La tercera temporada de Star
Trek: The Next Generation no solo logró superar a sus dos predecesoras,
sino que sin dudas vino a ser su consolidación dentro de la pantalla chica,
convirtiéndose en todo un referente de calidad de la ciencia ficción televisiva
y en imagen real. Y es que cabe recordar
que en aquellos tiempos (1989-1990), prácticamente apenas habían shows de este
género y/o que al menos hayan durado más de un año en la parrilla
programática. Si bien la Serie
Original fue la que comenzó con todo esto en los sesenta y sin ella imposible
que hubiese aparecido TNG, este último programa se
transformó en el modelo para muchos otros shows modernos futuristas y de viajes
espaciales (Farscape, Star Gate SG-1, Babylon 5, Firefly
y el remake de Galactica, entre otros).
En esta ocasión el aumento del presupuesto
por capítulo, se vio aún más presente en los episodios, que volvieron a ser 26
a partir de este periodo. Ello se puede
evidenciar en que se realizó una nueva presentación para la apertura, si bien
bastante parecida a la de las 2 temporadas anteriores. Por otro lado, se arreglaron los diseños de
los uniformes militares para los protagonistas, mucho más elegantes, así como
mejoraron los escenarios con mayor uso de exteriores. De igual manera, los mismos efectos
especiales y maquillajes mejoraron, de modo que ahora los alienígenas ya nunca
más fueron por completo iguales a los humanos (aumentando, gracias a ello, la
verosimilitud de las historias).
No se puede dejar de lado el importante
detalle, de que hubo una importante movilidad de guionistas, llegando varias de
las posteriores estrellas que darían algunos de los mejores capítulos de toda
la franquicia: Ronald D. Moore, Michael Piller, René Echevarria e Ira Steven
Behr (Branon Braga llegaría algo más tarde).
Cabe mencionar que considerando lo
anterior, la tercera temporada posee episodios entre lo más granado de TNG.
Los capítulos son:
1- Evolution (Evolución):
Wesley
mejora el funcionamiento de unas máquinas microscópicas llamadas nanites, lo que las lleva a cobrar
conciencia e inteligencia. Lo anterior
provoca unos cuantos problemas al Enterprise, así que no les queda otra que
corregirlos, antes de que todo empeore; es así que todo esto vuelve a poner en
tela de juicio el tema de las definiciones de lo que es la vida y cuánto merece
respetarse aquella que es distinta a la nuestra, más si tenemos que elegir
entre una y la otra.
A todo esto se agrega la visita de un
importante científico, en una primera instancia alguien más o menos amable,
pero que luego muestra esa faceta narcisista de muchos de sus colegas, que han
aparecido hasta el momento en la serie. Este
hombre logra acaparar la atención del joven Crusher, quizás no tanto como una
figura paterna, aunque sí por compartir ambos el amor por la ciencia y el
conocimiento.
Por otro lado, acá nos encontramos con el
regreso de la doctora Beberly Crusher, tras haber estado un año trabajando en
tierra firme (si bien como ya se sabe, esto fue debido a que habían despedido a
la actriz al final de la primera temporada y luego fue recontratada debido a la
mala recepción que tuvo su predecesora, la doctora Pulaski). Debido a esto, dentro de la ficción, claro,
este episodio permite poner al día la relación de madre e hijo, entre Beberly y
Wesley; el tema fue zanjado sin mayor derroche de tiempo, si bien emotivamente,
ya que esta fue la primera vez en todo Star Trek, en que se abordó la
paternidad/maternidad y el amor filial de forma progresiva a lo largo de los
años durante el desarrollo de una serie de la franquicia.
La verdad es que como comienzo de una
temporada tan potente, se podría decir que es un capítulo débil o al menos el
de menor impacto dramático, si lo comparamos con los bellos argumentos de
aquellos que le siguieron.
Créditos de apertura de la tercera temporada en adelante.
2- The Ensigns of Command (Las Señales del
Mando): Los del Enterprise deben evacuar a los colonos de un
planeta de la Federación, antes que llegue una xenófoba raza que reclama el
lugar debido a acuerdos diplomáticos.
Los lugareños no se quieren ir, puesto que ya llevan al menos 3 generaciones
en este sitio y han edificado una ciudad, consiguiendo con ello una identidad
como nación; no obstante, si no se van los alienígenas los van a
exterminar. Así que Picard y los suyos
deben convencer tanto a los unos y a los otros, para que no se produzca una
masacre.
Entre los
diversos aspectos interesantes del capítulo, se encuentra el detalle de que
para representar el asentamiento humano del planeta, al que llegan nuestros
protagonistas, se creó un escenario lo suficientemente atractivo como para ser,
tal vez, el mejor que hayamos visto hasta el momento en TNG. Es así que la
ciudad en la que viven los personajes, sobresale por sus bellos diseños, en los
que deambulan varios personajes y extras, con toda naturalidad. Por otro lado, el diseño de la vestimenta de
esta gente, también se hizo con mucha dedicación, que de ese modo fue posible
crear la ilusión de estar visitando otro mundo.
Paralelo
a la bella dirección de arte hecha para los colonos, nos encontramos con la
estética usada para los alienígenas.
Como se trata de una especie «nueva» y no humanoide, aprovechando el
aumento del presupuesto, se hizo una criatura no solo por completo distinta a
todo lo visto anteriormente en TNG,
sino que también se aprovecharon con creatividad los efectos especiales, para
simularle incluso un ambiente raro dentro de la nave en la que esta aparece.
Por otro lado, este se trata de un «capítulo
de Data» y donde se le encomienda al androide la misión de bajar al planeta
solo, para conseguir que sus habitantes salgan de él. Ante la tarea encomendada, no es su
inteligencia la que le permite conseguir su objetivo, si no que su ingenio,
utilizando la psicología para ello (en otras palabras, tenemos a un androide
que «juega» con las emociones de los seres humanos, algo que el mismo Data por
su propia naturaleza, solo recién estaba comenzando a experimentar).
El
dilema con la raza que aquí aparece, permite abordar un importante tema caro a
la ciencia ficción: La OTREDAD. De este modo al presentarnos una especie y una
cultura tan distinta a la Federación,
podemos reflexionar acerca de la tolerancia y la diversidad. No se debe olvidar de que trata de una raza
xenófoba y, sin embargo, Picard y el resto deben aprender a dialogar con estos,
no solo con diplomacia, si no que respetando esas singularidades, que si se
hubiese tratado de otros, la situación sería menos dichosa.
El "mostrito" xenófobo. |
3-
The Survivors (Los Sobrevivientes): Uno de los capítulos
más emotivos y con final más impactante de toda la serie.
El
Enterprise llega a la órbita de un planeta de humanos, que ha sido devastado
por un enemigo externo implacable. Nada
vivo ha quedado en él, salvo una pequeña porción de territorio, que
milagrosamente alberga una casa rodeada por un bello jardín. En este lugar vive
un matrimonio anciano y quienes en la práctica llevan su vida, como si nada
terrible hubiese pasado a su alrededor.
Debido a
lo anterior, no queda otra que investigar, puesto que las víctimas eran
miembros de la Federación. La verdad de
todo llega a superar cualquier cosa que uno (los protagonistas y el espectador
promedio) podría imaginar.
Esta
bella, pero dolorosa historia, permite abordar el tema de la responsabilidad y
la culpa, así como plantear lo que puede pasar cuando un amor tan grande es
mancillado por el dolor.
4-
Who Watches the Watchers? (¿Quién cuida a los cuidadores?): Uno de los capítulos más famosos y bellos de TNG, tanto por su temática, como por sus actuaciones, diálogos
y, muy especialmente, por ser el primer homenaje del programa a ese querido
personaje que es Spock y a su raza, los vulcanos.
La
historia comienza cuando un grupo de xenoantropólogos de la Federación
(curiosamente TODOS ellos son humanos) es descubierto por una pareja del pueblo
«primitivo» que estaban observando. A
consecuencia de ello, uno de los especialistas se pierde en el mundo que
estaban estudiando y por esa razón los del Enterprise deben rescatarlo antes de
que la «contaminación cultural» sea mayor.
La
operación de salvamento se complica, cuando uno de los autóctonos llega a creer
que Picard es un dios, razón por la cual comienza a difundir sus ideas entre
los suyos. Cuando la situación se va de control, Jean-Luc se ve obligado a
tomar medidas extremas, sobrepasando los mandamientos de su amada Federación.
Debido a
la crisis ideológica/filosófica/religiosa que se está gestando, se pone en tela
de juicio el papel que cumple en una sociedad la religión. El monólogo que hace al respecto Picard, es
impecable desde el punto de vista argumentativo...Sin embargo, ahora que he
vuelto a ver este capítulo luego de tanto tiempo (ahora menos ingenuo, supongo),
lo encuentro insidioso y antirreligioso; puesto que demoniza la religión,
viéndola solo como algo negativo y que debería ser extirpado de la sociedad por
completo para que esta evolucione. Menos mal que unos pocos años después se
dejó de lado esta línea de pensamiento, con DS9, al darle mayor importancia a la fe dentro de las culturas
y la vida de las personas, como eje motivador (si bien Star Trek, salvo un episodio, y de DS9 más encima, siempre ha inventado religiones
extraterrestres, sin darle cabida a las reales dentro de sus argumentos...a
diferencia de Babilonia 5, que
sí se comprometió con este aspecto y de manera muy plausible).
Los
vulcanos en TNG salvo otro
bello episodio de esta misma temporada, nunca tuvieron mayor relevancia dentro
de los guiones. No obstante este
capítulo nos muestra a los metankanos (protovulcanos en el doblaje «latino»),
un pueblo supuestamente del mismo tronco de los orejudos que ya conocíamos y
que comparte con estos, además, el uso de la lógica. Por lo tanto para el trekker veterano, no puede ser más emotivo contemplarlos en escena.
Debe
saberse que esta fue la única vez en que se mencionó a la olvidada doctora
Pulaski, quien reemplazó a Beberly Crusher, durante su ausencia en la segunda
temporada. Solo mucho tiempo después, se
le mencionó brevemente en Voyager.
Escena final de un capítulo memorable. |
5-The
Bonding (La Unión): Si el capítulo anterior fue estremecedor, este otro
no se queda atrás y mantiene la calidad dramática que a partir de esta gloriosa
tercera temporada, será el sello del resto de la franquicia televisiva.
Una
expedición arqueológica a un planeta cuya cultura se extinguió, termina en
tragedia cuando uno de sus integrantes fallece a raíz de una mina antipersonal. Quien fallece resulta ser una oficial, que
vivía con su hijo pequeño a bordo del Enterprise; ambos solo se tenían entre
sí, de modo que ahora el chico supuestamente no tiene a nadie más en todo el
universo.
Frente a
la pérdida del pequeño y la muerte de su madre, el honorable Worf no puede
dejar de sentirse responsable, puesto que la oficial falleció en una misión que
él mismo dirigió. Por lo tanto, decide
conocer al niño y ofrecerle formar parte de su familia, a través de una
ceremonia klingon.
Por otro
lado, le piden a Wesley que se acerque al nuevo huérfano, para que comparta con
él su propia experiencia, puesto que fue más o menos a su misma edad, que
perdió a su padre cuando este cumplía su deber.
La petición hecha a un adolescente sensible como él, gatilla heridas que
aún no han cicatrizado; de este modo, por primera vez lo vemos enfrentarse a
una pérdida como esa en TNG
(algo valioso para determinar al personaje y que, no obstante, se había obviado
en la serie).
Teniendo
en cuenta, entonces, de qué va este episodio, claramente se aborda en este el
sentido que le damos a la muerte de un ser querido y/o cómo enfrentamos la
muerte a lo largo de nuestra vida. Es
así que las distintas reacciones que aquí vemos, ilustran muy bien algunas de
estas maneras de llevar el luto. Luego,
el dolor y la capacidad de sobreponerse a esta ley de la vida, aprendiendo de
lecciones como estas, dignifica a los personajes y por extensión a quienes han
(hemos) pasado por esto.
Lamentablemente
y pese a todo lo hermoso de este episodio, nunca más se supo del niño “adoptado”
por Worf, tal como pasó ya con el hijo de Deanna (obviados por completo de la
cronología posterior trekker).
6-
Booby Trap (Trampa): Luego de tanto capítulo de corte moralizante y/o
extrapolativo, como bien sucede con la llamada ciencia ficción «comprometida» y
no de mero «escapismo» (que esto último no es algo deplorable, en todo caso),
nos encontramos acá con un capítulo de pura entretención.
El
Enterprise recibe la señal de auxilio de
una nave que se encuentra en medio de campo de asteroides. El vehículo pertenece a una de esas tantas
razas avanzadas desaparecidas, que ya han aparecido por ahí en TNG. Todo parece ir muy bien, que se
trata de un verdadero hallazgo xenoarqueológico, hasta que se dan cuenta de que
si no escapan de allí, sus horas estarán contadas.
Destacable
resulta ser cómo se escenifica, todo lo concerniente a la vieja grabación que
los llevó a encontrarse en medio de todo esto (con un capitán alienígena muy
vistoso y que, sin embargo, nunca llegamos a ver bien en pantalla). También resulta ser casi gracioso como logran
escapar, luego de todo lo que se hizo previamente para evitar morir en ese
lugar.
Por otro
lado, este es un capítulo de Geordi, quizás el mejor que haya tenido hasta el
momento; puesto que se le da la misión de investigar, cómo lograr salir ilesos
de la verdadera trampa en la que se encuentran.
Es entonces que La Forge entra al holodeck para, usando un holograma de
la ingeniera que ayudó a construir el Enterprise, encontrar la solución a sus
problemas. Durante su trabajo con el holograma, Geordi no solo llega a
simpatizar con la inteligente mujer a la que ha «invocado tecnológicamente»,
sino que llega a enamorarse.
Lo
anterior, por primera vez nos permite conocer a Geordi en una dimensión tan
humana. El tratamiento de su soledad,
pese a ser alguien tan alegre y amistoso, lo humaniza bastante ante nuestros
ojos; pues vemos a alguien notable, con una inteligencia y un corazón como
pocos y, empero, sin tener a su lado un alma gemela.
Posteriormente la bella mujer que aquí llegamos a conocer, hasta cierto
punto, volverá a aparecer en la cuarta temporada.
¿Cómo resistirse a una mirada como esta? |
7-
The Enemy (El Enemigo): Otro gran capítulo para
La Forge, tras el anterior y, quizás, el mejor de los que tuvo.
En la
frontera con la Zona Neutral que separa a la Federación con el Imperio
Romulano, en un deshabitado planeta en el territorio federacionista, Geordi
queda varado debido a un fenómeno atmosférico que impide que lo rescaten. Mientras el Jefe de Seguridad del Enterprise
trata de sobrevivir hasta que los rescaten, se encuentra con un romulano que
como él está atrapado en dicho lugar.
Solo trabajando juntos, dejando de lado la desconfianza (en general de
parte del romulano), ambos podrán sobrevivir.
La
relación entre Geordi y su forzado compañero, nos trae de nuevo el tema de la
otredad. Pero en esta ocasión resulta
más beneficioso el conocimiento y el reconocimiento, de quien antes nos parecía
extraño; puesto que ahora se observa cómo es posible ver al otro como un
semejante y no como alguien por completo distinto.
Cabe
mencionar la participación de alguien como Andreas Katsulas, actor invitado en
este capítulo y haciendo acá de un alto funcionario romulano. Este actor luego
se haría famoso, al hacer del querido embajador G` Kar en la mencionada serie Babilonia 5; por esta misma razón,
en el precioso capítulo final de TNG,
Todas las Cosas Buenas, de la
séptima temporada, ahora ya reconocido se le volvió a invitar para interpretar
al mismo personaje.
Geordi La Forge en uno de sus mejores momentos. |
Elwin:
ResponderEliminarNo recordaba muchos de estos episodios pero tus reseñas me los refrescaron en muchos casos. En otros, nos los tenía presenta con tan buena calidad. Claro... hace años que no revisito esta serie, pero como ya dijimos en su momento, a partir de esta temporada no solo es imperdible, sino que es también "madre" de todas esas excelentes series que mencionaste. Por supuesto que en eso tuvo que ver el increíble equipo de guionistas y productores que se sumaron en ese entonces, más los siempre acertados casting de actores invitados que, junto al elenco ya establecido y compenetrado en sus roles, le dio a la serie tal cantidad de episodios increíbles muy difícil de encontrar en las series de hoy día (me refiere a tanta calidad en tanta diversidad de tramas).
De los que mencionas, recuerdo con gran estima Watchers y Survivors, dos joyitas. Y muy acertado el comentario de que Laforge comenzó a tener sus momentos protagónicos. Muy buen personaje cuando lograron darle centralidad en los episodios.
Saludos
RICARDO
En efecto comenzar a ver/rever la tercera temporada es encontrarse con una TNG ya en su mejor momento, que uno llega a disfrutarla demasiado.
EliminarMe alegra poder compartir contigo el amor por la franquicia...Que la vida no es solo King, je.
Saludos Elwin, aquí murinus2009.
ResponderEliminarPues no tengo recuerdos de ver ningun capitulo de estos.
Esta Reseña tuya es el primer acercamiento a esta temporada de TNG.
Llama mi atención el capitulo
6.-Booby Trap, Trampa.
En el que, La Forge, se enamora de un holograma.
Resulta que en
Blade Runner 2049.
Tambien aparece un personaje que se enamora de un holograma, aunque aquí el susodicho holograma esta programado para enamorarse.
Supongo que de, TNG, tomaron la idea los de, Blade Runner 2049.
Gracias Elwin y hasta pronto.
P.D.
Vi una noticia de que fallecio, Sta Lee, quizá sea un, fake news.
No sé si en realidad habrán tomado la idea de TNG en la secuela de "Blade Runner", que igual de seguro este tipo de situaciones en obras anteriores debió salir.
EliminarAmigo, lo mejor de TNG está por venir aún (y en especial de esta tercera temporada).