En 1988
se estrenó la tercera temporada, (por llamarlo de una forma) de Saint
Seiya, el famoso animé ochentero conocido en Occidente como Los Caballeros
del Zodiaco. Consistente en 15
episodios, adapta la Saga de Poseidón, historia canónica escrita y dibujada por
su propio autor Masami Kurumada y que tuvo que esperar un resto de tiempo, para
tener su adaptación audiovisual, puesto que cuando en Japón acabó el arco
argumental de La Guerra de las Doce Casas, el cómic aún no estaba terminado.
Como antes de producir esta última etapa de Saint Seiya, se había optado por realizar una historia de "relleno" y por completo exclusiva de la serie televisiva (La Saga de Asgard), se conectó de manera directa ambas tramas y de ese modo logró mantenerse la continuidad y uniformidad a lo largo del animé.
Tal como queda claro en el mismo manga, los eventos previos a esta etapa, solo fueron una especie de calentamiento a la amenaza de ahora y es que si antes fue un desquiciado poderosísimo el culpable de todo el mal y de la corrupción de los Caballeros de Plata y de algunos Caballeros Dorados; posteriormente, el mundo entró en caos debido a la maldición de un anillo mágico y, en cambio, en esta ocasión todo es debido a la presencia de un dios de la Antigüedad, enemistado por razones muy singulares con Atena. Por lo tanto, nuestros héroes y su Señora deben viajar, ahora nada menos, al fondo del mar para evitar la destrucción del planeta.
Una vez más, se cumple el recurso tan de "videojuego" de quemar etapas, enfrentándose cada coprotagonista a un adversario para llegar todos a su destino y entonces derrotar al peor de los enemigos. Sin embargo, pese a que puede parecer un método trillado en Saint Seiya, cada contrincante al que se enfrentan los "Santos de Cobre", tiene algo interesante que mostrarnos y contarnos; ya que no se trata solo de bonitas nuevas armaduras, sino que hay todo un personaje detrás de estos guerreros. Debido a lo anterior, destaca uno de ellos que tiene que ver con un importante fragmento del pasado de Hyoga.
El guión se acompleja, cuando poco a poco vamos descubriendo quién realmente está detrás de tanto desastre, un muy interesante giro en los acontecimientos y que se encuentra entre los mejores detalles del show.
Aparte de la intervención de Seiya, sus compañeros y, por supuesto, Saori (Atena), destacan en esta historia viejos conocidos como Kiki (quien tiene un destacado rol como ayudante de los Caballeros de Bronce) y Shaina (¡Para mí lejos el mejor personaje femenino de la serie!). Por otro lado, además de los hombres de Poseidón, nos encontramos con una mujer guerrera en un papel similar al de los Caballeros de Plata y quien se convierte en la contrincante de la mentada Shaina. Asimismo, aunque aparecen un poco los otros Caballeros de Bronce, su participación es más bien anecdótica no más; en cambio, Hilda y Fler, también tienen su rol al principio de la saga, lejos más relevantes que los viejos compañeros de nuestros héroes y quedando, de ese modo, señalado el buen impacto que consiguieron los Dioses Guerreros y todo lo relativo a ellos. En cuanto a los Caballeros Dorados sobrevivientes, su participación bastante grata, nos anticipa la tremenda importancia que a futuro tendrán, en la siguiente guerra sagrada (¡Y siempre es un gusto volver a verlos!)
Para este arco argumental, Seiji Yokoyama volvió a componer una nueva banda sonora y que, si bien es maravillosa, no alcanza la calidad épica de lo realizado para la Saga de Asgard (aunque se siguieron usando temas de los capítulos anteriores). Por otro lado, aunque las armaduras de los 7 Generales de Poseidón resultan impresionantes y hermosas, cuando las llevan puestas sus usuarios, en modo "pasivo" (por llamarlo de una forma) muchas de ellas no son muy atractivas que digamos
Por cierto, se volvieron a usar los mismos opening y ending de la etapa anterior, aunque en el caso del primero, se modificaron las escenas finales para mostrar a los personajes submarinos.
Ya se ha hablado por acá y en otros lugares y circunstancias, del doblaje mexicano (que me fascina); poseedor de un alto nivel de dramatismo, digno de los mejores seiyus japoneses (actores que ponen las voces en las versiones originales y que en su patria son considerados verdaderas estrellas). No obstante, a la hora de traducir hubo unos cuantos errores y que en más de una ocasión hicieron graciosos los diálogos, pese a la naturaleza épica de estos. Es así, que a los 7 Generales de Poseidón los llaman MARINAS, que bien ridículo queda el término en femenino, mientras que otras veces se les nombra como corresponde; sin embargo, el caso más cómico de estos errores y que es tan absurdo (que más bien quiero creer fue hecho a propósito), viene a ser cuando uno de los enemigos, dice algo así cuando se enfrenta a uno de los Caballeros de Bronce:
"¡Oh, veo detrás suyo DIBUJADOS los espíritus de sus maestros".
Por otro lado, como es habitual en este animé, nos encontramos con más "recuerdos", escenas del pasado de los personajes y, por lo general, de sus antiguas batallas que hemos visto y revisto una y otra vez a lo largo de sus 114 episodios clásicos. De igual manera, es muy recurrente durante los enfrentamientos, que uno de los contrincantes se refiera a sus emociones en ese momento, describa el ataque de su rival y mencione el efecto que este le produce. Asimismo, no faltan los momentos cursis- que igual adoro- en los cuales, a uno de los héroes, se le aparece en el cielo el busto gigante de alguien muerto o de un ser querido que le habla desde la distancia.
Por último, puede ser que esta última parte de Saint Seiya no sea la mejor (que ya saben cuál es mi favorita), no obstante, para nada aburre y posee momentos grandiosos. Quizás le faltó más desarrollo de los nuevos personajes, para hacerla superior.
A todo esto... ¿Qué mierda pasó con los Caballeros de Metal, que nunca más se supo de ellos?
Como antes de producir esta última etapa de Saint Seiya, se había optado por realizar una historia de "relleno" y por completo exclusiva de la serie televisiva (La Saga de Asgard), se conectó de manera directa ambas tramas y de ese modo logró mantenerse la continuidad y uniformidad a lo largo del animé.
Tal como queda claro en el mismo manga, los eventos previos a esta etapa, solo fueron una especie de calentamiento a la amenaza de ahora y es que si antes fue un desquiciado poderosísimo el culpable de todo el mal y de la corrupción de los Caballeros de Plata y de algunos Caballeros Dorados; posteriormente, el mundo entró en caos debido a la maldición de un anillo mágico y, en cambio, en esta ocasión todo es debido a la presencia de un dios de la Antigüedad, enemistado por razones muy singulares con Atena. Por lo tanto, nuestros héroes y su Señora deben viajar, ahora nada menos, al fondo del mar para evitar la destrucción del planeta.
Una vez más, se cumple el recurso tan de "videojuego" de quemar etapas, enfrentándose cada coprotagonista a un adversario para llegar todos a su destino y entonces derrotar al peor de los enemigos. Sin embargo, pese a que puede parecer un método trillado en Saint Seiya, cada contrincante al que se enfrentan los "Santos de Cobre", tiene algo interesante que mostrarnos y contarnos; ya que no se trata solo de bonitas nuevas armaduras, sino que hay todo un personaje detrás de estos guerreros. Debido a lo anterior, destaca uno de ellos que tiene que ver con un importante fragmento del pasado de Hyoga.
El guión se acompleja, cuando poco a poco vamos descubriendo quién realmente está detrás de tanto desastre, un muy interesante giro en los acontecimientos y que se encuentra entre los mejores detalles del show.
Aparte de la intervención de Seiya, sus compañeros y, por supuesto, Saori (Atena), destacan en esta historia viejos conocidos como Kiki (quien tiene un destacado rol como ayudante de los Caballeros de Bronce) y Shaina (¡Para mí lejos el mejor personaje femenino de la serie!). Por otro lado, además de los hombres de Poseidón, nos encontramos con una mujer guerrera en un papel similar al de los Caballeros de Plata y quien se convierte en la contrincante de la mentada Shaina. Asimismo, aunque aparecen un poco los otros Caballeros de Bronce, su participación es más bien anecdótica no más; en cambio, Hilda y Fler, también tienen su rol al principio de la saga, lejos más relevantes que los viejos compañeros de nuestros héroes y quedando, de ese modo, señalado el buen impacto que consiguieron los Dioses Guerreros y todo lo relativo a ellos. En cuanto a los Caballeros Dorados sobrevivientes, su participación bastante grata, nos anticipa la tremenda importancia que a futuro tendrán, en la siguiente guerra sagrada (¡Y siempre es un gusto volver a verlos!)
Para este arco argumental, Seiji Yokoyama volvió a componer una nueva banda sonora y que, si bien es maravillosa, no alcanza la calidad épica de lo realizado para la Saga de Asgard (aunque se siguieron usando temas de los capítulos anteriores). Por otro lado, aunque las armaduras de los 7 Generales de Poseidón resultan impresionantes y hermosas, cuando las llevan puestas sus usuarios, en modo "pasivo" (por llamarlo de una forma) muchas de ellas no son muy atractivas que digamos
Por cierto, se volvieron a usar los mismos opening y ending de la etapa anterior, aunque en el caso del primero, se modificaron las escenas finales para mostrar a los personajes submarinos.
Ya se ha hablado por acá y en otros lugares y circunstancias, del doblaje mexicano (que me fascina); poseedor de un alto nivel de dramatismo, digno de los mejores seiyus japoneses (actores que ponen las voces en las versiones originales y que en su patria son considerados verdaderas estrellas). No obstante, a la hora de traducir hubo unos cuantos errores y que en más de una ocasión hicieron graciosos los diálogos, pese a la naturaleza épica de estos. Es así, que a los 7 Generales de Poseidón los llaman MARINAS, que bien ridículo queda el término en femenino, mientras que otras veces se les nombra como corresponde; sin embargo, el caso más cómico de estos errores y que es tan absurdo (que más bien quiero creer fue hecho a propósito), viene a ser cuando uno de los enemigos, dice algo así cuando se enfrenta a uno de los Caballeros de Bronce:
"¡Oh, veo detrás suyo DIBUJADOS los espíritus de sus maestros".
Por otro lado, como es habitual en este animé, nos encontramos con más "recuerdos", escenas del pasado de los personajes y, por lo general, de sus antiguas batallas que hemos visto y revisto una y otra vez a lo largo de sus 114 episodios clásicos. De igual manera, es muy recurrente durante los enfrentamientos, que uno de los contrincantes se refiera a sus emociones en ese momento, describa el ataque de su rival y mencione el efecto que este le produce. Asimismo, no faltan los momentos cursis- que igual adoro- en los cuales, a uno de los héroes, se le aparece en el cielo el busto gigante de alguien muerto o de un ser querido que le habla desde la distancia.
Por último, puede ser que esta última parte de Saint Seiya no sea la mejor (que ya saben cuál es mi favorita), no obstante, para nada aburre y posee momentos grandiosos. Quizás le faltó más desarrollo de los nuevos personajes, para hacerla superior.
A todo esto... ¿Qué mierda pasó con los Caballeros de Metal, que nunca más se supo de ellos?
Opening 2 adaptado para la saga de Poseidón
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