Cuando se trata de abordar la serie que hoy
inspira mis palabras, inmediatamente hay que tener en cuenta toda la
significancia que ha logrado este programa, el cual a los pocos años de
comenzar a emitirse, se convirtió tanto en un objeto de culto, como en uno de
los más populares de la televisión, llegando a estar considerado entre las
mejores en la historia. Es así como
“herederas” de esta serie lo han sido programas tales Dark Skies, Los
4.400, Taken y más actualmente y en plena popularidad, Fringe,
la que desde un principio se declaró inspirada en The X-Files, siendo que
en uno de sus episodios mostró una imagen de esta misma de sus dos famosos
protagonistas.
Conocida
en español como Los Archivos Secretos- X, Expediente- X o Archivo- X, fue la
primera serie creada por Chris Carter, siendo la más exitosa y longeva de todas
las de su autoría (ganando un montón de premios, durando 9 temporadas en total,
con 202 episodios y dos películas para el cine). Su emisión original fue en el canal de la
cadena Fox, entre los años 1993 y 2002, estrenándose su último filme el 2008.
La
historia gira en torno a las aventuras de los agentes del FBI Fox Mulder y Dana
Scully, a los que a medida que la trama va avanzando, se les irán sumando una
montón de entrañables personajes que incluso llegarán a obtener gran
protagonismo (como el trío de expertos de la “teoría de la conspiración”
llamados Los Pistoleros Solitarios que luego tendrían su propia serie,
aunque no con muy buenos resultados).
Mulder y Scully trabajan en los denominados Expedientes-X,
correspondientes a casos extraños investigados por su agencia y a los que los
medios regulares no atienden; algunos de estos casos guardan relación con
archivos guardados años atrás y que fueron considerados o bien ridículos o bien
misterios sin resolver. Dentro de los
sucesos que les toca cubrir, hay de todo tipo: extraterrestres, monstruos,
mutantes, magia, ciencia extraordinaria, apariciones sobrenaturales,
demonología y un largo etcétera. De este
modo la serie alterna entre lo claramente bizarro, las temáticas ligadas al
horror mismo, sobrenatural o no, psicóptas, la ciencia ficción pura y un tema
del cual este mismo programa sería su principal precursor en el tubo catódico:
las teorías de conspiración.
Fox
Mulder y Dana Scully son personajes arquetípicos, de los que independientemente
de su naturaleza masculina y femenina, se encuentra muy fuerte en ellos la
relación de oposición y simbiosis entre ambos al referirse a sus diferentes
personalidades; este contraste y complementariedad entre ambos, le otorgarán al
programa su especial atmósfera. Si bien
ambos poseen una gran inteligencia, sensibilidad y heroísmo propios de los
personajes de la más rancia tradición clásica, resultan ser individuos
complejos que dentro de sus aspectos diferenciadores entre sí, logran una
armonía ejemplificadora en su comunión como colegas.
Mulder fue el primero de su generación en el FBI, con un prometedor
futuro, pero su obsesión con los casos extraños lo convirtió en un paria entre
los suyos, siendo el objeto de burla de muchos de ellos. Hasta la llegada de su compañera al apartado
cubículo de los Expedientes-X en las oficinas del FBI, trabajaba solo. El interés de éste por los temas poco comunes
entre sus pares, radica en una traumática experiencia vivida cuando tenía ocho
años: estando sólo con su hermana en
casa, fue testigo de su abducción por parte de extraterrestres. Dicho recuerdo será el motor que lo llevará a
querer buscar la verdad tras tanto hecho extraordinario y en lo posible saber
qué pasó en realidad con su hermana. Por
lo tanto, Mulder será un hombre abierto a las infinitas posibilidades del mundo
oculto a los demás, llegando a creer sin dudas en todo tipo de fenómenos ligado
a ello. Por lo tanto de la dupla
protagonista del show, Mulder representa el lado más emocional de la dupla.
Scully
en cambio es la racional y por ende, la escéptica, si bien con el correr del
tiempo su mentalidad irá cambiando hasta llegar a considerar sin duda la
existencia de lo sobrenatural (en especial en las dos últimas temporadas y más
en cuanto a todo aquello que se refiere a lo ligado a su propia fe de católica
practicante). Es doctora forense, de
modo que es quien ante los hechos que le toca investigar, da la mirada
científica, aunque a veces se quede corta en sus explicaciones. Pese a su personalidad racionalista, la fe
católica en Scully es uno de sus puntos más fuertes (de este modo podríamos
decir que es una representante de la filosofía escolástica, con una posición neoaristotélica
que busca a través de pruebas físicas fehacientes comprobar las cosas;
en tanto Mulder desde el punto de vista de la filosofía es más bien platónico
al optar por una postura más idealista con respecto a cómo se enfrenta a lo
extraño, si bien su actitud lejana a la creencia religiosa, pese a creer en lo
sobrenatural, lo acerca más a una posición budista que le permite ser crédulo
pese a su negación del ámbito teológico) y quizás por ello en contra de su carácter
está más propensa a ser receptiva a ciertos aspectos relacionados con lo
sobrenatural y en especial con el mundo de la fe (esto ya desde la primera
temporada con uno de los mejores episodios de la serie: Más Allá del Mar); no
obstante pese a su naturaleza más confiada, Mulder es más bien ateo y por ello
cuando Scully ha tenido experiencias religiosas, éste se ha mostrado más bien
intolerante (si bien en uno de los primeros episodios de la temporada inicial,
al final del famoso capítulo Conducto, se le muestra “rezando” en
una iglesia, aspecto de la personalidad de Fox que luego se omitió en beneficio
de una actitud suya menos cercana a la creencia en Dios).
Cuando Scully entra a los Expedientes-X a trabajar, lo hace para dar una
mirada más “seria” a estos, al menos esa es la tarea que se supone le dan sus
jefes; no obstante la verdadera intención de quienes la envían es la de
desprestigiar a Mulder y a todo lo relacionado con él y los Expedientes-X
mismos. Sin embargo desde su primera
misión juntos, la confianza nace y Scully se da cuenta de la validez de la
cruzada de su colega, con quien llegará a tener una estrecha amistad, hasta que
la relación llegue a convertirse en una de tipo amorosa.
En
medio de sus numerosas aventuras, Mulder y Scully irán haciendo una serie de
aliados, como también poderosos y enigmáticos enemigos, siendo que estos
últimos tienen que ver con un grupo secreto ligado al gobierno, que guarda todo
tipo de datos acerca del conocimiento de inteligencia extraterrestre y otros. De este modo la serie estará plagada de un
montón de carismáticos personajes, entre buenos y malos, a los que más adelante
en este texto se les irá describiendo en detalle; no obstante como mi intención
a la hora de escribir sobre esta serie es la de analizar temporada por
temporada también (al menos de a una o dos por artículo), a medida que estos
vayan saliendo, se irán dando antecedentes sobre dichos personajes.
Dentro de los capítulos de la serie, se encuentran los llamados de la
“mitología”, que corresponden a todos aquellos relacionados con el tema
extraterrestre y el complot existente para controlar la información al
respecto. La serie misma parte con esta
trama central desde el capítulo piloto, lo que se va desarrollando a lo largo
de las nueve temporadas. En el primer
año de emisión, los capítulos de la mitología son unitarios, como el resto de
los episodios no ligados a esta trama central; pero a partir del último
capítulo de temporada inicial, estos corresponderán a cada final de temporada,
más el principio de cada una de ellas, incluyendo dos episodios dobles a
mediados de la misma y a veces triples.
La primera película para el cine, The X-Files: Figth the Future (1998),
corresponde a esta línea argumental unificadora, mientras que el último filme, The
X-Files: I Want to Believe (2008), nada tiene que ver con la llamada
“mitología” y resulta ser un caso más de los Expedientes y la verdad, bastante
olvidable.
Dentro del carácter de muchos de los episodios, se encuentran algunos
que escapan a la ambientación más dramática y hasta terrorífica de la serie,
debido a su argumento lleno de humor, que muchas veces recaía en las
situaciones propias del absurdo y la autoparodia. Este tipo de capítulos que en muchos casos
correspondieron a algunos de los más célebres y mejores dentro de la serie,
partió con el ya clásico Humbug de la segunda temporada,
escrito por Darin Morgan ( lejos uno de los más sobresalientes guionistas del
programa, quien también aportó con su trabajo en su serie hermana Millenium). Algunas historias de bizarro humor son Inusual
Suspects (capítulo nº 100), Bad Blood (la segunda historia de
vampiros del programa, bastante alejada de la ambientación tenebrosa de 3,
el primer capítulo que abordó este tema), Jose Chung´s “From Outher Space” (otro
de la autoría de Darin Morgan y que tendría su aún superior “secuela” en Millenium)
y X-Cops
(¡Un cross-over ficticio con el famoso reality televisivo Cops que
sigue las andanzas de policías estadounidenses). El capítulo n° 200, inmediatamente antes del
impresionante final de la serie, fue Sunshine Days y que tuvo esta
especial cualidad de poseer bastante humor, siendo además un bellísimo episodio
homenaje a la televisión.
Para
la séptima temporada, David Duchovny, quien interpreta a Fox Mulder, mostró su
aburrimiento tras hacer tantos años la serie, de modo que para la siguiente
temporada hubo dos grandes cambios: primero, el actor firmó sólo por la mitad
de la temporada; segundo, se introdujo un nuevo personaje estable, el agente John
Doggett (interpretado por Robert Patrick), quien al irse Mulder se convertirá
en el nuevo compañero de Scully. Lo más
interesante de todo esto, es que a raíz de los sucesos ya vividos por el
personaje de Scully, los papeles se invertirán y ahora será Scully la creyente,
mientras que Doggett hará de escéptico.
En el capítulo 14 de la temporada, entra un nuevo y bastante carismático
personaje, la agente Mónica Reyes (Annabeth Gish), quien del trío que se
formará ahora, será la más cercana al mundo de lo sobrenatural y extraño,
debido a su interés por ello.
En la
novena y final temporada, Annabeth Gish ya no es una actriz invitada, si no que
desde la presentación del programa (que tras ocho años recién cambia su
característica gráfica), comparte créditos junto a Gillian Anderson (Scully) y
Robert Patrick, más Mitch Pileggi, el actor que por años hizo a uno de los
personajes habituales más queridos de la serie: el Director Adjunto del FBI
Walter Skinner y que durante este último año de emisión también se convierte en
estable. Toda la temporada no estuvo Fox
Mulder, quien sólo regresará para cerrar la serie en los dos últimos episodios.
Algo
característico del programa fue su música, completamente hecha por Marc Snow,
el cual creó un tema central electrónico que hoy en día es uno de los más
famosos y reconocidos entre el mundo de la televisión (de modo que se supone
cualquiera, ya sea fanático de la serie o no, lo reconocería, como sucede con
los temas de Star Trek, La Dimensión Desconocida, Sombras
Tenebrosas y muchos más). A lo
largo de sus nueve años y dos películas para el cine, Snow logró hacer
composiciones que fueron el complemento ideal para la serie, alternando entre
lo sinfónico y los sintetizadores, muchas veces ayudando a crear una atmósfera
en realidad siniestra, como a veces llegando a realizar verdaderas
composiciones sublimes.
El
tema de apertura de los Expedientes- X a su vez fue
acompañado por unos créditos que ganaron el Emmy y que corresponden a una serie
de imágenes ambiguas como siluetas y otras apenas reconocibles que hacen
alusión a lo ominoso dentro de la serie.
También se agregan las tarjetas de identificación de los personajes
principales.
Un
detalle que puede resultar interesante en el programa, es que algunos de los
nombres de los capítulos están escritos en idiomas foráneos al inglés, ya sea
español, latín, japonés, francés, alemán u otros, lo que guarda relación con
los hechos acaecidos en ellos y con un particular grupo étnico que toma
protagonismo en él; así es como por ejemplo en El Mundo Gira y Agua
Mala (en español en el original) se observa a la comunidad latina en
Estados Unidos que quiérase o no, ha dejado su especial impronta en el país del
norte.
Considerando la atmósfera misteriosa de la serie y más encima su juego
con llamadas “teorías de la conspiración”, algunos de los personajes
recurrentes son llamados con un apodo que recalca su personalidad sospechosa y
su relación con hechos que están vedados al dominio público (todos ellos
individuos de conducta o bien reprochable, o bien ambiguos en su lealtad e
intenciones). De este modo en la serie
nos encontramos con los ya clásicos Garganta Profunda, X,
El
Fumador (también conocido como El Hombre Cáncer), El
Hombre Bien Manicurado y otros más.
Portada de uno de los cómics de la etapa de Topps Cómics. |
Tal
como muchas series de éxito, el programa tuvo novelas basadas en ella, entre
las que se encuentran historias originales y novelizaciones de algunos
episodios, así como también cómics inspirados en el show. Algunas de las novelas fueron escritas por
Kevin J, Anderson, quien ha hecho de su carrera trabajar sobre universos y
personajes ya preestablecidos en sagas famosas (como en su anterior labor en
libros de Star Wars), siendo su etapa más famosa sus precuelas a la
famosa saga de ciencia ficción de Duna de Frank Herbert, coescritas
con el hijo de éste (y que para los puristas de la ciencia ficción son
verdaderos bodrios). En cuanto a los
cómics mismos, de estos se encargó la compañía Topps Comics, alcanzando los
cuarenta números; lo mejor de estas historietas, es que entre sus guionistas
tuvieron a nada menos que Doug Moench, un veterano en las historias de terror
del noveno arte (en cómics de Batman y Dead Man, entre otros), mientras que sus
espectaculares portadas estuvieron a cargo del gran ilustrador Dave McKean (el
mismo de muchos cómics de Sandman y varios trabajos en común con su creador,
Neil Gaiman). Posteriormente en el año 2008, el sello Wildstorm ganó los derechos para sacar nuevas novelas gráficas con Mulder y Scully de protagonistas, esta vez teniendo entre sus guionistas a algunos de los autores de muchos de sus mejores episodios para la televisión, como Frank Spotnitz; el éxito de esta nueva etapa, luego permitió un más que interesante crossover con el "universo" de los aterradores vampiros creados por Steve Niles en 30 Días de Noche, de la compañía IDW.
Entre
las curiosidades del programa, se puede contar el hecho que a lo largo de sus
más de 200 episodios, algunos de los actores invitados se “repitieron el plato”
en él, aunque interpretando a personajes diferentes; así el caso más
emblemático fue el de Nicholas Lea, Krycek en la serie, que apareció un par de
minutos en el capítulo de la primera temporada Gender Bender y luego a
partir de la segunda temporada se convirtió en el personaje recurrente del
traidor Alex Krycek. Otro detalle, pero
mucho más “freak” resulta ser que si se mira con atención entre muchos de las
estrellas invitadas en los episodios, muchos de ellos corresponden a hombres calvos (empezando por el propio
Skinner)… ¿Alguna cábala de los productores de la serie o una confabulación de
los afectados de alopecia para irrumpir en pantalla?
Como
la intención original de escribir este artículo sobre The X-Files es la de
analizar y comentar también cada una de sus temporadas por individual,
destacando además uno que otro capítulo, más adelante haré referencia temporada
por temporada a medida que mi revisión de la serie vaya dándose.
Por
último una presentación de algunos de los personajes habituales:
- Director Adjunto Skinner: Es un hombre serio, veterano de la Guerra
de Vietnam cuya lealtad al principio no estuvo bien clara, hasta que en la
segunda temporada cuando ya se comenzó a desarrollar el personaje, se sabe
que odia el dominio del Fumador sobre los asuntos de su oficina. Aprecia a Mulder y a Scully y es un gran
aliado de estos.
- El Fumador: Uno de los cabecillas del
llamado “Sindicato” y que por décadas ha estado involucrado en los asuntos
más escabrosos que tienen que ver con todo tipo de conspiraciones. Es un hombre de gran poder y con un
manejo de la información que le permite manipular todo a su
disposición. Conoció desde su
juventud al padre de Mulder y a Garganta Profunda, con quienes trabajó. Su apodo se debe a su afición al
tabaco. Salió en la serie desde el
primer episodio y de ahí en varios más de la primera temporada, pero tal
como Skinner, tan sólo en la segunda se le vino a dar su importancia
correspondiente.
- Los Pistoleros Solitarios: Trío de amigos de Mulder a
quienes éste conoce desde sus primeros años en el FBI. Son expertos en un montón de
disciplinas. Obsesionados con las
teorías de la conspiración, mantienen regularmente un impreso llamado Los
Pistoleros Solitarios donde publican sus ideas. El trío está compuesto por Melvin
Frohike, el mayor de los tres, un ex-hippie que desde el principio se
sintió atraído por Scully; luego le sigue John
Fitzgerald Byers, el más pulcro y ordenado del grupo y que viste siempre
de traje y corbata; por último está Richard “Ringo” Langly, de largo pelo
rubio y amante del rock, por lo que siempre anda con poleras de bandas de
rock (le encantan Los Ramones).
Este grupo de nerds son grandes amigos de Fox y Dana, siendo quizás
sus mejores socios en la búsqueda de la verdad. Salieron desde la primera temporada.
- Garganta Profunda: El misterioso primer informante
de Mulder, quien se muestra como alguien que está detrás de muchos de los
eventos más oscuros ligados a la conspiración. Es un hombre mayor que revela datos a su
confidente de tal manera que nunca se sabe qué tanto de cierto hay en
ellos, manteniéndose siempre en la ambigüedad. Nunca está bien claro cuáles son sus
verdaderas intenciones. Aparece en
varios episodios de la primera temporada, de modo que después su presencia en la vida de Mulder
será tan impactante, que a lo largo de la serie se verá tal relevancia.
- X: Mucho más joven que Garganta Profunda, es
su sucesor, que hace su aparición en la segunda temporada. Es un hombre de raza negra y de aspecto
imponente, de personalidad parca, irónico y que aún en su actuar es mucho
más impreciso en cuanto a sus reales propósitos. Desde el principio le expresó a Mulder
su lealtad a su predecesor, pero dejándole claro que en su caso mantiene
su propia visión de las cosas y que por ello no está dispuesto a arriesgar
su vida.
- Alex Krycek: Hombre joven y apuesto que en una primera
instancia se presentó como otro agente del FBI y que debía hacer de nuevo
compañero de Mulder, mientras éste y Scully estaban separados al disolverse
los Expedientes X. Esto ocurrió al
principio de la segunda temporada, no obstante luego se supo que Krycek
trabajaba para el Fumador y que era un hombre peligroso y en quien no se
podía confiar. Tras saberse su
verdadera identidad, escapa y luego volvería a estar involucrado en un
montón de hechos más propios de la conspiración.
Tapa de la edición en DVD de la 1° temporada. |
Interesantísima entrada, Elwin, llena de observaciones muy enjundiosas. Quiero comentar un detalle que me ha llamado la atención, y que me parece brillantísimo por tu parte: como bien dices, Mulder representa el punto de vista aristotélico, siempre muy pegado a los hechos básicos de la experiencia, mientras que Scully, en cambio, se ajusta más al tipo platónico, con su insistencia en dar la prioridad a la razón y al intelecto frente a la evidencia aparentemente abrumadora. La actitud budista de indiferencia, en efecto, e incluso de renuncia al deseo (y no sólo al sexual), también caracteriza a Scully. Si para Mulder "la verdad está ahí fuera", para Scully "la verdad está aquí dentro", en la mente humana, en las ideas y en el laboratorio del científico.
ResponderEliminarHace poco leí un libro de un filósofo español (Felipe Martínez Marzoa) en el que se habla del juicio a Galileo. Pues bien, Martínez Marzoa rechaza la interpretación más o menos habitual y dice que, durante el famosísimo juicio, los eclesiásticos eran (como buenos aristotélicos) los defensores de los hechos y de la experiencia, mientras que Galileo era un platónico convencido, que confiaba en el poder de la razón y de las puras ideas (como la idea de que una esfera perfecta sobre un plano sin fricciones seguiría rodando eternamente, una idea que entonces era de lo más extraña). Así, grosso modo, la actitud de Scully podría corresponder a la de Galileo, y la de Mulder a la curia vaticana (con la salvedad, claro está, de que hoy en día el poder lo detenta la ciencia, y, en consecuencia, sería Scully la que podría censurar y vetar a Mulder y no al revés)...
Un abrazo.
Estimado Juan Carlos: No sabes cuánto me honras con uno de tus aportes después de casi un año de no contar con tus ideas por acá. Te cuento que mi humilde aproximación a la filosofía en la dicotomía Scully-Mulder, contó igual con la supervisión de mi queridísimo amigo Mauricio Tapia, quien lejos sabe más del tema que yo (como tú, claro). Pero por lo que me escribes, parece que me equivoqué en designar los "adjetivos" para cada uno de estos personajes...¿Me entiendes? (yo pongo que Mulder es la neoaristotélica, mientras que Mulder el platónico y también por su actuar el budista...pero por lo que tú me dices es al revés)¡Exijo una explicación!Je.
ResponderEliminarQuerido Elwin:
ResponderEliminarEn mi descargo, debo decir que durante este tiempo no he entrado prácticamente en internet salvo para consultar emails, En hotmail te lo explicaré mejor.
En segundo lugar, ¡madre mía!, ¿me puedes creer que en mi primera lectura, muy apresurada, entendí justo lo contrario de lo que escribes, seguramente por mis propios prejuicios a la hora de leer? Tras una lectura atenta, debo decir que no estás equivocado, y que sencillamente tu interpretación es distinta de la mía. Más aún, tú defiendes la postura clásica, canónica, del asunto. Yo, en cambio, defiendo la interpretación más pajera y extravagante posible, en mi línea habitual de "filósofo freak". Cambiando de tema, ahora mismo estoy leyendo a un filósofo francés que defiende que el ateísmo es compatible con la creencia en el Juicio Final y la resurrección de los muertos. En este tipo de cosas ocupo mi tiempo libre.
Salomónicamente, podemos decir que tanto Mulder como Scully tienen aspectos aristotélicos y platónicos; cuál predomina en ellos es asunto de interpretación, y la tuya es brillante y sólida aunque sea opuesta a la mía. Lo que sí es platónico es el amor entre los dos protagonistas, al menos hasta las temporadas finales. Aunque debo decir que yo me cansé de la serie en la tercera temporada y no la seguí más, porque en mi opinión se desinfló un tanto. De todos modos, siempre me pareció que la frialdad de Scully era excesiva, casi como la de un robot, y que esa frialdad se contagiaba a la serie.
Por último, tanta conspiración, tanta ocultación de secretos y tantas revelaciones cada vez más inverosímiles (como la de la trama secreta formada por miembros del gobierno y extraterrestres) me terminó resultando agotadora, aunque el arranque de la serie fuera inmejorable.
Un cordial saludo.
A propósito, Elwin, tu entrada me ha despertado curiosidad por volver a ver la serie. Aprovechando que dispongo de las tres primeras temporadas, volveré a revisar unos cuantos capítulos, comenzando por los que comentas, y tal vez me anime a proseguir con otras temporadas.
ResponderEliminarRespecto al hecho de que Scully, católica practicante, sea la escéptica en la serie, mientras que el ateo Mulder es el más crédulo, me recuerda una frase de Chesterton: "el que ha dejado de creer en Dios, generalmente, sólo lo hace para pasar a creer en cualquier cosa".
Un muy cordial saludo de un platónico irredento.
Esta es lejos una de las mejores series que se ha hecho en la historia, tocando temas tan profundos y paranoicos como las conspraciones de ovnis y temas por el estilo, además del tema de intro que marca un paradigma en nuestra cultura, que con tal solo oirla uno lo asimila con la serie y sus tematicas extraterrestres.
ResponderEliminarMe acuerdo que cuando era chico la daban en el tvn en la noche los sabados. Y cuando iba en el liceo, la veia cuando la daban en el Chilevision a eso de las 1 de la mañana y la veia con mi papá.
Atte. Fabian Ibarra.
Hola de nuevo, amigo Fabián. Creo que muchos de nosotros tenemos recuerdos significativos sobre esas series que nos marcaron desde nuestra temprana edad (yo recuerdo con nostalgia que fanaticé en este programa a una personal a la que aún, pese a la distancia del tiempo y las voluntades, quiero mucho, pero para quien ya no formo parte de su existencia). Cuando me dispuse a comprarme toda la serie original y luego verla, rememoré tantos momentos pasados y disfruté como nunca de uno de los mejores shows televisivos que he tenido el gusto de conocer; cuando terminé el "reviuw" (¿Así se escribe?) quedó un vacío dentro de mí.
ResponderEliminarAparte de los valores intrínsecos de la serie, Los expedientes secretos X cambió nuestra manera de ver y relacionarnos con las series de televisión. Antes, las series con arcos argumentales mitológicos importantes pertenecían casi en exclusiva a la soap opera. Incluso una serie precursora de Los expedientes secretos X como lo fue Twin Peaks, en el fondo tenía una mecánica de soap opera, aunque una retorcida al estilo lyncheano, y la enormidad de su (inmerecido) fracaso hacía pensar que la gente no estaba dispuesta a embarcarse en series con mitologías frikis y arcos argumentales. Los expedientes secretos X probó lo contrario, y creó una mecánica televisiva de la que después pudieron aprovecharse, con mayor o menor fortuna, otros personajes como Joss Whedon o J.J:Abrams.
ResponderEliminarQué interesante cómo me has hecho ver a través de tu comentario, Guillermo, el impacto que tuvo esta serie a la hora de modificar la trama de gran parte de las series que le siguieron (y que ha hecho en parte que hoy en día extrañe las series de episodios unitarios, que casi no hay ahora); no obstante para ser justos, por esta misma época apareció otra serie de culto: "Babilonia 5" y que a diferencia de ésta, la cual se iba escribiendo a medida que se aceptaban las nuevas temporadas por parte de los productores, su creador la tuvo armada desde su génesis.
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