En el transcurso del año 2009 sonó fuerte el
nombre y apellido de un joven director de cine sudafricano, Neill Blomkamp,
quien tras una exitosa carrera en publicidad, haciendo cortometrajes y unas
cuantas colaboraciones en televisión, estrenó su ópera prima que a la fecha se
ha convertido en todo un clásico de la ciencia ficción cinematográfica: District
9 (conocida en estos lares como Sector 9). Tras este debut, en 2013 pudo verse su
segunda película, también del género, Elysium, la que demostró su interés
por el género y su talento a la hora de crear obras donde la espectacularidad
visual y técnica, fuese de la mano con un guión sólido (coescrito por él mismo). Tras esta segunda cinta, la cual a su vez
repetía el interés de Blompkamp por este tipo de historias, era de esperar la
llegada de su nueva obra, con la cual quedaría definida su carrera como
cineasta especializado en la ciencia ficción.
De este modo Chappie, estrenada tan solo hace un par de meses, viene a ser
su consagración como una de las actuales promesas del séptimo arte, tanto como
un llamado al público de tener en cuenta su aporte a la revitalización del
género en su expresión audiovisual.
Para
muchos de los que han puesto su atención en este cineasta, Chappie sin duda viene a
ser la mejor de las 3 películas que a la fecha ha realizado (o al menos
superior a la ya mencionada Elysium, que sin ser mala, no llega
a los niveles dramáticos y de calidad de District 9). Si su primer filme trataba acerca del primer
contacto con una raza extraterrestre inteligente y el que le siguió versaba sobre
una antiutopía donde solo unos pocos podían acceder a los mayores beneficios,
mientras que la mayoría vivía en condiciones deplorables, si bien con acceso a
tecnología de punta (aprovechando de paso incursionar en el subgénero del ciberpunk), para su tercer largometraje
escogió también un distinto tema en el que centrar su historia: de este modo su
última producción trata acerca de los robots y en especial sobre la posibilidad
de dar origen a una inteligencia artificial (IA). Esta reciente incursión suya en la ciencia
ficción, lo convierte en el sucesor de
autores especializados como James Cameron, Alex Proyas y John Carpenter, entre
otros. A su vez si bien en cada uno de
sus filmes ha abordado temáticas diferentes, es posible apreciar su interés por
los futuros cercanos y la crítica social, al usar sus argumentos para exponer
la crisis del “tercer mundo”, a través de la metáfora en que se convierten sus
obras. De este modo al ver Chappie,
un espectador maduro puede reconocer en ella el discurso político que al
parecer ya es marca registrada de Blomkamp, quien convierte a sus personajes en
representaciones de los sueños y las pesadillas de nuestra humanidad. Este al diseñar escenarios ficticios que no
son otra cosa que una extrapolación de las taras sociales y con los que nos
hace reflexionar, nos invita a encontrar las soluciones para lograr un mundo
mucho mejor. Si se tiene en cuenta el
conjunto de su trilogía a la fecha, la respuesta para contrarrestar la
violencia, la pobreza y la miseria general que imperan en sus mundos ficticios,
radica nada menos que en la ejecución del amor: puesto que a la larga todos sus
héroes solo a través del ofrecimiento de sus propias vidas, consiguen derrotar
los males que los acosan y de paso influenciar positivamente en quiénes los
rodean.
¿Y de qué trata esta preciosa obra? Pues
cuenta de un joven ingeniero que trabaja para una importante empresa, que
fabrica sofisticadas armas y el cual ha creado un prototipo de robots que usados
por la policía sudafricana, han permitido bajar considerablemente el índice de
delincuencia. A su vez posee como
compañero de trabajo a un ex militar, cuya propuesta para combatir el crimen es
utilizando otro tipo de robot, mucho más caro y letal y el cual tras haber sido
reemplazado por la alternativa más pacifista de su colega, siente rencor hacia
él, de modo que su participación en la historia toma ribetes de principal
antagonista. El científico “bueno” de la
historia ha logrado diseñar un programa capaz de dar “vida” a una IA, pero por
desgracia no cuenta con el apoyo de su jefa, por lo que decide a escondidas
utilizar un robot desechado, con el objetivo de experimentar con él y así
probar suerte. Las consecuencias que
trae su osadía escapan a cualquier plan, ya que justo cuando está por llevar a
cabo su propósito, es raptado por un singular trío de criminales, de modo que
una vez que despierta a la conciencia esta nueva forma de vida, se verá entre
medio de una batalla que implica tanto el bienestar de la ciudad, como su
propia educación emocional; puesto que a partir de su nacimiento se encuentra
entre las intenciones benignas de su “creador” y los intereses de la pandilla
que se ha quedado con él. De este modo
al estar entre estas dos fuerzas, Chappie (quien ha sido bautizado así, por la única
mujer que compone el trío de delincuentes que se ha quedado con él) a lo largo
de la trama conocerá el verdadero significado del bien y del mal, en medio de
un viaje iniciático inolvidable.
Así se ve Hugh Jackman en esta película... ¡Cuando grande quiero ser como él! |
Si
bien ya en District 9 el director había utilizado en parte el humor para
aligerar el tono dramática de su cinta, en esta ocasión convierte su último
guión en un melodrama, puesto que como nunca hace reír a su público, al
presentar más de una situación hilarante de características absurdas, aunque nunca
olvidando los momentos de tensión y hasta emotivos. Es así que en particular los “malos” de la
trama llegan a ser caricaturizados, en especial el rival tecnológico del
creador de Chappie, quien se muestra como un hombre rastrero, violento y un
cínico que se esconde en su imagen regia y de hombre religioso. Interpretado acá por nada menos que Hugh
Jackman, en tal vez su primer papel de villano, saca más de una risa al
espectador, demostrando la versatilidad del guapo actor australiano; por otro
lado, si bien en esta ocasión no muestra
su torso desnudo como es habitual en las cintas donde hace de protagonista, a
lo largo del metraje no deja de verse sexy, usando su ajustada ropa que muestra
a propósito sus musculosa figura. Teniendo
en cuenta los antiguos roles de Jackman y al contrastarlo con el que aquí
cumple, cabe recordar que ya en Elysium fue posible ver a alguien
del talante de Jodie Foster haciendo de malvada, lo que demuestra la habilidad
del director para trabajar con actores famosos por sus personajes positivos, de
modo de conseguir de ellos algo completamente distinto, a lo que tienen
acostumbrados a sus seguidores. Asimismo
la varonil y deportiva figura de este sujeto, se opone a la presencia algo
angelical y más “normal” del otro ingeniero, quien queda retratado como una
persona dulce y de buenas intenciones.
En
cuanto al trio de ladrones con los cuales les toca codearse a Chappie y a su
creador, estos resultan ser toda una sorpresa, al ser caracterizados como
personas mucho más complejas que el anteriormente mencionado villano. Destacan aquí quienes son pareja en este
equipo, hombre y mujer, y los cuales se convierten nada menos que en las
figuras paterna y materna del androide.
Si bien en un principio la intención de estos tres fue la de utilizar
con fines delictuales al robot, lo que en todo caso cumplen, entre la mujer y Chappie sin lugar a dudas nace una relación
sentimental de carácter madre e hijo, la que se convierte en un elemento fundamental
para el desarrollo de este filme. Es así
como la dama en cuestión va demostrando poseer un espíritu maravilloso y ser
toda una madre en potencia, lo que la convierte en uno de los personajes más
entrañables de toda la película. Sus arranques
emocionales al demostrar preocupación por Chappie, despiertan en uno tanto
ternura como risa, ya que esta faceta suya si bien cae en el absurdo, la
humaniza tal como incluso más adelante también pasará con su pareja (un aspecto
muy gracioso en ella, resulta ser su chillona voz, que se opone a la primera
imagen que despierta de mujer violenta).
En todo caso, existe un importante detalle que revela la verdadera
naturaleza de esta mujer, quien se constituye, pese a todo, en una verdadera
influencia benigna para el crecimiento
emocional de Chappie: gusta de los colores cálidos y/o tonos pasteles, además
de los dibujos de tipo infantil, lo que se constituye en un reflejo de su
interioridad. Es por todo esto que trata
a Chappie como a un niño, preocupándose realmente de él e incluso llegando a
aceptar la presencia del ingeniero que dio vida a Chappie, puesto que lo reconoce
como alguien importante para su desarrollo personal. Como ya se dijo más arriba, el villano
interpretado con tanta gracia por Hugh Jackman, aparenta solidez espiritual al
hacerse pasar como hombre de fe, no obstante esta falsedad suya es opacada por
el verdadero sentido religioso de la “madre” del robot, quien entre todas sus
virtudes demuestra ser una persona temerosa de Dios y que más encima educa a su
“hijo” en la creencia de la vida después de la muerte; de este modo, aquel que
supuestamente sirve a la ley y el orden, resulta ser un individuo corrupto,
mientras que quien vive en plena marginalidad y a diferencia del otro no
esconde su lado violento, exhibe un talante que la llega a poner por sobre sus
flaquezas.
Por
cierto, los actores que interpretan a la pareja que acoge a Chappie, en la vida
real también lo son y además son importante músicos en su nación,
Sudáfrica. Para esta película no solo
demostraron su talento histriónico, sino que contribuyeron con canciones hechas
en exclusiva para el soundtrack de esta obra (las que a su vez resultan ser
bastantes agradables al oído, en especial por sus melodías algo “exóticas” y
bizarras, para quien no conoce su arte).
En
cuanto a quien se hace pasar por el “padre” de Chappie, en un principio no deja
de provocar desagrado, pese a que en más de una ocasión hace reír al
espectador. Este sujeto no deja de sacar
provecho para beneficio propio de la inocencia del androide, no obstante una vez
llegados al clímax de la cinta, demuestra dotes de autosacrificio y de ser
capaz de amar de verdad, lo que deja más que claro el sentido de uno de los
mensajes de este filme: Es el libre albedrío lo que nos hace humanos y como
tales nos otorga valor como personas, por lo tanto son las decisiones que
tomamos y no nuestro aspecto (lo externo y/o superficial), aquello que permite
la realización personal y como consecuencia la obtención de la verdadera felicidad.
Por lo tanto, tal como se puede ver
gracias a lo que aquí se presenta, otro tema importante en Chappie resulta ser el de
la trascendencia, ya que al abordar la posibilidad de que existan inteligencias
artificiales, y con ello otras formas de vida autoconscientes, queda expuesta
la interrogante respecto a qué hay más allá del plano físico y sobre cuál es el
verdadero sentido de la vida.
Chappie aprende el valor de las historias gracias a su entrañable madre. |
Otro
aspecto destacable en este largometraje, es el de la especial estética del
propio Chappie y del robot creado por el sujeto que aquí oficia de principal
villano. El primero más que recordar a
las entidades mecánicas de un animés de culto como Patlabor y Apleseed,
queda de manifiesto como un claro homenaje a dichos títulos y más todavía por el
interés nipón hacia las historias de robots (este no sería el único tributo
presente en Chappie, puesto que basta con recordar la escena donde es
posible ver los famosos créditos de apertura de He-Man y los Amos del Universo,
un recordado show animado gringo de los ochenta). Por otro lado, volviendo al robot del
personaje de Hugh Jackman, este se parece bastante a los recordados ED209 de Robocop,
lo que bien puede ser tanto un guiño a estas cintas, como una vez más al anime
y al manga japoneses.
Siendo el tercer filme de Blomkamp, este no
dejó de trabajar con su actor fetiche Sharlto Copley, quien en su ópera prima
hizo del trágico protagonista, mientras que en Elysium se le pudo ver
como a uno de los dos villanos de turno.
No obstante su papel en este caso fue aún más diferente que en las dos películas
que le antecedieron, puesto que no se le pudo ver frente a las cámaras, pese a
tener sobre sus hombros el peso del protagonismo: ya que le correspondió
ponerle la voz a Chappie. Por lo tanto
como muchos de sus colegas que ya han probado suerte dándole vida de esta
manera a personajes animados, Copley demostró una vez más su talento, creando a
un personaje con verosimilitud y sensibilidad, apoyado en gran parte en la
fuerza dramática de su voz.
Tras
la confirmación de la habilidad de este artista sudafricano para realizar
filmes de ciencia ficción de calidad, a medias entre el cine comercial y el de
autor, Neill Blomkamp ha quedado contratado para filmar nada menos que la
esperada Alien 5 y de la cual ya se han hecho un montón de
especulaciones. Quizás el mejor augurio
para esta secuela que se viene pronto, sea el hecho de que en Chappie
actúa la mismísima Sigourney Weaver, la recordada teniente Ripley y
protagonista absoluta de esta saga; de este modo su contribución al éxito de su
tercera cinta, bien puede considerarse como el primer acercamiento a un trabajo mucho más
cercano entre ambos.
Si bien ya se refirió más arriba a
la participación musical del dúo sudafricano Die Antwoord en esta obra, no podía
faltar otro acompañamiento melódico que hiciera de banda sonora incidental,
para ayudar a crear la atmósfera acústica ideal que nos trasladara al mundo de
Chappie. Es así que para esta película
el director contó con la contribución de un músico de la talla de Hans Zimmer, quien una vez más regaló a la audiencia
preciosas composiciones, que no dejaron de trasladarnos al futuro cercano y
algo apocalíptico de esta obra (haciendo para ello uso de los instrumentos
electrónicos, para emular su particular ambientación).
A verla se ha dicho! Cuando vi District 9 quede alucinando, me gusto mucho y me tinca demasiado ver esta, va directo a mi lista de películas. Un abrazo y gracias!
ResponderEliminarEn realidad esta película es toda una joya y apenas salga en blu-ray me la compro. Ojalá la puedas ver pronto.
EliminarMuy buena la película, con un mensaje más trascendente de lo que parece, nada menos dejando caer cuál es la siguiente etapa del ser humano o por lo menos, cual será la nueva especie dominante. Por cierto, sabes que la "padre y la madre" de Chappie forman en la vida real un grupo de metal-rap, y llevan la misma pinta :-D
ResponderEliminarQué gusto volver a saber de ti, Lino. Me encantó este filme y espero pronto tenerlo en blu-ray. Respecto al dato que mencionas, sí, lo sabía y por eso quedé gratamente impactado por el talento actoral de ambos. Oye, hónrame y hazte seguidor del blog, je.
EliminarEstimado Elwin, no se muy bien lo que ha ocurrido ya que soy seguidor de tu blog desde hace semanas o meses, aunque para ello usé la cuenta del blog de ciencia-ficción. Es posible que la explicación se deba a que recientemente Google ha bloqueado esta cuenta debido a accesos no autorizados —que en realidad eran míos desde un cliente de correo... bueno, los detalles no tienen importancia— y al volver a entrar en la cuenta me encuentro con que no tenía acceso. Aunque lo he recuperado, parece que Google ha "eclipsado" a mi perfil en todos aquellos sitios en donde estaba suscrito. Bueno, la cuestión es que estoy poniendo remedio y lo haré además, también desde mi cuenta personal. ¡Saludos! :-)
EliminarMe alegra mucho tenerte de seguidor, Lino, después de todos estos años leyéndonos. Estuve muy enfermo, incluso hospitalizado y ahora ya convaleciente y a punto de darme de alta, por fin pude terminar un texto que tenía inconcluso y lo acabo de publicar. Espero de aquí a fin de mes subir al menos 2 textos más.
EliminarEspero que te repongas pronto :-)
EliminarGracias, de hecho hoy me dan el alta.
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