domingo, 23 de abril de 2017

Regreso al Mundo de Watchmen. Tercera Parte: El Comediante.


3.1- El guionista: Brian Azzarello.

     Contar con este artista dentro del staff encargado de contarnos más acerca de los  personajes diseñados por Moore y Gibbons, bien puede ser considerado como toda una promesa del compromiso de DC en realizar lo mejor con el legado de estos dos británicos (y más todavía pensando en el carácter de “sagrados” de estos héroes para muchos de sus seguidores, para quienes resultaba impensable utilizarnos en nuevas historias que no salieran de sus mismos creadores).  Pues Azzarello está considerado dentro de los guionistas más respetados del medio hoy en día, debido justamente a la calidad de sus historias, que por supuesto lo ponen por sobre muchos de sus colegas.
     Estadounidense  y nacido en 1962, su trabajo puede caracterizarse por el alejamiento de las tramas de acción más convencionales, en beneficio de la intriga y el elemento policial; todo a través de argumentos maduros complejos, con más de una lectura y que por ello están dirigidos a lectores o bien más adultos o bien con la sofisticación intelectual suficiente como para apreciar su labor.  Estos elementos no solo son apreciados en su famosa serie para la línea Vertigo de DC titulada 100 Balas (1999- 2099, llegando a alcanzar el centenar de números) y otros títulos para público con “criterio formado”, sino que también en aquellos que ha hecho para personajes más convencionales de la misma DC, como asimismo de Marvel.  Siguiendo con su paso por Vertigo, es el responsable de una las tantas apreciadas etapas de la historieta de terror Hellblazer (entre los años 2000 y 2002, más un especial en 2009).
Brian Azzarello.
      Entre las colecciones más masivas de DC, celebrada es su contribución para las revistas de Batman, como en el caso de Batman: Ciudad Rota (2003) y Joker, dos miniseries que están consideradas entre lo mejorcito de la década pasada sobre el Murciélago y compañía; de hecho su mirada a la turbia vida de la Némesis del Señor de la Noche, durante largo tiempo estuvo en la cotizada lista de los más leídos en el New York Times.  Cabe mencionar que su estilo violento y propio del policial, calzó perfectamente con las tramas acerca del mayor vigilante de Ciudad Gótica.
       También resulta memorable su trama para nada menos que Superman con Por el Mañana (2004), la que en su momento causó cierta polémica por el tratamiento que le dio a uno de sus personajes secundarios, un sacerdote católico, pues acá Azzarello no temió en abordar las dimensiones divinas del superhéroe, al contrastar su imagen con la fe del religioso.
      El alto sitial de este autor para DC de igual manera es identificable, debido a que se le entregó la tremenda responsabilidad de relanzar nada menos que a Wonder Woman en 2011, cuando se reinició este multiverso con los llamados Nuevos 52.  Casi 3 años estuvo a cargo de la cabecera de la amazona más famosa de la historia, llegando a firmar hasta el número 32 de su colección; pues la tuvo “difícil”, ya que le tocó competir con el legado de nada menos que de George Pérez, cuando este otro en los ochenta actualizó con tanta dicha a la mayor superheroína deceísta.
      En Marvel destacable es su aporte para la miniserie de Hulk titulada como Banner (2001).  Pues tal como dice su nombre, en una demostración más de su ingenio, aborda de manera muy realista la dicotomía Hulk/Bruce Banner, en cuanto a los conflictos entre ambas identidades compartiendo un mismo cuerpo.
      A lo largo de su carrera ha colaborado con varios de los más ilustres dibujantes del noveno arte, siendo que en muchos casos ha repetido dicha asociación, obteniendo premiados resultados.  Es así que en la ya citada 100 Balas, el ilustrador que lo acompañó fue el argentino Eduardo Risso, el mismo con el que llevó a cabo la novela gráfica de Batman Ciudad Rota.  Un verdadero ícono del cómic ya clásico se codeó con él durante su etapa a cargo de los guiones de Hellblazer, Richard Corben y con este mismo produjo la ya citada aventura del famoso monstruo gamma marvelita.  Otro maestro de la ilustración como lo es Lee Bermejo, se repitió el plato con Azzarello, al hace juntos la nombrada Joker, así como Lex Luthor: Hombre de Acero (2005), además de la segunda miniserie que el propio Azzarello realizó para Antes de Watchmen y de la cual ya se hablará en su momento.
     Como su carrera profesional ha sido mayor en DC, fue el responsable de guionizar uno de los 6 cortometrajes anime que formar parte de la elogiada compilación Batman: el Caballero de Ciudad Gótica (2008).  De igual manera tuvo a su cargo la escritura de la adaptación animada de todo un clásico dentro de los cómics de Batman: La Broma Asesina (1988), filme animado para el cual tuvo que crear nuevo material argumental, de modo de desarrollar mejor al personaje de Batichica, para que los espectadores que apenas la conocían pudiesen compenetrarse más con ella, en cuanto a lo que le pasa dentro de esta historia.  De este modo, tras su participación en Antes de Watchmen, fue la tercera vez en la que trabajó con material hecho por Alan Moore, ya que este inglés es el escritor de la mencionada novela gráfica y que está considerada entre los grandes hitos del Murciélago.


3.2- El Cómic.

     Dibujado bellamente por J. G. Jones (de quien no me referiré mayormente, pues ya lo hice en su momento hace años cuando escribí sobre Wonder Woman: Hiketeia), está conformada por 6 números (tal como la ya revisada en este blog miniserie de los Minutemen y la de Ozymandias, próximamente por estos lares).  Es así que esta considerable cantidad de números, permite ahondar en mayor profundidad que en el caso de Espectro de Seda, en el oscuro pasado de un personaje tan complejo como lo es el Comediante.
     Al leer en su conjunto esta serie de precuelas sobre Watchmen, queda en evidencia la relevancia que posee alguien como este mercenario sociópata, dentro de toda la obra de original de Moore y Gibbons, como de igual manera en estas otras mismas novelas gráficas.  Pues cabe mencionar que la historia misma de la dupla británica, parte nada menos que con la figura del Comediante, la que a manera de efecto dominó provoca todos los posteriores acontecimientos, así como une el resto de los eventos pasados que se nos van revelando.  Por otro lado, no se puede olvidar que este mismo sujeto fue el único de los primeros justicieros en estar en la segunda conformación, que toma el relevo y protagonismo dentro de la novela gráfica primigenia.  De este modo Edward Blake (nombre real de este vigilante), mantiene también una presencia destacada, dentro cada uno de los especiales dedicados a sus compañeros; es así que más que ningún otro caso, vamos contemplando su evolución (o involución, tal como queda detallado gracias a Azarello y Jones), desde su temprana labor como hombre de acción, hasta su madurez y que incluso ya superado el medio siglo de vida lo mantiene activo y vigoroso.   
      
     Pese al carácter violento y falto de empatía de este sujeto, algo que para nada está ausente en este cómic (si no que al contrario, queda más claro que nunca), acá se le puede ver una faceta mucho más humana que la conocida hasta ahora; pues tal como se presenta al principio, este hombre es capaz de sentir amor y estamos hablando de uno muy especial: el de amigos, es decir, la confraternidad que hay entre hombres y que tantos relatos ha dado a lo largo de la historia en numerosas culturas.  Y en este caso no estamos hablando de un compañerismo con cualquier “hijo de vecino”, si no que esta versión del Comediante es nada menos que amigo íntimo de los hermanos John y Robert Kennedy, relación que marca toda esta miniserie desde principio a fin.

        Al tener como personajes secundarios dentro de este título a los hermanos Kennedy, en realidad estamos adentrándonos en aguas más turbias que la ficción, pues el argumento lo que hace es utilizar la misma realidad de los “trapitos sucios” del gobierno de los Estados Unidos, para hacer un repaso por lo más tumultuoso de la década de los sesenta gringos; de este modo nos encontramos con el Comediante no como un espectador de tales eventos, sino que como un protagonista de importancia  dentro de estos mismos, al manchar con su huella tales acontecimientos.  Es así que se puede decir que esta historieta es una revisión en clave política, pero profundamente crítica y verosímil de este periodo.
        El comienzo de esta novela gráfica no puede ser más prometedor, pues ya en las primeras viñetas aparecen no solo los Kennedy, sino que también la esposa del Presidente, Jacqueline y otro relevante personaje dentro de la historia usaca de aquella época.  La manera de cómo se ve plasmada la presencia del Comediante en sus vidas y en la del resto de la nación, deja claro de que estamos frente a un cómic serio y adulto, algo que solo un lector informado puede llegar a apreciar en su totalidad; de hecho, la historieta se encuentra exenta de humor, algo que daba sin dudas un respiro en medio de tanta tragedia en las miniseries anteriores y que también podrá verse en la mayoría de las que le siguen a esta.  Respecto a la involucración del mercenario por la zona más siniestra de los años sesenta, según esta historia, viene a estar su participación en los disturbios raciales de Los Ángeles, como, por supuesto, en lo que concierne al conflicto armado en Vietnam (de hecho, espantoso en realidad viene a ser su papel en la tristemente recordada masacre de My Lai).  El cuadro se completa, cuando este sujeto termina participando de manera muy directa en el asesinato, de otro destacado personaje real de la cronología gringa.
        Nada llegamos a conocer acerca de sus “orígenes secretos·”, a diferencia de lo que vimos con anterioridad y lo que sucederá con las novelas gráficas que están por ser revisadas en Antes de Watchmen.  Pues el Comediante viene a ser lo peor dentro de la figura del vigilante de un cómic de superhéroes: alguien que no solo gusta de la violencia, sino que en su supuesto papel de justiciero, lo único que hace es satisfacer su ego y su hambre de sangre.  Por lo tanto en esta obra no importa qué lo llevó a tomar su nombre de guerra, sino qué pasó con él como para que se transformara en alguien tan detestable.  Por lo tanto a lo largo de estos 6 números, lo acompañamos en su descenso por el infierno de la autocondenación.
        El Comediante dentro de toda su perfidia es sin dudas, como representante en las sombras del gobierno estadounidense, la encarnación de los mismos crímenes políticos de dicho país.  Esto, puesto que como ejecutor en representación de su país, quien enarbola su bandera en su mismo traje y más encima es considerado como héroe y patriota por muchos de los suyos, no duda en actuar con violencia para defender los supuestos ideales de libertad y justicia.  Su figura masculina y fuerte es la propia de un estado imperialista, que ve a los demás pueblos y a los otros, como objetos para conseguir el poder absoluto.  En cierto sentido, Edward Blake es la antítesis del heroico Capitán América, puesto que mientras este otro enarbolando sus mismos símbolos patrios defiende lo mejor de sus principios, el otro solo se esconde bajo ellos para dar pie a sus miserias.  No obstante habrá que esperar a la misma miniserie dedicada a Ozymandias, para descubrir, con sorpresa, una faceta mayor de este nefasto hombre, que en un momento supo apreciar el valor de la lealtad y que al menos como nos lo deja  su último número, se ha vuelto más que nunca en un asesino sin escrúpulos.
      Una última reflexión tras haber leído este título, el nombre de guerra de Edward Blake, el Comediante, quien usa como distintivo la icónica carita sonriente conocida como Smile (surgida en medio del discurso pacifista hippie de los sesenta), es sin dudas toda una contraposición a la imagen positiva de todo ello.  Puesto que la sonrisa de Blake no es la propia de la sana alegría, ni la que surge del buen humor y la comunión con los demás, sino que es producto del hedonismo de un sádico para quien los otros nunca son sus iguales; las malas pasadas que les hace vivir al resto, quitándole importancia a la seriedad de las cosas con sus actos violentos y ridiculizándolos con sus bromas (tal cual el Guasón), es sin dudas toda una ironía frente al significado más sublime de la vida real: que esta sí que vale la pena vivirla en compañía con el resto de quienes nos rodean, algo que en su soledad el Comediante ha optado por obviar en su naturaleza insana.


4 comentarios:

  1. Saludos Elwin, aquí murinus2009.

    Hasta el momento, esta me parece la mejor de las Reseñas dedicadas a las precuelas de Watchmen.

    Coincido el comediante es quien detona toda la acción de Watchmen.

    Me pareció insólito lo que mencionas Elwin, que El Comediante, pese a ser el loco que era, tuviera una Amistad, hasta amorosa, con John y Robert Kennedy, los que vimos la cinta, el puro Principio (que no contare para evitar spoiler) da una idea totalmente opuesta.

    Notable que nunca se mencione el origen de este Personaje, también destacable que fuera un Ser, dedicado a hacer trabajo sucio a favor del Gobierno, seguramente en la Obra se muestran muchos entuertos de los que nunca se sabrá la verdad.
    Verdaderamente el escritor Brian Azzarello creo una obra para gente informada y conocedora (yo tuve que buscar sobre la masacre de My lei), si, es un titulo que no es para las masas.

    Todo lo mencionado aquí sobre el Comediante, me hace pensar en una pregunta, que quiza tenga varias respuestas, o no pueda responderse:
    ¿Como es que al ser, El Comediante, un asesino, sádico y psicópata se haya...digamos, para no lanzar spoiler, quedado al margen de lo que ocurre en Watchmen, en vez de ser un participante activo, lo que creo va de acuerdo a su personalidad? sera que...pese a su personalidad tenia...dejemoslo así.

    Muy buen trabajo Elwin, por lo que mencionas, falta un cierre de circulo de la historia de El Comediante, cuando presentes la reseña dedicada a Ozzymandias, gracias y hasta pronto.

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    1. Fijate que pese a cierto atractivo que tiene para mi el Comediante y a lo bien que está hecho este cómic, para serte sincero dentro de las tres primeras colecciones de "Antes de Wacthmen", ha sido la que menos me ha gustado.
      Respecto a tu pregunta sobre el papel de este personaje en la obra original, pues no podría haber hecho más debido al destino que tuvo tan solo al comenzar esta misma.
      Para mi gusto las miniseries dedicadas a Búho Nocturno y Ozzymandias fueron más de mi agrado (y sobre la de Dr. Manhattan no te adelantaré nada, que acabo de terminarla y ese post ya vendrá para mayo).
      Gracias una vez más por honrarme con tu visita.

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  2. El comediante tuvo que ser el detonante de la historia principal, "pago caro", por así decirlo el ser de los más inteligentes y con mayores influencias del grupo, cuando se enteró de lo que vendría, ni su lado más cínico pudo soportarlo, aún así creo que el comediante es lo más parecido al comportamiento que tendría un superhéroe en la vida real.

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    1. Es increíble cómo un personaje tan antivalórico como este, alguien que en la vida real sin dudas resultaría detestable, pueda resultar tan atractivo en un cómic como este. Gracias por pasarte por acá como siempre, mi cuate amigo.

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