lunes, 14 de mayo de 2018

¡Y sigámosle dando no más con Robert Howard! (segunda parte)


5- El pueblo de la oscuridad.

     Primero de los dos cuentos relacionados con el concepto de la memoria racial  y/o reencarnación contenidos en este libro, en los que el protagonista recuerda una existencia previa, en un pasado remoto de connotaciones propias de la fantasía de Brujería y Espadas.
     En este caso quien por “accidente” o tal vez por una razón de peso (lo más probable corresponda a esta última posibilidad) logra conectarse con su yo anterior, es un hombre celópata que está a punto de matar a traición al tipo que, según él, le ha quitado a la mujer que ama (o más bien desea).  El aspirante a asesino sigue a la pareja hasta una cueva aislada, para llevar a cabo sus propósitos y una vez dentro de ella, se activan sus recuerdos que corresponden a la parte central del cuento.  
     El protagonista fue en su vida pasada un guerrero que también se encontraba sometido a su pasión por una mujer, la que era cortejada por otro hombre, a quien este consideraba su enemigo y que era de igual manera el objeto de las atenciones de la fémina en cuestión.  El paralelismo entre una época y otra, presenta además de una persecución de los enamorados por parte del despechado (tanto el hombre “primitivo”, como el supuestamente civilizado, se dejan llevar por sus impulsos más egoístas), la introducción de una raza involucionada de humanoides caníbales y de siniestros ritos, que ven al trío como a su presa (interesante cómo el perseguidor en ambas líneas temporales, se transforma para las criaturas en una víctima potencial de sus apetitos mortales).  
     Si antes había discordia entre los dos varones, ahora al entrar en juego el verdadero enemigo, recién es posible que los antiguos contrincantes sea capaces de reconocer en la otredad de su contendiente a un igual, al que más encima puedan llegar a respetar.
    El enfrentamiento con las criaturas es intenso, encontrando el lector además otra pieza de sublimidad por parte de Robert Howard, cuando se describen los intentos de salvarse por parte de los enamorados y cómo el antiguo acosador ve, ahora con otros ojos, a quienes antes solo quería hacerles el mal.
     Detrás del drama presente en el triángulo amoroso que aquí presenciamos en dos líneas temporales, es posible identificar el tema acerca de lo que en realidad significa amar ¿Es el deseo o la pasión por una persona, lo mismo que la entrega incondicional hacia ella? De esta manera, además, podemos hayar las nociones del perdón y la redención, en las que un sujeto que tan detestable nos pudo parecer al principio, ahora es capaz de demostrarnos de que la gente puede cambiar para bien; asimismo, que el amor puede transformarnos (¿Cierto que este es un Howard bastante romántico, para el que conocemos hasta el momento?). 
    Por cierto, interesante viene a ser también que el personaje principal en su vida pasada, sea conocido como Conan el Saqueador.  Lo anterior bien puede significar que esta historia, fue escrita antes de la creación del personaje más famoso de su autor; de modo, que este otro Conan corresponde a un “borrador” del cimerio, ya que comparte con este no solo el nombre, sino que ciertos rasgos de su personalidad, tales como su talante agresivo.

     “El Pequeño Pueblo... me pregunte si esos antropólogos estaban en lo correcto en su teoría sobre una achaparrada raza aborigen mongoloide, tan baja en la escala de la evolución como para ser a duras penas humana, poseyendo con todo una diferenciada, aunque repulsiva, cultura propia. Se habían desvanecido ante las razas invasoras, decía la teoría, formando la base de todas las leyendas arias de los trolls, elfos, enanos y brujas. Viviendo en cuevas desde el principio, tales aborígenes se habían retirado más y más hacia el interior de las cavernas de las colinas, ante los conquistadores, desvaneciéndose al fin por entero, aunque el folklore fantasea aún sobre sus descendientes, morando todavía en los abismos perdidos bajo las colinas, aborrecibles supervivientes de una era gastada.”

6- El hombre del suelo.


     Otro cuento con nombre ominoso de este escritor, el que más encima viene a ser una historia de terror sobrenatural, aunque con una fuerte carga psicológica y moral. 
    En esta ocasión estamos frente a un relato con características del western, género en el cual Howard también fue un destacado cultor, puesto que la trama gira en torno a uno de esos tantos pistoleros propios de estas obras, quien al tener asuntos pendientes con uno de sus paisanos, llega al típico duelo de pistolas tan caro a estas ficciones.  La narración previa al enfrentamiento y a este mismo acto, demuestra sin dudas la facilidad por parte del escritor para contarnos de la manera más dinámica y creíble, escenas de acción, que tanto al ser de vaqueros, como de guerreros salvajes, le salen igualmente de magníficas.
      Esta vez nos encontramos con un protagonista por absoluto detestable, pues no solo se trata de alguien que se complace en la violencia y que está lleno de odio.  Ahora bien, la incapacidad del protagonista para evolucionar, se puede deber tanto a la pequeña extensión de esta pieza (unas 10 páginas en su versión traducida a nuestra lengua), como al mensaje que nos quiere dejar este título y que recuerda a la sentencia cristiana de “Quien a hierro mata, a hierro muere”; puesto que, sin dudas, estamos frente a un texto sobre la condenación que uno mismo se trae y como consecuencia de sus actos más negativos.

      “Cal Reynolds trasladó la mascada de tabaco al otro lado de la boca mientras miraba bizqueando el cañón azul mate de su Winchester.  Sus mandíbulas trabajaban metódicamente, sus movimientos cesaron al encontrar la mirilla. Se quedó rígidamente inmóvil; entonces su dedo se cerró sobre el gatillo.  El estampido del disparo envió ecos reverberando por las colinas y, como un eco más fuerte, llegó otro disparo en respuesta.  Reynolds se encogió, aplastando su cuerpo alto y delgado contra el suelo, y jurando en voz baja.  Una escama gris saltó de una de las piedras cerca de su cabeza, y la bala rebotada silbó hasta perderse en el espacio.  Reynolds se estremeció involuntariamente.  El sonido era tan mortífero como el canto de una cascabel escondida.”

7- El valle del gusano.


     El cuento que le da el nombre al tomo (y al de la vieja edición de Martínez Roca que leí en los noventa, gracias a mi amigo Miguel Acevedo, así como a otras compilaciones en diferentes idiomas), es una obra de connotaciones épicas, con elementos lovecrafnianos y, sin duda, se encuentra entre lo mejor de Robert Howard.
      Tal como debería suceder con toda narración, de inmediato se nos engancha a esta a través de las palabras de su narrador y protagonista, James Allison, un hombre ya anciano al final de sus días como tal, quien tiene la capacidad de rememorar sus existencias pasadas y que en esta ocasión trae a la memoria toda una odisea en la que participó, como el principal héroe enfrentado a un mal espantoso y antiquísimo.  La conexión entre mitos (la llamada “mitología comparada”) manejada por el escritor, una vez más deja en evidencia la enorme cultura que poseía el autodidacta Howard, al manejar tanta información, como para luego recrear con sus ficciones temas tan caros a nuestra humanidad.

     “Os hablaré de Niord y el Gusano.  Habéis oído la historia bajo varias formas distintas antes.  En ellas el héroe se llamaba Tyr, o Perseo, o Sygfrido, o Beowulf, o San Jorge. Pero fue Niord quien se encontró con la abominable cosa demoniaca que salió arrastrándose repugnantemente del infierno, y de cuyo encuentro surgió el ciclo de relatos heroicos que ha ido girando por todas las eras hasta que la misma esencia de la verdad se ha perdido y ha pasado al limbo de las leyendas olvidadas.  Sé de lo que hablo, pues yo fui Nyord.” 

     La saga de Nyord se remonta a uno de esos pasados de una era olvidada, en la cual este pertenecía a una raza de características arias, salvaje, pero de la que nos queda clara vendría a ser compuesta por los antepasados de la orgullosa civilización “blanca europea”.  Bárbaros pese a su sofisticación en algunos elementos, tienen como enemigos a los más primitivos pictos (pueblo que una vez más usa Howard dentro de sus ficciones, aunque esta vez los describe más bien simiescos), hasta que la piedad de Nyord o más bien respeto de este por uno de sus guerreros, consigue abrir un tipo de comunicación amistosa entre ambos pueblos.  La vida del protagonista y la de su gente cambia, cuando el verdadero horror llega hasta estos, bajo la figura de la criatura que da nombre al cuento, un ser tan monstruoso y que recuerda demasiado al de las narraciones de los Mitos de Cthulhu, a los que Robert Howard ayudó a dar forma.
     En sí el entorno que rodea al Gusano, con ruinas a su alrededor y la presencia de un lacayo suyo igual de esperpéntico y que además realiza todo un rito para invocar a su señor, hacen de este relato un texto bastante terrorífico.  A ello se suma el elemento gore, que en sus páginas nos encontramos con al menos dos masacres en sus páginas y la misma contienda entre el héroe y la bestia, resulta ser bien cruenta. Asimismo, hacia el final de esta una cuota de emotividad impregna la historia, que aunque a ratos encontremos al protagonista un racista y demasiado violento para nuestro gusto, sus valerosos esfuerzos no son poca cosa.

8- Los muertos recuerdan.

    ¡Qué nombre más genial se le ocurrió a Robert Howard para darle a este cuento de terror y que tan sugerente nos puede llegar a ser!
    Nuevamente estamos acá frente a un excelente ejemplo de un cuento de terror sobrenatural, que pese a su atmósfera macabra, no deje de mantener una lectura moralizante, heredada de las viejas historias orales propias de la mitología y las leyendas, que nutren a estos autores.  De este modo, la moraleja está más que presente hacia el final, que incluye el castigo al malvado personaje principal, a manos de un poder lejos por encima de las capacidades del humano común, puesto que se nos deja claro una vez más que “todo se devuelve en esta vida”.
     Contado de una manera muy singular, considerando la época en la que fue escrito este cuento, a través de cartas y declaraciones a la policía, por parte de los testigos que presenciaron los sucesos de la trama, también posee una ambientación propia del western, que le da a este relato otro interesante carácter.  Es así que volvemos a reconocer el viejo tema de la venganza, que tal como queda manifestado en esta ocasión, está justificado (hasta cierto punto).  Por otro lado, el racismo que a veces encontramos en la literatura howardiana, da acá un interesante vuelco, al no solo abordar la otredad de los “negros” y que gente como Robert Howard tanto abordó en sus trabajos, sino que volviendo a darles una sabiduría superior a la de los blancos, incluyendo un sentido de la justicia que deja a los “blancos” como idiotas (y ello para nada lejos de la verdad).

     “-Has matado a Joel y me has matado a mí, pero por Dios que no vivirás para jactarte.  Te maldigo por la gran serpiente y por el pantano negro y el gallo blanco.  Antes de que vuelva a amanecer este día, estarás marcando las vacas del diablo en el infierno.  Ya verás, vendré a buscarte cuando sea el momento justo.”

9- No me cabéis una tumba.


     Vuelvo a expresar mi admiración por la genialidad de Robert Howard, para darle tan buenos títulos a sus cuentos, que no solo resumen muy bien de qué trata su argumento, si no que más llamativos no pueden ser, invitándonos a saber qué misterios y horrores se esconden en sus páginas.  
    El tema de la magia negra y sus consecuencias para quienes la usan con propósitos egoístas, está otra vez presente en este igualmente recomendable cuento.  Acá nos encontramos con un brujo, de esos detestables y de aspecto espantoso, tan habitual en este tipo de narraciones.  El nigromante para conseguir el poder que anhela ha hecho un pacto con las tinieblas…y ahora que le ha llegado la hora de pagar su deuda, trata de evadir su parte del contrato.  
     Dos hombres “comunes y corrientes” que ubican desde hace tiempo al brujo, son testigos de los siniestros sucesos que envuelven todo esto, puesto que su conocido les ha pedido que realicen un ritual para ayudarlo a salirse con la suya.  Estos otros dos ignoran las circunstancias del favor que les han solicitado, si bien sospechaban acerca de las actividades de su compañero.  De este modo, atractivo viene a ser cómo la gente sencilla presencia actos anormales y sin ser ellos las víctimas esta vez, comprobando que el mal posee diferentes tipos de manifestaciones y las que van incluso más allá de nuestra propia humanidad.

    “- Sé que la gente de la región siempre afirmó que en su juventud había vendido el alma al Diablo, y que sus repentinos ataques epilépticos solo eran un signo visible del poder del Enemigo sobre él; pero esas habladurías son absurdas, por supuesto y propias de la Edad Media.  Todos sabemos que la vida de John Grimlan fue especialmente malvada y depravada, incluso hasta sus últimos días.  Con razón era detestado y temido por todo el mundo, pues nunca oí decir que realizara un solo acto bueno.  Tú eras su único amigo.”

10- Los palomos de infierno.


    Una colección de cuentos como esta que ahora ya estamos acabando por repasar, en la que más encima tenemos el gusto de leer no solo algunos de los mejores relatos de su autor, si no que conocerlo de manera más variada a través de distintos géneros y sagas, debía terminar con «broche de oro».  Y efectivamente ha sido así, que por algo esta historia es tan alabada por gente como Stephen King.
     En pocas palabras, trata sobre dos viajeros que para descansar y pasar la noche, se aventuran dentro de una casa abandonada.  Pero lo que no saben estos dos es que el lugar está maldito, pues en su interior se han llevado a cabo actos innombrables de magia negra, así que mejor hubiesen pasado de largo.
       La muerte le llega a uno de los dos peregrinos de manera espantosa y el que le sobrevive no solo debe presenciar una verdadera escena de horror gráfico que, de seguro, en la época en que se publicó esta obra más de un tipo de resquemor debió provocar (la escalera, la escalera), sino que además debe cargar con ser el sospechoso número 1 (y el único) del fallecimiento de su compañero.
     Es entonces que entra en la narración un tipo de personaje habitual en las historias de terror, aunque hasta el momento no habíamos visto ser usado por Howard: el representante de la ley y el orden bajo la figura de un oficial de policía, agente del FBI, sheriff u otro.  Pues el hombre que aquí toma este papel aparece no solo como una figura benigna y salvadora, sino que destaca por su actitud gallarda; no obstante, lo que más brilla en él, viene a ser su talante admirable que lo aleja de todo prejuicio y le permite ver y evaluar los extraordinarios sucesos con una amplitud (que uno bien quisiese que poseyeran aquellos dedicados a tal labor, que nos encontramos en la vida real).
      Teniendo en cuenta el lugar en el que transcurre buena parte del argumento, podemos identificar la presencia de un tema caro al subgénero: El de las casas encantadas y el que visita Robert Howard creando en verdad un sitio pavoroso, donde justamente los animales que le dan su título al texto, cumplen un rol significativo:

     “—He conocido a hombres que juraron haber visto una bandada de palomos posados en el porche de la casa, a la puesta del sol —dijo Buckner lentamente—. Todos eran negros, excepto uno. Un trampero. Estaba encendiendo una fogata en el patio, dispuesto a pasar allí aquella noche. Le vi al atardecer y me habló de los palomos. A la mañana siguiente volví a la casa. Las cenizas de su fogata estaban allí, y su vaso de estaño, y la sartén en la cual frió su tocino, y sus mantas, extendidas como si hubiera dormido en ellas. Nadie volvió a verle. Eso ocurrió hace doce años. Los negros dicen que ellos pueden ver a los palomos, pero ningún negro se atreve a pasar por este camino después de la puesta del sol. Dicen que los palomos son las almas de los Blassenville, que salen del infierno cuando se pone el sol. Los negros dicen que el resplandor rojizo que se ve hacia el oeste es la claridad del infierno, porque a aquella hora las puertas del infierno están abiertas para dar paso a los Blassenville.”

     Este cuento fue adaptado a la televisión en uno de los primeros programas antológicos, allá por los años sesenta (uno del cual ni sabía de su existencia, hasta que el ya mencionado Stephen King se refirió a ello en su ensayo Danza Macabra).  Sin embargo, teniendo en cuenta el grado de violencia dentro de sus páginas, dudo del efecto total de dicha versión para la pantalla chica.  Sería formidable que algún inteligente productor actual, hiciese una versión actualizada, tal como ahora es posible, de tan magna obra.

5 comentarios:

  1. Que bueno mi amigo que vuelvas a escribir de grandes escritores e historias apasionantes, y dejes un rato de lado que sea la parafernalia vacía de inflados superheroes y blockbusters de una temporada.
    Grande Robert E. Howard.
    Miguel.

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    1. PD: Los Palomos del Infierno es considerado uno de los mejores relatos de Howard.

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    2. Gracias, querido amigo, por ser el primero en manifestarte acá con esta nueva expresión mía de afecto por Robert Howard y su obra. Mucho le debemos gente como nosotros y en nuestro rol de educadores, nos corresponde divulgar las maravillas de talentos como el suyo. Por otro lado, siempre me es un agrado compartir contigo y mis otros amigos estas historias que tanto amamos.

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  2. Saludos Elwin, aquí murinus2009.

    Por lo que cuentas en esta Segunda parte, no, no es el libro que alguna vez vi en las librerías que visito.

    Es un gran libro en verdad, lo unico malo es que el fanático de Howard se queda pensando, otra vez, en lo que pudo hacer de no morir tan joven.

    De los relatos que comentas Elwin:

    5.-El Pueblo de la Oscuridad.
    Impresionante esa revelación que haces de la personalidad antigua de este antagonista, (que luego se vuelve aliado de sus perseguidos), sea un tal: Conan el Saqueador.
    Yo creo que este relato es de una importancia histórica, verdaderamente debe ser espectacular esa revelación.
    Aunque eso si, no se si en su Codigo de Honor, el Cimmerio, aceptara matar a su rival de amores, a traición, para quitarle a su mujer.
    Yo creo que si Conan, lo encuentra odioso y quiere a su mujer, lo mata de frente y se queda a la fémina.
    Lo de los primitivos seres caníbales creo que vi algunos similares en un cuento de Conan, sobre el ser conocido como la Remora.

    6.-El Hombre del Suelo.
    El incluir a un villano odioso como protagonista de la historia creo que que es algo que requiere buen talento, bien hecho la gente lo odia a rabiar y se queda en la mente a veces por siempre, si no esta bien trazado queda de opereta.

    7.-El Valle del Gusano.
    Este Gran Relato, debe ser épico en verdad, ademas de todo promueve el conocimiento de otros relatos mitológicos que yo apenas conozco:
    -Tyr.
    De este, primera vez que lo oigo mencionar.
    -Perseo.
    -Sigfrido.
    -Beowulf.
    -San Jorge.
    Uno se imagina a los antiguos reunidos en la fogata, escuchando este relato en boca de los ancianos, sabios, o aquel con talento para narrar historias.

    8.-Los Muertos Recuerdan.
    Este relato parece incluir la aparición de la cultura africana (particularmente La Santeria Vudu) en un entorno western.

    9.-No me cabéis una tumba.
    Otra Historia donde el protagonista es un villano, parece inspirada en El Fausto, (que no he leido) por aquello del ser que hace un pacto con fuerzas siniestras y luego lo quiere romper, aunque aquí el protagonista es un ser totalmente despreciable y abyecto.

    10.-Los Palomos del Infierno.
    Que sea recomendación del maestro Stephen King es garantía de este gran Relato.
    Curiosamente el aspecto de la trama que mencionas, sobre el asesinato de uno de los que pasaron la noche en la casa embrujada, en que acusan al sobreviviente del crimen, le paso a: Miguel de Cervantes Saavedra (y a un antepasado mio), los 2 fueron a dar algún tiempo a la cárcel.
    Me queda la duda de si los palomos del infierno en verdad son las aves conocidas por ese nombre, o humanos apodados así, pues creo que, palomo, es tambien una palabra usada para referirse a gente con poca o ninguna gracia.

    Gran recuento de esta antología de relatos Elwin, otra mas de la que no sabia nada.

    Gracias Elwin, el trabajo que haces aquí respecto a la obra de Howard es de los mas completos y da mucho gusto leerlo, por el aprecio y empeño que pones en cada Reseña.

    Hasta pronto.




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    Respuestas
    1. Querido Murinus, siempre me es un gusto volver a saber de ti, que con tus inteligentes comentarios me haces darme cuenta de que el trabajo con este blog no es en vano.
      En cuanto al resto de este libro, se encuentra lleno de maravillas y dan puras ganas de leer más y más de este gran autor, así como de releerlo. Si no vuelvo a encontrarme con él este año, ten por seguro que sí el que viene. Mientras tanto, si puedes dedicarle tu tiempo, no dudes en hacerlo.

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