viernes, 9 de agosto de 2019

Así era en "mis tiempos" (segunda parte): El VHS.


     Entre los años ochenta y principios de la década pasada, estuvo en mi vida (y en la de millones en todo el mundo) esta tecnología audiovisual. Primero gracias a las funciones de cine que se hacían en colegios y otros lugares, por lo general para tener fondos económicos y, más adelante, gracias al arriendo de cintas en los videoclubes.  Estos últimos eran locales que lucraban con el arriendo y a veces con la venta de películas en este formato, negocio tan exitoso en aquellos años, que había verdaderas cadenas dedicadas a ello y en Chile muy popular fue Errol's, que hasta revista tuvo y luego en los noventa, fue comprada por la hoy nostálgica compañía internacional de Blockbuster (bueno, aún quedan unos cuantos de estos, si bien pasaron del VHS al DVD y al blu-ray).
     Se trata del heredero, descendiente o evolución del olvidado Betamax, una cinta dentro de una caja rígida de alrededor de unos 20 x 10 centímetros de diámetro y que para disfrutar de sus bondades, se mete dentro del llamado videograbador o pasapelículas (el primero puede hacer grabaciones de la tele, que quedaban registradas en cintas dispuestas para ello y el segundo solo sirve para reproducir cintas de este tipo).
     Tal como los cassettes de audio, a veces la cinta se arrugaba y con ello la grabación ya nunca, al menos en esa parte del metraje, se podía ver con la misma nitidez de antes. Cuando la cinta estaba demasiado sucia, gastada o maltrecha, la imagen en la pantalla se veía mal, con una especie de rayas, razón por la cual había que aplicar "traquin"(o como quiera que se escriba en inglés), por medio de los botones correspondientes en el control remoto y que llevaban los signos positivo (+) y negativo (-) para regularlo. En ocasiones lo que no permitía disfrutar de tu show, eran los llamados cabezales del videograbador y para eso se debía usar una cinta especial o hacerlo de forma manual, abriendo el aparato y usando "cotonitos" con algodón y alcohol (procedimiento arriesgado si lo hacía un simple "civil" como uno, que te podías "echar" la maquinita y, entonces, adiós películas).
     Otras veces cuando se echaba a perder, como cuando los cabezales requerían de limpieza, les daba por devolver la película una y otra vez, que no agarraba la cinta; y si uno insistía en meterlo a la fuerza, a ver si se "arreglaba solito" y casi por arte de magia o debido a la insistencia del usuario, uno se arriesgaba a que la película se enredara y con ello probablemente se acababa para siempre la vida útil del video.
     En relación a esta tecnología, existían unas máquinas llamadas rebobinadores y que, tal como dice su nombre, dejaban las cintas justo para ver la película o lo que hubiera grabado desde el principio; puesto que como estamos hablando de un medio analógico y no digital, uno no podía ver el material desde la parte que quisiera de forma automática y a lo más si había dejado a medio ver la cinta, al volver a ponerla tiempo después, quedaba justo en el mismo punto del metraje. Algunos videoclubes se permitían el "lujo" de cobrar a sus socios una multa, si no devolvían rebobinados los insumos.
      En esa época también había a la venta cintas originales para consumo doméstico, pero en Chile no era mucha la oferta al respecto y solo unas pocas compañías ofrecían filmes para hacerse una colección privada. Solo Disney era más fácil conseguir, que siempre tenía su buena publicidad (y una excepción fue Fox, cuando sacó la trilogía original de Star Wars, previa a la Edición Especial, con el engañoso, aunque verdadero discurso de que era la primera y única vez, en que dichos filmes iban a estar a la venta en formato casero...Pues como bien ya se sabe, poco más de un año después salieron las versiones remasterizadas y con más escenas).  Solo luego de un buen tiempo las alternativas del mercado legal se pusieron más interesantes y a muy buenos precios, por cierto.


      Como alternativa para fanáticos, cinéfilos, coleccionistas y ñoños, comenzó el mercado pirata. En Chile ferias y persas, como el Bío-Bío (uno de mis lugares favoritos) eran la ocasión ideal para conseguir aquellos filmes que uno deseaba tener, para ver una y otra vez; en cambio conseguir tus series grabadas y/o completas, era algo solo digno de las más grandes fantasías y sin saber uno que poco después de comenzar el siguiente milenio, sería posible conseguir este anhelado sueño.
      En todo caso, aquellas ediciones en este formato solo traían la película en cuestión y a lo más uno que otro adelanto al principio de próximos estrenos, que la ideal del “material adicional” solo llegó con los laserdiscs, un antepasado gigante del DVD.
     La otra posibilidad para tener aquellas obras que adorabas, era grabar de la tele, en una primera instancia a través de los canales públicos y luego gracias a la llegada del cable y la televisión satelital; que gracias a estos últimos casos, nos fue posible acceder a más posibilidades, que las limitadas ofertas programáticas de la TV criolla. Sin embargo, esto significaba estar sometido a los horarios de rigor, en que se emitían dichos títulos y para ello había que estar presente para grabarlos en el acto o dejar programado el videograbador; siendo que en este último caso, si la transmisión se hacía interrumpida por réclames (como se les llamaba antes a los comerciales y/o franjas publicitarias en Chile, ille tempore), no quedaba otra que mamárselos y luego adelantar la cinta con el control remoto (si bien creo que llegaron a existir videograbadoras, que editaban los malditos réclames, pero a veces creo que era prácticamente una leyenda urbana). Por cierto, más de una amistad que tenía me hacía el favor de grabarme películas y programas; que en el caso de las series me tenían la misma cinta por semanas, para completarlas con varios capítulos seguidos (que esperaba ansiosamente llegara a mis manos, para devorarme su contenido); cuando se trataba de filmes, depende de cuánto me gustara este, como para pedir me lo grabaran en la mejor calidad en un solo cassette o metía 2 ó 3 dentro de uno mismo.
     Habían 3 velocidades para realizar estas grabaciones: SP, la que correspondía a 2 horas de duración y permitía tener el mejor sonido e imagen posibles; luego teníamos LP, que extendía la capacidad de la cinta a 4 horas, aunque ello significaba ya perder lo mejor de sus capacidades; por último, estaba el recurso más económico, que por un lado también ayudaba a no tener tantos VHS acumulados, el EP, ya que lograba nada menos que 8 horas de material audiovisual, si bien aún con menos calidad. Por otro lado, existían cassettes que tenían 45 minutos más de capacidad, aunque estos salían más caros. En mis momentos de mayor pirateo, compraba por mayor las cintas y hasta adquiría para ellas estuches. Cuando se trataba de poner en el lomo y sobre la superficie el nombre de lo que tenía grabado y más si se trataba de escribir los títulos de los episodios de una serie, así como de la temporada (además de poner el número de a qué cassette correspondía), sentía un tremendo gozo ñoño.
      Cabe mencionar que se contaba con otra manera de piratear, que era usando dos videograbadores de manera simultánea y con los cables correspondientemente cruzados entre ambos, dejando uno como el receptor de la señal del original o la "copia master". A menos que uno estuviese dispuesto a repetirse lo que estaba grabando, lo mejor era dejar funcionando ambos equipos y dedicarse a hacer cualquier otra cosa, que el proceso se hacía en tiempo real y duraba la misma cantidad de minutos y horas que se quería copiar.
      En todo caso, hacerse de una colección en aquellos años implicaba, por igual, tener mucho espacio físico donde almacenar tus cintas, voluminosas, que unas pocas te llenaban entera la mochila, si querías hacer un viaje para hacerte una función privada de cine con tus cercanos. Tengo un amigo que llegó a tener tantas grabaciones del cable, originales y otros, que guardaba sus colecciones dentro de inmensos tambores metálicos, de esos que sirven para almacenar aceite; para saber dónde estaba cada título, llevaba anotado en una libreta o cuaderno rigurosamente su inventario, según el contenido de cada recipiente.
     Regresando a lo dicho al principio de este texto, el VHS fue la salvación para muchas comunidades, que necesitaban reunir fondos económicos de manera fácil y sin mayores gastos. Dentro de estas, entiéndase, cursos de colegios, centros de alumnos, grupos de iglesia y otros. Es así que se cobraba una suma económica por persona (unos $100, bastante poco) y como esta iniciativa se hacía mínimo un par de veces, por lo general se lograba el objetivo. Obvio que asistí a cuánta función de este tipo me enteré y yo mismo organicé una que otra durante mi etapa escolar, en la capilla que asistía y hasta en la universidad.
     Cuando salí de primero medio, mis papás me regalaron mi primera máquina reproductora de VHS, como premio por sacar el primer lugar y ello fue para Navidad. Ese fue el año de 1990 y terminó conmigo muy feliz, que antes debía conformarme con ir a ver películas a la casa de vecinos o donde una prima que vivía cerca mío (incluso visitaba a una tía postiza que tenía, ya mayor y casada, que se aprovechaba de mí -no sexualmente- y me condicionaba para hacerle el aseo de la casa, para solo después ver juntos las películas, por lo general de terror, que yo mismo arrendada con mi propia plata) o al primer videoclub que se puso en mi barrio y en el cual pagando el precio del arriendo de una cinta, uno podía pasar a una pequeña salita dispuesta a manera de humilde cine...Se me estaba olvidando, que mi hermana Ana y su marido, mi cuñado Fabián, ese mismo año se compraron su propio videograbador y ya luego veía con ellos las cintas, que entonces vivían en una casita anexada al fondo de la mía. Para mi mala suerte, el equipo que tenía no me salió muy bueno y no sé cuántos meses pasaron para que se echaran a perder las "lucecitas", que indicaban la hora y el funcionamiento de la cinta que se ponía; así que cuando comencé a hacer mis primeras grabaciones caseras, era todo un engorro, que no podía programar a gusto y cuando ponía pausa y luego "rec", a veces no tenía claro si lo había hecho bien, que además la pausa solo duraba unos cuantos minutos y luego de ello volvía a andar la reproducción; así que cuando pasaba esto, luego la grabación quedaba hecha un desastre.
      El proceso para escoger una película en el videoclub podía demorarse bastante, que a veces uno se dejaba llevar por la carátula y luego en casa se daba cuenta de que había malgastado la plata en una mierda; otra cosa era cuando se iba en busca de un título ya conocido y/o recomendado, o de un artista por el cual uno lleva siguiendo su carrera y admiraba.  
     Mi primer VHS me duró cerca de una década, luego me compré otro por allá en el 2000, cuando ya estaba trabajando y fue mi primer equipo Sony, que me di el gusto de que tuviera...¡6 cabezales! Justo por esa época me agarró la fiebre del blu-ray y a veces les grababa a mis amigos a VHS lo que tenía en el otro formato, puesto que se podía tener dispuesta la tele y estos dos reproductores diferentes para llevar a cabo dicho pirateo. Luego de un par de años más o menos, usándolo de forma alternada con la tecnología digital del DVD, dejé de ocuparlo, cuando ya casi solo lo usaba para grabar las teleseries que veía entonces. Hoy en día sigo teniéndolo conmigo, como una reliquia y de seguro mi sobrinito Amilcar de casi 10 años de edad, mi gran compañero actual de muchas pelis y series (solo las que puedo ver con él, claro), no tiene idea de qué se trata ese aparato que tengo debajo del blu-ray. En cuanto a las cintas que llegué a tener, hace más de una década que me deshice de la mayoría de ellas, entre originales y grabaciones caseras.

9 comentarios:

  1. Elwin:

    Excelente post. Yo fui un un gran "usuario" de VHS, tenía todas las series de Star Trek en este formato, gabandolas a partir de programar las mismas con los horarios de los canales de televisión por cable... muchas veces no coincidían y te quedan los episodios cortados, etc. Ni hablar de que a veces se salteaban episodios. Pero bueno... era lo que teníamos.

    Otra anécdota.... yo también tenía muchos, pero muchos VHS, entre originales y copiados. La gran mayoría de ellos se llenaro de polvo-humedad (literalmente), por lo cual quedaron inservibles. La gran mayoría de esas cosas fueron recuperadas, pero algunas no... porque en Internet hay muchas cosas, pero no está todo.

    Saludos
    RICARDO

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    1. Efectivamente Internet tiene mucho de lo que uno busca (y todo tan rápido), pero difícil no recordar con tanto cariño lo que llegaron a significar para nosotros los VHS.

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  2. Saludos Elwin, aquí murinus2009.

    Buena Entrada Elwin, me ha traído muchos recuerdos.

    Mi primer contacto con estos artefactos tan prehistoricos fue en...1988 u 89 quizá.
    En ese tiempo trajeron junto a una tv a color, un Betamax
    En aquellos tiempos incluso los supermercados tenían su área dedicada a la renta de video cassetes, la única que recuerdo ver en Betamax de esa época fue
    Mecaking contra Godzilla.
    Hubo mas, pero solo recuerdo escenas de una sobre La Guerra de Vietnam.
    Luego se llevaron esa videocassetera Sony Betamax y no hubo otra hasta años después.
    El resto de cintas VHS que llegue a ver fueron en casa de primos y amigos, hasta la fecha solo en VHS es que vi:
    Rambo 1
    RoboCop.
    El Vengador Toxico.
    Y multitud de películas mas de todo tipo la mayoría rentadas.
    En México los videoclubes fueron exitosos así como mencionas
    Errol´s en Chile
    en Mexico la cadena mas popular fue:
    Videocentro que hasta programa de tv, llego a tener: El Mundo de Videocentro, y tambien esta fue eliminada por Blockbuster, luego hace unos 2 0 3 años la segunda televisora privada de México compro los Blockbusters sobrevivientes y...les cambio nombre: "planet games" o algo así los hizo de venta de películas, discos y videojuegos, no tuvo exito, en menos de un año cerraron, uno cerca a mi casa sigue como bodega semiabandonado.
    Otra cadena fue
    VideoVisa, de estos curiosamente queda uno por mi casa aun con el logo de aquellos tiempos, parece que ahora en 2019 venden DVDs.
    Curioso lo que mencionas del videoclub donde te dejaban ver una película previo pago yo nunca supe de algo así en México.
    Existieron Cineclubs (y aun los hay) donde proyectaban películas en VHS programadas de antemano, pero no un videoclub que te dejara verlas ahí mismo eso me habría gustado.

    Yo fui un gran coleccionista de VHS, principalmente de: series, películas, documentales que grababa de tv abierta y hasta...programas de radio si, hice una conexion frankeinsteiniana para grabar del radio y es que eran mas baratos los cassetes VHS que los de audio Je.
    Llegue a acumular decenas de VHS, lamentablemente hace unos 5 años o mas mi segunda videocassetera, una Sony con DVD, murió y mi colección quedo en espera, no se si pasar lo que no este en Internet a DVD o USB (creo en Chile le dicen Pendrive) o ya dejarla así y buscar equivalentes en Internet...

    Me gusto mucho esta Entrada Elwin, me trajo buenos recuerdos de aquellos tiempos

    Gracias y hasta pronto.

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    1. Lo que más extraño de esta época son justamente los videoclubes.

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  3. "En ocasiones lo que no permitía disfrutar de tu show, eran los llamados cabezales del videograbador y para eso se debía usar una cinta especial o hacerlo de forma manual, abriendo el aparato y usando "cotonitos" con algodón y alcohol (procedimiento arriesgado si lo hacía un simple "civil" como uno, que te podías "echar" la maquinita y, entonces, adiós películas)." - Muchos recuerdos me trae este post y en particular esto que nos cuentas: Yo ya tenía una "maestría" en limpiar los cabezales del VHS de forma manual. Y lo hacía sin dañarlo, ni dañar las "cintas", que era como les llamabamos acá. Yo también creo que eso del VHS que editaba los "comerciales" o "propagandas" era una leyenda urbana, pues nunca lo vi en persona, aunque algunos compañeros aseguraban haber visto o sabido de uno así.

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    1. Mucha nostalgia compartimos los de nuestra generación, que el mundo corre demasiado rápido con sus adelantos que nos maravillan y aquellos que quedan obsoletos cuando menos lo esperamos. Ojalá te gusten mis próximos recuerdos de la tecnología de antaño.

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  4. Hay una película de terror/ciencia ficción sobre una invasión de extraterrestres camuflados en unas tiendas de arriendo de VHS... TerrorVision se llamará? Es casi de culto. Yo la vi con mi papá. Cuando recuerde o encuentre más datos te aviso ;)

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    1. Error: se llama "Control Remoto", y es del director de la desagradable "Squirm".

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    2. Gracias por ser el único de mis "amigos históricos" en compartir conmigo este texto nostálgico y autobiográfico, como lo has sido ya en varias otras ocasiones. En cuanto a la peli que mencionas no la ubico ¿Qué tal? Por cierto...A mí me gusta mucho "Squirm".

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