domingo, 26 de agosto de 2018

Encuentros y desencuentros con Roberto Bolaño (primera parte).


I- Una historia personal con el artista.

     Mi compatriota el escritor Roberto Bolaño (1953- 2003) me provoca sentimientos encontrados, ahora más que nunca luego de que estuve casi un mes entero (las 4 primeras semanas tras mi regreso a la pega, luego de las vacas de invierno) dedicado a una de sus dos novelas más emblemáticas: Los Detectives Salvajes.  La verdad es que este señor que en la práctica vivió casi toda su vida en el extranjero, tras irse al exilio con su familia a los 15 años de edad a México, para escapar de las atrocidades de la dictadura de Pinochet, no tuvo mucho contacto con su madre patria y que yo sepa tampoco se sentía muy a gusto en estas tierras (tengo entendido que se llevaba mal con la mayoría de los escritores de acá, a los que despreciaba por una u otra razón). Luego se fue a España, donde pasó el resto de su vida hasta que un cáncer hepático se lo llevó con solo 50 años de edad, como a muchos otros de los grandes creadores, demasiado pronto y en plena cúspide de su carrera… Y sin embargo en su paso por el mundo nos dejó un tremendo legado de novelas, cuentos, poemas y ensayos.  
      La verdad es que no voy a ahondar en su vida, ni en el resto de su obra, pues salvo mis impresiones con Bolaño y el libro que hace poco acabé, me sería algo engorroso hablar de textos que no me he leído y lo más probable que tampoco vaya a visitar en un futuro cercano.  Con el Bolaño que ya conocí me basta por el momento y aún tengo pendiente uno de sus libros póstumos, El Espíritu de la Ciencia Ficción, que me regaló mi querido amigo Miguel Acevedo para mi último cumpleaños y al que espero “hincarle el diente” en algún momento del año que viene (que además me lo recomendó mucho otro de mis mejores amigos, Marcelo López).
     La primera vez en que supe de este señor de inmediato me prejuició contra él, pues fue cuando este públicamente habló pésimo de una de mis autoras favoritas, Isabel Allende, al decir que esta era (y cito textualmente) “una escribidora y no una escritora”. ¿Y quién es este tipo? Me pregunté, ya que nunca antes había escuchado o leído algo sobre él, que no podía dejar de llamarme la atención se llamara casi igual que el creador del Chavo del 8, el Chapulín Colorado y tanto querido personaje en Latinoamérica.  De inmediato me supuse que se trataba de uno de esos intelectuales que creían que la literatura debía ser algo para la elite, que no podía ser “entretenida”, así que de seguro por esa razón tanta mala leche con su colega y el éxito de su carrera…No estaba equivocado, que ahora tras haberme leído su dichosa novela, me queda claro que Bolaño (o “Bolaños” como le llama un intelectualoide amigo que tuve, como una de esas tantas personas que se llena la boca por SOLO LEER A AUTORES SERIOS) en efecto no escribía para las masas y bien por él, que cada loco con su tema.  
     Un día, hace no sé cuánto tiempo ya, buscando en Internet un ejemplo para realizar una guía de estudios para mis alumnos, me encontré con un fragmento de una de sus narraciones y la verdad es que me gustó.  No recuerdo su nombre, como tampoco puedo acordarme de los 3 cuentos suyos que me leí cuando participaba de una tertulia literaria y este fue el escritor elegido de ese mes; no obstante esas pequeñas piezas suyas las disfruté mucho y ello me predispuso a querer ahondar en su trabajo, que nadie es perfecto y ahora podía perdonarle su intolerancia contra la Allende.
     Hoy en día Roberto Bolaño está considerado entre los narradores más destacados e influyentes de las letras hispanoamericanas, por no mencionar que algunas de sus novelas se están entre las más valoradas por la crítica especializada y, como no, por quienes adoran este tipo de literatura “sesuda”.  La verdad es que no sé si todo esto venía desde antes de su fallecimiento o es fruto del redescubrimiento de su genialidad (que no se la voy a negar), que por algo han editado varios de sus títulos que nunca publicó en vida; o se trata de simple postura intelectual la de poner por sobre otros autores y sus obras, la supuesta superioridad literaria de gente como Bolaño, que no se “ensuciaba las manos” escribiendo best Sellers.
     …Se me estaba olvidando, le agradezco de corazón a Roberto Bolaño que su amistad por Pedro Lemebel (al que sí le tengo tremendo aprecio, pese a mis diferencias con su persona y algunas características de su bibliografía), lo haya llevado a apoyarlo para que fuese conocido en el extranjero y Alfaguara misma lo publicara más allá de nuestras fronteras; que la calidad y trascendencia de su prosa sobrepasa el afecto que había entre ambos literatos y así lo supo muy bien el igualmente fenecido Bolaño.
       Tampoco puedo dejar de contarles a quienes lean estas palabras desde el extranjero, la famosa anécdota por estos lares ocurrida a poco rato de su muerte, en un noticiero de la televisión abierta chilena.  Resulta que una de sus “supuestas” periodistas no era alguien que digamos muy instruida, por no decir poco inteligente y en ese momento interrumpió su lectura habitual para decir: “Acabo de enterarme de que murió un comediante muy querido: ROBERTO BOLAÑOS”.  La mujer fue objeto de burla durante mucho tiempo.
     Varias veces estuve a punto de comprarme alguno de sus textos, que en especial me atraía Nocturno de Chile, que aborda el tema de una de esas casas que se usó durante el gobierno de Pinochet para la tortura de los presos políticos, un vergonzoso episodio de la historia de mi país que siempre me ha impactado y causado curiosidad (con todo mi respeto por aquellos que sufrieron de estas vejaciones) y sin embargo nunca llegué a hacerlo.  Fue entonces que el año pasado, justo para la Comic-Con otro amigo, Luciano Ortega, me obsequió Los Detectives Salvajes y que él ya había leído, para que así ambos la comentáramos.  Fue toda una grata sorpresa y le di mi palabra de que no pasaría mucho en que me dispusiera a ello…Bueno, no cumplí por completo mi juramento, que tan solo a finales de julio pasado me puse a la tarea aplazada.  Comencé mi lectura el lunes 30 de julio y la acabé este viernes 24 recién pasado.  

II- La versión que tuve en mis manos y la que acabó en ellas.


     Fíjense que el texto me atrapó desde el principio, en especial gracias al tono más acelerado de su primera parte y que recibe el nombre de Mexicanos perdidos en México.  La edición que me regaló Luciano es un tomo grandote de Alfaguara, de esos que tienen solapas (que así creo se le llaman a esos dobleces que lleva la tapa y sobre los que las editoriales acostumbran a poner una que otra información, como citas a críticas de la obra en cuestión y la biografía de su autor) y de casi 800 páginas.  Se trata de un tomo voluminoso que pesaba harto y lo pongo en pretérito, pues para malestar y disgusto mío lo perdí el miércoles 15 de este mes, feriado, en la tarde mientras andaba de paseo con Amilcar (fuimos al teatro a ver una adaptación de Sueño de una noche de verano de Shakespeare).  Ya iba sobre las página 500 y si bien en ese momento de la lectura estaba algo lateado con ella, me negaba a dejarla inconclusa; que harto tenía (y tengo) que decir al respecto.  
      Pensé en leer online lo que me quedaba, pero cuando le conté a Luciano, este se ofreció a prestarme su ejemplar; luego recordé que en mi trabajo tenían uno también, puesto que una colega lo pidió allá el año pasado para leerlo, así que al día siguiente a primera hora se lo solicité a la bibliotecaria.  Era eso sí de otra editorial, Anagrama, de letra más pequeña y por ello más compacto.  Grande fue mi sorpresa al encontrar en su interior, uno de los marcapáginas que realizaron los chicos de mi antigua jefatura el año pasado en diciembre, que de seguro dejó ahí mi compañera y que más encima me dio la impresión de que me mintió cuando me dijo que lo había leído entero, pues estaba como en la página 150 (en Chile, en contra de lo esperado, la mayoría de los profesores a lo más lee el diario, con la excusa de que no tienen tiempo o les aburre dicha actividad…Lo que encuentro toda una aberración, entre quienes se supone se dedican a estimular a las mentes jóvenes a practicar esta costumbre); en todo caso consideré como un buen augurio pillar dicho marcapáginas allí.
     Fue durante esos primeros minutos de continuar mi aventura personal con Los Detectives Salvajes, cuando tuve mi última charla, vía chat de Gmail, con mi desaparecido amigo Eduardo Romero, Cidroq en la blogósfera, mientras iba en un bus junto a varios alumnos míos para visitar una exposición de arte chino contemporáneo. Tenía pretendido contarle que estaba leyendo una novela ambientada en su país, México y que una de sus protagonistas se llamaba igual que su hija, Xóchitl, pero no llegué a hacerlo.  Creo que siempre relacionaré esta obra con mi desaparecido “cuate”.
     La verdad es que harta feo encuentro la portada de la edición de Alfaguara de la novela, con esas letras que simulan un título de la película de misterio, como si una linda ilustración en cambio le quitara seriedad a una narración tan compleja como esa; de hecho, he visto otros títulos suyos editados por esta empresa y todos ellos poseen el mismo tipo de “arte”, con letras variadas que ostentan algún grado de sofisticación que tanto desprecio en algunas ediciones en habla hispana.  Lo mejor, eso sí, de esta versión es que trae reproducida parte de los manuscritos originales de Bolaño para esta “obra maestra” suya y que se agradece por ser en la práctica un regalo a los lectores, como en especial a los incondicionales del escritor.  En cuanto a la edición de Anagrama, al menos posee una foto o reproducción de un cuadro, más o menos representativo del argumento de la obra, que igual pareciera estar sacado de la imagen de una peli, pero no cuenta con el agregado del volumen que se me extravió.


5 comentarios:

  1. Elwin: tuve la misma predisposición con respecto a Bolaños,no me gustó su altanería al criticar a Isabel Allende.Igual comencé a leer los detectives salvajes, pero era un suplicio cada vez que debía retomar la lectura, asi que lo dejé inconcluso. No me pasó lo mismo con El gaucho insufrible, que disfruté bastante y cuya historia transcurre en Argentina.Te lo recomiendo. Besos
    Vale

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  2. Respuestas
    1. Eres mi galpinchera favorita, amiga mía, la única en compartir conmigo esto que hago con tantas ganas. En cuanto a Bolaño, salvo "El Espíritu de la Ciencia Ficción", no creo que lea más de este señor. Por cierto, espero esta semana publicar la segunda parte y final de este post.

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  3. Saludos Elwin, aquí murinus2009.

    De Roberto Bolaño, también conocía la anécdota de la periodista que lo confundió con Chespirito.

    Sabia que era compatriota tuyo y que vivió en México, pero no tanto tiempo como lo mencionas.
    Creí que había muerto hace no mucho, 5 años a lo mas, pero ya lleva 15 años.
    En el metro de ciudad de México (por cierto igual al de Santiago en Chile: 9 vagones con ruedas, llantas de hule, caucho) incluso había carteles publicitarios, hace unos 6 meses, de un libro suyo creo:
    2088, o algo así.
    La verdad nunca llamo mucho mi atención, con lo que mencionas parece que es aburrido de leer y persona poco grata ademas.
    Dudo mucho que me acerque a su obra salvo lo que tu Elwin publiques aquí en el Cubildelciclope.

    Respecto de que el libro suyo que leías, la ultima vez penúltima vez que te comunicaste por chat con Cidroq, lo asocies a nuestro siempre querido Amigo, a mi me paso algo parecido con otro libro, te cuento:

    Como una semana antes de ese funesto 19 de agosto 2018.
    Vi en la librería que mas visito, un libro de literatura fantástica, llamado: Witcher
    No se que tomo, traía en la portada una imagen del protagonista, Gestalt De Rivia, peleando contra una especie de licantropo, llamo mi atención que el protagonista fuera un, Guerrero-Brujo, es el primero del que se, me pareció curioso, pensé que seria un a trilogía a lo mas.
    Días después el 16 de agosto, Cidroq, escribió en el Cuchitril un especial muy completo dedicado a la Obra Witcher.
    Al parecer le daría seguimiento por al menos 2 años, por la inminente salida de una serie de Netflix que adaptaba esta Obra literaria.
    Por problemas de conexión no le pude dejar comentario hasta el 18 de agosto de 2018.
    Para ese entonces Cidroq ya había contestado tu comentario Elwin.
    El cuarto comentario pensé que seria su respuesta, pero no... fue nuestro amigo venezolano, Vladimir Vasquez, dando la funesta noticia...

    Asi que esa Entrada dedicada a Witcher, fue la ultima vez que comente a Cidroq y... me quede esperando, por siempre, su respuesta.

    Creo que en vez de buscar la obra de Bolaño, mejor buscare todo lo que pueda de Witcher y su autor Andrzej Sapkowski.

    Sera una manera, para mi, en que esa obra literaria quede ligada al recuerdo de este gran Amigo nuestro.

    Gracias Elwin, esperare la segunda parte de esta Entrada, supongo sera la reseña de la obra leída.

    Hasta pronto.

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    Respuestas
    1. Mira qué emotivo lo que cuentas sobre el libro que viste en una librería y el último post de nuestro amigo Cidroq...Eso se llama "Sincronicidad", que corresponde a la relación entre dos hechos que no cumplen con la ley de causa-efecto, pero que aún así se encuentran ligados.
      Vamos a estar acordándonos durante mucho tiempo de Eduardo, que tampoco lo olvidaremos y yo sé muy bien que se habría entusiasmado con mi post sobre la serie de los Vengadores; así que cuando lo escribía no dejaba de pensar en él, luego de que lo retomé, ya que lo interrumpí cuando se vino lo de su fallecimiento para dedicarme al homenaje que le hice.
      Yo de vez en cuando leo sus últimas palabras para mí en el chat de Gmail, o sea, nuestra última charla, así como le echo un vistazo a su último post...y es tan raro: vestigios suyos que le han sobrevivido, una parte de él. En persona he conversado con pocos de los míos sobre esta pena y, sin embargo, plasmarlo a través del blog me ha ayudado a despedirlo.
      Iba a hablar sobre Bolaño y el resto de tu comentario sobre él, pero lo dejaré para la próxima entrada, que espero tenerla de aquí al viernes en el mejor de los casos...En muchos sentidos ha sido un mes pesado: Mucha pega, harto gym (comencé un nuevo programa de ejercicios, bastante intenso) y la pérdida de nuestro colega.
      Disculpa si me puse sentimental.

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