domingo, 5 de abril de 2015

Mi película religiosa favorita de Semana Santa: “La Pasión de Cristo”.


     ¿Cómo podría comenzar a escribir acerca de uno de mis filmes favoritos y que más me han marcado en la vida? ¿Podría empezar refiriéndome primero a cuál fue mi acercamiento original con esta cinta? ¿O de inmediato comenzar a hablar de su génesis, la que al menos para mí tiene relación con su director? A lo mejor lo ideal sería mezclar ambas direcciones, ya que toda obra de arte se completa en la medida que le otorgamos sentido desde que llegamos a apreciarla, usando nuestra propia experiencia que la convierte en algo especial para uno mismo.  De este modo me es imposible pensar en este filme, si no se me viene a la memoria aquella vez en que la vi por primera vez, junto a un grupo querido de amigos.  Este hecho para mí fue toda una comunión entre nosotros, ya que desde nuestra individualidad compartimos juntos no solo una cinta inolvidable, por lo que fuimos testigos (gracias a la magia del cine) no solo del sufrimiento de Nuestro Señor, sino que pudimos comprobar sui generis la significancia de este tremendo acto de amor que es Su Pasión.    Por lo tanto ante el “espectáculo” que fue la traslación realista del sacrificio y martirio de Jesucristo, era imposible que yo (un llorón nato), no me emocionara en más de una ocasión viendo esta obra, por lo que en varios momentos de su metraje no dejé de lagrimear hasta ocupar montones de pañuelos para limpiarme el rostro.  Mis amigos, cada uno desde sus propias personas, tuvieron sus particulares epifanías y procesos de catarsis viendo la película…Sí recuerdo muy bien que la única amiga que se encontraba ese día entre nosotros, cuando terminó la exhibición se fue al baño y al volver junto al resto nos dijo: “Era como estar en un funeral.  Había una gran fila esperando para entrar, la mayoría llorando y adentro otras tratando de arreglarse frente al espejo para verse lo más dignas posibles, mientras se corregían el maquillaje corrido por el llanto”.  Bueno, los hombres no llegamos a esos niveles, pero sí puedo asegurar que vi a un montón como yo, que no pudo evitar emocionarse igual que niños.  He vuelto a ver este largometraje al menos 5 veces más desde ese maravilloso día y siempre me produce el mismo efecto, así como también con toda nueva revisión me ha permitido descubrir algo nuevo de entre sus numerosas virtudes.
    Y ahora a hablar derechamente acerca de La Pasión de Cristo:
     Corresponde a la tercera película hecha por su director Mel Gibson, datando esta del año 2004.  Antes de dedicarse a la cinematografía detrás de las cámaras, este australiano ya había hecho un montón de títulos desde finales de los setenta, trabajando en muchas ocasiones con algunos de los mejores directores de Hollywood (entre los que destacan Franco Zeffirelli, Peter Weir, Ron Howard, Wim Wenders, Richard Donner, M. Nigth Shyamalan  y muchos más) y ganándose sin duda el estatus de galán debido a su postura varonil, además del reconocimiento por su versatilidad a la hora de incursionar con éxito en distintos tipos de géneros.  Tras haber filmado su primera cinta como director (en la cual también tuvo el protagonismo), la intimista El Hombre sin Rostro (1993) y la multipremiada épica histórica Corazón Valiente (1995), cuando anunció su intención de realizar un filme bíblico acerca de las últimas horas de vida de Jesús, a sus admiradores no les quedaba más que esperar a que diera a cabo dicho proyecto. 
Nuestro Señor acepta su cruz sin dudarlo.
     Siendo un declarado católico, el cual a su vez forma parte de un sector tradicionalista dentro de la Iglesia, Gibson procuró hacer de su tercer trabajo una obra donde pudiese plasmar de una manera como nunca antes vista, la vida, pasión, muerte y resurrección del Señor, aunque ello significara llevar todo a los extremos más impresionantes al respecto.  Porque bien, se podría decir que sin ser una cinta de terror o de acción, La Pasión de Cristo es sin duda uno de los filmes más sangrientos en la historia del séptimo arte, ya que procura mostrar con lujo de detalles el tormento físico por el que pasó Jesús, desde que fue apresado por los hombres del Sanedrín, hasta que murió en la cruz.  Y es que con todo esto Mel Gibson, quien se asesoró por un montón de especialistas para realizar su labor (entre los que se encontraban sacerdotes jesuitas, científicos, entre otros), sin duda pretendió mostrarle al mundo lo que realmente significó el sacrificio de Cristo, quien ante las bestialidades de sus verdugos, realizó el acto de amor más grande en la historia de la Humanidad.  Por ende, su suplicio en sus más crueles aspectos, evidencia sin dudas el significado de tan increíble muestra de amor por los demás (¿Puesto que quién está realmente dispuesto a llevar tal carga sobre sus hombros, para salvar incluso a quienes lo han condenado a uno?).  Siendo una cinta recomendable para todo el mundo, tanto desde el punto de vista religioso como del artístico, el efecto de la dramatización de la Pasión de Cristo, hace que más de una persona llegue a taparse los ojos ante los momentos más gores de su metraje (y es por esta razón que luego se realizó una versión suavizada, para poder exhibirla sin problemas a los espectadores más sensibles al respecto). 
     Otro aspecto inaudito del filme, que corresponde a la intención de su autor en ser lo más fiel a los Evangelios, consiste en que fue por completo dramatizada usando en sus diálogos lenguas muertas y/o exóticas, entre las que se encuentran el latín, el arameo y el hebreo, las mismas que se hablaban en la época de Jesús entre la gente con la cual compartió.  Ese elemento por supuesto que le otorgó al conjunto un efecto dramático impresionante, al darle una verosimilitud tal, acompañado por una dirección de arte soberbia, resaltó el carácter documental de la obra.  Oír a los actores hablando en estas lenguas, de seguro por primera vez para muchos espectadores, convierte como nunca en un espectáculo para los sentidos una narración ya conocida, pero que gracias al talento de Gibson y en quienes se apoyó, no deja de mantener su cualidad de ser “la más grande historia jamás contada”.   La película a su vez utilizó como fuente de sus diálogos gran parte de los textos bíblicos, de modo que las palabras dichas por sus personajes en la mayoría de los casos, corresponden a la traslación literal de los escritos sagrados para  la comunidad cristiana.  El uso literal en muchos casos y en otros adecuando los pasajes bíblicos al guión adaptado, con el propósito de sacarle el mayor provecho a estos escritos, cobró una fuerza increíble al ser oídos en estos bellos idiomas.
    La Pasión de Cristo parte con Jesús rezando en el Huerto de los Olivos, Getsemaní, donde Nuestro Señor es visto orando con gran emoción a horas de ser apresado.  Esta escena de inmediato presenta al público la intensidad dramática del resto del filme, en el cual su fotografía y música se convierten en el acompañamiento ideal, para darnos la sensación de que en efecto estamos en la presencia de algo de connotaciones, que van mucho más allá de la realidad humana.  Es entonces que tras la aparición de Jesús, es posible identificar nada menos que a Satanás, quien es retratado de manera tan soberbia en su sutileza (andrógeno y cadavérico), que lejos logra provocar la sensación de maldad que muchas de la mejores obras de horror apenas logran recrear.  No está demás decir que la oposición entre la divinidad de Jesús, con toda la connotación beatificadora que posee, será contrastada en más de una ocasión a lo largo del filme con la naturaleza demoniaca de Satanás y de sus esbirros; de este modo en varias escenas es posible reconocer al Diablo detrás de los sujetos más  siniestros de la película, a los que además Gibson los hacer ver como a individuos a los que el mal los ha tocado a tal punto, que su figura realza la corrupción de sus corazones (por lo tanto los representa horribles y hasta idiotas, siguiendo la vieja tradición del arte maniqueísta, que representaba de la forma más visual la fealdad del mal y la belleza del bien).  Es así que el color de los ojos de Jesús, con un dorado sobrenatural, evidencia en ese puro detalle su magnificencia. 
   
"Don Sata" más aterrador que nunca.
Tras el prometedor comienzo de esta película, el resto continúa con la Pasión, deteniéndose a momentos en emotivos flashbacks sacados de varios pasajes sagrados, como el Sermón de la Montaña, la entrada triunfal de Jesús a Nazaret y, en especial, la Última Cena (con lavado de pies incluido).  Mención aparte merece el rol que se le otorga a María Magdalena, quien en uno de estas miradas al “pasado”, sin diálogos y en cámara lenta tal como le gusta a su director, entrega al público unas de las escenas más conmovedoras de esta obra (encarnada con una inmensa humanidad por la preciosa Mónica Bellucci).  Luego no podía faltar el famoso pasaje cuando la Virgen María recuerda un breve incidente del niño Jesús, a la par que en el “presente” se encuentra con su hijo durante su vía crucis (y aquí que de seguro los más duros de corazón no quedan impávidos).  La escena anterior y  otras más, lo más probable que sean invención de los guionistas (uno de ellos el propio Mel Gibson), no obstante ellas no dejan de entregarle a Jesús su dimensión más humana, aun en sus aspectos más divinos.  
    Para muchos ver y rever este filme resulta ser tanto un regocijo para el alma, como toda una experiencia mística, ya que la espiritualidad que despide, bien es posible vivirla gracias al uso de varios elementos que se conjugan para hacerlo algo único.  Entre ello no se puede olvidar mencionar aquellos agregados a la trama, de pasajes que escapan al canon religioso, que si bien son apócrifos o pertenecen a la tradición oral cristiana, al ser considerados como parte del guión, le otorgan un misticismo que engrandece la Pasión del  Señor.  Al respecto es que también se usaron algunas de las visiones de la mística Anna Catalina Emmerick, quien según cuenta la leyenda, durante sus trances vio imágenes nunca antes reveladas sobre  la Pasión.  Es así como en la cinta se recogen al respecto, las caídas de Cristo durante su peregrinaje a la crucifixión, la preciosa narración de la Verónica (que corresponde a una de las escenas más emblemáticas de esta obra), los nombres de los ladrones crucificados junto a Jesús, la Virgen limpiando la sangre de Cristo tras su flagelación por los soldados romanos y los tormentos de Judas.
    La Virgen María cobra gran relevancia en la visión personal de Gibson sobre todo esto, propia de un creyente católico fervorosamente marista, ya que le dedica varias escenas tanto junto a Jesús, como con otros personajes.  María es personificada como una mujer que ante todo es madre y que es capaz de inspirar en los demás la dignidad de su persona, a tal punto que incluso unos cuantos soldados romanos logran reconocer en ella su posición.  La Madre de Dios nunca pierde su condición de carne y hueso, por lo que no deja de condolerse ante el sufrimiento de Jesús, no obstante en la película queda en evidencia su aceptación ante el verdadero papel del fruto de su vientre.  La caracterización que hace de ella Maia Morgenstern, es sin duda sobrecogedora, tanto en las escenas donde se expresa la bella relación con su hijo, como cuando es testigo de su dolor. 
    Las apariciones de Poncio Pilatos en esta película también son notables, puesto que cuando sale a escena, queda de manifiesto que Mel Gibson se aleja de su acostumbrado maniqueísmo estético, para recrear a una figura histórica a la que convierte en una víctima más de las circunstancias (o más bien en un símbolo del poco peso del poder terrenal, cuando se enfrenta a las potestades celestiales).  No obstante el Pilatos de esta versión es un hombre justo, quien bien puede despertar simpatía al espectador, porque como representante del César en una provincia tan conflictiva como en la que le tocó vivir, era evidente que ante los hechos extraordinarios que estaban en desarrollo, solo le tocaba cumplir con su papel en lo que ya estaba escrito (tal como se lo dice el mismo Jesús). 
    Se ha acusado a Mel Gibson de antisemitismo, lo que en parte es culpa de este mismo, por unos cuantos comentarios públicos desacertados.   Independientemente de ciertas ideas que uno no pueda compartir con este artista (después de todo como seres humanos estamos sujetos a nuestras debilidades y tampoco se le puede pedir perfección, si nosotros mismos somos por igual imperfectos), afirmar que La Pasión de Cristo atenta contra la comunidad judía es una ridiculez.  Esto porque como ya ha quedado demostrado arriba, se basa en gran parte en los textos bíblicos, siendo que tal como queda claro incluso en escritos históricos de la época, Jesús como judío vivió entre los suyos; de este modo quienes creyeron en él en  su momento, eran tan judíos como él, así como también los que lo mandaron a morir lo eran.  Si Jesús hubiese vivido en la Alemania nazi, de seguro habrían sido los seguidores de Hitler quienes lo habrían mandado a la muerte, no obstante Nuestro Señor se hizo carne en una época y en una tierra donde los que habitaban eran judíos y esa es la herencia terrenal suya que no podemos negar.  Si esta cinta atentara en contra del pueblo de Israel, no sería posible apreciar el heroísmo ya mencionado de María Madre de Dios, la devoción de María Magdalena, el amor incondicional del Apóstol Juan y a los miembros del Sanedrín,  que con gallardía defienden la inocencia de Cristo de entre los suyos.  También es judía la mencionada Verónica, quien como nadie en la cinta se conduele del sufrimiento del Señor; por igual la aparición de Simón de Cirene, cuando es obligado a cargar su cruz, deja de manifiesto el cambio que se produce en el personaje cuando reconoce quién realmente está a su lado…Por último, si de sumas y restas se trata, aquellos que sufren ante el calvario de Cristo, son mucho más que los que se regocijan en su aflicción, siendo que el primer grupo estaba compuesto en su mayoría…por judíos.  No obstante la polémica logró eliminar del subtitulaje la cita bíblica que dice “Que su sangre caiga sobre nosotros y sobre nuestros hijos”, como si ella no estuviera en el texto sagrado y se refiriera solo al pueblo judío, cuando en realidad atiende a la humanidad por completo.
     Siendo que la llamada “Buena Nueva” de Nuestro Señor está dirigida a todo el mundo, en lo que respecta a la salvación, en esta película es posible reconocer en varios momentos de su desarrollo a personas que empatizan con el martirio de Jesús.  De este modo queda de manifiesto con ello, que si Mel Gibson hace uso del ya mencionado maniqueísmo estético para reflejar la eterna lucha del bien y del mal (y más todavía en el sentido más cristiano de la palabra), no cae en la demonización de ciertos grupos reflejados en la cinta.  Tal como se mencionó en el párrafo anterior, al ser judío Cristo, una parte importante de quiénes lo amaban eran judíos.  Asimismo es posible ver aquí a varios romanos que llegan a reconocer quién es en verdad aquel que está siendo inmolado, como la misma Claudia, esposa de Pilatos y muchos soldados quienes una vez el Señor expira, se arrodillan ante la revelación que les ha llegado (y no faltan aquellos que como ya se contó en este escrito, demuestran un trato respetuoso con la Virgen María).  Por muy triste que suene, Mel Gibson es homofóbico y bien se podría haber esperado de él una caricaturización de los homosexuales y lesbianas durante la escena en la corte de Herodes…No obstante esto no fue así y el mismo Antipas es visto como alguien sin malicia, a la par que algunos de sus súbditos son representados demostrando verdadero interés por el rey de los judíos, como por igual vergüenza y pesar (si no fíjense en el joven de color que agacha la cabeza mientras Jesús es interrogado).  Por otro lado, una vez muerto Nuestro Señor, el líder del Sanedrín Caifás, quien como pocos deseó la muerte de su “enemigo”, es mostrado todo compungido ante la certeza de su error.
    Cuando Jesús entrega su alma al Padre, se desata una tormenta (así como un terremoto) y es cuando Mel Gibson nos regala una imagen cargada de verdadera poesía visual: pues proyecta al monte de la crucifixión, desde el punto de vista de nada menos que de Dios…de modo que la primera gota de lluvia, se transforma sin vacilaciones en su lágrima ante el dolor por el que pasó su Unigénito.  La belleza de esta imagen, contrasta con la pavorosa contemplación del Infierno como la ausencia de toda vida, cuando Satanás es derrotado ante la Resurrección de Jesús. 
     Esta película no habría tenido tal impacto si no hubiese contado con el desempeño actoral de Jim Caviezel, quien interpretó acá a un Jesús capaz de albergar con armonía su propia humanidad, como su faceta divina.  Particularmente antes de ver este filme, Cristo para mí desde mi más tierna infancia tuvo el rostro del actor que lo interpretó en la también aclamada miniserie Jesús de Nazaret (que aquí en Chile emiten sagradamente todos los años para Semana Santa); no obstante cuando vi a este actor, al que ya conocía de otras grandes cintas (como en el genial filme de ciencia ficción Frecuency) haciendo de nuestro salvador, solo su versatilidad logró quitármelo de la cabeza como la única personificación suya (recordemos que es uno de los protagonistas de la formidable serie Person of Interest).  De seguro el trabajo que le significó hacer de Jesús, como nadie en los peores momentos de su pasión, fue algo que le requirió un gran compromiso físico y espiritual.  Al respecto es que poco antes de ser estrenada esta película, tuvo el honor de ser invitado por nada menos que el Papa Juan Pablo II al Vaticano; el recordado “Peregrino de la Paz” conversó largo y tendido con el hombre que a su manera vivió el mismo martirio de Nuestro Señor y según dicen como pudo ver en una función privada esta obra antes de ser emitida, dijo a quiénes lo acompañaban sobre la Pasión de Cristo: “Así fue”.

Uno de mis momentos favoritos de esta película: La Verónica.

10 comentarios:

  1. Las versiones cinematográficas acerca de la Vida y Obra de Nuestro Señor Jesucristo, nunca dejan de ser polémicas y, de una u otra manera, enfrentan a los creyentes entre sí y a los no creyentes entre sí. La influencia de estos filmes es tan grande que, en realidad, lo que la mayoría de la gente sabe acerca de N. S. Jesucristo (especialmente si se es católico) es, precisamente, a través de ellos. Y ya puestos a opinar, mis favoritas son:
    Rey de reyes: con el inolvidable Jeffrey Hunter (sí, el mismísimo Capitán Pike del piloto de Star Trek). Una versión algo libre, pero que tiene el mérito de mostrar a un Jesús fuerte y amable al mismo tiempo. Con una fisonomía demasiado gringa, sin embargo su actuación, como la de todo el elenco, termina por convencer.
    El Evangelio según san Lucas: una versión para la TV de cepa protestante. Muy correcta y bella donde la palabra bíblica se destaca sobre el de la imagen.
    Hijo de Dios: Versión que se exhibió en el 2014 en los cines de Santiago. Muy bella y precisa, el actor Diogo Morcado hace un acercamiento menos histriónico que el de Rey de Reyes, a veces parece casi que va sacar un gürio y a decir “Paz y Amor”.
    No puedo dejar de mencionar la bella “El Evangelio según san Mateo” de Pasolini, la que recomiendo ampliamente. Y para los nostálgico “Jesús de Montreal” que siempre consuela y motiva a la vez.
    Ahora , sobre “La Pasión” quiero hacer notar algunos puntos tanto sobre la película como sobre los comentarios hechos por Elwin:
    Película:
    1) La música es de una particular belleza y vale la pena escucharla todas las veces que se pueda.
    2) Las actuaciones están más que correctas y me parecen hasta “comprometidas”. No puedo decir que nadie destaque más que otro ya que, en realidad, todos están precisos.
    3) El personaje de Satán (el adversario) está increíble y es uno de los aciertos de Gibson.
    4) María, la madre del Señor, se encuentra muy bien representada , aunque creo que la actriz se supera a sí misma en “La Septima Stanza”, acerca de la vida de Edith Stein, judía, filósofa, monja carmelita, mártir y santa de la Iglesia Católica. La escena de “La Pietá” está perfecta.
    5) Hay usos bien interesantes de tradiciones apócrifas: La Verónica, el nombre de la mujer de Pilatos o los tipos de suplicios que debió soportar Nuestro Señor.
    Comentarios de Elwin:
    1) Gibson es, según dicen “conservador” no “tradicionalista”, hay una diferencia no sutil sino importante entre ambas posturas. El conservador cree que una determinada forma de vivir la fe, propia de una época, es la única posible. El tradicionalista, valora el pasado como “tradición” y como tal está abierto al futuro ya que en el algún momento también será tradición.
    2) No se habla en hebreo, pues ya en aquella época se trataba de una lengua muerta, viva solo como lengua litúrgica.
    3) ¿A qué comentarios desafortunados de Gibson te refieres? ¿Dónde los puedo encontrar?
    Espero haber aportado en algo.
    Paz y bien.

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    1. No sabes cómo me has honrado con tan instruido comentario, Astarajael, que se nota te manejas mucho más que yo (un simple laico "postmodernista") en el tema. Mencionas grandes películas bíblicas, pero ninguna de ellas recuerdo, si bien me encantaría ver la de Pasolini (cuyos lugares donde fue filmada corresponden a los mismos donde fue hecha la de Gibson). La verdad es que aparte de la mencionada miniserie de Zeffirelli, mis otras cintas religiosas más que girar en torno a Cristo son "La Biblia en el Comienzo", "Los Milagros de Nuestra Señora" (que no la veo desde niño) y "Los 10 Mandamientos"; la animada "El Príncipe de Egipto" también me gusta mucho...¿Viste "Éxodo"? (yo me la perdí en el cine). "El Mensajero", sobre Santa Juana de Arco con la preciosa Milla Jocovich por igual me encanta. Respecto a los "comentarios desafortunados" de Gibson, fueron hace años atrás, uno en España y del otro en USA, creo, ambos en televisión.

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  2. Elwin tus entradas son fabulosas. Esta película me gustó mucho, este año la vi con amigos. Me gusta como refleja sobre todo Getsemaní, hay una escena al comienzo en que Jesús reza de pie y cae sobre él un claro de Luna que se filtra entre los olivos, así como está ese momento en la peli así me lo imaginaba.
    Cuando Satanás grita luego de la crucifixión y se lo ve rodeado de huesos y tierra reseca me recuerda a cuando se dice que Dios rescata al hombre de una tierra desierta, de una soledad poblada de aullidos, allí es donde parece quedar el enemigo.
    Y ese momento en que Jesús cae y María se acerca y le habla también me recuerda a Isaías 58.9 "Entonces si llamas al Señor, responderá. Cuando lo llames te dirá ´Aquí estoy´"
    ¡Felices Pascuas Elwin!

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    1. Me honras con tus palabras, Diego, que la verdad es que me preguntaba si este texto tan "religioso" iba a ser del gusto de los demás. Lo que dices acerca de la relación de este filme, con otros pasajes bíblicos, demuestra cuán llena de virtudes está (y que yo en mi ignorancia y torpeza solo gracias a comentarios como el tuyo logro descubrir).

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  3. Elwin muy buenos y acertados comentarios, reconozco que, a pesar de que soy cristiana
    me costó ver está película, ya que me inundaba un sufrimiento inmenso. Pero, finalmente la vi y no dejo de pensar en todo lo que tuvo que vivir nuestro Señor para que pudiésemos tener salvación.
    No deja de ser menor el lenguaje usado (el mismo de la época), los grandes detalles con alto contenido emocional (golpes físicos a Jesús, sufrimiento de María, crucifixión y muerte en la cruz, entre otros).
    Pero lo que más me impacta y me da paz, es que a pesar de todo ese sufrimiento, todo ese dolor, JESÚS RESUCITO Y VENCIÓ EN LA CRUZ.

    Creo que Mel Gibson, logró su propósito "provocar en nosotros un impacto vivencial".

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    1. ¡Qué bellas reflexiones y experiencias las que has compartido hoy conmigo, Lucía! Te agradezco mucho que me hayas leído y más encima dejado tus palabras.

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  4. Aunque esta película en particular me deja un tanto frío en lo ideológico, y hay otras películas cristológicas que encuentro más interesantes, sí le aplaudo a La Pasión de Cristo dos cosas. En primer lugar, la honestidad brutal y sin concesiones que demuestra a cada paso, una convicción muy alejada de otras producciones bíblicas que para contentar a todas las audiencias, a veces son más descafeinadas de lo que deberían. Y segundo, una realización espléndida que de verdad nos hace creer que estamos en la Palestina de Jesús en vez de un set de estudio de cartón piedra con actores y vestuario de corte y confección, además de una banda sonora simplemente inmensa:

    https://www.youtube.com/watch?v=_HDBn-YSoRo

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    1. ¡Qué honor tenerte de nuevo por acá, Guillermo! ¿Sabes? Eres el segundo de los que aquí me han comentado, que se han referido a la belleza de la banda sonora de esta peli. La verdad es que estuve tentado de referirme con mayor detención a ella, pero ante el apuro de tener listo este texto antes de que acabase Pascua, decidí dejar de lado tal detalle. No obstante gracias a ti y Astarajael (¿A quien diablos se le ocurre ponerse ese nick?), quien lea estos comentarios y no haya visto aún el filme, de seguro ya tendrá claro que su música es algo sublime.

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  5. Personalmente es una de mis favoritas también, aunque sólo sea por Jim Caviezel, que me encanta y me parece un gran actor. Recuerdo la polémica que despertó la película en su momento por su crudeza y el uso del idioma original, aunque con la perspectiva que da el tiempo se ve que no era para tanto y además,en el DVD se pueden poner los subtítulos en castellano. ¡Saludos!

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    1. ¿Acaso en tu país no se emitió la cinta subtitulada en su momento en los cines? Respecto a Caviezel, sí, el tipo es grande y me encanta su John de "Person of Interest".

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