jueves, 22 de abril de 2021

Adentrándome cada vez más en The Boys.


 
   He aquí mi revisión del segundo integral The Boys, el famoso comic escrito por Garth Ennis y dibujado por Darick Robertson, otra gozada que me tuvo expectante de principio. 
    Cuando uno ya ha leído más de la mitad de esta serie limitada, queda claro como nunca lo estupenda que les quedó la adaptación televisiva, tan respetuosa del material original y a la vez tan independiente en cómo tomaron la materia prima para hacer una serie de excelencia y autónoma.
    Mucho pasa en estas más de 600 páginas y uno se pregunta qué de ello ocuparán en futuras temporadas.  En todo caso, los afortunados que hemos leído (y tenemos) las historietas, podemos estar felices de saber detalles de ese mundo velados al público masivo.
    Cabe mencionar que en esta ocasión, el arte fue compartido por varios dibujantes, destacando Carlos Ezquerra, el co-creador de ese famoso personaje que es Juez Dredd.  No obstante, a veces el cambio de estilo se nota mucho y pareciera que algunos artistas no se esforzaron mucho o no se les exigió demasiado, realizando ilustraciones toscas y entre ellos un antiguo colaborador de Ennis como es Jhon McCrea y, a menos que me equivoque, hasta el propio Robertson pareciera haber estado demasiado apurado con los plazos y por eso lo poco prolijo de algunos de sus imágenes.
     Bueno, mejor démosle no más.
 
1. Herogasm.
 
     La famosa primera miniserie de The Boys, nos hace una tremenda revelación para los más fanáticos de los superhéroes y de sus eventos anuales, de lo que pasa en realidad cuando una gran amenaza los obliga a unirse e incluso aliarse con viejos enemigos.  No les haré el spoiler, no obstante en el juego de palabras de este "acontecimiento" está la pista.
     Se incluye una ácida mirada a la política gringa y a sus monigotes. Asimismo, Patriota no nos puede caer peor.
     Mucho humor desenfadado y entre ello cómicas parodias al clásico Sandman de DC, a los mismísimos 4 Fantásticos (su versión de La Cosa... ¡Mis ojos!), Capitán América y otros íconos del medio.
 
2. La sociedad de auto-preservación.
 
     Todo comienza con una versión en serie de clase B de los Outsiders, el grupo original liderado por Batman y la orden de "echarse" a los Muchachos.  Luego aparece un super de orientación nazi y que aquí nos queda claro, es de quien sacaron la base para la gran villana de la segunda temporada de la adaptación; así que nuestros queridos antihéroes deben evitar que aquellos a quienes deben controlar, ahora que tienen carta blanca, los exterminen y, por supuesto, ellos en todo caso no se quedarán de brazos cruzados, que en la guerra todo se sirve.


3. Nada igual en el muro. 
 
     Se nos revela el primer "origen secreto" de uno de los Muchachos y le toca al recio Leche Materna (que ahora sabremos por qué le llaman así).  Por cierto, en este mundo no fueron las Torres Gemelas las que cayeron, sino que el igualmente famoso Puente de Brooklyn.
 
4. Le plume de ma tante est sur la table.
 
     El amistoso Frenchie le cuenta su propio origen secreto a Hughie, tan diferente del visto en la serie de TV (que en las viñetas abunda el humor... y la violencia); pese a todo, imposible no encariñarse con el personaje, quien tiene su propio recuerdo trágico.
 
5. El salvaje instante al rojo vivo. 
 
    Es el turno de la Hembra para contarnos su propio "origen secreto" ¿Pero cómo será posible si supuestamente es muda? Pues mejor que uno lo descubra por sí mismo.  Cabe mencionar que la versión original sí que difiere de la televisiva, exenta total de heroísmo y tan disparatada como solo a Ennis se le ocurriría. Pese a todo, la soledad de esta mujercita y la nobleza de Frenchie no nos dejan impávidos.
 
6. Lo que yo sé.
 
    Carnicero cree controlarlo todo, hasta que las casualidades de la vida lo llevan a mirar con otros ojos al más reciente miembro del equipo.  Con este one-shot (luego de los 3 orígenes secretos que les antecedieron), se dará inicio a una de las sagas más emotivas de The Boys.
 
7. Los Inocentes.
 
    Hughie es enviado a otra misión como infiltrado, esta vez a un grupo de superhéroes de segunda (o de tercera, mejor dicho), el cual resulta ser por completo diferente a todo lo visto hasta el momento entre los secuaces de Vought... Y es que sus miembros, adorables por donde se les mire y con poderes inútiles, son en verdad un grupo de personas nobles que solo quieren hacer el bien.  Sin embargo, les mandan un nuevo líder, el típico sujeto con habilidades extraordinarias que encontramos en la colección, todo un hijo de puta que le complicará la vida al buen Hughie y que de paso pretende mancillar la fraternidad del equipo, que le han pasado a su cargo.
      Un hermoso homenaje a los cómics de la Edad de Plata, con personajes estrafalarios y, pese a todo, sencillos.  Asimismo, una reflexión emotiva sobre el valor de la lealtad y lo difícil que lo tienen en este mundo, donde se exalta el egoísmo y la violencia, la gente "distinta" enfrentada a la ley del más fuerte (y, sin embargo, su propia autenticidad viene a ser su salvación). Asimismo, detrás de esta historia que es lejos una de las que más me ha gustado, justamente por su contraste entre mundos limítrofes tan distantes y sus personajes (¿Cómo no amar a Hughie?), nos encontramos con el tema de la justicia, que en verdad es para aplaudir cuando el villano de turno recibe su merecido (imposible no acordarse aquí del Castigador, vigilante que tan bien conoce Garth Ennis y cuyo lema vendría a ser "No es justicia, es castigo", algo que por igual acostumbran a hacer los Muchachos).
 
8. Creer.
 
    Vought International realiza uno de sus eventos masivos evangelizadores, donde sus superhéroes tienen un papel muy activo.  Esta es la oportunidad de los Muchachos de descubrir unos cuantos secretos entre bambalinas del enemigo.  Por otro lado, Hughie se entera del secreto de la mujer que ama, noticia que lo impacta más que cualquiera de las otras cosas que le ha pasado el último tiempo, desde que un super le jodió la vida.
    Una descarnada visión de quienes explotan a los creyentes para sacarles dinero, por medios de sus shows y la figura de sus carismáticos lideres religiosos, algo habitual en Gringolandia.  Por otro lado, la pérdida de fe en nosotros mismos, la gente que nos rodea y nuestros ideales, por igual tiene mucho que ver con esta saga.
 
9. El afable escocés.
 
    Hughie tras los eventos del arco argumental anterior, se regresa a su tierra natal, a ver si deja de atrás todo lo ultimo y recomienza de nuevo.  No solo se reencuentra con sus amorosos padres, si no que retoma el contacto con sus dos mejores amigos desde la época de la infancia (dos tipos de lo más curioso).  Entre tanto, conoce a un agradable señor, con cuyas conversaciones logra desahogarse mejor y que solo al final de esta historia vendremos a saber de su verdadera identidad.  Para enredar todo y hacerlo más divertido, se encuentran con unos traficantes de compuesto V, la formula que les da poder a los super y solo ellos pueden evitar el desmadre.  El resto, mejor descúbranlo ustedes por su cuenta.
 
    El material adicional está bueno, que tampoco es sobresaliente.  Destaca una cómica pequeña historia, El cómic que hizo que despidieran a La Leyenda, una locura de las que no les diré nada más.  A su vez, hayamos acá las portadas originales de todos los números que comprenden este tomo, textos de dos artistas más del cómic admiradores de The Boys (el de Jason Aaron, que encabeza el volumen, fue el que me gustó más) y varios bocetos.

No pude encontrar esta imagen en la Red, así que obligado a sacarle foto (je).

4 comentarios:

  1. ¡Cuánto cariño, y qué lectura atenta! Muchas gracias por compartir, al final hablar de las historias que nos gustan es una de las cosas más lindas que podamos hacer

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    1. Me alegra mucho que alguien haya valorado mi revisión personal de estos cómics (el último tomo aún lo estoy gozando y bastante). Por cierto, gracias a tu comentario, me di cuenta de uno cuantos errores que se me habían pasado en este post, así que gracias también por hacerme verlos.

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  2. Por mi parte, Elwin, me pasa lo mismo que con otra obra de Garth Ennis que está entre mis cómics preferidos, también adaptada a la TV: Predicador.

    Y es que hay cosas que me gustan más en el cómic original y otras que me gustan más en la serie. En términos globales The Boys me gustó más como cómic. Es mucho más cafre, gamberra y retorcida, y me agrada cómo ataca a la industria del cómic de superhéroes USA.

    En otros aspectos prefiero la serie. El dibujo del cómic tiene un punto feísta, con las figuras y los rostros deformados intencionadamente casi al estilo de El Greco, y no refleja, por ejemplo, la belleza de Luz Estelar.

    Ahora que fue un acierto que Huguie se inpirase en Simon Pegg, un actor de comedia muy brillante (raro se me hace que no salga con su eterno sidekick Nick Frost), y que en la serie interpreta al padre de Hughie.

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    1. ¡Pucha, aún no veo/leo "Predicador"! (y eso que me descargué la serie completa el año pasado). Una vez, antes que me interesara Ennis tanto como hora, vi un hermoso pack con toda esa cómic en una obra preciosa y ahora que deseo adquirirlo parece está discontinuado en español (busqué los precios de las ediciones actuales y están muy caros). Tuve la suerte de comprar los integrales de "The Boys" a buen precio y traídos desde España.
      En cuanto al cómic, aún me queda leer un resto y me apena que ya se me acaba. Me pregunto cómo se viene la tercera temporada, ojalá más larga y expectante ante su versión del Herogasm.

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