miércoles, 20 de junio de 2018

Por el amor a Shirley Jackson y a Richard Matheson (tercera parte y final).



5- El Diario de Ellen Rimbauer (Telefilme).

     Un año después del estreno de la miniserie Rose Red, sobre un guión original de Stephen King, se estrenó en el transcurso de 2003 la adaptación televisiva de la novela precuela a esta obra.  Es así que teniendo de guionista al mismo autor del libro, Ridley Pearson, se optó por hacer una película para la televisión, en vez de una producción más larga y centrándose en la materia prima del texto, en vez de extenderla por medio de nuevo material, salido de la imaginación de su propio autor.  Pese a que esta obra no alcanza a llegar a la hora y media de duración, no deja de ser una fiel versión del volumen que la inspiró, conectándose de manera genial con los eventos transcurridos en la miniserie ya mencionada.
      Tal como sucede con la novela, este largometraje nos lleva por completo a las primeras décadas del siglo XX, enseñándonos el origen de la dinastía maldita de los Rimbauer, partiendo desde antes de la construcción de Rose Red, hasta mostrarnos su época de esplendor y de mayores terrores dentro de sus paredes.  
      Difícil resulta no comparar esta adaptación con el libro que la inspiró, más todavía si se gozaron tantos sus páginas.  Al respecto, comenzaré mencionando que los viajes realizados por los recién casados, a lo largo del mundo, no se exponen con tanto detalle como en el libro, pero sí la puesta en escena destaca la significativa parada que viene a ser África y en la que se sella la estrecha fraternidad entre la protagonista y la admirable Sukeena.  Pese a que no ocupa mucho tiempo esta parte de la cinta, su ambientación y valor contrasta bastante con la belleza mortal que significa vivir dentro de Rose Red, así como el mundo urbano y “moderno” del Seattle  de aquellos años.  Solo las escapadas al barrio chino, de parte de los dos personajes femeninos principales, permitirá hacer otro cambio valioso de ambientación.
     Bien se podría decir que esta adaptación está bastante “suavizada” a la hora de presentarse a los televidentes, puesto que varios de sus elementos más escabrosos o bien están obviados o se solo se encuentran expuestos de manera implícita.  Esto sucede con el aspecto erótico dentro de su argumento, que es bastante fuerte dentro de la novela original y que no hay que olvidar que posee dos aspectos: uno monstruoso y salvaje, relacionado con la figura masculina y avasalladora de John Rimbauer y la otra, más amable y femenina de su esposa y la amante de esta. No hay duda sobre la personalidad propia de un obseso sexual del “villano humano” de esta historia, pero ello no se grafica en pantalla de manera tan directa y mucho menos se adentra el telefilme, en la extorsión sexual que hace a su propia esposa y hacia Sukeena; asimismo, la relación lésbica entre Ellen y su compañera a lo más se insinúa en el clímax.  De igual manera, uno de los mejores momentos del libro y más escabrosos, relacionado con una cobarde violación, también se minimiza bastante en la versión televisiva.  Se podría decir, entonces, que este descenso en la carga erótica, no solo viene a ser un consenso para evitar la censura y llegar a un mayor público, sino que desmejora en parte el sentido dramático del libro (puesto que las perversiones de John y el amor incondicional entre Ellen y su amiga, determinan bastante la atmósfera enrarecida de la trama).  


     En contra de lo esperado, no se filmaron de la misma forma algunos de los flashbacks presentes en Rose Red, sobre el pasado de los Rimbauer (que forman parte de los acontecimientos narrados en la novela, tal como sucede con la recordada sesión de espiritismo, en el que la casa le da su mensaje a Ellen), sino que optaron por hacer una nuevas versiones al respecto.  Esto se entiende, también, por el hecho de que 2 de los 3 personajes principales fueron ahora interpretados por otros actores, específicamente Ellen y John Rimbauer.  En cambio solo Sukeena volvió a ser encarnada por la misma actriz.  Cabe destacar que para el retorcido personaje de John, se contrató a un actor mucho más joven y guapo que el que aparece en la miniserie, ya que al ser esta vez personificado por el varonil Steven Brand, se quiso resaltar su lado más animal y fatal.
     Otro aspecto que puede llamar la atención al compararse el texto narrativo y su montaje audiovisual, tiene relación con otros convencionalismos estéticos, que se hicieron a la hora de trasladar el argumento del papel a la pantalla chica.  Esto tiene que ver con la apariencia que se le otorgó a 2 interesantes féminas que aparecen en la novela: la esposa del caído en desgracia socio de John Rimbauer y la médium china a la que acude en más de una ocasión Ellen.  Pues resulta que en el texto la primera es una mujer mayor muy poco agraciada, cuyo aspecto y personalidad justifican en parte el drama de la homosexualidad conflictuada de su marido, contextualizando mejor la época y sociedad en que se ambienta la historia.  De igual manera, la vidente en el papel es una inmensa mujer obesa, que le da tanto un aire esperpéntico (como a la anterior mencionada), además de una dimensión extraordinaria, como de igual manera maternal.  Y es que en el telefilme la primera fue actuada por una bella actriz mucho más joven y en el caso de la segunda, se contrató a una mujer más menuda y de aspecto frágil.  En realidad habría sido genial que mantuvieran todo esto tal como en el papel, aunque queda claro que en los tiempos en los que se realizó esta adaptación, la televisión aún no estaba tan preparada para tales grados de efectismo (bueno, salvo honrosas excepciones).
     Y sin embargo, pese a todos los cambios que se hicieron, esta versión no deja de hacerle honor al texto que la inspiró y a la misma miniserie, que dio paso a todo esto.
     Sí se repitieron el plato el director Craig R. Baxley, quien volvió a hacer un solvente trabajo tras las cámaras y el compositor Gary Chang, dándonos hermosas melodías para amenizar esta igualmente recomendable producción.


                                                                         Tráiler.

2 comentarios:

  1. Saludos Elwin, aquí murinus2009.

    Por lo que mencionas hubo algunos cambios en la adaptación de esta novela precuela a telefilme.

    Suele ser lo "normal"; bajarle el contenido de sexo, violencia, cambios cosméticos en algunos personajes, era difícil hacer la adaptación mas fiel a la novela sin pasar la censura creo yo.

    tal vez en la época futura a través del Internet se haga una versión mas fiel.

    Sigo sin ver esta obra de King.

    Queda en los pendientes.

    Gracias y hasta pronto.

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    Respuestas
    1. Bueno, este tipo de cambios es inevitable, que hay que saber diferenciar entre obra original y adaptación, pues una copia calcada es imposible. Además, cabe recordar que en mi caso primero vi el telefilme, al menos dos veces y solo hace unos meses atrás tuve el gusto de leer la novela y hacer las comparaciones. Ojalá pronto puedas ver estas producciones.

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