viernes, 30 de abril de 2021

El Cine de Alex de la Iglesia (III).


     Hace rato ya que me vi la primera temporada de la serie de horror 30 Monedas de Alex de la Iglesia, en febrero de este año, y aún no escribo sobre ella, porque antes de hacerlo me dispuse a escribir sobre la filmografía de este director/guionista/productor; se trata de una labor que me ha ocupado tiempo, puesto que me dispuse a verme de nuevo toda su obra cinematográfica, que es más o menos extensa y por eso mismo he dividido en 3 partes mi revisión personal al respecto.  Una confesión debo hacerles, en todo caso, y es que pese a lo que me encanta este artista, me he negado a ver su documental sobre el futbolista Messi (puesto que para nada paso ese deporte).  Bueno, ya es hora de darle punto final a este paseo que me ha traído muchas satisfacciones, puesto que ha sido más que grato volver a contemplar sus títulos, que me gustan mucho y la mayoría de ellos ya apenas los recordaba.  Espero a quienes no han visto estos filmes, les atraiga la idea de hacerlo ahora y a ver si en algún momento me comparten sus impresiones al respecto.
 
11. La Chispa de la Vida (2011).
 
     Acá estamos frente a la película “dramática” del realizador, pese a sus pequeños agregados de humor absurdo y que muy bien sabe usarlos para justamente acentuar la atmósfera depresiva de esta historia.
     Un publicista que lleva un buen tiempo cesante (“en el paro” le dicen en España), anda desesperado buscando un trabajo, que ya no soporta ser mantenido por su esposa (profesora) y por el apoyo del Gobierno que recibe.  En su juventud fue responsable de un famoso slogan de Coca-Cola, pero luego de ello nunca más consiguió un éxito de tales niveles.  La mala suerte llega a su cenit, cuando sufre un espantoso accidente que lo deja inmovilizado, quedando expuesto a que todo el mundo lo vea, mientras su familia acongojada los acompaña y los especialistas tratan de salvarle la vida.
     La mirada descarnada y ácida que hace del morbo de la gente ante las desgracias ajenas y de toda la cobertura que hacen los medios masivos con el fin de sacar provecho de estas noticias, no nos dejan impávidos y pese a las sonrisas (o risas) que nos saca ante las ridiculeces de algunas reacciones de los personajes (para nada alejadas del mundo real), no impiden dejarnos con un sabor amargo una vez terminada la cinta.
    Por otro lado, pese a que en general de la Iglesia acostumbra mostrarnos relaciones de pareja erráticas y donde sus integrantes demuestran que sus sentimientos mutuos son demasiado frágiles y/o superficiales, en esta ocasión solo el poder  del amor que hay en la familia del desgraciado publicista (esposa, hijo e hija), logra dignificarlos y ponerlos por sobre muchos de los otros fríos personajes interesados solo en ganar dinero con lo que está pasando.  Respecto al núcleo familiar del protagonista, destaca la figura del hijo varón y mayor del matrimonio, un tipo “gótico” y de apariencia andrógina, quien nos demuestra que cuando hay verdadero amor las diferencias de estilo de vida son algo insignificante.
     En el papel de la amorosa esposa está la siempre hermosa Salma Hayek, en su única colaboración con nuestro director, demostrándonos su versatilidad tras tantos grandes papeles en la que la hemos disfrutado.
 

12. Las Brujas de Zugarramurdi (2013).
 
     Mi película favorita de Alex de la Iglesia, viene a ser su segunda comedia de horror… ¡Y vaya que le salió estupenda!
     Unos ladrones de poca monta (más bien inexpertos), se dan a la fuga en circunstancias muy cómicas y llegan hasta un pueblito olvidado donde se encuentran, tal como dice el nombre, con unas brujas.  Una sociedad matriarcal impera en el lugar y allí los hombres solo son recibidos como víctimas, en un culto de orígenes ancestrales.  A los fugados se les une a la fuerza un taxista y también, que no podíamos olvidarlo, el único hijo del líder de los aspirantes a delincuentes. 
     Humor abundante donde los efectos especiales y los personajes más extravagantes, desde el primer periodo del cineasta, hacen de este largometraje un reencuentro con ese de la Iglesia de antaño, que ahora se nota ha aprendido mucho a lo largo de su experiencia tras las cámaras. 
    Cabe mencionar que detrás de todas las carcajadas, que podemos llegar a tener gracias a esta obra, se encuentra una interesante alusión a la guerra entre los sexos, referida a la propia naturaleza de cada género y cómo estos se compartan con sus pares y con los otros; las diferencias entre unos y otros, pero también la necesidad de encontrar un (a) compañero (a) incondicional en otra persona, no deja de estar presente y es que tal como no los muestra el gracioso epílogo, con ello logramos obtener la plenitud que todo el mundo busca.
     Tercera y última (a la fecha) colaboración con la siempre simpática Carmen Maura y la primera con los guapísimos (y muy talentosos) Hugo Silva, Mario Casas y Jaime Ordóñez (quien quiera escoja con quién se queda, je).  Varios otros actores recurrentes a la filmografía del director encontramos acá y entre ellos, su pareja, la preciosa Carolina Bang.
    Destacable viene a ser el detalle que esta es la primera película de Alex de la Iglesia en tener personajes LGTB (bueno, el antecedente podría ser el chico gótico más arriba mencionado), incluyendo una pareja gay (y ambos bien masculinos… Que, por mi parte, ya me molesta se acostumbre solo a poner parejas de tipo masculino/femenino) y un par de travestis (o transgéneros, que no queda claro su verdadera identidad).


Como no me dejan mostrarles el tráiler, les dejo con los bellos créditos de apertura
 y unas escenas como aperitivo.

13. Mi Gran Noche (2015).
 
     Quizás el mejor filme de su responsable, capaz de sacar más risas que cualquiera de sus películas.  En un canal de televisión se está filmando de manera adelantada un especial de Año Nuevo y para ello se ha armado una tremenda producción llena de artistas, espectáculos y extras (“figurines” creo les llaman en la Madre Patria).  A dicho evento acude un artista muy especial, Alphonso, interpretado por el ídolo de Alex de la Iglesia, el mismísimo Raphael en una suerte de autoparodia de sí mismo (no olvidemos que en Balada Triste de Trompeta ya le había hecho su homenaje, empezando por el nombre de esta cinta que viene de una famosa canción del artista); el cantante es un hombre vanidoso, egocéntrico y mañoso, sumándose a su presencia varios conflictos que implican una huelga que se desarrolla fuera del recinto y que amenaza con traer problemas, un asesino infiltrado, las desavenencias entre los conductores y muchas otras locuras, que hacen de este largometraje algo inolvidable e ideal para divertirse de principio a fin.
     El protagonismo al más puro estilo coral como sucede con la cinta que precede a esta y a las que le vendrán, está incluso mucho mejor delineado que en el caso de Las Brujas de Zugarramurdi, bajo el cual se rescata el gusto por los personajes bizarros y con los que comenzó la carrera del cineasta; pero lo interesante al respecto y llegados a esta altura de su carrera, es que ahora no se trata de sujetos de apariencia esperpéntica, como en el recién mencionado título y otros como Acción Mutante, sino que de gente “normal” o supuestamente sofisticada y que actúa de manera errática, como bien podemos apreciar en la vida normal.
    No se puede negar que pese a lo odioso de su rol, “Er Niño” no puede caernos mejor y es que el papel está ideal para él.  El resto de los protagonistas está tan genial, que uno puede llegar a tener más de un favorito entre este abanico y en mi caso, mucha gracia me causan los personajes del cantante de pocas luces y el mismísimo aspirante a homicida… Por cierto, también destaca una pareja de lesbianas, otros personajes LGTB muy bien abordados por de la Iglesia.



14. El Bar (2017).
 
     Desde su debut que nuestro realizador no incursionaba en la ciencia ficción para el cine (tiene una serie del género para la tele, Plutón B.R.B. Nero, que lamentablemente no he podido conseguir) y esta vez lo hace con un tema muy de moda y actual: los virus creados en laboratorios…
     Es un día normal de esos y en un bar se encuentra un grupo variopinto de personas, quienes deben hallar la manera de sobrevivir a una catástrofe de la que apenas saben, salvo el horrible cadáver de un militar, que les hace ver que se trata de un experimento secreto que se ha salido de control.  Los protagonistas están aislados y harán lo que puedan para no infectarse y lograr salir del atolladero en el que se encuentran; sin embargo, como es propio de estas historias, el peor enemigo pueden ser sus propios prójimos y el miedo que los enceguece, saliendo a flote lo peor de ellos mismos, que la amenaza más próxima no es ni el bicho que no pueden ver, ni los tipos con trajes de protección que andan afuera, ocultando la verdad al resto del mundo.
      La maldad humana, nuestras inseguridades, aunque también la nobleza humana, quedan de manifiesto en esta pieza que nos otorga otros momentos gratos, gracias a de la Iglesia y compañía.
      Una pieza claustrofóbica, puesto que transcurre en lugares cerrados, sumados a la histeria de los personajes.  Todos los actores, muchos de ellos habituales del director, vuelven a estar soberbios y tras verlos en papeles tan diferentes, no quepa duda de sus virtudes histriónicas (para mí, el mejor de todos, esta vez es el buen mozo Jaime Ordóñez, quien está irreconocible como un mendigo alcohólico con ínfulas mesiánicas).  Por otro lado, esta fue la última participación de la veterana Terele Pávez, quien llegó a participar en nada menos que  8 producciones de Alex de la Iglesia (si bien a mi modesta opinión, por lo general siempre bajo el mismo papel, con una que otra pequeña variación), la misma cantidad de colaboraciones del actor de culto Santiago Segura junto a este mismo autor; puesto que al poco tiempo falleció.


15. Perfectos Desconocidos (2017).


 
     Un grupo de viejos amigos se reúne una noche, en la que habrá un eclipse de luna, a cenar.  A uno de los comensales se le ocurre jugar a algo muy curioso: poner los celulares de todos sobre la mesa, para que en el caso de que los llamen o reciban mensajes, todos sepan de qué va.  Lo que parece una mera jugarreta se transforma en una verdadera pesadilla, cuando comienzan a salir los secretos más guardados entre ellos, incluso con sus parejas que están presentes; provocando escenas de celo, rencor, violencia y vergüenza, una vez descubran que quienes se suponía les contaban todo, en efecto son “perfectos desconocidos”.
    La más ácida mirada de Alex de la Iglesia a las relaciones de pareja, donde además se involucran las amistades y una vez más la naturaleza del trato entre miembros del mismo género.  Cabe mencionar que cada revelación y la necedad de los personajes para asumir sus responsabilidades, mantienen al espectador por completo atento ante qué nueva mácula se sabrá y qué estupidez harán quienes en apariencia se ven tan sólidos como personas.  Por otro lado, en contraste a la locura de la mayoría de los personajes, el más humilde de todos (y con su propio secreto, que para nada se trata de las conductas reprochables de sus compañeros), es el único que queda como alguien con cierta nobleza.
     Por último, solo Pepón Nieto se repite el plato entre los actores a la hora de ser un habitual  del realizador, mientras que el resto hasta el momento no habían trabajado bajo sus órdenes, ni se ha visto en nuevas producciones suyas (que no ha vuelto a hacer trabajos para el Séptimo Arte).
 
     Para terminar, se nos vienen este año y el próximo sendas películas de terror de Alex de la Iglesia, lo que en especial a este servidor lo tienen muy contento, je.

   

martes, 27 de abril de 2021

¡No me la ninguneen!


    Este post es sobre la tercera temporada de Star Trek: Discovery y las impresiones que me provocó verla, aunque me demoré un resto considerando que terminó de emitirse hace un rato ya (en enero de este año).  La experiencia fue más que grata, que quedé gratamente sorprendido y creo que lejos ha sido la temporada de esta serie que más me ha emocionado (sí, me la lloré un montón como toda una quinceañera).  Lo que me extraña, es que un grupo de “viejos trekkers” con los que mantenía contacto, hablaron pestes de ella y yo siempre les decía “para ustedes todo tiempo pasado fue mejor ¿No?”; un amigo también la encuentra espantosa, a la serie en general… Por mi parte sé muy bien que los ñoños pueden ser tan dogmáticos y cerrados como los fanáticos religiosos y/o los hinchas del fútbol y más cuando son trekkers o seguidores incondicionales de Star Wars; no les gustan que cambien las reglas del juego, que los viejos formatos cambien para adaptarse a los tiempos venideros y se les olvida que la idea es ganar plata y por ello deben atraer a los nuevos públicos, procurando adaptarse a sus gustos; esa es la única manera de sobrevivir, adaptándose, parafraseando las palabras de mi querida Siete de Nueve de Voyager y Picard.
    Bueno, vamos al grano de una vez.  Emitida entre finales del año pasado y principios de este, “solo” contó con 13 episodios (¡Adiós temporadas de 26 capítulos como era antes!), sin embargo, esto se debe claramente a lo caro que salen y es que la espectacularidad es digna de cualquier filme hollywoodense.  Como ya pasó en las temporadas anteriores, tenemos otro arco argumental para esta ocasión: La nueva vida de los tripulantes en el futuro lejano, puesto que tras los eventos previos a lo que ahora contemplamos, fueron transportados nada menos que al siglo XXXII.  En esta época, poco queda de la Federación y como representantes de esta en un sitio donde no existe tal organización, su misión es la de traer la paz y rescatar los valores de fraternidad y solidaridad que se han perdido; mucho les toca pasar para conseguirlo, pero donde hay voluntad y los principios están claros, prevalece lo mejor de uno pese a las adversidades.  Pese a lo complicado de la misión, mucho antes de lo que pensáramos, nuestros héroes se dan cuenta que no están tan solos como pensaban.
     Mucho, demasiado pasa a lo largo de esta temporada, que estamos en la práctica en “terra ignota” y pese a que se trata de buena parte de los sectores, en los que se movían antes de su más reciente viaje.  Nuevos aliados aparecen y con ello llega una tecnología tan avanzada, que todo lo visto anteriormente resulta casi una antigualla (¿No les dije que la espectacularidad prima bastante?).  Asimismo, nos reencontramos con queridas razas en su actual acontecer, específicamente con vulcanos, romulanos y trills, siendo sus intervenciones algunos de los mejores momentos de la serie.  De igual manera, el Universo Espejo regresa para un par de episodios que, sin dudas, están entre lo más graneado de la temporada. No se pueden dejar de lado los villanos y entre ellos la líder de los grandes criminales que antes de la llegada de la Discovery, hacían y deshacían a gusto, una perra que deja a la recordada Seska de Voyager como a una niña, tratándose de una orión más encima (otra especie humanoide destacada en Star Trek) y es que su gente también brilla harto en esta temporada.



     Dos nuevos personajes hay que mencionar: en primer lugar la primera persona que conoce Michael Burnham, apenas llega al siglo XXXII, un guapo morenazo que en un principio parece un tipo egoísta, pero que en realidad es un hombre de gran nobleza que la ayuda bastante y termina por convertirse en alguien muy valioso para ella y hasta para toda la Discovery (su nombre: Cleveland "Book" Booker); y luego una adolescente humana, quien guarda dentro de sí algo muy especial, llegando a la Discovery con engaños, aunque sin malas intenciones, hasta que se vuelve parte de su tripulación (Adira Tal, de quien no diré más, porque creo es mejor descubrir por cuenta propia todas las maravillas de este gran personaje).
    Nuestros viejos amigos tienen más de un momento para destacar, entre principales y secundarios.  Michael sigue siendo la misma mujer voluntariosa de siempre y aunque muchas veces se sale del protocolo, las circunstancias lo ameritan y bien valen la pena los riesgos (no falta quien piensa que es demasiado rebelde, que ninguno de los otros personajes de la franquicia habría actuado como ella y la habrían considerado como insubordinada… ¡Y vaya que tuvieron motivos para salirse de las reglas!).  Saru, mi favorito, sigue demostrando ser el mejor personaje de la serie (y ello en parte se lo debemos al gran Doug Jones, que lo interpreta de manera tan increíble y a la vez tan conmovedora), dejándonos claro sus dotes de líder y aun así tan humano pese a su naturaleza demasiado alienígena (más encima tenemos el gusto de ver a Jones sin maquillaje, cosa rara en su carrera y donde se ha vuelto famoso por actuar siempre completamente disfrazado).  Por otro lado, la dulce Sylvia Tilly nos muestra con mayores motivos todo el potencial que esconde bajo su timidez, mientras que Paul Stamets, por fin comienza a bajar la guardia para ser alguien por quien podemos sentir simpatía (es un buen personaje, aunque desde un principio su soberbia hizo que no me simpatizara, a diferencia de lo que me pasa con los protagonistas de estas series); sin embargo, es el marido del anterior, el doctor Hugh Culber, quien consigue resaltar ahora y convertirse por fin en el médico que cada serie trekker se merece (la humanidad que ha conseguido, lo hace querible sin dudas).  Y en cuanto a la Emperador Giorgio, la verdad es que está a la altura del buen Saru, también debido al virtuosismo de la carismática Michelle Yeoh, haciendo que cada intervención suya sea una delicia para los sentidos y consiguiendo que sea, al menos en mi caso, la única perra por la cual podamos sentir afecto (igual tras un buen tiempo con los de la Federación, imposible no quedar marcado por sus pensamientos y acciones y esta vez logramos apreciar cómo alguien que fue tan desgraciada como ella en el pasado, ha comenzado a ver el mundo con otros ojos, tal como la misma Discovery consigue dejar su huella en el casi caótico siglo XXXII).  Y en cuanto a los secundarios, si no me equivoco, de una vez el resto de los tripulantes del puente consiguen dejar de ser unidimensionales, destacando la rubia a cargo de los controles de la nave y la bella morenaza de pelo rizado (sorry, no me sé sus nombres).  Me estaba olvidando de la Jefe de Ingeniería, el otro personaje LGTB del programa (bueno, además incorporan este tercer año a alguien supuestamente “no binario”), una sarcástica mujer cuya relación con el estirado Stamets, nos da momentos muy graciosos (y es que en realidad me simpatiza)
      Pese a que la trama responde al estilo que está en boga hoy en día, de desarrollar una historia a lo largo de toda la temporada, la mayoría de los episodios mantienen cierto tono independiente, con una historia propia que abordar en cada ocasión, que hace todavía más amena la serie (y en especial para quienes echamos de menos los viejos tiempos de Star Trek, aunque sin ponernos graves como los fanáticos de los cuales ya les hablé arriba).  Asimismo, tenemos unos créditos de apertura nuevamente cambiados en parte, para este tercer año y donde destacan los robotitos de mantención que esta vez hacen su debut y que en el emotivo final tienen un papel relevante. 
      Cabe señalar que Jonathan Frakes (el recordado Riker de Star Trek: The Next Generation) vuelve a dirigir más de un episodio y que para placer de los amantes del cine gore de antaño, se une al elenco como un simpático secundario nada menos que David Cronenberg, quien ya está confirmado para su regreso en la cuarta temporada y que en estos momentos está en producción.
      Para terminar, los trekkers más conocedores de la continuidad de la franquicia, volvemos a tener otro emotivo guiño a la Serie Original y que nos demuestra el amor de los actuales responsables de este universo ficcional, gracias a una muy inteligente incorporación de uno de sus más célebres conceptos.


                                                                       Créditos de apertura.

sábado, 24 de abril de 2021

¡10 años de Cubil!


      Estuve a punto de no poder escribir estas líneas y de que mi querido blog se quedara sin su creador poco antes de llegar a su (espero) primera década de vida, puesto que hace casi dos semanas exactamente, la madrugada del 11 del presente mes, sufrí un infarto.  Solo porque Dios es grande y por mi salud en general (deporte y alimentación) no me morí aquella vez y estuve consciente en todo momento, pese al dolor y a los problemas para respirar.  Es la segunda vez en mi vida que se me da otra oportunidad, estando al borde de la muerte y cuando en la clínica, donde estuve internado una semana, me dijeron lo que en verdad me había pasado, no pude evitar llorar y no de pena, sino que de agradecimiento por haber pasado tal evento ahora en franca recuperación; sin embargo, de inmediato se me vino a la cabeza la muerte de mi querido amigo Cidroq por la misma razón, cuando solo tenía 37 años y quien dejó dos hijas y una esposa, igualmente el marido de una amiga, que a los 48 años se fue por lo mismo del año pasado y atrás quedaron su señora y  tres hijos pequeños (siendo la mayor una de mis alumnas regalonas) ¿Por qué yo y no ellos que de seguro se merecían más esta nueva oportunidad? Dios me tendrá destinado algún papel que jugar, tal vez nunca lo sepa, pero debo honrar con mayor razón el don que se me ha concedido y volverme mejor persona.  Cuesta, que no somos perfectos, aunque cuando está la certeza de que el amor todo lo puede y los tuyos te dan ejemplos de ello (recibí mucho cariño apenas se supo de mi incidente y mi gente no deja de estar atenta a mí, entre ellos mis alumnos que me hicieron un precioso video con mi canción favorita de Naruto Shippuden), es solo cosa de dar lo mejor de ti y al respecto se encuentra este blog que me es tan importante (aunque ya no recibo comentarios como antes, je).
     No podía omitir lo anterior, que de lo contrario sería hacerme el tonto, puesto que forma parte relevante de lo que ha sido mi existencia en el ahora y gracias a todo lo que me pasó al respecto, es que puedo escribir estas líneas.  No me voy a disculpar por parecer sentimental más de la cuenta, puesto que algo así te marca para siempre.
     Mirando más atrás, desde que me tocó celebrar los 9 años del Cubil en adelante y hasta ahora, queda claro que se trata de un periodo bajo el sello de la actual pandemia del Covid-19 y el confinamiento.  Como me la pasé casi encerrado y solo a partir de agosto pude salir un poco más (hasta que en marzo de este año nos volvimos de nuevo a la cuarentena), una de las cosas que más hice fue escribir para la página; conseguí más de 70 entradas el 2020 a partir del anterior 24 de abril y de ese modo logré llegar para finales de año a las 800 entradas (a ver si este 2021 consigo las 900, que muy feliz me haría).  Queda claro que a diferencia de muchas personas, no me aburrí nunca con el encierro y eso es lo bueno de tener pasiones como esta, una de las que comparto ahora con ustedes.
     Al momento de escribir estas palabras, le eché un ojo a mi revisión del 2020, me refiero al primer post del año en curso y por ello no quiero repetir ideas entre estas palabras y las del mencionado texto…Bueno, les cuento que como retomé el tema de las entrevistas, algo que me contenta mucho y aparte de las 4 mencionadas aquella vez, este 2021 conseguí un par más.  Las 3 últimas las realicé a personas que sí conozco en persona y bien forman parte de mi historia personal, puesto que los conocí cuando en los noventa participaba de alumno en unos talleres artísticos.  Emotivo para mí fue recordar aquellos gloriosos años de mi juventud, cuando el mundo era más sencillo y las preocupaciones también.  Solo lamento que esos entrevistados no se hayan pronunciado en el Cubil, una vez que subí los artículos… Parece que es un mal de los chilenos, puesto que los extranjeros nunca dejaron de manifestarse al respecto (como dice el dicho: “Lo cortés no quita lo valiente”).

Mi último día en la clínica, que no tenía idea de la grata sorpresa que me esperaba y nunca sin perder la alegría de vivir un día más.


      Durante este último periodo me tocó ver la desaparición de otro blog que admiraba mucho y lejos más prolífico que el mío: La Guillermocracia, de mi compatriota Guillermo Ríos Álvarez (¡Capaz que sea pariente mío!).  Esta página databa más o menos de la misma época en la que comencé mi proyecto y era una verdadera fuente de información e ideas de primera calidad.  Nadie supo qué pasó, que su autor igual era bien hermético respecto a su vida privada (a diferencia de este servidor, que no deja de ser autoreferente).  No sé qué pasará a futuro con el mentado blog, si resurgirá de las cenizas como el caso de Kindlegarten, que varios me han escrito al respecto, pues dejó muchos huérfanos.   Lamento bastante que valiosos blogs como este se vayan y ni siquiera queden online para que la gente pueda aprovechar de las joyitas que contienen; por mi parte, lo vuelvo a recalcar: si me veo obligado a abandonar en vida este “hijo” que tanto adoro, no lo voy a borrar y lo más probable es que si dejo de escribir por acá, es porque Diosito ha decidido llevarme con él de una vez.
     Los 10 años se han pasado volando y mucha agua ha pasado bajo el puente.  Comencé el 2011 cuando Amilcar era pequeñito y aún no tenía 2 años; en aquel entonces como era tranquilito y lo cuidaba todos los miércoles, escribía con él sentado en mis rodillas o dormido a lo largo sobre ellas (¡Qué nostalgia!).  Ahora que está más grande le cuento de lo que hago y no deja de preguntarme sobre mi página, aunque no me lee como la mayoría de mis amigos, con quienes quisiera compartir esto que hago.  De entonces a hoy día también está conmigo Brunito, el hermano menor de Amilcar y quien dentro de poco cumplirá 7 años.  Así como mi otro regalón, gente ha llegado a mi vida en este periodo y otros se han ido por una u otra razón… De ese modo el Cubil es también un itinerario de mi persona, que no solo de lo que leo y veo; mucho hay acá de quién soy y entre ello de lo que he vivido a lo largo de estos 45 años que llevo en la Tierra; he hablado de mi papá, de mi abuelito Daniel y de otras personas queridas que ya no están conmigo en persona, como mi amiga Alicia; he contado sucesos que me han pasado desde que tengo memoria, algunos anecdóticos (como los mayores miedos que he tenido) y otros que me han definido como persona (el día en que conocí la pobreza real, entre ellos). 
      Gracias a quienes se pasan por acá y se dan el tiempo de conocerme por este medio, en especial a quienes sí “se toman la molestia” de dejarme unas cuantas palabras, como mis amigos de más allá de las fronteras y que lo hacen con cierta constancia: Ricardo Ruiz (Argentina), Roger Senra (Venezuela), Murinus (México), José María Montes (España) y Tomás Rivera (también de la Madre Patria), todos ellos me alientan con lo que hago, que no me puede ser más satisfactorio saber que esta labor no cae en saco roto y hay gente que la aprecia; ojalá mis “amigos históricos” fuesen igual de interesados por lo que hago (no pude evitarlo, pero no dejo de “sentirme” por la indiferencia), que por acá hay cosas que nunca les he contado.
     Bueno, hasta acá por ahora.  Será hasta la próxima.


Mi primer desayuno de vuelta en casa.

jueves, 22 de abril de 2021

Adentrándome cada vez más en The Boys.


 
   He aquí mi revisión del segundo integral The Boys, el famoso comic escrito por Garth Ennis y dibujado por Darick Robertson, otra gozada que me tuvo expectante de principio. 
    Cuando uno ya ha leído más de la mitad de esta serie limitada, queda claro como nunca lo estupenda que les quedó la adaptación televisiva, tan respetuosa del material original y a la vez tan independiente en cómo tomaron la materia prima para hacer una serie de excelencia y autónoma.
    Mucho pasa en estas más de 600 páginas y uno se pregunta qué de ello ocuparán en futuras temporadas.  En todo caso, los afortunados que hemos leído (y tenemos) las historietas, podemos estar felices de saber detalles de ese mundo velados al público masivo.
    Cabe mencionar que en esta ocasión, el arte fue compartido por varios dibujantes, destacando Carlos Ezquerra, el co-creador de ese famoso personaje que es Juez Dredd.  No obstante, a veces el cambio de estilo se nota mucho y pareciera que algunos artistas no se esforzaron mucho o no se les exigió demasiado, realizando ilustraciones toscas y entre ellos un antiguo colaborador de Ennis como es Jhon McCrea y, a menos que me equivoque, hasta el propio Robertson pareciera haber estado demasiado apurado con los plazos y por eso lo poco prolijo de algunos de sus imágenes.
     Bueno, mejor démosle no más.
 
1. Herogasm.
 
     La famosa primera miniserie de The Boys, nos hace una tremenda revelación para los más fanáticos de los superhéroes y de sus eventos anuales, de lo que pasa en realidad cuando una gran amenaza los obliga a unirse e incluso aliarse con viejos enemigos.  No les haré el spoiler, no obstante en el juego de palabras de este "acontecimiento" está la pista.
     Se incluye una ácida mirada a la política gringa y a sus monigotes. Asimismo, Patriota no nos puede caer peor.
     Mucho humor desenfadado y entre ello cómicas parodias al clásico Sandman de DC, a los mismísimos 4 Fantásticos (su versión de La Cosa... ¡Mis ojos!), Capitán América y otros íconos del medio.
 
2. La sociedad de auto-preservación.
 
     Todo comienza con una versión en serie de clase B de los Outsiders, el grupo original liderado por Batman y la orden de "echarse" a los Muchachos.  Luego aparece un super de orientación nazi y que aquí nos queda claro, es de quien sacaron la base para la gran villana de la segunda temporada de la adaptación; así que nuestros queridos antihéroes deben evitar que aquellos a quienes deben controlar, ahora que tienen carta blanca, los exterminen y, por supuesto, ellos en todo caso no se quedarán de brazos cruzados, que en la guerra todo se sirve.


3. Nada igual en el muro. 
 
     Se nos revela el primer "origen secreto" de uno de los Muchachos y le toca al recio Leche Materna (que ahora sabremos por qué le llaman así).  Por cierto, en este mundo no fueron las Torres Gemelas las que cayeron, sino que el igualmente famoso Puente de Brooklyn.
 
4. Le plume de ma tante est sur la table.
 
     El amistoso Frenchie le cuenta su propio origen secreto a Hughie, tan diferente del visto en la serie de TV (que en las viñetas abunda el humor... y la violencia); pese a todo, imposible no encariñarse con el personaje, quien tiene su propio recuerdo trágico.
 
5. El salvaje instante al rojo vivo. 
 
    Es el turno de la Hembra para contarnos su propio "origen secreto" ¿Pero cómo será posible si supuestamente es muda? Pues mejor que uno lo descubra por sí mismo.  Cabe mencionar que la versión original sí que difiere de la televisiva, exenta total de heroísmo y tan disparatada como solo a Ennis se le ocurriría. Pese a todo, la soledad de esta mujercita y la nobleza de Frenchie no nos dejan impávidos.
 
6. Lo que yo sé.
 
    Carnicero cree controlarlo todo, hasta que las casualidades de la vida lo llevan a mirar con otros ojos al más reciente miembro del equipo.  Con este one-shot (luego de los 3 orígenes secretos que les antecedieron), se dará inicio a una de las sagas más emotivas de The Boys.
 
7. Los Inocentes.
 
    Hughie es enviado a otra misión como infiltrado, esta vez a un grupo de superhéroes de segunda (o de tercera, mejor dicho), el cual resulta ser por completo diferente a todo lo visto hasta el momento entre los secuaces de Vought... Y es que sus miembros, adorables por donde se les mire y con poderes inútiles, son en verdad un grupo de personas nobles que solo quieren hacer el bien.  Sin embargo, les mandan un nuevo líder, el típico sujeto con habilidades extraordinarias que encontramos en la colección, todo un hijo de puta que le complicará la vida al buen Hughie y que de paso pretende mancillar la fraternidad del equipo, que le han pasado a su cargo.
      Un hermoso homenaje a los cómics de la Edad de Plata, con personajes estrafalarios y, pese a todo, sencillos.  Asimismo, una reflexión emotiva sobre el valor de la lealtad y lo difícil que lo tienen en este mundo, donde se exalta el egoísmo y la violencia, la gente "distinta" enfrentada a la ley del más fuerte (y, sin embargo, su propia autenticidad viene a ser su salvación). Asimismo, detrás de esta historia que es lejos una de las que más me ha gustado, justamente por su contraste entre mundos limítrofes tan distantes y sus personajes (¿Cómo no amar a Hughie?), nos encontramos con el tema de la justicia, que en verdad es para aplaudir cuando el villano de turno recibe su merecido (imposible no acordarse aquí del Castigador, vigilante que tan bien conoce Garth Ennis y cuyo lema vendría a ser "No es justicia, es castigo", algo que por igual acostumbran a hacer los Muchachos).
 
8. Creer.
 
    Vought International realiza uno de sus eventos masivos evangelizadores, donde sus superhéroes tienen un papel muy activo.  Esta es la oportunidad de los Muchachos de descubrir unos cuantos secretos entre bambalinas del enemigo.  Por otro lado, Hughie se entera del secreto de la mujer que ama, noticia que lo impacta más que cualquiera de las otras cosas que le ha pasado el último tiempo, desde que un super le jodió la vida.
    Una descarnada visión de quienes explotan a los creyentes para sacarles dinero, por medios de sus shows y la figura de sus carismáticos lideres religiosos, algo habitual en Gringolandia.  Por otro lado, la pérdida de fe en nosotros mismos, la gente que nos rodea y nuestros ideales, por igual tiene mucho que ver con esta saga.
 
9. El afable escocés.
 
    Hughie tras los eventos del arco argumental anterior, se regresa a su tierra natal, a ver si deja de atrás todo lo ultimo y recomienza de nuevo.  No solo se reencuentra con sus amorosos padres, si no que retoma el contacto con sus dos mejores amigos desde la época de la infancia (dos tipos de lo más curioso).  Entre tanto, conoce a un agradable señor, con cuyas conversaciones logra desahogarse mejor y que solo al final de esta historia vendremos a saber de su verdadera identidad.  Para enredar todo y hacerlo más divertido, se encuentran con unos traficantes de compuesto V, la formula que les da poder a los super y solo ellos pueden evitar el desmadre.  El resto, mejor descúbranlo ustedes por su cuenta.
 
    El material adicional está bueno, que tampoco es sobresaliente.  Destaca una cómica pequeña historia, El cómic que hizo que despidieran a La Leyenda, una locura de las que no les diré nada más.  A su vez, hayamos acá las portadas originales de todos los números que comprenden este tomo, textos de dos artistas más del cómic admiradores de The Boys (el de Jason Aaron, que encabeza el volumen, fue el que me gustó más) y varios bocetos.

No pude encontrar esta imagen en la Red, así que obligado a sacarle foto (je).

sábado, 17 de abril de 2021

Cuatro nuevas oportunidades para amar al Tío Steve (II)


3. La Sangre Manda.
 
    La novela corta que da título al tomo, es todo un regalo del Tío Steve a sus Lectores Constantes (como bien le/nos gusta llamarnos a quienes lo seguimos y adoramos desde hace años), como a los demás y es que bien hay razones de sobra para considerar así este título.
    Con casi 200 páginas de extensión, bien podría ser publicado como una obra en solitario, tal como lo hizo King en el pasado con títulos tales como Montado en la Bala y Blockade Billy, los que luego incorporó a sendas antologías; mientras que en otros casos como Elevación y La Caja de Botones de Gwendy, solo existen en formato independiente.   Pero su autor la ha hecho formar parte de su última colección de novelettes, llevando esta el título de la historia que revisamos ahora: La Sangre Manda.  ¿Por qué? No solo por su llamativo nombre, sino que por razones de sobra y que bien descubriremos juntos por medio de esta revisión.
      El texto en cuestión, se trata del esperado regreso de una de las heroínas más queridas del Tío Steve: Holly Gibney.  Cabe recordar, que a esta la conocimos cuando apareció bien entrada la novela Mister Mercedes, quien de inmediato se "robó la película" y que hasta a su propio autor lo sorprendió, puesto que originalmente no pensaba mantenerla en toda la Trilogía de Bill Hodges; pero al final el personaje tomó fuerza y se convirtió lejos en la mejor de las protagonistas de dicho tríptico policial (y estamos hablando de unos libros con personajes potentes y carismáticos, tal como le salen tan bien a nuestro escritor).  Con posterioridad, King la llevó a coprotagonizar su violento e impactante policial sobrenatural El Visitante; la intervención de la fémina no pudo ser más grata y nos volvió a dar momentos conmovedores y divertidos.
    ¿Y quién es Holly Gibney? (a la que adoro con todo mi corazón, así como a Roland y a todo su Ka-Teth de La Torre Oscura y al Club de los Perdedores de It).  Pues se trata de una mujer que llega a nosotros, cuando ya está en la tercera década de su vida, tímida y llena de complejos, con tratamiento psiquiátrico y marcada por una madre castradora, que la mantiene con ella impidiéndole salir de su hoyo existencial.  Es entonces que conoce a Bill Hodges, quien le simpatiza tanto por la propia personalidad entrañable de este, como porque desde un principio la trata sin condescendencias y ve en ella a la persona inteligente que es (la verdad, mucho más que el común de la gente), motivándola a tener una actitud más independiente.  En transcurso de Mr. Mercedes, Holly comenzará a dejar poco a poco sus miedos y terminará por ser quién solita derrote al villano. A partir de entonces, se vuelve por fin alguien autónoma y hace sus primeros amigos; demostrándonos ser un gran ejemplo de resiliencia, hasta llegar a la narración que hoy nos atañe y la tiene como protagonista.
      Un espantoso atentado se comete en una escuela y mueren muchos niños y adultos, así como otros quedan heridos y mutilados.   Holly por casualidades de la vida ve las noticias al respecto y con su mirada detallista, se fija en algo del reportero que cubre el hecho, que la lleva a darse cuenta de que tal hombre no es lo que aparenta.  Es así que comienza a investigar por su cuenta, hasta conocer a un anciano ex policía, que durante décadas ha seguido las huellas de la criatura que es en realidad el nuevo objeto de la atención de Holly (excelente inclusión dentro del argumento, que este resulta ser bastante atractivo a los ojos de los lectores). 
    En el libro intervienen bastante otros dos personajes de la trilogía de Bill Hodges: Los hermanos Robinson.  Es así que Jeremy y Barbara también tendrán su cuota de heroísmo en la historia, aparte de darnos bellos ejemplos de hermandad (entre ellos) y de amistad (con Holly), donde destacan la confianza e incondicionalidad en ambos tipos de afectos.
     Destacable, también, resulta cómo se aborda la difícil relación entre Holly y su madre, no solo un impactante y realista ejemplo de estas relaciones.  Holly nos da la pauta para enfrentar algo así, más teniendo en cuenta todo lo que ha tenido que pasar para convertirse en la tremenda mujer que es ahora.  Su capacidad para amar y perdonar, sumado al patetismo de su madre, que sin ser una mujer malvada tanto la ha dañado, nos permiten apreciar el lado más humano del Tío Steve.  A ello se le suma la presencia del tío de Holly, hermano de su madre, un hombre mayor con Alzheimer, que no deja de llegarnos al corazón y sin elementos sobrenaturales nos hace ver lo frágil que es la vida y que por esa misma razón debemos agradecer a quienes tenemos con nosotros y disfrutar de su compañía (los últimos párrafos del texto resultan sublimes para entender todo esto).



      Otro detalle: Esta joyita está dentro del Multiverso kingniano y comparte más de un elemento con ello.  Es asi que en determinado momento, se menciona el caso del Aviador Nocturno, violenta novela corta de King, que en esta realidad es un hecho noticioso; de igual manera, se nombra al periódico sensacionalista Inside View, tan importante dentro de la historia de dicha obra.  Luego tenemos la naturaleza de la criatura, a la que se enfrentan esta vez nuestra heroína y sus compañeros, un ente que tiene mucho del mencionado Visitante, de Pennywise y del monstruo de la novelette El Policía de la Biblioteca.  Stephen King sabe crear grandes villanos, humanos o no, y este en sus pocas, aunque potentes apariciones, merece nuestros respetos.
     Por otro lado, hay detrás de la figura del periodista que tiene entre ceja y ceja a Holly, una clara crítica al morbo que promueven los medios de comunicación; el seguimiento tan detallado de los hechos noticiosos más violentos, que hacen ganar tanto dinero a las empresas dedicados a ello, debido justamente al interés exacerbado del público de saber más y más de lo que pasa e incluso inundándose de puras malas noticias, es un fenómeno que lo vemos incluso hoy en día con la cobertura sobre la actual pandemia.  En efecto hay un mercado de la desgracia, en el cual los medios y la gente común han llegado a tener una enfermiza simbiosis en torno al horror real.
      Otros elementos caros a la narrativa kingniana que podemos apreciar acá: Uno de ellos viene a ser el de las confrontaciones verbales, físicas o la mezcla de ambas entre los agentes del bien y del mal.  Y es que al Tío Steve les quedan estupendas, puestos que sus diálogos son muy entretenidos, siendo muchas veces estos momentos algunas de las mejores partes de sus narraciones.  Cada vez que Holly se haya frente a su nuevo enemigo, la primera de ellas no de manera presencial, es un placer seguir el hilo de la conversación y ver cómo reaccionan/piensan los rivales (bueno, en esta ocasión nunca nos metemos dentro de la cabeza del villano, a diferencia de otros títulos del escritor, lo que es habitual en él) y es gratificante apreciar cómo se van desarrollando estas batallas, que definirán el curso final de todo.
     Luego no pueden faltar la presencia del humor, que si bien acá solo se aprecia de manera fuerte una vez, aun así a este servidor lo hizo reír a carcajadas; lo mismo sucede con el elemento religioso, que no deja de formar parte de los intereses de King.  Respecto a esto último, Holly es profundamente creyente en Dios y todos los días reza (otra característica suya que adoro).  Es muy inteligente y puede pensar de manera muy racional, consiguiendo llegar a la médula del asunto con rapidez, cuando otros más "normales" que ella no pueden conseguirlo; pero es justamente su visión del mundo que acepta la existencia de Dios, lo que la hace tener una mente más abierta a la presencia del mundo sobrenatural (una clara ventaja) y que la pone sobre los cientificistas y demases cerebrines positivistas.
     A diferencia de Fin de Guardia y El Visitante, en las que interviene nuestra querida heroína, como de otras historias de King, lo fantástico no es tan fuerte o más bien se muestra solo dos veces; sin embargo, el autor ha logrado dosificar tan bien sus ingredientes, que nos ha entregado un verdadero manjar.  Ojalá veamos adaptada pronto esta historia al cine o la televisión, como una cuarta temporada de Mr. Mercedes (¡Que me encantaría!) o la segunda de El Visitante (siempre y cuando otra empresa compre el show, luego de que HBO decidió cancelarlo, pese a su éxito).
     Pero lo más importante de todo, espero y esperamos más aventuras de Holly a futuro... ¡Y viva el Rey!

sábado, 10 de abril de 2021

Otra partida de aperitivos.


Tras el éxito de la primera temporada de Star Trek: Discovery, sus responsables decidieron regalarnos nada menos que 4 cortometrajes ambientados en ese universo, 3 de ellos teniendo de protagonistas a sus personajes y uno transcurriendo nada menos que en el futuro de esa visión futurista que partió en los sesenta gracias a Gene Rodenberry. 
      Bajo el nombre de Star Trek: Short Treks, fueron estrenados en 2018 antes de la emisión de la segunda temporada de Discovery.  Luego, ya confirmada un tercer año de este programa y la creación de 3 nuevos programas trekkies, se dio paso a producir 6 cortos más, los que fueron exhibidos entre diciembre de 2019 y enero de 2020.
     Cabe mencionar que esta vez intentaron innovar más, al producir dos en formato animado (GGI, que parece a los gringos ya no les gusta el tipo tradicional, salvo para ciertos cartoons televisivos... Algo que bien deberían aprenderle a los japoneses) y solo uno de ellos tiene relación directa con Discovery; mientras que 3 (los mejores...salvo el último) son todo un anticipo a lo que se nos viene con Star Trek: Strange New Worlds, el spin-off dedicado al Capitán Pike y al joven Spock, que realmente promete mucho. En cuanto al mentado corto final, es un magnífico anticipo de los eventos que veremos en Star Trek: Picard en su ya vista (y gozada) primera temporada.

 
1. Preguntas y Respuestas: El cadete Spock (ahora sin su tupida barba que lo hacía verse tan salvaje y varonil) llega al Enterprise para realizar sus servicios.  Allí es recibido por la estupenda Número Uno (Rebecca Romjin Stamos... ¡La adoro!). Es entonces que ambos quedan atrapados en un ascensor y ambos que apenas se conocen, deben lidiar con el aburrimiento.   Muy divertido, fue una estupenda manera de comenzar con estos cortos y dejarnos ganosos de las aventuras dedicadas a Pike y compañeros.  Por cierto, el guión corre a cargo de Michael Chabon, destacado escritor que está detrás de Picard.

2. El Problema con Edward: Aún mucho más divertido que el anterior y lleno de humor, nos revela uno de los grandes misterios del universo trekker: el origen de la plaga de los tribbles.  Todo sucede cuando una simpática oficial, amiga de Cristopher Pike (que aquí por fin volvemos a ver al estupendo capitán) es ascendida a cargo de una nave; allí un acomplejado científico, cree encontrar la respuesta a la hambruna que ocurre en un planeta que deben socorrer.  En determinado punto, los momentos más graciosos llegan a ser catastróficos y en verdad da gusto cómo todo está llevado a cabo.


3. No preguntes: El Enterprise está dotándose de su tripulación y entre sus integrantes viene una joven cadete, quien en su primer día en la Nave Insignia de la Federación se encuentra con una prueba muy difícil... ¡Un motín y más encima debe cuidar a un reheo muy especial! Una gran sorpresa para el final y un nuevo personaje que ojalá veamos entre los protagonistas de Star Trek: Strange New Worlds.

 
4. La Chica que hizo las Estrellas: A mi humilde parecer el corto "malo" de esta tanda, pues peca de cursi y parece cualquier cosa, menos algo de la continuidad trekker. Consiste este en el primero del par de cortos animados mencionados más arriba y que nos retrata algo así como una historia infantil tradicional africana, que le cuenta a una pequeña Michael su padre, antes de que el destino los separe y esta sea adoptada por vulcanos.  El típico relato de autosuperación (o de seguir nuestros sueños) que tiene al menos una moraleja, se hizo demasiado estereotipado para su servidor.



5. Efrain y Punto. Con una estética diferente en su animación, resulta toda una curiosidad tanto por la trama que muestra (donde casi no hay diálogos), como por el hecho de que sus protagonistas fueron creados en exclusiva para esta pieza: una tardígrado (ese animal gigantesco que conocimos en la primera temporada de Discovery) y uno de esos robotitos de mantención que serán incorporados tan bien en la tercera temporada de la señalada serie.  A esto se le suma la inclusión de al menos un par de momentos icónicos en la cronología trekker. Por cierto, el guión fue escrito por Michael Guiachino, destacado compositor y en lo que tal vez sea su primera incursión en este arte (cabe mencionar que Guiachino hizo la banda sonora de las pelis de Star Trek de Abrams).

 
6. Niños de Marte: A mi humilde parecer, si es que no el mejor corto de esta segunda temporada, sí lejos el más hermoso y emotivo. Dos niñas, una humana y la otra alienígena, estudian en el mismo instituto y tienen a sus padres trabajando en los astilleros de Marte; pero no son amigas... Por muy divertidos que vienen a ser los 3 primeros cortos, este es el único que conserva el lado más trascendente de Star Trek y que consiste en la idea de que no importa cuán diferentes seamos, en el fondo somos iguales, porque compartimos la capacidad de amar y por ello podemos dejar de lado las divergencias en pro de una vida mejor juntos.

domingo, 4 de abril de 2021

Cuatro nuevas oportunidades para amar al Tío Steve (I)


     Quienes disfrutamos desde hace rato con la literatura de Stephen King y hemos crecido con sus libros y las adaptaciones que se han hecho de sus ficciones, sabemos que no escribe solo para ganar dinero (hasta mi mamá sabe que se ha hecho millonario con su trabajo y ella no lee, como bien lo hace su retoño que ya adolescente le pidió de regalo libros de su escritor favorito), sino que en verdad disfruta del arte de contarnos historias... ¿Y cómo podemos afirmar esto? Pues porque sagradamente todos los días se dedica a redactar varias horas al día y solo dos al año no lo hace (creo que el 5 de julio y en Navidad ¿No?), pero además porque a diferencia de un montón de sus colegas y entre ellos muchos de los que son bestsellers, no solo saca gruesos volúmenes, sino que le gusta incursionar en los formatos del cuento y la novela corta; se supone que tales "géneros" no son rentables, al menos para los gringos, sin embargo a él no le importa, pues ya tiene toda la plata que quiere y de ese modo puede contribuir feliz de la vida a cuanta antología hay e incluso ser publicado en revistas tan importantes como el New Yorker.  De paso, cada cierto tiempo saca una nueva colección de cuentos, muchos de ellos rescatados de esas ediciones varias en las que participa y, de igual manera, en otras ocasiones publica colecciones de novelas cortas y que por lo general son 4 en total por recopilación.
      If it Bleeds viene a ser su quinto libro correspondiente a las novelas cortas y apareció tan solo el año pasado.  Publicado en español bajo el nombre de La Sangre Manda (una traducción casi exacta a Si Sangra, que es lo que realmente significa su título original) corresponde al libro que en el presente estoy gozando y que a partir de ahora empezaré a comentarles.   Es mi intención dedicarle al menos una entrada más a este tomo, que a medida que me vaya terminado cada una de sus narraciones, escribiré al respecto para mantener frescos mis recuerdos e ideas, que en todo caso no sé qué tan extensas me saldrán estas revisiones personales.
    Démosle no más.
 
1. El teléfono del señor Harrigan.
 
    Un muchachito de unos 9 años conoce a un acaudalado anciano cercano a los ochenta, quien le paga por leerle y hacerle uno que otro trabajo en su mansión.  Esta intimista obra con la que parte la más reciente colección de novelas cortas del Tío Steve, abarca los recuerdos del narrador-protagonista, alguien que desde sus primeros años de adultez y ya profesional, rememora el valor que tuvo para él esa fraternidad tan especial, entre dos personas tan distintas, pero que se encontraron entre sí por esas casualidades de la vida (o tal vez porque debía ser así) y cómo cada uno marcó la existencia del otro.
    Hay un elemento sobrenatural detrás de esta historia, incluso terrorífico, no obstante todo esto se encuentra en segundo plano y no solo por carecer del carácter más gráfico de muchas narraciones kingnianas, sino porque lo esencial del relato radica en el valor que le otorga a las relaciones interpersonales: al poder de la amistad y en general al significado del amor entre nosotros.
     Como en muchos títulos de nuestro autor, es la amistad la que termina por salvar, incluso de manera literal a los protagonistas; en este caso, ese socorro fraterno va incluso más allá de lo que podemos llegar a apreciar el común de los mortales y aun así los detalles con los que marca su texto King al respecto, nos pueden tocar de manera profunda, puesto que más de uno de sus lectores alguna vez vio en un adulto que no fuera de su sangre, a alguien en quien confiar y a un verdadero par o a quien admirar.
    De igual manera, gratificante resulta ser cómo esta pieza aborda el amor paterno-filial entre un niño y su padre, retratando de manera tan humana algo que es tan antiguo y que, sin embargo, hoy vemos de manera más frecuente que antes: las familias monoparentales. 
    El Tío Steve como el gran artista que es, no deja de representar la vida tal como es, lo que queda bien demostrado por lo afirmado arriba y ello sin que lo fantástico, maravilloso y extrapolativo le quite peso estético a su trabajo.  Por lo tanto, esta novelita trata acerca del crecimiento personal, de la madurez, aunque también de lo maravilloso que es ver el mundo con los ojos que tenemos al ser niños; por esto y por más razones que se me pueden escapar, no podía dejar todo solo en momentos felices y de ese modo esta novelette trata por igual los temas de la muerte y el dolor que ello conlleva, si bien esto por igual significa un aporte más para nuestro desarrollo personal.
    La literatura en sí misma o, mejor dicho, el amor a las historias clásicas y a sus autores (sin dejar de lado a los contemporáneos), a su vez no deja de estar presente en los escritos de nuestro escritor; de este modo El teléfono del señor Harrigan, no está exento de tales cultos y amorosos detalles e invitándonos, como en ocasiones anteriores, a incursionar en dichas obras (y en verdad que S.K. sabe cómo entusiasmarnos al respecto).
    A todo esto, la trama transcurre en las inmediaciones de Castle Rock, que como sabrán los seguidores acérrimos de nuestro escritor favorito, se trata de una ciudad ficticia muy importante en su bibliografía y en ese sentido da gusto que no se haya olvidado de ella, pese a que durante hartos años no la volvió a revisitar e invitarnos a sus mágicas calles.
    Por último, plausible resulta ser cómo King se actualiza y hace que sus nuevas creaciones reflejen la actualidad. Es así que en el caso concreto de este título y de ahí su nombre, se nos hace un interesante recorrido por el mundo de los celulares (como llamamos en Chile a los teléfonos móviles) y las aplicaciones que estos usan; datos que no son gratuitos, puesto que gracias a ello es que el autor introduce esa marca suya que tan bien lo identifica: los objetos cotidianos que se vuelven una puerta para que lo extraordinario, maravilloso o aterrador toque/invada lo que entendemos como nuestra realidad, aparentemente tan segura y equilibrada.  Y respecto a todo esto, sin dudas que a sus "Lectores Constantes", que lo leemos desde el milenio anterior (o sea, que mínimo tenemos unos treinta años, lo que no es mi caso, claro), nos llamará la atención cuando el narrador se refiera a "Principios de siglo", lo que no corresponde al XX como el resto de sus obras, sino que a este siglo XXI que ya ha pasado a su tercera década; pues esto es valioso dentro del relato, porque su protagonista es un hijo de este tiempo y ello bien lo sabe caracterizar King, quien como muchos de nosotros ha sabido hacer parte de sí estas tecnologías, que no hace mucho solo serían propias de la ciencia ficción.

Portada alemana.

 
2. La Vida de Chuck.
 
    Stephen King tiene historias raras (como Bicicleta Estática, entre las que puedo recordar por ahora), inclasificables en algunos casos, que pueden ser del gusto de uno o no debido a su naturaleza extraña y entre ellas hayamos esta...Pero se trata, en todo caso, de una obra hermosa y que si bien no va a estar considerada entre lo mejor de su autor, al menos si resulta ser un interesante ejercicio narrativo, que demuestra tanto la maestría de este para jugar con las técnicas literarias, como para ser creativo y otorgarle a sus relatos una honda emotividad.
     Dividida en tres partes, cada una con su respectivo título, tal como dice su nombre aborda la vida de su protagonista, Chuck; sin embargo, lo hace de atrás para adelante y solo en los últimos párrafos de su primer apartado aparece el personaje, que antes de ello el argumento viene a ser algo muy distinto (en apariencia) a lo que vamos a encontrar más adelante.
     Primero asistimos a lo que se ve como una historia más del Tío Steve sobre el fin del mundo, la que este cuenta de una manera muy atrapante y que no deja de hacernos sentirlo como algo cercano a lo que ahora mismo estamos viviendo.  King nos transporta una vez más a la vida de un ciudadano común y corriente, pero en esta ocasión lo aterrador de lo que parece ser el fin de los tiempos, aparece como algo que ya está pasando desde hace un tiempo atrás y el protagonista (que no es Chuck, si no que otro) se ha adaptado como el resto de quienes lo rodean a sobrevivir a dicha catástrofe o, tal vez, a aceptarla; en este sentido, plausible resulta ser cómo S.K. logra darle a su narración un carácter tan natural a algo que claramente no lo es (la vida sigue su curso y la gente sigue, pese a todo, en lo suyo).  Y entre medio de todo esto, unos surrealistas avisos publicitarios que empiezan a invadir todo, provocan la incertidumbre de la gente y entre ellos los lectores, que no tenemos idea de a dónde irá a parar todo esto.
    Luego Chuck ya es el verdadero protagonista de la historia o quizás deberíamos decir el coprotagonista, junto a una muchachita que ha sido abandonada por su novio y un músico callejero.  Es aquí que el escritor nos concede un primer bello momento en la vida de Chuck, cuando este dejando de lado el tedio del típico gringo adulto oficinista, se da el tiempo para una "locura" de esas que hacen de nuestra existencia algo lleno de recuerdos preciosos.
     En el tercer acto conocemos a Chuck de niño y adolescente (tal como pasó con el protagonista de la novela corta anterior) para asistir a otros momentos valiosos, que ahora tienen que ver con su proceso de maduración y donde pese a la pérdida de los seres queridos, no falta la oportunidad para ser feliz y pleno.
    Ligado bastante a El teléfono del señor Harrigan, esta obra nos vuelve a hablar acerca del valor que tienen en nuestras vidas aquellas personas que han pasado a nuestro lado y de lo que significan las relaciones que llegamos a tener con ellas.  Pero, además, es un texto que habla sobre el significado de lo que hacemos y del lugar que todo ello tiene en nuestra memoria y corazón; luego su conjunto nos hace ser quiénes somos, como bien sucede con el Chuck de esta obra.
    Un precioso dicho se repite en esta novelette, el cual ya fue usado en su predecesora:
 
Cuando muere alguien, una biblioteca se incendia” (o algo así, je).
 
      Estas sabias palabras cobran más sentido ahora y a ello se le suma el significado de un verso de Walt Whittman que aquí aparece y que el Tío Steve no deja de explicarnos (si bien prefiero no repetir acá su interpretación):
 
                                                  “Soy inmenso, contengo multitudes”.
 
     Por último, los niños de King no dejan de sobrecogernos y tan maravillosos en su realismo, pese a que les haga pasar tantos hechos extraordinarios.  Se sienten cercanos, nos recuerdan a nosotros cuando teníamos esos años y es que no son los genios superdotados de Orson Scott Card y eso es lo mejor de todo.  Pueden ser más inteligentes que la mayoría, aunque no en plan genios, sino que sus acciones y razonamientos responden a lo que vemos en los pequeños que conocemos o en lo que recordamos de nosotros mismos de aquellos dorados años.
 
Su servidor feliz como una lombriz con el este libro de su autor favorito.
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