miércoles, 24 de noviembre de 2021

El mundo de la ciencia ficción vuelve a estar de luto.


    Ayer nos dejó a la edad de 73 años el escritor, traductor, ensayista y connotado especialista en fantasía científica español Miquel Barceló (no confundir con el pintor del mismo nombre).  Les estoy hablando de alguien de gran impronta para el género en lengua hispana, ya que dedicó su vida a difundir como pocos el amor y respeto hacia este en su vertiente literaria, dejándonos un legado que los lectores de habla hispana le debemos con creces.
    Conocí primero, desde el punto de vista intelectual, a este admirable señor gracias a sus magníficas presentaciones para la colección Nova, la prestigiosa serie de títulos publicados por Ediciones B, que comencé a leer y adquirir a partir de la década de los noventa.  Dirigida por este, quien al parecer seleccionaba con pinzas los títulos a los que se fueron sumando por años autores de gran calibre, siendo quien en muchos casos "descubrió" a la lengua de Cervantes a autores como Dan Simmons y Brandon Sanderson, se encargaba de realizar cuidadas "presentaciones" de los suyas y de su obra, con cuidados análisis que hacen todo un gusto leer dichos aperitivos; por igual, al final del texto literario en sí, agregaba una biografía y bibliografía del autor en cuestión, toda una guía para quien luego quisiese profundizar en el resto de las obras de este.
     A finales del siglo pasado, me tocó hacer un trabajo para el último ramo de la universidad que tuve sobre literatura española, consistente en "Analizar cualquier novela de la postguerra civil" de dicho país.  Cuando dijo tal cosa la profesora, doña Gilda Pandolfi (una señora "antigua" y muy dogmática en más de un sentido), de inmediato le pregunté si podía ser un título de ciencia ficción y quedé muy contento cuando me respondió que sí; fue entonces que me conseguí con el Tío Lucho, nuestro propio Miquel Barceló criollo (Luís Saavedra para el resto de los mortales), la novela Consecuencias Naturales de Elia Barceló (alcance de apellido solamente), la que comparé con el clásico El Sí de las Niñas de Moratín, analizando antes de que se volvieran "temas de moda", el planteamiento de los roles de género y el lenguaje inclusivo que muy inteligentemente la autora abordó en esta recomendable historia sobre "primer contacto" con extraterrestres.  Era la época cuando Internet apenas estaba al alcance de uno (por mi parte, apenas sabía de ella y me era más propia de estas ficciones) y, por supuesto, que para realizar mi labor de la manera más completa posible, necesitaba información sobre la vida y obra de la artista; fue entonces que descubrí en la Librería Chilena (sitio al que ya me he referido varias veces, en mi serie de Así era en mis Tiempos), una edición de bolsillo de Nova de la colección de cuentos (más una novela corta) Sagrada, de la misma Barceló (Elia, no Miquel, je); le pedí plata a mis papás "para un trabajo de la universidad" y me hice con el tomo, de ese modo gracias a Miquel pude hacer mi propia introducción a la narrativa de su no-familiar.  Estaba orgulloso del fruto de mi esfuerzo, que vez que podía llevaba el mundo de la ñoñería a las aulas, cuando recién se le estaba otorgando su lugar merecido en los centros de estudios superiores nacionales (quiero creer que soy uno de los precursores al respecto) ... Cuando me entregaron mi nota, con horror me enteré que era un 3,5 y yo necesitaba mínimo un 4,0 para aprobar el ramo; al preguntarle a la profesora la razón de su calificación, expresándole mi desconcierto, puesto que estaba seguro de la calidad propia de mi trabajo, con desprecio me dijo:
 
“Esa microliteratura ni siquiera merece un análisis”.
 
    Le recordé que ella misma, me había asegurado que podía hacer la tarea sobre un título de ciencia ficción y luego ya derechamente molesto le exigí que me diera razones de peso para demostrarme por qué me merecía, al parecer, dicha nota.  La profe se negó a atenderme y yo actuando de manera tal, que hoy en día lo encuentro inconcebible, no le repliqué más y acepté mi desgracia.  Hoy en día, no dejo que nadie cometa tales atropellos con aquello que es valioso para mí y repruebo todo tipo de abuso de este tipo.  Por cierto, aquella vez me quedó constancia de que la señora Pandolfi no se había leído mi trabajo. Lamento no haber guardado mi texto, como no haber ido hasta una autoridad mayor para exigir una revisión seria de mi análisis.
     Volviendo a Miquel Barceló, debido a su persona se creó el galardón más importante de la ciencia ficción hispánica: el UPC.  Llamado así en atención a la Universidad Politécnica de Cataluña, la que da año a año este reconocimiento desde 1991 en numerosas categorías, ha premiado a autores y figuras tanto de habla castellana, como de extranjera.  Asisten a sus eventos personalidades tales como Jasper Flolde, Lois McMaster Bujold, entre otros y luego los textos finalistas han sido compilados en numerosas selecciones cuidadas de parte del propio Barceló, siendo publicadas en la mentada colección Nova (por mi parte, hace tiempo que poseo dos de estos tomos, pero aún los tengo pendientes).
    También debido a Miquel Barceló, mi compatriota Jorge Baradit se hizo reconocido en el extranjero.  Esto fue cuando se le concedió el primer lugar a Novela Corta por Trinidad y luego incluyó dicha obra al volumen del UPC de dicho año.  Era 2005 (¿o 2007?) y se lanzó dentro de la colección Nova la ópera prima de Baradit, Igdrasil, una obra barroca como ella sola y para cual el propio editor acuñó el concepto de ciberchamanismo, refiriéndose a la bizarra mezcla de elementos esotéricos con tecnología de punta que aparece en su narrativa.  Fue así que para la FILSA (la más importante feria internacional del libro de Santiago y tal vez de Chile), vino de invitado y, como no, los ñoños de acá nos volvimos locos de felicidad.  El maestro dio una charla en dicho evento, a la cual por supuesto no falté; sé que medio de la multitud, cuando comenzaron las preguntas luego de su exposición, le declaré públicamente mi admiración y le hice una consulta ¿Qué fue? ¡Ya no me acuerdo! El año pasado, creo, recién me enteré que luego de este acto, un grupo de ñoños "de elite" asistieron a una cena junto a Barceló, para la cual pagaron una suma pequeña; a ella asistieron unos cuantos amigos y nadie me dijo nada hasta entonces.  Las fotos que atestiguaron todo esto, me hicieron maldecir a mis amistades por haberme negado tal placer.
     Por último, cabe mencionar que Miquel escribió unas cuantas novelas junto a Pedro Jorge Romero y una de estas estuve a punto de comprármela barata para un Ciberday este 2021, la tenía en el carro y al final la saqué para darle cabida al montón de cómics que me llevé como loco (¡Mea culpa!).  Asimismo, su Guía de la Ciencia Ficción, que tiene una versión revisada, me parece, es un tomo que todo fanático del género debería tener (otro pecado de omisión, sorry).



5 comentarios:

  1. Excelente semblanza de este grande que conocimos, principalmente, por el fruto de su trabajo: la difusión de la ciencia ficción de todas partes del mundo, tanto en sus guías de lectura como en la genial colección Nova, arriesgando y dando a conocer autores de muchos países.

    El genial autor argentino Carlos Gardini también participó en muchos títulos de Nova, sobre todo como traductor.

    QEPD Miquel Barceló. Nos queda su obra.

    Saludos,

    RICARDO

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    1. Gracias por compartir este pesar y en efecto nos quedamos con lo mejor de Barceló, mucho más que puras buenas intenciones.
      ¿Gardini no escribe acaso también novelas?

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    2. Si, si... Gardini fue uno de los mejores escritores argentinos de ciencia ficción, sino el mejor. Recomiendo mucho sus libros.

      Saludos,

      RICARDO

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  2. Lamentable perdida, sin duda el legado traspasará generaciones!!!
    Hermosad afirmaciones en tu escritura.
    Me encanta leerte.

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    1. Mucho me alegra te pases por acá y te agradezco de corazón te intereses en lo que hago.

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