5- El pueblo de
la oscuridad.
Primero de los dos cuentos relacionados
con el concepto de la memoria racial y/o reencarnación contenidos en este libro,
en los que el protagonista recuerda una existencia previa, en un pasado remoto
de connotaciones propias de la fantasía de Brujería
y Espadas.
En este caso quien por “accidente” o tal
vez por una razón de peso (lo más probable corresponda a esta última
posibilidad) logra conectarse con su yo anterior, es un hombre celópata que
está a punto de matar a traición al tipo que, según él, le ha quitado a la
mujer que ama (o más bien desea). El
aspirante a asesino sigue a la pareja hasta una cueva aislada, para llevar a
cabo sus propósitos y una vez dentro de ella, se activan sus recuerdos que
corresponden a la parte central del cuento.
El protagonista fue en su vida pasada un
guerrero que también se encontraba sometido a su pasión por una mujer, la que
era cortejada por otro hombre, a quien este consideraba su enemigo y que era de
igual manera el objeto de las atenciones de la fémina en cuestión. El paralelismo entre una época y otra,
presenta además de una persecución de los enamorados por parte del despechado
(tanto el hombre “primitivo”, como el supuestamente civilizado, se dejan llevar
por sus impulsos más egoístas), la introducción de una raza involucionada de
humanoides caníbales y de siniestros ritos, que ven al trío como a su presa
(interesante cómo el perseguidor en ambas líneas temporales, se transforma para
las criaturas en una víctima potencial de sus apetitos mortales).
Si antes había discordia entre los dos
varones, ahora al entrar en juego el verdadero enemigo, recién es posible que
los antiguos contrincantes sea capaces de reconocer en la otredad de su
contendiente a un igual, al que más encima puedan llegar a respetar.
El enfrentamiento con las criaturas es
intenso, encontrando el lector además otra pieza de sublimidad por parte de
Robert Howard, cuando se describen los intentos de salvarse por parte de los
enamorados y cómo el antiguo acosador ve, ahora con otros ojos, a quienes antes
solo quería hacerles el mal.
Detrás del drama presente en el triángulo
amoroso que aquí presenciamos en dos líneas temporales, es posible identificar
el tema acerca de lo que en realidad significa amar ¿Es el deseo o la pasión
por una persona, lo mismo que la entrega incondicional hacia ella? De esta
manera, además, podemos hayar las nociones del perdón y la redención, en las
que un sujeto que tan detestable nos pudo parecer al principio, ahora es capaz
de demostrarnos de que la gente puede cambiar para bien; asimismo, que el amor
puede transformarnos (¿Cierto que este es un Howard bastante romántico, para el
que conocemos hasta el momento?).
Por cierto, interesante viene a ser
también que el personaje principal en su vida pasada, sea conocido como Conan
el Saqueador. Lo anterior bien puede
significar que esta historia, fue escrita antes de la creación del personaje
más famoso de su autor; de modo, que este otro Conan corresponde a un
“borrador” del cimerio, ya que comparte con este no solo el nombre, sino que
ciertos rasgos de su personalidad, tales como su talante agresivo.
“El Pequeño Pueblo... me pregunte si esos
antropólogos estaban en lo correcto en su teoría sobre una achaparrada raza
aborigen mongoloide, tan baja en la escala de la evolución como para ser a
duras penas humana, poseyendo con todo una diferenciada, aunque repulsiva,
cultura propia. Se habían desvanecido ante las razas invasoras, decía la
teoría, formando la base de todas las leyendas arias de los trolls, elfos,
enanos y brujas. Viviendo en cuevas desde el principio, tales aborígenes se
habían retirado más y más hacia el interior de las cavernas de las colinas,
ante los conquistadores, desvaneciéndose al fin por entero, aunque el folklore
fantasea aún sobre sus descendientes, morando todavía en los abismos perdidos
bajo las colinas, aborrecibles supervivientes de una era gastada.”
6- El hombre del
suelo.
Otro cuento con nombre ominoso de este
escritor, el que más encima viene a ser una historia de terror sobrenatural,
aunque con una fuerte carga psicológica y moral.
En
esta ocasión estamos frente a un relato con características del western, género
en el cual Howard también fue un destacado cultor, puesto que la trama gira en
torno a uno de esos tantos pistoleros propios de estas obras, quien al tener
asuntos pendientes con uno de sus paisanos, llega al típico duelo de pistolas
tan caro a estas ficciones. La narración
previa al enfrentamiento y a este mismo acto, demuestra sin dudas la facilidad
por parte del escritor para contarnos de la manera más dinámica y creíble,
escenas de acción, que tanto al ser de vaqueros, como de guerreros salvajes, le
salen igualmente de magníficas.
Esta vez nos encontramos con un
protagonista por absoluto detestable, pues no solo se trata de alguien que se
complace en la violencia y que está lleno de odio. Ahora bien, la incapacidad del protagonista
para evolucionar, se puede deber tanto a la pequeña extensión de esta pieza (unas
10 páginas en su versión traducida a nuestra lengua), como al mensaje que nos
quiere dejar este título y que recuerda a la sentencia cristiana de “Quien
a hierro mata, a hierro muere”; puesto que, sin dudas, estamos frente a
un texto sobre la condenación que uno mismo se trae y como consecuencia de sus
actos más negativos.
“Cal Reynolds trasladó la mascada de tabaco al otro lado
de la boca mientras miraba bizqueando el cañón azul mate de su Winchester. Sus mandíbulas trabajaban metódicamente, sus
movimientos cesaron al encontrar la mirilla. Se quedó rígidamente inmóvil;
entonces su dedo se cerró sobre el gatillo.
El estampido del disparo envió ecos reverberando por las colinas y, como
un eco más fuerte, llegó otro disparo en respuesta. Reynolds se encogió, aplastando su cuerpo
alto y delgado contra el suelo, y jurando en voz baja. Una escama gris saltó de una de las piedras
cerca de su cabeza, y la bala rebotada silbó hasta perderse en el espacio. Reynolds se estremeció
involuntariamente. El sonido era tan
mortífero como el canto de una cascabel escondida.”
7- El valle del
gusano.
El cuento que le da el nombre al tomo (y
al de la vieja edición de Martínez Roca que leí en los noventa, gracias a mi
amigo Miguel Acevedo, así como a otras compilaciones en diferentes idiomas), es
una obra de connotaciones épicas, con elementos lovecrafnianos y, sin duda, se
encuentra entre lo mejor de Robert Howard.
Tal como debería suceder con toda
narración, de inmediato se nos engancha a esta a través de las palabras de su
narrador y protagonista, James Allison, un hombre ya anciano al final de sus
días como tal, quien tiene la capacidad de rememorar sus existencias pasadas y que
en esta ocasión trae a la memoria toda una odisea en la que participó, como el
principal héroe enfrentado a un mal espantoso y antiquísimo. La conexión entre mitos (la llamada
“mitología comparada”) manejada por el escritor, una vez más deja en evidencia
la enorme cultura que poseía el autodidacta Howard, al manejar tanta
información, como para luego recrear con sus ficciones temas tan caros a
nuestra humanidad.
“Os hablaré de Niord y el Gusano. Habéis oído la historia bajo varias formas
distintas antes. En ellas el héroe se
llamaba Tyr, o Perseo, o Sygfrido, o Beowulf, o San Jorge. Pero fue Niord quien
se encontró con la abominable cosa demoniaca que salió arrastrándose repugnantemente
del infierno, y de cuyo encuentro surgió el ciclo de relatos heroicos que ha
ido girando por todas las eras hasta que la misma esencia de la verdad se ha
perdido y ha pasado al limbo de las leyendas olvidadas. Sé de lo que hablo, pues yo fui Nyord.”
La saga de Nyord se remonta a uno de
esos pasados de una era olvidada, en la cual este pertenecía a una raza de
características arias, salvaje, pero de la que nos queda clara vendría a ser
compuesta por los antepasados de la orgullosa civilización “blanca europea”. Bárbaros pese a su sofisticación en algunos
elementos, tienen como enemigos a los más primitivos pictos (pueblo que una vez
más usa Howard dentro de sus ficciones, aunque esta vez los describe más bien
simiescos), hasta que la piedad de Nyord o más bien respeto de este por uno de
sus guerreros, consigue abrir un tipo de comunicación amistosa entre ambos
pueblos. La vida del protagonista y la
de su gente cambia, cuando el verdadero horror llega hasta estos, bajo la
figura de la criatura que da nombre al cuento, un ser tan monstruoso y que
recuerda demasiado al de las narraciones de los Mitos de Cthulhu, a los que
Robert Howard ayudó a dar forma.
En sí el entorno que rodea al Gusano, con
ruinas a su alrededor y la presencia de un lacayo suyo igual de esperpéntico y
que además realiza todo un rito para invocar a su señor, hacen de este relato
un texto bastante terrorífico. A ello se
suma el elemento gore, que en sus
páginas nos encontramos con al menos dos masacres en sus páginas y la misma
contienda entre el héroe y la bestia, resulta ser bien cruenta. Asimismo, hacia
el final de esta una cuota de emotividad impregna la historia, que aunque a
ratos encontremos al protagonista un racista y demasiado violento para nuestro
gusto, sus valerosos esfuerzos no son poca cosa.
8- Los muertos
recuerdan.
¡Qué nombre más genial se le ocurrió a
Robert Howard para darle a este cuento de terror y que tan sugerente nos puede
llegar a ser!
Nuevamente estamos acá frente a un
excelente ejemplo de un cuento de terror sobrenatural, que pese a su atmósfera
macabra, no deje de mantener una lectura moralizante, heredada de las viejas
historias orales propias de la mitología y las leyendas, que nutren a estos autores. De este modo, la moraleja está más que
presente hacia el final, que incluye el castigo al malvado personaje principal,
a manos de un poder lejos por encima de las capacidades del humano común,
puesto que se nos deja claro una vez más que “todo se devuelve en esta vida”.
Contado de una manera muy singular,
considerando la época en la que fue escrito este cuento, a través de cartas y
declaraciones a la policía, por parte de los testigos que presenciaron los
sucesos de la trama, también posee una ambientación propia del western, que le
da a este relato otro interesante carácter.
Es así que volvemos a reconocer el viejo tema de la venganza, que tal
como queda manifestado en esta ocasión, está justificado (hasta cierto
punto). Por otro lado, el racismo que a
veces encontramos en la literatura howardiana, da acá un interesante vuelco, al
no solo abordar la otredad de los
“negros” y que gente como Robert Howard tanto abordó en sus trabajos, sino que volviendo
a darles una sabiduría superior a la de los blancos, incluyendo un sentido de
la justicia que deja a los “blancos” como idiotas (y ello para nada lejos de la
verdad).
“-Has matado a Joel y me has matado a mí,
pero por Dios que no vivirás para jactarte.
Te maldigo por la gran serpiente y por el pantano negro y el gallo
blanco. Antes de que vuelva a amanecer
este día, estarás marcando las vacas del diablo en el infierno. Ya verás, vendré a buscarte cuando sea el
momento justo.”
9- No me cabéis
una tumba.
Vuelvo a expresar mi admiración por la
genialidad de Robert Howard, para darle tan buenos títulos a sus cuentos, que
no solo resumen muy bien de qué trata su argumento, si no que más llamativos no
pueden ser, invitándonos a saber qué misterios y horrores se esconden en sus
páginas.
El tema de la magia negra y sus
consecuencias para quienes la usan con propósitos egoístas, está otra vez
presente en este igualmente recomendable cuento. Acá nos encontramos con un brujo, de esos
detestables y de aspecto espantoso, tan habitual en este tipo de
narraciones. El nigromante para
conseguir el poder que anhela ha hecho un pacto con las tinieblas…y ahora que
le ha llegado la hora de pagar su deuda, trata de evadir su parte del
contrato.
Dos hombres “comunes y corrientes” que
ubican desde hace tiempo al brujo, son testigos de los siniestros sucesos que
envuelven todo esto, puesto que su conocido les ha pedido que realicen un
ritual para ayudarlo a salirse con la suya.
Estos otros dos ignoran las circunstancias del favor que les han
solicitado, si bien sospechaban acerca de las actividades de su compañero. De este modo, atractivo viene a ser cómo la
gente sencilla presencia actos anormales y sin ser ellos las víctimas esta vez,
comprobando que el mal posee diferentes tipos de manifestaciones y las que van
incluso más allá de nuestra propia humanidad.
“- Sé que la gente de la región siempre
afirmó que en su juventud había vendido el alma al Diablo, y que sus repentinos
ataques epilépticos solo eran un signo visible del poder del Enemigo sobre él;
pero esas habladurías son absurdas, por supuesto y propias de la Edad
Media. Todos sabemos que la vida de John
Grimlan fue especialmente malvada y depravada, incluso hasta sus últimos
días. Con razón era detestado y temido
por todo el mundo, pues nunca oí decir que realizara un solo acto bueno. Tú eras su único amigo.”
10- Los palomos
de infierno.
Una colección de cuentos como esta que
ahora ya estamos acabando por repasar, en la que más encima tenemos el gusto de
leer no solo algunos de los mejores relatos de su autor, si no que conocerlo de
manera más variada a través de distintos géneros y sagas, debía terminar con
«broche de oro». Y efectivamente ha sido
así, que por algo esta historia es tan alabada por gente como Stephen King.
En pocas palabras, trata sobre dos
viajeros que para descansar y pasar la noche, se aventuran dentro de una casa
abandonada. Pero lo que no saben estos
dos es que el lugar está maldito, pues en su interior se han llevado a cabo
actos innombrables de magia negra, así que mejor hubiesen pasado de largo.
La muerte le llega a uno de los dos
peregrinos de manera espantosa y el que le sobrevive no solo debe presenciar
una verdadera escena de horror gráfico que, de seguro, en la época en que se
publicó esta obra más de un tipo de resquemor debió provocar (la escalera, la
escalera), sino que además debe cargar con ser el sospechoso número 1 (y el
único) del fallecimiento de su compañero.
Es entonces que entra en la narración un
tipo de personaje habitual en las historias de terror, aunque hasta el momento
no habíamos visto ser usado por Howard: el representante de la ley y el orden
bajo la figura de un oficial de policía, agente del FBI, sheriff u otro. Pues el hombre que aquí toma este papel
aparece no solo como una figura benigna y salvadora, sino que destaca por su
actitud gallarda; no obstante, lo que más brilla en él, viene a ser su talante
admirable que lo aleja de todo prejuicio y le permite ver y evaluar los
extraordinarios sucesos con una amplitud (que uno bien quisiese que poseyeran
aquellos dedicados a tal labor, que nos encontramos en la vida real).
Teniendo en cuenta el lugar en el que
transcurre buena parte del argumento, podemos identificar la presencia de un
tema caro al subgénero: El de las casas encantadas y el que visita Robert
Howard creando en verdad un sitio pavoroso, donde justamente los animales que
le dan su título al texto, cumplen un rol significativo:
“—He conocido a hombres que juraron haber
visto una bandada de palomos posados en el porche de la casa, a la puesta del
sol —dijo Buckner lentamente—. Todos eran negros, excepto uno. Un trampero.
Estaba encendiendo una fogata en el patio, dispuesto a pasar allí aquella
noche. Le vi al atardecer y me habló de los palomos. A la mañana siguiente
volví a la casa. Las cenizas de su fogata estaban allí, y su vaso de estaño, y
la sartén en la cual frió su tocino, y sus mantas, extendidas como si hubiera
dormido en ellas. Nadie volvió a verle. Eso ocurrió hace doce años. Los negros
dicen que ellos pueden ver a los palomos, pero ningún negro se atreve a pasar
por este camino después de la puesta del sol. Dicen que los palomos son las
almas de los Blassenville, que salen del infierno cuando se pone el sol. Los
negros dicen que el resplandor rojizo que se ve hacia el oeste es la claridad
del infierno, porque a aquella hora las puertas del infierno están abiertas
para dar paso a los Blassenville.”
Este cuento fue adaptado a la televisión
en uno de los primeros programas antológicos, allá por los años sesenta (uno
del cual ni sabía de su existencia, hasta que el ya mencionado Stephen King se
refirió a ello en su ensayo Danza Macabra).
Sin embargo, teniendo en cuenta el grado de violencia dentro de sus
páginas, dudo del efecto total de dicha versión para la pantalla chica. Sería formidable que algún inteligente
productor actual, hiciese una versión actualizada, tal como ahora es posible,
de tan magna obra.
Que bueno mi amigo que vuelvas a escribir de grandes escritores e historias apasionantes, y dejes un rato de lado que sea la parafernalia vacía de inflados superheroes y blockbusters de una temporada.
ResponderEliminarGrande Robert E. Howard.
Miguel.
PD: Los Palomos del Infierno es considerado uno de los mejores relatos de Howard.
EliminarGracias, querido amigo, por ser el primero en manifestarte acá con esta nueva expresión mía de afecto por Robert Howard y su obra. Mucho le debemos gente como nosotros y en nuestro rol de educadores, nos corresponde divulgar las maravillas de talentos como el suyo. Por otro lado, siempre me es un agrado compartir contigo y mis otros amigos estas historias que tanto amamos.
EliminarSaludos Elwin, aquí murinus2009.
ResponderEliminarPor lo que cuentas en esta Segunda parte, no, no es el libro que alguna vez vi en las librerías que visito.
Es un gran libro en verdad, lo unico malo es que el fanático de Howard se queda pensando, otra vez, en lo que pudo hacer de no morir tan joven.
De los relatos que comentas Elwin:
5.-El Pueblo de la Oscuridad.
Impresionante esa revelación que haces de la personalidad antigua de este antagonista, (que luego se vuelve aliado de sus perseguidos), sea un tal: Conan el Saqueador.
Yo creo que este relato es de una importancia histórica, verdaderamente debe ser espectacular esa revelación.
Aunque eso si, no se si en su Codigo de Honor, el Cimmerio, aceptara matar a su rival de amores, a traición, para quitarle a su mujer.
Yo creo que si Conan, lo encuentra odioso y quiere a su mujer, lo mata de frente y se queda a la fémina.
Lo de los primitivos seres caníbales creo que vi algunos similares en un cuento de Conan, sobre el ser conocido como la Remora.
6.-El Hombre del Suelo.
El incluir a un villano odioso como protagonista de la historia creo que que es algo que requiere buen talento, bien hecho la gente lo odia a rabiar y se queda en la mente a veces por siempre, si no esta bien trazado queda de opereta.
7.-El Valle del Gusano.
Este Gran Relato, debe ser épico en verdad, ademas de todo promueve el conocimiento de otros relatos mitológicos que yo apenas conozco:
-Tyr.
De este, primera vez que lo oigo mencionar.
-Perseo.
-Sigfrido.
-Beowulf.
-San Jorge.
Uno se imagina a los antiguos reunidos en la fogata, escuchando este relato en boca de los ancianos, sabios, o aquel con talento para narrar historias.
8.-Los Muertos Recuerdan.
Este relato parece incluir la aparición de la cultura africana (particularmente La Santeria Vudu) en un entorno western.
9.-No me cabéis una tumba.
Otra Historia donde el protagonista es un villano, parece inspirada en El Fausto, (que no he leido) por aquello del ser que hace un pacto con fuerzas siniestras y luego lo quiere romper, aunque aquí el protagonista es un ser totalmente despreciable y abyecto.
10.-Los Palomos del Infierno.
Que sea recomendación del maestro Stephen King es garantía de este gran Relato.
Curiosamente el aspecto de la trama que mencionas, sobre el asesinato de uno de los que pasaron la noche en la casa embrujada, en que acusan al sobreviviente del crimen, le paso a: Miguel de Cervantes Saavedra (y a un antepasado mio), los 2 fueron a dar algún tiempo a la cárcel.
Me queda la duda de si los palomos del infierno en verdad son las aves conocidas por ese nombre, o humanos apodados así, pues creo que, palomo, es tambien una palabra usada para referirse a gente con poca o ninguna gracia.
Gran recuento de esta antología de relatos Elwin, otra mas de la que no sabia nada.
Gracias Elwin, el trabajo que haces aquí respecto a la obra de Howard es de los mas completos y da mucho gusto leerlo, por el aprecio y empeño que pones en cada Reseña.
Hasta pronto.
Querido Murinus, siempre me es un gusto volver a saber de ti, que con tus inteligentes comentarios me haces darme cuenta de que el trabajo con este blog no es en vano.
EliminarEn cuanto al resto de este libro, se encuentra lleno de maravillas y dan puras ganas de leer más y más de este gran autor, así como de releerlo. Si no vuelvo a encontrarme con él este año, ten por seguro que sí el que viene. Mientras tanto, si puedes dedicarle tu tiempo, no dudes en hacerlo.