Quien comienza a leer el cuarto tomo
de la exitosa saga literaria de George R. R. Martin, ya cuando ha superado las
100 páginas de este grueso y cuarto volumen, puede ir ya asumiendo que sus
esperanzas de saber qué pasó con varios de sus personajes favoritos, queden
rotas. Todo porque como bien explica el
autor al final del tomo, ante la perspectiva de que el nuevo libro que estaba
escribiendo le estaba saliendo demasiado extenso, se vio obligado a dividirlo
en dos, de modo de poder desarrollar mejor cada unas de las distintas líneas
argumentales que se cuentan en la trama mayor de la saga y no dejar todo en un
libro de dimensiones descomunales. Por
ende, bien viene a ser entendible que el ávido seguidor de personajes tales
como Tyrion, Daenerys, Bran y Jon, entre otros, quede más que decepcionado ante
el hecho de apenas tener noticias de ellos.
Todo esto, porque que la acción de Festín de Cuervos se centra en
otros, algunos de ellos ya conocidos, amados y repudiados por el lector, así
como el resto en quienes fueron presentados con anterioridad, pero a los que
ahora se les otorga protagonismo y como bien le gusta hacer a Martin; por otro
lado, no estaba de más agregar novedosos puntos de vista acerca de la
revolución que comienza a tomar cada vez más ribetes inesperados ( de este
modo, logra incorporar nuevos elementos al complejo tejido que comenzó a crear
al comienzo de la serie).
Uno de los grandes aportes que le hace el autor al ciclo a lo largo de
esta cuarta obra, es el de jugar con el titulo de los capítulos según el
protagonista en quien centra sus páginas.
Así es cómo en los libros anteriores apenas leído el encabezado del
capítulo, se sabía en quién se centraba éste, por el simple pero efectivo acto
de mencionar su nombre. En cambio en este
caso el artista juega con los simbolismos y apodos, nombrando al personaje a
través de un enunciado que lo represente; de este modo algunos de estos capítulos
ostentan títulos tales como El Profeta, El Hombre Ahogado, La
Hija del Kraken, La Hacedora de Reinas y La
Princesa en la Torre, entre otros.
En algunas ocasiones el mismo protagonista es llamado de más de una
forma en sus episodios respectivos, aunque siempre la elección del título tiene
relación con la situación vivencial en la que se encuentra.
Considerando que la novela transcurre específicamente en cinco lugares
(de modo que como nunca el mundo de la saga se extiende y expone a la
imaginación del seguidor), a ratos el narrador exhibe los mismos eventos a
través de los ojos de más de un protagonista; esto quiere decir que, por
ejemplo, lo que está sucediendo entre los llamados Hijos del Hierro es
presentado en varios capítulos donde el protagonismo se va pasando de un sujeto
a otro, según en quién recaiga dicho apartado.
De este modo los acontecimientos son observados con una mayor
objetividad (si es que se puede afirmar tal idea) al ser completados por los
distintos puntos de vista.
Si en los libros que antecedieron a esta cuarta entrega su creador optó
por destacar las figuras de personajes con dotes heroicas o admirables en su
singularidad (aunque no por ellos idealizados, como en el caso de los ya
populares hermanos Tyrion y Jaime Lannister, sin olvidar las fuertes figuras
femeninas de Daenerys, Arya y Catelyn), o a quienes el lector bien podría
llegar a sentir afecto y/o compasión (como Bran o Samwell), dedicándoles a estos
sendos capítulos de sus textos, en este caso decidió desarrollar como nunca a
uno de sus personajes más detestables (aunque también dentro de los mejores)
del ciclo: la ahora reina regente Cersei Lannister (¡Una “perra” en el más
estricto sentido de la palabra!). Es
cierto que ya en Choque de Reyes Martin le otorgó al también despreciable Theon
Greyjoy su propio papel preponderante; mas al compararse al joven caído en
desgracia con la trepadora Cersei, éste resulta ser sólo un cachorrito al
hablar de ferocidad a la hora de cometer atrocidades. No obstante Cersei aún en su regocijante malevolencia
no pierde su humanidad, como un ser que al final no deja de ser una victima más
de sus bajezas morales.
El nombre del tomo que aquí se comenta, queda explicado en más de una
ocasión por el narrador. En un principio
el lector ávido de Canción de Hielo y Fuego antes de sumergirse en las páginas de Festín de Cuervos, puede llegar a creer que se llama así en atención a los
Hermanos Juramentados de la Noche; aquellos memorables hombres que protegen los
Siete Reinos en las glaciales tierras adyacentes al Muro, defendiéndolos de los
enemigos mortales que provienen allende a esta colosal construcción de hielo;
puesto que cabe recordar que a estos se les llama, ya sea honrándolos o con
menosprecio, como cuervos. De este modo
uno podría pensar que gran parte de la acción del libro los tendrá de
protagonistas, transcurriendo en las tierras del Norte y que alguien como Jon
Nieve (otro querido personaje dentro de la serie) será preponderante…No
obstante esto no es así: el libro se llama de esa manera, puesto que tras las
contantes pugnas armadas en las que se encuentran los distintos reinos, con sus
propios reyes y aspirantes al dominio total, no faltan aquellos que tal cual
pájaros carroñeros (en este caso, los cuervos) desean sacar provecho de la
situación para obtener el mejor botín posible.
Y esto último bien se observa en la figura de varios sujetos codiciosos
como Petyr Baelish y la mismísima Cersei, junto a su corte de sujetos
maquiavélicos.
Como ya se afirmó más arriba, la novela se ambienta en cinco sitios
diferentes, los que a su vez corresponden a lugares y ambientes bastantes desiguales
y diversos entre sí. Es entonces que cuando
se trata de los capítulos ubicados en las Islas
del Hierro, se muestra un mundo donde el mar y la vida en los barcos como
piratas y saqueadores, es la marca de sus habitantes. Su sociedad valora lo salvaje y lo rústico
por sobre todo, teniendo además como divinidad a un ser cruel y ominoso al que
llaman el Dios Ahogado, de modo que al parecer entre ellos el arte y las
sutilezas no existen. Sus hombres (y unas cuantas mujeres como la ya introducida
Asha) son personas por lo general violentas, xenófobas y diestras para el
combate en su propio estilo; a su vez resultan ser algunos de los personajes
más infames de entre las razas y culturas que abundan en la saga. Por otro lado la trama transcurre igualmente en
la ciudad de Dorne, uno de los Siete
Reinos y al cual en el pasado sólo se le había nombrado. Dentro de los Siete Reinos, Dorne corresponde
a la metrópolis más exótica que se encuentra bajo el influjo del Trono de
Hierro, recordando en muchos aspectos al Medio Oriente (aunque no de la forma
más espectacular como los lugares visitados por Daenerys de la Tormenta), en
parte debido a la naturaleza de su árido desierto y costumbres de su
gente. También nos encontramos con la
lejana urbe de Bravos, una zona
costera bastante cosmopolita, debido a lo concurridos que son sus puertos y
donde suceden algunos de los eventos más atractivos del libro, siendo que
además su configuración en general no deja de ser interesante (a su vez es la
antesala a Antigua, sitio que fue nombrado en varias ocasiones, pero que hacia
el final del libro se sabe que tendrá una vital importancia para los hechos que
están por venir). Por su parte, el Valle de Arryn es una zona montañosa
que ya había aparecido en Juego de Tronos y en Tormenta de Espadas, no obstante ahora está descrito con mayor detalle,
dedicándose varias páginas a hacer referencia a los lugares vecinos a éste; a
su vez queda por completo claro su naturaleza de zona casi inexpugnable, debido
a su geografía aislada. El resto de los
acontecimientos suceden en las ya presentadas Tierras de la Corona y las Tierras
de los Ríos, correspondientes a Desembarco del Rey, Aguasdulces y otros
lares.
Si bien como muchos aseguran esta penúltima entrega de Canción
de Hielo y Fuego (a la fecha), resulta ser el trabajo más débil de esta
serie literaria, no por ello su prosa y narrativa dejan de demostrar el talento
innato de su autor (en especial a la hora de desenvolverse tan bien en el uso
de un protagonismo coral, ambientando sus historias paralelas en distintas zonas,
como siempre manteniendo la relación y tensión entre un capítulo y otro). A su vez es cierto que en este caso no pasan
hechos tan extraordinarios e inolvidables como en los tres libros precedentes,
no obstante aquí se cuenta la génesis de varias líneas argumentales que más
adelante tendrán una repercusión apabullante.
Asimismo no se debe dejar de lado
que a ratos, el texto llega a niveles de tal dramatismo, que puede ser
comprensible que el lector se emocione más de la cuenta ante las vicisitudes de
sus héroes preferidos. Por último, hacia
el desenlace de algunas de las aventuras de sus protagonistas, Martin no ceja
en golpearnos con sorpresivos giros en el destino de sus protagonistas.
Una de mis portadas favoritas y donde claramente se puede apreciar a Asha y a Pelomojado, durante uno de los mejores momentos del libro. |
Para terminar, a continuación la lista de los personajes principales de Festín
de Cuervos:
- Aeron
“Pelomojado” Greyjoy: Es el amargado y fanático religioso tío de Asha y Theon, quien sirve
a su Dios Ahogado como su máximo sacerdote. De aspecto poco aseado, impone su
presencia usando la autoridad que emana de él con naturalidad. Su mayor propósito en este libro es
conseguir al digno sucesor de su hermano, como rey de los Hijos del Hierro. Es severo y sin ápice de humor, como
también alguien austero al máximo, personalidad que contrasta por completo
con el sujeto vividor que fue antes de convertirse a la fe. Aeron había aparecido brevemente por
primera vez durante el viaje que hizo Theon a Pyke.
- Areo Hotah: Capitán de la Guardia Real del
príncipe Doran Martell, es un hombre honrado que trabaja orgulloso para su
señor, siéndole fiel ante todo. Pese
a ser un hombre de acción, se muestra como alguien reflexivo; no obstante
en el libro apenas es desarrollado lo suficiente como para convertirse en
un personaje entrañable.
- Cersei Lannister: Tras el clímax del libro
anterior, la viuda del rey Robert Baratheon decide tomar de una vez por
todas las riendas de su vida, pasando a llevar a quien sea necesario para
obtener sus propósitos.
Considerándose la gran importancia que posee en este libro, la
narración permite comprender como nunca sus motivaciones y psicología, en
especial al hacer referencia a su pasado y a un hecho en concreto que la
marcó para el resto de su existencia.
- Brienne de Tarth: Quien prácticamente se “robara
la película” (o para ser más precisos “la novela”) desde su primera
aparición en el segundo tomo de la serie, aquí continúa perfilándose como
uno de los personajes más nobles y queridos de Canción de Hielo y Fuego. En este volumen comienza su viaje
juramentado en busca de Sansa Stark, el cual como era de suponer resulta
ser de lo más accidentado. En su periplo
se les unen dos compañeros inesperados: Podrick Payne, el niño escudero de
Tyrion y que aquí demuestra con creces la valía de su corazón, y ser Hyle
Hunt, quien en una primera instancia se presenta como un sujeto
despreciable.
- Samwell Tarly: El gordo y por naturaleza cobarde hermano juramentado de la Guardia de la Noche, es enviado por su ahora líder Jon Nieve a hacerse maestre en la Ciudadela. Sam debe realizar su odisea en compañía del anciano venerable Daemon y de Eli, quien se supone se lleva consigo a su hijo, más en realidad a quien se ha traído es a otro bebé (todo debido a un plan perpetrado por Jon). En el camino Sam en más de una ocasión saca fuerzas de flaqueza, superando sus propias debilidades y a su vez entra en conflictos internos como nunca, debido a su debilidad por la mujer que lo acompaña. Tal como en Tormenta de Espadas, se demuestra la relevancia que posee Sam al hacerlo que se encuentre con otro de los sobrevivientes de la familia Stark (reunión breve, aunque bien resulta gratificante para el lector).
Ilustración que muestra al acomplejado, pero estimado Sam, junto a Eli mientras realizan su travesía por el mar. |
- Arya Stark: Quien fuese considerada lejos uno
de los personajes más admirables de la saga, acá apenas posee tres
capítulos dedicados a ella (bueno, al menos es algo, si se considera que
los otros dos héroes más populares entre los lectores, Daenerys y Tyrion,
recién volverán a parecer en el tomo siguiente). Por esta razón, uno llega a atesorar sus
escasos momentos en el libro, puesto que como siempre a Arya se le hace
pasar por algunos de los acontecimientos más fantásticos y originales de
la novela. Es así como la niña con
mayor capacidad para la sobrevivencia y adaptación a lo inesperado de la
que se tenga conocimiento en la literatura fantástica (¡disculpen si les
parece una exageración!), llega nada menos que a la misteriosa Casa de
Blanco y Negro, donde comienza lo que será su preparación para conseguir
en algún momento su revancha contra sus numerosos enemigos (y tal vez
recuperar el lugar que ya hace un tiempo perdió). En medio de su nueva aventura, conoce a
otros dos individuos extraordinarios.
- Jaime Lannister: El que en un principio fuese visto como un villano más en el mundo de estas obras, a partir de este tomo se posesiona como un sujeto que ha tenido su propia epifanía, al punto de convertirse en un hombre nuevo y mejor de lo que en el pasado fue. Su encuentro con Brienne en Tormenta de Espadas, bastante inspirador, le quitó la crueldad que poseía y además le abrió los ojos lo suficiente como para llevarlo en el camino a la redención personal y querer enmendar sus errores. La pérdida que tuvo no hace mucho, al final le otorgó la posibilidad de recuperar su honor y dignidad hasta transformarlo en un nuevo personaje a quien amar. Jaime, Cersei y Brienne son los personajes que poseen mayor cantidad de capítulos en este libro.
- Sansa Stark: Llevada para su sorpresa a
Nido de Águilas, su estadía en el lugar se convierte en un respiro para la
bella jovencita, luego de las constantes humillaciones a las que se le
sometió en Desembarco del Rey. En
su nuevo hogar se convierte en una persona importante, aunque ello le
significa participar en las intrigas de Meñique, de quien debe hacerse
pasar como su hija bastarda (llamándose de ese modo ahora Alayne Piedra).
- Asha Greyjoy: Aparecida por primera vez en Choque de Reyes, es otra de las féminas de armas de tomar, que tan bien
le salen a su autor. Toma un papel
destacado en todo lo que tiene que ver con la sucesión al Trono de
Piedramar. A su vez le toca
codearse con individuos tan vitales para el argumento, como el mismo
Pelomojado y sus tíos.
- Victarion
Greyjoy: Si
bien es otro de los bárbaros Hijos del Hierro, posee ciertos aires que le
otorgan algo de carisma (como a su propia sobrina Asha y a su hermano
apodado como el Lector). Posee un
pasado desgraciado que aún no ha logrado cicatrizar y del que es responsable
su otro hermano, Euron, a quien odia con todo su corazón.
- Arys Oakheart: Guardia
leal a los Lannister, quien es enviado a Dorne para proteger a la princesa
Myrcella. Es un hombre varonil y
apuesto que siente una gran pasión por la única hija de Doran Martell; su
relación con esta última sella para siempre su destino.
- Arianne Martell: Bella y sensual jovencita (bastante experimentada en las artes del amor, por cierto), quien está en desacuerdo con su padre, ya que lo considera alguien débil, por no haber vengado a sus familiares muertos con gran brutalidad por los Lannister años atrás. Posee sus propios planes, lo que la hace entrar en conflicto con su progenitor (quien ostenta todo el poder de Dorne, un hombre inteligente y sensible, atormentado por la salud y que lejos resulta ser uno de los mejores aportes como personaje a esta cuarta entrega).
Por cierto…Quién haya leído la novela,
me podría decir si me equivoco o no, pero al parecer en un momento hace su
aparición Tyrion (aunque brevemente, claro).
Portadas japonesas de este libro (muy en el tomo manga en su estética, por cierto). |
No puedo creer que todavía nadie te haya comentado esta entrada, Elwin! Con lo que habíamos estado esperándola! Nah, somos unos dejados...
ResponderEliminarQué te puedo decir, la mayoría se aburre con Festín y para mí es uno de los mejores libros de la saga (si no el mejor... porque ese puesto se lo disputa Tormenta...). La enorme cantidad de espacio dedicada a la redención de Jaime y a los viajes de Brienne es responsable de esa apreciación. Son dos de mis personajes preferidos, y en cierto sentido los entiendo a uno en función del otro, aunque en el caso de Jaime también me parece imprescindible verlo en tandem con su hermana melliza.
Y ni que decir que todo el arco de la reina Cersei me pareció de lo más atrapante! Es tremenda, realmente me da mucho enojo la forma en que se lleva puesto a todo el mundo en aras de conseguir sus propósitos, pero también me conmueve, y hasta te diría que me inspira compasión, en la medida que vive aterrada por esas profecías oscuras que la cercan... y además, su objetivo final en la vida es la salvaguarda de sus hijos, cosa con la que puedo empatizar profundamente...
La trama de los Hijos del Hierro directamente me aburre... Asha es un gran personaje, pero la verdad es que lo mejor de ella lo vamos a ver recién en Danza... (me gusta mucho una parte en que tiene trato con Alysanne Mormont... por cierto, si tuviera que considerarme miembro de una casa de Poniente, yo sería una de las Osas...). El único kraken que me simpatiza es el tío materno de Asha, ahora no me voy a acordar de su nombre, qué lástima... el que es dueño de una biblioteca importante, cosa muy rara en las Islas del Hierro, aparentemente... A Theon tampoco lo "trago" demasiado, aunque desde ya me compadezco de las cosas que le han pasado y también entiendo su incesante búsqueda del reconocimiento paterno. Pero qué le vamos a hacer, me cuesta horrores empatizar con él...
Lo que me fascinó fue todo lo relativo al Dorne. Amo a Doran Martell! Es una persona hermosa, con esa paciencia, esa inteligencia, la capacidad de "aguantarse" los insultos de los que lo consideran débil porque no comprenden sus planes, que son a muy largo plazo... y, encima, le gustan los chicos. Sería un abuelo perfecto... Creo que en este libro se hace referencia a su hijo Quentyn, pero aún no se lo ve en acción. Otro de mis favoritos (aunque muchos lo consideran un tonto sin remedio, o una versión joven de Ned Stark...)
La parte de Arya fue conmovedora... sobre todo la ocasión en que tiene que esconder a Aguja, creo que hasta me hizo lagrimear bastante...
¿Esa referencia a Tyrion que ves, es hacia el final, no?
Por último, también me gustó mucho el arco de Sam, sobre todo su interacción con el maestre Aemon. La parte del "Egg, soñé que era un viejo...", ahí sí que me acuerdo haber llorado abiertamente, jajaja (me encanta llorar con los libros, habrás notado, je...)
Perdón por la demora en la lectura y comentario! Realmente ha sido un hermoso artículo...
No sabes cuánto me honras, Guivi, con tus palabras (mira que para serte sincero es cierto que me esperaba hace rato algún comentario por este texto). Me alegra mucho que te haya gustado y recordado tan buenas lecturas. Respecto a "Danza de Dragones", pretendo tenerlo para julio y poder disfrutarlo durante las vacas de invierno (igual el sólo pensar lo que se demora Martin en publicar el 6° tomo, me hace querer extender más mi lectura del quinto tomo). Lo del cameo de Tyrion, me parece que es cuando Brienne está en una posada y tiene una charla con un monje enano ¿Lo recuerdas? Besos y abrazos (por cierto...¿Viste la nominación que te hice?).
ResponderEliminarHola, Elwin, aquí estoy, hace mucho que leí la entrada pero por A o B motivo no me salía el comentario, la cosa es tener tiempo e inspiración ;)
ResponderEliminarSobre Festín, entiendo la frustración de muchos... esperar años y que no sea lo que tenías en mente... y misma, leyendo de un tirón todo, me quedé WTF cuando aparecieron los nuevos personajes. Sinceramente para mí todo lo del hierro ni fu ni fa, a mi sí me gusta Theon, fue de lo mejor en Choque(y la segunda temporada de la serie vale la pena por su arco simplemente), es un personaje complejo, un bastardo ya sé, pero cada error que ves en el, cada defecto, cada acción, te hace comprender mas lo oscura y triste que puede ser una persona.
Me gusta lo de Dorne y sus naranjas xDDDD
Para mí Festín es tan introspectiva o mas que Choque. La acción principal transcurre en el interior de los personajes no tanto a su alrededor.
La cosa con Canción es que tan basta, tan inmensa en los temas que trata... que a cada quien nos gusta algo diferente, personajes que amamos, que odiamos, que ignoramos...
Pero me sorprende a veces la falta de sensibilidad que tienen con algunos personajes con un gran desarrollo interno.Un ejemplo de eso es Brienne, y a veces me pregunto(sin ofender, que no se me malinterprete) qué otro tipo de literatura consumen los lectores de Canción. Yo confieso ser poco asidua de la literatura fantástica, siempre estuve un poco mas concentrada en clásicos y realismo mágico. Ojo, que no soy experta tampoco, EN NADA, me falta tiempo para leer todo lo que quiero mientras los libros se apilan en mis estantes, wuaaaa.
En resumen, prefiero el desarrollo y evolución de un personaje antes que gigantes y dragones. Prefiero escuchar sobre hombres quebrados, esclavitud, trastornos de personalidad múltiple, marginación, ect., anexo zombies y espadas que brillan.
Me gusta Festín, y me gusta Canción, por sus personajes, capaces de coexistir en un mundo donde lo mítico y lo real pretenden amalgamarse de una forma que solo podemos sospechar y soñar cuando alguna vez la saga se concluya.
Saludos:)
Gracias por ilustrarme con tu punto de vista tan genial respecto a esta novela. La verdad, Damablanca, es que comparto bastante lo que dices, puesto que para mí también resulta primordial el desarrollo interior que hace esta obra a sus personajes, incluso en ocasiones (como en este tomo) dejando de lado la acción; en este sentido esta saga que tanto amamos es profundamente sicologista y quizás por ello lectores asiduos del género que están acostumbrados más a la aventura, que al drama, se desencantan llegando a este punto en el ciclo de "Canción de Hielo y Fuego". Ahora me queda esperar a que llegue mitad de año para cumplir lo que me prometí, de adquirir el siguiente tomo y ver qué pasó mientras tanto con el resto de nuestros personajes favoritos.
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