Neill Blomkamp. |
La ciencia
ficción como género en sí mismo se generó a partir de unos cuantos textos
satíricos, que tal como dice su nombre, consistían en obras que gracias a
argumentos que carecían de toda racionalidad, aprovechaban las circunstancias
de sus ficciones para burlarse de unas cuantas figuras públicas, así como
también de hacer una crítica ácida a los sistemas políticos imperantes durante
la gestación de tales narraciones. Así
es cómo nos podemos encontrar con trabajos como los de Los Viajes de Gulliver de
Jonathan Swiff (quizás el más popular de este tipo de fabulaciones), la Verdadera
Historia de Luciano de Samosata, Los
estados e imperios de la Luna y Los estados e imperios del Sol de Cyrano de Bergerac, Micromega
de Voltaire y Sicigias
y cuadraturas, cuyo autor se
supone resultaría ser fray Manuel Antonio de Rivas, donde los protagonistas
realizan viajes extraordinarios (tema y concepto que luego será tan primordial
en el legado de uno de los dos verdaderos “padres” del género: Julio Verne) y
se encuentran con sociedades fabulosas que resultan ser nada menos que
extrapolaciones de la real; gracias a este recurso estilístico, sus autores se
permiten criticar su propia sociedad al usar la técnica del espejo, que refleja
distorsionado la imagen de su propia realidad y permite se evidencie el defecto
que se desea mostrar.
Posteriormente cuando la ideas más
positivas respecto a la posibilidad de un mayor progreso social se pusieron en
boga, nacieron los idealismos literarios liderados por la Utopía de Tomás Moro (documento gracias al cual se acuñó el
concepto recientemente señalado), La
Ciudad del Sol de Tommaso Campanella y La Nueva Atlántida de Francis Bacon; todas ellas obras
inspiradas por la mentalidad religiosa cristiana de sus autores, quienes tenían
fe en la idea de que el Paraíso bien podía existir en la Tierra, gracias a un sistema
de gobierno justo y benigno (un antecedente religioso del Marxismo hasta cierto
punto). En estos libros, sus gestores se
referían a sociedades perfectas y en las cuales de vez en cuando se mencionaba
una que otra tecnología y/o aparato que en el mundo real no existía, cuya
función no era otra que facilitar la vida de sus habitantes.
Sería ya con la llegada del siglo XIX, primero en pleno Romanticismo, y
luego hacia finales de la centuria cuando estaba en su cenit el llamado
Realismo, que gracias a figuras como las de Mary Shelley con su siempre vigente
Frankenstein y los relatos de
H. G. Wells y Julio Verne, que el género de ciencia ficción tomaría su forma
más madura (nombre que se usaría en todo caso recién cuando el escritor y
editor Hugo Gernsback a principios del siglo XX, vendría a crear tal vocablo). Es así cómo gracias a la labor de los
autores mencionados, la ciencia ficción se permitió ser una literatura que no
solo lograra entretener a sus lectores, si no que además pudiese por medio de
su capacidad extrapolativa proyectar en otros escenarios, bastante imaginativos
por cierto, las grandes preocupaciones del ser humano; luego gracias a ello,
“disfrazar” todos estos temas y conseguir hacer una mirada critica y
fuertemente ideológica, como comprometida, acerca de cuán mal podemos estar
frente a nuestra idea de cómo debería funcionar nuestro mundo. Ahora bien, no toda la ciencia ficción
resulta ser de este tipo, pues tal como se dijo arriba, este género también
sirve para entretener; lo que si es inherente a la mayor parte de sus ejemplos,
son sus elementos épicos y la presencia de personajes con alto valor moral (a
manera de elevación de las virtudes humanas).
Es entonces cuando luego de la algo extensa introducción de los primeros
párrafos de este trabajo, que por fin me permito llegar al meollo del asunto
que hoy me mueve a escribirles:
Durante el transcurso del 2009 llegó a los cines de buena parte del
mundo la película District 9 (Conocida
en la Latinoamérica hispanoparlante como Distrito
9), ópera prima del director sudafricano Neill Blomkamp. Éste tras haber filmado un cortometraje de
ciencia ficción tres años antes, acaparó la atención de nada menos que Peter
Jackson, ya hace rato consagrado en el séptimo arte (y millonario) gracias a
sus filmes y en especial a su trilogía de El
Señor de los Anillos; fue así cómo gracias a su apoyo en la producción,
Blomkamp pudo rehacer su historia para convertirla en una hoy en día cinta de
culto para el cine, consiguiendo además su propia cuota de fama y admiración.
Filmada y ambientada en su propia tierra,
en la capital de Sudáfrica, Johannesburgo, en esta película los habitantes
conviven a su pesar con una raza alienígena insectoide, la cual se haya de
refugiada en la urbe; todo esto debido a que a principios de los ochenta, su
gigantesca nave quedó varada en medio de sus cielos. Los seres aparentemente son estúpidos, si
bien se nota que poseen cierto grado de inteligencia. Ante la presencia de estas criaturas, se ha
decidido mantenerlas en un gueto a las afueras de la ciudad y donde sobreviven
de la forma más insalubre; por otro lado no se les permite acceder a las otras
zonas de la metrópolis, tratándoseles como indeseados. Sin embargo tanto el gobierno del país, como
grupos de mafiosos desean hacerse con la increíble tecnología, en especial las
armas, provenientes de la nave nodriza que trajo a los alienígenas; no obstante
sus sueños siempre son rotos, ya que han descubierto que la única manera de
hacerlas funcionar es usando ADN extraterrestre. Pese a todo, continuando con su afán de
conseguir manipular estos artefactos, un día deciden trasladar a otro
territorio a los expatriados, un sitio mucho más paupérrimo y lejano de la nave
que los trajo al planeta, así que mandan a un tímido hombre, Wikus
Van de Merwe, el protagonista, a avisarles de su desalojo; es entonces que
comienza a desarrollarse el conflicto dramático de la obra, al entrar en
contacto éste por accidente con una sustancia que cambiará su vida y
revolucionará por completo la de quienes lo rodean, incluyendo su familia, sus
jefes, los militares, científicos, y más que nadie, a los extraterrestres. Dentro de la trama, cobrarán, por ende, gran
importancia un alienígena y su hijo, quienes se convertirán en los
insospechados aliados del simpático personaje principal.
Ahora bien, este filme poseedor de varios
momentos intensos, con mucha acción, aventura, suspenso, truculencia e incluso
un grato humor negro, se mezcla a una lectura de corte más político e
ideológico y a la cual el autor del filme nos quiere entregar. Cabe recordar que por décadas, Sudáfrica
vivió bajo una espantosa dictadura a manos de la minoría blanca (descendientes
de los colonizadores europeos que llegaron a ese inmenso país del continente
negro), que recibió el nombre de Apartheid (1961-1994) y en la
cual se impartía un régimen segregacionista donde la mayoría negra (casi el 80%
de la población de la nación) vivían separados, sin derecho a voto y a muchos
otros privilegios. Es cuando que a
través de su largometraje, el director (de raza blanca) demuestra la frialdad y
crueldad del pasado racista de su país, mostrando a los extraterrestres como
representaciones de los oprimidos durante los años del Apartheid. Como en todo sistema xenófobo, en la cinta se
les trata a estos como a seres inferiores y se les somete a varios abusos, si
bien se presenta en la trama de forma irónica el interés de los opresores de
hacerse con el uso de su avanzada tecnología. Así es como la grotesca apariencia de estos "huéspedes indeseables", resalta la imagen que quiere dar el director, de una raza que en apariencia se ve tan distinta a la de los humanos, pero que en su naturaleza interior posee el mismo derecho a vivir con dignidad, por cuanto comparten con los humanos capacidad de soñar, crear y amar; es entonces que por medio de esta exageración de la apariencia del "otro", Blomkamp demuestra lo que a los ojos de los racistas resultan ser todos aquellos que no pertenecen a su supuesta raza superior: o sea, el otro es un monstruo al cual hay que aniquilar y/o subyugar.
Fotograma que muestra a los inolvidables "Bichos" de Distrito 9. |
Si bien hoy en día los efectos especiales
ya han superado todo límite a la imaginación, estos en la cinta no dejan de
asombrar, más aún al servir de vehiculo para otorgarle mayor credibilidad a la
trama y no opacando la narración en beneficio de una vacua
espectacularidad. De este modo, un
espectador que gusta de apreciar cintas de este tipo, no puede dejar de
maravillarse ante el increíble diseño de los mismos alienígenas, así como de su
tecnología y nave, como también del uso del resto de los efectos especiales tan
bien aprovechados. A su vez la música de
corte étnico-africano, a cargo de Clinton Shorter, le otorgan un clima de mayor
sublimidad y emotividad a esta cinta altamente recomendable.
En contra de los deseos de quienes
disfrutaron de la película abordada arriba, tuvieron que pasar unos cuantos
años para que Neill
Blomkamp estrenara un nuevo filme. Esta
vez de nuevo optó por la ciencia ficción, aunque a diferencia del primer caso,
pudo contar con la colaboración de dos importantes actores estadounidenses,
quienes poseen una larga e importante trayectoria tanto en cine comercial, como
independiente: la galardonada Jodie Foster y Matt Damon, acompañados a su vez
por otros grandes artistas, entre ellos Sharlto Copley, el mismo intérprete de
Wikus en Distrito 9 (quien en
este caso tuvo a su cargo un papel por completo diferente al anteriormente
mencionado, al hacer de “malo”, como un siniestro mercenario).
Estrenada tan sólo este año, el filme de
significativo título Elysium rememora
a los Campos Eliseos de la mitología griega y que correspondían a una
paradisiaco lugar donde llegaban los héroes muertos tras pasar por las puertas
de Inframundo; asimismo a ésta zona sólo podían acceder aquellos que debido a
sus virtudes, cumplían con el requisito de modo de contar con este
privilegio. Por otro lado, resulta
evidente la connotación cuasi divina o de semidioses de estos personajes. Por lo tanto en esta segunda obra de larga
duración del director sudafricano, el lugar llamado Elysium corresponde a un
mundo artificial en la órbita del planeta y donde vive cómodamente la gente de
posición económica holgada, ya que la Tierra se haya sobrepoblada y sujeta a
todo tipo de miserias, entre las que se encuentra una contaminación que ha
devastado los recursos naturales. Ambos hábitats contrastan en su configuración
de forma apabullante, puesto que la gente de Elysium cuenta con toda una gama de franquicias, siendo la
más extraordinaria de ellas una sofisticada tecnología médica que cura
cualquier enfermedad y/o mal que pueda atentar a la salud de sus habitantes, de
modo que el uso de este medio los convierte en la práctica en inmortales. En cambio los terrícolas no cuentan con tal beneficio
y además deben subsistir en las condiciones más insalubres. Luego existe un férreo control de parte de
los “elysianos” para evitar que los de abajo puedan llegar hasta sus dominios y
con ello aprovechar sus beneficios.
El protagonista de esta cinta es un obrero
que desde pequeño ha deseado vivir en el mundo de arriba. Es cuando se le presenta la oportunidad de
llegar al lugar, si bien al final los motivos que lo llevan a enfrentarse al
sistema imperante y a luchar por sus sueños, terminan por ser superiores a sus
propios deseos individuales. El muchacho
idealista en medio de un mundo en el cual los pobres no tienen acceso a la
movilidad social, deberá enfrentarse a unos cuantos enemigos que le harán
difícil cumplir su objetivo, como es de suponer en las narraciones que tratan
el tema del viaje mítico; no obstante tal cual en este tipo de historias de
connotaciones heroicas, una vez más la fuerza de voluntad hará evidente que el
espíritu humano es capaz de sobreponerse a la contingencia.
En cuanto al personaje de Matt Damon, el
autor de esta obra de arte lo perfila como a un hombre que a diferencia de su
antagonista principal, posee férreos valores morales, entre los que sobresalen
su aprecio por la amistad, su capacidad de amar y, no en menor medida, su fe
religiosa. Aparentemente de fe católica
(siendo que además vive en un territorio donde la población se muestra en su
mayoría de procedencia latina, he ahí la respuesta de ideología religiosa del
protagonista), la cinta parte mostrándolo de pequeño junto a una monja que le
habla en español, figura materna que le entrega a éste la educación valórica que
contrastará con la académica del personaje de la Foster. De este modo el elemento religioso e hispano
cobra gran importancia dentro de la cinta.
Si en su anterior obra Blomkamp abordó el
tema de la vida extraterrestre, ligado a la idea del primer contacto y la
convivencia forzada entres dos especies tan diferentes, incluyendo la
subyugación de una por la otra, en esta ocasión del director/guionista hace uso
de la llamada corriente del ciberpunk; esta es una variante del género
bastante cara a los autores anglosajones de la décadas de los setenta y los
ochenta y que luego los japoneses a través de sus cómics y animaciones
retomarían con tanto éxito e innovación.
Es así como en este ciberpunk, del cual sus máximos exponentes
literarios son William Gibson y Bruce Sterling, mientras que en el cine se
puede nombrar la saga de Matrix y
en el mangánime (cómics y seriales de animación nipones) Gunnm (conocida en Latinoamérica como Alita)[1],
se observa una separación tajante entre un grupo social dominante y favorecido,
a su vez claramente minoritario, a la par de otro viviendo en la práctica en la
miseria y aún así con acceso a tecnología de punta. Todo esto se observa en el largometraje tal
como se mencionó, de modo que lo que hizo su autor fue apropiarse de los
argumentos de este subgénero de la ciencia ficción, para entregarnos una vez
más su propio discurso lleno de crítica social respecto a las injusticias
cometidas por las clases dominantes; donde además los pobres son oprimidos y
dejados de lado solo para enriquecer más a los otros y olvidándose de
satisfacer las necesidades y derechos constitucionales del resto de la gente.
Para finalizar, se puede apreciar en el
cine de Neill Blomkamp una honda preocupación sobre la cuestión social,
abogando además en su trabajo, por la existencia de un equilibrio de la
distribución de los bienes materiales y de la preponderancia por un sistema de
gobierno justo, en el cual los líderes sean sujetos preocupados del bien común,
pero siempre en beneficio de los demás y no como un sistema sectarista y
elitista. A su vez todo esto muestra en
su obra una ideología humanista y en la cual el director bien expone su fe en
los principios de la fraternidad entre los pueblos, como también a nivel más
individual. Por ende, cabe mirar su
labor, como algo que no sólo pretende agradar a los sentidos, si no que
llevarnos a una reflexión acerca de lo que sucede a nuestro alrededor. Es de esperar que sus obras que vengan a
futuro refuercen esta imagen positiva que nos hemos podido hacer de su cine y
persona.
[1] Bien podría resultar interesante
contar que en el caso del manga y animé de Alita aquí mencionado, también se
muestra una ciudad flotante para los poderosos, que pende sobre las cabezas de
los menos afortunados (y este cómic data de 1991). A su vez en la novela del autor español
Domingo Santos, El Año del Dragón, también se presenta esta dicotomía (y la
novela data de 2008). Ello demuestra que
pese a sus propias virtudes, las ideas de Neill Blomkamp no son por completo
originales.
Alita, clásico del mangánime que se constituye en todo un pseudoantecedente de Elysium. |
Hola estimado, sólo te escribía para decirte que no voy a leer todavía esta reseña, hasta después de ver Elysium, que me tinca es tan buena como esa joya que es District 9. Sorry!
ResponderEliminarPues espero, amigo, que la veas lo más pronto posible y así la podamos comentar; que además bien sabes que ver un filme de estos en el cine es cosa de otro mundo.
EliminarGenial Alita, Voy a verla mañana, saludos.
ResponderEliminarGracias, Vasco, por pasarte por acá y que disfrutes tan memorable animé.
EliminarDistrito 9, una película que me marcó y que vería una y otra vez. La recomiendo cada vez que puedo, con una critica a la migración memorable. Saludos
ResponderEliminarMe agrada mucho el cine de este autor y te puedo decir que a mi humilde parecer "Chappie" es su mejor cinta (de la cual también he escrito). En cuanto a "Distrito 9", me parece genial y en su momento me la compré en DVD, no obstante para este último Viernes Negro, adquirí un precioso pack en blu-ray con librito incluido de los tres filmes estrenados hasta la fecha de este cineasta...¿Ya te viste sus otras dos cintas?
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