Se suponía que el “más malo” director de
cine gringo era Ed Wood (1924-1978), famoso por desastres fílmicos tales como Plan
9 del Espacio Sideral, Glen o Glenda y La Novia del Monstruo y
el que fue homenajeado por su compatriota Tim Burton (considerado en su momento,
uno de los mejores realizadores del séptimo arte) a través de su cinta Ed
Wood, sin dudas una joya…Hasta que en 2003 se estrenó la película
independiente The Room, dirigida, producida, escrita y esterilizada por el
principiante Tommy Wiseau, quien sin dudas destronó a su colega.
Este servidor no tenía idea del tal
Wiseau, ni de su culebrón, hasta que tan solo el jueves de esta semana misma
que ya termina, mi amigo Roger Senra, a través de una de nuestras
conversaciones por chat, me preguntó si la conocía. La verdad es que primero me habló de The
Disaster Artist (2017), largometraje que recrea la filmación del fiasco
mencionado y me dijo que deseaba verlo para así completar su apreciación del
otro título que tanto le gustó. Con todo
lo que supe gracias a él, no dejé de interesarme al respecto y en ese mismo
momento descargué ambas obras y por la noche pude apreciar The Room; en cuanto al
otro filme, que tal como el caso del trabajo de Burton es una maravilla, tuve
el placer de darle su tiempo ayer no más y por todo lo que disfruté con estas
películas, tengo razones de sobra para agradecerle a Roger su recomendación.
The Room (en la lengua del Quijote,
claro, El Cuarto o La Habitación) trata sobre un hombre
“perfecto”: dueño de un noble corazón, es un exitoso profesional que trabaja en
un banco y posee una novia preciosa; además tiene un gran amigo al que adora
como a un hermano y ha adoptado a un adolescente, al que le paga los
estudios. Sin embargo, la muchacha por
la que se desvive es una víbora y está empecinada en seducir a su mejor amigo, con lo que comienza el drama que Wiseau
quiso representarlo como algo serio, pero que debido a su ineptitud le salió
tan desastroso, que causa risa y por esa misma razón el espectador puede llegar
a divertirse pese a lo malo del producto final.
Pese a la megalomanía de su realizador, la
película no se centra en el protagonista, si no que le dedica bastante del
metraje a los otros 2 miembros del triángulo amoroso; de igual modo hay tiempo
y varias escenas, para los personajes secundarios, que hay entre ellos algunos
más curiosos que otros, por lo ridículo de sus caracterizaciones. No obstante,
la falta de nobleza de la mayoría de estos sujetos, supuestamente sirve para
enaltecer la bondad del “héroe” de la historia, víctima de las bajas pasiones
de los demás.
Tráiler de The Room (que como muchos otros, promete más de lo que da).
Pese a todos los defectos que puede tener The
Room (que se llama así, porque buena parte de su pobre trama transcurre
en la casa y/o el departamento de la pareja, así como en el dormitorio de
ambos), cuenta con una banda sonora decente y una fotografía para nada mala;
que además hayamos en ella varios otros aspectos técnicos aceptables,
incluyendo una que otra escena en exteriores (algo igual plausible, para una
realización modesta como esta). El
resto, bueno, es un excelente ejemplo de cómo no “meter la pata”, si se quiere
conseguir que a uno lo tomen en serio en el mundo del cine: diálogos
acartonados y en verdad horribles (y por ello mismo, hilarantes), personajes
unidimensionales, que el peor de todos es (a mi humilde parecer) el muchacho
acogido por el protagonista, escenas de sexo que están demás y tanto ridículas
como mal ejecutadas (famosos ya son los detalles del culo de Wiseau, los
pétalos de rosa en el acto sexual, los gemidos que parecen de película porno y
la “penetración por el ombligo”), entre otros.
A todo esto, se le suma el hecho de que entren como Pedro por su casa
los personajes al hogar de la pareja, el abuso del juego con la pelota (no les
diré más, que en verdad hay que verlo con los ojos de uno mismo para gozar
tanta tontera) y la interpretación del primera actor, que no solo es
sobreactuada, sino que francamente irrisoria por la falta de talento de ya
saben quién.
Wiseau se gastó un dineral en su primera
cinta, que luego hizo otras, que ascienden como mínimo a 6 millones de
dólares. Incluso llegó a pagar por una
tremenda publicidad sobre un poste en plena ciudad, la cual estuvo por años sin
sacarse y que se convirtió en un atractivo turístico, para los posteriores admiradores
de este filme, que ha llegado a tener el
estatuto de obra de culto. Y es que pese
a su bajísima calidad artística, The Room fue cobrando fama, gracias
al boca a boca de quienes tuvieron las “agallas” de verla tras su estreno;
luego más y más gente se fue interesando y fue posible rescatarla del olvido
total, al punto de que comenzó a ser exhibida en funciones especiales, saliendo
al extranjero, consiguiendo fanáticos y hasta editándose en DVD y blue-ray en
ediciones profesionales, además de sacar su propio merchandasing. La verdad es
que del éxito posterior del largometraje, el responsable no fue Wiseau, aunque
luego este sacó provecho de la oportunidad y gracias a ello ha podido hacerse
su lugar en la industria de este medio.
El famoso cartel publicitario. |
Fue entonces que el guapo y no tan mal actor
Greg Sestero, amigo personal de Wiseau y que en The Room hace del
compañero del alma del protagonista, que se acuesta con su prometida, escribió
sus memoria sobre las circunstancias en las que se filmó dicha obra. Bajo el nombre de The Disaster Artist, el
libro cobró interés entre un montón de personas y así llegó a leerlo un artista
galardonado como James Franco, quien decidió hacer la adaptación
cinematográfica de su autobiografía. La
película que recrea increíblemente varios detalles de la ópera prima de Wiseau, al contrario de la otra está tan bien
elaborada, que ha ganado varios premios importantes, entre ellos nada menos que
el Globo de Oro.
Franco, es un artista versátil que como
director demuestra ser tan genial, delante como detrás de las cámaras, siendo
además la contrapartida de Wisseau por tener, sin dudas, todo lo que el otro
quisiera poseer…Y sin dudas ambos (con resultados distintos, claro) demuestran
con su trabajo un amor incondicional por el cine, gracias a la pasión con la
que han llevado a cabo sus trabajos.
Puesto que a través de The Disaster Artist, James Franco
nos muestra el lado más humano de Wisseau, quien tal como pasó con Ed Wood a
través de los ojos de Tim Burton, se convierte por medio de esta cinta, en una
representación del deseo humano por crear y comunicar a otros, ese amor hacia
el séptimo arte.
La transformación del atractivo James
Franco en el casi esperpéntico Tom Wiseau, es sorprendente, puesto que no solo
se apoyó por un maquillaje que lo convirtió en su reflejo, sino que además
logró imitar a la perfección sus gestos y manera de hablar; apoyado también por
un vestuario que completa el camaleónico cambio, quienes vimos The Room podríamos llegar
a creer, que se trata del verdadero Wiseau.
Teniendo en cuenta que el libro que
inspiró a esta obra posterior fue hecho por Sestero, era obvio que el
coprotagonista iba a ser este mismo, si bien en la adaptación es encarnado por
Dave Franco. El hermano menor de James
tampoco se queda atrás en la actuación y de igual manera aparece bien caracterizado
como Sestero, dotándolo de una simpatía tal, que permite haya una gran química
entre los dos amigos que lideran la historia.
Es así que uno de los grandes temas que se abordan en este largometraje,
el de una amistad incondicional, está bastante logrado: tanto por el estupendo
guión, como por la labor conjunta de ambos Franco. Las vicisitudes y anécdotas entre los dos
amigos, dan paso a la risa, como por igual conmueven. De este modo, no deja de ser admirable cómo
estos dos aspirantes a cineastas, fueron lo suficientemente constantes como
para terminar un proyecto tan desfachatado, como The Room y más encima lo
estrenaron “con bombos y platillos”; luego, la lealtad y la voluntad, quedan de
manifiesto como algunas de las mayores virtudes de estos 2 personajes.
La película juega de forma muy graciosa
con varios aspectos sobre su singular protagonista, si bien se esconde un verdadero
drama detrás de las bromas: la historia de un hombre que busca reinventarse a
sí mismo, quizás escapando a qué pasado, ya que nunca llegamos a saber de dónde
viene en realidad, su edad y cuál es el origen del dineral que posee; ni
siquiera su mejor (y tal vez único) amigo, tiene alguna idea sobre todos estos
misterios detrás de Wiseau. De igual
manera, se presta para la jocosidad el aspecto vampírico del personaje, que da
paso a varias situaciones inolvidables; así como de igual manera, podemos
encontrar uno que otro detalle, que aborda la posibilidad de una relación homoerótica
no consumada y/o latente, entre los 2 personajes principales.
En The Disaster Artist participan
varias estrellas de Hollywood, por lo general en cameos que hay que estar
atentos a ello para reconocerlos. Es así
que el secundario más relevante dentro de la historia, quien con sus ironías
viene a ser bastante cómico, se encuentra bajo la piel de Seth Rogen, uno de
los mejores comediantes de la actualidad.
Papeles menores y/o apariciones esporádicas, las tienen Melanie Griffhit,
Sharon Stone y Zach Efron, entre otros, quienes de seguro participaron en este
filme por el gusto de hacer un buen filme y entretenido, que no deja de hacer
varios homenajes al séptimo arte…Asimismo, en la escena de postcréditos aparece
el mismo Wiseau, claro que hay que reconocerlo para darse cuenta de ello. El propio Sestero tiene su propio cameo, sin embargo
fui incapaz de reconocerlo.
Por último, una vez terminada la
película, toda una delicia viene a ser cuando la pantalla se divide en 2 y
vemos cómo los Franco y compañía, copiaron/homenajearon escenas de The
Room con verdadera maestría.
Tráiler N° 1 subtitulado de The Disaster Artist.
Pues me parece fantástico que hayas visto ambas películas, Elwin y escrito un artículo tan rápido y tan bien elaborado. Por el tono del post, se que te han gustado ambas películas, por lo cual me alegro de habértelas recomendado. Aun no he visto The Room, pero en cualquier momento que reúna mi coraje lo haré. Gracias por la mención.
ResponderEliminarPuedo decir sin problemas, que "The Disaster Artist" es una de las pelis que he visto el último tiempo, que más me han gustado. Ojalá por medio de este post pueda ayudar a que más gente conozcan ambas obras y descubran tanto en una como en la otras sus virtudes (sí, "The Room" es valiosa para mí por lo divertida que puede llegar debido a sus propios defectos).
EliminarSaludos Elwin, aquí murinus2009.
ResponderEliminarLeí buenas criticas de, The Disaster Artist, pero la verdad todas fallaron en interesarme en verla...
Hasta esta entrada tuya Elwin, sin dudas es lo mejor que se ha escrito de esa película.
Nadie mas había explicado tan claramente que esta cinta es un homenaje a una especie de Ed Wood, el tal Wiseau.
Ademas me recordaste esa buena cinta De Tim Burton que fue
Ed Wood.
Hace mucho que no la veo de nuevo.
Las pondré en la lista de espera.
respecto a cineastas tan malos que son buenos, aqui en México se dice que hubo uno capaz de opacar a Ed Wood.
Se llamo:
Juan Orol.
Entre sus cintas mas conocidas está:
Gangsters contra Charros.
Entre sus talentos estaba.
Aprovechar el blanco y negro para cambiar el color de un coche de gris a azul...sin cambiárselo.
En una cinta ambientada en Chicago se ve pasar un autobús que dice "linea cozumel peralvillo" zonas de Mexico.
En otra ametrallan a varios gangsters que están frente a un ventanal y...no se rompe ni un solo vidrio.
En otra ambientada en el Amazonas, aparece al fondo una estatua a, Simón Bolívar, cerca del turístico bosque de Chapultepec en cd. de México.
Gracias Elwin, por esta recomendación hasta pronto.
Como siempre tus elogiosas palabras me suben el ánimo, si bien creo que por ahí deben haber mejores críticas que la mía sobre el filme que hoy nos reúne (eso sí, escribí con tantas ganas este post, que tal vez eso se transparenta).
ResponderEliminarMuy interesante lo que me cuentas sobre tu compatriota, que me dieron ganas de googlear al respecto; además le quiero contar a un amigo sobre él, pues a Miguel le gusta harto el cine bizarro mexicano (en todo caso, el es chileno como yo).