La Suma de los Días publicado en 2007
por Isabel Allende, su autora, corresponde a su tercer libro de memorias. Si el primero de estos libros que comenzó con
Paula
(1994), en la que se refirió en gran parte a la relación con su única
hija, Paula, quien había muerto recientemente tras caer enferma de una rara
enfermedad y Mi País Inventado (2003) habló acerca de su familiaridad con su
país natal Chile (bastante complicada considerando su autoexilio y el típico “chaqueteo”
de los intelectualoides chilenos que desprecian su éxito literario por
considerarla “poca cosa”), en este otro volumen autobiográfico se encargó de
referirse a otro aspecto de ella misma: su vida en Estados Unidos junto a su
muy especial familia, su tribu como
bien le gusta llamarla.
Pero la llamada tribu de la escritora no solo se refiere a sus consanguíneos y
parientes políticos, entre su segundo marido e hijastros, nietos, el único hijo
vivo que le quedó y sus padres (uno de ellos su padrastro, a quien quiere como
si fuese de su progenitor), sino que también a sus numerosos amigos que forman
un grupo bastante heterogéneo de personalidades, razas y credos, que hacen de
la lectura de esta obra una verdadera delicia para sus seguidores. De este modo, debido a la enorme cantidad de
personajes reales que aparecen, cada uno de ellos bastante interesante como
cuando llegamos a conocer en profundidad a quien tenemos a nuestro lado, nos da
las claves para darnos cuenta de que muchos de estos fabulosos personajes que
aparecen en sus títulos, fueron inspirados por estas personas.
Bien sabido es que el patriarca de su
novela épica La Casa de los Espíritus (1982) está casi calcado a su abuelo,
mientras que el protagonista de su novela El Plan Infinito (1991) salió de la
figura de su esposo en segundas nupcias, William Gordon, y que los ingeniosos
niños que aparecen en su trilogía juvenil de Memorias del Águila y del Jaguar (2002,
2003 y 2004) están basados en sus nietos: no obstante tras la lectura de este otro tomo,
llegamos a descubrir el origen de otras de sus creaciones. Es así que quien más llega a impresionar en
la manera de cómo terminó llegando a las páginas de sus narraciones, viene a
ser su hijastra Jennifer; pues esta sumida en la drogadicción, dio origen a la
misma hija del antihéroe de la ya mencionada El Plan Infinito y en
especial a la querible muchachita de El Cuaderno de Maya (2011).
El texto está armado en base a una serie
de breves capítulos, todos con su propio título, los que por lo general alcanzan unas cinco
páginas aproximadamente (bueno, al menos en la humilde edición de bolsillo que
poseo y que en poco más de dos semanas que le dediqué mi tiempo se estropeó
bastante). En su desarrollo Isabel
Allende no solo habla de sí misma, de sus reflexiones y de lo que le pasa junto
a quienes ama, sino que también está dedicado a estas mismas personas que tan
importantes le son; de tal modo podemos hallar verdaderos relatos completos de
sus curiosos destinos (como cuando en Lagarto Emplumado, habla del muy singular novio de su mejor amiga
y en Tráfico
de Órganos, cuenta de la experiencia en China de otra de sus amigas,
nativa de esa nación, respecto a esta práctica criminal).
Esta vez Isabel Allende retoma el sistema
que empleó para el primero de sus libros de memorias, escribiendo sus líneas
como si se tratara de cartas dirigidas a su hija Paula, a quien ahora la “pone
al día” acerca de lo que ha sido de ellos tras su partida. Este estilo sin dudas convierte el libro en
algo de un carácter muy íntimo, pese al hecho concreto de que al final somos
por completo desconocidos, a lo largo del vasto mundo, quienes nos enteramos de
algunos de los secretos más valiosos de su familia…Y es que la prosista no pone
reparos en contarnos incluso uno que otro detalle que pocos son capaces de
descubrir de sí mismos y de su gente, en especial cuando se trata de
situaciones “incómodas” (por llamarle de alguna forma). No obstante como todos quienes amamos a los
que nos rodean y de buena voluntad, queda demostrado que la única manera de
enfrentar tales entuertos son la perseverancia, la paciencia y la esperanza,
algunos de los tantos remedios eficaces para superarlos y ganar algo de
sabiduría gracias a tales experiencias.
“Mi amistad con Celia comenzó a
tropezones, porque suegra y nuera venían de ideologías opuestas, pero si
pensábamos regodear nos en las diferencias, la vida se encargó de eliminar la
mala leche con unos cuantos coscorrones. Pronto olvidamos cualquier germen de
desavenencia y nos concentramos en los rigores de criar un niño -y después dos
más- y adaptarnos a otra lengua y a nuestra condición de inmigrantes en Estados
Unidos. Aunque no lo sabíamos entonces, un año más tarde nos tocaría la prueba
más brutal: cuidarte, Paula. No había tiempo para tonterías. Mi nuera se
desprendió muy rápido de las hilachas que la ataban al fanatismo religioso y
empezó a dudar de los demás preceptos inculcados a machote en su juventud.
Apenas comprendió que en Estados Unidos ella no era blanca, se le pasó el
racismo, y su amistad con Tabra barrió sus prejuicios contra artistas y gente
de izquierda. De los homosexuales, sin embargo, prefería no hablar. Todavía no
había conocido a las madres de Sabrina.”
Pese al enorme protagonismo que toman
los seres queridos de la artista en esta obra, no se puede olvidar de que se
trata de sus propios recuerdos, de modo que es ella misma el personaje central
de todo esto. De tal modo, gracias a
este libro llegamos a conocer no a la escritora, si no que a la mujer, quien
nos abre sin miedo su ser y de una forma sincera, sin artificios…Pues la Isabel
Allende que encontramos acá no solo es alguien a quien admirar. Ella como nosotros, es una persona con
virtudes y defectos, cuyos miedos e inseguridades quedan de manifiesto
acá. Por lo tanto nos encontramos
también con verdaderos exámenes de conciencia que se hace Isabel, respecto a
sus propios sentimientos y acciones. Sin
dudas, una manera única y valiosa de conocerla mejor (aunque sea a través de la
distancia geográfica y temporal).
En ocasiones al leer esta obra, no
falta ese elemento maravilloso y sobrenatural que caracteriza la narrativa de
la Allende; pero no se puede olvidar de que estamos hablando de un texto de no
ficción y ante esto uno se pregunta qué tanto agregó su autora para hacer más
interesante sus palabras. Pues el
Realismo Mágico no deja de hacerse presente y sin embargo no podemos olvidar,
en especial los latinoamericanos, que ello forma parte de nuestra tradición cultural,
de la suma de las raíces hispanas e indígenas que heredamos, de modo que muchos
bien podemos llegar a creer sin dudarlo con pasajes como este
“El año anterior, tres días después de
tu muerte me junté con las Hermanas del Perpetuo Desorden en casa de una de
ellas, como siempre hacíamos los martes, en torno a seis velas nuevas. Tu
ausencia me doblaba de dolor.
«Siento un fuego que me quema en el centro
del cuerpo», les dije. Nos tomamos de las manos, cerramos los ojos, y mis amigas
dirigieron hacia mí su cariño y sus plegarias, para ayudarme a soportar la pena
de esos días. Yo pedía una señal, una indicación de que no habías desaparecido
en la nada para siempre, de que tu espíritu existía en alguna parte. De pronto
oí la voz de Jean: «Mira tu vela, Isabel». Mi vela ardía por el centro.
«Un fuego en el vientre», agregó Jean.
Esperamos. La llama derritió la cera y formó un hueco en el medio de la vela,
pero ésta no se partió. Tal como se encendió sin explicación, la llama se apagó
instantes más tarde. La vela quedó ahuecada, pero erguida, y me pareció que ésa
era la señal que esperaba, un guiño que me hacías desde otra dimensión: la
quemadura de tu muerte no me quebraría. Después Nico revisó la vela y no pudo
encontrar la causa de esa extraña llama en el centro; tal vez estaba
defectuosa, tenía una segunda mecha que prendió al saltar una chispa.”
Uno de los mayores regalos que nos hace
la escritora a los seguidores de su trabajo, viene a ser cuando nos cuenta
acerca del origen de varios de sus libros.
Es así que los capítulos que versan sobre ello, que despliegan a la imaginación
los momentos decisivos en estas génesis, de modo de adentrarnos en el proceso
creativo, resultan ser valiosos, ya que no siempre tenemos acceso sobre esta
faceta de los artistas que apreciamos.
Como es costumbre en la literatura de
la autora, acá abunda el humor, como asimismo no faltan los momentos de gran
emotividad, que bajo la pluma suya se hacen tan entrañables. Triunfos y derrotas, alegrías y penas se
encuentran en este libro, que al final lo que hace es retratar la vida misma
que bien puede ser la de cualquiera de nosotros, independientemente de que sea
la de una escritora famosa, la nos sirve como reflejo de la nuestra. A la larga todos vamos en búsqueda de la
felicidad y tal como deja claro la novelista, en ese camino no estamos solos,
pues por un lado se encuentran los de nuestra sangre y todos los otros que
hemos escogido para ensanchar nuestra familia en la Tierra; de igual modo no
faltan los que como Paula, nos acompañan en el corazón y los recuerdos,
llegándose incluso a sentir su presencia como si se tratara de benignos
fantasmas.
Saludos Elwin, aqui murinus2009.
ResponderEliminarLo unico que sabia de Isabel Allende, es que hace unos 25 años, se hizo famosa porque una novela suya: "La Casa de los Espiritus" se hizo pelicula y fue muy publicitada, creo que incluso llegue a ver parte de esa cinta ¿sale un personaje mujer llamada Transito?, si no, entonces estoy confundiéndola con otra, creo que la cinta se ambienta en el Chile de 1973 poco después del Golpe de Estado contra Salvador Allende.
También se que Isabel es chilena, o al menos vivió en Chile y que escapó debido a la dictadura de Pinochet, algo supe de que en sus historias hay el llamado "Realismo Mágico", y que es despreciada por los intelectuales del tipo que tus colegas (como el General Gato) llaman "Culturetas" por ser una creadora de "Best Sellers".
Y eso es todo, despues de leer esta Entrada tuya, hasta la confundí con la escritora (mexicana creo) Laura Esquivel, que por las mismas fechas (hace 25 años) también un libro suyo: "Como agua para Chocolate" se hizo pelicula de mucho éxito.
Reconozco que el trabajo de Isabel Allende nunca ha llamado mi atención, aún asi veo que esta entrada tuya Elwin, muestra mucho respeto por el Trabajo de esta Escritora, es un buen Material para todo aquel que quiera acercarse a conocer su Obra.
Si en algún momento crece mi interés por esta Escritora, tendré presente este buen Trabajo tuyo, gracias y hasta pronto.
Gracias por compartir conmigo este texto, Marinus2009, que en efecto Isabel Allende es alguien muy valioso para mí, tal como lo dejo demostrado en mi "Carta Abierta" a su persona, que la puedes leer en este mismo blog.
EliminarEn efecto en la novela y película que mencionas aparece una Tránsito (Tránsito del Soto es su nombre), quien es la típica prostituta de buen corazón que abunda en la literatura latinoamericana
Como bien dices, no faltan quienes la desprecian, que mucha gente mira en menos a los autores que ganan plata con lo que escriben y que además son populares entre la gente, pues piensan que los únicos artistas que valen la pena son aquellos que se mueren de hambre y además escriben para una elite, con un lenguaje lo más complicado posible (como te darás cuenta, no estoy de acuerdo con esta gente, que en Chile les llamamos despectivamente "intelectualoides", algo así como los "snobs").
Como profesor de literatura que soy y amante de las buenas historias, puedo decir que el arte de esta escritora vale la pena, por algo ha recibido importantes premios internacionales y me alegra sobremanera que le hayan dado acá (luego de años de disputas) el Premio Nacional de Literatura, una bella forma de condecorarla en su tierra por el enorme aporte que ha hecho a nuestras letras.
Ojalá te animes a leerla, que tiene muchos libros y te recomiendo justamente comenzar con "La Casa de los Espíritus".
Mi estimado, la Allende es un gran exito literario, pero su literatura es y ha sido poca cosa, por más premio nacional regalado de literatura que tenga. Y no soy intelectualoide por afirmar eso aquí y donde sea. Y no me vaya a tratar mal por eso, amigo mío, que a usted tampoco le gusta, ¿no?
ResponderEliminarY que bueno que se quede viviendo en su burbuja en EEUU.
EliminarQuerido amigo, no tenemos por qué razón pensar igual, que al menos tú sabes ser respetuoso con las diferencias de opinión (y los criterios estéticos no son como para pelearse). En mi caso Isabel Allende, a quien leo desde los quince, casi toda su obra, razón por la cual me permito tenerla en alta estima como bien sabes.
EliminarNo me hagas mucho caso... fueron mis cinco minutos de odio contra la farándula de la literatura jejeje
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