1.
Persona non grata.
Uno de los personajes reales más infames de la "reciente" historia nacional chilena, viene a ser la talentosa escritora Mariana Callejas (1932-2016), quien ganó unos cuantos premios, se codeó con la intelectualidad y los poderosos del país entre los setenta y ochenta del siglo pasado y tuvo un selectivo taller literario en su casa, ubicada en un lujoso sector de la capital del país. Cuando leemos esta presentación sin saber nada de ella, es fácil preguntarse por qué razón tildarla de infame y la respuesta es la siguiente: Fue junto a su esposo agente de la DINA, la Inteligencia Secreta del régimen dictatorial militar de Augusto Pinochet, participando en atentados terroristas, matando gente inocente (enemigos politicos) e incluso torturando en la misma casa; donde amigos escritores asistían a sus reuniones sociales y artísticas, ignorando lo que pasaba en aquellas dependencias (incluso el gran Nicanor Parra participó de estas juntas, sin saber de las atrocidades de sus anfitriones).
La justicia llega unas veces con celeridad y otras con atraso, en ocasiones con todo el peso de la ley y, también, de manera muy habitual enturbiada por la mano de la corrupción. Es asi que esta mujer, que si hubiese orientado sus virtudes hacia terrenos más favorables, habría conseguido el reconocimiento que deseaba -y, en cambio, al final se le negó debido a sus crímenes-, fue enjuiciada y sentenciada a la cárcel una vez regresó la democracia a su patria (a la que supuestamente sirvió como heroína); dicho proceso acaeció recién a finales de la primera década del presente siglo y eso que la dictadura de Pinochet acabó a principios de 1990. Pero apenas pagó con la prisión y vivió retenida en su hogar de entonces hasta su muerte, relegada por olvido cultural al menos.
Callejas y su marido Michael Townley, son solo algunos de los siniestros nombres que nos dejó el gobierno autoritario que duró 17 años y su paso por nuestra cronología, aunque desconocido por muchos, no ha quedado indemne en la memoria literaria chilena. Pedro Lemebel habla de ella en una de sus crónicas para De Perlas y Cicatrices, obviamente atacando su faceta más atroz y el otro autor nacional de gran proyección internacional, Roberto Bolaño, le "dedica" un pasaje en su novela Nocturno de Chile, en referencia a la doble funcionalidad de su casa como centro cultural privado... y de tortura. Por otra parte, el escritor de ciencia ficción criollo Jorge Baradit, usa como personaje secundario a su pareja, Michael Townley, en la ucronía Synco y donde aparece nada menos que como héroe.
Por otra parte, si bien la narrativa de la Callejas ha sido justa o injustamente borrada de las nuevas ediciones literarias (tanto nacionales, como extranjeras), en este blog, y hace un par de años atrás, podemos encontrar la revisión de su humilde servidor a sus dos narraciones cortas de terror, para una valiosa colección de relatos del género (El Cuento Chileno de Terror); aportes suyos que están entre lo mejor de dicha antología (otro libro que lamentablemente no ha conocido reediciones, desde que salió al mercado en los ochenta y en una sencilla y barata edición que hoy en día es difícil pillar).
Uno de los personajes reales más infames de la "reciente" historia nacional chilena, viene a ser la talentosa escritora Mariana Callejas (1932-2016), quien ganó unos cuantos premios, se codeó con la intelectualidad y los poderosos del país entre los setenta y ochenta del siglo pasado y tuvo un selectivo taller literario en su casa, ubicada en un lujoso sector de la capital del país. Cuando leemos esta presentación sin saber nada de ella, es fácil preguntarse por qué razón tildarla de infame y la respuesta es la siguiente: Fue junto a su esposo agente de la DINA, la Inteligencia Secreta del régimen dictatorial militar de Augusto Pinochet, participando en atentados terroristas, matando gente inocente (enemigos politicos) e incluso torturando en la misma casa; donde amigos escritores asistían a sus reuniones sociales y artísticas, ignorando lo que pasaba en aquellas dependencias (incluso el gran Nicanor Parra participó de estas juntas, sin saber de las atrocidades de sus anfitriones).
La justicia llega unas veces con celeridad y otras con atraso, en ocasiones con todo el peso de la ley y, también, de manera muy habitual enturbiada por la mano de la corrupción. Es asi que esta mujer, que si hubiese orientado sus virtudes hacia terrenos más favorables, habría conseguido el reconocimiento que deseaba -y, en cambio, al final se le negó debido a sus crímenes-, fue enjuiciada y sentenciada a la cárcel una vez regresó la democracia a su patria (a la que supuestamente sirvió como heroína); dicho proceso acaeció recién a finales de la primera década del presente siglo y eso que la dictadura de Pinochet acabó a principios de 1990. Pero apenas pagó con la prisión y vivió retenida en su hogar de entonces hasta su muerte, relegada por olvido cultural al menos.
Callejas y su marido Michael Townley, son solo algunos de los siniestros nombres que nos dejó el gobierno autoritario que duró 17 años y su paso por nuestra cronología, aunque desconocido por muchos, no ha quedado indemne en la memoria literaria chilena. Pedro Lemebel habla de ella en una de sus crónicas para De Perlas y Cicatrices, obviamente atacando su faceta más atroz y el otro autor nacional de gran proyección internacional, Roberto Bolaño, le "dedica" un pasaje en su novela Nocturno de Chile, en referencia a la doble funcionalidad de su casa como centro cultural privado... y de tortura. Por otra parte, el escritor de ciencia ficción criollo Jorge Baradit, usa como personaje secundario a su pareja, Michael Townley, en la ucronía Synco y donde aparece nada menos que como héroe.
Por otra parte, si bien la narrativa de la Callejas ha sido justa o injustamente borrada de las nuevas ediciones literarias (tanto nacionales, como extranjeras), en este blog, y hace un par de años atrás, podemos encontrar la revisión de su humilde servidor a sus dos narraciones cortas de terror, para una valiosa colección de relatos del género (El Cuento Chileno de Terror); aportes suyos que están entre lo mejor de dicha antología (otro libro que lamentablemente no ha conocido reediciones, desde que salió al mercado en los ochenta y en una sencilla y barata edición que hoy en día es difícil pillar).
2. La miniserie.
En 2018 se estrenó una producción chilena para la televisión de 6 episodios, que retrata la vida de Mariana Callejas y de su marido, titulada como Mary and Mike. Con una factoría que no debe envidiar a las de Gringolandia y que bien merecido le otorgó unos cuantos premios, aunque no ha tenido la repercusión que le corresponde (al menos en Chile, donde pasó sin pena ni gloria y por eso ahora feliz la rescato para ustedes), se ambienta de manera maravillosa en los setenta, durante los primeros años del gobierno militar (1974 en adelante). Es así que usando de manera inteligente la biografía de esta mujer, la vemos teniendo una lujosa vida junto a su familia (acá solo tiene dos hijos, una chica adolescente y un pequeño de poco más de 10 años), gracias a los "servicios" secretos que realiza junto a su esposo. Solo el parco hombre que trabaja para ellos como mayordomo, sabe de la verdad de este aparentemente respetable matrimonio (quien los ayuda en sus fechorías), aunque poco a poco su despierta hija va notando la verdad de todo. Les secunda una hermosa mujer de naturaleza más psicopática que la protagonista, junto a un par de militares poderosos a cargo del servicio de inteligencia y varios individuos más de personalidad brutal, que iremos descubriendo en cada episodio (ninguno de ellos con la nobleza que esperaríamos, puesto que imposible que alguien virtuoso se preste para estas fechorías ¿No?).
Se recrean con impacto los raptos perpetrados por los protagonistas y sus secuaces, las torturas y muertes, destacando eventos famosos como los atentados al ex General Prats en Argentina (alto oficial del gobierno de Allende, que fue exiliado por considerársele un traidor al negarse a apoyar la dictadura y al que Callejas, junto a Townley, asesinaron junto a su esposa al ponerle una bomba en su automóvil), el intento de homicidio al otrora ministro del presidente chileno Frei Montalba, Eduardo Leighton, en Roma (quien lideraba la opinión pública internacional y de refugiados chilenos en Europa, que criticaban a Pinochet y a los suyos) y el asesinato a Orlando Letelier (antiguo diplomático de la Unidad Popular de Allende, muerto usando el mismo modus operandi de Pratts) en USA (que solo debido a este último acto, por la presión de los yanquis, se consiguió apresar a los culpables de estos crímenes y otros). También presenciamos la recreación de la visita ilustre de Jorge Luis Borges, invitado por Pinochet, a dar conferencias en plena dictadura- por lo cual se le concedió un galardón por parte de este- acto que le negó el codiciado Premio Nobel al argentino.
La miniserie ilustra muy bien todo lo anterior, realizando un genial contraste entre la personalidad más sociable de Mariana (que acá vemos cómo pasa de ser alguien encantadora, para quienes la conocen en el ambiente cultural, a ser una verdadera "perra" maquiavélica como agente secreto, sin conflictos para ella), sin olvidar sus pretensiones como artista y al parco Michael, encarnado como un sujeto que nos pareciera tener cierto autismo y para nada amistoso y poco dado a la alegría, como a las demostraciones de afecto hasta con su único retoño. Todo lo anterior ilustra a la perfección la idiosincrasia nacional, donde apariencia e hipocresía forman parte de lo que somos como pueblo (cara vemos, corazones desconocemos dice un dicho popular de acá).
Para servir de luz entre medio de toda la miseria humana que aquí apreciamos, tenemos a un interesante personaje secundario (ignoro si es completamente ficticio o está inspirado en alguien real, dentro de la vida de la villana protagonista), un escritor maduro que hace de mejor amigo de la Callejas y de su mentor. Idealista, sensible y apasionado a su manera, este buen hombre (que no perfecto), tiene uno de los momentos más emotivos de la producción en el desenlace de todo.
Potentes actuaciones, grandes diálogos y una cuidada puesta en escena, donde la violencia posee una dosis adecuada, realista y atroz. Por otro lado, efectivas escenas de sexo que sirven para representar el errático proceder de los personajes (acá no encontramos verdadero amor) y donde incluso presenciamos relaciones entre adolescentes y hasta una espantosa escena de abuso sexual. Sobresalen también unos atractivos créditos de apertura y su música.
Cada capítulo es un placer apreciarlo y mención especial para el memorable ultimo episodio, que nos deja con las ganas de que hubiesen extendido más las andanzas de estos nefastos personajes hasta los mismos ochenta.
Tráiler.
Elwin: Interesante historia y por lo que contás, buena miniserie también. El artículo me dejó con ganas de verla, así que meteré pronto con la misma. Es bueno ver productos de nivel de nuestras tierras!
ResponderEliminarSaludos,
RICARDO
¡Apenas la veas me cuentas!
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