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¿Por qué escribo este post?
El reciente tiempo que le dediqué a la
primera temporada de la serie de televisión española 30 Monedas,
estrenada y emitida completa a finales del año pasado, me ha llevado a escribir
de una vez por todas sobre uno de mis directores de cine favoritos: Alex de la
Iglesia. Y es que en verdad disfruté
mucho de este show, del cual solo supe de su existencia gracias a mi amigo y
colega bloguero Roger Senra, quien me habló al respecto y me lo recomendó con
creces. Fue tan maravilloso disfrutar de
este título, reencontrándome además con el realizador español más importante en
la actualidad junto a Pedro Almodóvar (¿Lo habrá superado acaso?), que me veía
solo un episodio por día, de modo de extender el placer frente a esta historia,
tan bien armada y escenificada. Así que
en consideración a un artista que desde los años noventa del siglo pasado, me ha
dado tantas satisfacciones, he decidido hacer un repaso por su filmografía, que
no tiene cintas flojas y todas ellas merecen ser conocidas y apreciadas en su
medida; ahora bien, siempre habrá algunas que destacan más que otras, pero
igual esto tiene que ver también con los gustos personales y en muchas
ocasiones por el valor sentimental que les damos a dichas historias, cuando
recordamos con cariño y nostalgia la circunstancia en la que vimos. Por mi parte, buena parte de estos largometrajes
los vislumbré en el cine, la mayor de las veces solo, no obstante, luego no
volvieron a dar sus filmes en nuestras salas y solo gracias a “la magia de
Internet” me fue posible ponerme al día con el resto de su carrera. Aprovecho de contarles que me dispuse a
volver a revisar sus trabajos, de modo de tenerlos más frescos en la memoria,
que muchos de ellos no los visitaba desde hace años ya; así que me dispuse a
descargar en HD los que no tenía (la mayoría la verdad) y heme aquí que lo he
gozado bastante.
Del cine de Alex de la Iglesia, les puedo
contar de que mayormente se trata de películas que mezclan la comedia de humor
negro (y MUY negro) con los géneros del terror psicológico y el melodrama;
habiendo incursionado en la ciencia ficción, el horror sobrenatural y hasta el
cine histórico (aunque este último siempre ambientado en el siglo XX y en su
país), como en el western. Muchas veces
mezcla elementos de todos los géneros mencionados, si bien nunca deja de
mantener el tipo de humor corrosivo, al presentarnos situaciones donde la
violencia excesiva no solo nos podría incomodar (en el caso de los más sensible
al respecto), sino que hacernos reír al otorgar cierto aire exagerado y de tono
ridículo, en situaciones que poseen cierto grado de absurdo. Lo anterior es posible gracias a sus
personajes bizarros, que tienen mucho de caricatura, donde más encontramos
antihéroes que héroes, o sujetos del mundo cotidiano que se dejan llevar por sus
debilidades como la ambición, el materialismo y el egoísmo, acompañados por
villanos de pacotilla; todos estos encarnados con tal gracia, que no dejan de
caernos simpáticos. Respecto a los
personajes, mucho recuerdan la tradición propia de los esperpentos españoles,
de los cuales el pintor Goya y el escritor Ramón del Valle Inclán fueron los
maestros, de quienes de seguro se nutre de la Iglesia, al mostrarnos sujetos de
apariencia tan retorcida como lo es su propia interioridad. Los diálogos son chispeantes, ingeniosos y
abundan las palabrotas. Hay sexo a
granel, este último también con su elemento cómico, el cual a veces puede
resultar muy irreverente y con algunas situaciones complejas que difícilmente un
director comercial gringo sería capaz de filmar o le sería permitido
exhibir. Es cierto que nuestro director
realiza sus cintas, de las cuales acostumbra ser nada menos que el coguionista,
ya que trabaja por lo general con su habitual colaborador Jorge
Guerricaechevarría, con un claro amor por este arte y con la intención de entretener
“sanamente” a un público adulto y con criterio formado; no obstante, a ello se
le debe sumar un discurso político y de crítica social que puede ser que no se
aprecie de manera tan evidente, pero que sin duda realza aún mucho más su
legado en vida, al entregarnos producciones complejas que logran fusionar con
excelencia los elementos comerciales con los artísticos. Por último, cabe destacar su lealtad y/o
amistad con los histriones que laburan con él, siendo que en todos sus
largometrajes (salvo en uno en concreto) ha llamado a varios para trabajar en
más de un par de sus cintas, lo que en algunos casos con sus colegas se llama
tener actores fetiches y que en su filmografía en concreto nos han concedido un
estupendo trabajo en colaboración detrás y delante de la cámara.
Filmada en blanco y negro, con una atmósfera a medias entre lo onírico (o más bien pesadillesco) y lo surrealista, debe su nombre a un sujeto que entra a un bar y solo pide Mirinda, la bebida gaseosa que se llama así, comportándose de manera irracional y violenta solo por nimiedades.
Siendo este humilde debut su primera colaboración con en el guión y con Alex Angulo en el papel principal, encontramos ya dos elementos esenciales de su cine: violencia y humor, ambos sazonados por los personajes bizarros y el absurdo que tan bien le saldrán a nuestro querido director.
Muy divertida, corresponde a un alocado paseo por una sociedad cargada por el materialismo, donde es evidente la dicotomía entre el mundo de colores y despilfarro de los ricos y los grises sucios de los pobres (la fiesta sin sentido del principio de la película y el planeta de puros hombres dedicados a la minería son evidencia de esto), que nos saca carcajadas y se ríe de la publicidad, la manipulación mediática y los estereotipos.
El bestiario humano de esta cinta captura de inmediato la atención, donde no hay héroes, ni personajes dignos de admiración en este título, tal como sucede en posteriores trabajos del artista. Entre estos curiosos personajes encontramos a un joven Santiago Segura, lejos el mayor fetiche del director, puesto que ha estado en buena parte de su carrera, si bien el papel más famoso para su amigo corresponde al de su siguiente colaboración juntos.
Por otro lado, Alex Angulo, protagonista de su cortometraje ya comentado, vuelve ahora con un muy llamativo rol secundario.
Personalmente le tengo mucho cariño a esta obra, de la cual supe gracias al reportaje que le hizo la revista Fangoria en su edición española, acaparando mi atención y que al tiempo después fue estrenada en el Cine Arte Normandie (oportunidad que no me perdí), que a partir de entonces muchas de las primeras obras del realizador llegaron a las salas criollas.
Tráiler.
Un erudito sacerdote descubre la fecha exacta y parte de la ubicación del nacimiento del Anticristo, datos que concuerdan justo con la Navidad en pleno centro de Madrid; sin embargo, no sabe cuál es el lugar concreto donde ocurrirá el alumbramiento. Es así que para engañar al Mal y evitar el Apocalipsis, planifica realizar unas cuantas acciones pecaminosas y de ese modo conseguir su atención para que le revele la información que le falta. En el camino, se le unen una estrella televisiva que supuestamente es un experto en lo sobrenatural y ostenta tener poderes, junto a un joven rockero satánico muy carismático (este último, interpretado por el mentado Santiago Segura, bastante obeso por aquel entonces, en uno de sus roles más emblemáticos, antes de saltar a la calidad de estrella por su saga cinematográfica de Torrente).
Aparte de todo el divertimento, detrás de esta verdadera joyita del cine ibérico, no se puede dejar de lado su exposición en tono jocoso del lado B de la sociedad de su país, ante un aparente avance socioeconómico luego de años de dictadura militar: la pobreza e indigencia y la violencia oculta en las casas, sumado a la de las calles, que es tan horrorosa como la que adjudicamos a supuestas entidades espirituales siniestras.
Lejos superior a su opera prima en un montón de aspectos (argumento, diálogos, aspectos técnicos y hasta actuaciones, entre otros), es una comedia de horror que no deja de tener esa marca tan "hispana" que adoramos en su cine y que está llena de escenas de antología.
Como el cura que descubre todo, tenemos a Alex Angulo, caracterizando tan bien a su personaje, que cuesta creer que sea el mismo esperpento de sus dos anteriores colaboraciones con Alex de la Iglesia.
Cabe mencionar la intervención en un papel pequeño de Jaime Blanch, quien muchos años después y recién ya en la década pasada, cobró fama internacional como Salvador Martí en El Ministerio del Tiempo, la gran serie de ciencia ficción española.
Pese a todas las atrocidades que comete esta pareja, no pueden dejar de caer bien a más de alguien del público, puesto que pese a todo lo detestable que hacen los protagonistas, encontramos valores en ellos tales como la incondicionalidad por la pareja, el sentido de la familia y la lealtad; lo que contrasta con el supuesto mundo perfecto de los yanquis que aparecen en la historia.
El filme más violento hasta la fecha del cineasta y tal vez de toda su cinematografía, está hecho de tal manera que esas escenas de bestialidad que posee, llegan a ser graciosas y entre ellas nada menos que una violación y otra que sugiere abuso infantil (¿Qué mente retorcida y/o habilidosa es capaz de conseguir esto?)
En los protagónicos están Rosie Pérez, una talentosa actriz en la cúspide de su carrera internacional y Javier Bardem, cuando estaba despegando la suya en Hollywood. Ambos son verdaderas fuerzas de la naturaleza en sus papeles y lo hacen que es una maravilla; sin embargo, no han vuelto a trabajar con de la Iglesia, aunque en cambio nuestro querido Santiago Segura vuelve a tener un rol llamativo para gusto nuestro.
Por último, cabe destacar los preciosos flashbacks dedicados a recuerdos del propio Romeo, estos representativos de un pasado donde aún existían la inocencia y la belleza.
Tráiler.
Dos comediantes de éxito que trabajan juntos desde sus humildes inicios en espectáculos nocturnos, se odian entre sí con todo su ser, pese a lo que creen sus admiradores que los ven como grandes amigos. La cinta aborda su viaje a la destrucción mutua y de sí mismos.
Inspirado en casos reales de famosas duplas de artistas cómicos que realmente no podían soportarse en la intimidad (dícese de gente como Jerry Lewis y Dean Martin, Laurel y Hardy...), retrata muy bien las complejidades del ser humano y en especial de los artistas, quienes muestran una cara muy diferente de la verdad al público.
Como uno de los dos protagonistas tenemos nuevamente al querible Santiago Segura y, por otro lado, a el Gran Wyoming, quien tuvo un pequeño rol en El Día de la Bestia.
Tráiler.
Saludos, Elwin. De las películas que nos mencionas acá, sólo he podido ver El día de la bestia, la cual sabes es una de mis favoritas con temática navideña. Creo que logré conseguir Acción Mutante, pero se veía demasiado mal (ripeada de VHS seguramente) y no la pude ver completa. A pesar de esta falta, considero a Don Alex mi director español favorito, muy por encima de Pedro Almodovar. Claro, eso es cuestión de gustos.
ResponderEliminarNo es posible que hayas dejado pasar todos estos años sin ver estas maravillas ¿Qué estás esperando, amigo?
EliminarYo solo tengo en deuda su filme por encargo "Los Crímenes de Oxford" y que pretendo ver este finde.
¡Qué bueno toda una serie de artículos dedicados a este gran director! Su combinación de terror, bizarrez, costumbrismo español, ironía histórica, suspenso y tantos géneros más es única. Sus películas siempre están bien actuadas, producidas, y dirigidas. De esta tanda, todas son muy buenas, aunque El Día de la Bestia es una genialidad, la que lo puso en el ojo de todos. Pero insisto: todas deben verse!!
ResponderEliminarSaludos,
RICARDO
Hasta ahora, la única de las que he visto y no me ha convencido del todo ha sido El Bar.
EliminarMe alegro te entusiasme este proyecto nuevo en el que me he embarcado. A ver si lo tengo todo listo el mes que viene, pues antes de tiempo yo creo que escribiré sobre "30 Monedas" que tantas satisfacciones me ha traído.
EliminarFíjate, Regor, que me volví a ver "El Bar" y ahora la encuentro mucho más maravillosa.
EliminarFaltó otra épica como la comunidad y el crimen ferpecto, soy un gran admirador de Alex de la Iglesia y de todos sus películas no podrías indicar cuál no me gusta, pero puedo señalar que el día de la bestia por lejos es una que no me canso de verla periódicamente.
ResponderEliminarTambién escribí sobre esas dos. Creo solo me falta dedicarle palabras a su última cinta (muy divertida por cierto)
EliminarLa última cinta es la de Venecia o salió otra...
ResponderEliminarUna comedia negra muy divertida: El Cuarto Pasajero
Eliminar¿La tienes?
ResponderEliminarYes y a la noche te la mando junto a otras joyitas
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