La nueva etapa de la Mujer Maravilla Post
Crisis, comienza de una manera realmente poética e impactante: una mujer de las
cavernas embarazada intenta consolar a su hombre que ha regresado al hogar
herido y cuando este siente que su virilidad ha sido mancillada por las
atenciones femeninas, la mata sin remordimientos. Entonces el alma de esta inocente víctima y
el de su hija nonata, llegan a parar al
Hades por largo tiempo (siglos, milenios), a un sitio donde yacen otras almas
de mujeres que han sido víctimas de la bestialidad masculina. Para todas ellas un grupo de dioses del
Olimpo, seis mujeres y un hombre, tienen planes y las regresan a la vida para
crear la raza de las amazonas, a las que conceden sus valiosos dones. De este modo antes de Diana y su maravilloso
nacimiento, como su obtención del papel de la representante de su gente frente
al mundo patriarcal, lo primero que llegamos a conocer es el origen mítico de
su pueblo.
Un
verdadero carácter épico posee el primer número de la miniserie de cinco tomos,
que reintroduce a nuestra superheroína a mediados de los ochenta (en 1987 para
ser más específicos), contando primero la historia de su legado amazona y en el
que tal como en las viejas historias griegas, no puede faltar el elemento
trágico: pues llegamos a conocer el ascenso, la caída y la posterior
oportunidad de la redención de estas valerosas guerreras, quienes tras ser
engañadas por los semidioses Heracles y Teseo, junto a sus hombres, se alzan en
armas como venganza y manchando con ello las intenciones de sus dioses
tutelares, matan a la mayoría de estos; luego como castigo son enviadas a la
isla de Themyscira, ahora alejadas durante largo tiempo del resto del
mundo. No obstante sus dioses que las
aman, nunca han dejado de mantener el pacto con sus hijas y es así que a la
reina Hipólita le conceden una hija, cuya alma viene a ser del mismo bebé que
iba a tener cuando era una mortal, nacida simbólicamente del barro que ella le
dio forma.
Como
todo héroe (o en este caso mejor dicho “heroína”) de la más añeja tradición literaria
oral y escrita, Diana debe pasar por una serie de pruebas para llegar a
convertirse en alguien respetable, o sea, debe pasar por un rito de
iniciación. Pues todo esto es
representado en el cómic de manera muy especial, destacando cuando le toca
enfrentarse…nada menos que a las balas de una pistola, arma que no proviene de
Themiscyra, sino que llegó a este lugar proveniente del exterior (solo luego de
esta miniserie será posible saber cómo llegó este artefacto a tal lugar).
Tal como en el origen de la Edad de Oro,
Wonder Woman debe hacer su primer viaje al mundo patriarcal para llevar al
piloto militar Steve Trevor, quien por accidente llegó a su hogar. Es así que Trevor se convierte en el primer
hombre que conoce la amazona, siendo que en las historias más clásicas se
convierte en su interés amoroso. No
obstante en esta versión los autores hacen un interesante giro argumental, al
dejar de lado el romance entre los dos, pues en realidad el militar ama a una
colega suya, si bien entre él y Diana nace una estrecha amistad. Por otro lado, luego se revela tras unos
cuantos números más de la revista, el verdadero nexo entre Steve y las
amazonas, algo que va muy de la mano con la vieja idea del destino, tal y como
la entendían los antiguos griegos.
El primer gran enemigo al que se enfrenta
Wonder Woman en esta miniserie, viene a ser nada menos que el dios Ares, Señor
de la Guerra, quien ha orquestado todo un plan (que incluye un culto de los
humanos a sus ideales belicosos), para que nuestra especie acabe su
civilización con el más grande de los holocaustos. De tal modo la oposición entre Diana y este,
viene a ser la lucha entre dos visiones completamente distintas entre sí: no
solo el bien, sino que el orden y la paz que representan los principios que
rigen la vida de las amazonas (por muy guerreras que sean), en contra del mal propio
del caos de la violencia gratuita y el odio bajo la figura de Ares. La confrontación entre ambos resulta
impresionante y como era de suponer, el dios tiene bajo su mando unos cuantos
soldados, entre los que se encuentran los demonios Fobos y Deimos, representados
de manera no solo bastante gráfica, sino que caracterizados en su personalidad
como verdaderas manifestaciones del miedo y el terror de la contienda. A estos se les suma el monstruo Decay, la
primera monstruosidad femenina o villana, de una larga serie de rivales de su
mismo sexo que tendrá esta Mujer Maravilla Post Crisis. Cabe mencionarse que una aún principiante
princesa Diana, enfrentada nada menos que a uno de los dioses más poderosos de
su panteón, bien difícil la tenía como para derrotarlo; no obstante el cómic
resuelve esto de una manera bastante inteligente, tal cual si fuese sacada la
solución de los viejos mitos en los que se inspira esta saga, quedando
demostrado el valor de la inteligencia y la elocuencia por sobre la fuerza
bruta.
Bastante relevante dentro de la nueva
vida de Diana, viene a ser la amistad que desde esta miniserie llega a hacer
con dos mujeres mortales: la profesora de origen griego Julia Kapatelis y la
hija adolescente de esta, Vanessa. Ambas
se transforman en su nueva familia en este nuevo mundo que comienza a conocer,
pasando varias aventuras juntas, entre alegrías y penas, en lo que viene a ser esta
etapa de los cómics (la de George Pérez), llegando a aparecer durante décadas
en sus historias como personajes de apoyo.
Interesante también resulta ser el hecho,
de que cuando Diana escoge quedarse en un lugar para vivir en nuestro mundo, lo
hace en una ciudad “real”, Massachusetts (en USA, por supuesto), en vez de las
típicas urbes ficticias que abundan en los cómics de DC. Dicho detalle le otorga un carácter especial
a los argumentos de la superheroína, quien perteneciendo al mundo mítico y
sobrenatural, mantiene este significativo lazo con este otro plano de la
realidad; de ahí a que muchos de los guiones de estos cuadernillos realizados
por George Pérez, resalten temas de tipo social como la política, el impacto de
la publicidad y las telecomunicaciones, las relaciones familiares, la tolerancia
religiosa, la corrupción y el suicidio, tal como irá quedando detallado a lo
largo de esta serie de post sobre la Mujer Maravilla.
Tras ser conocida públicamente la amazona,
luego de su batalla contra el dios Ares y sus huestes, así como intervenir en
los eventos de la saga conocida como Leyendas y que por primera vez la
reunió junto a otros superhéroes, su despampanante figura la hizo quedar en la
mira del mundo. Pues ante el
reconocimiento del mundo mortal de su persona, George Pérez, ahora a cargo
total del argumento de la serie, tuvo la genial idea de introducir al complejo
personaje de la publicista Mindy Mayer.
Contratada por la misma princesa Diana para que la ayude a difundir los
principios de la filosofía de las amazonas, fundada en el respeto mutuo, el
amor y la paz, a partir de este punto va desarrollándose el impacto que tiene
para la gente común alguien como la Mujer Maravilla; las repercusiones al
respecto resultan tanto positivas como negativas para la humanidad. Por otro lado, la personalidad de la Mayer,
una mujer de su época y de nuestro mundo, materialista y con varios esqueletos
en el armario, contrasta bastante con la de la amazona y pese a ello ambas
llegan a tener una amistad. No está
demás decir que Wondy también consigue dejar su huella en el corazón de la
publicista, lo que da al cómic algunos de los momentos más emotivos de este.
La más clásica enemiga de la Mujer
Maravilla viene a ser la mortífera Cheetah, una mujer vestida como la felina
que le tiene odio jurado a esta. Pues
el número 9 de esta etapa, las pone frente
a frente por primera vez dentro de esta continuidad, en una dura pelea de la
que Wondy apenas logra salir victoriosa.
Por otro lado, Pérez cambia en parte el aspecto de la villana,
haciéndola mucho más sexy y femenina, al hacer que mantenga la cabellera larga
de su faceta humana, la doctora Barbara Minerva (en la Edad de Oro y la de
Plata otras mujeres fueron quienes llevaron el manto de la criatura), dándole
además una naturaleza mágica y salvaje como nunca antes vista. En la modernización hecha por el artista, la
acompaña un fiel servidor, el anciano pigmeo Chuma, quien la sirve con devoción
(solo muchos números después, como sucede con otros personajes de esta historieta,
se nos descubre los orígenes de esta criminal y de su relación con el
hombrecillo).
Entre los números 10 hasta el 14, se
incluye la segunda miniserie de esta Mujer Maravilla, en una saga de gran
importancia dentro de tal cronología: El
Desafío de los Dioses. En ella las
amazonas representadas por su miembro más célebre, por supuesto que Diana,
deben enfrentar una dura prueba que en el caso de que su campeona la rinda
positivamente, una nueva era de plenitud conseguirán por parte de sus deidades;
por otro lado, la misma princesa podrá conocer las profecías que desde tiempos
inmemoriales guardan su destino. Un
aspecto interesante de todo esto, es que tal desafío se debe al despecho de
Zeus, quien engañado por un suplantador en pleno Olimpo, quiso hacer de Diana a
una de sus tantas consortes (conocida es su lujuria en la mitología, que lo
hizo “yacer” junto a un montón de mujeres), de tal modo que solo gracias al
control benigno de su esposa Hera (una de las diosas que crearon a las amazonas)
no destruyó a la amazona, a su madre y a sus hermanas. Debe saberse que todo esto además enlaza con
la saga de Millenium, en la que cada superhéroe de DC se enfrentó a un
impostor entre sus conocidos (he ahí la trampa en la que cae el libidinoso
Zeus). Es así que muy en la línea de las
misiones, a las que se vieron enfrentados muchos héroes de la mitología, tal
como Jason y el propio Heracles, Wonder Woman se enfrenta acá a un montón de
monstruos famosos de tales historias (tales como el Minotauro, el cíclope
Polifemo y muchos más, a los que Pérez se da el gusto de dibujar con esmero).
Entremedio de estos acontecimientos,
sucede uno de los pasajes más hermosos de toda esta etapa del personaje: conoce
a la mujer, una mortal, de quien en su honor recibió su nombre e insignias de
su armadura (con su característica w doble).
El encuentro entre las dos ocurre en pleno inframundo y está lleno de
emociones, porque además revela el papel del rubio Steve Trevor en todo
esto. El final del Desafío, permite
además el reencuentro con un recordado personaje del comienzo de esta
colección, en otro momento de gran intensidad dramática y donde dos antiguos
enemigos logran darse una nueva oportunidad, gracias al poder del amor.
Preciosa portada del último número de El Desafío de los Dioses (adivinen quién es el afortunado único varón entre todas estas bellas mujeres). |
Tuve la suerte de leer esta versión de la Mujer maravilla en su edición española original, de la época, no en una reedición. La historia de su origen es emocionante y el dibujo hermosísimo.
ResponderEliminarAmo a Wondy desde niño y de corazón este reinicio del personaje, desde la génesis de las Amazonas a la primera aventura de Diana, está entre las novelas gráficas que más me han sobrecogido.
Eliminar