martes, 7 de septiembre de 2021

¿La mejor película del DCU en años?


I. Los intentos por conseguir un verdadero bombazo.
 
     Bien es de conocimiento público y en especial de los más ñoños de la casa, que desde que se inició el llamado DCU, o sea, las películas de DC Universe para el cine y de imagen real, con la intención de competir con el UCM (es decir, las películas de Marvel para el cine amparadas por Disney… ¡Que compró los estudios!), el resultado ha sido de lo más irregular, no con tantos aciertos como se quisiera y con hartas decepciones o filmes mediocres (que al menos no encuentro ninguna francamente mala, que obviamos la versión de Liga de la Justicia para el cine, ya corregida con creces gracias al Corte de Zack Snyder).  Y es que por apurarse ante el deseo de conseguir su propio trozo de la torta, tras los éxitos marvelitas, que se iban sumando año a año luego del estreno de Iron Man, se notó que le faltaba la cohesión que tantas divisas le dio al otro bando.  Más encima, liderados por el buen Zack Snyder, se optó por darles un tono oscuro (adulto, violento y serio) que en muchos sentidos no solo contrastaba con sus rivales, sino que terminó por agotar demasiado rápido su propuesta.  Debido a lo anterior, películas como Batman versus Superman, por igual la mencionada versión para el cine del equipo más famoso deceísta e incluso la primera película sobre el Escuadrón Suicida, tuvieran un montón de críticas, lo que se arregló en parte cuando salieron las versiones extendidas de estas (aunque no fueron tan vistas por el público, salvo quienes las compramos en su edición en blu-ray, que ignoro si se encuentran en algún sistema de streaming).  Pero hay que ser justos y las películas en solitario de Wonder Woman, Aquaman y ¡Shazam! mejoraron el panorama, más positivas y al estilo de lo que el UCM nos ha ido acostumbrando, pero aún estaban lejos de llegar al nivel de los grandes crossovers fílmicos de Marvel; solo se pudo conseguir tan anhelado deseo, en parte, cuando este año  vio la luz la consabida versión de Snyder de su película más ostentosa.
    He mencionado de manera somera Escuadrón Suicida, un largometraje al que le tengo cariño y que en su momento me hizo escribir nada menos que dos post inspirados en su metraje; todavía me gusta, aunque con suerte me llega a entusiasmar al nivel de las producciones del UCM, incluso de aquellas sobre cómics de la Casa de las Ideas que no son de esta seguidilla, en especial las anteriores (como la trilogía de Spider-Man por Sam Raimi o la injustamente vapuleada por muchos Daredevil…) ¡Y para qué hablarles de la seguidilla mutante que tanto amo! (en especial las de mi adorado Wolverine y las muy graciosas de Daedpool).  Pues a mucha gente no le gustó dicha obra, considerada entre lo peor del DCU (lo que no me parece y es que nadie puede negar que lejos, LEJOS, lo más deficiente de sus ofertas es la aburridísima Aves de Presa), quizás porque solo dos de sus personajes eran populares para el público masivo (Guasón y Harley Quinn) y el resto, si bien entre los amantes de las historietas son bastante relevantes y habían aparecido en numerosas adaptaciones animadas y de imagen real, no eran lo que bien podríamos tildar de populares.  El tema, es que lo mejor que le pudo salir a esta apuesta fue el debut de la villana/antiheroína, estupendamente encarnada por la preciosa Margott Robbie.  Por otro lado, igual no fue resultaron tan estrepitosas las recaudaciones de esta cinta y pese a que no fue lo que se quiso de ella, se continuó con la idea de hacer una secuela, la que en un principio haría el mismo director que realizó la primera, David Ayer… Entonces fue cuando los planes cambiaron, cuando Disney/Marvel mismo y sin desearlo, le concedió la oportunidad a DC para conseguir a uno de sus mayores artífices de éxitos.
 


II. En el amor y en la guerra todo se vale.
 
    Pese al pasar de los años y a que Disney se supone ha ido mejorando su política oficial por terrenos que “celebran” la diversidad (étnica, cultural y sexual), la multinacional del Ratón Mickey en muchos aspectos continúa siendo tan conservadora y preocupada por el “qué dirán”, como en sus años más dogmáticos.  Fue que debido a unos viejos comentarios en redes sociales (ignoro con qué grado de responsabilidad y/o irresponsabilidad) de parte de Sean Gunn, el director y guionista de esas dos joyas que son las películas sobre los Guardianes de la Galaxia y que los incomodaron cuando salieron a la luz, optaron por no querer verse más relacionados con su persona; de ese modo, cayeron en el juego de la espantosa “cultura de la cancelación”, despidiéndolo cuando ya estaba preparando la tercera película, sobre el “desconocido” grupo que él había conseguido llevar a la fama.  Así que como Gunn estaba disponible y como había demostrado su capacidad para hacer verdaderamente entrañables, para el público masivo, a los personajes más raros de los cómics, amén de lograr una cinta que dieran grandes divisas a los productores, no dudaron en olvidarse de Ayer y firmar un buen contrato con el ex empleado de la competencia (tema viejo ya entre ambas empresas, en los cómics me refiero, donde solo unos pocos guionistas y dibujantes se han quedado en un puro lugar y es que hasta Stan Lee flirteó con DC…  Y para qué hablar del paso de los actores de un “universo” a otro como Zachary Levy y Ben Afleck, que de Marvel se pasaron a DC y ahora se habla de que Henry Cavill se va a ir a Marvel para hacer de nada menos que de Hércules)
   Estrenada a mediados de este año, se trata de una película que ha causado sensación en muchos sentidos, aunque en general con respuestas positivas por parte del público y la crítica Antes de ir a la trama, debemos recordar qué es el Escuadrón Suicida en sí: Pues este corresponde a un equipo de individuos con habilidades extraordinarias, los que se llaman metahumanos en DC, que por lo general son criminales a los que se les ofrece reducir su condena y a cambio de trabajos de carácter “suicida” para el gobierno.  Sus integrantes, por lo general de carácter rotativo por razones obvias, realizan su labor manejados por la mano dura de Amanda Waller, quien lleva a cabo los reclutamientos y el seguimiento de las misiones en el más estricto de los secretos.
    Luego de tener claro qué es este super equipo, podemos saber de lo que va en pocas palabras el filme que hoy nos reúne.  Una “república bananera” latinoamericana se ha vuelto un peligro para el mundo (y en especial para USA), de modo que deciden al más puro estilo “nosotros somos los héroes y quienes mandamos”, mandar más de un pelotón a eliminar al nuevo dictador y a los suyos.  Sin embargo, lo que parece que va a ser algo simple no lo es tanto, puesto que el arma que tienen sus adversarios es algo nunca visto antes.  Luego, ante un conflicto de tales dimensiones, el trabajo entre sujetos tan dispares y en la práctica parias dentro de la sociedad, no solo se complica y hace más difícil, sino que hace surgir lo mejor que había escondido dentro de ellos (la mayoría) y lo peor de lo que ya era la escoria del mundo libre gringo.
 
III. El aporte de Sean Gunn.
 
   Es obvio que el realizador sabe escribir una muy buena historia, usando personajes de toda índole y sacando algunos de los más raros de entre las viñetas, como incluso rescatando varios nombres olvidados de esta.  Luego consigue darles una increíble caracterización, que no tenían en sus versiones más ridículas, así como hacer que sus individualidades funcionan tan bien en equipo, entre inesperadas amistades y graciosas enemistades entre sí.  Además, consigue usar de la manera más ingeniosa y divertida, elementos varios de estos cómics, entre lugares y verdaderos íconos de tales historias.  Respecto a la última virtud suya mencionada, es que destaca por sobre todo el nombre de Starro, una entidad clásica dentro del universo deceísta, que solo los ñoños de más “rancia alcurnia” ubicamos y que en este caso llega a provocar ovaciones orgiásticas en el público de este tipo.  Por último, la suma de toda esta mezcla conseguida con tanta genialidad, no deja de provocar interés en el resto de la audiencia, la que se encuentra ante ideas tan “locas” y entretenidas, que son recursos habituales en el noveno arte, pero que Gunn logra llevarlas con tanta espectacularidad a la pantalla grande. 
    Por otro lado, el director también hace un estupendo trabajo detrás de la cámara, sacando lo mejor de los actores, donde tenemos verdaderos talentos ya consagrados, como el siempre solvente Idris Elba (a estas alturas uno de los histriones afroamericanos a los que más estimo), la también morenaza Viola Davis (¡La adoro hace rato!) y un en ascenso John Cena (quien nos regala a los interesad@s en él, una escena que con gusto no olvidaremos, je).  Asimismo, la preciosa Margot Robbie se redime tras la porquería que la tuvo como protagonista (no la menciono no más, porque no vale la pena… ¡A la infame película me refiero!) y el veterano Peter Capaldi está irreconocible como uno de los villanos, tan gracioso igual, que resulta todo un placer ver cada una de sus intervenciones.
     No podemos olvidar cómo nos engaña, con tanta inteligencia, Gunn casi a principio de su nueva cinta, haciendo que la trama tome un giro inesperado, otro detalle valioso.  De igual manera, cabe destacar su lealtad a dos actores por los que se nota siente aprecio y que ya estuvieron con él durante su carrera junto a la competencia; del par mencionado, es Michael Rooker el que lejos se roba la película, en su breve y potente participación (que el otro es Silvester Stallone, que aquí está “irreconocible”).  Por otro lado, maravilloso el equipo de segundones que hizo acompañar a la “perra” de la Waller, quienes le dieron un sentido mucho más atractivo y cómico, a todo lo relacionado con esta mujer con tantos cojones. Asimismo, el discurso político que está implícito detrás de este espectáculo, que se nutre del juego de poderes entre el imperialismo gringo y las dictaduras de los países pobres, a los que manipula a su antojo, es algo bastante valiente de su parte y que hay que aplaudir.
     Mucho colorido, jocosidad y hasta una que otra escena emotiva, en esta pieza que celebra lo más entretenido que puede ser (en el sentido más ligero de la palabra) un cómic de “superhéroes”, sin estos paladines y dosificado con violencia para el público adulto, que quiere algo distinto al típico producto familiar del UCM, aunque sin perder la luz de la que adolecieron los productos más serios de DC (incluyendo la sacrosanta Trilogía de Batman).


                                                                             Tráiler.

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