Cuando el mundo cristiano conmemora por
estas fechas la Semana Santa, relacionada con la pasión, muerte y resurrección
de Nuestro Señor Jesucristo, a más de algún creyente le podría resultar poco
acertado de mi parte, un católico (aunque tampoco soy muy “pechoño” que
digamos), haber escrito y subido en estos días un post acerca de El
Exorcista. Pues para buena parte
de la gente, en especial de aquellos que se han quedado con las espantosas imágenes
de la niña poseída del filme homónimo, se trata solo de una historia de espanto
y en la que el demonio no deja de asomar su cuernuda cabeza, de modo que
supuestamente nada tiene que ver con el tiempo de reflexión por el que estamos
pasando…Y sin embargo les digo de corazón “¡Están equivocados!”, pues al hablar
de estos títulos (tanto la novela como el filme), estamos en realidad frente a
unas obras que no pueden ser más religiosas y que bajo los terribles
acontecimientos que abordan, vienen a ser toda una glorificación al poder del
amor y la fe, que sin dudas son virtudes capaces de superar con creces la
presencia del mal más primigenio.
Tengo recuerdos muy potentes relacionados
con la película de William Friedkin, de 1973, sobre la novela de William Peter
Blatty (nacido en 1928 y fallecido tan solo este mismo 2017, el 12 de enero). No tenía ni 10 años de edad, cuando
estrenaron (para variar con bastante atraso) la cinta en la televisión abierta
acá en Chile. Estábamos en los años
ochenta y me vi varias veces el comercial en la tele (en este tiempo ni
pensábamos en la palabra tráiler, que
en la actualidad tanto se ocupa por los hispanoparlantes) y la imagen de la
chica poseída que gritaba “¡Y yo soy el diablo!” con su rostro monstruoso, para
luego vomitar un montón de asquerosidad verde (que deben saber era nada menos
que puré de arvejas) por largo tiempo me siguió. Por supuesto mis papás no me dejaron verla,
no obstante deseos morbosos de niño me embargaban y una mañana llamé por
teléfono al canal y le dije lo siguiente a la operadora que me atendió:
- Quisiera pedir que dieran El
Exorcista de día, para que los niños no nos asustemos y podamos verla.
-
Podría ser- Me contestó la operadora muy protocolar, quien de seguro estaba
acostumbrada a estas infantiles peticiones.
Y con ello yo me quedé bastante tranquilo y feliz.
También se me viene a la memoria que por
aquellos días, le pregunté a una de mis profesoras qué era un exorcista, pues
nunca antes me había encontrado con esa palabra. Nunca voy a olvidar su respuesta:
- Es una persona mala.- Todavía tengo la
duda de si en realidad era alguien ignorante en el tema, que además el adjetivo
que usó no podía ser más simplón o más bien no quería complicarse con algo que
no le gustaba como para conversar o bien le parecía que no era algo para
tratarlo con un alumno menor de edad (y quizás hasta pensaba que no le iba a
entender). Quién sabe, aunque a la luz
de mi experiencia en la docencia, conozco a un montón de colegas que pecan de
iletrados en muchas cosas.
Portada del libro que reproduce el afiche de la película. |
Publicada en 1971, trata en pocas palabras
de una niña de 12 años, que es poseída por un demonio, razón por la cual la
única manera de liberarse en cuerpo y alma de esta criatura, es teniendo un
exorcismo. No obstante el hecho de llevar
a cabo este sacramento, tal como queda demostrado en el texto (tanto como en la
película y en la vida real) no es algo de llegar y hacerlo, ya que muchos
sacerdotes no creen en este tipo de procedimientos, pues supuestamente todo se
trata de problemas psiquiátricos. De
este modo su argumento va más allá del acto de expulsar al invasor. Es así que buena parte de texto aborda el
dilema de aceptar que hay fuerzas extraordinarias en juego, tanto por parte de
quienes rodean a la víctima, como por quienes llevarán a cabo el exorcismo. Por otro lado, para que sea llevado a efecto
el exorcismo, es requisito romper con los prejuicios que niegan la existencia
de este mismo mundo espiritual…Y ello no es algo fácil entre personas de mente
estrecha.
Basada supuestamente en un caso verídico,
del cual entró en conocimiento el autor, quien según contó supo había sido
efectuado por un cura jesuita a una muchacha de la misma edad, su trama posee
varios aspectos interesantes a tener presente:
En primer lugar la familia que sufre
este incidente, está solo compuesta por una madre separada y su hija, quienes
viven junto a un matrimonio ya anciano, que trabajan para ambas y una joven
secretaria que además hace de niñera de Regan, la chiquilla que se verá
afectada. El padre se encuentra en el
extranjero y es una figura ausente. Pese
a todo madre e hija son felices, siendo la progenitora una destacada actriz y
su retoño una preadolescente vivaz, que ha demostrado tener varias aptitudes
intelectuales. La separación de los
padres a simple vista, podría parecer que fue lo llevó a que Regan desarrollara
algún tipo de esquizofrenia e incluso personalidades múltiples; sin embargo tal
como queda demostrado, la razón del mundo moderno es incapaz de dar respuestas
y soluciones, a algo mucho más antiguo que la misma Humanidad.
Es así que solo gracias a la
incondicionalidad de la matriarca, quien hasta antes de la tragedia no era una
creyente, logra dar con la medicina efectiva para el mal que acosa a su
pequeña. De este modo Chris, la madre,
es la primera de los dos personajes principales que deben sobrepasar su propia incredulidad,
para aceptar lo que en realidad está sucediendo. Tras ello se puede afirmar sin dudas, que
gracias al amor de esta mujer, la chica tiene una verdadera oportunidad de
salir adelante. No obstante como todo
buen progenitor, Chris debe pasar su propio infierno para velar por la
felicidad de su descendencia, aun cuando ello signifique renunciar a varias
cosas y a exponerse ella misma al peligro.
Las tribulaciones de la actriz, poseen
su reflejo en Karl, su empleado, quien vive algo parecido con su propia hija,
ya adulta y drogadicta y a la cual pese a todo no ha abandonado. Impactante viene a ser el hecho, de que
aunque el mal de Regan sea “superior” al de la hija de Karl, el primero sea el
único de los dos en superarse (pues en parte la niña no es responsable de lo
que le ha pasado, mientras que en el otro caso, no estamos hablando de una
víctima inocente, si no que de alguien que por sí mismo se haya en sus
deplorables condiciones).
Lamentablemente esta línea argumental fue obviada de la película.
Con respecto a la profesión de Ellen,
atrae el hecho de que sea alguien de los medios de Hollywood, algo que pese al
glamour de todo ello; puesto que pocas veces es abordado de esta manera, un
protagonista con tales características en un drama de este estilo. En todo caso debe saberse, que el escritor
conocía bastante este medio, ya que era un connotado guionista de filmes para
el cine estadounidense. Pese a la fama
que ostenta el personaje, se nos describe como alguien sin aires de diva,
sencilla y muy amiga de sus amigos.
Tenerla a ella como una de las afectadas, nos demuestra que cualquiera
puede pasar por el horror, ya sea el cotidiano como el sobrenatural, de modo
que nunca estamos por completo seguros. Pues
solo la fuerza de nuestros corazones puede contra los males de este mundo (y el
otro), algo que queda evidenciado en esta fémina y su contrapartida dentro de la
obra.
La edición argentina más recordada en esta parte del mundo...y la que yo poseo. |
Y es cuando debo hablar del padre Damien
Karras, el más complejo de entre todos los personajes que aquí aparecen, si es
que no además el más potente de todos ellos (rol que se juega con otro
sacerdote jesuita, del cual ya me referiré dentro de poco). Psiquiatra de profesión, es descrito como un
hombre recio, guapo y varonil, deportista además, quien apenas tiene apariencia
de miembro del clero (en contra de la imagen estereotipada que tienen muchos al
respecto). Y es justamente la sofisticación
de este individuo, su peor debilidad, ya que el hombre pasa por una crisis de
fe, a la que se le agrega la culpa por sentir que ha abandonado a su madre, la
que vive casi en la indigencia, pese a sus visitas y a quien hace lo posible
por ayudarla. Es así que al cruzarse su
camino con Chris y Regan, obtiene una nueva oportunidad para recuperar lo que
ha perdido, ya que sin dudas los signos y presagios que se le ponen frente a
los ojos, son algo que nadie debería negar (y menos un servidor de Dios).
El proceso de conversión por el que pasa
este sujeto, quien se presenta tan humano en sus flaquezas y pese a ello viene
a ser alguien carismático, resulta ser uno de los puntos fuertes de esta novela. No podemos olvidar que estamos frente a un
libro, que aborda con creces el tema de la fe y el papel que esta cumple en
nuestra existencia (pues dicho don tal como expone la novela, viene a ser uno
de los mayores elementos que nos da aliento para vivir, algo que queda
demostrado acá no solo con Karras).
“Se acordaba de desahucios, de humillaciones,
de haber vuelto a su casa con una novia de séptimo grado, para hallar a su
madre revolviendo el cubo de la basura de la esquina, en espera de encontrar
algo. Subió la escalera y abrió la puerta como si fuera una herida delicada.
Olor a comida. A dulzaina podredumbre. Se acordaba de las visitas a mistress
Choirelli en su pequeño apartamento con los dieciocho gatos. Se agarró a la
barandilla y subió, vencido por un repentino cansancio, que se filtraba en su
interior y que él sabía que provenía de un sentimiento de culpa.”
Destacable además viene a ser el nombre
de este personaje, sacado por supuesto de la figura de San Damián (en su
versión al español), el sacerdote que por años vivió en la isla de Molokai (en
Hawai, Estados Unidos), mártir que sucumbió al mismo flagelo de la lepra que
asolaba en el lugar al que fue enviado para velar por esta colonia y que había
sido convertida en un lugar donde mandaban a morir a los infectados con dicho
mal, quienes se encontraban sometidos a la barbarie. Por supuesto que Karras
guarda varios paralelos con el santo varón, ya que el tocayo de quien aparece
en El
Exorcista también pasó por su propia crisis de fe y obviamente el
infierno en la tierra al que le tocó llegar, era una clara manifestación de las
mismas fuerzas malignas que en esta obra está descritas de manera más
sobrenatural (en el libro se hace mención directa al nombre del padre Karras).
Asimismo está el padre Lankester Merrin,
un sacerdote anciano también jesuita y quien viene a ser el personaje que abrió
esta historia, en el prometedor Prólogo, ambientado en Irak del Norte. El exótico y antiguo país que aquí se nos
describe, nos muestra que en todo lugar el mal existe, pues Merrin en este
sitio logra percibir su presencia, que sin dudas tal como postula la novela, es
algo que va más allá del actuar egoísta de los hombres: existe un mal tan
antiguo y puro, que contamina todo aquello que no tiene las defensas
espirituales para oponérsele, el cual desea para sí todo aquello que es hermoso
y puro, como Regan.
A
diferencia de Karras, Merrin es un hombre de fe inquebrantable, lo que en parte
es el efecto de la misma sabiduría que dan los años. No obstante también resulta significativo el
hecho de que en su juventud, tal como se cuenta en esta obra, practicó un
exorcismo en África; por ende, sus mismos nexos con el mundo de las tradiciones
más ancestrales, le permite ver más allá del reducido campo científico, en el
que se mueve su compañero Damien. Tras
el Prólogo, Merrin no vuelve a aparecer hasta poco antes del exorcismo y pesa a
su larga ausencia en el relato, su figura no deja de ser atractiva, despertando
en el lector simpatía. Su llegada a la
casa donde transcurren los acontecimientos, es descrita por la genial pluma de
Blatty, de una manera más que sugerente, algo que en la misma película fue
realizado con esmero.
“Abrió la puerta, dejando sólo una rendija,
y escudriñó en la oscuridad; una fina llovizna le salpicó los ojos. El ala del
sombrero del hombre le oscurecía la cara.
—Buenas noches. ¿Qué desea?
— ¿Mistress MacNeil? -le llegó una voz
desde las sombras, voz amable, refinada, pletórica.
Cuando él hizo ademán de quitarse el
sombrero, Chris le indicó que pasara, y luego, de repente, se encontró mirando
aquellos ojos que la invadían, que brillaban inteligentes y cariñosamente
comprensivos, con una serenidad que emanaba de su cuerpo y que la penetraba
como un río de tibias aguas medicinales cuya fuente estaba en él y en algo más
allá de él, cuyo fluir era contenido, pero impetuoso e interminable a la vez.
—Soy el padre Merrin.”
El cuarto o quinto personaje humano de
importancia dentro de la novela (si no nos olvidamos de Regan, quien en todo
caso durante casi toda la novela estuvo ausente, mientras su cuerpo era usado
por una entidad maligna) corresponde al detective William Kinderman, quien
lleva a cabo una investigación policial.
Pues una espantosa muerte, al parecer tiene relación con todo lo que
está pasando. Este es un hombre de salud
precaria, en apariencia de pocas luces y que sin embargo también posee una
inteligencia prodigiosa, a la que se le agregan una perspicacia y una labia,
que lo vuelven alguien muy interesante.
Amable y amistoso, es un gran amante del cine. Sus diálogos vienen a ser algunos de los
momentos más agradables del libro. Como
representante de la ley humana, la cual en el mejor de los casos pretende el
orden y la justicia, tal como la misma verdad de aquello que está vedado al
resto de la gente (La verdad los hará
libres, Juan 8:31), persigue lo mismo que los jesuitas, quienes representan
un espectro más grande del bien.
Respecto a todo esto, cabe detenerse en que queda consignado que
Kinderman es alguien de fe religiosa y en determinado momento del libro,
también se hace sus cuestionamientos personales, aunque en su caso tienen que
ver con lo que es realmente justo en este mundo; pues la justicia al menos en
el sentido más trascendente de la palabra no es ciega y hay circunstancias que
superan a la ley regulada por los hombres (como la misma que a él le toca
vivir). De este modo, Kinderman logra
vislumbrar que hay una justicia mayor a la que él sirve como profesional.
En contraposición a todos los de arriba,
que sin dudas son personas virtuosas enfrentadas al mal en sus varias formas
(sobrenatural y terrenal respectivamente), se encuentra el director de cine
Burke Dennings, con quien trabaja Chris y el que es uno de sus amigos más
queridos (resulta ambigua la relación en cuanto a si ambos son o fueron amantes,
en determinado momento). El tipo es un
alcohólico, que abusa del lenguaje coprolálico y que en general resulta ser
alguien difícil de llevar, debido a su personalidad grosera. Pese a todo, tiene el afecto de la actriz,
así como de la secretaria de esta. En el
filme además es representado como un hombre mucho mayor que la madre de Regan,
cercano a los cincuenta (mal llevados eso sí) y poco atractivo, lo que acentúa
su figura desagradable. La incorporación
a la trama de uno de estos genios artísticos, carentes de inteligencia
emocional, es otra señal del conocimiento del autor del mundo de Hollywood; por
otro lado, este sujeto viene a ser un ejemplo más de las variantes de la
miseria humana (y bastante terrenal) y que podemos encontrar acá a la par de la
presencia de lo demoniaco.
En
cuanto a los varios momentos en los que el diablo se manifiesta en la novela, todo
comienza primero con pequeños detalles, como ruidos en la buhardilla y supuestamente
producidos por ratas, supuestos terrores nocturnos por parte de Regan, cambios
de humor en esta misma y groserías, hasta que la posesión se hace
efectiva. Una vez que el demonio toma por
completo dominio de la chica, ello otorga a la lectura pasajes en realidad
sorprendentes, los que son narrados con maestría. Debe saberse al respecto, que el conocimiento
popular y actual de los efectos de la posesión diabólica, se deben en gran parte
al éxito de esta obra, ayudada por supuesto por el filme, que ha conseguido con
los años asentarse en el inconsciente colectivo de las masas.
“Al abrir la puerta, una vaharada de aire
frío y hediondo hizo tambalearse a Karras. Karl se había acurrucado, en una
silla, en un ángulo de la habitación. Vestido con cazadora color verde oliva,
desteñida, volvióse, expectante, hacia Karras. Rápidamente, el jesuita dirigió
la mirada al demonio. Los ojos, llameantes de furor, estaban fijos más allá,
detrás de él, en el vestíbulo: en Merrin.
Karras se adelantó, al tiempo que Merrin
entraba lentamente, alto y erguido, hasta quedar al lado de la cama. Allí se
detuvo y bajó la vista hacia el odio.
Una reprimida quietud pesaba sobre el
dormitorio. A continuación, Regan sacó su lengua negruzca, como de lobo, y se
lamió los labios partidos e hinchados. El ruido era semejante al de una mano
que alisa un pergamino arrugado.
—Bueno, ¡orgullosa porquería! -rugió el
demonio-. ¡Al fin! ¡Al fin has venido!
El anciano sacerdote levantó una mano e
hizo la señal de la cruz sobre la cama; luego repitió el gesto por toda la
habitación. Volviéndose, quitó el corcho del frasco con el agua bendita.
— ¡Ah, sí! ¡Ahora viene la orina sagrada!
-exclamó el demonio con voz ronca.
Merrin levantó el hisopo, y la cara del
demonio se contrajo, lívida.
— ¡Ah!, pero, ¿vas a hacerlo? -rugió-.
“¿Vas a hacerlo?”
Merrin empezó a agitar el hisopo. El demonio
levantó violentamente la cabeza; la boca y los músculos del cuello le temblaban
con furia.
— ¡Sí, salpica! ¡Salpica, Merrin! ¡Empápanos!
¡Inúndanos en tu sudor!¡Tu sudor está santificado, San Merrin!
—“¡Silencio! ¡Cállate!”
Las palabras saltaron como dardos. Karras
retrocedió y desvió la mirada hacia un lado, maravillado ante la firmeza de
Merrin, que miraba a Regan de una manera fija y dominante. Y el demonio se
calló. Le devolvió la mirada. Pero ahora los ojos eran vacilantes.”
Un dato curioso y a la vez un detalle que
quizás a muchos se le ha escapado, no así a quienes más se manejan en este
tema, es que Regan antes de ser poseída gustaba de jugar con un tablero
espiritista, también llamado Ouija.
Según el experto padre Gabriele Amorth, exorcista oficial de Roma, este
tipo de objetos viene a ser uno de los medios que tienen los demonios para
asolar a los incautos, razón por la cual no es recomendable usarlos. Que haya aparecido este artilugio en el libro
(y la película), demuestra el conocimiento profundo del escritor al respecto,
quien investigó durante años para realizar un trabajo final con serios asideros
en la realidad. Es así que primero nos
encontramos con una perspectiva desde la psiquiatría y de otras ramas de la
medicina del tema (representada por todos los doctores que consulta Chris antes
de pedir ayuda a la Iglesia y también por el racional padre Karras, antes de
aceptar esta faceta del mundo espiritual); y luego nos encontramos con la otra postura:
la de la fe, que por increíble que parezca no comparten todos los miembros del
clero católico, siendo por supuesto el padre Merrin su mejor exponente como
verdadero creyente.
No se puede dejar de lado los momentos de
esta obra dedicados al satanismo y las llamadas Misas Negras, que son descritos
como una señal monstruosa de la misma oscuridad, que abunda en el corazón de
algunas personas. Lo más terrible de
todo esto, viene a ser que no se trata en esta ocasión de espíritus malignos;
sino que de seres de carne y hueso, quienes odian todo lo que es sagrado y
además cometen atroces crímenes en sus ritos, tales como profanación,
violaciones y asesinato.
Otro aspecto a valorar dentro de este
libro, viene a ser el respeto y amor hacia la orden de los jesuitas, que se
puede percibir en sus páginas y que se extiende en general hacia la Iglesia
Católica. Debe saberse que William P.
Blatty estudió con los jesuitas desde muy pequeño y los conoció bastante bien
como para poder retratarlos de una manera, que si bien los ensalza, no deja de
mostrarlos con miembros del resto de la humanidad: capaces de reír y llorar
como cualquiera, con temores y alegrías, además de necesidades y debilidades,
tales como su aprecio por la amistad, el gusto por los cigarrillos (el padre
Karras) y el amor por el conocimiento.
Trailer del Montaje del Director de El Exorcista.
En 1973 se estrenó con gran éxito de
crítica y de público la versión cinematográfica, que tal como ya se dijo más
arriba fue dirigida por William Friedkin, siendo que además contó con el guión
adaptado del propio Blatty (labor que le otorgó un Oscar). Considerada una de las mejores cintas de la historia
y no solo del género de terror, se trata de un largometraje que aún hoy en día
provoca sobresaltos en su auditorio. La
calidad de este pieza del arte mundial, se debe además a las sobresalientes
actuaciones de sus actores principales, entre los que destacan Ellen Bustyn
como Chris, Jason Miller como el padre Karras y en especial la precoz Linda
Blair en el papel de Regan (otra actriz infantil que se desperdició como tantas
otras), además del ya veterano Max von Sydow haciendo del padre Merrin, uno de
sus papeles más célebres. No se pueden
dejar de lado los efectos especiales mecánicos y de maquillaje, usados en el
largometraje, bastante efectivos y que en su momento fueron innovadores. De igual manera se debe destacar su fotografía,
que no deja de hacernos creer estar frente a las fuerzas de la oscuridad, ya
sea tanto en exteriores como en interiores, de día (en especial durante el
prólogo en Irak) o de noche. Con una
escasa y/o paupérrima banda sonora original a cargo de Jack Nitzsche, en
materia de temas musicales fue el uso de un fragmento de Campanas Tubulares del
inglés Mike Oldfield, la composición que terminó por asentarse en la memoria de
la gente como el gran tema musical de esta cinta. En el año 2000 se reestrenó con 10 minutos
más de metraje, siendo que la escena “nueva” más destacable que posee esta
nueva edición, es la de Regan bajando la escalera de su casa y poseída, en lo
que se llama la “escena de la araña”.
No se puede dejar de lado otro detalle
que deja claro el poder del séptimo arte para influenciar en las masas. Y es que gracias a la película, la imagen del
demonio Pazuzu que aparece una y otra vez en la cinta, ha quedado marcada como
una inequívoca representación del mal.
Sobre esto y la impronta que ha dejado el filme El Exorcista, no se puede
olvidar el homenaje/parodia aparecido en un episodio de la serie animada Futurama,
donde sale un monstruo llamado justamente Pazuzu.
Pazuzu en Futurama...¡Imperdible!
Publicar estos contenidos en Semana Santa para nada van en contravía del festejo religioso. Cualquier aproximación al mal y a lo oscuro está íntimamente ligado a la religión, así que bien puede ser esta otra manera de validar el poder de Dios frente al nefasto Satanás. Me atrevería a afirmar que la literatura de terror no puede divorciarse de Dios, sencillamente porque no se puede combatir lo desconocido solo con lo que el intelecto del hombre dispone. Se debe acudir a fuerzas tan desconocidas, abstractas e invisibles como el Mal, y esas fuerzas son el Bien que, irremediablemente, acompañan las nociones divinas. Es como combatir magia con magia. Para ir en contravía de esta Semana Santa, mejor sentémonos a leer el Corán.
ResponderEliminarA propósito de "El exorcista", poco o nada hay que agregar al impacto e influencia que ha tenido en la literatura y el cine. Una obra de horror construída elegantemente, que va más allá del susto y la fábula para proponer discusiones tan pertinentes hoy como hace décadas. Un libro unvaluable e infaltable dentro de cualquier biblioteca.
Es una lástima que sea tan poco lo que se tradujo de William Peter Blatty. Tiene algunas otras novelas que me despiertan mucho interés. Habrá que esperar si el destino pone esos libros en mis manos algún día.
Un saludo, Elwin.
-Mauro Vargas.
¡Qué dicha encontrarme con este genial comentario, como es costumbre de tu parte, poco después de subido mi post! Hace tiempo que no tenía el gusto de leerte por acá, alguien cuyo amor y conocimiento por este tipo de historias tengo en alta estima.
EliminarMuchos años pasaron para que me leyera por fin esta novela, la que me compré muy barata hace más de una década y que por fin me animé a hacerlo, gracias al post del colega bloguero de Misión Ci Fi...Pasatiempo de Lectura, que le dedicó a esta obra Y ahora lamento más que nunca no haberme comprado en su momento "Legión" del mismo autor, la secuela directa de esta novela...¿Habrán traducido al español otros libros de Blatty?
Sé que en español está "Legión" y el guion original de la novela titulado "UN FILM: EL EXORCISTA" (Plaza & Janés), comentado en una introducción del propio Blatty. En españa se publicó hace poco otro titulado "Elsewere". Creo que hasta allí llegan las traducciones.
EliminarCon este autor tenemos la misma mala suerte que con Withley Strieber y Clive Barker, que apenas han sido considerados por las editoriales en español, pese a su promisoria carrera. DEBO APRENDER INGLÉS.
EliminarY es mejor negocio. Consigues los libros en inglés nuevos más baratos que en español, y de segunda mano, a precios irrisorios ya que nadie los voltea a mirar. Leer en inglés, para los fans del horror, es ganancia por donde se le mire. Yo comencé mi colección este año y es asombrosa la cantidad de libros que te encuentras a muy bajo precio. No quiero pensar todo lo que dejé pasar en el pasado.
EliminarElwin apenas vi tu comentario me vine para el cubil.
ResponderEliminarPero antes que nada ¡Felices Pascuas!
Me ha encantando tu entrada y también esto que decía "Léase a plena noche" eso de: "Me atrevería a afirmar que la literatura de terror no puede divorciarse de Dios, sencillamente porque no se puede combatir lo desconocido solo con lo que el intelecto del hombre dispone." Casi al comenzar mi blog leí una novela de un autor español que trataba de enfrentar el terror sin nada de lo divino, oponiéndose incluso; para llegar finalmente a lo de Kant, sacando a Dios por la puerta pero introduciéndolo más tarde por la ventana.
Frente a lo que aclaras sobre lo religiosa que es esta novela o el film y que no por ello dejan de ser terror. No puedo estar más de acuerdo. Lo genial de Blatty es presentar esa realidad religiosa desde la crisis, la fragilidad o el desconocimiento y eso hace realista y amigable a su novela. Que siempre un pelín de crisis y retrocesos tenemos.
Y pese al horror… el amor y la fe prevalecen por sobre todo. El titulo de tu entrada es tan acertado como lo que contiene. Una abrazo y nuevamente ¡Felices Pascuas!
Me alegra mucho que te haya hecho este trabajo, que tú fuiste en gran parte quien me inspiró a leer el libro con tu excelente post, por lo tanto estaba en deuda contigo.
EliminarEn realidad el género del terror resulta ser en muchos casos muy religioso y ello se puede ver en especial con la literatura sobre vampiros y con autores como Stephen King, Anne Rice y Robert McCammon (de quienes he escrito bastante).
Por mi parte, deseo leer más de Blatty.
Saludos Elwin, aquí murinus2009.
ResponderEliminarDebo confesar que unas 3 veces he intentado ver el Exorcista y... las 3 me he quedado dormido, creo que tarda en arrancar, solo recuerdo partes:
A Reagan volteando la cabeza 180 grados.
La parte donde el demonio habla con el padre Karras con la voz de su madre (la madre del padre Karras).
También se que hay varias leyendas alrededor del rodaje de esta cinta, como que:
William Friedkin era un tirano en el set.
Que Chriss (creo es Sissy Spacek la interprete), se fracturo en verdad el coxis cuando Reagan la derriba, su gesto de dolor quedo filmado y es el que se usó en el corte final.
Que, para hacer que las escenas donde bajaba la temperatura se vieran reales, fueron grabadas en una cámara frigorífica.
Supongo que tendré que buscar la versión DVD y consumir cafeína para apreciar esta cinta.
De esta mitología he visto partes de otra pelicula:
Aquella donde sale George C. Scott, no se si es la 2 o la 3, en la que el tema central es, "El asesino Geminis", la parte final me parece muy buena.
Otra que vi, creo que es la Precuela o algo así, trata del primer encuentro del padre Merrin con Pazuzu, esta ambientada en África o quizá Oriente Medio, me pareció entretenida y bien elaborada.
El libro de William Peter Blatty, no lo conozco, nunca lo he visto, aunque se que existe desde hace al menos 25 años, sera cosa de buscarlo bien.
Lo que mencionas del libro dan ganas de leerlo, aquello de la madre de Karras abandonándose a la indigencia y la suciedad, es algo que he visto varias veces, si, el autor lo plasma muy bien en esas pocas lineas, coincide la descripción y la casi imposibilidad de ayudar a esa gente.
Lo de que los sacerdotes son Jesuitas es interesante, por lo que se en México los Jesuitas fueron expulsados, (desconozco los detalles), siempre me ha llamado la atención (desde que supe que existen), este grupo católico muy afín al racionalismo y al conocimiento.
Aquello del Mal, como una fuerza que quizá esta presente desde el principio de los tiempos y el Amor y la Fe como fuerzas para vencerlo, es algo de lo que se han creado Obras de todo tipo, digno de discutirse siempre.
Es un hecho que El exorcista ha sentado toda una Mitología, que sin esa cinta seria inconcebible las cintas sobre exorcismos son un genero en si, tan solo en México acaba de salir una llamada "La Posesión de Altair" que no he visto.
Incluso ¿No se si ya lo sabes Elwin?, pero así como existe, el Universo Cinematico Marvel y el de DC, también acaba de crearse...
El Conjuring Universe.
Universo integrado por las cintas: El Conjuro y secuela (¿o secuelas?), Anabelle y las que vienen.
Eso seria improbable sin la influencia de El Exorcista.
Incluso tu colega Bloguero R. de nightmaresboulevard.blogspot.mx, blog dedicado al cine de terror, asegura que, el Exorcista, es su película de terror favorita y que fue esta película la que lo inspiró a abrir el susodicho Blog.
Gracias Elwin, esta Entrada me recordó, una Mitología mas, que me falta revisar, hasta pronto
Querido Marinus, entiendo perfectamente tu aburrimiento con la película, en lo que concierne a su principio, que yo mismo las veces en que la vi de más joven (incluso esa vez en el cine a la que me refiero acá), también la sentía soporífera. No obstante gracias al libro, que lejos es mucho más entretenido que su adaptación, esta vez ni me lateó (me la repetí justo este Viernes Santo), pues ahora ya entendía el valor de todo ello para representar cómo el mal iba contaminando todo.
EliminarLa verdad es que te recomiendo mucho la novela, que es una joya; incluso Stephen King (autor que deberías saber reverencio mucho) la menciona en un diálogo muy interesante entre los dos personajes principales de su novela corta "Ladrones con Chaquetas Amarillas" (perteneciente a su hermoso libro "Corazones en la Atlántida"); en dicha conversación uno de los personajes hace referencia a cómo esta obra aborda el intento de corromper la pureza, algo que bien trata esta propia obra de King.
En cuanto a los filmes que mencionas, la cinta que viste donde trabaja George C. Scott es la tercera de la saga, que dirigió el mismo William Peter Blatty, adaptando su novela "Legión", secuela directa de la obra que le dio la fama. La precuela que mencionas es maravillosa y hay otra que la tengo pendiente. Te cuento que pretendo escribir sobre el resto de los filmes de esta saga...¿Sabías que hace poco estrenaron una serie basada en "El Exorcista"? Yo aún no la veo.
En cuanto a los filmes de "El Conjuro", pues me gustan demasiado. Incluso el año pasado hice un post sobre la segunda parte, donde también abordo el tema religioso. "Anabelle" aún no la veo.
Gracias de nuevo por dedicarle tu valioso tiempo a mi blog.
Querido Elwin
ResponderEliminarMe parece un tema interesante el que tocas en este post, creo que es muy contingente producto que la fe en Dios parte también la creencia de la existencia del Ángel Caído y el Infierno cosa que muchas personas han dejado de creer o lo ven como fabulas medievales, y no me refiero a laicos o no creyentes, sino a miembros de la iglesia Católica activos. Por tanto desde el punto de vista teológico tiene una importancia. El libro es un interesante acierto, sobre todo que fue escrito en el período más estimulante de las obras de terror masivas y quiebro en parte esta tendencia. Me gusto el escrito.
Eres el primero de mis "amigos históricos" en compartir conmigo este texto tan valioso para mí. Esperaba en realidad que le echaras un vistazo, pues bien sé que estos son temas caros a nosotros. En realidad lo abordado en esta obra y otras parecidas, da para muchas gratas hora hablando al respecto ¿No?
EliminarEfectivamente, da para mucho, te recomiendo un film que se llama "Historia de exorcismos", es un documental serio, realizado con escenas reales, que la Iglesia Católica permitió exhibir de su gran archivo, son escenas muy simples, pero a la vez aterradoras, te hielan la sangre en las venas, sobre todo que son reales, y están realizadas por personas serias como médicos, teólogos, sacerdotes y testigos incrédulos que luego sin avalar lo que ven, no tienen una respuesta humana, como se puede apreciar.
EliminarSi no me equivoco, en la época en la que comprábamos "puro filete" en la feria de cerca de mi casa pelis, series y documentales, una vez adquirimos el título que mencionas ¿No? Lo buscaré entre mis archivos.
EliminarPor cierto, se viene para la semana que viene otro post sobre otro clásico literario y cinematográfico de terror sobrenatural....Uaaaaaaa!!!
efectivamente, pero yo ya no lo tengo, no recuerdo a quien se lo preste.
EliminarDebo confesar, con pena y sana vergüenza, que no he leído el libro. Lo tuve mucha veces al alcance de la mano, mas otros interés, espero más elevados, se interpusieron entre la obra de Blatty y yo. En cambio, la peli, la vi siendo todavía jovencito en una reposición en un cine de barrio, «El Palmilla», en un triple de excepción: el ya conocido «El exorcista», «el agente 777» con Cantinflas y «El regreso del capitán Nemo» con José Ferrer. La peli me dejó muy impactado, aunque en ningún momento me sentí aterrorizado. Y aunque vaya contracorriente, más me gustó la segunda parte, esa con Richard Burton, «El hereje», donde se revela el nombre del demonio en cuestión. La tercera no es mala, pero no me impresionó tanto. Con Iván y la Niña Mery nos quedamos dormidos a la media hora, en aquella época de alegre mocedad.
ResponderEliminarAhora bien, si es o no un tema adecuado para Semana Santa, quién soy yo para decirlo, pues la verdad es que yo mismo le recomendé a un querido amigo que si no podía negarse al terror por un día, pues que viera «El poseído» con Timothy Dalton. El padre Gabriele Amorth hablaba muy bien de esta película, así que algo tiene de espiritual. Te hace sentir que hay otro más fuerte y, como dice la Niña Mery, el éxito de estas películas radica en que , como sociedad, necesitamos ver que Dios tiene poder sobre el mal.
Si alguien quiere profundizar sobre este tema les recomiendo «El Rehén del Diablo» del padre Malachi Martin, «Memorias de un exorcista» del padre Fortea, o «Crónicas de un exorcista» del mismo Gabriel Amorth.
Traté de ver la serie y francamente más allá de los primeros 5 minutos (muy buenos) el resto me pareció una lata, mejor dicho, poco serio.
Paz y ¡feliz Pascua de Resurrección! A pesar de estar atrasado.
P.D: El exorcismo no es un sacramento, sino un sacramental.
¡Qué rara la mezcla que mencionas de los filmes que acompañaban a "El Exorcista" en el programa triple! Si consideras "vergonzoso" no haber leído el libro, para mí es no haberme comprado la secuela que estuvo tan barata acá (y que si no me equivoco la tiene mi comadrita Monka).
EliminarDe los libros que mencionas, bien sabes cuánto aprecio "Crónicas de un Exorcista", que por algo cito a su autor. Los otros que mencionas tengo muchas ganas de leerlos.
Mi estimado Elwin, déjame decirte que para mí esta es una excelente película de horror, y toda la parafernalia católica religiosa de la cinta no me molesta en lo más mínimo, pero para mí aquí lo principal es el horror como goce estético. Una película muy efectiva, que vi en el cine en el recordado Gran Palace, cuando estrenaron su famosa versión extendida,y antes sólo la había visto en la TV, aunque algunos amigos míos la vieron en los 80, en los cines de programas dobles y triples, tipo Río o Capri. Recuerdo cuando en los 70 la estenaron en Cartagena a lleno total, pero mis tíos no me llevaron a verla porque encontraron que era muy terrorífica (y en realidad lo era!!).La segunda parte no me gustó, y la 3 la encontré extraordinaria y me alegro mucho de haberla visto en el cine. Parte directo de la 1, y obvia todo el rollo de "El Hereje", la segunda parte. Y hay bastante de los crímenes y delirios de Zodiaco, el famoso asesino serial yanqui que ha inspirado varias películas.
ResponderEliminarAhora, si vamos a hablar de panfletos religiosos, encuentro mucho más panfleteras las películas demoniacas de Scott Derrickson, "El exorcismo de Emily Rose" y "Líbranos del Mal"(que también parte en Irak). En la de Emily Rose incluso se lanzan explícitamente contra la bella afirmación de Nietzsche "Dios ha muerto" (Así Hablaba Zaratustra), o en la segunda cinta, un duro y escéptico policía se transforma en un piadoso creyente y cazademonios. Películas muy efectivas en todo caso, bien hechas, estremecedoras. Recuerdo que tras ver la de Emily Rose, a las 3 de la madrugada me despertaba o no podía quedarme dormido!!
Volviendo a tu reseña del libro, me alegro que no hayan incluido el rollo de la joven drogadicta en la versión cinematográfica, porque rollo religioso y más encima panfleto contra las drogas, hubiera sido como mucho.
Muy buena tu anécdota de la llamada al canal, jaja.
Un abrazo, estimado amigo mío.
¡Yo también vi el reestreno de esta peli en el llorado Gran Palace! (como también en su momento me pasó con "E.T.E." y "Apocalipsis Now").
EliminarCon todo lo que me gusta el cine de Derrickson, aún tengo pendiente ver "Libéranos del Mal".
Pretendo volver a verme todas películas de esta saga, que tengo pendiente una de las dos precuelas, que tengo entendido es muy buena.
Qué película es E.T.E?? ...jaja
ResponderEliminarMe faltó decir que la escena que más me gustó de la peli es justo el prólogo, cuando, al atardecer, Merrin y la efigie de Pazuzu se enfrentan como en esos duelos del oeste tan típics del cine de pistoleros tanto gringo como italiano.
ResponderEliminarComo dato freak, te cuanto que en una de las últimas presentaciones de Pavarotti, representando la ópera «Aida» de Verdi, en La Scala de Milán, colocan una enorme efigie de este demonio.
Y concuerdo con mfkarlos: ¿E.T.E? ¿Y eso qué es?
Paz y bien.
Esa escena está bellamente filmada desde el punto de vista de la iluminación, muy sobrenatural pese a que en ella la presencia demoníaca es algo más sutil que lo de más adelante se verá.
EliminarCon lo de "E.T.E." me refería a lo que la "plebe" conoce como "E.T.", je.
Pd:Las precuelas de El Exorcista?? Hay más de una? Ahí si que me pillaste...
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