sábado, 1 de junio de 2013

El Horror en el Sexo y el Amor.


      A principios de los 80 aparecieron publicados una serie de cuentos de terror bajo el título genérico de Libros Sangrientos (o Libros de Sangre también en español), los que fueron 5 tomos en total; estos correspondían en su mayoría a relatos de corte sobrenatural, todos poseedores de algunas de las descripciones macabras más explícitas vistas hasta el momento, aptas para lectores sin mayores problemas con la truculencia y las situaciones extremas.  El artífice de estas historias era un joven autor inglés, quien había probado suerte con sus escritos en su país, para luego aventurarse con una primera tirada de pocos ejemplares en USA; así fue que acaparó la atención de gente como Stephen King, quien dijo de él “He visto el futuro del horror y su nombre es Clive Barker”.  Con el tiempo King demostró no estar equivocado y el propio Barker comenzó a ganar numerosos premios, a medida que iba publicando nuevas historias (muchas de ellas novelas, incluso obras de teatro, guiones para cómics y de videojuegos), además de incursionar en el séptimo arte adaptando muchas de sus obras por él mismo o por otros directores (algunas veces con gran éxito y otras veces no tanto).
     Dentro de los cuentos que componen los llamados Libros Sangrientos, se encuentra uno en particular donde tuvo por primera vez de protagonista a una mujer: Jacqueline Ess: Su Voluntad y su Testamento.  Éste, un ejemplo más de su literatura de terror rupturista en aquel tiempo, demostró a lo largo de sus páginas la obsesión del autor con el tema del sexo.  Así es como en muchos textos “barkerianos” se presenta la idea de que el sexo bien puede llegar a ser una manifestación de nuestros horrores interiores, como lo son la misma perversidad y lo animal subyacente dentro de nosotros mismos, los que logran expresarse en la sensualidad humana; de este modo, tal cual en los trabajos del Marqués de Sade, en muchos de los escritos de Clive Barker el sexo se muestra como un medio para el control de los demás y lo que bien puede llegar a conseguir la condenación de la gente.  A su vez el mismo sexo resulta ser una arista más del lado animal, todavía presente en la supuesta mente racional.   De este modo muchos de los horrores de Barker, como el mismo cuento ya citado, hacen uso de un efectivo erotismo donde los fluidos del deseo se mezclan con la sangre, las vísceras y todo tipo de apéndices monstruosos (lo que recuerda hasta cierto punto la primera etapa de la filmografía del canadiense David Cronenberg).
     En el caso concreto de Jacqueline Ess: Su Voluntad y su Testamento nos encontramos frente a la historia de una bella y sexy mujer, quien sin embargo es infeliz y por ello decide suicidarse; empero su deseo no es cumplido y sobrevive.  Una vez internada mientras se encuentra convaleciente, una conversación con su médico la hace enfurecerse y entonces descubre que tras su breve experiencia con la muerte ha desarrollado un increíble poder: con su mente es capaz de moldear la carne de los hombres de las formas más espantosas y aterradoras que su propia imaginación pueda concebir; por supuesto que esto implicará graves consecuencias para quienes resulten ser víctimas de su ira.  Es en los efectos de la habilidad de esta verdadera femme fatale, que el artista demuestra su inmensa capacidad fabuladora para lo bizarro, en explicar con gran verosimilitud, aun cuando se trate de la fantasía más oscura, las torturas físicas a las que somete Jacqueline a quienes tienen la mala suerte de hacerla enojar…Para muestra, un botón:

    “Su espíritu se concentró en el cuerpo que había detrás del barniz de los vestidos. En el músculo, el hueso y la sangre que había debajo de la piel elástica. Se lo imaginó desde todos los ángulos, midiéndolo, calculando su capacidad de resistencia y, finalmente, enfocándolo de frente. Pensó:
«Sé una mujer.»
Nada más ocurrírsele esa extravagante idea, empezó a convertirse en realidad. Lamentablemente, no fue una transformación de cuento de hadas; la carne del hombre se resistía a ese tipo de magia. Ella deseó que su pecho masculino diera lugar a dos mamas, y empezó a hincharse de una manera encantadora, hasta que la piel cedió y se le desprendió el esternón. Su pelvis, estirada y a punto de estallar, se rasgó por el centro; desequilibrado, se derrumbó sobre su despacho y la contempló con la cara amarilla por la conmoción. Se chupaba los labios sin parar, a fin de encontrar algo de humedad que le permitiera hablar. Tenía la boca seca y las palabras se le morían antes de nacer. Todo el ruido procedía ahora de entre sus piernas: el chorreo de la sangre y el golpe sordo del intestino al caer sobre la alfombra.
Chilló ante la absurda monstruosidad que había ideado y se retiró a la esquina opuesta de la habitación, donde vomitó en la maceta del gomero.
«¡Dios mío! –pensó–. Esto no puede ser un asesinato. Ni siquiera lo he tocado.»”

     Y es cuando la protagonista inicia un largo periplo físico y espiritual en la búsqueda del conocimiento que le permita controlar su poder y, por ende, conocerse a sí misma.  Durante este proceso, la mujer llega a tener trato con un abogado, quien no solo se obsesiona con ella, si no que llega a amarla; incluso la misma Jacqueline reconoce que de todos los hombres con los que ha estado, éste ha sido el único con el cual ha llegado a sentirse medianamente plena (y existe otro particular detalle en su relación con dicho amante: éste ha sido el único que la ha llamado por su nombre, mientras que el resto usa solamente apelativos para ella: en otras palabras, solo él la acepta como es, siendo capaz de ver más allá de su espectacularidad y haciéndola sentirse mujer de verdad).  Sin embargo, Jacqueline en su ceguera no puede darse cuenta que tiene muy cerca de ella la posibilidad de ser feliz en realidad; por esta misma razón, por su terquedad, deberá pasar por su propio infierno personal para por fin conseguir lo más cercano a la felicidad.  Entonces conoce a un mafioso, quien a su manera, como ella, es capaz de controlar la vida de quienes lo rodean.  Por último, Jacqueline se sume en la ignominia de una existencia  autodestructiva, hasta que al igual que en un cuento de hadas retorcido, su propio Príncipe Azul va en su búsqueda para salvarla.  El cuento termina con Jacqueline Ess y su verdadero amor fusionándose literalmente en un abrazo y de donde obtienen por fin  la paz que otrora les fuera negada.
    
En la personalidad errática, manipuladora y vengativa de la protagonista, así como en cada uno de los hombres que llegan a involucrarse con ella, es posible identificar la necesidad del ser humano por sentirse parte de algo (muchas veces manipulando a otros) para sentir lo que es el amor (o lo que ellos entienden por tal sentimiento).  En este sentido tanto Jacqueline Ess, como cada uno de sus hombres, ven al amor no como a una valoración del objeto amoroso, si no que más bien como una posesión que implica que uno se adueñe de éste (o estos).  Solo Vassi, quien ha quedado prendido de ella a tal punto de dejar todo por su musa, descubre que para alcanzar su idea de felicidad y conquistar la voluntad de Jacqueline, debe entregarse con humildad (y por esto logra deshielar el corazón de quien ama).  En cambio el resto de los hombres a quienes la protagonista llega a deslumbrar, ven en ella a un trofeo, algo que los encanta y desean conseguir a costa de cualquier precio; por otro lado la propia Jacqueline llega a verlos totalmente deshumanizados, usándolos y luego desechándolos.   Por lo tanto en la narración se presenta al acto sexual como a una especie de canibalismo, donde el amante consume la carne y la persona del otro; esto acá llega a ser literal, puesto que quienes terminan por yacer junto a la protagonista, ya no regresan de su abrazo (en especial hacia el final del relato, cuando Jacqueline Ess se ha convertido en una especie de prostituta sagrada y maldita, cuyos clientes nunca más vuelven a conocer sus placeres).
       Desde que Jacqueline Ess toma conciencia de su poder, se transforma en una criatura rencorosa y cruel, sin ápice de remordimiento frente a sus crímenes.  Cuando en su búsqueda del conocimiento para controlar adecuadamente sus nuevas habilidades, encuentra al hombre adecuado que le enseñe las lecciones que necesita, lo hace solo con un fin utilitarista.  De este modo una vez que logra exprimir toda la “sabiduría” de su especial maestro, lo desecha tal y como ya ha acostumbrado a hacer con el resto de los hombres que antes a ella la victimizaron.  Por lo tanto aquí se invierten los papeles y Jacqueline Ess, pese a todos sus encantos femeninos, se masculiniza; lo que hace con cada hombre que yace con ella es poseerlo, incluso cuando los mata, como una especie de violación, puesto que penetra con su mente sus cuerpos y los hiere. 
       La naturaleza retorcida de la protagonista en cuanto a cómo los hombres caen rendidos a sus pies y luego son consumidos por ésta (en cuerpo y espíritu), proviene de toda una tradición mítica y literaria de la que se nutre su autor.  En este sentido Barker se inspira en la figura del súcubo (demonio femenino), de la supuesta primer mujer de Adán que fue tentada por el demonio, la  Lilith de la tradición judaica, de las lamias griegas, sirenas, las vampiresas como Carmilla de Sheridan Le Fanu y Clarimonda de  Théophile Gautier…para convertir a su personaje en una proyección contemporánea y humanizada de estas bellezas tentadoras y mortales.  A su vez ya en el impresionante clímax del relato, el escritor muestra a la protagonista como a particular meretriz, a la cual se le practica una especie de culto y a quien los hombres se entregan como ofrendas, haciendo uso otra vez el autor de una poderosa imagen de arcaicas reminiscencias.
     Puede que a algunos la prosa exorbitante del autor, en cuanto a su juego de la mezcla de lo erótico con lo monstruoso, no sea del agrado de cualquiera; sin embargo uno sería un ciego, si negara la capacidad de su autor para llevar a nuevas dimensiones los viejos, pero permanentes temas como lo monstruoso, la mujer fatal, la búsqueda del amor, la soledad, la violencia y la misoginia en este tipo de literatura.  Por ende, un artista más convencional no habría permitido esta renovación del género de terror, que fue en su momento Clive Barker.


Antigua edición en español de estos
recomendables cuentos.

8 comentarios:

  1. Me he quedado sin aliento... ese fragmento que transcribiste es espeluznante a tal grado que pudo conmocionarme, y eso es estupendo.
    Ya me he interesado en este autor!
    Y lo que me gusta es esa contraposición entre lo masculino y lo femenino, la victima y el victimario... el sexo y la muerte en un especie de danza estética.
    Excelente entrada! Un placer leerte como siempre=)

    ResponderEliminar
  2. Pues me alegra, Damablanca, de haberte "presentado" a este genial autor. A ver si más adelante nos deleitas con tus impresiones al respecto en tu blog. Cariños desde Chile.

    ResponderEliminar
  3. De este autor sólo he leído "El corazón condenado" y "Cabal" pero soy un ignorante de sus relatos cortos, ciertamente parecen de gran intensidad. Ciertamente Barker tiene un gran talento para plasmar sus obsesiones, y con ese estilo tan descriptivo, tan sobrecogedor. Un saludo amigo Elwin.

    ResponderEliminar
  4. Hola,amigo. Como tú también he leído (y tengo) los libros que mencionas. Este no es el primer texto que dedico al autor, pues me gusta Barker. El año pasado leí de él "Imagica" y me gustó demasiado; de hecho me inspiró mi segundo trabajo dedicado a él. Pronto publicaré algo sobre una de mis pelis de terror favoritas. Espero con ansias disfrutar tu crítica al libro de Simmons que estás leyendo.

    ResponderEliminar
  5. Por cierto Elwin, leíste la adaptación al cómic de "Cabal"? Realmente creo que está más basado en su adaptación al cine "Nightbreed" ("Razas de Noche" en España), pues así se titula. Me apetecía leer algún cómic y me fío de tu criterio. Aunque la película no me fascinó (me pareció un serie B con encanto, pero que no hace justicia al original), la novela sí lo hizo.

    Espero tener pronto la reseña de "La caída de Hyperion". Saludos desde España amigo Elwin.

    ResponderEliminar
  6. Siempre he querido tener, ver y leer las adaptaciones al cómics de Barker, pero no ha podido ser. La película que mencionas, la dirigió el mismo Clive Barker y a mi me gustó mucho.

    ResponderEliminar
  7. Hola de nuevo Elwin, he leído tus artículos algo más antiguos sobre este autor, y me han resultado muy útiles y gratos por la cantidad de información que contienen, aunque me ha disgustado el maltrato de la obra del autor por parte de los editores españoles, por ejemplo estuve buscando la adaptación al cómic de "Cabal" que te comenté pero no la encuentro en ningún sitio, así que probablemente esté descatalogada y nunca reeditada. Esperemos que alguna editorial más arriesgada y respetuosa con autor y lectores se anime algún día a hacer justicia a Barker en nuestra lengua. Seguimos en contacto.

    ResponderEliminar
  8. Hola de nuevo, amigo Tomás. Pues en realidad en la lengua de Cervantes Clive Barker no ha tenido mucha suerte que digamos. Si leíste mi texto sobre Imagica, te habrás dado cuenta de la inmensa cantidad de años en que se demoró en ser traducido y eso que aún la mayor parte de su trabajo no ha tenido esa suerte (su misma novela corta a la que llamas "El Corazón Condenado" demoró alrededor de 20 años en traducirse). Puedo decir que en español está la versión en cómic de la novela "El Gran Espectáculo Secreto", pero en Chile cuesta un ojo de la cara, y que en su momento "Revelaciones", "Jack y el Geniecillo" y "Cómo se desangran los expoliadores" también llegaron en ese formato; más no tengo noticias de otras obras traducidas. Lo último que sé es que "Demonio de Libro" ya se encuentra traducido (nuevamente los editores españoles cambiaron el nombre original de una obra).

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...