Continúo con mi análisis de El Bazar de los Malos Sueños.
11- Herman Wouk
todavía vive: Una
de las historias más hermosas y conmovedoras de esta colección, corresponde a
esta obra que se aleja por completo de la temática habitual de su autor (aunque
no en un 100%), debido a su realismo y que sin embargo comparte como buena
parte del resto del trabajo literario de King, un tema tan peliagudo: la
muerte.
La maestría literaria de su autor se
despliega en esta pieza, al contarnos desde dos frentes distintos la vida de un
grupo de personas, que no pueden ser más distintas entre sí (por un lado la de
dos mujeres jóvenes, cuyas vidas son por completo miserables y la de una pareja
de poetas ya ancianos, quienes llevan décadas amándose felices en
su manera peculiar de ser), las que terminan cruzándose de la manera más
trágica (y aun así, el artista nos sorprende porque no todo pasa tal cómo
esperábamos).
El extraño nombre de este relato que
aparentemente resulta hermético a la hora de ver su sentido, es nada menos que
una invitación a apreciar la vida en todo momento, ya sea estando en la
veintena de la existencia o ya llegados a la “tercera edad” (lo que nuestro querido
tío Steve bien nos lo ha demostrado, al seguir manteniéndose vigente día a día
con sus escritos).
12- No anda fina: Corresponde a una ficción
que nos recuerda a sus lectores
constantes clásicos suyos como La Primavera de Fresa, perteneciente
a su primera colección de cuentos, El Umbral de la Noche. En esta ocasión, el escritor vuelve a abordar
lo escabroso de la psiquis humana, a través de un narrador protagonista al que
solo al final llegamos a conocer (casi) por completo.
Los papeles que cumplen la violencia, la
locura y, otra vez, la muerte en la humanidad, no dejan de manifestarse en la
narrativa kingniana, para terminar una historia que en ningún momento se sabe
hacia dónde va y que sin embargo acaba como muchos de estos cuentos “breves”:
en absoluta sorpresa…Pues la vida misma es así, ya que nunca tenemos un control
absoluto de lo que esta nos depara.
13- Billy Bloqueo:
Otra
novela corta para disfrute de sus lectores, si bien parte de su temática
resulta bastante alejada a la realidad de sus seguidores hispanoamericanos,
como de otros lugares del mundo. Y es
que esta obra gira en torno a algo de lo cual King es un acérrimo fanático, el
bésibol, deporte tan gringo que al menos ya antes una vez estuvo presente en
sus historias a través del libro La Chica que amaba a Tom Gordon y
que luego plasmó en dos especies de ensayo: Faithful (coecrito con
Stewart O`Nan) y Cabeza Abajo. De este modo, la verdad, no es inaudito en su
bibliografía que se refiera a esta disciplina, si bien para quienes nada
sabemos al respecto, tanta descripción sobre sus juegos pueden resultar
confusas y hasta aburridas. Sin embargo
Stephen King sabe atrapar a su auditorio, ya que no se trata solo de una
narración deportiva, sino que resulta mucho más compleja de lo que parece.
Editado originalmente en solitario en un solo
tomo (con una portada preciosa más encima), viene a ser otra de las razones
para querer leer esta antología. Y es
que posee un argumento que independientemente de si a uno le gusta el béisbol o
no, atrapa al público, en especial cuando comienza a develarse el misterio de
su protagonista: un as en este deporte, de quien nada se sabe y que no deja de
llamar la atención por las pocas luces que posee, además de despertar en los
otros una enorme simpatía. Sin embargo
este muchacho guarda un secreto bastante especial, que al final acerca bastante
esta historia al resto de la literatura de su creador.
Llama la atención la manera de cómo está
contado todo, pues como por lo general no es habitual en lo que hace, optó por
un narrador testigo, quien conoció en su juventud al llamado Billy Bloqueo. Por lo tanto tal como sí es recurrente en
otros de sus títulos, el papel de la memoria y los recuerdos vuelven a estar
presentes aquí y cabe recordar que el propio escritor ante cada uno de los
escritos que componen este libro, hace uso de tal recurso para luego
entregarnos sus ficciones. De igual
manera, resulta también interesante el carácter dialógico del cuento en sí o
más bien de monólogo, ya que es este mismo testigo quien cuenta sus memorias a
King (mientras este hacía de periodista para una pequeña revista, antes de hacerse
escritor famoso), en un juego muy divertido con la misma realidad.
14- Pimpollo: La primera
narración que le conozco a King donde uno de sus personajes principales es gay (y
no lesbiana, ojo, que ya ha tenido protagonistas de esta minoría sexual, como
ya pasó en Área 81, al principio de este volumen y en su novela La Cúpula). De hecho, incluso en
esta obra se permite referirse de lleno a la sexualidad entre hombres, al tema
del VIH y todo de una manera por completo alejada de proselitismos, prejuicios
y todo tipo de ideas que podrían haberle quitado su espontaneidad a la
historia…que más encima no deja de poseer sus elementos sobrenaturales, tan
típico de su autor.
De igual manera nos encontramos con otros
detalles que ya son característicos en la prosa de King, tal como lo son el ya
mencionado ejercicio de la memoria y, muy ligado a ello, la presencia de
personajes ancianos, quienes justamente en el otoño de sus vidas recuerdan
otros tiempos. A todo esto además se le
suma lo relacionado con la muerte. Es
así que acá a través de la charla de dos amigos, uno heterosexual y otro
homosexual que pasan sus últimos días en un asilo para ancianos, se nos revela un misterio muy especial con el
final de la vida.
Asimismo el valor de la amistad vuelve a
ser retomado por el autor, quien en esta ocasión nos vuelve a dar bellos
pasajes y en los que evidencia su aprecio por este tipo de relaciones, en las
que la tolerancia, la confianza y los detalles para con los demás, quedan
expresados como virtudes importantes para gozar la compañía de otros.
No puede dejar de llamar la atención la
manera sosegada y sabia con la cual los mismos protagonistas asumen su propia
mortalidad, todo en medio de un escenario que sin dudas es la antesala de su
fin…Y no obstante tal como en muchas historias de este tipo, la muerte no es
algo para temer, si no que corresponde a la antesala a algo más grande.
15- Tommy: El otro poema
narrativo agregado a este tomo, que en este caso se aleja del tono épico del
que le precedió (La Iglesia de Huesos), para acercarse más a la lírica de tono
autobiográfico e intimista.
Esta pieza trata sobre un amigo de
juventud de King, quien como muchos de los muchachos de su generación en
Estados Unidos, se vio inmerso en medio de la marea revolucionaria de la Guerra
de Vietnam y el movimiento hippie por completo contrario a las políticas
belicistas e imperialistas de su gobierno.
En cierto sentido es un texto acerca de la pérdida de la inocencia,
marcada justamente por los cambios sociales de dichos años, los sesenta (tal
como lo podemos ver en su estupendo libro Corazones en la Atlántida), la
esperanza y un llamado más de su parte a apreciar la vida misma.
16- El diosecillo
verde del sufrimiento: Para alegría de sus lectores constantes que amamos por sobre todo sus historias de
terror, esta es una de ellas y una bastante divertida, que en la medida que van
desarrollándose sus acontecimientos, va aumentando de manera considerable la
tensión, hasta su genial desenlace.
Un millonario joven ha sido el único
sobreviviente de un accidente aéreo, si bien esto ha significado que su cuerpo
haya quedado por completo destrozado y sufra bastantes dolores por ello. Así es que contrata a una enfermera para que
lo atienda de manera exclusiva y además mantiene una búsqueda de todo tipo de
alternativa para contrarrestar sus malestares y mejorar de una vez. Es entonces que llega hasta sus oídos la
existencia de un pastor religioso, que tal como supuestamente muchos hombres de
fe afirman, puede sacar de él de manera literal la causa de sus dolencias.
Antes esta narración reaparece otro tema
favorito de King, la fe (como en su novela Revival), el que en el caso de esta
obra apunta a la contraposición entre las supuestas supercherías de los
charlatanes religiosos que tanto abundan en su país, la incredulidad y la
verdadera creencia en la existencia de Dios, como de un mundo metafísico. Todos estos elementos se conjugan para
mostrarnos tal faceta de la humanidad, tan relevante, como apreciada y
despreciada por muchos.
Cabe destacar también la personalidad de
cada uno de sus protagonistas: el millonario afectado, un hombre lleno de
voluntad, que como muchos de los suyos cree que con el dinero lo puede
conseguir todo, pero que para nada nos resulta odioso; la misma enfermera,
quien se muestra como una mujer que se aprovecha de su paciente/cliente para
sacarle toda la plata posible y sin embargo aun así mantiene ciertos principios
morales, entre ellos su propia fe en los métodos científicos y médicos; por último,
se encuentra el mismo pastor, un hombre ya mayor, de apariencia insignificante
y humilde, quien resulta ser mucho más de lo que aparenta. Queda demostrado a lo largo de este relato,
cuál de todos estos tres personajes posee una fe que en realidad sobrepasa a la
de todos los demás.
17- Ese autobús es
otro mundo: ¿Podría
ser este el cuento más débil de toda esta selección o al menos uno de los menos
logrados? Quizás para ser más justos, corresponde al que menos me gustó de
todos los que aquí se hayan, pues justo cuando recién se estaba poniendo
interesante, se desinfla y baja demasiado la atención. No obstante puede ser que esta pérdida de la
maravilla se deba a su mensaje final…Que pese a lo extraordinario, la gente
tiende a olvidarse de los demás y solo se interesa de lo inmediato, de modo que
la monotonía y la falta de empatía parecen ser más fuertes que cualquier otra
cosa.
Un aburrido hombre de negocios hace un
viaje de una ciudad a otra para ver si logra un importante acuerdo
financiero. Durante el último trayecto
ahora en autobús (que en Chile llamamos simplemente bus o micro), se
entretiene mirando por la ventanilla, cuando de pronto es testigo de un
horrible suceso. El sujeto se debate
entre tomar protagonismo o no complicarse la vida.
18- Necros: Otro más de terror
y que nos muestra a un King que sin dudas sigue siendo el llamado Rey del Terror, pese a sus coqueteos con
la narrativa más realista. Por otro lado, por medio de esta historia estamos de
regreso a un leiv motiv en el cual
nuestro escritor es todo un experto: gente común y corriente que de repente
descubre que posee habilidades extraordinarias…y mortales.
Narrado en primera persona por medio de su
protagonista, trata acerca de un joven egresado de la carrera de periodismo, que
llega a trabajar por necesidad a una página web amarillista, especializada en
sacar a la luz los “trapitos sucios” de los famosos, usando todo el humor negro
y corrosivo posible. Allí se encarga de
una sección que cada vez se está haciendo más popular, en la que escribe los
obituarios de personalidades fallecidas, aunque poniendo énfasis en sus
defectos, todo con muy mala leche. Un
día molesto con su jefa porque no le ha querido dar un aumento, le hace en
secreto uno de estos obituarios, lo que trae como consecuencia su muerte y de
una manera para nada agradable. Con el
sentimiento de culpa a cuestas, le cuenta a la única persona de confianza que
tiene en la empresa lo que ha hecho, pero en vez de ayudarle esto a sentirse
mejor, le da una carga mayor que aguantar, ya que lo convencen para volver a
usar su poder una y otra vez.
Entre los aspectos interesantes y/o
valiosos de este cuento, está la manera desenfada en la que describe el
submundo de los negocios, en los que la gente tienden a comportarse como brutos
y se pierde toda humanidad en beneficio de satisfacciones egoístas. Por otro lado, es una obra acerca de la
responsabilidad de nuestros actos, de modo que queda en evidencia la naturaleza
moralizante de muchas de las obras pertenecientes al terror y que solo los más
ineptos son incapaces de reconocer su capacidad para llevarnos a más de una
reflexión.
El audiocuento tal y como le gustan tanto a los gringos. |
19- Fuegos
artificiales en estado de ebriedad: La anécdota con la que el tío Steve nos introduce a este título,
es tan entretenida como este, al punto de que nos muestran una faceta que sus lectores constantes conocemos bastante
bien, pero que esta vez el artista lleva a mayores extremos: el humor…y del
bueno e ingenioso.
Un hombre y su madre llevan juntos un
pasar más que tranquilo, gracias a la buena suerte y algo de inteligencia para
administrar sus dineros, de modo que no tienen mayores necesidades y viven en
una cómoda cabaña a la orilla de un lago.
Como buenos yanquis para la celebración del 4 de julio, festejan tirando
al cielo una enorme cantidad de fuegos artificiales y de los que en su caso se
sienten bastante orgullosos, debido al dinero gastado para dar un espectáculo
de consideración a sus vecinos. Todo va
de lo mejor, hasta que una familia de italoamericanos los logra opacar con sus
propios artificios, lo que inicia a lo largo de varios años una competencia
entre qué familia consigue dar el mejor show.
Es cuando el protagonista logra dar con un sujeto que le puede
administrar lo ideal para dejar con la boca tapada a sus contrincantes…Y en
efecto esto resulta así, aunque como es de esperar las consecuencias escapan al
control de uno.
El relato no posee ni violencia, ni
villanos, ni nada típico “kingniano”, solo nos presenta a individuos comunes y
corrientes que desean satisfacer sus propios gustos, aunque sin tener que
atropellar a otros. Destacable viene a
ser dentro de todo esto, la estrecha relación de verdadera fraternidad y
complicidad entre madre e hijo, que da al cuento varios diálogos y momentos
simpáticos. De igual manera, valioso
viene a ser la caracterización que hace King de la sociedad norteamericana como
una comunidad cosmopolita, conformada por personas de distinto origen y que
pese a ello pueden convivir en paz (en todo caso, esto de la heterogeneidad de
los habitantes de Estados Unidos es recurrente en su literatura).
20- Trueno en
verano: Habría
sido formidable que nuestro autor hubiese terminado el libro con la historia
anterior, no porque esta otra sea deficiente (que al contrario, resulta ser
bastante emotiva), sino para acabar todo con un obra más alegre…Puesto que este
último cuento es una narración acerca del fin del mundo, tal como ya lo ha
abordado en textos pretéritos suyos tales como Apocalipsis, Cell y
su cuento El final del desastre, entre otros.
Tras una guerra nuclear pocas son las
zonas en el planeta que todavía quedan libres de radiación y es así que su
protagonista es uno de los pocos sobrevivientes que hay a lo largo de una vasta
extensión de territorio, teniendo de vecino a un hombre mucho mayor que él, con
quien tiene una especie de amistad.
Asimismo lo acompaña un perro, el último verdadero compañero que tiene a
su lado. La vida de esa manera resulta
casi hasta grata, hasta que se da cuenta de que tanto él como los otros dos seres
vivos que conoce están enfermando.
Un relato como este no deja de ser un
llamado de atención para apreciar la vida que tenemos, en especial a la misma
que gente que está a nuestros alrededor.
Pues como queda demostrado en esta obra y a través de nuestra propia
experiencia, somos seres gregarios y necesitamos de otros para dar rienda
suelta a lo mejor de cada uno. No
obstante tal como sucede en este cuento, ha sido nuestra propia incapacidad
para mantener esas relaciones en paz, la que ha provocado una desgracia en masa
como la descrita en esta obra.
Conocido de Stephen King es su aprecio
por alguien como Richard Matheson y por ello una vez más vuelve a homenajearlo,
esta vez a través de la relación entre el protagonista y su perro, en medio de
este “fin de los tiempos”; algo claramente inspirado en el mismo tipo de
fraternidad que hayamos en el clásico Soy Leyenda de Matheson.
En resumidas cuentas, El
Bazar de los Malos Sueños es un libro muy recomendable, que puede ser
tanto para que quienes no conocen a este autor se sumerjan primero en su
narrativa breve, antes de dar el salto largo a sus obras más extensas y
clásicas; como para quienes ya lo ubicamos (y seguimos) desde hace años y
podamos constatar que Stephen King no ha perdido su talento. Ahora bien, hay que ser sinceros, ya no es un
autor solamente de historias de terror y/o macabras, pues se ha consolidado lo suficiente como para abarcar
otros terrenos literarios, en los que igual desde sus comienzos había
incursionado, aunque ahora maneja con mayor soltura.
Para quienes gustan más de sus ficciones
terroríficas, mayor placer pueden conseguir a través de sus primeras antologías
y a la hora de evaluar cuál de estas resulta lejos mejor, en mi caso me decanto
por El
Umbral de la Noche y Todo es Eventual. No obstante de que esta nueva antología suya
(que espero de corazón no sea la última) es toda una joya y un agrado leer, lo
es.
Graciosa caricatura de Stephen King junto a varias de sus creaciones. |
Elwin:
ResponderEliminarExcelente final de análisis del libro, tanto en el detalle de los relatos (sin hacer muchos spoilers) como en el contexto global del libro. Es una muy buena antología, con un King muy actual y alejado (en temática y estilo) de sus principios. Realmente escasean las antologías de terror de un solo autor, y cuando aparecen... ¡¡bienvenidas sean!! Realmente, por variedad temática y profundidad de análisis, tu blog sigue siendo una referencia. ¡A por más!
Saludos
RICARDO
www.stephenking.com.ar
Como siempre me es un gusto tener a todo un experto en Stephen King por acá, que bien sabes cuánto hace feliz a uno leer (o releer) algo de nuestro autor favorito.
Eliminar...Y Gracias por los elogios.