miércoles, 10 de julio de 2019

Así era en "mis tiempos". PRIMERA PARTE.



     Cuando me pongo a pensar todo aquello que facilita nuestras vidas, entiéndase por la tecnología, y que damos por supuesto al tenerla día a día con nosotros, no dejo de considerar que en efecto estamos en el futuro con el que soñamos de niños...Es así que hoy quiero recordar con ustedes, aquellos años en que todo funcionaba distinto y los recursos con los que contábamos eran otros, al punto de que las generaciones actuales no podrían creer que el mundo antes funcionaba de esa forma.
     Vamos por parte, mejor.

1. Los cassettes.

     Antes de los discos compactos, mucho antes del mp3 (¡Tremendo invento este!), estaban esas dichosas cintas contenidas en un armazón rectangular y con dos agujeros en el centro dentadas, que las ponías en dispositivos ad hoc como equipos de radio, para escuchar tu música favorita o grabar algún audio que requirieras.
    Baratos salían estos artefactos, que comprabas en las tiendas de tu barrio sin problema y que tenían el inconveniente de que a veces se te enredaba la cinta, toda hecha un desastre y debías enrollarla con un lápiz para en el mejor de los casos recuperar la música que tanto te costó conseguir; para qué hablar de lo peor, que era cuando se te magnetizaba la cinta y la grabación se te borraba (con nostalgia recuerdo, que con una de las mesadas que me dio mi papá, cuando era estudiante de enseñanza media, feliz me compré en este formato la banda Sonora de Twin Peaks...y un día me encontré con la triste sorpresa, de que al hermoso tema central compuesto por Angelo Badalamenti se le "perdió" como un minuto de la partitura).
     Cuando querías hacerte tu colección de música, obviamente lo más caro era adquirir los cassettes originales y que en todo caso, a veces pillabas por ahí una que otra oferta que te volvía loco de alegría. En otras ocasiones, si tenías a mano una radio u otro aparato con doble cassetera, podías grabar de un cassette "master" a otro virgen y de ese modo lograbas añadir a tus tesoros el audio obtenido de esa forma. También existía otra forma para conseguir estos audios y que consistía en aprovechar los programas radiales, justo cuando emitían la música que te gustaba; podía ser que al azar encontrabas el tema que deseabas o ya sabías de antemano que en una fecha y horario determinados, iban a dar un especial sobre el artista o grupo que te gustaba (y entonces sufrías si había interferencia o el locutor hablaba en medio del tema, como cuando decían el nombre de la estación radial, lo que claramente te estropeaba la grabación)...Y debo contarles que fue gracias a este último recurso, que conseguí la mayor parte de mis primeros audios (que con mucho cariño recuerdo el programa Música en 35 milímetros de Radio Futuro, sobre bandas sonoras, que daban los domingos a las 23:00 horas y que esperaba semanalmente con devoción).


2- El Atari 800 XL.

     Previamente a las tantas consolas de videojuegos, que hay en la actualidad dentro del mercado, de las que casi año por año sacan versiones más sofisticadas y convierten a las anteriores en algo casi anticuado, estaba este computador ("ordenador" en España) personal y que se vendió como pan caliente por estos lares, más o menos a mediados de los ochenta.
    Fue este modelo el primer computador que tuve, que nos regalaron mis papás a mis hermanas Jenny, Mabel y a mí para una Navidad. Con Mabel nos habíamos obsesionado con la idea de tener uno, cuando nuestros primos Fuentes Jiménez nos fascinaron con esa maquinita, que usaban en la práctica para puro jugar videojuegos, así que queríamos uno para nosotros solitos (pensar en utilizar este aparato con otro propósito, que no fuese divertido, como hacer tus tareas, era algo que no se nos ocurría...que además en aquellos tiempos, la computación no estaba tan avanzada como para ocuparla de ese modo en casa e internet ni siquiera era algo que había soñado con las fantasías de la ciencia ficción).
      Como se habrán dado cuenta, también tuve mi etapa de gamer, que tuvo dos temporadas en mi vida al respecto: en los ochenta, cuando me iba a los locales a perder tiempo y plata en los arcades, para después jugar desde mi casa, ya sea en solitario o con quien fuese mi compañer@ de ocasión (por lo general mi hermana Mabel, que Jenny siempre fue fome a la hora de compartir con nosotros, el gusto por estos placeres ñoños, entre ellos pelis y seriales); luego a mediados de los noventa, ya como universitario, me volví loco con los más elaborados videojuegos de la Nintendo 64, que tenía mi sobrino regalón de aquel entonces, Alonso. Tal cual como durante mi infancia, ya mayorcito me amanecía los fines de semana y en vacaciones metido en estas adicciones; luego me acostaba con los ojos rojos y la mente embobada, soñando que seguía jugando y a veces hasta saltando en la cama, como si fuese Mario Bros, alzándose para evitar los obstáculos de su camino.
      Pero mejor me detengo en mi viejo Atari. Esta máquina tenía, por supuesto, su teclado y una especie de cajuela en la que iba el procesador; no llevaba pantalla (al menos tal como yo la conocí o recuerdo) y en cambio se conectaba a tu televisor para poder ocuparlo a través un cablecito que se atornillada a unas perillas de la tele y tendía a romperse fácilmente (todo un engorro, por cierto). En el teclado iba un espacio para que pudieses meter los catridges, o sea, los juegos automáticos; no obstante, estos eran muy caros para nosotros y los únicos que llegué a usar de ese tipo, eran un par que me prestaba un amigo, lejos más pudiente que yo. En cambio, usábamos videojuegos grabados en los mencionados cassetes y que se ponían dentro de una cassetera para que se "cargaran", lo que demoraba muchos minutos, que a uno se les hacían eternos y que dependía de la complejidad del videojuego para ello; la cinta al pasar iba marcando un contador y mientras sucedía esto sonaba un ruido espantoso, que a veces cuando estaba por llegar a su conclusión se "caía" y tenías que volver a iniciar el proceso (algunos juegos venían con el simple juego del ping pong digital, ese de la pantalla negra, las dos barritas a ambos extremos y la bolita que debías golpear, el que se cargaba casi de inmediato para que no te aburrieras). Como nunca fuí muy bueno en la mayoría de los videojuegos, me aburría rápidamente y al rato ya estaba sufriendo con estoicismo la carga de uno diferente.
      Casi todos los juegos que yo tenían eran "piratas", que me los conseguía con mis amistades y mis primos; siendo los primeros pirateos que hice en mi vida, ocupando la radio cassette de mis papás. Cuando ya me había convertido en un pirata experto, fuí grabando varios títulos en una misma cinta, por ambos lados.
      Por cierto, se usaban joysticks similares a los de los arcade, los antepasados de los actuales con más funciones y botones.
     También recuerdo que llevaba una especie de manual bien fome y que traía unas especies de códigos que debías copiar, en lo que te tardabas un montón y luego si lo completabas sin error aparecían en pantalla una imagen medianamente artística, aunque simplona.  Un día me di cuenta de que si hacía uno que otro “retoque” en los códigos, los dibujitos finales salían distorsionados y eso me entretenía más que si lo hiciera tal y como lo indicaba el libro.

16 comentarios:

  1. Amigo Elwin:

    Totalmente identificado con tu retro-post. Habiendo nacido en 1970, también fui un gran usuario de los cassettes. Aunque como en casa siempre tuvimos bandeja "giradiscos", todo lo que comprábamos eran LP. Los cassettes eran una segunda opción, generalmente copiados, para usar en el walkman, por la calle.

    Con respecto a la informática, y por dedicarme profesionalmente a eso, conozco la Atari 800, excelente máquina. Aunque yo arranqué con la Timex 2068 y el incombustible ZX Spectrum, al que llegué a dedicarle horas y horas.

    Aunque también tuve contacto con las otras compus que llegaron a este parte del mundo, como la Texas Ti99 o la Commodores 65/128. Por suerte hoy día el mundo de la emulación permite revivar esa época gloriosa de la informática.

    Excelente post el tuyo!

    Saludos
    RICARDO

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    1. Yo de computación vine a saber recién ya mayorcito, cuando me compré mi primer PC, allá por el año 2000. Me doy cuenta que sabes harto al respecto, amigo, que yo en los ochenta recuerdo haber escuchado de los "commodore" y siempre me parecieron tan lejanos a mis posibilidades; también recuerdo unos programas llamado "Lotus" uno y otro de una tortuguita, que creo ese era para niños...¿O era el mismo?
      En cuanto al aparato que mencionas, acá le llamamos tocadiscos, que hubo uno en casa, pero desapareció no sé cómo y ya cuando comencé a interesarme en la música (ya en los noventa) los cassettes eran la alternativa que tenía a mano.

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    2. Hola, Elwin. El lotus123 era un programa de hojas de cálculo y gráficos, así como Excel, pero muchísimo más complejo. De niño llegué a manejarlo, pero nunca supe hacerlo del todo. La tortuguita, sino me equivoco, era un juego educativo. Nunca lo vi o jugué, pero en la universidad estuve a punto de que me colocaran a hacer uno de esos como proyecto.

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    3. La computación en los ochenta era para mí algo muy críptico y de ciencia ficción...Se nota que eras un "computín" desde pequeño, amigo.

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  2. Oh qué recuerdos amigo!!. Yo también gozaba de ese excelente programa de la " futuro". Eso sí. Seleccionaba la música que quería oir
    No era " gamer" pero mis sobrinos , ya mayores, lo eran mucho. Vivían " dámdome palizas" en el " mortal combat". Lo único que sabía jugar algo era el " Mario bros".
    Recuerdo que una vez, reuní con mucho esfuerzo dinero y te regalé un casette de " Enya". Tiempo después me compré el C.D. Ahún lo tengo.
    Recuerdas cuando íbamos juntos a escuchar temas en " la feria del disco" en Ahumada? Qué tiempos aquellos!!
    Me ebtretuvo tu post amigo.
    Y recuerda..
    Me prometiste un post donde abordarías nuestros años de amistad
    No lo olvides!!.
    Besos besos.

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  3. ¡Qué bueno saber te haya gustado este texto, querida amiga! Y sí, recuerdo esas idas juntos a la Feria del Disco, un lugar que aún echo de menos por lo importante que fue en nuestras vidas.

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  4. Faltan son los carros voladores. Pero no dudo que llegaremos a eso también. Excelente post, Elwin. Siempre ando pensando en cosas como esta. Quizás soy demasiado nostálgico, pero en muchas ocasiones me remonto a esta época de los 80 (que viví como niño, pero aun así tengo vívidos recuerdos de ella) o los 90 y pienso que todo era mejor y más simple en cierta forma. Actualmente sino tienes un teléfono inteligente (y yo no tengo, pues me lo robaron cuando nos atracaron en la casa) no estás en nada y te pierdes gran parte de las cosas que puedes "disfrutar" de la tecnología actual.

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    1. La tecnología es uno de los recursos que pueden seguir asombrándonos ¿No?

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  5. Saludos Elwin, aquí murinus2009.

    Muy buena entrada has hecho amigo, me gustó mucho, como alguien que vivió esa época como niño recuerdo muchas tecnologias y entretenimiento de esa epoca aunque al ser de la barbarie, yo era todavía mas rudimentario, como los, baby boomers, (los nacidos entre 1945 y 1965) y a veces hasta medieval.

    Veamos:
    Los cassettes.
    Si, en mi casa eran la fuente primaria de música, junto con el tocadiscos aquí tambien llamado "tornamesa", aún conservo algunos
    Uno de ellos es el, Queen Greatest Hits 1, que ya escuchaba en 1983.
    En los 90s.
    Grabé muchos programas de radio, de distinta temática, algunos son el primer acercamiento a la Ciencia Ficción y a Lovecraft por ejemplo.
    No se si tambien pasa en Chile, tu gran nación, pero aqui se está dando un resurgimiento del cassette, otra vez se venden radiograbadoras portátiles y algún cassete virgen y hay grupos musicales, que además de Internet, CD y LP, tambien ofrecen su obra en cassettes.

    Continuará...

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    1. He visto a gente vendiendo por acá cassettes viejos, pero ignoro si están sacando nuevas versiones. Por mi parte me deshice de todos los míos y hoy me arrepiento de ello (esos momentos de estupidez que le llegan a uno).

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  6. Hola de nuevo Elwin, aquí murinus2009 otra vez.

    Parte 2.

    Atari 800XL.
    Vaya Elwin! Toda una revelación que tuviste tu época gamer, creo que es la segunda vez que lo mencionas, pero ahora con más detalle, que bien.

    Esta es la primera vez que escucho de la Atari 800XL, sólo hasta hace como un año supe gracias a nuestro buen amigo, Cidroq, que que los cassettes también se llegaron a usar para cargar videojuegos, muy divertido escuchar tus aventuras esperando a cargar los videojuegos de esa manera.
    Yo casi no me interese mucho en videojuegos, mi contacto fue a través de un primo que tenía un:
    Atari 2600.
    Supongo era mas moderna porque no habia que esperar tanto la carga de los juegos, que yo recuerde.
    En ella jugamos:
    -Pac Man
    -Uno de Box
    -Tank Atack, creo, era de tanques
    -Los 3 cochinitos.
    -E.T. The Extraterrestrial, que dicen es el juego que hizo quebrar Atari (nunca le entendí)
    Tambien podías en algunos videoclubs llamados, Videocentros, eran una franquicia ya desaparecida.
    Cartuchos de Atari
    Una de esas rentas fue
    -Contra.
    El único que he "acabado" y eso porque eran vidas ilimitadas je.
    Como por 1989
    Compraron, donde vivo, una "supermaquina" llamada...
    Sistema XE de...Atari.
    Se supone que era la "fusión perfecta" para el entretenimiento y la educación.
    Traía
    -Un simulador de vuelo, con un manual como de 100 páginas...nunca nadie lo supo usar...
    -Un teclado, que no traía Enter se supone que era para operar la computadora (u ordenador) que serviría para "tareas y educación"...ese tampoco nadie lo supo usar...
    Juegos traía 2 creo:
    -Missile Command y
    -Bug Buster creo, en este matabas insectos con una pistola de luz incluída.
    Ese fue todo mi contacto con consolas de videojuegos.
    El resto de mi escasa "experiencia" con este pasatiempo fue en las, arcades, aqui se les llama "maquinitas".

    Gracias por esta Entrada Elwin, me gustó mucho, ya tengo curiosidad por ver que mas nos compartes.

    Hasta pronto, si no surge algo mas.

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    1. Los videojuegos son parte de la vida de los ñoños, casi imposible encontrar a uno que no haya pasado por su etapa gammer.

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  7. Hola Elwin felicitaciones por tu Blog y quería pedirte autorización para recomendarte en mi Blog, es nuevo y estoy iniciándome en este mundo Blogger. me imagino que debe ser difícil mantener actualizado y renovado un sitio así pero tratare de hacerlo lo mejor posible. me encantan tus post de Los expedientes secretos X. gracias por leerme un saludo desde Buenos Aires.

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    1. Claro que sí, que me alabas al interesarte en lo que hago. Aprovecha de darme el nombre de tu blog para también ponerte como enlace recomendado... ¿Cómo te llamas?

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  8. Qué curioso, Elwin, hasta donde recuerdo, Atari no comercializó modelos de 8 bits en España, al menos con éxito. Ese mercado se repartió aquí entre Sinclair Spectrum, Amstrad, Commodore y MSX.
    Sí que comercializó un modelo de 16 bits, el Atari ST, que convivió con el Commodore Amiga y los primeros PCs,que se conocían como "IBM PC y compatibles".

    Por lo demás si cambias Atari por MSX 64k, podías contar mi infancia. Aquí además de grabar infinitos juegos en cassete, era fácil comprarlos originales: España fue potencia en los videojuegos de 8 bits, y la principal distribuidora, Erbe Software, impusiera una política de precio único, de 895 pesetas por título (unos 5 euros actuales).
    Esto no frenaba la piratería rampante, pero permitía a cualquier niño comprarse un juego al mes reuniendo pagas semanales y propinas. Además de que con facilidad caían en cumpleaños, navidades y demás fiestas, bien sueltos, bien en packs que reunían varios títulos a precio de oferta.

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    1. Veo que te manejas muy bien en el tema, que yo de computación nunca supe mucho y menos de niño. Por otro lado, lo que me cuentas sobre cómo era el mercado en tiempos de tu infancia, resulta ser muy interesante...Todo lo que me cuentas (y con mucha pasión) me hace preguntarme de si sigues siendo un gammer.
      Sorpresivo también para mí ha sido tu paso por este post, distinto en cierto sentido a otros textos míos. Siempre es un gusto tenerte por acá.

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