9.1.-El
Dibujante: Eduardo Risso (nacido el 23 de noviembre de 1959).
Hoy en día es uno de los dibujantes
argentinos de mayor renombre en el mercado gringo, trabajando para DC, Marvel y
otras editoriales de prestigio como Image y Dark Horse. De este modo, viene a ser uno de los tantos artistas
trasandinos con una exitosa carrera allá, ya sea en historietas de superhéroes,
como en otras de corte más adulto (tal cual los también consagrados Fabián
Niciesa, guionista y los igualmente ilustradores Enrique Breccia, Ariel
Olivetti y Enrique Alcatena).
Su carrera comenzó en su patria trabajando
en revistas emblemáticas en lo que concierne al cómic de su país (las que bien
en Chile hemos podido disfrutar…por ser vecinos) como Fierro y Puertitas. Ya en esos años, plena década de los ochenta,
comenzó a colaborar con escritores como Ricardo Barreiro y Carlos Trillo, con
quienes ha laburado en varias ocasiones, siendo que con el último luego siguió
trabajando cuando comenzó a ser editado por los europeos y en otras revistas de
renombre como Totem. Entre los títulos
que realizó en esta época, se encuentran Parque Chas (sobre un barrio
bonarense en el que suceden eventos extraordinarios, como si fuese una especie
de portal entre mundos extraños), Caín (correspondiente, más o menos,
a la ciencia ficción antiutópica, en la que su protagonista, Caín y nacido en
la miseria, decide centrar su vida en la violencia y la venganza para desentrañar
sus oscuros orígenes) y Fulú (la odisea de una esclava negra
en Brasil y tras la búsqueda de recuperar su libertad en el siglo XVII).
En los noventa su pluma estuvo al servicio
de empresas europeas, títulos que luego los estadounidenses no se resistieron a
publicar. De entre estos trabajos suyos
se encuentran Bordeline (otra vez con una dama de protagonista, aunque ahora
en un futuro postapocalíptico y en el que su protagonista tras terribles
eventos en su vida, se transforma en una asesina incapacitada para tratar con
sus congéneres), Yo, Vampiro (también conocida en español como N/N y
en inglés como Boy vampiro, corresponde a una interesante variación del tema
del vampirismo, centrada en un chico de origen egipcio que desde la época de
las pirámides sigue en su existencia de inmortal, luego de que un meteorito al
caer le provocó tal mutación) y Chicanos (sobre las vicisitudes de
una detective tras robar los documentos que incriminan a un mafioso en un
asesinato y ello la lleva a tener que escapar de su banda). Otras series limitadas suyas que se pueden
mencionar son Horror Revisitado y Video Noir.
Ya en las lides yanquis, comenzó haciendo
novelas gráficas sobre la franquicia de Alien para Dark Horse, incluyendo,
además, al menos 4 miniseries para la mítica revista Heavy Metal: Slippery
Woman, Indecisión, Incompatible y Costume Party. Sin embargo, lo que más gloria le ha traído
en material del llamado noveno arte para los gringos, que no tenga que ver con
superhéroes, viene a ser su labor junto a Brian Azarello, guionista con el que
ha colaborado en otros trabajos también y a lo largo de nada menos que de 100
números. En esta saga, todo uno de los
títulos emblemáticos del sello para lectores adultos Vertigo de DC, un hombre
se dedica a entregar maletines con 100 balas que otorgan a sus dueños la oportunidad
de matar a tiros a quien deseen; es así que una misteriosa organización está
involucrada en ello e incluye una venganza contra las 13 familias que traicionaron
hace años a esta agrupación conocida como Minutemen o Milicianos. Esta obra ganó un montón de premios y está
considerada dentro de lo mejor de su estilo y de sus creadores.
En materia de superhéroes (dentro de lo
que está, por supuesto, Antes de Watchmen), se pueden
mencionar varios trabajos memorables de Risso.
Esta vez solo me remitiré a 2 trabajos en especial, uno para Marvel y
otro para DC: Logan es una historia de 3 partes escrita por otro de los
grandes guionistas de cómics, Brian K.
Vaughan, con quien realizó un emotivo relato sobre el pasado del mutante más
célebre y querido de todo el universo marvelita. Ambientada en la Segunda Guerra Mundial y
nada menos que en un campamento para prisioneros nazi, vemos a Wolverine
atrapado entre sus rejas, aunque nunca sin perder su fuerza de voluntad, para
convertirse en la peor pesadilla del mandamás del lugar. Luego nos encontramos con Batman:
Ciudad Rota, una historia de detectives en la que el Murciélago debe
resolver el horrible crimen de una mujer asesinada, encontrándose en el camino
con algunos de sus villanos más famosos como lo son Killer Croc, el Ventrílocuo
y Scarface, el Pingüino…y el Guasón.
Solo terminaré este apartado dedicado a la
obra de Risso, mencionando que una vez más junto a su socio Azarello, realizó
una de las miniseries más impactantes de todos los especiales que representaron
el mundo trastocado de Flashpoint: El Caballero de la Venganza,
una en verdad sublime historieta en la que Batman no es Bruce Wayne y el Guasón
resulta ser nada menos que alguien muy ligado al pasado del Caballero Oscuro.
…Y para colgarme, el año pasado en
noviembre el artista fue invitado a un evento ñoño (más encima gratuito para el
público) en el que dio una charla y, por supuesto, firmó autógrafos. Me quedaba
todo muy cerca de casa… ¡Y no asistí! (aunque sí lo hice al siguiente día,
aunque para entonces ya no estaba este valioso caricaturista) ¿Para colgarme,
cierto?
Se trata de la tercera miniserie escrita
por el igualmente sobresaliente J. Michael Straczynski para este proyecto,
luego de haber firmado para Búho Nocturno y Doctor Manhattan. Este arco argumental consta de 2 números y
viene a ser el único de todo Antes de Watchmen dedicado a un
villano; sin embargo tal como en otros títulos de la colección, aparecen como “invitados”
otros personajes, es decir, los
mismísimos superhéroes, que la obra original y las precuelas en su mayoría
tratan sobre ellos. No obstante, al
dársele este protagonismo al único villano destacado en la historieta de Moore
y Gibbons, se pudo complementar mejor cómo es ese oscuro mundo de ficción (y
tan cercano al nuestro), en el que transcurren estas divertidas historias. No se debe olvidar, además, que tal como
sucede en el título germinal de todo esto, el destino final de Moloch está
ligado de manera inexorable al de Ozymandias, de modo que en sus páginas se nos revelan sus antecedentes de manera gratificante.
El cómic comienza con un Moloch (no puede
ser más ominoso su nombre, sacado de un destacado demonio del mundo antiguo y
mencionado incluso en la Biblia) ya devastado y casi en la vejez, terminando
sus años de prisión (antes de que lo encontremos en los acontecimientos de Watchmen). En una historieta tradicional de hoy en día
sobre el género, bien podría ser que este momento en la vida del ex malhechor
daría paso a su conversión e incluso a su opción por el camino de los justicieros,
ya sea como uno más del grupo o como importante aliado (cabe recordar no más
los casos del Flautista, el Bromista II y por un tiempo con el Capitán Frío en
las revistas de Flash o los ejemplos aún más destacados de Viuda Negra y Ojo de
Halcón con los Vengadores); incluso acá se ve como el sujeto de aspecto de
duende es acogido por su antiguo rival, millonario, genio inventor y supuesto
filántropo Ozymandias, quien le da una nueva oportunidad al ofrecerle un
trabajo (las similitudes de todo esto con varias facetas de Batman y su misión
redentora hacia algunos de los villanos en retiro, es evidente)…Sin embargo
estamos hablando de un cómic de Antes de Watchmen, por lo que pese a
las apariencias las cosas no son dulces como se quisiera y bien quienes
conocemos el texto genérico, sabemos que el gesto del antiguo paladín esconde
más que buena voluntad. Empero, es en la
manera que esta obra nos muestra la génesis del final de Moloch, que se haya
presente una vez más la maestría de sus creadores.
Resulta difícil no sentir piedad por este
Moloch decrépito, puesto que además la trama nos lleva hacia sus recuerdos,
desde su desgraciada infancia hasta su carrera como criminal. Siempre opacado por el resto, primero por
quienes debían ser sus pares y se burlaban de su bizarro aspecto (he ahí, tal
vez, la mejor justificación suya para abrazar la senda del mal), luego por las
mujeres que lo rechazaban aun estando en el poder y, por último, por los
propios Watchmen, que una y otra vez lo derrotaban. Fácilmente podría decirse que tal como queda
de manifiesto en las viñetas de Moloch, el villano nunca fue uno de
esos genios del mal sobresaliente por sus fechorías, al contrario, siempre (y
aún en sus mejores momentos) fue con suerte un segundón.
En medio de un mundo en el que los
poderosos en buena parte no poseen empatía alguna y son tanto o más
maquiavélicos que quienes son considerados la escoria de la sociedad, se nos
muestra al protagonista de este título como un sujeto que aparte de ser
patético, demuestra en sus debilidades una humanidad de la que carecen gente
como el Comediante o los ya mencionados Doctor Manhattan y Ozymandias.
Las dos portadas creadas por Eduardo
Risso, en verdad preciosas pese a su elemento más siniestro, nos presentan a un
Moloch como en realidad apenas llegamos a vislumbrar en la historieta: como un
hombre de temer y mortal como él solo.
Esta idea de crear ilustraciones más o menos engañosas para las portadas
de los cómics, es habitual en las revistas de superhéroes y las que muchas
veces nos hacen una promesa de algo que en realidad no sucede, tal y como se creyera en su interior, pues como en
la vida real todo es más complejo de lo que se quisiera (siendo que, por
supuesto, estas formidables portadas se hacen así para vender más, que estamos
hablando de un mercado más). Por otro
lado, el engaño que son estas imágenes, juega de igual manera con la dimensión
de supuesto mago que es el propio Moloch, algo retratado dentro de esta obra. Y,
sin embargo, el uso las cartas de juego como símbolo en ambas ilustraciones, no
es algo gratuito, ya que representan no solo el azar, sino que en la manos de
Moloch el deseo de todo ser humano de controlar el destino; luego queda demostrado
que por mucho que la voluntad nos motive, no siempre podemos tener todo lo que
queremos y nuestros planes se van al carajo. Destaca también en el número 2 de
la miniserie, la efigie del soberbio Ozymandias, quien, como ya sabemos, marca
el destino final del malogrado protagonista.
Con respecto a las viñetas que conforman el resto de la novela gráfica,
dejan de lado su aspecto más realista, para pasar a una estética de tipo
caricaturesco y exagerado en ocasiones, que resalta el patetismo de sus
situaciones.
Da pena este Moloch...¿Cierto? |
Buena recomendación Elwin, no he leído las obras complementarías de Watchmen, solo la obra original, pero con tu gran trabajo expones suficentes motivos para hacerlo, enriquecen mucho este oscuro , pero peligrosamente realista universo.
ResponderEliminarGracias y saludos
En efecto, amigo mío, esta serie de historietas hay que gozarlas, más ahora en que DC por fin ha incorporado a sus personajes dentro de su actual continuidad. Espero pronto puedas darte ese gusto.
EliminarSaludos Elwin, aquí murinus2009.
ResponderEliminarTu anécdota de perderte la reunión con el artista, Eduardo Risso, me hizo recordar 2 casos que me paso así:
1.-Allá por 1998 encontré en un puesto de libros usados el clásico equivalente a, 1984 y Un Mundo feliz, Limbo, de Bernard Wolfe y...no lo compre, sin razón, porque tenia dinero y todo, a la fecha, 2018, no lo he leído.
2.-Este pasado noviembre de 2017 pase por un lugar donde organizaban una proyección de película al aire libre, cerca de mi casa, no pregunte cual, cuando regrese la cinta estaba por acabarse, resulto que era... Multiple-Split de Shyamalan, no la vi en días de su estreno, quería verla, a pasos de mi casa, sin costo y... solo llegue al final, eso si, lo que vi me gusto mucho (cameo incluido), espero que la continuación sea igual de buena.
Respecto a este Comic de, Antes de Watchmen.
Debo confesar que aun no consigo los demás números y no los he visto en las librerías que visito, ni en puestos de revistas, me falta visitar tiendas especializadas en Comics.
Molloch.
Recuerdo su participación en la cinta de Snyder, cuando es visitado por Rorsrach y recuerda la visita de El Comediante, si no me equivoco Molloch explica que se aterro de verlo ,hasta que noto que el Comediante, estaba temeroso de lo que iba a ocurrir y solo hablo con el.
Viene Spoiler a continuacion...
Tambien Molloch comenta que estaba enfermo de cáncer en etapa avanzada y que no le quedaba mucho de vida.
Si, en verdad tenia un aspecto lastimero, comparado con ,El Comediante un psicopáta o con Ozymandias, es como un raton asustado encerrado con serpientes venenosas, cuesta trabajo pensar que clase de carrera delictiva pudo tener, alguien que acabo así, sin siquiera nada que ostentar.
Con lo que mencionas Elwin, queda claro que Molloch, mas que un villano de temer, era mas bien una clase de villano de opereta, casi tipo Comic Relief (uno asi, creo que solo, Placton, el enemigo de don Cangrejo en Bob Esponja) aunque mas humano que los villanos tipo Blockbuster de hoy dia: el mismo villano con distinto nombre y mismos planes.
Gracias Elwin, por esta Entrada dedicada a un personaje bien trazado, humano, mas patético que temible y al final hasta menos maligno que los superheroes que lo combatieron, hasta pronto.
Lo que me cuentas al principio de tu comentario, tiene relación con un post que estoy pensando escribir y que se llamaría "Pecados de Omisión (libros que de puro tonto no me compré y luego lo pagué con sangre)", pues también he dejado pasar oportunidades como esas que mencionas.
EliminarEn cuanto a Molloch mismo, da gusto ver cómo los autores de este cómic hicieron maravillas con él.
Siendo "Watchmen" (1986) una deconstrucción de los superhéroes clásicos de la mano de Alan Moore, quien es un conocedor de los cimientos de tal arquetipo, entonces no podía faltar la deconstrucción de otro arquetipo: el supervillano. En este caso, más que una deconstrucción es una poco suave sátira hacia una historia tan típica dentro de la ficción de superhéroes como lo es esa en la que un Don Nadie con increíbles talentos decide volverse un ser villanesco a causa de un gran mal que el héroe o los héroes de turno le hicieron en el pasado de manera involuntaria. Si no me creen entonces véanse la película "Los Increíbles" (2004), una cuyo villano es, o era, exactamente eso: un Don Nadie de increíbles talentos que se vuelve una amenaza motivado por algo que el héroe protagonista le hizo hace mucho tiempo, aunque haya sido de manera involuntaria y con las mejores intenciones, que no está de sobra decirlo. En el caso de la historia de Moloch, el Don Nadie en camino a la villanía es exactamente eso: un Don Nadie, pero la subversión, en este caso, consiste en que ese Don Nadie no posee talentos increíbles que merezcan ser mencionados sino que en realidad es tan solo un hombre con la suficiente buena suerte como para no acabar durmiendo con los peces en el fondo del río o compartiendo una celda con, qué sé yo, Charles Manson, Hannibal Lecter o Bob Patiño. Encima de lo anterior, también es lo suficientemente suertudo como para acabar siendo "cobijado" por Adrian Veidt, aunque quien haya leído el cómic sabe muy bien cómo acabó todo eso, tanto para Moloch como para muchos empleados de la empresa de Veidt. Y lejos de volverse un personaje más poderoso en realidad sigue siendo la misma rata enclenque que nos es mostrada al inicio de la historia.
ResponderEliminarMoloch no muere como se supone que deberían morir los villanos de ese tipo de historias, o sea como alguien que pese a todos sus esfuerzos termina siendo superado en más de un sentido por los héroes, sino que más bien muere como si siempre hubiera sido un peón más dentro del maquiavélico juego de Ozymandias, cosa que lo era hasta cierto punto. Incluso muerto sigue siendo poco más que un peón de usar y tirar para Ozymandias ya que gracias a su cadáver es que Rorschach fue a parar a la cárcel. Supongo que éso sí que es ser un juguete desechable de dudosa humanidad.
Me encanta leer tus comentarios, que siempre expones tan bien tus ideas y lejos son mucho más acertados que las impresiones que aquí expongo.
EliminarSobre esta serie de novelas gráficas que particularmente a mí me gustaron mucho, aún tengo pendiente una y que corresponde a la historia de complemento que iba en la mayoría de las entregas de "Antes de Watchmen"; justamente ahora que estoy aún en cuarentena y salgo solo en caso de necesidad (pues hago teletrabajo, como profesor que soy), creo ya es el momento de ponerme al día para mi última entrega de esta serie de posts que comencé hace años.
Por cierto, tengo autografiado uno de mis números de "Moloch" por su dibujante, con quien hasta fotos me saqué y le compré reproducciones de sus ilustraciones (una para mí y dos para regalar), muy sencillo y bueno para el diálogo Eduardo Risso.