3.1- El guionista: Brian Azzarello.
Contar con este artista dentro del staff
encargado de contarnos más acerca de los personajes diseñados por Moore y Gibbons, bien
puede ser considerado como toda una promesa del compromiso de DC en realizar lo
mejor con el legado de estos dos británicos (y más todavía pensando en el
carácter de “sagrados” de estos héroes para muchos de sus seguidores, para
quienes resultaba impensable utilizarnos en nuevas historias que no salieran de
sus mismos creadores). Pues Azzarello
está considerado dentro de los guionistas más respetados del medio hoy en día,
debido justamente a la calidad de sus historias, que por supuesto lo ponen por
sobre muchos de sus colegas.
Estadounidense y nacido en 1962, su trabajo puede
caracterizarse por el alejamiento de las tramas de acción más convencionales,
en beneficio de la intriga y el elemento policial; todo a través de argumentos
maduros complejos, con más de una lectura y que por ello están dirigidos a
lectores o bien más adultos o bien con la sofisticación intelectual suficiente
como para apreciar su labor. Estos
elementos no solo son apreciados en su famosa serie para la línea Vertigo de DC
titulada 100 Balas (1999- 2099, llegando a alcanzar el centenar de
números) y otros títulos para público con “criterio formado”, sino que también
en aquellos que ha hecho para personajes más convencionales de la misma DC,
como asimismo de Marvel. Siguiendo con
su paso por Vertigo, es el responsable de una las tantas apreciadas etapas de
la historieta de terror Hellblazer (entre los años 2000 y
2002, más un especial en 2009).
Brian Azzarello. |
Entre las colecciones más masivas de DC,
celebrada es su contribución para las revistas de Batman, como en el caso de Batman:
Ciudad Rota (2003) y Joker, dos miniseries que
están consideradas entre lo mejorcito de la década pasada sobre el Murciélago y
compañía; de hecho su mirada a la turbia vida de la Némesis del Señor de la
Noche, durante largo tiempo estuvo en la cotizada lista de los más leídos en el
New York Times. Cabe mencionar que su
estilo violento y propio del policial, calzó perfectamente con las tramas
acerca del mayor vigilante de Ciudad Gótica.
También resulta memorable su trama para
nada menos que Superman con Por el Mañana (2004), la que en su
momento causó cierta polémica por el tratamiento que le dio a uno de sus
personajes secundarios, un sacerdote católico, pues acá Azzarello no temió en
abordar las dimensiones divinas del superhéroe, al contrastar su imagen con la
fe del religioso.
El alto sitial de este autor para DC de
igual manera es identificable, debido a que se le entregó la tremenda
responsabilidad de relanzar nada menos que a Wonder Woman en 2011, cuando se
reinició este multiverso con los llamados Nuevos 52. Casi 3 años estuvo a cargo de la cabecera de
la amazona más famosa de la historia, llegando a firmar hasta el número 32 de
su colección; pues la tuvo “difícil”, ya que le tocó competir con el legado de
nada menos que de George Pérez, cuando este otro en los ochenta actualizó con tanta dicha a la mayor superheroína deceísta.
En Marvel destacable es su aporte para la
miniserie de Hulk titulada como Banner (2001). Pues tal como dice su nombre, en una
demostración más de su ingenio, aborda de manera muy realista la dicotomía
Hulk/Bruce Banner, en cuanto a los conflictos entre ambas identidades
compartiendo un mismo cuerpo.
A lo largo de su carrera ha colaborado
con varios de los más ilustres dibujantes del noveno arte, siendo que en muchos
casos ha repetido dicha asociación, obteniendo premiados resultados. Es así que en la ya citada 100
Balas, el ilustrador que lo acompañó fue el argentino Eduardo Risso,
el mismo con el que llevó a cabo la novela gráfica de Batman Ciudad
Rota. Un verdadero ícono del
cómic ya clásico se codeó con él durante su etapa a cargo de los guiones de Hellblazer,
Richard Corben y con este mismo produjo la ya citada aventura del famoso
monstruo gamma marvelita. Otro maestro
de la ilustración como lo es Lee Bermejo, se repitió el plato con Azzarello, al
hace juntos la nombrada Joker, así como Lex Luthor: Hombre de Acero (2005),
además de la segunda miniserie que el propio Azzarello realizó para Antes
de Watchmen y de la cual ya se hablará en su momento.
Como su carrera profesional ha sido mayor
en DC, fue el responsable de guionizar uno de los 6 cortometrajes anime que formar parte de la elogiada
compilación Batman: el Caballero de Ciudad Gótica (2008). De igual manera tuvo a su cargo la escritura
de la adaptación animada de todo un clásico dentro de los cómics de Batman: La
Broma Asesina (1988), filme animado para el cual tuvo que crear nuevo material
argumental, de modo de desarrollar mejor al personaje de Batichica, para que
los espectadores que apenas la conocían pudiesen compenetrarse más con ella, en
cuanto a lo que le pasa dentro de esta historia. De este modo, tras su participación en Antes
de Watchmen, fue la tercera vez en la que trabajó con material hecho
por Alan Moore, ya que este inglés es el escritor de la mencionada novela
gráfica y que está considerada entre los grandes hitos del Murciélago.
3.2- El Cómic.
Dibujado bellamente por J. G. Jones (de
quien no me referiré mayormente, pues ya lo hice en su momento hace años cuando
escribí sobre Wonder Woman: Hiketeia), está conformada por 6 números (tal
como la ya revisada en este blog miniserie de los Minutemen y la de Ozymandias,
próximamente por estos lares). Es así
que esta considerable cantidad de números, permite ahondar en mayor profundidad
que en el caso de Espectro de Seda, en el oscuro pasado de un personaje tan
complejo como lo es el Comediante.
Al leer en su conjunto esta serie de
precuelas sobre Watchmen, queda en evidencia la relevancia que posee alguien
como este mercenario sociópata, dentro de toda la obra de original de Moore y
Gibbons, como de igual manera en estas otras mismas novelas gráficas. Pues cabe mencionar que la historia misma de
la dupla británica, parte nada menos que con la figura del Comediante, la que a
manera de efecto dominó provoca todos los posteriores acontecimientos, así como
une el resto de los eventos pasados que se nos van revelando. Por otro lado, no se puede olvidar que este
mismo sujeto fue el único de los primeros justicieros en estar en la segunda
conformación, que toma el relevo y protagonismo dentro de la novela gráfica
primigenia. De este modo Edward Blake
(nombre real de este vigilante), mantiene también una presencia destacada,
dentro cada uno de los especiales dedicados a sus compañeros; es así que más
que ningún otro caso, vamos contemplando su evolución (o involución, tal como
queda detallado gracias a Azarello y Jones), desde su temprana labor como
hombre de acción, hasta su madurez y que incluso ya superado el medio siglo de
vida lo mantiene activo y vigoroso.
Pese al carácter violento y falto de
empatía de este sujeto, algo que para nada está ausente en este cómic (si no
que al contrario, queda más claro que nunca), acá se le puede ver una faceta
mucho más humana que la conocida hasta ahora; pues tal como se presenta al
principio, este hombre es capaz de sentir amor y estamos hablando de uno muy
especial: el de amigos, es decir, la confraternidad que hay entre hombres y que
tantos relatos ha dado a lo largo de la historia en numerosas culturas. Y en este caso no estamos hablando de un
compañerismo con cualquier “hijo de vecino”, si no que esta versión del Comediante
es nada menos que amigo íntimo de los hermanos John y Robert Kennedy, relación
que marca toda esta miniserie desde principio a fin.
Al tener como personajes secundarios
dentro de este título a los hermanos Kennedy, en realidad estamos adentrándonos
en aguas más turbias que la ficción, pues el argumento lo que hace es utilizar
la misma realidad de los “trapitos sucios” del gobierno de los Estados Unidos,
para hacer un repaso por lo más tumultuoso de la década de los sesenta gringos;
de este modo nos encontramos con el Comediante no como un espectador de tales
eventos, sino que como un protagonista de importancia dentro de estos mismos, al manchar con su
huella tales acontecimientos. Es así que
se puede decir que esta historieta es una revisión en clave política, pero
profundamente crítica y verosímil de este periodo.
El comienzo de esta novela gráfica no
puede ser más prometedor, pues ya en las primeras viñetas aparecen no solo los
Kennedy, sino que también la esposa del Presidente, Jacqueline y otro relevante
personaje dentro de la historia usaca de aquella época. La manera de cómo se ve plasmada la presencia
del Comediante en sus vidas y en la del resto de la nación, deja claro de que
estamos frente a un cómic serio y adulto, algo que solo un lector informado
puede llegar a apreciar en su totalidad; de hecho, la historieta se encuentra exenta
de humor, algo que daba sin dudas un respiro en medio de tanta tragedia en las
miniseries anteriores y que también podrá verse en la mayoría de las que le
siguen a esta. Respecto a la involucración
del mercenario por la zona más siniestra de los años sesenta, según esta
historia, viene a estar su participación en los disturbios raciales de Los
Ángeles, como, por supuesto, en lo que concierne al conflicto armado en Vietnam
(de hecho, espantoso en realidad viene a ser su papel en la tristemente recordada
masacre de My Lai). El cuadro se
completa, cuando este sujeto termina participando de manera muy directa en el
asesinato, de otro destacado personaje real de la cronología gringa.
Nada llegamos a conocer acerca de sus “orígenes
secretos·”, a diferencia de lo que vimos con anterioridad y lo que sucederá con
las novelas gráficas que están por ser revisadas en Antes de Watchmen. Pues el Comediante viene a ser lo peor dentro
de la figura del vigilante de un cómic de superhéroes: alguien que no solo gusta
de la violencia, sino que en su supuesto papel de justiciero, lo único que hace
es satisfacer su ego y su hambre de sangre.
Por lo tanto en esta obra no importa qué lo llevó a tomar su nombre de
guerra, sino qué pasó con él como para que se transformara en alguien tan
detestable. Por lo tanto a lo largo de
estos 6 números, lo acompañamos en su descenso por el infierno de la
autocondenación.
El Comediante dentro de toda su
perfidia es sin dudas, como representante en las sombras del gobierno
estadounidense, la encarnación de los mismos crímenes políticos de dicho
país. Esto, puesto que como ejecutor en representación
de su país, quien enarbola su bandera en su mismo traje y más encima es
considerado como héroe y patriota por muchos de los suyos, no duda en actuar
con violencia para defender los supuestos ideales de libertad y justicia. Su figura masculina y fuerte es la propia de
un estado imperialista, que ve a los demás pueblos y a los otros, como objetos
para conseguir el poder absoluto. En
cierto sentido, Edward Blake es la antítesis del heroico Capitán América,
puesto que mientras este otro enarbolando sus mismos símbolos patrios defiende
lo mejor de sus principios, el otro solo se esconde bajo ellos para dar pie a
sus miserias. No obstante habrá que
esperar a la misma miniserie dedicada a Ozymandias, para descubrir, con
sorpresa, una faceta mayor de este nefasto hombre, que en un momento supo
apreciar el valor de la lealtad y que al menos como nos lo deja su último número, se ha vuelto más que nunca
en un asesino sin escrúpulos.
Una última reflexión tras haber leído este título, el nombre de guerra de Edward Blake, el Comediante, quien usa como distintivo la icónica carita sonriente conocida como Smile (surgida en medio del discurso pacifista hippie de los sesenta), es sin dudas toda una contraposición a la imagen positiva de todo ello. Puesto que la sonrisa de Blake no es la propia de la sana alegría, ni la que surge del buen humor y la comunión con los demás, sino que es producto del hedonismo de un sádico para quien los otros nunca son sus iguales; las malas pasadas que les hace vivir al resto, quitándole importancia a la seriedad de las cosas con sus actos violentos y ridiculizándolos con sus bromas (tal cual el Guasón), es sin dudas toda una ironía frente al significado más sublime de la vida real: que esta sí que vale la pena vivirla en compañía con el resto de quienes nos rodean, algo que en su soledad el Comediante ha optado por obviar en su naturaleza insana.
Una última reflexión tras haber leído este título, el nombre de guerra de Edward Blake, el Comediante, quien usa como distintivo la icónica carita sonriente conocida como Smile (surgida en medio del discurso pacifista hippie de los sesenta), es sin dudas toda una contraposición a la imagen positiva de todo ello. Puesto que la sonrisa de Blake no es la propia de la sana alegría, ni la que surge del buen humor y la comunión con los demás, sino que es producto del hedonismo de un sádico para quien los otros nunca son sus iguales; las malas pasadas que les hace vivir al resto, quitándole importancia a la seriedad de las cosas con sus actos violentos y ridiculizándolos con sus bromas (tal cual el Guasón), es sin dudas toda una ironía frente al significado más sublime de la vida real: que esta sí que vale la pena vivirla en compañía con el resto de quienes nos rodean, algo que en su soledad el Comediante ha optado por obviar en su naturaleza insana.
Saludos Elwin, aquí murinus2009.
ResponderEliminarHasta el momento, esta me parece la mejor de las Reseñas dedicadas a las precuelas de Watchmen.
Coincido el comediante es quien detona toda la acción de Watchmen.
Me pareció insólito lo que mencionas Elwin, que El Comediante, pese a ser el loco que era, tuviera una Amistad, hasta amorosa, con John y Robert Kennedy, los que vimos la cinta, el puro Principio (que no contare para evitar spoiler) da una idea totalmente opuesta.
Notable que nunca se mencione el origen de este Personaje, también destacable que fuera un Ser, dedicado a hacer trabajo sucio a favor del Gobierno, seguramente en la Obra se muestran muchos entuertos de los que nunca se sabrá la verdad.
Verdaderamente el escritor Brian Azzarello creo una obra para gente informada y conocedora (yo tuve que buscar sobre la masacre de My lei), si, es un titulo que no es para las masas.
Todo lo mencionado aquí sobre el Comediante, me hace pensar en una pregunta, que quiza tenga varias respuestas, o no pueda responderse:
¿Como es que al ser, El Comediante, un asesino, sádico y psicópata se haya...digamos, para no lanzar spoiler, quedado al margen de lo que ocurre en Watchmen, en vez de ser un participante activo, lo que creo va de acuerdo a su personalidad? sera que...pese a su personalidad tenia...dejemoslo así.
Muy buen trabajo Elwin, por lo que mencionas, falta un cierre de circulo de la historia de El Comediante, cuando presentes la reseña dedicada a Ozzymandias, gracias y hasta pronto.
Fijate que pese a cierto atractivo que tiene para mi el Comediante y a lo bien que está hecho este cómic, para serte sincero dentro de las tres primeras colecciones de "Antes de Wacthmen", ha sido la que menos me ha gustado.
EliminarRespecto a tu pregunta sobre el papel de este personaje en la obra original, pues no podría haber hecho más debido al destino que tuvo tan solo al comenzar esta misma.
Para mi gusto las miniseries dedicadas a Búho Nocturno y Ozzymandias fueron más de mi agrado (y sobre la de Dr. Manhattan no te adelantaré nada, que acabo de terminarla y ese post ya vendrá para mayo).
Gracias una vez más por honrarme con tu visita.
El comediante tuvo que ser el detonante de la historia principal, "pago caro", por así decirlo el ser de los más inteligentes y con mayores influencias del grupo, cuando se enteró de lo que vendría, ni su lado más cínico pudo soportarlo, aún así creo que el comediante es lo más parecido al comportamiento que tendría un superhéroe en la vida real.
ResponderEliminarEs increíble cómo un personaje tan antivalórico como este, alguien que en la vida real sin dudas resultaría detestable, pueda resultar tan atractivo en un cómic como este. Gracias por pasarte por acá como siempre, mi cuate amigo.
Eliminar