A fines del año pasado terminó la exitosa
serie española dramática y de acción La Casa de Papel. Veámoslo como “Quinta parte”, “Tercera
temporada” o “Quinta temporada” (es algo confuso cómo la segmentaron los de
Netflix, quienes compraron este éxito ibérico y le dieron continuidad tras
haber finalizado originalmente en 2017), este 2021 se exhibieron sus últimos 10
episodios, los que se dieron a conocer al publico en dos tandas (septiembre y
diciembre). Es así que, con gran
expectación por parte del público, pudimos ser testigos de cómo sus
protagonistas por fin lograban salir del último aprieto en el que se metieron y
todo para salvar a un amigo, “burlar al sistema” y, de paso, conseguir una increíble
millonada (sin olvidar que, pese a ser ladrones, terminaron por convertirse en
héroes para millones de personas, entre sus coetáneos dentro de la ficción
misma y la audiencia internacional que seguía sus andanzas a lo largo de los
años).
Si hacemos un repaso a de qué fue esta finalización, que por lo general dejó bastante conformes a sus fanáticos y sin caer en los spoilers, debemos recordar que sus antihéroes se encuentran en un banco (a la vez museo) “atrapados”, o sea, rodeados por las fuerzas policiales e incluso militares, mientras hacen lo posible por sacar el oro de la más increíble manera que se les ha ocurrido al Profesor y a otras mentes que estuvieron en su planificación, mucho antes de los sucesos que los llevaron a este último lugar (y tal como ahora se nos revela). Las cosas no están fáciles, pues su mayor “enemigo” está en verdad obsesionado con ellos y es hasta maquiavélico en su manera de tratar el asunto. Por otro lado, el Profesor se haya bajo el poder de la- en verdad- maravillosa agente Sierra (sin dudas, uno de mis personajes favoritos), quien es lo más parecido a su Némesis. Por lo tanto, el grupo en el banco debe arreglársela por las suyas, así como el Profesor tiene nuevos problemas que afrontar y para los que no estaba preparado... ¡Pero, vaya, qué genial su capacidad para improvisar y amoldarse al azar! Cabe mencionar que no todo saldrá totalmente como esperábamos, con sorpresas y emociones de todo nivel.
A estas alturas, ya unos 5 años desde que comenzamos a conocer a los personajes y luego con la inyección de dinero por parte de Netflix, al introducir a otros tan interesantes como los primeros, nos queda claro que hay matices para todo y en especial cuando se trata de profundizar en el alma humana. Ante lo dicho, podemos darnos cuenta de que todos tenemos capacidad para una cosa u otra: el bien y el mal, que son algo mucho más complejo de lo que nos mostraban las historias maniqueas. Por lo mismo, en un ladrón podemos encontrar nobleza y una enorme capacidad para amar, así como en los mismos que defienden la justicia, hayamos a gente sin escrúpulos y que gusta de la violencia (viejas ideas tantas veces tratadas en la ficción con grandes ejemplos). Luego, ser testigos del desarrollo de los personajes que aquí aparecen es todo un espectáculo y un placer, de modo que no resulta difícil sentir simpatía hacia alguno de estos seres “imperfectos” (tal como nosotros) y sentirnos identificados con más de uno de ellos
Como ya pasó, desde que comenzó este segundo golpe y en lo que opto por llamar la quinta temporada, tenemos varios flashbacks que se remontan a años atrás antes de que se hiciera el primer atraco y en este sentido, destacable es el debut de un nuevo protagonista, nada menos que del hijo de Berlín y quien luego de contarnos su historia, uno se pregunta de qué manera se vuelve a conectar con su tío (a ver… ¿A quién me estoy refiriendo?) y los demás. Mucho se nos aclaro acerca de cómo se llegó hasta acá y, por otro lado, resulta plausible cómo los nudos argumentales se van desenredando hasta el impactante desenlace. Como era obvio, hay que estar preparados para una que otra lagrimita y asumir que es hora de despedirnos de alguien y no solo porque el show por fin.
De este último año en pantalla y en plena pandemia, cabe destacar algo por completo inesperado, que de seguro a más de un espectador se le fue apreciarlo en toda su magnitud: la introducción de un elemento sobrenatural, algo por completo ajeno a lo que hasta el momento habíamos visto, del cual no diré nada más a ver si saben a lo que me refiero.
Ahora bien… ¿Existe un discurso político detrás de este programa que ensalza a un grupo de ladrones por sobre la gente “decente”? (una de sus figuras más destacadas es una persona claramente violenta y ahora más que nunca nos queda claro ello). La verdad es que, si hay una ideología detrás de un producto masivo como este, que pretende tanto entretener como ganar dinero, creo le toca a cada uno hacer su propia evaluación; y es que por mi parte no veo ánimo de moralizar, sino que más bien de invitarnos a la reflexión, que en todo caso no hay que olvidar que los personajes más detestables no son los socios del Profesor, sino que gente rastrera como el recordado “Arturito”, el Jefe de Seguridad César Gandía y el Coronel Luis Tamayo. Teniendo en cuenta a los 3 mencionados, cada uno de ellos en importantes puestos dentro de sus funciones, bien podríamos decir que en efecto hay corrupción y personas non gratas entre sus filas, de modo que cuando enjuiciamos a la ligera a alguien fuera de la legalidad y damos por sentado que las autoridades siempre corresponden a gente virtuosa, no siempre estamos frente a la verdad. Personalmente no voy a defender a los “ladrones de buen corazón” de este título y entre todos los personajes que aquí salen, al final quien más consiguió mi favor fue nada menos que la agente Sierra. No creo que en general haya sujetos a los que admirar acá, aunque sí podemos encariñarnos con ellos, pero salvo la mencionada ex inspectora, estos individuos solo nos demuestran que no hay personas perfectas y que los modelos a seguir siempre los idealizamos o, en el mejor de los casos, obviamos sus errores y es que, después de todo, siempre tendremos “tejado de vidrio” (unos más que otros, por supuesto).
Si hacemos un repaso a de qué fue esta finalización, que por lo general dejó bastante conformes a sus fanáticos y sin caer en los spoilers, debemos recordar que sus antihéroes se encuentran en un banco (a la vez museo) “atrapados”, o sea, rodeados por las fuerzas policiales e incluso militares, mientras hacen lo posible por sacar el oro de la más increíble manera que se les ha ocurrido al Profesor y a otras mentes que estuvieron en su planificación, mucho antes de los sucesos que los llevaron a este último lugar (y tal como ahora se nos revela). Las cosas no están fáciles, pues su mayor “enemigo” está en verdad obsesionado con ellos y es hasta maquiavélico en su manera de tratar el asunto. Por otro lado, el Profesor se haya bajo el poder de la- en verdad- maravillosa agente Sierra (sin dudas, uno de mis personajes favoritos), quien es lo más parecido a su Némesis. Por lo tanto, el grupo en el banco debe arreglársela por las suyas, así como el Profesor tiene nuevos problemas que afrontar y para los que no estaba preparado... ¡Pero, vaya, qué genial su capacidad para improvisar y amoldarse al azar! Cabe mencionar que no todo saldrá totalmente como esperábamos, con sorpresas y emociones de todo nivel.
A estas alturas, ya unos 5 años desde que comenzamos a conocer a los personajes y luego con la inyección de dinero por parte de Netflix, al introducir a otros tan interesantes como los primeros, nos queda claro que hay matices para todo y en especial cuando se trata de profundizar en el alma humana. Ante lo dicho, podemos darnos cuenta de que todos tenemos capacidad para una cosa u otra: el bien y el mal, que son algo mucho más complejo de lo que nos mostraban las historias maniqueas. Por lo mismo, en un ladrón podemos encontrar nobleza y una enorme capacidad para amar, así como en los mismos que defienden la justicia, hayamos a gente sin escrúpulos y que gusta de la violencia (viejas ideas tantas veces tratadas en la ficción con grandes ejemplos). Luego, ser testigos del desarrollo de los personajes que aquí aparecen es todo un espectáculo y un placer, de modo que no resulta difícil sentir simpatía hacia alguno de estos seres “imperfectos” (tal como nosotros) y sentirnos identificados con más de uno de ellos
Como ya pasó, desde que comenzó este segundo golpe y en lo que opto por llamar la quinta temporada, tenemos varios flashbacks que se remontan a años atrás antes de que se hiciera el primer atraco y en este sentido, destacable es el debut de un nuevo protagonista, nada menos que del hijo de Berlín y quien luego de contarnos su historia, uno se pregunta de qué manera se vuelve a conectar con su tío (a ver… ¿A quién me estoy refiriendo?) y los demás. Mucho se nos aclaro acerca de cómo se llegó hasta acá y, por otro lado, resulta plausible cómo los nudos argumentales se van desenredando hasta el impactante desenlace. Como era obvio, hay que estar preparados para una que otra lagrimita y asumir que es hora de despedirnos de alguien y no solo porque el show por fin.
De este último año en pantalla y en plena pandemia, cabe destacar algo por completo inesperado, que de seguro a más de un espectador se le fue apreciarlo en toda su magnitud: la introducción de un elemento sobrenatural, algo por completo ajeno a lo que hasta el momento habíamos visto, del cual no diré nada más a ver si saben a lo que me refiero.
Ahora bien… ¿Existe un discurso político detrás de este programa que ensalza a un grupo de ladrones por sobre la gente “decente”? (una de sus figuras más destacadas es una persona claramente violenta y ahora más que nunca nos queda claro ello). La verdad es que, si hay una ideología detrás de un producto masivo como este, que pretende tanto entretener como ganar dinero, creo le toca a cada uno hacer su propia evaluación; y es que por mi parte no veo ánimo de moralizar, sino que más bien de invitarnos a la reflexión, que en todo caso no hay que olvidar que los personajes más detestables no son los socios del Profesor, sino que gente rastrera como el recordado “Arturito”, el Jefe de Seguridad César Gandía y el Coronel Luis Tamayo. Teniendo en cuenta a los 3 mencionados, cada uno de ellos en importantes puestos dentro de sus funciones, bien podríamos decir que en efecto hay corrupción y personas non gratas entre sus filas, de modo que cuando enjuiciamos a la ligera a alguien fuera de la legalidad y damos por sentado que las autoridades siempre corresponden a gente virtuosa, no siempre estamos frente a la verdad. Personalmente no voy a defender a los “ladrones de buen corazón” de este título y entre todos los personajes que aquí salen, al final quien más consiguió mi favor fue nada menos que la agente Sierra. No creo que en general haya sujetos a los que admirar acá, aunque sí podemos encariñarnos con ellos, pero salvo la mencionada ex inspectora, estos individuos solo nos demuestran que no hay personas perfectas y que los modelos a seguir siempre los idealizamos o, en el mejor de los casos, obviamos sus errores y es que, después de todo, siempre tendremos “tejado de vidrio” (unos más que otros, por supuesto).
Bueno, Elwin, desde que leí tu anterior entrada sobre esta serie, todavía no la vi. Falta de tiempo, me temo.
ResponderEliminarEn cualquier caso, la ficción española está en un buen momento, y comenzamos a atrevernos con géneros com la ciencia ficción. Gracias a las plataformas como Amazon o Netflix, aumentan los presupuestos, los medios y la libertad creativa, y ya no pasa todo necesariamente por la RTVE.
Por otra parte vi que el personaje de Berlín, que creo que es importante en esta temporada de desenlace, está interpretado por un actor gallego, Pedro Alonso. En Galicia se hizo muy popular gracias a la serie de TV "Padre Casares", una comedia costumbrista muy inspirada por los libros de Don Camilo, de Giovannino Guareschi. Pedro Alonso interpretaba a Don Horacio Casares, un joven sacerdote que destinaban a una pequeña parroquia rural gallega.
Me alegra mucho tener las palabras de un español por acá sobre una serie ibérico que me gusta tanto y es tan querida por estos lares... ¡Casi imperdonable no la hayas visto! Te cuento que mi serie de tv española más querida es "El Ministerio del Tiempo", a la que le he dedicado un montón de posts. Por otra parte, de niño en los ochenta me marcó mucho "Verano Azul".
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