lunes, 17 de marzo de 2025

Dedicado a David Lynch


    En enero de este año que "casi" recién comienza, dentro de las desgracias materiales y personales que marcaron sus primeros días, a nivel internacional, se encuentran los incendios que asolaron a Los Ángeles.  Fue algo digno de una película de Hollywood, justamente la ciudad donde está la capital del cine gringo y lugar en el que vivía desde su juventud David Lynch.  El año pasado, no más, le habían diagnosticado enfisema pulmonar, lo que le dificultaba la respiración, así que por eso ahora estaba recluido en su casa.  El humo de la quema, que dañó tanto a gente "común y corriente", como a muchos famosos que perdieron sus hogares, afectó más de la cuenta su débil organismo y lo tuvieron que trasladar en helicóptero para ser atendido; creo que falleció en el camino.  Lynch contaba con 78 años cuando dejó este mundo, el 15 de enero y solo a 5 días de estar de cumpleaños, en un final digno de una de sus películas.
    Algunas de estas memorias anecdóticas las he contado en antiguos post, aunque ahora las vuelvo a mencionar, pues tienen que ver con mi vida junto al artista al cual hoy quiero homenajear.
    Por mi parte, debo comenzar diciendo que este cineasta, al que adoraba, marcó mi amor por el séptimo arte y en especial mi adolescencia.  Mis primeros años como cinéfilo tienen su huella (junto a John Carpenter y Steven Spielberg).  Sin saberlo, mi primer recuerdo suyo fue con El Hombre Elefante (1980), filme que me aterraba de cuando vi una escena suya, en la que le quitan su capucha a dicho personaje y que vi en un capítulo de Ripley, aunque usted no lo crea.  Eran los ochenta y yo era un niño, mi hermana mayor Mabel (la compinche de mi infancia) quería verla en la pequeña tele que teníamos en el cuarto, que compartíamos junto a nuestra hermana menor Jenny; así que estuvo convenciéndome para que superara mi miedo al personaje e incluso en la víspera de su emisión fuimos a Fantasilandia (un famoso parque de diversiones de Chile), de modo de "ganarse" mi apoyo para la noche.  Ambos estábamos entusiasmados, hasta que ya tarde comenzó la función y entonces salió la susodicha escena.  Me puse a gritar y a llorar como loco y nuestros papás preocupados nos fueron a ver a la pieza; retaron a la pobre "Negra", apagaron la tele y nos vimos obligados a dormir tempranito.  Vez que nos acordamos con Mabel de esa ocasión nos reímos mucho.
   Ya era un adulto, bien entrado en años, y llevaba un tiempo considerable haciendo clases, cuando me atreví a ver El Hombre Elefante.  Me la prestó un colega de arte en DVD y la copié.  Era un valioso paso para mí, enfrentarme a este miedo de mi infancia, ahora que ya estaba en condiciones para ello y sabiendo que se trataba de un tremendo filme, el segundo de David Lynch tras su debut en la película de culto (que aún no veo) Eraserhead (1977) y que consiguió dirigir gracias a que Mel Brooks (famoso comediante), lo contrató al ser este el productor de dicha obra.  Debo contarles que ahora ya mayorcito, disfruté mucho al ver a dos de mis actores favoritos, juntos en la misma cinta: uno, Sir Anthony Hopkins, como el piadoso doctor que acoge a John Merryck (el Hombre Elefante), bien joven y muy guapo; y el otro, John Hurt, como el sensible y atormentado ser humano que sufría ese atroz mal genético.  Debo confesarles que por mucho que me habían recomendado dicha cinta y todo lo que adoraba a su realizador, no me esperaba impactarme tanto con su belleza y en especial ante una de las mejores actuaciones de Hurt.


                                                  Tráiler de El Hombre Elefante

    Creo que mi siguiente encuentro con David Lynch, fue con la serie de televisión que lo hizo famoso, incluso entre quienes nunca habían visto sus películas.  Les estoy hablando de Twin Peaks, programa al que adoro con todo mi corazón y que vi con mucha felicidad en mi juventud (cuando estaba en el colegio) y luego me repetí ya maduro en 2021, en plena pandemia (o sea, décadas después de esa primera revisión suya).  Acá a Chilito llegó con atraso y fue muy publicitada, pero acabaron por reprogramarla del horario estelar de los lunes, en 1992, al de medianoche, porque la gente no logró entenderla, ni apreciarla; no obstante, yo le fui fiel y me la vi completita, que trasnochaba para hacerlo (en esa época me acostaba temprano en medio de la semana).  Aluciné tanto con Twin Peaks (1990-1991), que hasta me leí una de sus novelas, años después eso sí, y no dejé de comprarme el casete con su preciosa banda sonora hecha por Angelo Badalamenti y con la angelical voz de Julie Cruise (ahora mismo la escucho mientras escribo estas palabras).  Solo tenía a mis profesores para hablar de Twin Peaks, que mis amigos coetáneos de ese entonces no llegaban a mi grado de frikismo.
   Cerca de un año después se estrenó en los cines Twin Peaks: Fire walk with me (1992), la precuela del mentado programa.  No me quedó otra que ir solito a verla el día de su estreno, lo que realicé muy entusiasmado y cuando terminó salí caminando sobre nubes de la sala.  Por ese tiempo escuchaba la radio Futuro, que los domingos emitía una sección llamada Música en 35 milímetros, sobre bandas sonoras y emitieron el soundtrack de la mentada obra; en una cinta que tenía un radioteatro, que hice para una tarea, grabé encima del audio original sus temas y lo gracioso es que antes de comenzar su primer tema se escuchaba la voz de una compañera y la mía.  Cuando el 2021 me repetí Twin Peaks, también lo hice con esta precuela, a lo que le agregué Twin Peaks: Missing Pieces (2014), una maravilla que el propio Lynch, editó con todas las escenas que no habían entrado en el corte final del largometraje.
   En cambio, cuando muy interesado me puse a ver la tercera temporada (2017), que de forma inesperada hizo su creador luego de tanto tiempo, me llevé una tremenda decepción; pues era demasiado loca para mí y solo aguanté unos cinco episodios.  Menos mal que no me la compré en Blu-ray, como bien estuve tentado de hacerlo. No tiene por qué gustarte todo lo de tus artistas favoritos, que ni con Stephen King me pasa eso.
    Y es cuando me toca llegar a Dune (1984), quizás mi título predilecto, luego de Twin Peaks, de Lynch. La primera vez que la aprecié, fue un viernes en la noche por esos años del liceo. Aluciné como pocas veces en tan cortos años de vida y luego de verla solo quise conseguirme el libro.  Muchas veces me he repetido esta pieza, que tanto amo; primero la arrendé más de una vez en VHS, luego me la copió un profe de la universidad (Juan Espinoza, el mismo del cual fui ayudante en su curso de Ciencia Ficción, el primero de este tipo que se ha implementado en una universidad chilena); con posterioridad la tuve en DVD clonado y por último me la compré original en Blu-ray.  Y les estoy hablando de la obra menos querida del cineasta, por él mismo, para la cual filmó un montón de material y del cual se vio obligado a prescindir en el montaje para el cine.  Unos años después de su estreno, se presentó para la televisión una versión más larga, pero esta no contó con su bendición y por eso sale dirigida con el nombre de Alan Smithe (el pseudónimo que usan los directores en Hollywood, que reniegan de sus filmaciones); sin embargo, existe una edición hecha por un verdadero amante de la peli, quien tomó material de las otras dos versiones y agregó otro no visto anteriormente de forma comercial, creando una joyita que le hace bastante honor al libro de Frank Herbert y a lo realizado por Lynch (se puede ver gratis en Youtube).  Se llama Dune: The Alternative Edition Redux (2012) y el final mejora bastante la versión cinematográfica, que peca de deux ex machina.   Se me estaba olvidando: Adoro su música compuesta por el grupo de rock Toto y con un precioso tema de Bryan Eno.
    Durante mi adolescencia y los primeros años de mi adultez, compraba mensualmente dos revistas de cine: Cinegrama y Video para Usted.  Por una de ellas, me enteré de que, en un listado de las mejores cintas de los ochenta, supuestamente hecho por especialistas, su obra Terciopelo Azul (1986) la encabezaba.  Creo que supe de lo anterior, justo cuando salió esta cinta en VHS por estos lares y como mi experiencia con Lynch hasta el momento era muy buena, no dudé en arrendarla. Ahora sí que quedé impactado y como la vi en vacaciones de verano, tuve que esperar un tiempo para comentarla con mis profes.  Un día conversaba con una de ella, a la que adoraba (la verdad es que tenía varios ídolos entre mis maestros), y le hablé de cierta escena que sobresalía más que otras para mí:
 
    - ¡Qué raro fue cuando la cantante viola al jovencito! No pensé que una mujer fuera capaz de hacer eso- Mi inocencia era más que evidente.
   - Eso se llama SEDUCCIÓN- me contestó Vilma- Fue consensuado.
 
     Aprendí harto de mis adultos y no solo materia del colegio. Hago lo posible por seguir su ejemplo entre mis estudiantes y, en especial, con mi sobrinito regalón Amilcar.
    Gracias a Terciopelo Azul conocí a Isabella Rosellini y luego de Enya se convirtió para mí en la mujer más bella del mundo.  Por lo anterior, y por mi gran aprecio a David Lynch, me fue un grato descubrimiento pillar en la tele, una noche, el emotivo drama Zelly y yo (1988).  La historia de una dulce pequeña, que, al perder a sus padres, queda al cuidado de su acaudalada y sobreprotectora abuela.  En dicho filme, mi nueva musa hace de la niñera de la muchachita, quien la llega a ver como a una figura materna y es que esta le da las atenciones, que carecía de su única parienta; debido a esto, la anciana, que no era malvada, en todo caso, comienza a recelar de su buena empleada y les pone obstáculos a las dos para ser felices.  Y hay un detalle importante que aún no les cuento: Un joven David Lynch, hace de otro empleado de la señora, creo que del chófer, quien inicia un romance con el personaje de la Rosellini.  Cabe mencionar que, en la vida real, ambos eran pareja desde hace años, me parece que desde los tiempos de Terciopelo Azul.  Por cierto, en dicho filme, en determinado momento, Lynch sale a torso desnudo y nada mal se veía; no dejé de encontrarlo bellísimo.
    No estoy seguro de si disfruté del anterior largometraje una o dos veces, aunque si tengo claro de que dejó una huella especial en mi memoria; solo ayer, no más, me la pude conseguir en 1080p (antes tenía una versión digital del VHS, me parece, y no le había conseguido los subtítulos). Pero ahora que regresó RARBG (gran página pars descargar archivos por Torrent) a pude descargar en mejor calidad y, más encima, venía con subtítulos en varios idiomas.  Cuando la bajé y revisé sus archivos, justo estaba con Amilcar y mi "guagua" me contó que ahora habían páginas y programas, que traducen los subtítulos a otros idiomas; así fue que probamos uno de estos sitios y fue perfecto.  A ver si el próximo finde la veo con mi niño.


                                                   Tráiler de Terciopelo Azul.

    Seguía en el colegio, cuando salió recién en VHS Corazón Salvaje (1990), que me parece se demoró en estar en formato casero por acá.  El filme me prometía mucho, debido a los artistas que trabajaban en ella y a los que ya conocía de muy buenas películas: La incomparable Isabella Rosellini, Willian Defoe (¿O se cruzaron nuestros destinos solo recién aquella vez?) y Nicolas Cage.  Un día, en mitad de la semana, se pasaron varios compañeros y compañeras de curso a mi casa; veníamos del videoclub y con nosotros llegó a mi hogar la peli mencionada.  La vimos juntos en una celebración de la amistad.  Recuerdo que el papel de la Rosellini otra vez me conmovió y la escena en la que aparece como bruja, me pareció muy cómica.  A mis amigas les gustó Nicolas Cage (en esos años era hermosísimo) y a mí también me pareció estupendo; no obstante, en tales años callaba, por razones obvias, mis apreciaciones estéticas hacia otros hombres.  No tengo memoria sobre si volví a ver esta peli, que tengo desde la pandemia en digital.  Por cierto, en la época de la universidad me compré original el casete de su banda sonora, la cual estaba muy barata; no saben lo feliz que me puse, pues traía composiciones de Angelo Badalamenti, muy bellas, el mismo de Twin Peaks (también compré otro ejemplar, para el hombre al que amaba en ese entonces, regalito que apreció mucho).
   Ya estaba en la universidad cuando fui con dos queridas amigas, la Niña Mary y Jime, al Normandie a ver Carretera Perdida (1997).  Los tres le teníamos muchas ganas y salimos por completo defraudados; pues nos pareció muy rara, que apenas la entendimos.  A la salida de la función nos encontramos con otro amigo, Jorge Lorca, quien la había contemplado al mismo tiempo que nosotros y no teníamos idea de que estábamos en el mismo lugar y momento hasta nuestra reunión.  El Master había quedado loco con esta pieza y estuvo todo el rato alabándola, dándonos sus impresiones al respecto; el resto nos mirábamos curiosos.
    De algún modo Carretera Perdida me quitó las ganas de ver otros filmes de Lynch; por lo mismo no dediqué mi tiempo a nada más de lo que filmó con posterioridad (ni siquiera a sus cortometrajes); igual no es mucho, en todo caso y es que no fue muy prolífico.  Claro que estas últimas producciones suyas, han ganado muchos premios.  Creo que ya es hora de no solo repetirme otros filmes suyos, como El Hombre Elefante y Corazón Salvaje, sino que verme de una vez lo que tengo pendiente con él.
    Siempre te llevaré en mi corazón, David.

Copiado del muro de Feis de mi amigazo Miguel Acevedo, quien también adora a Lynch.

 

7 comentarios:

  1. Poco para agregar luego del exhaustivo análisis y retrospectiva de Elwin. Lo que quiero agregar es una reflexión: ¿por qué la obra de Lynch atrae tanto al fan del terror, cuando no es un director del género? Para mi es lo inquietante y "terrorífico" de muchas de sus imágenes, desde El Hombre elefante a Twin Peaks, pasando por Carretera Perdida o Island Empire. Pocos directores me han angustiado e inquietado tanto. Sencillamente, Lynch fue un maestro y uno de los directores más personales que he visto.

    Saludos,
    RICARDO

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  2. Mi estimado, buen homenaje al maestro Lynch. Y muy bonita y emotiva esa imagen final que pusiste ;)
    PD: para mí, "Carretera Pérdida" es una de sus mejores películas, misteriosa y enigmática. Con los años se ha vuelto un film de culto.

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  3. Hace poco volví a ver "Carretera perdida" con la Vale. Una de mis cintas favoritas del director. Me sigue impactando tal cómo lo hizo en aquel momento que relatas en tu texto. En cambio "Dune" me pareció una soberana lata. Saludos.

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    1. Yo vi de nuevo "Lost Highway", en Mubi. Una absoluta joya.

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    2. Sí, yo también la vi ahí, en Mubi. Lo mismo "Inland Empire" y "Mulhulland drive", fabulosas!!

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  4. David Lynch es un verdadero visionario del cine. Su capacidad para crear atmósferas oníricas y perturbadoras es inigualable. Sus películas son desafiantes, evocadoras y profundamente personales, dejando una huella imborrable en el espectador. Su estilo único y su negativa a conformarse con las convenciones narrativas lo convierten en uno de los directores más originales e influyentes de nuestro tiempo. ¡Un genio creativo!

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  5. Sus películas hay que verlas, perderse en internet leyendo interpretaciones y volver a ellas para disfrutarlas.

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