miércoles, 10 de enero de 2024

Doce años (o más) de tu vida.

 

      Doce temporadas duró The Big Bang Theory, emitiéndose originalmente entre 2007 y 2019, con un total de 279 episodios (una suma más que respetable, considerando los pocos episodios que acostumbran a hacer hoy en día para los programas de televisión).  Doce años en la vida de sus actores, productores y demás personas involucradas en dicho show; también doce años para sus seguidores y, en mi caso, muchos más, pues tan solo hace un par de días por fin me la terminé de ver, si bien me la repetí desde el principio a partir de principios de julio del año pasado, para recordar todo lo que había olvidado (mucho, la verdad) y de ese modo apreciar, por fin, las tres últimas temporadas que tenía pendiente.  Por lo tanto, ocupé mucho más tiempo de mi vida en ella, algo así como casi dos décadas desde que le eché un primer ojo en los tiempos de los DVD clonados.  Fue la mejor decisión de todas, que pude ser testigo de la evolución de sus personajes, como no fue posible la primera vez, que por lo general me veía una tanda de capítulos por año.
    A medida que me iba acercando al final, desde que llegué a la última temporada (ya cuando Sheldon y Amy por fin se han casado, algo que, en verdad, nunca pensé que sucedería), me daba pena pensar que se me iba a acabar, pronto, el más “nuevo” material de un show tan querido.  Para mí NUNCA hubo capítulo deficiente, si bien había varios que lejos sobresalían sobre los otros, tanto por sus potentes historias lograban que contar en menos de media hora, como por los espectaculares invitados estrella que tenían.  Siempre las risas estuvieron garantizadas y hasta unas cuantas lagrimitas me salieron por ahí.  Por lo tanto, no me faltan cosas que comentar respecto a TBBT.
    Eventos muy interesantes, graciosos e importantes para la trama principal y el desarrollo del espectáculo, suceden a lo largo de estos tres últimos años.  De la décima temporada, puedo decir que, uno de ellos viene a ser la manera de cómo termina el trabajo para los militares, realizado por tres de estos amigos; un hecho que determina de una manera distinta, hasta ahora, la relación del grupo (en concreto entre los varones) y a través del cual, si viéramos con ciertos ojos, podríamos encontrar la primera crítica (y tal vez única) social de este título: en cuanto al manejo militarista de los avances de la ciencia y la tecnología, así como el aprovechamiento egoísta del gobierno de USA, de la inteligencia de sus genios (tal como en la vida real, pasó con varios de los héroes y modelos reales de estos cuatro “cerebritos”).   El nacimiento de un bebé, entre un grupo de compañeros tan unido como este, viene a ser otro suceso destacado y es que la ficción ejemplifica muy bien (a través de la comedia, claro), de qué manera esto puede incidir en el statu quo de la pareja a la que le llega su vástago y cómo ello marca el posterior tiempo que se pasa con los amigos (en especial con los que siguen sin tener descendencia); sin embargo, los guionistas de TBBT no estaban dispuestos a que este hecho cambiase mucho la orientación del programa y al final “arreglaron” todo esto de una manera ingeniosa: al bebé nunca lo muestran y la vida social es posible, porque sus padres aprovechan que está en la guardería o durmiendo para juntarse con sus amigos.  Luego tenemos otro detalle, que resulta muy significativo para la evolución del personaje de Sheldon y su singular romance con Amy, algo que muchos pensábamos que nunca iba a pasar: se van a vivir juntos; esto último se trata de un arco argumental, que nos dará mucho de los mejores momentos de estas tres temporadas finales.  Por cierto, aparte de que me gustó bastante todo lo que menciono, debo señalar que hayan potenciado al secundario de Bert, el colega geólogo de la universidad, me agradó sobremanera, pues resultó ser alguien muy simpático, quien tendría momentos bastantes graciosos en el show y que, además, llegaría a compartir con los protagonistas hasta el final.

¿Quién será ese chasconcito de atrás?

     La undécima temporada no dejó de estar llena de sorpresas y entre ellos el nacimiento del segundo hijo de Howard y Bernadette (¡Ya un primer pequeño, era algo impensado hasta el momento!) y que Sheldon se decida a ofrecerle matrimonio a Amy; por lo mismo, la boda que se ha estado preparando, a lo largo de todo ese año, es algo que a los espectadores nos tiene pendientes todo el rato y ya cuando está por terminar la temporada, su final es, quizás, el mejor de todos los cierres de temporada: no solo por fin conocemos al hermano de Sheldon (interpretado por Jerry O´Connel, lo que me dio bastante satisfacción, puesto que es un actor al que siempre lo tengo presente, con cariño, desde su intervención ochentera, de cuando era niño, en la película de culto Cuenta Conmigo, basada en la novelette El Cuerpo de Stephen King), sino que en un mismo episodio tenemos a dos grandes: Mark Hamill (el recordado Luke Skyawalker de la trilogía original de Star Wars) y a Kathy Bates (quien hizo de la psicópata Annie Walkes, en la adaptación cinematográfica de Misery, también sobre una obra de King).  Tampoco puedo olvidar la muy entretenida intervención del escritor Neil Gaiman (uno de mis favoritos) y la incorporación de un nuevo personaje recurrente femenino, muy simpático, Denise, quien será relevante para darle su final digno a Stuart, ya cerrando la serie. 
    La duodécima temporada la disfruté más de lo que pensaba, tanto porque me parecieron sus guiones magníficos, por todo lo que pasaba en ella, como por querer saber cómo iban a terminar todo; igual tenía sentimientos encontrados, puesto que sabía que a medida que avanzaba en ella, se me estaba acabando la diversión con tan queridos personajes y por eso mismo fui graduando mi tiempo dedicado a la serie, hasta que me la terminé ya entrado este 2024.  Si bien cada uno de los protagonistas tuvo su propio arco argumental, por mucho que fuese cómica (con algo de dramatismo, claro) la decisión de Raj de buscar una esposa a través de un matrimonio concertado, lo mejor a mi parecer estuvo centrado en Sheldon y Amy: Y es que el primero, por fin llega a las puertas de cumplir uno de sus mayores sueños (algo que no contaré, para no caer en el spoiler), lo que involucra, como no, al resto de sus amigos y más de alguien de su entorno.  Cabe mencionar que tanto la trama dedicada a Raj, como la de Sheldon y Amy, tendrán ramificaciones hasta el muy emotivo cierre del show.  Para lo de Raj, se incorpora una nueva recurrente, su futura esposa y quien resulta ser un personaje muy singular, tal como en su momento fueron sus anteriores parejas; mientras que para el otro arco, apareció un muy interesante invitado como recurrente, que fue todo un guiño al mundo de la ñoñería y bastante ligado a los gustos de los cuatro chicos: Sean Bean, uno de los actores de la trilogía cinematográfica de El Señor de los Anillos, quien apareció en varios capítulos. Por cierto, muy inteligente el bello crossover con el spin-off de este título, me estoy refiriendo a El Joven Sheldon, otro momento de poesía para una comedia que logró ser más que risas.
     Ahora que ya me acabé de ver TBBT, celebro que hayan mantenido la presencia a lo largo de tantos años, de la mayoría de sus personajes recurrentes, convirtiendo algunos de ellos en verdaderos secundarios, como bien es el caso del buen Stuart.  Es así que las madres de Sheldon y Leonard aparecieron hasta el final (bueno, ya no recuerdo si la adorable mamá de Cooper estuvo, en efecto, en la última temporada), lo mismo que el también simpático padre de Penny.  El desagradable, y pese a ello excelente personaje, de Krypke, también estuvo hasta el cierre (bueno, no sale en el último capítulo, aunque aparece harto en el duodécimo año) y también tuvo mucha presencia Will Wheaton.  El adorable, muy guapo, aunque tonto como él solo, de Zack, fue parte de un genial arco argumental dedicado a Leonard en la duodécima temporada y en general fue invitado al menos una vez por temporada, desde que tuvo su debut.  La mamá de Howard fue una presencia muy importante, hasta el fallecimiento de la actriz que le daba su voz y Stephen Hawkins también participó más de lo esperado, hasta poco antes de su deceso.  La última temporada, asimismo, rescató al gracioso presidente Siebert, de la universidad en la que trabajan varios de los protagonistas, quien no da muy graciosas intervenciones y, de igual manera, fue un gusto reencontrase con la encargada de Recursos Humanos de este mismo lugar, a la que no veíamos desde hace rato (el único personaje afrodescendiente regular del programa).
     Respecto al último episodio, me habían dicho que iba a llorar y ya me estaba preparando para ello ¿Por qué sería? Me preguntaba.  La verdad, es que no llegué a esos extremos, pero sí se me humedecieron los ojos y es que en verdad fue muy emotivo, algo que lo venían preparando desde el capítulo anterior; preciosa la escena final sin diálogos, un autohomenaje a estos dos grandiosos doce años de emisión. Por cierto… ¡Por fin vemos acá a los hijos de Howard y Bernadette!
      Una última cosa que dejaré para el debate y/o la reflexión: Me habría gustado que fuesen más osados y hubiesen sacado del clóset a Raj.

Junto a los invitados de uno de los episodios más graciosos de la última temporada.

6 comentarios:

  1. ¡Qué buena! Comparto contigo debieron abordar la sexualidad de Raja. Me encanto tu escrito amigo

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    1. ¡De abordarlo lo hicieron, pero no al nivel que se esperaba! Y gracias por estar siempre acá (apréndanle, "amig@s hisróric@s"

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  2. Daba para más, o eso pretendían los productores, quizá nunca se sepa. Tal vez se convertía en otra Hechizada con reemplazo de protagonistas, peleas, escándalos y capítulos reciclados. O seguía como Alf, con los mismos problemas pero bien escondidos bajo la alfombra. O quien sabe. Serie emblemática que intentó representar a los loquillos que solían ser el objeto de burlas y prejuicios de la pantalla y que internet se encargaría de reconocerlos debidamente. Sin opinar de la serie, a riesgo de que me peguen de nuevo, me llama la atención de aquello de Raj, si fue para ese lado y no se exploró, quiero creer que fue por desacuerdo entre el equipo, ya que por personaje particular le quitaría puntos (esa fobia tan loca) pero por mensaje social le sumaría. Hey, silencioso Bob, quien no lo hubiera esperado, personaje icónico. Por cierto, lo de escándalo fue porque Sheldon dijo no más y al resto del elenco no le tuvieron el respeto como para comunicarle que la serie no seguía más allá de la temporada que estaban grabando, tal vez algo de eso se traspasa a la pantalla, la vería solo por la sabrosa curiosidad.

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    1. Pocas son las series que llegan a esta cantidad de años de forma ininterrumpida y con tantos capítulos a cuestas, así que me conformo con eso y las alegrías que me dio. Mejor no mortificarme con lo que pudo ser.

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