Edición de lujo de Valdemar de este libro que tanto disfruté
(yo tengo la versión más humilde, de bolsillo ¡Snif!).
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Termino mi revisión personal de todos los cuentos escritos por Robert Howard sobre su personaje Solomon Kane, Dejo para una próxima entrada (para abril ya) el cuento de Sonya la Roja, que la recomendable edición en español de Valdemar incluye en este mismo compilatorio; de igual manera en aquella ocasión me referiré a la única película dedicada al puritano y a la misma que se hizo sobre la colorina guerrera.
5- Luna de
calaveras.
El primer regreso de Solomon Kane a
África es motivado por su afán justiciero (como no), para rescatar a una bella
muchacha de la nobleza que fue raptada, debido a las intrigas palaciegas. Es así que los pasos del puritano lo hacen
encontrarse con un grupo de hombres que sirven a una poderosa reina africana y
luego llega hasta su mismo reino, que resulta estar nada menos que en las
edificaciones de una antigua civilización ya perdida. Luego, por medio de este detalle, el autor
conecta sus relatos sobre la Atlántida (en la que vivía su otro célebre
personaje, el Rey Kull y cuyos vestigios llegó a conocer Conan), con esta otra
saga suya ambientada ya bien avanzada la Era Cristiana. Sin embargo, además, el escenario al que se
traslada la historia corresponde al de un pueblo que no puede ser más nefasto,
gobernado por la mano de su hermosa, pero cruel y lasciva monarca. Interesante viene a ser cierto episodio de
esta maravillosa narración que, sin dudas, posee un “adelantado” carácter
sadomaso y/o lésbico, que no deja de admirar a los lectores actuales seguidores
de Robert Howard.
“Nakari se detuvo junto al diván,
observando a su cautiva durante un instante y, con una enigmática sonrisa, se
inclinó y la sacudió. Marylin abrió los ojos, se sentó y se deslizó del diván
arrodillándose ante su salvaje ama... algo que hizo maldecir a Kane para sí. La
reina rió sentándose sobre el diván, indicando a la chica que se levantara, y
pasó un brazo por su talle sentándola en su regazo. Kane observó confundido
mientras Nakari acariciaba a la chica con ademanes divertidos e indolentes.
Podía ser afecto, pero a Kane le recordaba un leopardo ahíto jugueteando con su
víctima. Había un aire de mofa y crueldad estudiada en todo el asunto.
-Eres muy dulce y hermosa, Mara -murmuró
perezosamente Nakari- más hermosa que las otras chicas que me sirven. Se acerca
el momento, pequeña, de tus nupcias. Y nunca novia más hermosa ha sido llevada
hasta las Escaleras Negras.”
La personalidad y efigie de la dama en
apuros, casi angelical, contrasta con la conducta salvaje y maligna de la reina
que la tiene como a su esclava. Además,
no puede ser más interesante el hecho de cómo se invierten acá los papeles, y
es la mujer “aria” o “caucásica” la que sufre el yugo de la privación de la
libertad, por parte de una “negra”, que la ve como un juguete (sexual) y hace
lo que quiere con ella. Sin embargo, el
inglés en ningún momento justifica la mansedumbre humana, por ningún lado, lo
que lo dignifica aún más y, por relación, también a su propio autor, acusado en
más de una ocasión de racista por más de un juicio vertido en sus obras.
De todos los textos hechos por Howard
sobre este personaje, es la única vez en que el mal, lamentablemente tan caro a
nuestras debilidades humanas, se presenta en la figura de una mujer. A la misma Nakari se le compara con el mito
de la llamada “Eva Negra”, Lilith, como una criatura de una sensualidad mortal
para los hombres que caen en sus redes y que más encima trata de seducir con
ofertas de gloria y todo tipo de placeres terrenales, al recto Solomon
Kane. El choque entre voluntades tan
fuertes es increíble y si bien alguien como Conan habría aceptado en parte la
propuesta de la maligna reina, para luego despacharla de algún modo y mantener
su independencia, Kane se niega por sus principios a cualquier acuerdo con
esta.
Otro detalle destacable de esta novela
corta, que en realidad este título se acerca casi a las 100 páginas de
extensión, lejos mucho mayor que el resto de los que conforman este libro,
tiene que ver con el relato del sacerdote atlante y con el que se encuentra el
protagonista. La historia sobre una
vieja y avanzada civilización como la suya, condenada a desaparecer debido a
los efectos de su propio orgullo, abarcando eras casi imposibles a la
mentalidad del resto de los mortales, sirve no solo como un interesante marco
para esta aventura: si no que se trata de un interesante aspecto moral de parte
de su autor, quien reflexiona respecto a lo perecedero de las empresas de los
hombres y la perdición provocada por las debilidades carnales. Es por esto mismo, que sujetos más simples
como Solomon Kane o el ya mencionado Conan, triunfan sobre aquellos que
ostentan poder por sobre su prójimo, pues apetitos como la codicia, cuando
controlan por completo a los sujetos, solo llevan a la perdición.
6- La colina de
los muertos.
La segunda vuelta de nuestro héroe
puritano al Continente Negro, lo lleva a este a quedarse durante un periodo
indeterminado en sus profundidades, si es que no para siempre en este lugar (al
menos tal como lo llegamos a deducir de lo que alcanzó a escribir su creador
sobre este). Es así que el resto de sus
aventuras que están por venir de Solomon Kane, al menos tal y como se van
desarrollando, dan la idea de un destino y/o papel que debe cumplir en medio de
una tierra, que salvo él mismo, no tiene a nadie más que proteja a los inocentes
de las pesadillas que pululan por allí; queda además claro como el agua,
incluso por el nombre de uno de los capítulos del siguiente cuento (Alas
en la noche), que se trata de la necesidad de la presencia del “hombre
blanco” para exterminar el salvajismo de estos parajes y proteger a los indefensos
autóctonos, que casi son niños que el paladín paternalmente protege.
En esta historia el protagonista llega a
una tierra cuyos habitantes sufren el acoso de una especie de zombies, por lo
que sin dudar con su gallardía habitual interviene. Sin embargo, entre los aspectos más
interesantes de este relato se encuentra, nada menos, que la participación de
N´Longa, el poderoso brujo negro amigo de Kane, quien acá tiene un rol mucho
más activo y que en determinado momento no solo asombra al inglés, sino que
también al lector y en especial a aquel conocedor de varios de los prejuicios
del texano. Más tarde, quien en un
principio pareciera ser solo otro sujeto más ávido de poder, deja al propio
Solomon con la boca abierta y a nosotros también, cuando luego de darle su
valiosa ayuda en determinado momento, afirma:
“Yo
conozco estas cosas y formo parte de ellas, pero ¿cómo podría hablarte sobre su
esencia? Hermano de sangre, eres un poderoso guerrero, pero en los caminos de
la magia eres como un niño perdido. Y lo que a mí me ha llevado largos y
oscuros años conocer, no lo puedo explicar de forma que lo comprendas. Amigo
mío, tu solo piensas en malos espíritus; pero, si mi magia fuera siempre mala,
¿no tomaría este espléndido y joven cuerpo en lugar del mío, viejo y arrugado,
y me quedaría con él? Pero Kran recuperará su cuerpo a salvo.”
Es a través de esta narración que vamos
descubriendo, entonces, a un inesperado Robert Howard, más cercano a aceptar la
diversidad étnica y quien además se refiere, de manera muy especial, a la
belleza de un par de enamorados africanos.
No obstante lo mejor de las “extrañas aventuras” de Solomon Kane está
todavía por venir.
7- Alas en la
noche.
Superando una historia tan potente como Luna
de calaveras, esta viene a ser si no la mejor del ciclo original de
Solomon Kane, lejos la que posee más elementos terroríficos, como también un
grado de violencia ya gráfica. Respecto
a lo primero, nos encontramos con una raza antigua y ya en plena decadencia de
monstruos humanoides voladores, que son aquellos que le dan su nombre al texto;
descritos como seres que no pueden ser más espantosos en su fisonomía y
acciones, responden además a una curiosa aproximación del escritor, para
justificar el origen de los viejos mitos, en este caso el de las arpías. Por otro lado, además se hayan en sus páginas
pasajes tan sangrientos como el de los últimos momentos de un moribundo,
entregado en sacrificio a los monstruos y el de toda una masacre en la que un
pueblo entero cae bajo las garras de tales bestias.
Ilustración (probablemente de un cómic)
basada en este genial cuento.
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En esta ocasión el puritano llega hasta
otra aldea, que se encuentra bajo el terror de los monstruos alados, los que
piden a sus pobladores cada cierto tiempo una libación humana, a cambio de que
estos no saqueen por completo el lugar. Kane
no puede dejar de ayudar a quienes ven cómo poco a poco van desapareciendo, a
la par de sus verdugos y cuya raza ya no tiene esperanza de propagarse, aunque
los hombres sí pueden salvarse, a cambio de que las arpías fallezcan
antes.
Acá nos encontramos con un justiciero más
heroico que nunca, quien considera una una verdadera obligación moral salvar a
estos negros sin vacilaciones, dando
tremendas muestras de valor y compasión.
Este Kane es un asesino nato, un ángel vengador de Dios que mata de la
manera más mortífera a su enemigo, pues no le quepa la menor duda de que las
abominaciones no merecen piedad.
Pareciera que el tiempo en África y su convivencia con sus habitantes,
hiciera que este comenzara a ver con otros ojos a quienes antes solo consideraba
salvajes, pues Solomon claramente sufre por la miseria de sus protegidos; no
quepa duda de ello, cuando hacia el clímax de esta potente historia, termina
por dirigir toda su furia contra los espantos alados.
“Kane miró hacia las ruinas que habían
sido Bogonda y a la mortal máscara de Goru. Y levantando los puños apretados
sobre la cabeza, maldijo, con llameantes ojos alzados y retorcidos labios
llenos de espuma, al cielo y a la tierra, y las esferas superiores e
inferiores. Maldijo a las frías estrellas, al ardiente sol, a la burlona luna y
al susurro del viento. Maldijo todos los sinos y destinos, todo cuanto había
amado u odiado, a las ciudades silenciosas bajo los mares, a las edades pasadas
y los eones futuros. Con una aterradora explosión de blasfemias, maldijo a los
dioses y a los demonios que hacen de la humanidad su juguete, y maldijo al
hombre que sigue viviendo ciego, y en su ceguera ofrece la espalda a los cascos
de hierro de sus dioses.
(…)
-Ahí habitarás -le dijo Solomon Kane a la
cabeza de Goru-. El sol te marchitará y los fríos rocíos de la noche acabarán
consumiéndote. Pero yo te protegeré de esas ansiosas aves y tus ojos
presenciarán la caída de tus asesinos. No, no pude salvar a las gentes de
Bogonda, pero por el Dios de mi raza que puedo vengarlos. El hombre es el
juguete y el alimento de titánicos seres de la Noche y el Horror cuyas
gigantescas alas se ciernen siempre sobre él. Pero hasta lo maligno puede
llegar a su fin... y tú verás ese fin, Goru.”
8- Los pasos en
el interior.
El viaje del héroe que no descansa en su
misión de proteger a los inocentes, de las villanía de los hombres y de los
males sobrenaturales, nunca teniendo un lugar de descanso al que llamar hogar,
ni amar a alguien como hombre o como padre, como tampoco llegando a conocer la
idea de la felicidad de formar lo más cercano a una familia, acaba con este
relato que nos deja hambrientos de saber qué pasó luego con nuestro
justiciero. Y es que más encima se nos
hace una tremenda revelación, que tiene que ver con el origen del poderoso
talismán que le regaló su amigo N´Longa, que podríamos considerar como toda una
promesa para nuevas aventuras usando tal arma.
En esta obra, el inquebrantable Solomon
Kane se encuentra con una partida de esclavistas musulmanes negros, quienes
llevan a otros de color al horrible
destino de servir como mercancía humana.
El puritano es atrapado por estos vándalos, pero nunca doblegado,
quienes notan que no se trata de un hombre común y que aunque lo convierten en
su prisionero, no logran encadenarlo y pese a que lo tienen en sus garras, no
dejan de temerle. En su camino descubren
unas ruinas (un leiv motiv recurrente
en la narrativa de Robert Howard), en el cual se haya un tesoro impresionante y
el cual, por supuesto, no deja de acaparar la codicia de los esclavistas. Empero, en este lugar, como era de suponer
para quienes ya hemos tenido el gusto de leer las aventuras del ya varias veces
citado Conan, se haya un horror sin nombre y que consigue escapar una vez que los
villanos irrumpen en el sitio. La devastación
provocada por la entidad es espantosa y, como no, solo Solomon está preparado
para oponérsele.
“Yussef chilló como un alma perdida,
arrojó al suelo el bastón mágico y se unió a sus compañeros que corrían a
internarse en la jungla en enloquecida desbandada, precedidos por sus aullantes
aliados. Sólo los esclavos no huyeron, sino que permanecieron amarrados a su
destino, gimiendo de terror. Como en una delirante pesadilla, Kane vio a Hassim
movido por el viento como el junco, envuelto por un Ser latente y gigantesco
que carecía de forma y de sustancia terrenal. Entonces, al llegarle el crujido
de huesos machacados y doblarse el cuerpo del jeque como una paja bajo una
pezuña trituradora, el inglés rompió sus ligaduras con un volcánico esfuerzo y
cogió el bastón mágico.”
La magia vuelve a tomar un papel
fundamental en las andanzas de Kane, quedando esta vez claro de que no toda
ella es maligna, sino que también existe otra que protege a la gente del mal,
aún mucho más poderosa que esta. Es aquí
que se haya presente el inesperado descubrimiento, sobre de dónde viene el
valioso regalo hecho hace tiempo ya a nuestro protagonista, por parte del brujo
N´Longa. De este modo, queda de
manifiesto una vez más, de que existe una sabiduría que está disponible solo a
unos pocos, puesto que el mundo se encuentra lleno de misterios que en muchos
de los casos es mejor no entrar en conocimiento de ellos. De igual manera, la noción de un bien que
supera a cualquier cosa y que sobrepasa a hombres y mujeres, se haya presente
en este cuento, abordando ahora no solo la teología “pagana”, ya sea inventada
por el autor o de credos existentes como el judío o del Islam, tal como queda
de manifiesto en sus páginas, sino que bajo la figura del Dios judeocristiano,
como nunca antes en el resto de los cuentos de este ciclo.
Asimismo la intolerancia religiosa, el
odio racial y la falta de escrúpulos para ver en el otro (aquel distinto a uno
mismo por su color u origen), se dejan notar de una manera muy especial en este
magnífico cuento, que saca a relucir a un Robert Howard que ahora no nos parece
tan xenófobo como pensábamos.
Una edición así quisiera tener de estos cuentos. |
Me ha gustado el analisis, Elwin. En concreto el de "Alas de la noche", que tal vez sea el mejor relato de Solomon Kane. Como obra temprana, todo el ciclo del puritano muestra elementos que después Howard recuperaría en creaciones posteriores. Las monstruosidades voladoras de "Alas de la noche" volverían a aparecer, con modificaciones mínimas, en su espada y planeta "Almuric".
ResponderEliminarEn cuanto a Red Sonya, aparecería también en un relato de Bran Mak Morn. Se ve que Howard no tenía muy claro en qué época histórica ubicarla. Sobre esto, te recomiendo leer el ciclo de Bran Mak Morn cuando tengas ocasión, a mi parecer es de gran interés.
Tomás, sé que eres otro seguidor incondicional de Robert Howard, que de seguro te has leído más que yo obras suyas; por lo tanto valoro mucho lo que aquí me dices y me alegro hayan sido de tu agrado mis apreciaciones estéticas sobre esta saga. En cuanto a Almuric, me encantaría tener los textos suyos, lo mismo que de Bran Mak Morn, pero acá no los he encontrado y no me gusta leer en digital.
EliminarMi amigo:
ResponderEliminarGran personaje este Solomon Kane, ¿no? Yo lo descubrí gracias a unos bellos cómics en B/N incluidos en esas bellas revistas grandes de Conan con las que muchos alucinamos en los años 80... y aunque encontraba muy pacato al personaje, los dibujos eran soberbios.
Otra gran creación de Howard, considerado entre los 3 Grandes de Weird Tales, junto a Lovecraft y Ashton Smith (y digo esto sin desmerecer a otros grandes escritores y escritoras que publicaron en esa mítica revista).
Valdemar como siempre dando la nota alta con sus ediciones.
Amigo mío, cuando quieras te presto este fabuloso libro, que te aseguro lo disfrutarás mucho. En cuanto a sus cómics, no recuerdo haber leído algo de esa etapa suya a cargo de nada menos que de Marvel (y de seguro escrita por el gran Roy Thomas).
EliminarSaludos Elwin, aquí murinus2009.
ResponderEliminarBuen cierre del recuento de los relatos de este héroe "hermano" de Conan.
De los relatos:
5.-Luna de Calaveras.
Muy notorio que aquí aparezcan ruinas de la Atlantida, el reino de Kull, civilizacion caida de la que Conan llego a conocer sus vestigios, epico como se conecta este universo compartido por 3 grandes personajes de Howard.
6.-La Colina de los Muertos.
Una batalla contra zombies en Africa y la participación de N´Longa, si, eso debe ser una molestia para los que acusan a Howard de racista.
7.-Alas en la Noche.
Los enemigos monstruosos aquí, parecen ser recurrentes en las historias de Conan, al menos aparecen en la Reina de la Costa Negra, aquí parece ser su última aparición antes de ser exterminados por Kane.
8.-Los pasos en el Interior.
Asi como lo explicas Elwin, es abrumador, terrible, ominoso, vemos a este verdadero héroe, sin hogar, sin familia, sin tranquilidad, entregado a su misión de vida, combatir el mal en el continente africano.
Supongo que fue la última historia escrita por Howard de este personaje lo que es una lastima, de alguna manera Solomon Kane queda huérfano y a su suerte y en medio de un momento trascendente de su historia.
Da mucho en que pensar este Relato, no solo sobre que habría hecho Robert E. Howard de no haberse suicidado a tan corta edad, sino también sobre el precio de ser un héroe.
Gracias Elwin, buen recuento de los Relatos de este personaje poco conocido de Howard.
Hasta pronto.
Bueno, me queda una tercera parte dedicada a Solomon Kane, referida a la peli y un repaso a Sonya la Roja, un gran cuento agregado a este volumen (así como a la cinta que se hizo sobre esta).
EliminarPor otro lado, en verdad el puritano justiciero debe estar entre lo mejor de su autor y ya tiene ganado mi corazón, que en cierto sentido es mucho más "humano" que el más famoso Conan. Trataré de conseguirme los cómics.