jueves, 24 de abril de 2014

Tres Años de Blog.


     ¡Qué rápido pasa el tiempo! (y no lo digo como un simple cliché).  En realidad no deja de sorprenderme cómo todo va dándose muchas veces de la forma más espontánea, de modo tal que cuando menos nos damos cuenta, aquello que iniciamos casi sin pensar en cómo se desarrollaría, ha llegado en transformarse en algo importante en nuestras vidas.  Así me ha pasado con el Cubil del Cíclope y hoy en día me cuesta pensarme a mí mismo sin tenerlo (y mantenerlo); por ende, no está demás decir que ocupo gran parte de mi tiempo libre en escribir mis textos para esta página, muchas veces investigando en Internet para reforzar mi ideas o incluso mucho antes, ordenando mis ideas en mi cabeza una vez que la musa me toca, aún antes de ponerme frente al teclado a escribir.   No quiero repetir las mismas ideas que expresé en los aniversarios anteriores, así que respecto a lo que corresponde a mi proceso de escritura, sólo me referiré a esto y a una última cosa más…
      El acto de escribir, de “crear”, es como un parto: por ende cuando me pongo en campaña de redactar un nuevo texto, me desespero por terminar pronto y haber logrado lo mejor posible con el trabajo realizado; no obstante como siempre me urge entregar un producto que luego no me haga sentir vergüenza (si no que al contrario, orgullo), lo reviso más de una vez y lo pulo, lo mejoro, de modo de sentirme verdaderamente realizado con lo que estoy haciendo.  Cuando en una ocasión le comenté al respecto a mi amigo Luciano Ortega sobre lo que me significaba realizar un nuevo escrito y toda la “gestación” que ello implicaba, me dijo “Entonces son tus hijos”.  Ello me quedó rondando unos segundos en la cabeza, pues sin duda estaba en lo cierto.  En pocas palabras lo que hago en y con el blog es uno de mis mayores logros (hasta cierto punto, mi forma de trascender).  
     Cuando estaba cada vez más cercano este tercer aniversario del blog, mi gran amigo a quien acabo de mencionar, Luciano, se ofreció a ayudarme a “remozarlo” de una vez, puesto que desde que lo inauguré había presentado por largo tiempo la misma imagen.  Por mucho que me fascine esto del mundo de los blogs, sin duda soy un ignorante en materia de diseño gráfico; no obstante Luciano es todo un experto cuando de computación se trata y ya en otras ocasiones me había prestado su ayuda cuando mi incompetencia me embargaba.   Por lo tanto todo lo que han visto estas últimas semanas acerca de las mejoras a la página, es en exclusiva gracias al talento y a los conocimientos de mi amigo Luciano (¡Todavía tenemos pendientes la invitación al cine y a tomar once!).
     Este tercer año del Cubil también ha significado hasta cierto punto, algo así como su CONSOLIDACIÓN en la blogósfera, es decir, la valoración de mis colegas blogueros por mi labor hecha a través de esta página.  De este modo es que he recibido unos cuantos premios honoríficos entregados por mis pares, quienes siempre desde el extranjero, han mirado con buenos ojos lo que he hecho y me han incentivado aún más a seguir con este proyecto personal que es el Cubil del Cíclope (en Chile tenemos un dicho, que capaz no sea exclusivo de acá: “Nadie es profeta en su tierra”.  Ello bien lo he comprobado en carne propia, puesto que a la larga los más cercanos a mí, son los más “lejanos” a mi blog).   Es por esta razón, que ostento sin vacilaciones el aprecio por quienes SÍ ME ENTIENDEN, ya que pasan como yo, buena parte de sus vidas laborando para sus propias páginas.  
    Relacionado con lo anterior, es que el último año (o más bien el periodo cercano a esa cantidad de tiempo), he ido conociendo y disfrutando una serie de blogs que poco a poco se han ido convirtiendo en modelos y referentes para mí, como en lo que se refiere a lo que quiero conseguir con mi propia página.  A su vez el valor agregado de sentirme miembro partícipe de esta gran comunidad bloguera, a través del intercambio de comentarios y las visitas frecuentes, forma hoy en día parte importante de la evolución  y la entretención constante que conlleva todo esto.  Es acá que quisiera nombrar blogs que hoy en día me son de gran valor, pues me inspiran y además me ayudan a crecer con sus posteos, tanto “profesionalmente”, como en lo personal: Un nombramiento especial  para mi amigo en la distancia Tomás Rivera y su Kindlegarten, a quien admiro sin vacilaciones por su constancia, creatividad y “cultura”; también me son especialmente significativos Guillermocracia de mi compatriota Guillermo, Imperio Futura de Jorge Vilches, Al Final de la Eternidad de Lino Moinelo, Un Universo de Ciencia Ficción de Manuel y El Zoco de Lakkmanda de Alejandro Caveda…Todos ellos verdaderas fuentes de erudición y frescura en muchos temas que me son caros sin duda (en realidad me encantaría escribir tan bien como ellos).   Mención aparte merecen las señoritas blogueras María Navarro, Guivi Antonucci y Damablanca, quiénes a través de sus propios blogs, me entregan una visión diferente acerca de los libros, películas y seriales que tanto nos gustan, quienes como fangirls, literatas, cinéfilas y feministas completan la apreciación de las obras que uno admira.  Del trabajo que realiza María en su recomendable Literatura Estrambótica, quiero destacar su juventud, que la hace ser tan entusiasta con cada uno de sus escritos que sube de manera regular a su blog; de Guivi y su Locura Doméstica valoro con mucho aprecio su postura apasionada por sus series fetiches y que demuestran que no somos un puñado de puros hombres ñoños los que amamos Juego de Tronos, los cómics y todo aquello que nos hace felices; por último, aprecio la sensible e intelectual mirada de Delirios de la dama presente en sus escritos y que no deja de maravillarme (¿Les he confesado alguna vez que me fascina cómo escriben las mujeres?).
     Debo nombrar en particular a Iván Guevara, administrador de uno de los blogs más eruditos en materia de ciencia ficción que conozco, Fisiones, y donde aparecen trabajos suyos y de otros autores, los cuales en muchos casos versan sobre temáticas de gran interés y de los cuales apenas se encuentra información (aún recuerdo que la primera vez en que leí algo de su página, fue un ensayo acerca de nada menos que la ciencia ficción árabe, algo de lo que no sabía nada, de modo que no dejo de agradecerle la oportunidad que me dio de acrecentar mi cultura general).  Bueno, y para terminar con Iván Guevara y su Fisiones, hace poco me invitó a publicar en su página algunos de mis escritos, de modo que a partir del fin de semana pasada, ha comenzado a subir en Fisiones una selección suya de mis ensayos.
      Dentro de lo que se refiere a la llamada “consolidación” de mi “hijo virtual”, no puedo obviar la gran alegría que me significó que gente como Anima Barda y Nicholas Wells (también desde el otro lado del mar, en el Viejo Mundo), se hayan fijado en lo que hago y me hayan ofrecido sendos trabajos literarios suyos para que los leyera y criticara en mi página.   Es así cómo me han enviado sus textos de regalo en formato electrónico.  Lamentablemente, no me he comprado alguno de esos artefactos modernos que permiten leer de manera cómoda textos en formato digital (y la verdad, es que me resulta muy engorroso leer por largos periodos, documentos extensos en la pantalla del notebook); de este modo mientras no me actualice, no podré honrar como se debe su gesto conmigo.
    Bueno, creo haber dicho todo lo que pretendía en este texto.  Nuevamente les doy gracias a quienes se dan el tiempo de leerme y más aún en comentar lo que aquí registro.  A lo largo de este tiempo, en especial durante el tercer año de vida del Cubil del Cíclope, he sido testigo de cómo blogs de los cuales me he hecho seguidor y a cuyos responsables he admirado sin vacilaciones, han sido cerrados o abandonados; esto muchas veces por apatía, dejamiento o simple desmotivación de parte de esta gente… ¡Ello es lamentable en realidad! No quiero que sea así con este caso, no creo en realidad que ello suceda con mi página; la verdad es que creo que mientras haya voluntad, siempre hay esperanzas de hacer algo bueno y fructífero con nuestro tiempo.  ¡Y eso es lo que hago ahora mismo!
     Por cierto, con este post supero mi record de 7 textos máximos por mes (ahora he llegado a la cantidad de 8).  Y para el mes que viene, se supone que llegaré a la entrada número 200 (aún no tengo claro a cuál tema estará dedicado, pero haré lo posible para que sea sobre algo especial para mí).

Mi sobrinito regalón Amilcar espera al igual que su tío
la nueva película de Spiderman, je, je, je.

domingo, 20 de abril de 2014

Maestros del Horror 21: “Valerie on the Stairs” (“Valerie en las Escaleras”) de Mick Garris.


       El 29 de diciembre de 2006 se estrenó la segunda contribución del director, guionista y productor Mick Garris para el ya clásico programa que el mismo creó; a su vez fue también la segunda historia salida de la ingeniosa mente del escritor Clive Barker, en ser plasmada audiovisualmente en Maestros del Horror.   En todo caso, en muchos aspectos este nuevo aporte de ambos artistas para dicha serie de películas, lejos resultó ser mucho mejor a la anterior incursión de los dos al show, en especial si se considera lo visto antes en Chocolate de Garris y El Cuento de Hackel de McNaughton (de un cuento del mismísimo Barker) durante su primera temporada (si bien la historia de zombies de McNaughton viene a ser sin duda superior a la de terror psicológico algo decepcionante que hizo Garris).  Debe hacerse notar que la colaboración artística entre el director canadiense y el autor inglés no fue la primera en todo caso, ya que por años estos ya llevaban una amistad que les había permitido trabajar juntos, como en el caso de la recomendable Quicksilver; de tal modo Mick Garris para esta ocasión tuvo el gusto de poder adaptar una vez más un relato de Clive Barker, quien le dio otra de sus historias originales y llenas de lecturas, a tal punto que bien se puede afirmar que Valerie en las Escaleras viene a ser una de los mejores episodios/filmes del programa.   Otro detalle que le da realce al mediometraje en el cual hoy nos detenemos, es la participación entre los actores protagónicos de dos verdaderos íconos dentro del género fantástico y de terror: Cristopher Loyd y Tonny Tood (el primero, entre un montón de cintas hoy de culto, ya había trabajado con el director en una obra basada en el trabajo de Barker, siendo esta la ya mencionada Quicksilver; mientras que el segundo en su también abundante filmografía, fue el famoso asesino sobrenatural de Candyman, uno de los mejores filmes que hayan adaptado la literatura del escritor de Imagica). 
     La trama de este memorable episodio gira sobre un joven aspirante a escritor profesional, quien gana una particular beca, de modo de tener un lugar donde escribir tranquilo la que sería su ópera prima; es así cómo esta beca consiste en poder ser uno de los residentes de una casa habitada por unos cuantos escritores, todos ellos artistas frustrados, decadentes y bohemios, quienes llevan años en el lugar intentando conseguir el éxito.  A su vez el sitio es regentado por una amargada mujer, tanto o más extraña que el resto de los que allí viven.  Al poco tiempo después de llegar a su nuevo hogar, el personaje principal se entera de la existencia de una especie de musa, quien inspira a algunos de sus colegas de la casa, la cual resulta ser una bella mujer de aspecto virginal y que por cierto se “aparece” de vez en cuando cerca de las escaleras.  El hombre se obsesiona con ella y a su vez entra en conocimiento de la presencia de un demonio, quien como dueño de la fémina, se cobra su derecho preferencial entre quienes pretenden hacer uso de la dama (o sea, entre los escritores).   Existe un secreto entre el origen de esta muchacha y algunos de los que habitan el edificio, por lo que el protagonista comienza a investigar, hasta saber la oscura verdad: es cuando de un guiño a la trama de tipo policial, el episodio pasa a tomar ribetes de cuento tradicional, con un particular descenso  a los infiernos y/o calabozo de la bestia, de modo que tal cual caballero andante, el particular héroe de la cinta rescate a la indefensa doncella de las garras de su maléfico captor.
      Llama la atención que en las críticas que se pueden encontrar en Internet acerca de este episodio, sus autores no han sido muy amables con él, en especial a la hora de referirse a su director (a quien muchos injustamente consideran falto de talento); no obstante si se lee con atención sus palabras, queda de manifiesto que la mayoría de las personas se quedó tan solo con una primera lectura de la trama, sin ver más allá de una contemplación superficial de ella.   De este modo, los siguientes párrafos pretenden demostrar las virtudes de una obra como esta.
      Como es habitual en las ficciones de alguien como Clive Barker, el guión cuenta con su buena dosis de erotismo y de gore, siendo éste último elemento algo también característico en buena parte del trabajo de Mick Garris.  No obstante algo que destaca en esta obra y que hace sobresalir Valerie en las Escaleras entre buena parte de las anteriores entregas del programa y los títulos de Garris, es su poesía visual y argumental, la cual consigue su cenit hacia el inolvidable final del capítulo: El cual simboliza de forma magistral que la materia de la cual los artistas elaboran su trabajo, es su vida misma, por lo que cada acto de crear, resulta ser una dolorosa gestación que bien puede significar su propia perdición.
     Por otro lado, existe otro tema subyacente en este capítulo y que comienza a desgranarse una vez que comienza a revelarse la naturaleza de Valerie y su monstruo: el poder de la fabulación y la imaginación, desde tiempos inmemoriales en la tradición literaria de tantos pueblos.  Luego se desprende la noción de los límites entre la realidad y la ficción en una obra literaria, cuando el personaje principal descubre que bien su propia vida puede estar escribiéndose y que hay fuerzas superiores a sus impulsos que lo manejan (idea que recuerda a un clásico español como Niebla de Unamuno), como también a que uno debe cumplir un papel determinado en la trama que viene a ser la existencia (noción abordada en otro texto español, aunque mucho más antiguo que el primero, El Gran Teatro del Mundo, de Calderón de la Barca).
     Por otro lado, una vez más dentro del arte de contar historias, se encuentra la figura del artista/demiurgo, como un ser sensible abierto a una percepción superior de las cosas y que ante tal capacidad, se muestra además como un sujeto frágil y complejo (lo que sin dudas se observa en la personalidad de cada uno de los escritores de esta obra, todos ellos tan distintos y a la vez tan extravagantes en su caracterización).  A su vez tal como  los ilustra este capítulo, son individuos que en su forma de ser, se mantienen alejados del resto de los mortales, quienes no logran comprender su individualidad (por lo que sólo entre pares consiguen cierto tipo de comunión, por muy anómala que sea).
     En cuanto al demonio mismo que aparece en el mediometraje, llama la atención su diseño, el cual recuerda a la tipología más clásica de estas criaturas, la que a su vez posee reminiscencias de los genios o djins de las narraciones árabes y quienes en ocasiones conceden deseos (en este caso concreto, el de crear una obra maestra), a cambio del alma misma de sus amos temporales.
    También cabe detenerse en la ambientación de la casa donde transcurre esta pequeña joyita, puesto que se ve como un lugar decrépito y en el cual el tiempo se ha estancado; ya que sus habitantes han renunciado a sus vidas públicas y “normales” ante el deseo obsesivo de conseguir la plenitud como fabuladores (esto es, sin vida y falto de luz y colores cálidos).  Por ende, no es un lugar en el cual exista la verdadera felicidad, si no que lo que abunda en él es la ambición malograda, que convierte la casa en un verdadero edificio maldito.   En todo esto toma un especial papel la iluminación con la cual  fue filmada la historia, con tonalidades apagadas y sombrías, algo propio del cine negro de antaño, como de muchas producciones de “miedo” más ambientalistas.
    Por último, la banda sonora del capítulo estuvo a cargo de un compositor que en su momento alcanzó cierta fama: Richard Band, habitual de los primeros filmes de alguien de la talla de Stuart Gordon (otro habitual en Maestros del Horror) y de muchos filmes de las lloradas productoras de los ochenta y noventa del cine clase B del género.   Por su parte, su trabajo para Reanimator del mismo Gordon, basada en un cuento de Lovecraft, hoy está considerado uno de los soundtracks más célebres de los filmes de terror de su época, si bien lo que hizo para El Pozo y el Péndulo, sobre el famoso cuento de Poe, bien resultó más logrado que en el título anterior.   De este modo la presencia de la mano de alguien como Richard Band en Valerie en las Escaleras, le otorga otro punto de interés a la hora de apreciarla con justicia.

La bestia acosadora de este episodio.

miércoles, 16 de abril de 2014

La Chispa de la Rebelión.


     En Septiembre del 2009 apareció la esperada segunda parte de la prometida trilogía de Los Juegos del Hambre, de la escritora estadounidense Suzanne Collins y apenas pasaron cuatro meses para que el libro fuese editada al español (toda una proeza en materia de traducciones profesionales del mercado editorial, si bien se recuerda lo que los seguidores de sagas como las de Harry Potter y algunos libros de Stephen King tuvieron que esperar para leer en su lengua a sus autores favoritos).  La novela, un poco más extensa que su predecesora, transcurre poco después de que sus protagonistas logran “ganar” los llamados Juegos del Hambre número 74 de su país.
     A lo largo de las más de 400 páginas que componen el texto, es posible evidenciar una evolución dentro de la narración misma, ya sea por parte de su autora quien al parecer fue tomando mayor seguridad a la hora de contar una historia de este tipo; como también en la caracterización de sus personajes, que a medida que la saga avanza se van poniendo más complejos; a su vez la trama misma en la distópica nación de Panem, va tomando forma hasta adquirir connotaciones épicas.   De este modo el libro en si resulta ser mucho más emocionante y adulto que el anterior, pudiéndose bien afirmar sobre él que resulta mejor que el caso anterior.
      El nombre de la novela, hace mención a la primera aparición pública que hace la joven y heroica protagonista Katnisss Everdeen en el Capitolio, el centro del poder del país en que vive, junto a su compañero Peeta Mellark y el resto de los “tributos” (es decir,  los jóvenes de los demás distritos, días antes de participar en el sangriento torneo donde sólo uno de ellos debería salir vivo y victorioso).  Pues bien, durante esta  intervención suya en tal evento, tanto ella como Peeta usan un traje del que salen llamas que si bien no queman, no dejan de causar sensación entre el público; luego a partir de entonces, Katniss será llamada por algunos como “La chica en llamas”, si bien luego el apodo que mayormente la designará será “Sinsajo” (simbolismo de vital importancia para el último tomo de la saga).   No obstante el nombre de esta segunda obra, también hace relación a lo que se está gestando dentro de Katniss y su gente, tras todos los percances por lo que les toca pasar y que originarán la rebelión en la que el pueblo oprimido de Panem terminará por embarcarse: o sea, de la chispa que en un principio se logra evidenciar que causaron algunos de los actos de Katniss durante su participación en los Juegos del Hambre, con las primeras manifestaciones de descontento por parte de algunos distritos, se pasará a las llamas del levantamiento total de casi todo el territorio en contra de sus dictadores (y que se efectúa de forma total en el tercer y último texto del ciclo).
      La novela comienza poco tiempo después de que Katniss y Peeta han regresado a su hogar en el distrito 12.  Ahora la vida de ambos muchachos ha tenido un vuelco importante, ya que se han transformado en los “vencedores” favoritos de gran parte del Capitolio, quienes viven pendientes de todo lo que pasa entre los “amantes trágicos”.  Es entonces que justo cuando la pareja está por iniciar la llamada “Gira de la Victoria”, Katniss recibe una inesperada y aterradora visita…de nada menos que el presidente Snow.  Éste le advierte que debe convencer a todo el mundo, en especial a él, de su verdadero amor por Peeta (ya que sabe la verdad acerca de su pasión secreta por Gale, de modo que tiene claro que su relación con el otro muchacho es sólo una fachada); de lo contrario, la deja con la amenaza implícita de deshacerse de sus seres queridos.   Todo el primer capítulo de la novela, que justamente se llama La Chispa, se encuentra ambientado en el distrito 12, por lo que en esta ocasión es posible conocer mejor cómo resulta la vida en dicho lugar; a su vez es posible acompañar a los protagonistas en todo lo que significa ser “vencedores” de los Juegos del Hambre, lo que implica transformarse en una celebridad y en la práctica estar bajo la atención de gran parte de Panem (en otras palabras, los “vencedores” son las estrellas dentro de su ficción).  No está demás decir que todo este asunto del carácter público de los ganadores de los distintos torneos, resulta ser una verdadera extrapolación del recurso escapista y obsesivo en el cual se han transformado los medios de comunicación masivos para el ser humano común (donde las figuras públicas se constituyen en objeto obsesivo para sus seguidores).
   
El segundo capítulo de la novela, titulado nada menos que El Vasallaje, corresponde a la venganza de Snow ante los eventos que se están gestando por parte de los opositores a su gobierno, hecho por el cual culpa a Katniss y a los demás “vencedores” como responsables en parte de todo lo que está sucediendo.  Como ese mismo año se cumplen los 75 años de los Juegos del Hambre, se celebra el tercer vasallaje y el cual corresponde a cada 25 años desde que se instauró tal certamen.  Por ende, para deshacerse de los supuestos líderes de la rebelión que se encuentra en gestación y de paso minar las esperanzas del pueblo, se declara que los próximos tributos de este Tercer Vasallaje se sacarán de entre los ganadores de los Juegos del Hambre pasados.  Y es que una vez más les toca a Katniss y a Peeta volver a la arena para luchar por su vida.  Momentos previos a los Juegos y ya una vez en cursos estos mismos, los “amantes trágicos” se encuentran con una serie de nuevos personajes memorables, que a partir de entonces en su mayoría cobrarán vital importancia para la saga misma.  Cabe dejar claro que ante los nuevos peligros que significa encontrarse en este Tercer Vasallaje, nacerán nuevas alianzas que para el futuro de la trilogía, como también para Panem misma, designarán el tono del resto del libro y en especial el siguiente.
     Mientras aún se encuentra en el distrito 12, Katniss y su gente se enteran de una impactante revelación: el distrito 13, que supuestamente fue destruido con bombas atómicas como represalias por parte del Capitolio, puede que haya sobrevivido y que en él se encuentren los recursos perfectos para derrocar de una vez por todas al enemigo.  Este agregado en el libro, no dejar de aportarle una cuota de intriga a éste, de tal modo que la lectura hacia sus últimas líneas llega al paroxismo.
     A lo largo de En Llamas la acción también se hace trepidante, a través de la descripción de una serie de acontecimientos que le otorgan al libro su carácter de obra superior al tomo anterior.  No obstante uno de los puntos que acentúan el carácter memorable de este texto, resulta ser la inmensa carga emocional detrás de varios de sus momentos más solemnes: Como la visita de Katniss y Peeta al distrito 11, hogar de la recordada Rue; también cada una de las despedidas a las que se enfrentan los protagonistas, como no mencionar el noble sacrificio de algunos de los nuevos personajes durante el Vasallaje. 
     Otro detalle significativo a la hora de evaluar esta novela, viene a ser el proceso por el que pasan sus personajes principales, incluyendo lo respectivo a su crecimiento espiritual, como también a los aspectos sobre su vida que aquí se detallan.  Lo anterior es posible verlo no sólo en el caso de la admirable protagonista, Katniss  Everdeen, si no que también con Peeta y Haymitch (en cuanto a Gale en esta segunda novela aparece mucho más, no obstante tendrá que esperar hasta la conclusión de la saga, con Sinsajo, para verse como alguien con mayores aristas).   Con respecto a la mismísima Katniss, en esta obra es posible descubrir en ella una enorme capacidad para sopesar a la gente que recién conoce, como también aquellas situaciones que implican por parte de uno tomar decisiones rápidas y precisas; esta habilidad suya para razonar y actuar con equidad (si bien muchas veces atendiendo a sus propios impulsos, bastante acertados en todo caso), será un punto clave para salir lo mejor posible de cada uno de los entuertos que vendrán.  De Peeta, es posible descubrir de él una serie de aspectos notables, entre los que sobresale su gran don para la elocuencia, que a este muchacho tímido en primera instancia, le otorgará una destacada capacidad de convencimiento (por no mencionar además su creatividad y sentido artístico).  Y sobre el maduro Haymitch, pues a partir de En Llamas se humaniza más que nunca, puesto que comienza a develarse su pasado, de modo que se explica la razón de su dependencia al alcohol.   Entre este carismático trío, además, los lazos se estrechan más y más de forma bastante emotiva.
     Los nuevos personajes que hacen su debut en la novela y que destacan en ella son:

  • Finnick Odair: Guapo muchacho del distrito 4, experto en la lucha con tridente (ya que la zona en que vive se dedica a la pesca).  Aparentemente alguien pretencioso y egoísta, demuestra ser un sujeto mucho más interesante y virtuoso en realidad.
  • Johanna Mason: Del distrito 7, maneja con gran experticia el hacha (puesto que en su hogar trabajan en la tala de árboles), la que puede lanzar de forma mortal contra sus contrincantes.  Se muestra como una persona dura y hasta cierto punto amargada; al principio actúa de forma poco amistosa con Katniss, si bien le coquetea a Peeta; no obstante tal como Finnick, posee sus propios secretos.  Además es bastante deslenguada.
  • Mags: Anciana del distrito 4 que fue la mentora de Finnick, razón por la cual esta admirable mujer se ha convertido para éste en una figura materna (y en una de las pocas personas en quien confía).   Entró al Tercer Vasallaje de voluntaria, como otro gesto de amor por su protegido.  Es dulce y apenas habla.  Cuando nadie confiaba en ella como aliada en los nuevos Juegos del Hambre, salvo Finnick, Katniss se decide por ella para tenerla a su lado.
  • Beete: Hombre maduro del distrito 3, quien resulta ser un genio indiscutido, con un manejo extraordinario de la electricidad y todo tipo de artilugios mecánicos.  Junto a su pareja, Wiress, se convierte en un esencial aliado para Katniss y los suyos.
  •  Plutarch Heavensbee: Responsable de los Juegos del Hambre actuales, tras el deceso (obligado) de Seneca Crane.  A este hombre Katniss lo conoce durante un baile en el Capitolio, antes de que se supiera lo del Tercer Vasallaje.  Mientras se desarrolla tal evento, éste se acerca a ella y tienen ambos una extraña conversación, que en más de una ocasión le rondará en la cabeza a la heroína.  Como muchos personajes de Los Juegos del Hambre, Plutarch es mucho más de lo que aparenta.

     En cuanto a la película, fue estrenada hacia finales del año pasado.  A partir de esta cinta, la dirección de los filmes de la saga se encuentran a manos de Francis Lawrence (quien antes de trabajar para la saga, realizó un efectivo trabajo dirigiendo videoclips para numerosos cantantes de éxito y luego debutó en el cine con la más que interesante adaptación fílmica del cómic de terror sobrenatural de DC Hellblazer y conocida en su formato cinematográfico como Constantine).  Si bien Lawrence se muestra eficaz en esta historia, alternado sin problemas entre las escenas de acción y las más intimistas, carece del sentido más estilizado de su precursor Gary Ross (quien estuvo al mando en Los Juegos del Hambre); no obstante el actual director supo manejar los medios con los que contó, haciendo un producto más comercial y menos sofisticado artísticamente hablando, pero aún así consiguió un largometraje superior en muchos aspectos a la primera cinta.  En todo caso, el éxito de esta segunda obra, se debe además a una potente historia (fruto de una novela magnífica y de un muy buen guión adaptado), como en especial al talento de sus actores, quienes consiguen en verdad llegar al corazón del espectador; de este modo, una vez más es posible sentir de forma empática aquello por lo que pasan los protagonistas, quienes en más de una ocasión pasan por vicisitudes inolvidables.   En este último sentido, a lo largo de su metraje, hay más de una escena realizada con maestría y difícil de no apreciar por su calidad dramática: como cuando se realiza de la forma más patética el sorteo para el Tercer Vasallaje en el distrito 12, la ya mencionada visita al distrito 11, el programa televisivo de la noche previa a los Juegos del Hambre y el impactante clímax de la cinta.
    A su vez, una vez más en esta versión cinematográfica se eliminaron de la trama unas cuantas líneas argumentales, de modo de que no quedara tan saturado el conjunto; ello fue en especial a buena parte de lo transcurrido en el distrito 12, antes de que se supiera lo del Tercer Vasallaje; entre ello el encuentro de Katniss en el bosque con dos disidentes, quienes pretenden llegar al mítico distrito 13.  Por otro lado, destaca el trabajo que se hace con los personajes del presidente Snow y de Plutarch, los cuales acá poseen varias escenas y que originalmente recién vienen a desarrollarse en la tercera novela.
     Por cierto, el actor que interpretó a Plutarch, fue el no hace mucho fallecido actor multipremiado Philip Seymour Hoffman, en quizás su última actuación para una película (no obstante se supo que alcanzó a firmar unas escenas para la siguiente cinta, aunque a la larga de seguro estas tendrán que ser rehechas, para ser reemplazado por otro artista).   Una verdadera gran pérdida para el séptimo arte y más aún para esta saga, que bien se enalteció con su aporte para En Llamas.
     Para terminar, no se puede menospreciar el trabajo del compositor James Newton Howard, quien como en la primera película de la serie, creó preciosos temas sinfónicos, si bien en este caso recreó unos cuantos de Los Juegos del Hambre.

domingo, 13 de abril de 2014

La Conspiración llega al Universo Marvel.


     Steve Rogers, nombre civil del archiconocido superhéroe Capitán América, fue uno de los primeros personajes de su tipo, aparecido durante la llamada Edad de Oro de los cómics (ésta corresponde a las décadas de los treinta y cuarenta del siglo XX).  En aquella época sus aventuras correspondían a batallas en plena Guerra Mundial, datando sus revistas iniciales de tal periodo histórico, detalle que explica en parte su carácter chovinista y panfletario, como cúmulo del ideal del soldado patriota y perfecto ante todo.  Luego pasaron los años y como muchos cómics de la época, el Capitán América desapareció de las imprentas y los kioscos, hasta que a principios de los sesenta un joven guionista de nombre Stan Lee, lo rescató del limbo editorial y le dio nueva vida.  Sabiendo que ya no valía la pena contar más enfrentamientos entre Steve Rogers y los malísimos nazis como antiguamente se hacía, el hombre a cargo de los primeros éxitos de la casa Marvel, tuvo la genial idea de llevar al superhéroe a la actualidad de aquel entonces.  ¿Y cómo lo hizo? Pues bien: La mejor manera de hacerlo de una forma convincente, era contar que por esas situaciones tan propias de este tipo de historias, el Capitán América (el “Capi” para los más frikis) fue criogenizado y luego despertado de su hipersueño, lo que en parte respondía a su apariencia juvenil pese al pasar de los años.  A su vez muchos de sus enemigos originales, como Cráneo Rojo, por una u otra razón siguieron viviendo todavía manteniéndose jóvenes, de modo que era inevitable que sus caminos volvieran a encontrarse.
      Por largo tiempo el Capitán América, quien por supuesto representa en su persona lo mejor del espíritu gringo en el universo Marvel (claro, visto todo desde una forma por completo positiva, ya que carece de los defectos propios de los ideales expansionistas y arrogantes de su nación), ha contado con gran éxito en su sello editorial, llegando a encontrarse entre los superhéroes más icónicos en materia de historietas estadounidenses e incluso mundial.  Por todo esto, era evidente que saltara a otros medios masivos y así fue como tuvo su propia serie animada en la misma década de su renacer y luego unas cuantas películas menores de imagen real, que la verdad en este último caso no le hicieron justicia.  Pues bien, cuando la llamada Casa de las Ideas se puso en plan de lanzar en serio sus personajes al séptimo arte, armando luego toda una línea argumental unificadora que uniera a varios de sus representantes hasta llegar al filme sobre su primer equipo de superhéroes, Los Vengadores (lo que entre los seguidores más acérrimos se llama Fase 1, siendo que ahora con las últimas películas de la franquicia nos encontramos en plena Fase 2), era seguro que alguien como el Capi debía tener una nueva oportunidad; fue así como en el año de 2011 se estrenó con bombos y platillos Capitán América: El Primer Vengador, la que superó las expectativas, de modo que luego el personaje fue uno de los protagonistas de la mencionada Los Vengadores  al año siguiente.  Por último, en el transcurso del año pasado tuvo un interesante cameo en Thor: Un Mundo Oscuro, la ingeniosa secuela para el cine sobre el Dios del Rayo.

Arte conceptual para esta cinta.
     Pues bien, hace casi un mes los cines se abarrotaron con la puesta en escena de la nueva cinta dedicada a Steve Rogers, llamada Capitán América y el Soldado de Invierno.  En esta ocasión la dirección estuvo a cargo de los hermanos Anthony y Joe Russo, quienes reemplazaron con gran éxito a  Joe Johnston, director de su primer filme.   Como era de esperarse, no sólo el encantador Chris Evans volvió a repetir a su personaje, si no que con él también volvieron actores de la primera cinta en sus papeles ya conocidos, como el siempre solvente Samuel L. Jackson (¡ídolo!) como Nick Fury, la bella Scarlett Johansson  como Natasha Romanov/Viuda Negra y muchos más en papeles breves, pero significativos para el desarrollo de la cinta.   A su vez en el largometraje se agregaron nuevas caras, entre las que destacan nada menos que Robert Redford haciendo en esta ocasión de villano (¡impagable este regalo!) y  Anthony Mackie, quien aquí interpreta nada menos que a un nuevo superhéroe para la saga cinematográfica Marvel: Falcon.
      En un afán de otorgarle mayor peso dramático, al desarrollo de las tramas de esta serie de obras fílmicas de gran éxito, en esta ocasión se optó por basar el conflicto de la nueva cinta en una exitosa novela gráfica del Capitán América: El Soldado de Invierno, escrita por el siempre eficaz y multipremiado Ed Brubaker, durante su etapa a cargo de los cómics del llamado Centinela de la Libertad (quien a su vez tuvo en sus manos algunos de los mejores periodos de Daredevil y Batman).   El guión, que a su vez inspiró a uno de los mejores episodios de la segunda temporada de la ya de culto serie animada de Los Vengadores, consiste en pocas palabras en lo siguiente: Un misterioso asesino conocido con el ominoso nombre de Soldado de Invierno, está detrás de varios homicidios, de modo que le toca al Capi detenerlo; no obstante su tarea resulta más difícil de lo que esperaba, ya que su nuevo contrincante demuestra una habilidad física tan soberbia como la suya.  Es entonces que tras investigar quién es el verdadero responsable sobre todo lo que está ocurriendo, descubre la verdadera identidad del Soldado de Invierno, quien resulta ser nada menos que una de las personas más cercanas de su pasado durante la Segunda Guerra Mundial (además, en pocas palabras, Steve Rogers se entera de que no es el único supersoldado de Marvel).
      Como ya se dijo, la nueva cinta del Capitán América se encuentra inspirada en el arco argumental ya mencionado, aunque también se hace calzar su trama dentro de la continuidad propia de esta serie de películas, que ya lleva años cosechando éxitos (debe hacerse mención para ser justos, que el mismísimo Brubaker alabó la adaptación de la celebrada obra suya, llegando a afirmar que ésta vendría siendo el mejor título del sello Marvel para los cines).   Es así como en este caso, cumplen un rol fundamental los queridísimos personajes de Nick Fury y la Viuda Negra, a los que se agrega el también ya nombrado Falcon, quien se supone volverá como uno de los protagonistas de Los Vengadores 2.  Sobre Falcón (aún poco conocido por las tierras latinoamericanas), se trata de un personaje antiguo de las historietas, si bien secundario, siendo además otro de los superhéroes de raza negra, con los cuales Marvel ha demostrado liderar el mercado superheroico con personajes de dicha etnia (pues tiene entre sus filas a personajes tan famosos y amados como Tormenta y Bischop en los X-Men, Pantera Negra de Los Vengadores, War Machine/Iron Patriot de los cómics de Iron Man y el Hombre Araña actual del universo Ultimate, por no mencionar a la misma versión afroamericana de Nick Fury, introducida a partir de Iron Man 2); a su vez la idea de agregar a alguien como Falcon a esta cinta, ha sido toda una estrategia para potenciarlo, como ya se está haciendo al hacerlo parte de la nueva serie animada de Los Vengadores (y tal como ya veremos con la cinta que está por venir de Los Guardianes de la Galaxia, un grupo superheroico que tampoco es muy popular aún en esta zona del mundo y al cual se desea internacionalizar).  Por último en lo que respecta a Falcon, su versión cinematográfica bien resulta agradable y toda una contribución, lejos de su variante pacata de la primera y desastrosa serie animada de 1999 de Los Vengadores (llena de puros superhéroes olvidables formando parte de esta alineación, salvo el Hombre Hormiga y la Avispa, claro).
     
Edición española compilatoria
de la obra original que inspiró la peli.
Tal cual nos tienen acostumbrados con la actual tanda de películas Marvel para el cine, sus productores siguen agregándole a los guiones una ingeniosa cuota de humor; no obstante en este caso, el elemento cómico se encuentra dosificado, a diferencia de otros largometrajes.  En cambio lo que sí brilla en Capitán América y el Soldado de Invierno son las abundantes escenas de acción, las que no dejan de superar las de su predecesora, llegando a provocar admiración en el espectador.  Es así que destaca una especial pelea que mantiene el Capi dentro de un ascensor, contra varios agentes enemigos; también cabe mencionar cada una de las intervenciones del mismísimo Soldado de Invierno, quien hasta cierto punto “se roba la película”.  Tampoco se puede obviar dentro de este apartado, la batalla final de la cinta, la cual transcurre en el aire, incorporando nada menos que a tres helicarriers, los armatostes voladores de SHIELD, de los cuales ya se vió uno en Los Vengadores.
     Los entendidos de los cómics Marvel, bien sabemos que SHIELD corresponde a una poderosa agencia de espionaje internacional, la cual ostenta una fundamental participación dentro de las revistas de la compañía; pues bien, ésta se ha visto formando parte de las cintas Marvel, desde Iron Man 2.  En este caso concreto, su papel resulta preponderante, incluso por sobre lo visto en Los Vengadores.  Esto debido a que en la película se muestra que no importa qué tan bien se encuentre diseñada la organización de un grupo como SHIELD y el cual se supone que trabaja para salvaguardar la paz y la justicia (gracias además a tener entre sus filas a los mejores profesionales para dicho campo): nada es infalible y es así cómo es posible que el mal se infiltre y logre hacer de las suyas, engañando a quienes confían sin vacilaciones en sus buenas intenciones.  De este modo la película en cuestión se constituye en un trhiller  político y donde alguien como el Capitán América, apoyado por sus aliados, debe hacer brillar al luz de la verdad, aún a costa de que pareciera que los verdaderos malvados son los superhéroes mismos.  Por ende los temas de la confabulación y del gobierno secreto no dejan de hacerse presentes en la trama, contándonos una historia donde la “sana paranoia” por lo verdaderos artífices del poder, vuelve una vez más a hacer de las suyas en el cine hollywoodense.    Entonces es que la película se encuentra llena de increíbles sorpresas, las que se refieren no sólo a la revelación acerca de la verdadera identidad del nuevo enemigo, si no a quién resulta ser en realidad la mano negra detrás de todo lo que está ocurriendo (además de impactarnos con la “muerte” de uno de sus fabulosos protagonistas).
     Para terminar, un consejo: quien vaya a ver la cinta por primera vez al cine, haga lo que ya antes se ha afirmado con las películas de la saga… ¡No abandone tan pronto las butacas! (no se arrepentirá).
Una curiosidad: Afiche "retro" de esta cinta.

viernes, 11 de abril de 2014

Las múltiples facetas de una obra como “El Extraño Caso del Doctor Jekyll y Mr. Hyde” de Robert Louise Stevenson.

Ilustración de la época de "El Extraño Caso del Doctor Jekyll y Mr. Hyde".
    En un ya lejano 1886 el escritor inglés Robert Louise Stevenson, publicó una de sus obras más famosas (quizás sólo opacada por su celebérrima La Isla del Tesoro) y que se constituiría en uno de los pilares fundamentales, de un nuevo género literario que durante aquel siglo se estaba gestando: la ciencia ficción.  El libro en cuestión corresponde a El Extraño Caso del Doctor Jekyll y Mr. Hyde, novela corta que apenas apareció, logró inspirar a un montón de otros artistas a escribir relatos parecidos y/o relacionados con los tormentos de sus especiales protagonistas, como también a crear varias adaptaciones de tan popular obra, tanto para el cine, televisión, cómic y otras manifestaciones propias de la creatividad humana    Aparecida en la época de la expansión de la tecnología, conocida como Revolución Industrial, con el desarrollo de nuevos avances científicos que en muchos casos implicaron una mejora para la calidad de vida de los seres humanos y en otras la instrumentalización de éste mismo a través de la producción en masa de las nacientes fábricas, esta novela corta se constituye entre otras cosas en el reflejo descarnado de su tiempo.
     Al tratarse de un texto clásico con tanta presencia en las manifestaciones culturales, como ya se afirmó arriba, hoy en día incluso quienes no han leído tan potente texto, conocen el eje principal en el que se mueve este relato:  El doctor Jekyll era un prodigioso científico, quien un día en su afán de expandir sus conocimientos acerca de la naturaleza humana, creó una pócima que al ingerirla lo convertía en un sujeto por completo diferente a él; pues mientras como Jekyll su personalidad era recatada y amable, Mr. Hyde era un individuo cruel y de apariencia siniestra.  Es así como ante el cambio intermitente entre una y otra personalidad del sabio, aparece la desgracia cuando el aspecto más dominante, el cual viene a ser justamente el del malvado Hyde, comienza a hacer de las suyas y a desear tener el control de todo.  
    
Portada de una edición antigua de este libro.
Cuando el lector se encuentra con el relato original que tantas versiones/alteraciones ha inspirado a lo largo de los años y más encima teniendo ya una imagen preconcebida en su memoria acerca de su trama, se encuentra con más de una sorpresa.  En primer lugar está el hecho de que si bien la narración se encuentra en gran parte hecha a través de un narrador omnisciente, todo esto es abordado desde el punto de vista de un personaje que para nada resulta ser el mentado Dr. Jekyll, ni mucho menos su alter ego Mr. Hyde; al contrario, incluso se podría decir que es este “inesperado” personaje, un abogado amigo del científico en cuestión, quien es el gran testigo de todo lo que implica el horrible experimento al que se ha sometido su compañero de tantas agradables tertulias.  De hecho, el libro comienza con una descripción de este hombre, que a su manera representa el buen juicio y la cordura por sobre la irresponsabilidad y soberbia de una persona como Jekyll (alguien capaz de ir en contra de lo que se supone son los límites del conocimiento humano y que por ello, cual el mismo Víctor Frankenstein, cae en desgracia ante la imposibilidad de manejar por completo aquello que ha conseguido).  El sujeto, a diferencia de Jekyll, resulta ser alguien en apariencia demasiado corriente y hasta aburrido, no obstante su actuar a lo largo de las páginas demostrará la preponderancia de su personalidad templada, por sobre la de alguien de temperamento más visceral.  Cabe compartir el retrato que hace el narrador sobre este abogado, quien, como ya se dijo, será en gran parte los ojos a través de los cuales los lectores llegamos a conocer tan “extraño caso”:

     Utterson, el notario, era un hombre de cara arrugada, jamás iluminada por una sonrisa. De conversación escasa, fría y empachada, retraído en sus sentimientos, era alto, flaco, gris, serio y, sin embargo, de alguna forma, amable. En las comidas con los amigos, cuando el vino era de su gusto, sus ojos traslucían algo eminentemente humano; algo, sin embargo, que no llegaba nunca a traducirse en palabras, pero que tampoco se quedaba en los mudos símbolos de la sobremesa, manifestándose sobre todo, a menudo y claramente, en los actos de su vida.
     Era austero consigo mismo: bebía ginebra, cuando estaba solo, para atemperar su tendencia a los buenos vinos, y, aunque le gustase el teatro, hacía veinte años que no pisaba uno. Sin embargo era de una probada tolerancia con los demás, considerando a veces con estupor, casi con envidia, la fuerte presión de los espíritus vitalistas que les llevaba a alejarse del recto camino. Por esto, en cualquier situación extrema, se inclinaba  más a socorrer que a reprobar”.

     Cuando aún no se acuñaba el concepto de ciencia ficción, esta obra de Stevenson se constituyó en una de sus primeras manifestaciones literarias serias, ya que el proceso que lleva a su personaje a cambiar de un sujeto a otro, se origina en una manipulación de los elementos a través de un procedimiento científico y no en el típico recurso mágico de la literatura que hasta el momento se escribía.  De este modo como bien sucedió con trabajos como el ya mencionado Frankenstein de Mary Shelley, las narraciones de H. G Wells o varias de los viajes extraordinarios de Julio Verne, este texto se constituye sin reservas en un ejemplo de la ciencia ficción del siglo XIX.  Como era habitual en estas primeras expresiones del género (antes de que se introdujera el lenguaje claramente técnico y la jerga pseudocientífica, con el fin de hacer más verosímil el mundo ficticio, dentro del cual se ambientan este tipo de historias), el narrador no se detiene en mayores detalles sobre los experimentos del doctor (quien por cierto se transforma en uno de los primeros Mad Doctor, “Científico Loco” en español, de la narrativa).  En todo caso, este recurso de mencionar tan someramente las actividades del especialista, para llevar a cabo sus acciones vanguardistas, aún hoy en día es utilizado por aquellos autores que no poseen mayores conocimientos especializados (razón por la cual deben recurrir a su creatividad más metafórica o al misterio para sobrellevar lo que les falta).  En el caso concreto del libro en cuestión, tan sólo sabemos que el doctor Jekyll ha usado una intrigante mezcla química de polvos, que le ha permitido conseguir su objetivo:

      “Aquí procedí a examinar mejor el contenido. Los polvos estaban en papeles muy bien envueltos, pero debía haberlos preparado Jekyll, ya que les faltaba esa precisión del farmacéutico. Al abrir uno, encontré lo que me pareció simple sal cristalizada, de color blanco. La ampolla estaba a medio llenar de una tintura rojo sangre, de un olor muy penetrante, que debía contener fósforo y algún éter volátil, entre otras sustancias que no pude identificar. El cuaderno era un cuaderno vulgar de apuntes y contenía principalmente fechas. Estas, por lo que noté, cubrían un periodo de muchos años, pero se interrumpían bruscamente casi un año antes; algunas iban acompañadas de una corta anotación, o más a menudo de una sola palabra, "doble", que aparecía seis veces entre varios cientos, mientras junto a una de las primeras fechas se leía "Fracaso total" con varios signos de exclamación”.

     Afirma uno de los personajes, que da testimonio de los restos de la labor hecha por el doctor Jekyll.
Afiche de película muda basada en esta obra.
      Uno de los temas más antiguos de la literatura, desde su tradición oral a través de los mitos y las leyendas, es el de la soberbia del ser humano, con el consecuente castigo (divino o no) ante la falta del responsable.  Esto lo podemos ver en casos tales como la caída de Lucifer y sus ángeles del Cielo (detallada de forma inolvidable en El Paraíso Perdido de John Milton), la expulsión del Paraíso de Adán y Eva tras comer del Fruto Prohibido del Árbol de Bien y de la Ciencia y el derrumbe de la Torre de Babel, todos ellos parte de las creencias judeocristianas; además se pueden traer a colación las historias de Prometeo e Ícaro y Dédalo de los griegos (el primero robó el fuego de los dioses para entregarlo a los hombres, de modo que fue condenado a un terrible suplicio; mientras que los otros dos cayeron del cielo tras construirse alas de cera que se derritieron con el calor del sol, al querer volar como las aves y los dioses, lo que supuestamente no les correspondía por ser simples mortales).  De este modo, alguien como el doctor Jekyll representa el deseo natural del ser humano por sobrepasar sus límites, aún a costa de perder su propia humanidad (¿Recuerdan el viejo dicho que dice la curiosidad mató al gato?).
     Llama la atención, que en su esencia del doctor Jekyll es un individuo por completo respetuoso de los patrones de la rígida cultura victoriana, en la que fue escrita y se ambienta esta obra (sociedad regida por la mano matriarcal de la corona británica, bajo el liderazgo de la reina Victoria).   Así es como la obra trata de un sujeto que viene a ser alguien respetado entre los demás miembros de su comunidad, siendo además médico, profesión que supuestamente tiene relación con la alta calidad de su espíritu.  No obstante tal como demuestra el desarrollo de los acontecimientos de la novela, su conducta esconde un lado oscuro que es el que sale a flote una vez que realiza su siniestro experimento.  Por ende, otro tema capitular en esta obra, es el de la dualidad del ser humano, en el que conviven el bien y el mal en potencia y que se manifiestan según los anhelos de cada sujeto.  La apariencia del doctor Jekyll inspira confianza, en cambio cuando es Hyde quien se encuentra a flote, su aspecto no deja de ser la representación de toda la vileza humana, al más puro estilo maniqueo.  A su vez tal como es habitual en la literatura del terror de este periodo, hasta más o menos la época de Lovecraft, el elemento horrorífico y monstruoso tan solo se insinúa, ya que el narrador  opta por las descripciones escuetas que más bien sugieren, en vez de utilizar las caracterizaciones de tipo explícito y grotescas, que luego serían habituales en autores tales como Stephen King y Clive Barker:

     “-No es fácil describirlo. Hay algo que no encaja en su aspecto; algo desagradable, algo; sin duda, detestable. No he visto nunca a ningún hombre que me repugnase tanto, pero no sabría decir realmente por qué. Debe ser deforme, en cierto sentido; se tiene una fuerte sensación de deformidad, aunque luego no se logre poner el dedo en algo concreto. Lo extraño está en su conjunto, más que en los particulares. No, señor, no consigo empezar; no logro describirlo. Y no es por falta de memoria; porque, incluso, puedo decir que lo tengo ante mis ojos en este preciso instante”.

     Y también:

      “El notario se quedó un momento como Hyde lo había dejado. Parecía el retrato del desconcierto. Luego empezó a subir lentamente a la calle, pero parándose cada pocos pasos y llevándose una mano a la frente, como el que se encuentra en el mayor desconcierto. Y de hecho su problema parecía irresoluble. Hyde era pálido y muy pequeño, daba una impresión de deformidad aunque sin malformaciones concretas, tenía una sonrisa repugnante, se comportaba con una mezcla viscosa de pusilanimidad y arrogancia, hablaba con una especie de ronco y roto susurro: todas cosas, sin duda, negativas, pero que aunque las sumáramos, no explicaban la inaudita aversión, repugnancia y miedo que habían sobrecogido a Utterson”.


      Resulta curioso tener en cuenta que por lo general en las distintas versiones audiovisuales o representaciones gráficas que se han hecho de Mr. Hyde, su pequeñez patológica que simboliza su falta de la perfección que significa el ser humano normal y natural (razón por la cual su propia humanidad se encuentra disminuida), es mostrada en cambio visualmente como una criatura gargantuesca y bestial, es decir, de mayor tamaño que el del atribulado doctor Jekyll (como bien se puede ver en el ser que aparece en la película Van Helsing y donde aparecen varios monstruos clásicos del cine y la literatura).  También puede resultar interesante saber que cuando el autor dio vida a esta clásica narración, continuó con la tradición de otorgarle a sus personajes nombres de gran carga semántica; así es como el apellido del doctor protagonista hace alusión a su lado malvado, ya que kill en inglés significa asesinato y killer asesino, de modo que el apellido creado por Stevenson juega con el parecido fonético de estas  dos palabras; a su vez Hyde, se parece al vocablo inglés hide, que corresponde a ocultar (de este modo en el primer caso, se hace referencia a la responsabilidad directa del doctor por los asesinatos realizados bajo la forma de su alter ego, como también al potencial asesino que es y que por ello origina su particular doble maligno; mientras que en el segundo caso resulta clara su naturaleza oculta al resto de la gente, ya sea por haber estado largo tiempo latente y luego por su inclinación a vivir a escondidas de los demás).
     Para terminar, entre las numerosas versiones, adaptaciones e inspiraciones que un texto como éste ha provocado, se pueden nombrar los siguientes casos curiosos (aparte del ya mencionado arriba):

  • En la serie animada Rambo (basada en las famosas películas de Silvester Stallone) de los ochenta, uno de los villanos habituales del héroe era nada menos que el Doctor Hyde.
  • Uno de los mayores enemigos de alguien como Batman, resulta ser Dos Caras, epítome de la dualidad en los cómics de este famoso personaje; éste tiene la mitad del rostro deformado y resulta ser un psicopático criminal obsesionado con el número dos, siendo además su lado desfigurado la representación de su vileza.
  • La BBC produjo hace unos años atrás una miniserie llamada Jekyll y la que muestra desde la actualidad a un descendiente del doctor Jekyll original, quien vive en especial armonía junto a su alter ego; ambos pasan por unas cuantas aventuras en las que resulta esencial su trabajo en equipo.
  • En 1996 se estrenó en cines la cinta Mary Reilley del director británico Stephen Frears y teniendo en el reparto a actores de la talla de John Malcovich, Julia Roberts y Glen Close.  Basada en la novela homónima de Valerie Martin, cuenta la historia del Doctor Jekyll y Mr. Hyde, desde el punto de vista de una de las empleadas del famoso doctor.  El filme resulta ser bastante digno, pese a que en su momento no fue bien recibido.
El malvado Doctor Hyde de la recordada serie animada de Rambo.

domingo, 6 de abril de 2014

¿Qué está pasando con “The Big Bang Theory”?

Los amigos protagonistas de esta singular serie.  De izquierda a derecha:
Bernadette, Howard, Raj, Penny, Sheldon, Leonard y Amy.



Dedico este texto a mis importantísimos amigos seguidores de esta serie: Leddita, Miguel, Mauricio, Marcelo López, Valeria, Marcelo Brito, Rosita, Alejandro, Luciano, María Elena e Iván.

    Cuando en el año 2007 se estrenó la hoy mundialmente famosa serie de televisión The Big Bang Theory, de seguro mucha gente  e incluso sus creadores, no tenía idea del impacto que esta comedia tendría dentro de la cultura popular. Tras haber llegado a su séptimo año de existencia y hace rato sobrepasado el “mítico” episodio N° 100, es posible identificar en su desarrollo cierto cambio, que a más de uno de sus seguidores acérrimos debe haber molestado (y por qué no, también alejado de su objeto de culto): El punto en discusión fue la incorporación en el casting estable de otros personajes femeninos, además de la apreciada rubia protagonista Penny, quien desde su primer capítulo no sólo se robó el corazón de los cuatro amigos del programa, si no que de buena parte de los espectadores (de modo que bien podría decirse que “estas aparecidas”.  le quitaron la preponderancia que tenía antes de su llegada al programa).
     En resumidas cuentas, para quienes leen este texto y no saben de qué se trata la serie en cuestión (lo que difícil puede resultar creer, si es que por alguna razón se encuentran leyendo estas líneas), el show trata sobre cuatro amigos científicos, quienes conocen a la nueva vecina que ha llegado a vivir frente al departamento de dos de ellos, quienes comparten hogar.  A su vez cada uno de estos tipos posee su propia personalidad, bastante diferente, pese a los distintos temas en común que los unen.  Es así como desde el primer momento la bella muchacha irrumpe de lleno en sus vidas, alterándola por completo, a tal punto que por primera vez estos sujetos lograrán tener una verdadera amiga, siendo además ésta alguien hasta cierto punto de un mundo diferente al suyo (pues Penny no es científica, ni profesional, ni mucho menos una intelectual y menos una nerd como ellos; no obstante esencialmente resulta ser una buena persona, capaz de aceptarlos sin tapujos y que además logra contribuir al grupo, hasta hacerse indispensable en la felicidad de cada uno de ellos).  Con el paso del tiempo, Penny les muestra su manera de ver las cosas a estos cuatro hombres solteros de inteligencia prodigiosa, pero niños en el cuerpo de adultos y torpes para sociabilizar con otro tipo de gente; a su vez la joven aspirante a actriz, también llega a hacer parte de sí las pasiones de sus amigos.
     Hasta mediados de la tercera temporada, la serie seguía cierta dinámica en la que dos de los personajes principales, hacían lo posible por concertar una cita y/o ligar con alguna muchacha, de modo de terminar emparejandise o al menos tener una aventura amorosa.  Este hecho dio pie a varias situaciones jocosas, en las que Howard y Raj  mostraban su absoluta falta de criterio para unas cuantas cosas (siendo estos dos mejores amigos entre sí, a tal punto de que en más de una ocasión se había jugado/especulado sobre la condición homoerótica de dicha relación).  En cuanto a Leonard, tal como el Clark Kent post crisis de las aventuras de Superman, logró conquistar el corazón de su atractiva vecina desde su propia “normalidad”, si bien a lo largo de la serie el romance de ambos pasó sus propias cuitas; de este modo el hombre hasta cierto común que era, le rompió el molde a Penny, quien hasta el momento sólo se había fijado en atléticos, pero tontos adonis.  Con respecto a Sheldon (considerado por muchos lejos el mejor personaje de The Big Bang Theory y además su caracterización más sobresaliente, por parte del hoy multipremiado Jim Parsons), su especial personalidad le permitía no desear que entrara el amor en su devenir, de modo que a diferencia del resto, no sufría por los vaivenes del corazón.  No obstante como la vida misma está llena de sorpresas y como bien dice la memorable canción de Julio Numhauser “Cambia, todo cambia”, los argumentos de la serie fueron introduciendo de forma sutil, aunque con gran carga dramática, la presencia de otras dos mujeres en los episodios; ello se ha traducido a que en la actualidad estos dos agregados femeninos, ya forman parte indispensable de lo que resulta ser este sitcom.
      La vida real implica que gente nueva llega a convertirse en parte central de nuestra existencia y que además la mayoría de las personas requiera de la sociabilización, para llenar su necesidad de sentido de pertenencia y todo gracias a la comunión con los demás (esto es en todo tipo de relaciones interpersonales, ya sean amorosas, fraternales, familiares, de trabajo y demases).  A su vez no se debe olvidar que como bien el arte imita la vida, toda obra que se jacte de ser verosímil y por ello reflejar nuestra propia humanidad, tiende a representar estos diversos aspectos de nuestra naturaleza.  De este modo, los cambios argumentales en un programa como el que en estos momentos nos detenemos, son un requisito fundamental si en verdad se desea evolucionar una serie como ésta; de tal modo que además logre renovarse y no quedarse estancada repitiendo a cada momento los patrones con los que partió ya hace 7 años atrás.

Uno de los momentos más recordados de la sexta temporada.
      Es cierto que en un principio Penny se transformó en la musa inspiradora de tres de los cuatros amigos del programa, llegando a ser luego el objeto amoroso de Leonard; además hasta logró la difícil amistad de alguien como Sheldon, no obstante hacia la tercera temporada ya era necesario que la presencia femenina en los guiones permitiera crecer más al resto de los varones protagonistas.  Aquí es cuando fue introducida alguien como Bernadette, quien hacia finales de la quinta temporada llegó a casarse con Howard; lo mismo sucedió con la incorporación de Amy, la nada menos que novia de Sheldon (si bien la relación de estos dos no ha llegado a la consumación sexual, debido a las particulares manías de su enamorado).  Por ende, si a Leonard se le permitió conocer la felicidad de tener una pareja como Penny, lo que además se tradujo en un nuevo aprendizaje vital y significativo para éste, no había por qué negarle al resto el mismo tratamiento evolutivo.  Así es como un sujeto sexópata frustrado como Howard, quien nunca antes consiguió sintonizar en verdad con alguna mujer (aparte de su madre y con quien mantiene una relación de tipo edipiana), al conocer a Bernadette logró encontrar la compañera ideal y con quien dar rienda suelta a las facetas de su persona largamente reprimidas (cabe hacer notar, que Bernadette fue presentada por la misma Penny a Howard y al resto, ya que estas eran amigas desde hace tiempo).  En cuanto a la también carismática Amy (carismática a su manera, claro), su presencia en la circunstancia vital de alguien como Sheldon, ha logrado ser el mayor factor de humanización para un sujeto que no hasta hace mucho era incapaz de expresar sus carencias emocionales hacia quienes lo rodeaban.  Con respecto a Raj, hacia finales de la sexta temporada inició su propio romance, bastante tormentoso e irrisorio a su manera, con una chica aún más acomplejada que él y el cual para alguien que a la fecha sólo ha visto hasta la sexta temporada (como yo), quizás en qué irá a parar.
    Por años la serie a través de sus cuatro protagonistas varones, mostró el mundo los nerds, ñoños y frikis (todo con una mirada masculina, claro, puesto que gran parte de sujetos como estos conviven sólo con miembros de su género, en parte debido a su ineptitud para confraternizar con mujeres y también porque en muchos casos sus gustos no son del agrado de la mayoría de las damas).  De este modo fue posible mostrar (quizás por primera vez en la historia de la televisión) la realidad de aquellos hombres adultos y profesionales que continúan gozando de los cómics, la ciencia ficción, los videojuegos y de rol, series de TV y otros; esto conllevó a su vez a que un importante grupo de personas pertenecientes a tal tribu urbana, se sintiera reflejado como nunca en sus particulares personajes y con ello la serie se transformara en un ícono para dicha gente (entre los que no voy a negar me siento parte).  A su vez la popularización de una serie como ésta, permitió que sujetos lejanos a tal comunidad, la conocieran de lleno y pudiesen  ver los puntos de encuentro entre uno y otro.   No está demás decir que este encuentro entre mundos, ha sido abordado en el programa desde su episodio piloto, gracias a la mencionada llega de Penny a la vida del resto de los protagonistas.
      Pues bien, cuando se fueron agregando a la serie las ya citadas Bernadette y Amy, se fue creando de forma paulatina un nuevo grupo amistoso: el femenino.   Así fue cómo a partir de la quinta temporada se dedicaron varios espacios dentro de sus episodios, para mostrar la relación entre estas tres amigas, que al igual que sus “contrapartidas masculinas”, aún en sus diferencias, tienen tanto en común y se aceptan.  Por ende,  durante sus abundantes escenas, era posible ser testigos de conversaciones y planes de chicas, las cuales sin ser nerds en el sentido más puro de la palabras (bueno, Bernadette y Amy lo son hasta cierto punto, aunque no al nivel de los chicos), comparten una parte esencial de sus existencias con hombres que sí lo son.
    Luego se puede afirmar que gracias a este esencial cambio en la dinámica de los guiones, a partir de la consolidación de los personajes de Bernadette y Amy como miembros estables de la serie, más su amistad con Penny, hoy en día es posible ver en The Big Bang Theory las dos caras de una misma moneda.  Es así como un detalle relevante en sus créditos de apertura, es que al final de estos, en la típica escena de los amigos cenando en el living de Sheldon y Leonard, a partir de la sexta temporada Penny ya no es la única mujer del grupo.
     Y por cierto, lo que me llevó a escribir este texto, fue que mis amigos Mauricio Tapia y Miguel Acevedo (de quienes ya he escrito en este blog), me habían manifestado su malestar respecto a los cambios sufridos por este programa; incluso Miguel en más de una ocasión me dijo en forma despectiva, que se estaba pareciendo ya a Friends.  No obstante como ya afirmé, a mí esta nueva forma que ha tomado uno de mis programas favoritos, no me molesta, al contrario (lo que espero haberlo demostrado con lo aquí escrito).  

Todos cenando alegremente en casa de Sheldon y Leonard.
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