Cuando el estudioso de los grandes textos
épicos y de la mitología comparada Joseph Campbell, escribió su ya clásico
libro El Héroe de las Mil Caras, realizó toda una clasificación acerca
de los tipos de viajes, si bien específicamente ligados al llamado Viaje
del Héroe; este viaje corresponde a un desplazamiento geográfico por
parte del héroe de turno, formando parte de los viajes físicos, pero a su
vez también posee un nivel de realización más cercano al crecimiento personal y
que en este caso es nominado como viaje interior o espiritual. Otros intelectuales como el psiquiatra Gustav Carl Jung, han
trabajado el tema en diferentes trabajos, demostrando la importancia del viaje
físico y del espiritual en la sociedad humana, el cual se manifiesta en un
sinnúmero de obras a lo largo de la historia, así como en la vida cotidiana de
los hombres y mujeres comunes y corrientes.
En
el caso del cine, el tema del viaje ha ido abordado una y otra vez, en especial
el de tipo físico y siendo más precisos, el correspondiente al Viaje
del Héroe; así es como todos aquellos filmes de carácter épico y/o
personajes heroicos, reflejan el tema de este periplo tan caro a la Humanidad
misma. Por lo tanto todas aquellas
adaptaciones de obras clásicas de la literatura como La Iliada, La
Odisea o ya más contemporáneas como
El Señor de los Anillos o Las Crónicas de Narnia, retratan
esta temática en la cual se proyectan lo mejor que hay dentro de nosotros
mismos, todo bajo la figura de un individuo ejemplar. Por otro lado, cada una de las adaptaciones
de cómics al séptimo arte, cualquiera de las películas de los X-Men, Spiderman,
Batman, Superman u otros, nos muestran también este arquetipo. No obstante el mismo viaje del héroe implica
también por lo general, el viaje interior, gracias a que el protagonista a medida
que realiza su odisea, a la par va conociéndose a sí mismo, ya sea asumiendo su
papel en mundo, como reconociéndose y/o aceptándose. Por todo lo anterior, cuando se trata de cine
y de viaje físico (y más todavía del viaje del héroe), los ejemplos abundan.
En
cambio el llamado viaje interior en las miles de cintas que se producen año a
año, pocas veces se hace evidente, puesto que su desarrollo resulta mucho más
complejo y sutil que la idea de alguien que va sorteando pruebas para lograr el
éxito (tal como sucede con claridad en el viaje del héroe). Dentro del viaje interno, se encuentra el Viaje
como evasión de la realidad, siendo grandes exponentes cinematográficos,
filmes como Trainspotting y El Club de la Pelea, ambos con
protagonistas no muy heroicos que digamos, si no que más bien poseedores de
vidas patéticas y que han optado por una existencia en la cual prefieren las
alternativas de la droga o la locura para sobrellevar su “insoportable levedad
del ser” (como diría Milan Kundera). Las
dos obras se encuentran basadas en novelas, por lo cual ahondan bastante bien
en la degradación espiritual y moral de sus personajes.
Zack Snyder, el director de la película. |
No
obstante hace pocos años ya, apareció en el horizonte fílmico, una bella
película que de una forma menos “decadente” retrata este viaje interior como
vía de escape y es a ella a la que le dedico este artículo. El largometraje en cuestión se llama Sucker
Punch del director y guionista estadounidense Zack Snyder (bastante
guapo por cierto, a tal punto que uno pensaría que más bien es actor antes que alguien
que trabaja tras las cámaras) y que fue estrenada en el 2011, poniéndole acá en
Latinoamérica el casi absurdo subtítulo de Mundo Surreal (el cual en todo caso
tiene cierta relación con lo acontecido en el filme). Sobre Zack Snyder se puede decir que es el
responsable de cintas que hoy en día son de culto, esperándose para este año su
relanzamiento en el cine de Superman.
Snyder se dio a conocer con su inteligente remake de El
Amanecer de los Muertos (2004) de George Romero, la que para
muchos es un trabajo superior a su fuente de inspiración y luego se dedicó a
hacer adaptaciones de cómics de culto como lo son 300 (de la novela gráfica
homónima de Frank Miller) y Watchmen (de la historieta escrita
por Alan Moore y dibujada por Dave Gibbons).
Quizás Sucker Punch sea su trabajo más personal, por razones que más
adelante serán aclaradas. Su cine, salvo
su película infantil Ga´Hoole posee una gran carga de violencia
visual (en otras palabras, es un director gore);
sin embargo aparte de su gusto por la hemoglobina y la truculencia, ya desde el
principio de su carrera ha marcado pauta gracias a su técnica a la hora de
manejar la cámara, pasando de una imagen rápida a una lenta de forma constante;
a su vez su cine se encuentra claramente influenciado por la estética del
videojuego y del videoclip. Sus
adaptaciones de historietas son consideradas algunas de las mejores versiones
de cómics, estando además basadas en obras de carácter adulto (por lo que no
recurren a los efectos facilistas, caricaturescos, ni moralizantes); a su vez
logró en ellas copiar casi con exactitud algunas de las viñetas más populares
de sus páginas. La influencia que con celeridad
logró en el terreno audiovisual, se puede percibir, por ejemplo, en la serie de
televisión Spartacus donde se copia tanto su estética de 300,
como sus técnicas cinematográficas.
Pasando
de lleno a Sucker Punch mismo, esta es una cinta que funciona en tres niveles
dramáticos; más bien es como una muñeca rusa, puesto que corresponde a una
historia central, dentro de la cual existe otra historia, de la cual a su vez
se desprende una tercera aún mucho más compleja. Es así como los tres niveles de acción si
bien ocurren en lugares diferentes, con realidades distintas, se encuentran
profundamente ligados, hasta que el nudo entre estas logra unirlas de un modo
bastante inesperado. La película
comienza en la década 1950, con la triste vida de una bella muchachita que junto
a su hermana menor, sufre de los constantes abusos de su padrastro; ésta (a la
que sólo se le conocerá con el extraño nombre de Babydoll) ante un acto de
furia para defender a su única familiar, hiere al hombre y de paso, por
accidente, mata a su hermana. Tal hecho
hace que el padrastro se aproveche de la situación y la interne en un
psiquiátrico. La muchacha es condenada a
ser lobotomizada y es entonces que esta condición la lleva a la segunda
realidad del filme, la cual transcurre en un lujoso prostíbulo donde mujeres de
increíble belleza y contra su voluntad atiendan a los clientes, dominando además
el arte del baile. Allí Babydoll decide escapar
junto a un grupo de compañeras, pero para eso deben trabajar en conjunto,
consiguiendo una serie de artefactos que les permitan lograr su objetivo (y es
en este nivel de la trama, que se aborda el llamado viaje físico como vía de escape,
junto al propio viaje del héroe que implica sortear todos estos pasos para
llegar bien al destino). Como de todo el
grupo de amigas en el lupanar es Babydoll quien baila extraordinariamente como nadie,
es la encargada de cautivar al público para que alguna de sus compañeras consiga
lo que necesitan. Ahora bien, nunca se
muestra la coreografía interpretada por la protagonista, la que se supone es
increíble; sin embargo es que durante se produce esta danza, que se da paso al
tercer estrato de realidad. Éste último
corresponde al menos realista de los tres, donde Babydoll junto a sus amigas,
realiza una serie de misiones enfrentándose a los más formidables enemigos.
Dichas aventuras, que corresponden a 4 en total, se muestran mientras se
produce el baile de la joven, por lo que el espectador de la película nunca
logra ver cómo realiza su danza, pero sí es testigo de la espectacularidad de
sus batallas en el “mundo surreal”
(parafraseando el subtítulo puesto por acá).
Profundizando en esta tercera etapa del viaje de Babydoll, cada una de
ellas corresponde a un tipo diferente de aventura. La primera de ellas demuestra el gusto del
director/guionista por el manga, el animé (cómic y animación japoneses
respectivamente) y el cine de artes marciales, transcurriendo en un Japón
feudal y luchando contra demonios samuráis.
La segunda aventura sucede en plena Segunda Guerra Mundial, dentro de lo
que se llama ciencia ficción steampunk,
ya que muestra avances científicos que nunca existieron en la realidad y que
como supuestamente se desarrollaron en el pasado, usan los medios que eran
posibles en dicha época (abundante uso de la energía en base al vapor, madera y
diseños considerados retro para hoy
en día, entre otros); pero a su vez por ocurrir en una supuesta Segunda Guerra
Mundial donde los nazis usaron zombies para la batalla, se trata de una ucronía, puesto que está ambientada en
una realidad alternativa y donde los hechos ocurrieron distintos a como en
verdad pasaron. La tercera “misión” tiene más bien relación con la fantasía,
puesto que en ella aparecen criaturas tipo trolls, salen dragones y sucede en
un castillo. El cuarto y último periplo
vuelve a la ciencia ficción, pero esta vez en otro planeta y con androides
incluidos. Cada una de estas secuencias
son viaje del héroe en su estado más puro,
poseyendo imágenes alucinantes de batalla cuerpo a cuerpo, acrobacias impactantes,
criaturas y paisajes inolvidables.
Ahora
bien, como pasa con el viaje interior como evasión, lo que sucede con Babydoll
en la primera realidad, la que es verdadera ante los ojos de quienes la rodean
y los espectadores, es que ésta opta por sumirse en un mundo que le sea mucho
más grato que el de la dura cotidianeidad que le toca vivir; es así como en
medio de sus ensueños, ya no es una indefensa víctima de las circunstancias, si
no que tanto en el segundo, como en el tercer nivel de su fantasía “escapista”,
es una mujer de armas de tomar que logra actuar como heroína y realizarse como
individuo (mas puede ser que la victoria no implique lo que se consideraría
como lo tradicional). La verdad de
Babydoll la supera por mucho que haya intentado triunfar ante el infortunio que
es su vida, por eso es que el único recurso que le queda para enfrentar la
desdicha, es replegándose en su interior y a través de su portentosa
imaginación, que es manifestación de su voluntad de vivir, lograr cierta
felicidad. Es en esta faceta suya que
implica toda una lucha y resistencia contra las tribulaciones que se le vienen
encima, que la protagonista convierte su evasión de la realidad en algo que la
lleva a ser una persona mucho más auténtica que los cobardes o amorales
personajes de Trainspotting y El Club de la Pelea; puesto que
Babydoll al menos lucha contra su miseria y si no logra la victoria en la
realidad material, escoge hacerlo dentro de su propia cabeza.
Debido a lo anterior, es que el filme se transforma en una alternativa
para mostrar cómo la mente humana tiene preponderancia sobre la realidad misma
y que sólo se requiere de una imaginación poderosa, para lograr superar la
adversidad; todo porque gracias a la enorme capacidad que poseemos para soñar y
con ello crear de la nada nuevos mundos y alternativos, así como de producir belleza
de la nada, que el artista es capaz de cautivar los ojos y el resto de los
sentidos. Por ende Babydoll es una
especie de dios dentro de sí misma, un demiurgo que transforma a su gusto el
paisaje interior suyo para alcanzar la felicidad. Considerando lo expresado hasta el
momento, este filme, que bien algunos
pueden considerarlo como un producto más del Hollywood comercial, posee más de
un momento que alcanza la sublimidad: como al final del cuarto ensueño de
Babydoll en la segunda realidad o tanto el comienzo y el final del filme, con
escenas que llegan a poseer una fotografía sobrenatural, aparte de ser momentos
bastante emotivos.
A lo
largo del filme hay personajes heroicos, como rastreros, todos estos entidades
arquetípicas que ayudan a que la finalidad de la cinta se lleve a cabo, como
también que dentro de la ficción misma se pueda desarrollar la lucha entre el
bien y el mal. Pero aparte de ello está
la oportunidad de que temas como la venganza, la redención, el sacrificio, la
miseria humana y otros, se encuentren mezclados en medio de una trama compleja,
pero a la vez tan habitual en el mundo “real”.
En su
momento la película fue estrenada con menos duración de lo pensado por Snyder,
quien luego sacó una edición en blu-ray con 17 minutos extras.
Para
promocionar el filme, se hicieron 4 estilizados cortometrajes correspondientes
a los distintos mundos que visita Babydoll en el tercer nivel de realidad respectivamente. Estos son animados y corresponden a precuelas
de los mismos viajes que en Sucker Punch aparecen. Su duración es breve y entre todos duran poco
más de 10 minutos. Todos ellos poseen
una voz en off que cuenta las historias. Estas joyitas fueron hechas por un prominente
animador suizo llamado Ben Hibon, quien si bien ya tenía su fama en el mundo de
los videojuegos, se hizo reconocido en el séptimo arte gracias a su artística
animación incorporada dentro del metraje de Harry Potter y las Reliquias de
la Muerte parte 2, donde Hibon recrea el Cuento de los Tres Hermanos.
Para
terminar, la cinta se encuentra apoyada por una genial banda sonora, llena de
populares canciones interpretadas por sus mismas actrices; es así como a lo
largo de su metraje, en el soundtruck, se escuchan varios covers de Alison Mosshart, Björk, Queen y Skunk Anansie.
Las bellezas heroicas de Sucker Punch. |
Hace un tiempo me la topé en el cable, vi desde la realidad alterna de la segunda guerra, pero la pelicula la encontre increible, y desde ahi creí aun mas de lo que Snyder seria capáz de dirigir si hiciera algo de aun mas peso, como pasó ahora con man of steel, y esperemos que la segunda parte sea tan genial como la rimera, en donde veremos a Batman, y segun fuentes, a Wonder Woman.
ResponderEliminarAtte. Fabian Ibarra
Qué bueno que la hayas podido ver, amigo. Si puedes por ahí, de seguro en Youtube, busca los cortos para disfrutar aún más. Gracias otra vez por leerme y comentar.
ResponderEliminarSaludos, aquí murinus2009.
ResponderEliminarComentario a destiempo, el 4 de marzo de 2017.
Durante años pensé que era el unico al que le habia gustado esta pelicula y que habia notado ese trasfondo: de alguien que lucha con lo poco que tiene, o practicamente con nada, contra una situación aplastante y desesperada, en lo personal me recuerda a (¿no se tu que opines Elwin?) "El laberinto del Fauno", de Guillermo del Toro, en la que también la protagonista usa su imaginación, el unico recurso que tiene, (al menos es una de las lecturas) para sobreponerse a lo que le toco sufrir, y también a una parte de la pelicula "Brazil" de Terry Gillian (no diré cual parte, para quien no la haya visto) en la que el protagonista, esta pasando por momentos espantosos de los que quiza no se salvé, pero aun así en su mente, el vive una vida de ensueño, tan feliz que hasta tararea la cancion carioca Brazil: "Brazil... laralalaralaraalaaa..."
"Sucker Punch" es una de mis peliculas favoritas de todos los tiempos, desconocía lo de los cortometrajes que mencionas, los buscaré para verlos, mi parte favorita es aquella en la que se toca de fondo la canción "White Rabitt", versión de Emiliana Torrini, aunque tiene muchas escenas memorables, como aquella de Scott Glenn diciendo a las chicas: "Si no viven y luchan por algo, terminarán muriendo por Nada¡.
Me dió gusto saber que alguien tan inteligente y preparado como tu Elwin, haya analizado esta forma de ver la pelicula, pues la mayoría de los que la critican la pone como algo puramente visual, sin buen trasfondo narrativo, buena comparación de esta cinta contra otras (de tematica parecida) que tuvieron mas éxito y aclamacion, como "El Club de la Pelea" (la otra ni la menciono ni quiero verla de nuevo), lo unico malo es que Sucker Punch no haya tenido exito, es mas creo se considera un fracaso, según yo inexplicable.
Reitero Elwin, me dió gusto ver esta reseña de Sucker Punch, ya que pensé que solo yo le tenía aprecio a este trabajo de Zack Snider.
Gracias y hasta Pronto.
Gran dicha me ha dado el hecho de que hayas leído este post, escrito hace tanto tiempo a raíz de este filme que me alucinó. Además te cuento que me la perdí en el cine y gracias a un querido amigo (Miguel Acevedo del blog "Le Dicen Poesía" que te recomiendo), apenas pude me la conseguí (sus recomendaciones siempre me han dado muchas satisfacciones).
EliminarQue este filme no haya tenido buena acogida, no le quita su valor, que bien sabes que no siempre una obra de arte es acogida con éxito en su momento y solo con el tiempo va tomando su lugar entre los clásicos.
Quedas invitado de antemano a revisar antiguos post, que me encantaría saber qué te parecen.