sábado, 17 de abril de 2021

Cuatro nuevas oportunidades para amar al Tío Steve (II)


3. La Sangre Manda.
 
    La novela corta que da título al tomo, es todo un regalo del Tío Steve a sus Lectores Constantes (como bien le/nos gusta llamarnos a quienes lo seguimos y adoramos desde hace años), como a los demás y es que bien hay razones de sobra para considerar así este título.
    Con casi 200 páginas de extensión, bien podría ser publicado como una obra en solitario, tal como lo hizo King en el pasado con títulos tales como Montado en la Bala y Blockade Billy, los que luego incorporó a sendas antologías; mientras que en otros casos como Elevación y La Caja de Botones de Gwendy, solo existen en formato independiente.   Pero su autor la ha hecho formar parte de su última colección de novelettes, llevando esta el título de la historia que revisamos ahora: La Sangre Manda.  ¿Por qué? No solo por su llamativo nombre, sino que por razones de sobra y que bien descubriremos juntos por medio de esta revisión.
      El texto en cuestión, se trata del esperado regreso de una de las heroínas más queridas del Tío Steve: Holly Gibney.  Cabe recordar, que a esta la conocimos cuando apareció bien entrada la novela Mister Mercedes, quien de inmediato se "robó la película" y que hasta a su propio autor lo sorprendió, puesto que originalmente no pensaba mantenerla en toda la Trilogía de Bill Hodges; pero al final el personaje tomó fuerza y se convirtió lejos en la mejor de las protagonistas de dicho tríptico policial (y estamos hablando de unos libros con personajes potentes y carismáticos, tal como le salen tan bien a nuestro escritor).  Con posterioridad, King la llevó a coprotagonizar su violento e impactante policial sobrenatural El Visitante; la intervención de la fémina no pudo ser más grata y nos volvió a dar momentos conmovedores y divertidos.
    ¿Y quién es Holly Gibney? (a la que adoro con todo mi corazón, así como a Roland y a todo su Ka-Teth de La Torre Oscura y al Club de los Perdedores de It).  Pues se trata de una mujer que llega a nosotros, cuando ya está en la tercera década de su vida, tímida y llena de complejos, con tratamiento psiquiátrico y marcada por una madre castradora, que la mantiene con ella impidiéndole salir de su hoyo existencial.  Es entonces que conoce a Bill Hodges, quien le simpatiza tanto por la propia personalidad entrañable de este, como porque desde un principio la trata sin condescendencias y ve en ella a la persona inteligente que es (la verdad, mucho más que el común de la gente), motivándola a tener una actitud más independiente.  En transcurso de Mr. Mercedes, Holly comenzará a dejar poco a poco sus miedos y terminará por ser quién solita derrote al villano. A partir de entonces, se vuelve por fin alguien autónoma y hace sus primeros amigos; demostrándonos ser un gran ejemplo de resiliencia, hasta llegar a la narración que hoy nos atañe y la tiene como protagonista.
      Un espantoso atentado se comete en una escuela y mueren muchos niños y adultos, así como otros quedan heridos y mutilados.   Holly por casualidades de la vida ve las noticias al respecto y con su mirada detallista, se fija en algo del reportero que cubre el hecho, que la lleva a darse cuenta de que tal hombre no es lo que aparenta.  Es así que comienza a investigar por su cuenta, hasta conocer a un anciano ex policía, que durante décadas ha seguido las huellas de la criatura que es en realidad el nuevo objeto de la atención de Holly (excelente inclusión dentro del argumento, que este resulta ser bastante atractivo a los ojos de los lectores). 
    En el libro intervienen bastante otros dos personajes de la trilogía de Bill Hodges: Los hermanos Robinson.  Es así que Jeremy y Barbara también tendrán su cuota de heroísmo en la historia, aparte de darnos bellos ejemplos de hermandad (entre ellos) y de amistad (con Holly), donde destacan la confianza e incondicionalidad en ambos tipos de afectos.
     Destacable, también, resulta cómo se aborda la difícil relación entre Holly y su madre, no solo un impactante y realista ejemplo de estas relaciones.  Holly nos da la pauta para enfrentar algo así, más teniendo en cuenta todo lo que ha tenido que pasar para convertirse en la tremenda mujer que es ahora.  Su capacidad para amar y perdonar, sumado al patetismo de su madre, que sin ser una mujer malvada tanto la ha dañado, nos permiten apreciar el lado más humano del Tío Steve.  A ello se le suma la presencia del tío de Holly, hermano de su madre, un hombre mayor con Alzheimer, que no deja de llegarnos al corazón y sin elementos sobrenaturales nos hace ver lo frágil que es la vida y que por esa misma razón debemos agradecer a quienes tenemos con nosotros y disfrutar de su compañía (los últimos párrafos del texto resultan sublimes para entender todo esto).



      Otro detalle: Esta joyita está dentro del Multiverso kingniano y comparte más de un elemento con ello.  Es asi que en determinado momento, se menciona el caso del Aviador Nocturno, violenta novela corta de King, que en esta realidad es un hecho noticioso; de igual manera, se nombra al periódico sensacionalista Inside View, tan importante dentro de la historia de dicha obra.  Luego tenemos la naturaleza de la criatura, a la que se enfrentan esta vez nuestra heroína y sus compañeros, un ente que tiene mucho del mencionado Visitante, de Pennywise y del monstruo de la novelette El Policía de la Biblioteca.  Stephen King sabe crear grandes villanos, humanos o no, y este en sus pocas, aunque potentes apariciones, merece nuestros respetos.
     Por otro lado, hay detrás de la figura del periodista que tiene entre ceja y ceja a Holly, una clara crítica al morbo que promueven los medios de comunicación; el seguimiento tan detallado de los hechos noticiosos más violentos, que hacen ganar tanto dinero a las empresas dedicados a ello, debido justamente al interés exacerbado del público de saber más y más de lo que pasa e incluso inundándose de puras malas noticias, es un fenómeno que lo vemos incluso hoy en día con la cobertura sobre la actual pandemia.  En efecto hay un mercado de la desgracia, en el cual los medios y la gente común han llegado a tener una enfermiza simbiosis en torno al horror real.
      Otros elementos caros a la narrativa kingniana que podemos apreciar acá: Uno de ellos viene a ser el de las confrontaciones verbales, físicas o la mezcla de ambas entre los agentes del bien y del mal.  Y es que al Tío Steve les quedan estupendas, puestos que sus diálogos son muy entretenidos, siendo muchas veces estos momentos algunas de las mejores partes de sus narraciones.  Cada vez que Holly se haya frente a su nuevo enemigo, la primera de ellas no de manera presencial, es un placer seguir el hilo de la conversación y ver cómo reaccionan/piensan los rivales (bueno, en esta ocasión nunca nos metemos dentro de la cabeza del villano, a diferencia de otros títulos del escritor, lo que es habitual en él) y es gratificante apreciar cómo se van desarrollando estas batallas, que definirán el curso final de todo.
     Luego no pueden faltar la presencia del humor, que si bien acá solo se aprecia de manera fuerte una vez, aun así a este servidor lo hizo reír a carcajadas; lo mismo sucede con el elemento religioso, que no deja de formar parte de los intereses de King.  Respecto a esto último, Holly es profundamente creyente en Dios y todos los días reza (otra característica suya que adoro).  Es muy inteligente y puede pensar de manera muy racional, consiguiendo llegar a la médula del asunto con rapidez, cuando otros más "normales" que ella no pueden conseguirlo; pero es justamente su visión del mundo que acepta la existencia de Dios, lo que la hace tener una mente más abierta a la presencia del mundo sobrenatural (una clara ventaja) y que la pone sobre los cientificistas y demases cerebrines positivistas.
     A diferencia de Fin de Guardia y El Visitante, en las que interviene nuestra querida heroína, como de otras historias de King, lo fantástico no es tan fuerte o más bien se muestra solo dos veces; sin embargo, el autor ha logrado dosificar tan bien sus ingredientes, que nos ha entregado un verdadero manjar.  Ojalá veamos adaptada pronto esta historia al cine o la televisión, como una cuarta temporada de Mr. Mercedes (¡Que me encantaría!) o la segunda de El Visitante (siempre y cuando otra empresa compre el show, luego de que HBO decidió cancelarlo, pese a su éxito).
     Pero lo más importante de todo, espero y esperamos más aventuras de Holly a futuro... ¡Y viva el Rey!

6 comentarios:

  1. Gran novela corta (no tan corta) escrita para lucimiento de ese personaje maravilloso que es Holly, uno de los mejores que ha creado SK en los últimos años. Gran recuerdo para el aviador nocturno (y el periodista Richard Dees, que también estuvo en La Zona Muerta... el multiverso fluye!). ¡Bienvenido Elwin!

    Saludos,
    RICARDO

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    1. Efectivamente es una tremenda historia, la cual es más importante para mí porque me alentó durante mis días en la clínica y también fue mi despedida de ese periodo allá.

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  2. Sólo puedo decir una cosa: ¡Intrigado! Así es como me encuentro respecto a esta historia y también al personaje de Holly.

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    1. Aprende a enamorarte de Holly con "Mr. Mercedes".

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    2. Pues habiéndolo leído (si, años después de este post), retiro lo dicho: Holly no me pareció un buen personaje, ni siquiera interesante. Su TOC me hizo el relato bastante insufrible. Entiendo sus traumas, a pesar de no haber leído los otros relatos donde aparece; su relación con su madre, como la vemos en ese libro, me pareció que contribuye a muchas cosas y a su crecimiento como personaje (por lo que he leído en tus post anteriores). Aun así, la encontré bastante fastidiosa y detestable (como personaje), debido a lo que te conté. Y me parece ver un patrón en algunos personajes de King, que todos parecieran tener en mayor o menos medida algún grado de TOC. O quizás es su forma de escribir. Pero respecto a la misma Holly, en el relato lo dice "Como todas las personas inseguras, Holly es una planificadora compulsiva". Sólo que éste aspecto de su personalidad se extiende mucho más allá de la planificación y para mi eso es un gran NO.

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    3. En gustos no hay nada escrito, decía la vieja que se comía los mocos. Es increíble cómo lo que a unos les fascina, a otros les fastidia. Por mi parte, espero con ansias la novela dedicada a Holly, una de mis heroínas favoritas.

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