domingo, 19 de abril de 2015

“Chappie” de Neill Blomkamp.


     En el transcurso del año 2009 sonó fuerte el nombre y apellido de un joven director de cine sudafricano, Neill Blomkamp, quien tras una exitosa carrera en publicidad, haciendo cortometrajes y unas cuantas colaboraciones en televisión, estrenó su ópera prima que a la fecha se ha convertido en todo un clásico de la ciencia ficción cinematográfica: District 9 (conocida en estos lares como Sector 9).  Tras este debut, en 2013 pudo verse su segunda película, también del género, Elysium, la que demostró su interés por el género y su talento a la hora de crear obras donde la espectacularidad visual y técnica, fuese de la mano con un guión sólido (coescrito por él mismo).  Tras esta segunda cinta, la cual a su vez repetía el interés de Blompkamp por este tipo de historias, era de esperar la llegada de su nueva obra, con la cual quedaría definida su carrera como cineasta especializado en la ciencia ficción.  De este modo Chappie, estrenada tan solo hace un par de meses, viene a ser su consagración como una de las actuales promesas del séptimo arte, tanto como un llamado al público de tener en cuenta su aporte a la revitalización del género en su expresión audiovisual.
    Para muchos de los que han puesto su atención en este cineasta, Chappie sin duda viene a ser la mejor de las 3 películas que a la fecha ha realizado (o al menos superior a la ya mencionada Elysium, que sin ser mala, no llega a los niveles dramáticos y de calidad de District 9).   Si su primer filme trataba acerca del primer contacto con una raza extraterrestre inteligente y el que le siguió versaba sobre una antiutopía donde solo unos pocos podían acceder a los mayores beneficios, mientras que la mayoría vivía en condiciones deplorables, si bien con acceso a tecnología de punta (aprovechando de paso incursionar en el subgénero del ciberpunk), para su tercer largometraje escogió también un distinto tema en el que centrar su historia: de este modo su última producción trata acerca de los robots y en especial sobre la posibilidad de dar origen a una inteligencia artificial (IA).  Esta reciente incursión suya en la ciencia ficción,  lo convierte en el sucesor de autores especializados como James Cameron, Alex Proyas y John Carpenter, entre otros.  A su vez si bien en cada uno de sus filmes ha abordado temáticas diferentes, es posible apreciar su interés por los futuros cercanos y la crítica social, al usar sus argumentos para exponer la crisis del “tercer mundo”, a través de la metáfora en que se convierten sus obras.  De este modo al ver Chappie, un espectador maduro puede reconocer en ella el discurso político que al parecer ya es marca registrada de Blomkamp, quien convierte a sus personajes en representaciones de los sueños y las pesadillas de nuestra humanidad.  Este al diseñar escenarios ficticios que no son otra cosa que una extrapolación de las taras sociales y con los que nos hace reflexionar, nos invita a encontrar las soluciones para lograr un mundo mucho mejor.  Si se tiene en cuenta el conjunto de su trilogía a la fecha, la respuesta para contrarrestar la violencia, la pobreza y la miseria general que imperan en sus mundos ficticios, radica nada menos que en la ejecución del amor: puesto que a la larga todos sus héroes solo a través del ofrecimiento de sus propias vidas, consiguen derrotar los males que los acosan y de paso influenciar positivamente en quiénes los rodean.
    ¿Y de qué trata esta preciosa obra? Pues cuenta de un joven ingeniero que trabaja para una importante empresa, que fabrica sofisticadas armas y el cual ha creado un prototipo de robots que usados por la policía sudafricana, han permitido bajar considerablemente el índice de delincuencia.  A su vez posee como compañero de trabajo a un ex militar, cuya propuesta para combatir el crimen es utilizando otro tipo de robot, mucho más caro y letal y el cual tras haber sido reemplazado por la alternativa más pacifista de su colega, siente rencor hacia él, de modo que su participación en la historia toma ribetes de principal antagonista.  El científico “bueno” de la historia ha logrado diseñar un programa capaz de dar “vida” a una IA, pero por desgracia no cuenta con el apoyo de su jefa, por lo que decide a escondidas utilizar un robot desechado, con el objetivo de experimentar con él y así probar suerte.  Las consecuencias que trae su osadía escapan a cualquier plan, ya que justo cuando está por llevar a cabo su propósito, es raptado por un singular trío de criminales, de modo que una vez que despierta a la conciencia esta nueva forma de vida, se verá entre medio de una batalla que implica tanto el bienestar de la ciudad, como su propia educación emocional; puesto que a partir de su nacimiento se encuentra entre las intenciones benignas de su “creador” y los intereses de la pandilla que se ha quedado con él.  De este modo al estar entre estas dos fuerzas, Chappie (quien ha sido bautizado así, por la única mujer que compone el trío de delincuentes que se ha quedado con él) a lo largo de la trama conocerá el verdadero significado del bien y del mal, en medio de un viaje iniciático inolvidable.
Así se ve Hugh Jackman en esta película...
¡Cuando grande quiero ser como él!
     Si bien ya en District 9 el director había utilizado en parte el humor para aligerar el tono dramática de su cinta, en esta ocasión convierte su último guión en un melodrama, puesto que como nunca hace reír a su público, al presentar más de una situación hilarante de características absurdas, aunque nunca olvidando los momentos de tensión y hasta emotivos.  Es así que en particular los “malos” de la trama llegan a ser caricaturizados, en especial el rival tecnológico del creador de Chappie, quien se muestra como un hombre rastrero, violento y un cínico que se esconde en su imagen regia y de hombre religioso.  Interpretado acá por nada menos que Hugh Jackman, en tal vez su primer papel de villano, saca más de una risa al espectador, demostrando la versatilidad del guapo actor australiano; por otro lado, si bien en  esta ocasión no muestra su torso desnudo como es habitual en las cintas donde hace de protagonista, a lo largo del metraje no deja de verse sexy, usando su ajustada ropa que muestra a propósito sus musculosa figura.  Teniendo en cuenta los antiguos roles de Jackman y al contrastarlo con el que aquí cumple, cabe recordar que ya en Elysium fue posible ver a alguien del talante de Jodie Foster haciendo de malvada, lo que demuestra la habilidad del director para trabajar con actores famosos por sus personajes positivos, de modo de conseguir de ellos algo completamente distinto, a lo que tienen acostumbrados a sus seguidores.  Asimismo la varonil y deportiva figura de este sujeto, se opone a la presencia algo angelical y más “normal” del otro ingeniero, quien queda retratado como una persona dulce y de buenas intenciones.
    En cuanto al trio de ladrones con los cuales les toca codearse a Chappie y a su creador, estos resultan ser toda una sorpresa, al ser caracterizados como personas mucho más complejas que el anteriormente mencionado villano.  Destacan aquí quienes son pareja en este equipo, hombre y mujer, y los cuales se convierten nada menos que en las figuras paterna y materna del androide.  Si bien en un principio la intención de estos tres fue la de utilizar con fines delictuales al robot, lo que en todo caso cumplen, entre la mujer  y Chappie sin lugar a dudas nace una relación sentimental de carácter madre e hijo, la que se convierte en un elemento fundamental para el desarrollo de este filme.  Es así como la dama en cuestión va demostrando poseer un espíritu maravilloso y ser toda una madre en potencia, lo que la convierte en uno de los personajes más entrañables de toda la película.  Sus arranques emocionales al demostrar preocupación por Chappie, despiertan en uno tanto ternura como risa, ya que esta faceta suya si bien cae en el absurdo, la humaniza tal como incluso más adelante también pasará con su pareja (un aspecto muy gracioso en ella, resulta ser su chillona voz, que se opone a la primera imagen que despierta de mujer violenta).  En todo caso, existe un importante detalle que revela la verdadera naturaleza de esta mujer, quien se constituye, pese a todo, en una verdadera influencia  benigna para el crecimiento emocional de Chappie: gusta de los colores cálidos y/o tonos pasteles, además de los dibujos de tipo infantil, lo que se constituye en un reflejo de su interioridad.  Es por todo esto que trata a Chappie como a un niño, preocupándose realmente de él e incluso llegando a aceptar la presencia del ingeniero que dio vida a Chappie, puesto que lo reconoce como alguien importante para su desarrollo personal.  Como ya se dijo más arriba, el villano interpretado con tanta gracia por Hugh Jackman, aparenta solidez espiritual al hacerse pasar como hombre de fe, no obstante esta falsedad suya es opacada por el verdadero sentido religioso de la “madre” del robot, quien entre todas sus virtudes demuestra ser una persona temerosa de Dios y que más encima educa a su “hijo” en la creencia de la vida después de la muerte; de este modo, aquel que supuestamente sirve a la ley y el orden, resulta ser un individuo corrupto, mientras que quien vive en plena marginalidad y a diferencia del otro no esconde su lado violento, exhibe un talante que la llega a poner por sobre sus flaquezas.
    Por cierto, los actores que interpretan a la pareja que acoge a Chappie, en la vida real también lo son y además son importante músicos en su nación, Sudáfrica.   Para esta película no solo demostraron su talento histriónico, sino que contribuyeron con canciones hechas en exclusiva para el soundtrack de esta obra (las que a su vez resultan ser bastantes agradables al oído, en especial por sus melodías algo “exóticas” y bizarras, para quien no conoce su arte).
    En cuanto a quien se hace pasar por el “padre” de Chappie, en un principio no deja de provocar desagrado, pese a que en más de una ocasión hace reír al espectador.  Este sujeto no deja de sacar provecho para beneficio propio de la inocencia del androide, no obstante una vez llegados al clímax de la cinta, demuestra dotes de autosacrificio y de ser capaz de amar de verdad, lo que deja más que claro el sentido de uno de los mensajes de este filme: Es el libre albedrío lo que nos hace humanos y como tales nos otorga valor como personas, por lo tanto son las decisiones que tomamos y no nuestro aspecto (lo externo y/o superficial), aquello que permite la realización personal y como consecuencia la obtención de la verdadera felicidad.  Por lo tanto, tal como se puede ver gracias a lo que aquí se presenta, otro tema importante en Chappie resulta ser el de la trascendencia, ya que al abordar la posibilidad de que existan inteligencias artificiales, y con ello otras formas de vida autoconscientes, queda expuesta la interrogante respecto a qué hay más allá del plano físico y sobre cuál es el verdadero sentido de la vida.

Chappie aprende el valor de las historias gracias a su entrañable madre.

    Otro aspecto destacable en este largometraje, es el de la especial estética del propio Chappie y del robot creado por el sujeto que aquí oficia de principal villano.  El primero más que recordar a las entidades mecánicas de un animés de culto como Patlabor y Apleseed, queda de manifiesto como un claro homenaje a dichos títulos y más todavía por el interés nipón hacia las historias de robots (este no sería el único tributo presente en Chappie, puesto que basta con recordar la escena donde es posible ver los famosos créditos de apertura de He-Man y los Amos del Universo, un recordado show animado gringo de los ochenta).  Por otro lado, volviendo al robot del personaje de Hugh Jackman, este se parece bastante a los recordados ED209 de Robocop, lo que bien puede ser tanto un guiño a estas cintas, como una vez más al anime y al manga japoneses.
    Siendo el tercer filme de Blomkamp, este no dejó de trabajar con su actor fetiche Sharlto Copley, quien en su ópera prima hizo del trágico protagonista, mientras que en Elysium se le pudo ver como a uno de los dos villanos de turno.  No obstante su papel en este caso fue aún más diferente que en las dos películas que le antecedieron, puesto que no se le pudo ver frente a las cámaras, pese a tener sobre sus hombros el peso del protagonismo: ya que le correspondió ponerle la voz a Chappie.  Por lo tanto como muchos de sus colegas que ya han probado suerte dándole vida de esta manera a personajes animados, Copley demostró una vez más su talento, creando a un personaje con verosimilitud y sensibilidad, apoyado en gran parte en la fuerza dramática de su voz.
    Tras la confirmación de la habilidad de este artista sudafricano para realizar filmes de ciencia ficción de calidad, a medias entre el cine comercial y el de autor, Neill Blomkamp ha quedado contratado para filmar nada menos que la esperada Alien 5 y de la cual ya se han hecho un montón de especulaciones.  Quizás el mejor augurio para esta secuela que se viene pronto, sea el hecho de que en Chappie actúa la mismísima Sigourney Weaver, la recordada teniente Ripley y protagonista absoluta de esta saga; de este modo su contribución al éxito de su tercera cinta, bien puede considerarse como el  primer acercamiento a un trabajo mucho más cercano entre ambos.
      Si bien ya se refirió más arriba a la participación musical del dúo sudafricano Die Antwoord en esta obra, no podía faltar otro acompañamiento melódico que hiciera de banda sonora incidental, para ayudar a crear la atmósfera acústica ideal que nos trasladara al mundo de Chappie.  Es así que para esta película el director contó con la contribución de un músico de la talla  de Hans Zimmer, quien una vez más regaló a la audiencia preciosas composiciones, que no dejaron de trasladarnos al futuro cercano y algo apocalíptico de esta obra (haciendo para ello uso de los instrumentos electrónicos, para emular su particular ambientación).

8 comentarios:

  1. A verla se ha dicho! Cuando vi District 9 quede alucinando, me gusto mucho y me tinca demasiado ver esta, va directo a mi lista de películas. Un abrazo y gracias!

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    1. En realidad esta película es toda una joya y apenas salga en blu-ray me la compro. Ojalá la puedas ver pronto.

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  2. Muy buena la película, con un mensaje más trascendente de lo que parece, nada menos dejando caer cuál es la siguiente etapa del ser humano o por lo menos, cual será la nueva especie dominante. Por cierto, sabes que la "padre y la madre" de Chappie forman en la vida real un grupo de metal-rap, y llevan la misma pinta :-D

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    1. Qué gusto volver a saber de ti, Lino. Me encantó este filme y espero pronto tenerlo en blu-ray. Respecto al dato que mencionas, sí, lo sabía y por eso quedé gratamente impactado por el talento actoral de ambos. Oye, hónrame y hazte seguidor del blog, je.

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    2. Estimado Elwin, no se muy bien lo que ha ocurrido ya que soy seguidor de tu blog desde hace semanas o meses, aunque para ello usé la cuenta del blog de ciencia-ficción. Es posible que la explicación se deba a que recientemente Google ha bloqueado esta cuenta debido a accesos no autorizados —que en realidad eran míos desde un cliente de correo... bueno, los detalles no tienen importancia— y al volver a entrar en la cuenta me encuentro con que no tenía acceso. Aunque lo he recuperado, parece que Google ha "eclipsado" a mi perfil en todos aquellos sitios en donde estaba suscrito. Bueno, la cuestión es que estoy poniendo remedio y lo haré además, también desde mi cuenta personal. ¡Saludos! :-)

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    3. Me alegra mucho tenerte de seguidor, Lino, después de todos estos años leyéndonos. Estuve muy enfermo, incluso hospitalizado y ahora ya convaleciente y a punto de darme de alta, por fin pude terminar un texto que tenía inconcluso y lo acabo de publicar. Espero de aquí a fin de mes subir al menos 2 textos más.

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    4. Espero que te repongas pronto :-)

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    5. Gracias, de hecho hoy me dan el alta.

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