sábado, 11 de abril de 2015

En deuda con Terry Pratchett.


    Recién estaba asumiendo mi luto por la muerte de Leonard Nimoy, cuando gracias a mi querido amigo Miguel Acevedo (creador/administrador del blog Le Dicen Poesía) me enteré del fallecimiento de otra figura destacada para el mundo del fandom, así como para los cultores de la literatura de fantasía: Terry Pratchett.  Como no quise quitarle valor a su por igual lamentable pérdida, quise distanciar algo en el tiempo la escritura de este texto, a manera de tributo póstumo para tan apreciado autor y al cual le debo inolvidables horas de entretención leyendo algunas de sus novelas de Mundodisco.  Solo 8 libros suyos tengo y he gozado, ya hace años (en una época cuando mis sobrinitos Amilcar y Bruno ni pensaban llegar a este mundo y ganarse mi corazón), pero bien los recuerdo con aprecio, puesto que pocos autores han logrado hacerme reír a carcajadas, como más de una vez lo hizo este gran fabulador. 
    ¿Pero quién era Terry Pratchett?  Pues fue un escritor inglés nacido el 26 abril de 1948 y que el 12 de marzo de este año murió a consecuencia del Alzheimer, que en el año 2007 declaró públicamente padecía.  Con gran optimismo afirmó que no pensaba “echarse a morir” y que combatiría su enfermedad escribiendo, actividad a la que se dedicó hasta poco antes de dejar este mundo.
    Si bien firmó un montón de libros, entre los que se encuentran dos trilogías, varias novelas independientes y al menos un par de novelas escritas a dos manos con otros prominentes narradores compatriotas suyos (Neil Gaiman y Stephen Baxter), su mayor contribución a la literatura y la que le otorgó fama y fortuna hasta augurarle la inmortalidad estética, corresponde a su creación de Mundodisco: un curioso mundo ficcional para el que realizó más de 40 títulos, además de unos cuantos textos a medias entre la divulgación científica y la ficción acerca de este lugar.   Este sitio corresponde a una tierra muy singular, donde la magia es algo de cada día y que recibe su nombre del hecho de que justamente se trata de una tierra plana y en forma de disco con una geografía de lo más variopinta.  Pero no todo resulta tan “sencillo” con Mundodisco, ya que su superficie se haya sobre los hombros de cuatro elefantes titánicos, dispuestos en los distintos puntos cardinales, los cuales a su vez se encuentran apoyados encima del caparazón de una tortuga de connotaciones ciclópeas y la cual anda deambulando por el vasto universo con todo a cuestas[1].  Este sitio (de seguro el más original en toda la narrativa de fantasía y maravillosa) permitió a su autor contar una serie de historias muy hilarantes e ingeniosas, llenas de personajes estrafalarios que se constituyen tanto en parodias como en homenajes de muchos de los héroes clásicos, provenientes de otros textos más antiguos.  Asimismo los diversos tomos que comprenden la saga, van variando el protagonismo según fueron apareciendo en ella nuevos personajes principales, los que a su vez intervienen como “invitados” o secundarios en las novelas de otros, muchas veces debido a la misma popularidad que ganaron con el tiempo y que hizo que sus lectores desearan más y más de sus aventuras.  Como ya se ha dicho al respecto, el ciclo de Mundodisco corresponde a una obra global de fantasía humorística, la cual a su vez se ríe de las convenciones del género y aun así ensalzándolo gracias a la pericia de su creador para contarnos algunas de las mejores historias de este tipo de literatura.  Son libros de no mucha extensión, donde además es posible encontrar referencias indirectas y/o directas, al más puro estilo del guiño y la intertextualidad, de la literatura tradicional y la cultura popular, como el cine, los cuentos de hadas, Lovecraft, las mitos y leyendas universales y todo lo que se le pudo ocurrir agregar en sus narraciones al escritor. El grado de humor llega a tal punto en estas obras, que en ocasiones la narración incluye nada menos que notas al pie de la página, que pretenden explicar algunos de los sucesos más curiosos o entregar datos adicionales, los que por supuesto resultan ser de lo más graciosos (no obstante estas mismas notas al pie de página, a veces poseen sus propias notas al pie de página, lo que aumenta el grado de comicidad del texto).[2]


    “Era una noche tranquila, teñida por la promesa del amanecer. Una luna creciente acababa de ponerse. Ankh-Morpork, la ciudad más grande en las tierras que rodeaban el Mar Circular, dormía. Bueno, esta afirmación no es del todo cierta. Por una parte, los habitantes de la ciudad que solían dedicarse, por ejemplo, a vender verdura, herrar caballos, tallar diminutos y exquisitos adornos de jade, cambiar moneda y fabricar mesas, en general, dormían. A menos que tuvieran insomnio. O se hubieran levantado para ir al retrete, que todo puede ser. Por otra, la mayoría de los ciudadanos menos respetuosos de la ley estaban con los ojos bien abiertos y se dedicaban, entre otras cosas, a entrar por ventanas que no les pertenecían, cortando gargantas, robándose unos a otros, escuchando música alta en sótanos llenos de humo y pasándoselo muy bien en general. Pero la mayoría de los animales estaban dormidos, a excepción de las ratas. Y de los murciélagos, claro. Por lo que respectaba a los insectos... El caso es que la descripción escrita rara vez es completamente precisa, y durante el reinado de Olaf Quimby II como patricio de Ankh se aprobaron algunas leyes en un intento decidido de poner fin a ese tipo de cosas y hacer que los informes fueran un poco más verídicos. Así, si una leyenda hablaba de un célebre héroe y decía que «todos los hombres admiraban sus proezas», cualquier bardo que apreciase su vida añadiría rápidamente «excepto un par de personas en su pueblo natal que le consideraban un mentiroso, y un montón de gente más que en su vida había oído hablar de él». Los símiles poéticos quedaban estrictamente limitados a afirmaciones como «su poderoso corcel era veloz como el viento en un día bastante tranquilo, pongamos Fuerza Tres», y cualquier comentario a la ligera sobre una amada con un rostro capaz de hacer botar mil barcos debía ir respaldado por pruebas de que el objeto del deseo tenía sin lugar a dudas cara de botella de champán. Al final, Quimby fue asesinado por un poeta descontento durante un experimento realizado en los terrenos del palacio para demostrar la discutida precisión del proverbio «La pluma es más poderosa que la espada», y en honor a él se acordó añadir, «solo si la espada es muy pequeña y la pluma muy afilada». De acuerdo. Así que aproximadamente el sesenta y siete por ciento de la ciudad, quizá el sesenta y ocho, dormía. No es que los ciudadanos que reptaban por la ciudad en sus ocupaciones generalmente ilegales advirtieran la extraña marea clara que recorría las calles. Sólo los magos, acostumbrados a ver lo invisible, la observaban extenderse por los campos lejanos. El Disco, al ser plano, no tenía un auténtico horizonte. Si algún marinero osado tenía ideas raras después de contemplar durante demasiado rato huevos y naranjas, y se dirigía hacia las antípodas, descubría pronto por qué los barcos lejanos parecen desaparecer por el borde del mundo: porque desaparecen por el borde del mundo”.

De La Luz Fantástica.

     Como bien dije casi al principio de este escrito, tan solo poseo y he disfrutado 8 de las novelas de Mundodisco (así como del resto de la inventiva de Pratchett… ¿Alguien me quiere regalar algo de este gran escritor?), razón por la cual no es mucho lo que puedo referirme a sus obras, si no es remitiéndome a tales lecturas, a menos que quisiese hacer uso del vasto poder de la información de Internet…No obstante esa no es mi intención, así que me limitaré a ocupar mis (escasos) conocimientos sobre esta colección, para continuar con mi tributo al llorado Terry.   De este modo ahora es el momento de referirme a sus singulares personajes…
    
     Siendo la primera novela de Mundodisco El Color de la Magia (1989), en ella se introducen algunos de sus conceptos y protagonistas más destacados.  En primer lugar aparece el inepto, cobarde y gracioso mago Ricenwind, quien a sus años apenas posee habilidades mágicas y que sin embargo se ve en medio de una serie de eventos extraordinarios, que lo hacen vivir un montón de aventuras  en contra de su voluntad (así  como codearse con algunos de los habitantes más fabulosos de todo Mundodisco).  Es así que en este libro y el siguiente, La Luz Fantástica (1991), que viene a ser su continuación directa, Ricenwind conoce a personajes tanto o más estrafalarios como él, entre los que se encuentran Dosflores, un supuestamente aburrido funcionario de la burocracia de su nación, el Imperio Ágata, quien decide convertirse en nada menos que… ¡El primer turista de todo Mundisco!  A su vez Dosflores lleva consigo un baúl con patas e inteligencia propia y personalidad, en el que guarda sus cosas (y que a lo largo de estos libros gana protagonismo).  También es posible conocer a partir de estas dos obras iniciales nada menos que a La Muerte, un esqueleto con túnica, guadaña y toda la estética propia de su representación proveniente de la tradición medieval, quien desde su aparición original logra convertirse en una de las figuras más carismáticas de toda la saga, teniendo luego sus propias novelas; a la Muerte le encanta filosofar junto a quienes lo rodean, en especial cuando le toca aparecerse a quiénes han fallecido, y a quienes trata de forma amistosa; además es irónica y muy inteligente (asimismo posee su propia familia,  entre los que están su hija adoptiva y la hija de ésta, su nieta)[3].  También acá aparece por primera vez Cohen el Bárbaro, un legendario y decrépito héroe, quien resulta ser sin dudas una versión cómica del más célebre personaje de Robert Howard, Conan el Bárbaro.  Volviendo a Ricenwind, este pertenece a la “prestigiosa” Universidad Invisible, compuesta por magos que por supuesto lo desprecian y quiénes tienen como bibliotecario nada menos que a un orangután, quien era un mago que por un hechizo que se salió de su recipiente por error, fue transformado en dicha criatura, pero que al ver la comodidad de su nueva condición decidió quedarse así (mudo, aunque ágil para moverse entre la inmensa colección de volúmenes de la biblioteca).
    En la tercera novela, Ritos Iguales (1991), hacen su debut las brujas, quienes pese a su aspecto siniestro no pueden ser más simpáticas y donde en esta primera novela dedicada a ellas, una de estas mujeres debe cuidar nada menos que a un bebé, el cual al poco tiempo después de nacer demuestra dotes mágicas inauditas.
    Mort (1991) resulta ser no solo la cuarta obra de Mundodisco, sino que la primera donde La Muerte toma el protagonismo, quien se aburre de su trabajo y toma un aprendiz humano, para que lo reemplace mientras se dedica a “perder el tiempo”.
     Los libros Rechicero (1992) y Brujerías (1992) retoman a Ricenwind y a las brujas respectivamente.  Ya en Pirómides (1992) es posible conocer un nuevo sitio de Mundisco, ya que transcurre en su versión del antiguo Egipto y donde aparecen unas momias bastante graciosas.  ¡Guardias! ¿Guardias? (1993) introduce al guapo Zanahoria, un fornido hombre de buen corazón criado por enanos y que a lo largo de su vida será relevante para la modernización de la hasta entonces inútil Guardia de Ankh-Morpork, el lugar donde transcurren gran parte de los libros de la colección.
     Por último, el éxito de esta saga llegó a tal punto, que contó con su propia versión animada para la televisión durante la década de los noventa.  A su vez se han realizado al menos 3 miniseries basadas en sus libros, la que contaron con la participación de actores destacados como Sean Astin, Jeremy Irons y Cristopher Lee.  La primera de ellas corresponde nada menos que a El Color de la Magia (2006), que también incluye dentro de su desarrollo a La Luz Fantástica; luego le sigue Papá Puerco (2008), una muy especial historia navideña y Cartas en el Asunto (2010).




[1] De hecho esta imagen de la tortuga gigante como “sostén del mundo”  o representación del espíritu de la Tierra, corresponde a un concepto oriental que otros autores occidentales ya habían usado en su narrativa, como el alemán Michael Ende en su preciosa novela La Historia Interminable y el propio Stephen King, en la que para muchos es una de sus obras cumbres: It (idea que luego retomaría en su saga de La Torre Oscura)
[2] De hecho al respecto tengo un recuerdo que deseo compartir con ustedes: Un día iba leyendo en la micro (nombre que el damos en Chile de manera coloquial al transporte público) leyendo uno de estos libros, cuando en determinado momento no pude dejar de reír a carcajadas.  Poco tiempo después mi mamá me contó que se había encontrado con un sobrino suyo, por supuesto primo mío, quien iba junto a su señora en el mismo vehículo, pero a quienes no vi por ir sumido en mi lectura.  Pues bien, este familiar con quien nunca he tenido una relación muy cercana y que en toda su vida ni ha sabido lo maravilloso que resulta que te encante un libro (disculpen si suena duro, no obstante así es, hay gente en el mundo que para nada está interesada en dejarse seducir por una buena lectura), le resultó de lo más extraño que riera con tanta demostración, mientras leía dicho texto…Pues así es, Terry Pratchett es capaz de envolverte de esa manera con sus obras, tal como otro autor podría llegar a hacerte llorar de emoción, con sus propias historias.
[3] La Muerte retratada de manera antropomorfizada y poseedora de una personalidad amistosa, es un leiv motiv recurrente en las historias del género, tanto en la literatura, el cine y los cómics.  Al respecto se puede mencionar que la juvenil, sexy y dulce Muerte de las historietas de Sandman (del mismo Neil Gaiman, con quien Pratchett escribió Buenos Presagios. acerca de un curioso Apocalipsis), resulta ser una de las mejores representaciones de este tipo de Muerte, junto a la del mismo Mundodisco.

3 comentarios:

  1. Estimado, gracias por nombrarme al inicio de tu texto sobre Terry Partchett, autor al que descubrí gracias a los artículos que sobre él aparecieron en la revista Star Ficción, versión española de la Starlog (como tú muy bien sabes). Debo confesar que no lo he leído mucho eso si, omisión que pretendo corregir. Como señalas, el concepto hermoso de la Tortuga cósmica ssoteniendo el mundo viene de culturas antiguas, y según Stephen Hawking, en una conferencia una señora le rebatía que el mundo era plano y era llevado por el espacio sobre la caparazon de una colosal tortuga...

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  2. Respuestas
    1. Amigo Miguel, me alegra que haya sido de tu agrado este texto y cuando quieras no más te presto algo de este genial autor. Si no me equivoco, justamente lo conocí a ese mismo artículo que mencionas.

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