En se exhibió originalmente la octava temporada de Doctor Who
(versión moderna), siendo esta la segunda del Duodécimo Doctor (a cargo de un
veterano y soberbio Peter Capaldi) y la tercera (o segunda y media, según se le
mire) de Clara Oswald como companion (que, no olvidemos, antes estuvo
con el Undécimo Doctor... ¡Y en tremendas aventuras!). Así mismo, corresponde a la cuarta temporada
de Steven Mofatt como showrunner, o sea, guionista principal de la serie
y encargado de los lineamientos generales del programa.
Bien se podría decir que este segundo año del Duodécimo Doctor, supera con creces al anterior; partiendo por el hecho de que lo vemos evolucionar bastante, al volverse un sujeto mucho más centrado y menos idiota, más alegre y juguetón; y es que los hechos pasados lo logran humanizar, tras su crisis de identidad y ello queda consignado muy bien hacia mediados de la temporada. Asimismo, se observa la influencia benigna de Clara, con su tolerancia, paciencia y compasión, así como dulzura, rasgos que todo profesor (como ella) debiera tener. También destaca el hecho de que, al menos, los episodios revisados hasta ahora son historias dobles (de dos capítulos seguidos) y bien sé que el par siguiente corresponde a esta misma modalidad.
Igualmente regresa la villana Missy, otra de las grandes creaciones de Moffat y, desde el otro espectro dramático, la muy querida River Song, a quien no veíamos desde hace rato.
En verdad ha sido un placer reencontrarme con esta octava temporada, que yo estaba confundido y fue esta la última que vi hace muchos años atrás (y no la séptima); justo antes de dejar de ver al Doctor, por largo tiempo, hasta que lo retomé el año pasado.
0- La Última Navidad: Luego de la amarga victoria del Doctor, tras la última
invasión de los Cibermen, ahora controlados por su "renovado" antiguo
enemigo (no diré de quién se trata), Clara pensaba que nunca más volvería a ver
a su mañoso amigo... ¡Hasta que este se le aparece justo en Navidad! Algo raro
está pasando, algo muy malo y hasta aterrador...
En una estación polar, un grupo de
investigadores está acechado por unas horribles criaturas llamadas
"Cangrejos del Sueño"; más encima, nada menos que Santa Claus,
acompañado por dos de sus elfos y todos sus renos, se les aparecen a ellos y a
la gente del centro científico. El
Doctor duda de la buena voluntad de San Nicolás, más teniendo en cuenta el
efecto que producen las criaturas en sus víctimas.
Un muy divertido especial con homenaje incluido a Alien, así como a The Thing y que juega muy bien con la idea de cuestionar la realidad. Muchos grandes momentos para esta historia que disfruté bastante.
1. El Aprendiz de Mago: Un comienzo como el que aquí veremos, justo empezando
una nueva temporada, es toda una promesa de que se nos vienen potentes
historias. Más encima, estamos hablando
de otro libreto firmado por Moffat, el showrunner de la serie desde que
la dejó Russel T. Davies, al finalizar la cuarta temporada; y quien (a mi
humilde parecer) lejos es mucho mejor como como escritor, que su antecesor, así
como para abrir y cerrar las temporadas con sus arcos argumentales (y, también,
para crear grandes personajes recurrentes).
La historia parte con el Doctor
encontrándose con un niñito, quien vive en un mundo asolado por la guerra y el
cual le pide su ayuda; no obstante, cuando se entera de la identidad del
pequeño, este toma una decisión que parece provocará espantosas consecuencias
para millones de personas. Por otro
lado, tendremos a la buena de Clara, quien tendrá que reunirse, para su pesar,
con Missy para salvarle otra vez la vida a su amigo... ¡El trio llegará a uno
de los planetas más nefastos del universo, justo donde los peores enemigos de
los Señores del Tiempo!
Bien se podría decir que este segundo año del Duodécimo Doctor, supera con creces al anterior; partiendo por el hecho de que lo vemos evolucionar bastante, al volverse un sujeto mucho más centrado y menos idiota, más alegre y juguetón; y es que los hechos pasados lo logran humanizar, tras su crisis de identidad y ello queda consignado muy bien hacia mediados de la temporada. Asimismo, se observa la influencia benigna de Clara, con su tolerancia, paciencia y compasión, así como dulzura, rasgos que todo profesor (como ella) debiera tener. También destaca el hecho de que, al menos, los episodios revisados hasta ahora son historias dobles (de dos capítulos seguidos) y bien sé que el par siguiente corresponde a esta misma modalidad.
Igualmente regresa la villana Missy, otra de las grandes creaciones de Moffat y, desde el otro espectro dramático, la muy querida River Song, a quien no veíamos desde hace rato.
En verdad ha sido un placer reencontrarme con esta octava temporada, que yo estaba confundido y fue esta la última que vi hace muchos años atrás (y no la séptima); justo antes de dejar de ver al Doctor, por largo tiempo, hasta que lo retomé el año pasado.
Un muy divertido especial con homenaje incluido a Alien, así como a The Thing y que juega muy bien con la idea de cuestionar la realidad. Muchos grandes momentos para esta historia que disfruté bastante.
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El malvado Davros y sus hijos. |
Por otro lado, Clara se ve obligada a trabajar junto la Missy, intentando rescatar al Doctor; no obstante, con todas las locuras de quien antes fue llamada El Maestro, resulta difícil saber si está actuando verdaderamente (ahora) por razones benignas o tiene propósitos más egoístas. Y es que en cualquier momento podría llegar una traición suya.
Atentos al sacrificio que debe hacer Clara, lo que nos recuerda muy bien a cómo la conocimos.
También estén pendientes de Missy, uno de los mejores secundarios y/o antagonistas del show, que cada aparición suya es un enorme placer.
Cabe mencionar que esta es la primera parte de otra aventura de dos capítulos seguidos.
Para nuestra sorpresa, vemos al Doctor en plenos años ochenta, en medio de una ciudad rusa abandonada y usada como simulacro para una guerra nuclear o algo así (con maniquíes, al más puro estilo de esas mismas urbes en el desierto gringo, para ver el efecto de una bomba atómica en una población) y con una pareja de companions que no le conocíamos hasta ahora. Es así que nuestro Señor del Tiempo, se comunica al futuro con Clara, quien sigue atrapada en la estación submarina, amenazada por fantasmas; por lo tanto, le toca salvarla, al igual que al resto de los sobrevivientes, si bien hay un elemento que enreda y complica todo: El Doctor morirá, volviéndose otro aterrador espectro (que, en el futuro, en el que se encuentra Clara, ya está su espectro junto a los otros).
Acá conoceremos la identidad del primer fantasma, así como al culpable de toda la catástrofe que ha sucedido, uno de los villanos más aterradores que hayamos conocido hasta el momento en este espectáculo.
Por mi parte, celebro que este Duodécimo Doctor cada vez se muestre más positivo y amigable, tal y como siempre lo quisimos.
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El Doctor frente al espantoso Rey Pescador |
Como actriz invitada tendremos a Maisie Williams, a quien conocimos como Aria Stark en Juego de Tronos, haciendo de un personaje que nos dará muchas gratas sorpresas.
Por último, definitivamente este es el Doctor al que todos queremos (aunque igual me produce gracia su faceta mañosa).
Y respecto al epílogo del que les hablé: Recalco lo emotivo que es contemplar la amistad entre Clara y el Doctor, tras las dudas que pudo darle/darnos en la temporada anterior.
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