Por
años la única forma de hacerse una idea de cómo la famosa novela de Frank
Herbert se vería en formato audiovisual, fue la película de David Lynch de 1984
y eso que para muchos su versión de Dune no había cumplido con
sus expectativas. Con un montón de
seguidores y detractores por delante, esta magna obra fue ignorada para ser
revisitada en pantalla, tanto grande como chica, hasta que el canal de
televisión especializado SciFi realizó una miniserie de más de 4 horas y media
en el año 2000 y que fue todo un éxito, ganando incluso unos cuantos premios y
la satisfacción de buena parte del público (entre quienes nunca habían leído el
libro, como de aquellos que vieron la mentada cinta- amándola u odiándola) y de
los más ñoños de la casa, que tenían razones de peso para apoyar o no esta
singular adaptación.
¿Pero qué tan buena o decepcionante es esta versión?
Dirigida y escrita por John Harrison, un habitual colaborador de George Romero, pretende en una primera instancia cubrir buena parte del argumento del texto literario, si bien realiza unos cuantos cambios en la historia (algunos interesantes y otros para nada). Es así que en lo que concierne al material de Herbert, aprovechado para esta versión y no apreciado antes en el filme, destaca la disputa de Paul y un Fremen poco después de su segundo encuentro en el desierto, la referencia al hijo de este y de Chani, el atentado de Feyd-Rautha a su tío, parte de la cena con invitados en el palacio de Arraken (antes del ataque traicionero) y el emotivo discurso final de Jessica sobre la importancia de las concubinas (sin embargo, respecto a este detalle último, pese a lo que se esperaría al contar con más horas de duración, bien podría decirse que a diferencia de la película de Lynch, apenas encontramos citas textuales de la afamada novela en esta ocasión). En cuanto a los aportes que realiza al guión su responsable, lo más sobresaliente viene a ser la manera de cómo se potenció a la mismísima princesa Irulan, convirtiéndola en un secundario de peso y con varias atractivas escenas a su haber; de igual manera, la incorporación de un navegante de la Cofradía, como personaje en un papel mucho más locuaz que el de su colega vocero de la cinta, merece su propio aplauso. Pero en suma, la duración de todo puede resultar tedioso para más de alguien, acostumbrados a producciones más fluidas y preocupadas por una armonía entre lo artístico, técnico..., y comercial.
Por cierto, aparece el Conde Fenring (uno de mis favoritos del libro), aunque este resulta ser un mal sucedáneo dei estupendo antihéroe, puesto que nada hace del texto y se la pasa todo el rato sonriendo con ironía.
Omisiones imperdonables: La Shadout Mapes sin su primer encuentro sublime con Jessica y las escasas escenas del doctor Yueh.
Da la impresión de que buena parte del presupuesto se lo gastaron en tener solo a una estrella, ya en descenso para la época: William Hurt, quien hace de nada menos que de Leto Atreides y por razones obvias solo sale en el primero de los 3 capítulos (más una fugaz aparición en el último); luego vendría como destacada figura del casting Giancarlo Giannini , quizás la mejor actuación de todos los que trabajan en este título (porque, además, "hay que creerse el cuento" para verse creíble usando esos atroces atuendos que le hicieron ponerse). La verdad es que hay unas cuantas actuaciones que dejan mucho por desear, tal como la del actor que hace de Stilgar (quien pareciera anduviera todo el metraje con estreñimiento, ante la rigidez de sus expresiones). El Barón Harkonnen igual está aceptable y la villana Reverenda Madre Gaius Helen Mohaim también, así como la Bestia Rabban; solo el guapo heredero de Vladimir está un poco inspirado, quien es igualmente demasiado adulto, tal cual el propio Paul Atreides, para los menores de edad que aparecen al principio del libro.
Volviendo al tema del presupuesto... Pues en materia de efectos especiales, se limitaron a usar el peor CGI que podían contratar con poco dinero, que, aunque esta producción es de más de 20 años atrás, en dicha época ya era posible tener gráficos computacionales decentes y, la verdad, es que los de esta miniserie dejan mucho que desear; es así, que pareciera todo propio de un videojuego de aquellos años y lo peor son los fondos tipo pintura mate, más falsos que beso de Judas y el ratoncito del desierto (je). Por otro lado, aparte de los horrendos vestuarios de Shaddam IV, hay unos cuantos más cortos de imaginación y hasta chabacanos, tal como un traje de mariposas artificiales que le hacen llevar a la preciosa Irulan. En cuanto a los destiltrajes, no están mal; la indumentaria tipo renacentista los Sardaukar, es lejos mejor que los horribles uniformes de la película y a diferencia de lo que le parece a mi amigo Roger Senra, a mí sí me gustó el vestuario de las Bene Geserit; aunque creo que lejos lo mejor en materia de vestuario, corresponde al llevado por la Cofradía (que recuerda a algunos de los preciosos diseños de Moebius).
Esta vez acentuaron el erotismo, con unos cuantos culos masculinos por ahí y los pechos de nada menos que de Chani (naturales y para nada "siliconizados"), además de cierto Ménage à trois y hasta una orgía, entre otros.
El aporte musical lo realiza Graeme Revell, pero bien se podría decir que este no es uno de sus mejores trabajos.
Por último, considerando la impronta del filme de Lynch (que lejos ha conseguido la trascendencia que la presente miniserie olvidada no), esta segunda adaptación le hace unos cuantos guiños: Uno de ellos viene a ser la aparición de un mutante monstruoso de la Cofradía, el cual viaja en una caja muy parecida al de la película, además de ser una criatura de aspecto monstruoso, aunque también débil y asexuado, además de darle poderes para abrir el espacio físico (sin embargo, a diferencia del largometraje, no tiene relevancia en la trama); cabe mencionar que el bicharraco está espantosamente diseñado y solo se entiende su papel si uno ha visto (y recuerda) la obra de Lynch. Por otro lado, hay varias imágenes calcadas/copiadas a la producción hollywoodense, en especial en lo que concierne a algunas de las visiones de Paul.
¿Pero qué tan buena o decepcionante es esta versión?
Dirigida y escrita por John Harrison, un habitual colaborador de George Romero, pretende en una primera instancia cubrir buena parte del argumento del texto literario, si bien realiza unos cuantos cambios en la historia (algunos interesantes y otros para nada). Es así que en lo que concierne al material de Herbert, aprovechado para esta versión y no apreciado antes en el filme, destaca la disputa de Paul y un Fremen poco después de su segundo encuentro en el desierto, la referencia al hijo de este y de Chani, el atentado de Feyd-Rautha a su tío, parte de la cena con invitados en el palacio de Arraken (antes del ataque traicionero) y el emotivo discurso final de Jessica sobre la importancia de las concubinas (sin embargo, respecto a este detalle último, pese a lo que se esperaría al contar con más horas de duración, bien podría decirse que a diferencia de la película de Lynch, apenas encontramos citas textuales de la afamada novela en esta ocasión). En cuanto a los aportes que realiza al guión su responsable, lo más sobresaliente viene a ser la manera de cómo se potenció a la mismísima princesa Irulan, convirtiéndola en un secundario de peso y con varias atractivas escenas a su haber; de igual manera, la incorporación de un navegante de la Cofradía, como personaje en un papel mucho más locuaz que el de su colega vocero de la cinta, merece su propio aplauso. Pero en suma, la duración de todo puede resultar tedioso para más de alguien, acostumbrados a producciones más fluidas y preocupadas por una armonía entre lo artístico, técnico..., y comercial.
Por cierto, aparece el Conde Fenring (uno de mis favoritos del libro), aunque este resulta ser un mal sucedáneo dei estupendo antihéroe, puesto que nada hace del texto y se la pasa todo el rato sonriendo con ironía.
Omisiones imperdonables: La Shadout Mapes sin su primer encuentro sublime con Jessica y las escasas escenas del doctor Yueh.
Da la impresión de que buena parte del presupuesto se lo gastaron en tener solo a una estrella, ya en descenso para la época: William Hurt, quien hace de nada menos que de Leto Atreides y por razones obvias solo sale en el primero de los 3 capítulos (más una fugaz aparición en el último); luego vendría como destacada figura del casting Giancarlo Giannini , quizás la mejor actuación de todos los que trabajan en este título (porque, además, "hay que creerse el cuento" para verse creíble usando esos atroces atuendos que le hicieron ponerse). La verdad es que hay unas cuantas actuaciones que dejan mucho por desear, tal como la del actor que hace de Stilgar (quien pareciera anduviera todo el metraje con estreñimiento, ante la rigidez de sus expresiones). El Barón Harkonnen igual está aceptable y la villana Reverenda Madre Gaius Helen Mohaim también, así como la Bestia Rabban; solo el guapo heredero de Vladimir está un poco inspirado, quien es igualmente demasiado adulto, tal cual el propio Paul Atreides, para los menores de edad que aparecen al principio del libro.
Volviendo al tema del presupuesto... Pues en materia de efectos especiales, se limitaron a usar el peor CGI que podían contratar con poco dinero, que, aunque esta producción es de más de 20 años atrás, en dicha época ya era posible tener gráficos computacionales decentes y, la verdad, es que los de esta miniserie dejan mucho que desear; es así, que pareciera todo propio de un videojuego de aquellos años y lo peor son los fondos tipo pintura mate, más falsos que beso de Judas y el ratoncito del desierto (je). Por otro lado, aparte de los horrendos vestuarios de Shaddam IV, hay unos cuantos más cortos de imaginación y hasta chabacanos, tal como un traje de mariposas artificiales que le hacen llevar a la preciosa Irulan. En cuanto a los destiltrajes, no están mal; la indumentaria tipo renacentista los Sardaukar, es lejos mejor que los horribles uniformes de la película y a diferencia de lo que le parece a mi amigo Roger Senra, a mí sí me gustó el vestuario de las Bene Geserit; aunque creo que lejos lo mejor en materia de vestuario, corresponde al llevado por la Cofradía (que recuerda a algunos de los preciosos diseños de Moebius).
Esta vez acentuaron el erotismo, con unos cuantos culos masculinos por ahí y los pechos de nada menos que de Chani (naturales y para nada "siliconizados"), además de cierto Ménage à trois y hasta una orgía, entre otros.
El aporte musical lo realiza Graeme Revell, pero bien se podría decir que este no es uno de sus mejores trabajos.
Por último, considerando la impronta del filme de Lynch (que lejos ha conseguido la trascendencia que la presente miniserie olvidada no), esta segunda adaptación le hace unos cuantos guiños: Uno de ellos viene a ser la aparición de un mutante monstruoso de la Cofradía, el cual viaja en una caja muy parecida al de la película, además de ser una criatura de aspecto monstruoso, aunque también débil y asexuado, además de darle poderes para abrir el espacio físico (sin embargo, a diferencia del largometraje, no tiene relevancia en la trama); cabe mencionar que el bicharraco está espantosamente diseñado y solo se entiende su papel si uno ha visto (y recuerda) la obra de Lynch. Por otro lado, hay varias imágenes calcadas/copiadas a la producción hollywoodense, en especial en lo que concierne a algunas de las visiones de Paul.
Tráiler
Hasta la salida de la película reciente, esta me parecía la mejor adaptación de DUNE, a pesar de su horrible CGI. Pero en los vestuarios si estaba espantosa, especialmente los correspondientes a la casa Corrino (coincidimos allí), a la Bene Gesserit y a la cofradía espacial, que me parecen más mimos que otra cosa, no tanto porque no hablen, sino por los gestos que hacen y esos horrendos trajes. El personaje de Liet Kynes acá es mucho más notable y en ciertas partes se nota que el tipo es hasta temido: en la escena del banquete en el palacio, cuando habla de extraer toda el agua de un hombre ya muerto se ve que le causa mucha incomodidad y hasta disgusto al agente de la Cofradía. Aparte del vestuario, el otro punto en que esta adaptación no cumplió fue en el escaso papel que representó el guerrero y maestro de armas Duncan Idaho, personaje que cobra una importancia mucho mayor en los libros siguientes y que en la película actual está mucho mejor hecho (no podía ser de otra forma si lo interpretaba Jason Momoa).
ResponderEliminarEn el aspecto de la trama política y el "juego de tronos" si me parece que cumple con creces y en esto es en lo único que sentí que la película falló.
Pensé no te gustaba esta miniserie... Pues a mi me gustaba y hasta llegué a comorármela feliz en DVD original (edición que luego perdí); pero ahora me aburrí como ostra y creo no le llega a los pies a las pelis.
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