Aunque no he compartido tanto con Roberto Alfaro como quisiera y solo gracias a la magia de Feis ahora he podido charlar más con él, de lo que hice en mis años mozos, este verdadero Señor de los Cómics criollo y divulgador cultural-ñoño forma parte de algunos de mis recuerdos más preciados. Les estoy hablando de buena parte de los años noventa, cuando ya universitario viví lo que llamo con nostalgia mi "Edad de Oro" y donde este maestro junto a otros nombres que pretendo traerles acá a partir de ahora, me acompañaron los días sábados durante años; cuando participaba de los talleres del Parque O´Higgins, realizados por el solo hecho de querer llevar a otros interesados en los temas frikis, el conocimiento de manera seria y entretenida, para cultivar a los interesados y de paso motivarnos a desarrollar nuestras propias habilidades al respecto. En dichos talleres Roberto Alfaro estaba a cargo del grupo de ilustración y si bien yo era alumno del equipo sobre Literatura de Ciencia Ficción, no faltaba la oportunidad para intercambiar ideas, que el propio Roberto desde que lo recuerdo es una persona muy amistosa y que gusta como uno de aprovechar cualquier oportunidad para hablar de temas varios (bueno, afines a nuestros gustos, que ambos para nada gastaríamos nuestro tiempo en hablar de fútbol, je).
Hoy tengo el agrado y el honor de compartirles esta entrevista que me ha otorgado, la que por un lado me ha traído tantos bellos recuerdos, como por otro me ha hecho admirar más que nunca su labor profesional y tremendo amor a lo que hace.
¡Gracias, Roberto, por ser quién eres!
Preséntate en 10 líneas.
Según mi carnet de identidad, dice que soy chileno, pero prefiero decir que soy ciudadano del mundo, sin colores políticos ni menos religiosos. Me forjé como Historietista, Gestor Cultural, Investigador del Arte Fantástico, uno de los fundadores de Ficcionautas Asociados; he realizado eventos, encuentros, así mismo ha dictado charlas, clases y seminarios referente al tema fantástico como de narrativa gráfica, en centros culturales, institutos y universidades, actualmente director de LDP Magazine y de Roca Estudio Creativo. De pequeño se me estimuló por la lectura, el cine y la historieta, estos eran mis verdaderos amigos; mientras mis compañeros de clases perdían el tiempo tras una pelotita, yo investigaba, me nutría en lo que realmente me interesaba. Cuando niño quería ser astronauta, de más grande ser director de cine, por entonces era muy difícil, y lo más cercano, así como económico, era contar historias a través de las viñetas.
¿Un artista como tú se hace por medio de sus estudios, por la práctica o por el talento?
Veamos. En los 80 no existían las carreras que me interesaban, así que opté por entrar a un instituto pequeño llamado IADE, que se localizaba en la calle Londres esquina con Paris, en pleno Santiago Centro; allí estudié Dibujo Artístico Publicitario, lo que hoy podríamos llamar Diseño Gráfico. Ricardo Orellana era el profesor en jefe que también daba clases en una de las universidades tradicionales de Chile, gracias a él conocí los secretos del Óleo, Acuarela, técnicas mixtas como tradicionales, etc.
Pero soy ratón de biblioteca, todo lo aprendí de los libros, leyendo e investigando, formándome prácticamente solo. A mediados de los ‘80, comenzaba nuevamente el movimiento en torno al cómic en Chile, se abrían puertas que indicaban que podías intentar hacer algo con el tema. La industria había muerto en los ‘70 y ahora existía un canto de cisne, que intentaba reflotar todo: comencé haciendo exposiciones y muestras, como los primeros talleres que dicté sobre el tema, pero fue para la revista “Cucalón” de Themo Lobos, en la que presenté una historia para un concurso, donde comienza todo. Recuerdo que cuando voy a la inauguración de los trabajos que se expusieron en el desaparecido Centro Cultural Padre Mariano, Lobos me queda mirando y dice: “Tú hiciste tal cosa y te reconocí en el acto”. ¿Cómo supo que yo había dibujado esa historia? Ni idea, nos hicimos amigos con Themo y este comenzó a estimularme para hacer cosas, lo visité en su casa que quedaba en Gran Avenida, donde pasábamos tardes enteras mientras él dibujaba, paralelamente habíamos hecho muy buenas migas con un grupo de chicos que también habían participado en el concurso y nos comenzamos a reunir en el Centro Cultural Padre Mariano. Entre eventos y expos, conocí a muchos dibujantes, como Óscar Vega, quien se convirtió no solo en un maestro y amigo, lo llegué a querer como un padre, siempre dispuesto a darte un consejo, quien te instaba a seguir investigando, buscar formas de narrar y un largo etc.
Si
me preguntas si soy artista, te digo de inmediato que no. “Artista” es una palabra
muy grande, demasiado, que solo los grandes maestros pueden llevar ese título
como Da Vinci. Hoy cualquier picante se autodenomina “artista”, sin
siquiera conocer los cánones básicos de construcción de dibujo. Prefiero que piensen
en mí como un “Creativo”, que
gracias a su propio esfuerzo y estudios ha terminado haciendo clases en
institutos profesionales y dictando charlas en universidades.
Cuéntanos acerca de tu experiencia en Ficcionautas Asociados y cómo nace.
Para comprender cómo nace Ficcionautas, hay que remontarse en el tiempo. Del grupo de amigos que partimos en el ya mencionado Centro Cultural Padre Mariano, escuché de Sochif, la Sociedad Chilena de Fantasía y Ciencia Ficción, así que me uní a esta agrupación, con la loca idea de poder realiza algunas portadas o ilustraciones para algún libro, desconociendo por completo lo difícil que eran que una editorial de letras mayúsculas se interesara en el género. Con el paso del tiempo, comenzamos a hacer distintas actividades como charlas, proyección de películas, etc.; los miembros más antiguos no querían hacer nada, solo un asado de vez en cuando y debatir sobre algunos autores o textos. Por otra parte, Carlos Raúl Sepúlveda, el presidente de la agrupación, siempre estaba con ganas de hacer cosas nuevas. Entonces nace la idea de hacer una revista de cómics y ciencia ficción chilensis, que se alejara de Sochif; comenzamos a planificar los artículos y las historias y también es cuando nace la pregunta “¿Quién va a hacer la revista?”. Entonces creamos Ficcionautas Asociados como los encargados de hacer esta publicación que se desvinculaba de Sochif. Allí contamos con varios talentos, como los de Luis Castillo, uno de los buenos dibujantes nacionales que se perdió con el tiempo y que cada plancha dibujada por él era una verdadera joya; estaban también Francisco Amores, Fyto Manga, Luis Saavedra y René Weber. Comprendimos entonces que es difícil hacer una revista a pulso, si no tienes un respaldo detrás de ti. Pudimos juntar el dinero para pagar la impresión, que fue un préstamo de mi viejo. Es difícil mantener una revista mensual y que las ventas te sostengan, necesitas auspiciadores y un sinfín de cosas más, que no teníamos en ese minuto; es más, “Oxígeno”, como se llamaba la revista, la publicamos gracias a una triquiñuela, amparados por san Javier Ferreras y quien nos instigó a que publicáramos como un suplemento de su revista “Bandido”, para ahorrar un montón de trámites burocráticos: ahí nace la confusión de algunos que piensan que “Oxígeno” era parte de “Bandido”. Con el paso del tiempo, dijimos que era preferible sacar un par de números más como especiales, ya que como revista mensual era imposible.
Mientras trabajábamos en Oxigeno estábamos ya realizando diferentes encuentros de Ciencia Ficción y Fantasía bajo el nombre de Ficcionautas; primero en los Centros Culturales Padre Mariano y Santa Isabel de Providencia, para dar un salto cuántico al Centro Cultural de España y de ese modo creamos los Encuentros de Fantasía y Ciencia Ficción. Gabriel Huanman y Juan Carlos Cabrera se habían convertido en parte del equipo, mientras que Weber presentaba a los primeros fondos concursables de gobierno, consiguiendo ganar y con estos el dinero para ejecutar tres encuentros: el primero fue realizado a puro ñeque mientras el quinto y último fue subsidiado por la gracia divina de Luis Saavedra. No podemos dejar de mencionar que además hicimos otros eventos bajo el sello de Ficcionautas, cosa que nos convirtió, guste a quien le guste, en los padres de los eventos del género fantástico; a partir de todo esto se desprendieron grupos seguidores de Star Wars, Star Trek, etc. Y lo mejor de todos, estas actividades eran gratis, los asistentes no debían cancelar una entrada, donde encontraban charlas, conferencias, mesas redondas y un largo etcétera y en torno a los temas, cosa que hoy en día solo encontramos merchandising y pseudos actividades.
En lo personal me da la satisfacción de mirar a la cara a aquellos que creen que haber descubierto la pólvora diciéndoles: ¡YO SOY TU PADRE!
Según mi carnet de identidad, dice que soy chileno, pero prefiero decir que soy ciudadano del mundo, sin colores políticos ni menos religiosos. Me forjé como Historietista, Gestor Cultural, Investigador del Arte Fantástico, uno de los fundadores de Ficcionautas Asociados; he realizado eventos, encuentros, así mismo ha dictado charlas, clases y seminarios referente al tema fantástico como de narrativa gráfica, en centros culturales, institutos y universidades, actualmente director de LDP Magazine y de Roca Estudio Creativo. De pequeño se me estimuló por la lectura, el cine y la historieta, estos eran mis verdaderos amigos; mientras mis compañeros de clases perdían el tiempo tras una pelotita, yo investigaba, me nutría en lo que realmente me interesaba. Cuando niño quería ser astronauta, de más grande ser director de cine, por entonces era muy difícil, y lo más cercano, así como económico, era contar historias a través de las viñetas.
¿Un artista como tú se hace por medio de sus estudios, por la práctica o por el talento?
Veamos. En los 80 no existían las carreras que me interesaban, así que opté por entrar a un instituto pequeño llamado IADE, que se localizaba en la calle Londres esquina con Paris, en pleno Santiago Centro; allí estudié Dibujo Artístico Publicitario, lo que hoy podríamos llamar Diseño Gráfico. Ricardo Orellana era el profesor en jefe que también daba clases en una de las universidades tradicionales de Chile, gracias a él conocí los secretos del Óleo, Acuarela, técnicas mixtas como tradicionales, etc.
Pero soy ratón de biblioteca, todo lo aprendí de los libros, leyendo e investigando, formándome prácticamente solo. A mediados de los ‘80, comenzaba nuevamente el movimiento en torno al cómic en Chile, se abrían puertas que indicaban que podías intentar hacer algo con el tema. La industria había muerto en los ‘70 y ahora existía un canto de cisne, que intentaba reflotar todo: comencé haciendo exposiciones y muestras, como los primeros talleres que dicté sobre el tema, pero fue para la revista “Cucalón” de Themo Lobos, en la que presenté una historia para un concurso, donde comienza todo. Recuerdo que cuando voy a la inauguración de los trabajos que se expusieron en el desaparecido Centro Cultural Padre Mariano, Lobos me queda mirando y dice: “Tú hiciste tal cosa y te reconocí en el acto”. ¿Cómo supo que yo había dibujado esa historia? Ni idea, nos hicimos amigos con Themo y este comenzó a estimularme para hacer cosas, lo visité en su casa que quedaba en Gran Avenida, donde pasábamos tardes enteras mientras él dibujaba, paralelamente habíamos hecho muy buenas migas con un grupo de chicos que también habían participado en el concurso y nos comenzamos a reunir en el Centro Cultural Padre Mariano. Entre eventos y expos, conocí a muchos dibujantes, como Óscar Vega, quien se convirtió no solo en un maestro y amigo, lo llegué a querer como un padre, siempre dispuesto a darte un consejo, quien te instaba a seguir investigando, buscar formas de narrar y un largo etc.
Cuéntanos acerca de tu experiencia en Ficcionautas Asociados y cómo nace.
Para comprender cómo nace Ficcionautas, hay que remontarse en el tiempo. Del grupo de amigos que partimos en el ya mencionado Centro Cultural Padre Mariano, escuché de Sochif, la Sociedad Chilena de Fantasía y Ciencia Ficción, así que me uní a esta agrupación, con la loca idea de poder realiza algunas portadas o ilustraciones para algún libro, desconociendo por completo lo difícil que eran que una editorial de letras mayúsculas se interesara en el género. Con el paso del tiempo, comenzamos a hacer distintas actividades como charlas, proyección de películas, etc.; los miembros más antiguos no querían hacer nada, solo un asado de vez en cuando y debatir sobre algunos autores o textos. Por otra parte, Carlos Raúl Sepúlveda, el presidente de la agrupación, siempre estaba con ganas de hacer cosas nuevas. Entonces nace la idea de hacer una revista de cómics y ciencia ficción chilensis, que se alejara de Sochif; comenzamos a planificar los artículos y las historias y también es cuando nace la pregunta “¿Quién va a hacer la revista?”. Entonces creamos Ficcionautas Asociados como los encargados de hacer esta publicación que se desvinculaba de Sochif. Allí contamos con varios talentos, como los de Luis Castillo, uno de los buenos dibujantes nacionales que se perdió con el tiempo y que cada plancha dibujada por él era una verdadera joya; estaban también Francisco Amores, Fyto Manga, Luis Saavedra y René Weber. Comprendimos entonces que es difícil hacer una revista a pulso, si no tienes un respaldo detrás de ti. Pudimos juntar el dinero para pagar la impresión, que fue un préstamo de mi viejo. Es difícil mantener una revista mensual y que las ventas te sostengan, necesitas auspiciadores y un sinfín de cosas más, que no teníamos en ese minuto; es más, “Oxígeno”, como se llamaba la revista, la publicamos gracias a una triquiñuela, amparados por san Javier Ferreras y quien nos instigó a que publicáramos como un suplemento de su revista “Bandido”, para ahorrar un montón de trámites burocráticos: ahí nace la confusión de algunos que piensan que “Oxígeno” era parte de “Bandido”. Con el paso del tiempo, dijimos que era preferible sacar un par de números más como especiales, ya que como revista mensual era imposible.
Mientras trabajábamos en Oxigeno estábamos ya realizando diferentes encuentros de Ciencia Ficción y Fantasía bajo el nombre de Ficcionautas; primero en los Centros Culturales Padre Mariano y Santa Isabel de Providencia, para dar un salto cuántico al Centro Cultural de España y de ese modo creamos los Encuentros de Fantasía y Ciencia Ficción. Gabriel Huanman y Juan Carlos Cabrera se habían convertido en parte del equipo, mientras que Weber presentaba a los primeros fondos concursables de gobierno, consiguiendo ganar y con estos el dinero para ejecutar tres encuentros: el primero fue realizado a puro ñeque mientras el quinto y último fue subsidiado por la gracia divina de Luis Saavedra. No podemos dejar de mencionar que además hicimos otros eventos bajo el sello de Ficcionautas, cosa que nos convirtió, guste a quien le guste, en los padres de los eventos del género fantástico; a partir de todo esto se desprendieron grupos seguidores de Star Wars, Star Trek, etc. Y lo mejor de todos, estas actividades eran gratis, los asistentes no debían cancelar una entrada, donde encontraban charlas, conferencias, mesas redondas y un largo etcétera y en torno a los temas, cosa que hoy en día solo encontramos merchandising y pseudos actividades.
En lo personal me da la satisfacción de mirar a la cara a aquellos que creen que haber descubierto la pólvora diciéndoles: ¡YO SOY TU PADRE!
Reconozcan en esta foto vintage, los que puedan, a los Ficcionautas Asociados. |
¿En qué consiste tu proyecto Los del Parque?
LDP o Los Del Parque se remonta a un reencuentro con mis ex alumnos de los talleres del Parque O’Higgins aproximadamente en 2010, talleres que realizábamos con Ficcionautas Asociados. La idea nace de parte de los chicos por crear un blog para hacer remembranzas de lo aprendido, subir fotos de aquellos años, etc. y al que de apoco tiempo se fueron sumando más gente, que eran parte de los otros talleres –es decir literatura, cine y maquetismo-, a quienes se les propone publicar las cosas que ellos habían realizado en esas jornadas y que estaban durmiendo en el baúl de los recuerdos. La mayoría de estos están casados y con familia, atareados por sobrevivir a la vorágine laboral como todos, encontrando en esta idea un oasis.
Les propuse hacer mejor una publicación virtual, una revista, de esta manera solo se podría ver como leer en pantalla, sin la opción de descargar, protegiendo de esta manera el material de cada uno de los participantes. Así, en diciembre de 2012, aparece el número cero, lo que nos llevó a pensar en un principio que no pasaríamos del número tres, pero sucedió un fenómeno. Comenzaron a aparecer amigos y conocidos que eran habituales en los eventos de Ficcionautas, charlas y otros afines, estos también empiezan a cooperar con un granito de arena; antes de que nos diéramos cuenta, esto se transformó en una bola de nieve que fue creciendo y creciendo.
El material de los talleres finalmente se agota, los chicos se habían comprometido en realizar nuevo material, cosa que nunca llegó, entonces utilizo una montaña de escritos míos para rellenar; eso sí que tuve que actualizar los datos, que se convirtieron a la larga en artículos; los reportajes no se quedaron atrás y también cubrimos eventos para hacer una especie de página social freak. Desde el extranjero, comienza a llegar material de quienes deseaban colaborar, les decimos “ok, pero debes tener tus cosas registradas intelectualmente, para protegerlas”. El equipo original va desapareciendo de a poco, solo Yamila Huerta -quien entra para tomar el mando como editora- y Carolina Contreras -como ilustradora y fotógrafa en terreno- persisten; un staff de amigos que ahora se convierten en el equipo oficial de trabajo, como Waldo Retamales -con quien nos conocemos desde aquellos años de Padre Mariano- es quien aporta sus ilustraciones para las portadas-, Jorge Aragón Palacios -un ex alumno de Las Condes que, con el tiempo, se ha convertido en un experto en paleontología- es encargado de escribir sobre el tema-, Juan Castillo -escritor, investigador Ovni y responsable del Museo de Paleontología del Parque O’Higgins- me llama un día para pedirme expresamente escribir para la revista y así sumamos y seguimos hasta el día de hoy. Luego llega el escritor Marcos Cortez, con la intención de colaborar con relatos cortos y termina convirtiéndose en parte importante del grupo. Sasami Hanatsuki es actualmente la Subdirectora de LDP. José Hernández no solo se encarga de revisar cada texto, sino también que escribe artículos históricos sobre los orígenes literarios del género fantástico en Chile. Por otro lado, Terrence Graham y John González son más que medulares del staff.
Entonces, Los Del Parque pasan a llamarse simplemente LDP Magazine. Como anécdota, el nombre de “Los Del Parque” nace porque a los chicos de los talleres de Ficcionautas cada vez que les preguntaban de dónde eran, ellos decían “de los talleres de Ficcionautas en el Parque O’Higgins”, y la gente decía “¡Aaahhh, Los Del Parque!”.
Ahora bien, ya LDP no es solo una revista dedicada al género, sino que es una plataforma que tiene su propia parrilla programática a la semana. Originalmente se hizo un programa radial on line que paso por dos casas radiales, pero gracias a la pandemia, decidimos hacer algo más complejo y aquí estamos hoy.
Sus primeros años como divulgador cultural. |
¿Cuál es la mayor satisfacción que te ha traído lo que haces profesionalmente?
Podría mentirte y decirte que me hice rico como famoso. Pero seamos realistas, estamos en Chile y es muy difícil surgir, no solo en lo relacionado a las artes; si no tienes un apellido rimbombante o no has pasado por el Nido de Águila, mejor ni pensarlo. Afortunadamente he podido hacer lo que me gusta, desde aquellas tempranas publicaciones en Bandido, como poder escribir historias para Lonny Tunes. En resumen, mi amigo Jorge Delano, nieto del gran “Coke”, me llamó un día y me invitó a trabajar a la editorial Dilapsa - no quiero que dibujes- me dijo- sé que conoces muy bien a los Lonny Tunes y quiero que escribas sus historias-. En Dilapsa aprendí de un grupo de profesionales que recién venían llegando de Estados Unidos. Ellos regresaban de aprender a escribir de forma rápida y eficiente guiones para historietas. Entonces me instruí gracias a estar personas en la metodología gringa. Eso me permitió escribir más de 30 historias a la semana, de las cuales se elegían no más de 2 ó 4 relatos con suerte, las cuales eran traducidas y enviadas vía fax a Gringolandia donde se le daba el ok y recién se le entregaba a los dibujantes. Esto me permitió pasar a escribir chiste para Condorito.
Tampoco puedo dejar de mencionar que tuve la fortuna, gracias a Álvaro Arce, uno de los creadores de Scooby Doo y Senior de Disney, de dibujar los story board de la segunda temporada de Iron Man, serie animada de Marvel Comics, aquella donde Tony Stark aparece de pelo largo. Con Álvaro también trabajamos en los story board para Disney de las series animadas “Los Rescatadores” y “Los Aventureros del Aire”; no puedo dejar de mencionar a “Alvin y las Ardillas” de DIC Entertainment Corporation.
Unas de las cosas que más me gustan es hacer clases, lo disfruto demasiado, lo mismo cuando hago conferencias o charlas. Por otra parte, LDP Magazine me ha dado la oportunidad de escribir artículos, cosa que no es nuevo en mí, ya que escribía para la revista Close-Up de cine, y poder manejarla como un medio de comunicación serio sobre el género fantástico, algo que los medios tradicionales no hacen por un gran desconocimiento en el tema.
En plena sesión radial de LDP. |
Te puedo contar que hago lo que me apasiona de verdad, pero nada es gratuito en esta vida, pues me he debido restar de muchas otras cosas, ya que el dinero no alcanza y este solo te sirve para sobrevivir. Imagínate que recién tengo una pequeña de cinco años, porque mi prioridad siempre han sido mis sueños y proyectos. Esto solo nos deja claro que en Chile no tenemos el campo para desarrollarnos, aquí lo primero que te dicen: ¿Por qué tan caro? ¿Si solo se trata de unas rayitas?; no lo ven como un trabajo, ni menos te tratan como un profesional. Entonces no queda otra que mirar al extranjero donde el trato es distinto.
En los noventa pretendía volar a la tierra del tío Sam en busca de oportunidades, pero Álvaro Arce me convence que me quede en Chile, diciéndome: Mira. Al llegar allá encontraras una fila enorme en busca de una oportunidad, primero están los propios gringos, después los inmigrantes, los ilegales, los espaldas mojas (como llaman a los mexicanos que entran a la mala por la frontera) y al final de la fila estas tú. Así que te propongo que trabajes conmigo y te saltas todo eso.
Cosa que le hice caso y fueron buenos tiempos. Ahora gracias a la web podemos volver a mirar al extranjero para desarrollarnos profesionalmente. Es difícil por la gran competencia existente a nivel global, pero no imposible. Mientras que aquí uno deja los pies en la calle entre reuniones y reuniones, intentando convencer a los posibles clientes, sin avanzar mucho ni menos concretar.
¿Qué recomendaciones les darías a quien quisiera dedicarse profesionalmente al dibujo?
Que la mejor escuela no es un computador ni sus programas, estas son solo herramientas que te ayudan como complemento de lo ya aprendido. Para aprender de verdad no se trata de días ni meses, sino años, lápiz y croquera en mano aprendiendo los cánones de dibujo, como los secretos del color, perspectiva como un largo etc., como estudiar a los grandes maestros; además un profesional no solo lo es porque dibuja bonito y domina por lo menos tres estilos distintos, sino que también por dominar diferentes temas, empaparse de cultura, literatura, cine, arte, etc.
El aprendiz debe ser capaz de hacer buenas migas con aquellos profesionales que vayan apareciendo en su camino, aprendiendo de él y no convirtiéndose en su detractor. Hoy existe una soberbia muy grande por parte de algunos que dicen: ¡Este es mi estilo! Conceptual como libre. ¿De qué estamos hablando? Si lo único que demuestran una ignorancia y arrogancia, que no saben ni siquiera tomar un lápiz ni menos diferenciar entre un blando o uno duro, ni para que citar las distintas numeraciones que estos tienen.
Si quieren tomarse esto en serio: Estudien.
¿Ñoño o no?
Por supuesto. Una vez un periodista me hizo esta misma pregunta, si me consideraba ñoño, a lo que le respondí: “Si. Gracias a esto he podido dar clases no solo del género fantástico, sino de narrativa gráfica y otros. Permitiéndome ganar el sustento para vivir y comer”.
¿Crees que en Chile hoy en día se valora de manera “más seria” el mundo de los cómics?
No. Vivimos solo un veranito de San Juan. La gracia es que hoy en día la tecnología está al alcance de todos, siendo relativamente barato imprimir; esto te permite sacar un numero bajo de impresiones para vender y eso ha fomentado la aparición de pequeñas editoriales, mientas que las grandes solo se la juegan por productos cocinados de ante mano, como sagas de personajes archiconocidos. En la Edad de Oro Nacional, es decir a finales de los 60 y principio de los 70, sacar a la semana 80.000 ejemplares era un mal negocio y se cancelaba de inmediato, hoy vender cinco mil es para hacer un desfile frente al Palacio de la Moneda.
Hay un sector de lectores que han comprendido el esfuerzo valorando el trabajo titánico de las pequeñas editoriales, mientras que para el ciudadano común y silvestre no se le pasa por la cabeza que hagamos comics, es cosa de ver algunos que se llegan a sorprender en algunos eventos.
Lo bueno de esto, es que existe un pequeño grupo de talento que ha podido salir y trabajar para el extranjero. Y no me refiero a grandes como Félix Vega, sino otros más modestos que han conseguido entrar a pequeñas editoriales en el mercado internacional.
¿Qué influencias tienes a la hora de realizar tus historietas?
Me crié leyendo a los clásicos de la historieta como Superman y Batman, que aparecían de forma esporádica en quioscos, en los 70; para qué nombrar a Spider-Man o Hulk que con suerte se podían pillar, sin mencionar aquellas publicaciones chilenas de los 60 que aún se podían encontrar en algunos cambios de revistas. Pero es afínales de los 80 donde tuve la oportunidad de conocer el comic europeo, como la mayoría de mi generación y eso nos voló la cabeza a todos. Estábamos frente a un comic intelectualmente más adulto y que te exigía más a la obra de leer sin mencionar que jugaban con todas las técnicas artísticas, desde la tradicional plumilla, acuarelas, oleo, etc.
De esta manera pude descubrir a Moebius, Juan Giménez, Horacio Altuna, Jacques Tardi, Hugo Pratt, Fernando Fernández, Richard Corben y un lago etc.. Afortunadamente tuve la suerte de conocer a varios de ellos en persona y cruzar alguna que otra palabra. Entonces de alguna manera indirecta he tenido influencia de todos ellos y de lo que leído, como visto a lo largo de mi vida.
Nómbranos a tus autores favoritos y obras predilectas.
Aquí podríamos estar una infinidad de tiempo escribiendo y nombrando obras como autores. Ya cité algunos más arriba como son Moebius; de él es obligatorio conocer toda su obra, pasando algo similar con Juan Giménez; de Horacio Altuna tenemos “El Ultimo Recreo” (una de las obras con mayúsculas dentro del género de ciencia ficción), “Ficcionario” e “Imaginario”; Hugo Pratt y su insuperable “Corto Maltese”; el español Fernando Fernández con la mejor adaptación de “Drácula”, realizado en óleo y que consigue la atmosfera ideal de la novela de Bram Stoker; Eleuteri Serpieri y su saga de “Drunna”; Milo Manara se saca los zapatos con “Los Borgias”; Juanjo Guarnido con su inigualable Blacksad; Enrico Marini con “Rapaces” escrito por Jean Dufaux; la obra de Frank Miller destacando “Batman: The Dark Knight Returns” y “Sin City”; Grant Morrison y Dave McKean con “Batman Arkham Asylum”; Katsuhiro Otomo con “Memories”, “Domu” y “Akira”; “El Eternauta” de Héctor Germán Oesterheld, etc. Son demasiados, esto solo es una pequeña pincelada.
¿Solo de historietas vive Roberto Alfaro?
Para nada. La literatura de pequeño siempre estuvo presente, aunque en tema de ciencia ficción era difícil encontrar alguna obra interesante y por lo general encontrabas solo a Julio Verne y H.G. Wells. No es hasta los 80 que descubro a Frank Herbert con “Dune”, una maravilla, Asimov con sus Fundaciones y Robots; de a poco me voy acercando a diferentes autores que hoy son esénciales conocer. El cine por supuesto que tiene un lugar fundamental, por lo mismo, uno ya no acepta a buenas y primeras cualquier cosa; con el paso de los años aprendes a separar la paja del trigo, obras esenciales que están dentro de mi videoteca y encontramos, por ejemplo, desde “2001 a Space Odyssey” hasta “Ghost in the Shell”, solo por citar dos de un número superior a 1000 películas de todo índole e incluyendo series de televisión, siendo el género fantástico lo predominante.
¿Cuál será la mayor obra que dejes para la posteridad o ya la hiciste?
Durante uno de los eventos de Cinema Santastic en el Centro Cultural de España, un conocido se me acercó y me dice que mi hija es lejos mi mejor obra, nada va a superar eso. Palabras que se agradecen, pero si me consultas en el ámbito profesional, aún no he podido hacer aquella historieta por la que pase a la historia, ya que me he dedicado a trabajar en el medio de forma profesional dejando a un lado los gustos e ideas personales por el minuto.
Pero si me preguntas cuál ha sido mi aporte dentro del género fantástico, es poner la ciencia ficción dentro del mapa de este país gracias a los eventos y actividades que desarrollamos con Ficcionautas; antes de nosotros prácticamente no había nada o si sucedía pasaba desapercibido. Gracias a Ficcionautas nacieron los fandom de distintas índoles: la primera vez que estuviste cara a cara con Dark Vader fue aquí, también donde analizamos y hablamos de forma seria del género, llegando con nuestra palabra a aquellos que querían escuchar; formamos a muchos que querían aprender a narrar historietas, escribir literatura y un largo etc. Quizás ese sea mi legado, un pequeño granito de arena, pero como este país no tiene memoria, solo diré como Leónidas: “recuérdanos”.
Interesantísima entrevista. No conocía en detalle la trayectoria de Roberto Alfaro, por lo que esta conversación suma muchísimo. Un placer leer todo lo que cuenta y los grandes nombres que desliza como autores favoritos, todos pertenencientes a una generación maravillosa. Ahora me queda pescar algo de su obra.
ResponderEliminarSaludos,
RICARDO
Qué bueno haya sido de tu agrado esta entrevista y te animes a conocer el trabajo de Roberto...Pero se me fue preguntarle por obras publicadas suyas y a las cuales podamos acceder con facilidad.
EliminarInformativa e interesante entrevista.
ResponderEliminarMe alegra mucho haya sido de tu agrado este post, que se supone haré otras al resto de los ex Ficcionautas Asociados.
EliminarMe van a perdonar, pero este divertido personaje, aparte de ser un payasito bien chiflado que se distorsiona la realidad solo, es un verdadero CHANTA PROFESIONAL. Lo mas patético es un circulo de soberbios y ridículos, que aún le creen.
ResponderEliminarLástima no hayas dejado tu nombre, porque acusaciones como esta solo tienen validez su uno se hace cargo de ellas. Por mi parte conozco a Roberto y es una persona valiosa para mí, aunque no es un santo como el resto de nosotros, pero me habría gustado dijeras por qué tanto malestar con él
EliminarNo tengo porque dar mi nombre porque no soy nadie, sino en tu blog configuras la opción de que solamente comente gente activa con su cuenta Google, y así no comentan entes pululantes como yo. Pero me topé con esta entrevista y después de leerla, reírme y meditar, si opinaba o no, me di la libertad de discutir y desmitificar a este tipo, y creo que en todo espectro del internet tenemos esa opción, sea anónimo o no, y mi opinión es totalmente VALIDA. Total si diera mi nombre, que van hacer ¿funárme?, ¿Demandarme? O ¿Golpearme? , no pertenezco a este mundo, ya que me es indiferente después de verlo pasar, solo soy un vulgar consumidor, ¿malestar este sujeto? Por favor, me da lo mismo.
ResponderEliminarY sí, conocí a este personaje en por primera vez en ´´sus eventos´´, me topé con muchas de sus entrevistas tanto en prensa impresa o TV abierta (llenas de un ego sin sentido pero hilarantes totales, como la de este blog, y no es culpa de quienes lo entrevistaron), talleres del Parque O´higgins (un lugar bastante sucio, el tipo no era muy amigo de la limpieza) y en el Instituto ARCOS (dónde era detestado transversalmente por profesores, alumnos y funcionarios, por su tóxica e ilusa fanfarronería), y él no es nadie (o seamos un poco justos, es un poquito de la nada misma) de lo que dice ser.
No por algo los Exficcionautas lo dejaron solo, ya que en cada evento que realizaban, él solo se tiraba las flores, mientras los otros se rompían la espalda y perdían plata.
Que trabajó aquí para allá en grandes empresas norteamericanas, es solo una invención en su cabecita llena de delirios. Y no por algo en los 90s, casi todos los dibujantes de cómics nacionales de su generación (que etariamente soy parte), se mofaban de él como ´´Alamiro Alfaroso´´, una caricatura de él, muy delirante y engreída, por lo mismo muy acertada. El tipo dibuja (y démosle algún crédito, por lo menos dibuja) ahí no más, y que en su narrativa cuenta de que trabajó para Marvel, por favor, no sale en ningún crédito y dudo que un editor o productor lo tomara en cuenta. Él se inventó un cuento, que solo él y algunos ingenuos (que esos sí, en su mayoría, son unos verdaderos presuntuosos, él es un iluso que no miente en su imaginario fantoche, no más) se la creen o por pena se la aplauden (que son los menos).En SALO, cuando envió sus trabajos, todos nos carcajeábamos y nos hacíamos la pregunta ¿en serio trabajó para Marvel?.
Conocí a Roberto cuando yo tenía cerca de 20 años y era muy ingenuo aún. Siempre fue amable conmigo y ese tiempo con los Ficcionautas lo recuerdo con mucho cariño. Nunca profundicé más allá de eso con él y aparte de tenerlo en Feis, participo en su revista virtual Los del Parque. Respecto a lo que dices de él, no lo pongo en tela de juicio, que he comprobado hace en RRSS que hace comentarios indebidos... ¡Pero nadie es perfecto!
EliminarCon respecto a su labor como profesor, me da la impresión, de que tiene más alumnos que lo deploran que los que le agradecen, por su manera de criticar a sus alumnos (por diferentes razones, incluyendo una supuesta grandilocuencia, pero se notaba más la envidia y el resentimiento) y no tiene ninguna autocritica de los garabatos que ha hecho, pero ojo, él dibuja pero ahí no más. Y pregúntenle porque lo echaron del Instituto ARCOS, que si analizo en los tiempos de hoy, se ha salvado de la mejor funa, algo de suerte que tenga.
ResponderEliminarPero si lo miramos desde otra perspectiva, aparte de ser un ilusorio, es un personaje simpático y risible, en especial cuando sale a relucir su caricaturesca envidia (conocida y de culto, fue su pataleta ante un reconocido y respetable dibujante nacional de nuestra generación, que dibujó en su tiempo a los personajes de una reconocida marca de zumos de frutas) o cuando en su cabecita comienza a mezclar las cosas, realmente es hilarante.
Pero, lo dejo ahí, Uds. decidan si el tipo les dice la verdad (que, tengo que ser justo, ha hecho cosas, pero ninguna con la algarabía y grandilocuencia, que dice ser, sino carcajéense con la publicación, Oxígeno 2) en lo que predica (aunque no miente, ya que su chifladura interna se la cree) o que yo sería parte del ´´sendero de envidias´´ que siempre este personaje salta a predicar, cuando alguien no le compra su divertida narrativa. Y si les sale con que tiene un diploma de los EEUU, en el cual dice que es ´´Él único que puede dibujar cómics en Chile´´, ahí les recomiendo que usen su sentido crítico (si es que tienen), de que el tipo es un verdadero iluso vendedor de pomadas.
No tengo nada más que agregar y responder, ya que es una verdadera pérdida de tiempo debatir sobre este sujeto.
Adiós.
PD: Buen Blog, incluyendo esta graciosa entrevista.
Impactante todo lo que dices y eso demuestra que todos tenemos tejado de vidrio. Por mi parte, como no tengo malas experiencias con Roberto, prefiero quedarme con lo mejor de él. Gracias por contestar mis dudas, que has sido amable en tomarte tu tiempo sin ser ofensivo y gracias por tus palabras al blog. Feliz en tenerte por acá cuando quieras
Eliminar