Corresponde a la única cinta de Hayao
Miyasaki, cuyo guión no es completamente sacado de una idea original suya, si
bien como siempre el libreto lo escribió él mismo. Pues para esta preciosa cinta, sin duda una
de sus mejores obras, compró los derechos de la novela de fantasía del mismo
nombre de la autora británica Diana Wynne Jones. Al respecto no hay que admirarse que Miyasaki
haya optado por una obra extranjera, occidental más encima, para hacer un nuevo
filme, puesto que basta con recordar otros trabajos suyos de clara ambientación
europea (y fíjense en el detalle, nunca
gringos).
El filme que data del año 2004 y que ha
ganado un montón de premios, así como el favor de la crítica y el público en
todo el mundo, vuelve a abordar temas caros a la filmografía del director. En primer lugar nos encontramos con una
historia donde la magia resulta ser algo primordial, un elemento que para los
personajes resulta ser “normal”, incluso para los humanos comunes y corrientes,
quienes en el argumento tienen conciencia de la existencia de sujetos de
grandes poderes y a los que respetan como también temen según sea el caso. Por otro lado, una vez más hayamos a una
protagonista femenina de gran peso, una mujer que no solo nos resulta
entrañable, sino que debido a sus propias virtudes (valentía, modestia, dulzura
y gran capacidad de amar, para perdonar y de resiliencia) sin vacilaciones
puede considerarse entre las mejores heroínas de Miyasaki.
No obstante esta vez podemos detenernos en
el hecho de que Sophie, quien en realidad es la coprotagonista de la trama, a
diferencia de sus predecesoras no es una niña, ni una adolescente. Pues en esta ocasión estamos hablando de un
adulto, alguien bastante joven eso sí, quien tan solo tiene dieciocho
años. Ello resulta ser una marca
importante para el resto de la historia, ya que sin dudas se puede afirmar que
uno de los temas de la cinta viene a ser el de la responsabilidad, con la cual
los mayores llevamos nuestras decisiones y vidas; por lo tanto que tan temprano
haya tomado las riendas de su existencia, la contrasta con otros personajes de
este filme, que con más años a cuestas viven una ilusión que se convierte en su
propio karma. Lo anterior, debido a que
las acciones tanto de Sophie como de otros dos personajes destacados (uno de
ellos su coprotagonista), se presentan como las fuerzas que desencadenan
consecuencias positivas o negativas, según la seriedad con la que toman sus
propias decisiones.
El otro personaje principal viene a ser el
mago Howl, un apuesto y agradable (aunque solitario y con unos cuantos
esqueletos en el armario) sujeto, cuyo destino se cruza con el de Sophie y
entre quienes nace un inolvidable romance.
Desde Porco Rosso que no teníamos un amorío adulto entre los títulos
de Miyasaki, no obstante en este caso el peso argumental se sostiene tanto en
la dama como en el varón, puesto que los dos tienen la misma relevancia dentro
de la trama. Por otro lado, a diferencia
de la historia del aviador, en esta ocasión nos encontramos con una historia de
amor que logra conseguir la plenitud.
Todo esto es posible, solo gracias a la lucha que tiene uno de sus
protagonistas, para que el otro pueda amar en realidad, dejando de lado las miserias
que no le permiten ser feliz en realidad.
De este modo el romance se presenta como una manifestación del heroísmo,
pues solo gracias a un amor de este calibre es posible salvar un alma condenada
(he aquí el viejo tema de la “amante ángel” del romanticismo, donde solo un
corazón puro puede redimir a quien no se encuentra en armonía consigo mismo y
con los demás).
Por otro lado, nos encontramos con la
antagonista de todo esto, al menos durante la primera mitad del metraje y quien
viene a ser la responsable de que la muchacha y el mago tengan un segundo
encuentro que será decisivo para ambos, para quienes los rodean y para el mismo
mundo en el que ellos viven. La Bruja
Calamidad (llamada así al menos en la versión para Latinoamérica), quien solo
desea satisfacer sus propios apetitos y celosa por no poder tener el corazón de
quien ama egoístamente, Howl, maldice a Sophie, porque esta sin proponérselo
logró acaparar la atención del hechicero. Es así que la condena a convertirse
en una anciana de más de ochenta años, razón por la cual la víctima decide
abandonar secretamente su hogar para buscar un remedio para su mal. Lo que ignora la Bruja, es que su gran acto
de maldad al final provoca consecuencias que a ella misma terminan por
alcanzarla, aunque de una forma inesperada, tanto para ella como para los demás
personajes.
En su viaje Sophie se encuentra con un
extraño ser, un espantapájaros con vida e inteligencia propia, al cual le pone
el nombre de Cabeza de Nabo y quien en agradecimiento porque ella lo rescató de
una trampa en la que estaba, se convierte en un valioso amigo para ella. De este modo la lleva hasta el castillo que
le da el nombre a la cinta, una increíble construcción mágica ambulante y con
aspecto entre mecánico y orgánico, que es el hogar de Howl y de otros dos
llamativos personajes. En ese sitio
encuentra asilo y allí llega a conocer en profundidad a quien de luego llega a
enamorarse, cambiando además la propia vida del hechicero para siempre.
Los otros dos habitantes originales del
castillo que acogen a la heroína, si bien a principios a regañadientes y luego
terminan por adorarla en un muy emotivo desarrollo de las relaciones interpersonales,
vienen a ser el demonio Calcifer y el niño aprendiz de mago Marco. Calcifer tiene sus propios secretos (algunos
que él mismo ignora) y se encuentra profundamente ligado a Howl; todo esto se
revela de la manera más maravillosa hacia el intenso clímax, que sin dudas
viene a ser uno de los dramatizados con mayor delicadeza y belleza, en todo lo
que hemos visto de Hayao Miyasaki. En
cuanto a Marco, gracias a su figura queda en evidencia el aspecto más maternal
de Sophie (preciosa viene a ser la escena en la que el pequeño, llorando,
abraza a su amiga pidiéndole que no los deje).
El chico pese a sus talentos mágicos, no deja de ser un ejemplo realista
de personaje infantil, tal cual otros retratados por Miyasaki con esta edad y que
se alejan de los estereotipos o las caricaturas que los tratan con simpleza o
como meros recursos humorísticos.
Otros dos personajes entrañables aparecen en
esta obra. Por un lado tenemos a Madame
Sulimann, una preciosa anciana que fue la maestra de Howl y a quien le
recrimina que este haya seguido sus propios pasos, que ella considera lo han
pervertido. Esta mujer tiene un papel
muy destacado en la guerra, que se está dando entre el país en el que vive los
personajes y una nación vecina, así como también viene a ser esencial para el
destino de su antiguo discípulo, el de Sophie y el de la propia Bruja
Calamidad. Luego de que esta última
“desaparece” como la gran mala de la historia, Madame Sulimann se convierte en
la supuesta otra antagonista, no obstante mucho más poderosa que la otra
(aunque como mucho de lo que sucede con los personajes de este filme, su papel
viene a romper con todo lo esperado en un argumento del género). Luego tenemos al perro de Sulimann, Heen,
otro ser mágico, mudo e inteligente (recordemos a Cabeza de Nabo), quien llega
hasta Sophie como su espía y que al final decide quedarse con esta y con los
demás. La actitud del animal deja de
manifiesto, que Sophie ha llegado a construir en el Castillo Ambulante una
verdadera familia y donde se puede vivir de manera sencilla aunque feliz (todos
son aceptados en este lugar, sin importar viejas rencillas, ni otras
diferencias).
Como ya se ha hablado acerca de la
presencia del amor en el argumento, en especial en lo que se refiere al tema
romántico, debe aclararse que en realidad este sentimiento impregna toda la
cinta. Pues el amor es el verdadero
elemento “mágico” que puede subsanar todo mal.
Es así que Sophie no solo logra ganarse el corazón de Howl, salvándolo del
hoyo en el que había caído, debido a su propio pecado de soberbia, sino que
además consigue el aprecio de Cabeza de Nabo, Heen y Marco, además de ayudar a
que la Bruja Calamidad consiga su propia redención. De igual manera la grandeza de su corazón
conmueve a Madame Sullimann, inspirándola para que acaba de una vez con los
conflictos bélicos que asolan la zona.
Por otro lado, viene a ser el mismo amor que siente Sophie por Howl, el
que la salva del hechizo perpetrado por su antigua enemiga (“El que ama tiene paciencia en todo, y
siempre es amable. El que ama no es envidioso, ni se cree más que nadie. No es
orgulloso. No es grosero ni egoísta. No se enoja por cualquier cosa. No se pasa
la vida recordando lo malo que otros le han hecho. No aplaude a los malvados,
sino a los que hablan con la verdad. El que ama es capaz de aguantarlo todo, de
creerlo todo, de esperarlo todo, de soportarlo todo.” Primera Carta a los Corintios, capítulo 13, versículos 4 al 7).
Tal cual podemos encontrarnos en otros
ejemplos de la filmografía de Hayao Miyasaki, El Castillo Ambulante se
encuentra llena de momentos hermosos, filmados con un lirismo que bien dejan
claro la calidad de su cine y que enaltecen el anime como una expresión
artística de respeto. Entre estas
escenas claves (aparte de la ya mencionada, que incluye al niño Marco) podemos
nombrar la subida por las escaleras entre Sophie y la Bruja Calamidad, para
concertar una cita con Madame Sullimann, con el posterior castigo a la malvada
hechicera (bastante gracioso todo ello, como dramático en su conclusión). De igual manera tan solo el descanso que se
dan Sophie, Marco y Cabeza de Nabo a las orillas de un bello lago, es una pieza
de tal poesía visual, que sin dudas a más de uno debe sobrecogerlo; a su vez las
palabras de agradecimiento de Sophie, por estar en dicho lugar, nos dan un
ejemplo de cómo debemos apreciar lo que tenemos a nuestro alrededor. El lamento de Howl por el cambio del color de
su cabello, cuando Sophie por primera vez descubre las mañas de este y el sueño
que tiene con posterioridad la protagonista, son otros ejemplos de la
delicadeza del sensei para representar los trasfondos del corazón humano. No obstante es el viaje al pasado que hace
Sophie, que le permite conocer el secreto de Howl, quizás una de las escenas
más sublimes de todo lo hecho por este artista japonés.
Como en otras ocasiones la música de Jao
Hisaishi, no puede ignorarse a la hora de apreciar esta película. En esta ocasión compuso melodías que remiten
a la época en la que transcurre esta historia y que nos rememoran un pasado
hipotético, de un mundo pasado europeo del siglo XIX, en el que la magia sin
dudas que existe.
ELWIN mi nuevo blog es
ResponderEliminarhttp://disputasquodlibetales.blogspot.cl/
Muy bien, caballero, lo leeré con gusto y pondré dentro de mis enlaces recomendados. Eso sí, me esperaba sus palabras por acá respecto a esta película ;-(
EliminarExcelente entrada para una excelente película, no por nada tomo por asalto los festivales de cine donde participó.
ResponderEliminarSaludos.
Sí, en realidad este filme viene a ser de lo mejor de Miyasaki.
EliminarDebo reconocer que esta es mi película favorita del Estudio Ghibli. Y aunque tiene algunos fallos de guión, tan propio de las adaptaciones, uno no puede dejar de percibir que se está frente a una obra maestra del cine animado. La música es sencillamente preciosa y junto a la de Porco Rosso y Nausica está entre mis favoritas, sin despreciar a las demás. Hermosísima película.
ResponderEliminarOriginalmente esta peli no me gustaba mucho y cuando la volví a ver por segunda vez me encantó tanto, que hoy en día también está entre mis favoritas de estos títulos.
EliminarMágica película, fue la primera de este género que ví.
ResponderEliminarBesos
Vale
Pues te animo a ver otras de este director y estilo, amiga. Besos.
Eliminarde todas las películas de este gran cineasta esta es la que mas me a emocionado...Su historia y música son simplemente magníficos...Este toque de steampunk que tiene le da un toque, howl y su amistad h posterior romance con sophie es espléndido..
ResponderEliminargran texto profe.
pd:perdón por no escribir me asaltaron y robaron el celu.
saludos
Es un gusto volver a tenerte por estos lares, Joker y como has estado desaparecido tanto tiempo de esta página encontrarás un montón de "nuevos" textos de tu interés. Espero con ansias saber más de ti en el Cubil.
EliminarConsidero a esta película como un poco subvalorada porque se perjudica, en cierta medida, al ser una continuación de los temas y algunos motivos narrativos que ya habían sido mejor tratados en El viaje de Chihiro. Pero la película en general es una joya, partiendo por la protagonista, siguiendo por el castillo, y rematando en un final que consigue reunir todos los elementos dispersos de la película de manera soberbia.
ResponderEliminarPor cierto, corren rumores de que Miyazaki quiere salir de su retiro y regresar a la animación para una última ronda... Hay que estar atentos a eso.
Gracias a mi sobrinito Amilcar he visto una y otra vez este filme y cada vez lo encuentro más precioso; de hecho, creo que es de las más sensibles cintas que ha realizado Miyasaki). Respecto al supuesto retiro de este director, pues luego de "Ponyo" hizo otro filme, que para nada llegó acá y que ya me compré ("Puedes oír el Viento" se llama en algunas traducciones"). A ver si me la veo este finde para que sea mi primer post de diciembre.
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