jueves, 10 de julio de 2014

No Somos Islas.


     About a boy (Un Gran Chico en Latinoamérica y Un Niño Grande en la Madre Patria) es un filme inglés de 2002 que cabe recomendar.  Con las actuaciones principales de Hugh Grant e introduciendo al niño actor Nicholas Hoult y con quien comparte el protagonismo, es una obra que posee más de una lectura.   La película parte con un genial monólogo en off de parte de Grant, quien dice no estar de acuerdo con el famoso dicho de que no somos islas, puesto que está acostumbrado a vivir su soltería sin depender de nadie, lo que significa no aferrarse emocionalmente a otros.  Es así cómo éste apuesto hombre que está a solo años de llegar a los cuarenta, que además ni trabaja porque es heredero de una pequeña fortuna familiar, vive una existencia llena de lujos y flirteando de vez en cuando con muchachas que al final llegan a encontrarlo alguien vacío y que sólo piensa en sí mismo.  Paralelo a la historia de este hombre, se encuentra la del otro personaje principal: un niño de unos doce años que a su corta edad tiene una vida desgraciada, que incluyen una madre con una severa depresión, aunque cariñosa, y problemas de bullying en su colegio; debido al problema de su madre y a que no tiene amigos, el pequeño debe lidiar con su soledad (que a diferencia de su coprotagonista no es por opción) y aún así lo hace de la forma más positiva. Era de esperar que en algún momento las historias de ambos se cruzaran.
    El largometraje en una primera instancia se presenta como una comedia romántica, al verse desde el punto de vista del adulto, no obstante al abordarse el drama del más pequeño, es posible apreciar (aunque con buen humor, tan inglés y tan sarcástico) una trama lo suficientemente compleja y que atiende más bien al concepto del viaje interior por cuanto hombre y niño (asimismo como la misma madre de éste) a lo largo de la cinta inician un proceso de encuentro consigo mismos y que al final se traduce en la verdadera obtención de la plenitud.  Cuando los dos personajes principales se llegan a conocer, el encuentro resulta algo incómodo para ambos: el adulto toda su vida madura ha vivido desapegado a los menores de edad, mientras que el chico recela del otro, pues intuye en él su falsedad…Todo hasta que en este primer encuentro sucede un curioso incidente, que lo hace darse cuenta que el adulto en realidad es más de lo que aparenta; a partir de entonces hará lo posible por atrapar su atención y lograr que nazca algo entre el hombre y su mamá, ya que tal y como él mismo se ha dado cuenta: se necesita compañía para superar las penas.
      Una vez que el muchacho comienza su plan para devolverle la alegría a su madre, la vida de todos ellos comienza a cambiar, si bien de una forma que llega a superar el propósito original del aspirante a celestino.  En primer lugar adulto y niño llegan a hacerse amigos y en segundo lugar la madre comienza a darse cuenta que ha descuidado a su hijo y que debe superar de una vez el pozo en el que se encuentra.   Por otro lado la persistente compañía del chico poco a poco ha ido “humanizando” al inalcanzable adulto, hasta ganarse su corazón y hacerlo ver su alrededor con ojos menos cínicos; de este modo llega incluso a enamorarse, quizás por primera vez en su vida, de una bellísima e inteligente mujer que llega a romperle todos sus esquemas.  En cuanto al niño, su propia vida comienza a cambiar cuando el hombre mayor empieza a convertirse para él en su referente masculino, en especial porque éste se da cuenta por sí solo de que en el colegio es infeliz y comienza su propio plan para convertirlo en alguien más dichoso.
    La cinta posee varios momentos inolvidables, algunos con un humor fino que a diferencia del gringo, no caen en la grosería, si no en situaciones donde la comicidad radica en detalles cotidianos y realistas; también se encuentran uno que otro momento con una carga dramática tal que resulta difícil no estremecerse (y en un caso particular, bastante duro, por cierto); por último, abundan las escenas emotivas, cálidas de verdad, que muestran lo mejor de nuestra propia naturaleza y que ejemplifican que siempre es posible acercarse a la idea que cada uno tiene de la felicidad, cuando hay voluntad y compañía.
     En el caso del personaje interpretado por Hugh Grant, a través de todo el periplo espiritual por el que pasa, se identifica sin lugar a dudas la idea de que nunca terminamos de crecer, o sea, que en todo momento podemos convertirnos en alguien mejor de lo que alguna vez fuimos.  Por otro lado, el hecho de por qué el niño fue capaz de interesarse en realidad en este sujeto, fue porque aún en su mundo “sofisticado”, seguía siendo un infante de corazón; de este modo el título de la película atiende a ambos coprotagonistas.
     En cuanto al papel a cargo del entonces principiante Nicholas Hoult, quien hace su trabajo de una manera realmente sorprendente y capaz de sacar lágrimas y risas sin dificultad, es posible identificar el tema de la resiliencia.  Ello se observa en la capacidad que exhibe el singular héroe de esta historia, para identificar aún a su corta edad las cuitas de su existencia, como en encontrar la llave para solucionar el problema de su propia madre; es así que gracias a esto es capaz de construir un mejor futuro tanto para él, como para su madre y también para con la figura masculina que llega a serle el personaje de Grant.
    Las mujeres también brillan en este más que destacable título, partiendo por la madre del chico, quien es personificada por una actriz de talento admirable como lo es Toni Collette; ésta da vida a su personaje con una maestría tal, que la hace más que creíble y nos hace pensar en tantas madres admirables, como sensibles, que uno en su propia experiencia ha llegado a conocer.  Pasada la mitad del metraje, hace su aparición Rachel Weisz, como la dama que conquista al personaje de Grant, quien acá se ve más hermosa que nunca y que tal como la Collette, demuestra su versatilidad para interpretar tanto personaje diferente sin problemas.
     En About a boy cumple un rol fundamental la música, como elemento fundamental en la vida de los seres, puesto que nos acompaña y conforta; así es como para varios de  sus personajes, ella les permite conseguir sin lugar a dudas esos instantes de felicidad que hacen de la vida algo formidable.
     Siguiendo la “moda” de los últimos años, el filme es dirigido por dos personas que vienen a ser hermanos.  De este modo siguiendo la tradición de gente como los Cohen, los Pang, los Wachowski, los Hughes y muchos más, los hermanos Paul y Chris Weitz logran crear una obra memorable, que en todo caso se encuentra basada en la novela homónima de Nick Hornby y cuyo guión adaptado corrió también a cuentas de ellos mismos.


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