antigua condiscípula que tuviste.  Nos contó de cuánto había llegado a quererte y de lo que hizo por ayudarte, incluso económicamente, que conocía de tu vida precaria.  Propuso hacer algo en tu honor, una junta de amigos para recordarte, la verdad es que la memoria siempre me falla con muchos detalles como este, aunque estoy seguro de que todo quedó solo en la intención.
    Ignoro cuánto pasó desde que tuvimos que despedirte, supongo que fueron meses...Un día me enteré de que tus compañeros decidieron hacer una exposición sobre tus trabajos y como más encima esto quedaba cerca de donde yo estudiaba, apenas pude asistí.  Me pregunto por qué asistí solo, que habría sido bello compartir esa experiencia con alguien más de mis seres queridos, para que supieran de ti y vieran con sus ojos lo que hiciste (aparte de mi familia en casa y los amigos en común, una persona no más de mis otros grupos compartió contigo, no obstante aquella vez no estaba disponible).  En la exhibición había una foto tuya en grande y unas palabras tuyas citadas de no sé dónde, que hacían referencia a tu "arte obrero" (o algo así como le llamabas a lo que creabas). Solo recién me enteré que al no contar con los recursos para pintar en lienzos u otros materiales, recicladas cartones y otros elementos para plasmar lo que salía de ti.
     Poco tiempo después Pabla se separó de su marido y se quedó sola en casa junto a sus dos hijos pequeños; cuando comenzó esta nueva etapa de su vida, no dejó de lamentar que ello hubiese sido tarde para haber mejorado tu propia vida, que te habría llevado con ella y de ese modo ahora podrías tener un verdadero hogar.  Un deseo, una posibilidad que se quedó en el reino de las alternancias que no dejo de tenerlo en cuenta.
     Estas remembranzas son lo único que puedo hacer como acto de amor hacia ti y agradezco al Señor por haberte conocido, que aunque ese periodo fue breve en términos cronológicos, fue intenso.  Como ya dije, no tengo con quién intercambiar recuerdos y datos sobre ti, ni sé dónde están tus restos para ir a dejarte flores; no obstante, me guardo las ganas a la espera de que en otra vida vuelva a mirarte a los ojos, oír tu alegre risa y decirte de nuevo Alicia, dulce, Alicia.

jueves, 15 de octubre de 2020

Niños + Monstruos = La Mezcla Perfecta (II).

4. El “It” de Dan Simmons.

 

     Cuando se ha leído la famosa novela de Stephen King (a estas alturas, sin dudas, su obra más conocida) y se adentra uno en este otro libro del género, resulta imposible no acordarse del Club de los Perdedores y de su enfrentamiento contra una fuerza sobrenatural tan aterradora como Pennywise; la verdad es que ya sea a propósito, de manera inconsciente o más bien por tratarse de un tema recurrente en títulos como estos, los puntos en común resultan ser bastantes entre una historia y otra.  Cabe recordar, en todo caso, que el libro de “Tío Steve” fue escrito y publicado la década anterior antes (1986 precisamente) que el texto al cual le dedicamos estas palabras, aunque la verdad tampoco hay tantos años entre el primer caso y el que hoy nos reúne (ya que la novela de Simmons data de 1991).

     Cabe mencionar que ambas narraciones se encuentran ambientadas en el pasado y lo más importante de ello, es que sus protagonistas corresponden a sendos grupos de amigos en los últimos años de su infancia o al principio de su adolescencia (según como queramos verlo) y, más encima, deben lidiar como pueden contra una fuerza siniestra sobrenatural por su cuenta, ya que no cuentan mayormente con el apoyo de los adultos para ello.  Asimismo, tanto el uno como el otro nos muestran un mundo de antaño y en el cual estos jóvenes héroes comienzan a despertar hacia la madurez, ya sea debido a las leyes naturales propias de los cambios físicos y psicológicos de su edad, como por las situaciones límites que les toca vivir; y sin embargo, pese a todo, pasan estos días en un entorno privilegiado donde los juegos al aire libre les permiten conocer un tipo de libertad, que solo quienes añoramos ese pretérito (o presente) sabemos apreciar.  En ese sentido, las vicisitudes a las que se enfrentan los protagonistas por muy fantásticas y aterradoras que son, corresponden a una metáfora de lo duro que significa crecer. Otro punto en común, es el amor que hay entre quienes componen ambos equipos de amigos, entre los cuales la lealtad está por sobre todo y lo mismo pasa con el compañerismo, siendo estos valores parte de sus principales armas para enfrentarse al mal que los asola a ellos y a su comunidad…Ah, y se me estaba olvidando, tanto en It como en Un Verano Tenebroso el argumento se centra en un pueblo pequeño, donde por lo general todos se conocen y el cual ha sido marcado por la fuerza maligna que deben derrotar los muchachos.

    Como puede evidenciarse en lo escrito arriba, hay harto en común entre tan magníficos relatos altamente recomendables los dos, pero nadie puede decir de manera tajante que Dan Simmons “copió” a su colega, puesto que claramente la manera de cómo se va desenvolviendo su trabajo lo hace valioso por sí misma…Además (y aquí un pequeño spoiler que me voy a permitir hacer), el autor luego de hacer que nos encariñáramos más que nunca con uno de los protagonistas, el que claramente llega a sobresalir por sobre sus compañeros, lo mata más o menos poco antes de llegar a la mitad de las páginas que comprenden esta obra (una terrible sorpresa que acentúa el dramatismo); por lo tanto, no hay concesiones con el lector y se está introduciendo, además, el tema de cómo los más pequeños enfrentan la muerte de un ser querido, tanto familiares como amigos (al respecto, bien recuerda esa otra joyita que es Boy´s Life de Robert McCammon, otra novela del género que posee muchos puntos en común con Un Verano Tenebroso e It).

     No olvidemos que este tipo de historias siempre van a estar presentes entre nosotros y si no recordemos el éxito de Stranger Things (show del cual, para pesar nuestro, no veremos hasta el año que viene su cuarta temporada…por culpa del Covid-19 y de su maldita pandemia), así que la idea de ver a un montón de chiquillos peleando contra monstruos es algo que no deja de ser atractivo (y al respecto, se me vienen a la memoria las primeras temporada de Buffy, otro de mis programas favoritos).

   Por último, para quienes sepan inglés y/o tengan mucha buena suerte y hayan quedado encantados con esta novela que ganó el prestigioso premio Locus de Terror, en 1990 Dan Simmons (o sea, un año antes de publicarla), sacó con una editorial independiente un librito titulado Banished Dreams.  Este volumen (que ignoro si ha tenido reediciones y de mayor tiraje) está compuesto por tres sueños de carácter profético que tuvieron algunos de los protagonistas de Un Verano Tenebroso; dichas narraciones por una u otra razón decidió sacarlas de la versión final de su novela y como cortesía a una pequeña librería, el escritor le concedió dichos textos para sacar tal preciado título…¿Habrá alguna posibilidad de poder disfrutar de tales relatos, tal como mucho del resto de Simmons que sus admiradores de habla hispana no hemos podido acceder?



5. Personajes.

 

Duane McBride: Mi personaje favorito de la novela (y de seguro de much@s otr@s lectores), es un muchacho gordo que vive en una granja, junto a su padre, un inventor muy ingenioso y alcohólico; ambos se llevan muy bien, lo mismo pasa con el único pariente que les queda, un tío y hermano del progenitor del muchacho.  Con estos dos hombres mayores, tiene conversaciones intelectuales y comparte el gusto por los libros y el ajedrez, que Mike es en la práctica mucho más inteligente que el promedio (entre sus contemporáneos y hasta buena parte de los adultos profesionales).  Cuando comienza la investigación sobre el misterio que hay en la zona, es él quien junto a su tío descubre la presencia de un objeto antiguo de poder místico y peligroso.

 

Mike O´Rourke: El único varón de al menos los 3 hijos de sus padres, es el otro chiquillo más carismático del grupo.  Católico como toda su familia, oficia de monaguillo para el cura del pueblo, con quien mantiene una estrecha amistad; además, ejerce uno que otro trabajo remunerado en sus tiempos libres, tal como repartir periódicos.  Adora a su abuela, a quien llaman Memo, quien debido a un problema de salud quedó postrada sin poder hablar y apenas moverse; no obstante, la cuida con devoción, dándonos momentos muy emotivos al respecto y como otro excelente ejemplo del amor en la familia, que Memo es su confidente y ambos han conseguido una hábil manera para comunicarse (la matriarca es el otro personaje adulto de peso en la historia, al igual que los parientes de Duane, que se presentan como verdaderos apoyos para sus chicos y en especial en esto de luchar contra las fuerzas del mal…y aunque no lo parezca considerándose la situación de la anciana).

 

Dale y Lawrance Stewart: Hermanos y los únicos hijos de sus padres, se llevan muy bien entre sí, pese a que en apariencia hay bastantes años de diferencia y al más pequeño aún le falta un buen resto de tiempo para acercarse a la adolescencia; sin embargo, los dos están integrados al grupo de juegos de los demás y Lawrance demuestra ser más ágil en algunas actividades pese a su corta edad. Cómplices entre ellos, da gusto la estrecha relación entre ambos; duermen en el mismo cuarto, en camas contiguas y uno de los momentos más aterradores del libro les toca pasarlo juntos en dicha habitación.

 

Cordie Coocke: La única chica del grupo pertenece  a una de las familias más pobres del pueblo, viviendo junto a sus numerosos hermanos y padres en un basural.  De aspecto poco agraciado y vistiendo un feo atuendo casi en todo momento, su actuar violento y extrovertido hace que todo el mundo la tenga por loca, tanto adultos como demás niños, puesto que además tiene un historial de escándalos.  La desaparición de uno de sus hermanos justo el último día de clases, es la que lleva al resto de los chicos protagonistas a descubrir lo que en verdad se está cocinando.  De lenguaje directo y confrontacional, es una experta a su edad en el uso de armas de fuego y su ayuda será fundamental para enfrentarse a las monstruosidades y a sus seguidores humanos, consiguiendo de ese modo una inesperada amistad con los otros chicos. 

 


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