1. El cuento
Un cuento clásico de Stephen
King, de su primera etapa escribiendo terror "duro", viene a ser El
Mono. Pertenece a su segunda
colección de relatos, bajo el título de Skeleton Crew y la cual
en español nunca ha salido en un solo tomo como corresponde; sino que fue
dividida en tres volúmenes y sin mencionar que forman parte de una misma
antología (prescindiendo, más encima, de dos relatos que solo agregaron a su
edición en español décadas después). En
nuestra lengua acompaña el recopilatorio titulado La Niebla,
llamado así por la famosa novelette del Tío Steve y que aparece como historia
principal del libro en cuestión.
Se trata de una narración de horror sobrenatural acerca de un hombre, padre de familia, acosado por la presencia de un juguete maldito. La historia abarca sus recuerdos de pequeño, marcados por la desgracia, debido a la muerte de sus seres queridos y en las que intervino el mono que titula esta obra. Corresponde este último a esa clásica figurita a cuerda, pequeña y en la cual el simio lleva un par de platillos, los que toca cada vez que lo hacen funcionar. Pese a que creía haberse deshecho de este objeto, décadas después vuelve a encontrarse con él y ahora posee mayores razones para acabar con su amenaza; pues cada vez que el mono hace sonar sus discos, alguien de su cercanía fallece en circunstancias atroces y no está dispuesto en perder a su propia familia que tanto le ha costado mantener unida.
En las historias de horror el tema del juguete maldito es un interesante leiv motiv, por lo general relativo a muñecas, tópico que el autor reinventó de manera ingeniosa y muy verosímil.
Se trata de una narración de horror sobrenatural acerca de un hombre, padre de familia, acosado por la presencia de un juguete maldito. La historia abarca sus recuerdos de pequeño, marcados por la desgracia, debido a la muerte de sus seres queridos y en las que intervino el mono que titula esta obra. Corresponde este último a esa clásica figurita a cuerda, pequeña y en la cual el simio lleva un par de platillos, los que toca cada vez que lo hacen funcionar. Pese a que creía haberse deshecho de este objeto, décadas después vuelve a encontrarse con él y ahora posee mayores razones para acabar con su amenaza; pues cada vez que el mono hace sonar sus discos, alguien de su cercanía fallece en circunstancias atroces y no está dispuesto en perder a su propia familia que tanto le ha costado mantener unida.
En las historias de horror el tema del juguete maldito es un interesante leiv motiv, por lo general relativo a muñecas, tópico que el autor reinventó de manera ingeniosa y muy verosímil.
En el primer lugar nos encontramos con el pavor provocado por un objeto inanimado (en este caso, el juguete que le da su nombre al cuento), el cual posee una naturaleza demoniaca y causa claro rechazo en el protagonista. Ahora bien, muchas personas han pasado por situaciones similares, claro, no con verdaderas entidades sobrenaturales, pero sí otorgando desde su inocencia infantil o ignorancia a un objeto, animal o incluso persona rasgos malignos superiores a su real condición normal. Se trata de miedos que algunos superan con el tiempo y otros los vuelven verdaderas fobias que arrastran hasta su adultez. Los recuerdos muchas veces se confunden con la imaginación y al traerlos al presente, vienen cargados de imágenes horrorosas; claro que, en el caso de El Mono, desde el punto de vista de la ficción, el mal sí existe.
Luego tenemos algo muy caro a la narrativa propia de autores cristianos (recordemos que Stephen King fue criado por la fe metodista y la religión hasta hoy en día forma parte de su literatura), correspondiente al peso moral que cae, primero sobre un menor de edad y luego sobre un adulto, con la idea de que se es culpable/responsable de lo que está pasando. La angustia que provoca todo esto en el personaje principal, lo humaniza bastante, más cuando la narración va desarrollando su cronología a través de los saltos temporales, que lo vuelven alguien tangible/creíble y que ha crecido hasta volverse el hombre adulto que llegamos a conocer. Más encima, estamos hablando de un sujeto común y corriente, un personaje típico de King, un antihéroe obligado a dar lo mejor de sí para superar sus pruebas y ello significa mucho (como superar sus propios miedos y ser la mejor versión de sí mismo, pese a que nunca su propósito original fue sobresalir).
El antihéroe se siente culpable, en primera instancia y siendo niño, porque considera que las muertes provocadas por el mono, de alguna manera tienen que ver con su persona y por eso mismo es quien toma la decisión de deshacerse de este; terrible todo esto para un chico, cuyas únicas preocupaciones deberían ser sus deberes escolares. Ya más grande, su vida como esposo y figura paterna está en crisis y sabe que solo él puede revertir la situación (este es un problema real, algo que cualquiera de nosotros podría pasar); y entonces vuelve el Mono para empeorar las cosas, así que como no fue capaz de desenvolverse de él, ahora más que nunca debe cumplir con su obligación.
Otro tema valioso dentro de este gran relato corresponde al sentido de la familia y al amor que sentimos por ella. Tenemos sentido de pertenencia hacia estos seres queridos, quienes nos protegen y les estamos agradecidos; por lo mismo el protagonista desea salvarlos del Mono. Asimismo, vemos acá la existencia de unos tíos cariñosos, que acogen a los dos hermanos cuando quedan huérfanos; estos mismos dos se llevan bastante bien y son todo un ejemplo de fraternidad consanguínea. Luego de adulto, están los conflictos con su hijo mayor, los que enfrenta de manera muy valiente y hasta dulce; con posterioridad tenemos su comunicación con su hijo menor, fundamental para el espectacular final de la narración. En pocas palabras, apreciamos en este cuento cómo el amor en la familia y dicha institución pueden ser los motores que nos llevan a acercarnos a la heroicidad.
Por último, el Tío Steve juega con un tópico de la literatura de terror, que ya en más de una ocasión ha usado con muy buenos resultados: El misterio acerca del origen del mal... Y es que si bien algo sabremos de cómo llegó el Mono a la casa del protagonista, aparte de eso ignoramos por completo su naturaleza y de cómo adquirió sus poderes. La verdad es que, creo, que esto no importa cuando el hálito de misterio y la certeza de estar frente a un gran peligro, nos tienen por completo agarrados desde el principio.
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¡Muy asustado y feliz luego de haber visto la película! |
Estrenada hace unas pocas semanas, corresponde a una cinta dirigida por Osgood Perkins, quien también hizo el guión. Cabe mencionar que el mentado realizador no solo es hijo del llorado Antony Perkins (actor que hizo de Norman Bates en los filmes originales de Psicosis), sino que fue quien estuvo detrás de Longlegs, uno de los largometrajes de horror sobrenatural más considerados del año pasado; así que teniendo en cuenta ambos antecedentes, su ascendencia y que esta es su segunda pieza del género en dos años consecutivos, queda claro su predisposición hacia el horror y bien podríamos esperar próximas producciones de su parte y de buena calidad, más encima.
Osgood no solo escribió el guión, sino que también se dio el gusto de interpretar un personaje (aunque de breve participación). Su libreto demuestra respeto hacia el material original, tomando los elementos más importantes del cuento (como la narración ambientada en el pasado y el presente, infancia y adultez del protagonista, la culpa- que acá toma mayor peso en el guión-, sentido de familia, el origen incierto del Mono, entre otros). No obstante, estamos frente a una adaptación bastante libre del relato original, ya que cambia y agrega muchas cosas. Entre lo recién mencionado, encontramos un cargado (o recargado) humor negro y el que va muy de la mano con sus escenas bastante gores (muertes muy gráficas y "artísticas"). También nos muestra una familia mucho más disfuncional que la del texto original, drama que comienza desde la infancia del antihéroe (la crueldad de su hermano es atroz, pese a las risas que provocó en más de alguien del público), y a ello se le suma el bullying que sufre en el colegio (gracioso para algunos, atroz para otros). Además, el personaje principal es un sujeto solitario, alguien infeliz en su adultez, una persona carente de lazos afectivos (no así el Hal del cuento).
En lo que se refiere a las actuaciones, son de primera y como actor principal, haciendo del angustiado Hal, tenemos a un muy guapo Theo James. Debe saberse que al anterior le tocó hacer dos papeles, pues se desenvuelve tanto del protagonista adulto, como de su enfermizo hermano Bill. En verdad parece que fuesen dos personas distintas, tal como en su momento encarnó Timothy Hutton a Tad Beaumont y a George Stark, en una mucho más estupenda La Mitad Siniestra de George Romero, sobre la novela homónima de Stephen King; por otro lado, el niño Christian Convery hace de los mismos roles en la primera parte y también nos engaña haciéndonos creer que son dos histriones diferentes. Como la madre de los chicos, en lo que corresponde al pasado del protagonista, tenemos a Tatiana Malasny; su nombre y cara me parecían conocidos y me sorprendió enterarme que era la misma actriz de She-Hulk. Un actor consagrado ya hace rato, para quien los años no pasan (se ve estupendo) tiene acá un pequeño y gracioso papel; les estoy hablando de Elijah Wood, quien es otro artista que mantiene predilección por el terror y los subgéneros ñoños (lo recordamos con mucho cariño en su papel de Frodo Bolsón en las versiones de Peter Jackson sobre El Señor de los Anillos y El Hobbit).
Un dato que solo quienes leímos el cuento nos dimos cuenta y llamó la atención: Disney, por completo una empresa fagocitadora, se hizo con los derechos del clásico monito de juguete y que solo usó en una de sus películas de Toy Story. Increíble, aunque cierto, un juguete de factura antigua "le pertenece" a esa empresa, en lo que concierne a su imagen para producciones de otras personas. Debido a lo anterior, los realizadores de esta película, para no pagar esos derechos injustos cambiaron el aspecto del mono; esto quizás fue para mejor, ya que lo hicieron más amenazante, al darle mayor tamaño, otorgarle unas encías de tipo sangriento y otros detalles que me guardaré.
Terminando ya, alguien como James Wan está detrás de esta joyita, haciendo de productor. Recordemos que este es un tremendo cineasta, que nos ha dado grandes perlas del terror, como el inicio de las sagas de Saw, El Conjuro y las dos películas de Aquaman. Así que estaba garantizado el alto compromiso con los espectadores, amantes como él, de las historias de miedo... Y una cosa más: Estoy seguro le harán una secuela a esta obra, solo espero que sea pronto y les salga igualmente buena.
Me agrada que tuvieran una adaptación libre de libro, dando una visión fresca de la obra, además ese humor negro complemento el suspenso de la película
ResponderEliminar¡Completamente de acuerdo!
EliminarES una muy buena película, llevando la historia en una dirección correcta, ya que es imposible hacer algo muy serio sobre "un mono de juguete que mata gente". Asi que felicitaciones a Oz Perkins por su valentía, por respetar la obra y legado de King y por hacer una película muy entretenida y correcta en todo sentido. Lo que no la vieron... no se la pierdan, la van a disfrutar mucho!
ResponderEliminarSaludos,
RICARDO
Ojalá se vengan más producciones de horror de King al cine y hechas con el mismo amor y respeto.
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