1. Unas cuantas primeras cosas que decir
Así dice el dicho, cuya idea
sostiene que cualquier momento nos es propicio para una experiencia
satisfactoria; por lo tanto, no importa si nos demoramos más que el resto en
llevarlo a cabo, pues al final el efecto es el mismo. Y lo anterior lo considero cuando se trata de
gozar algún título, libro, cómic, película o serie que por años me han
recomendado, pero que solo he llegado a dedicarle mi tiempo luego de meses o
años, a veces hasta décadas, desde que supe de su existencia (incluso desde que
adquirí, regalado o comprado, dicha obra).
Estas palabras explican, en parte, todo lo que me demoré en ver de una vez por todas Malcom el del Medio. Comencé esta sitcom a finales del año pasado y lo terminé de ver hace más de un mes atrás. Un día había acabado de ver una serie con mi bebé, mi sobrinito Amilcar de entonces 14 años "¿Qué veremos ahora?" le pregunté. Me dio unas cuantas propuestas, a lo que le dije que quería un show largo, con hartos capítulos y entonces me dijo Malcom. No dudé si quiera, que ya había llegado el momento correcto y nada mejor que compartir algo así con mi regalón.
Estrenada en 2000 y terminada en 2006, con 151 episodios a su haber, habiendo obtenido un montón de premios, elogios de la crítica y seguidores en todo el mundo, en muchos sentidos el mundo era otro cuando se hizo esta producción; sus conceptos y argumentos eran bastante rompedores de esquema cuando irrumpió en la parrilla programática, ideas que siguió desarrollando hasta las últimas consecuencias, incluso hasta su inolvidable final. En su momento se le comparó con Los Simpsons, aunque en versión imagen real, y en muchos sentidos se parecen ambos casos; no obstante, el programa que ahora nos reúne merece su propio altar debido a todas las virtudes que posee (y lo tiene, claro).
Malcom el del Medio como toda obra de arte, expresión salida de la creatividad humana, es hija de su tiempo y en ese sentido hoy en día sería (o más bien ES) considerada poco políticamente correcta. Y me gusta que sea así, que su humor negro me resultó un bálsamo para pasar un buen rato sin complicaciones, sazonado de guiones potentes y maravillosas actuaciones. En todo caso, pese a la llamada dictadura de las minorías, la espantosa cultura de la cancelación y la gente woke, este título sigue tan vigente como lo fue cuando se estrenó y emitia. Pero para entender lo expuesto en este párrafo, mejor saber de qué va y cuáles son justamente sus características de una vez.
Estas palabras explican, en parte, todo lo que me demoré en ver de una vez por todas Malcom el del Medio. Comencé esta sitcom a finales del año pasado y lo terminé de ver hace más de un mes atrás. Un día había acabado de ver una serie con mi bebé, mi sobrinito Amilcar de entonces 14 años "¿Qué veremos ahora?" le pregunté. Me dio unas cuantas propuestas, a lo que le dije que quería un show largo, con hartos capítulos y entonces me dijo Malcom. No dudé si quiera, que ya había llegado el momento correcto y nada mejor que compartir algo así con mi regalón.
Estrenada en 2000 y terminada en 2006, con 151 episodios a su haber, habiendo obtenido un montón de premios, elogios de la crítica y seguidores en todo el mundo, en muchos sentidos el mundo era otro cuando se hizo esta producción; sus conceptos y argumentos eran bastante rompedores de esquema cuando irrumpió en la parrilla programática, ideas que siguió desarrollando hasta las últimas consecuencias, incluso hasta su inolvidable final. En su momento se le comparó con Los Simpsons, aunque en versión imagen real, y en muchos sentidos se parecen ambos casos; no obstante, el programa que ahora nos reúne merece su propio altar debido a todas las virtudes que posee (y lo tiene, claro).
Malcom el del Medio como toda obra de arte, expresión salida de la creatividad humana, es hija de su tiempo y en ese sentido hoy en día sería (o más bien ES) considerada poco políticamente correcta. Y me gusta que sea así, que su humor negro me resultó un bálsamo para pasar un buen rato sin complicaciones, sazonado de guiones potentes y maravillosas actuaciones. En todo caso, pese a la llamada dictadura de las minorías, la espantosa cultura de la cancelación y la gente woke, este título sigue tan vigente como lo fue cuando se estrenó y emitia. Pero para entender lo expuesto en este párrafo, mejor saber de qué va y cuáles son justamente sus características de una vez.
La verdad es que, si bien el programa se llama Malcom, el protagonismo es compartido por toda la familia y en un solo episodio (siempre potente, que no hay ninguno débil y siempre se disfrutan mucho) se cuentan de forma paralela las andanzas de tres o cuatro integrantes (en el que intervienen prácticamente todos sus integrantes, más personajes secundarios recurrentes e invitados).
Interesante resulta ser cómo desde el primer episodio se rompe la cuarta pared, algo que solo hace Malcom, un chico genio (aunque, la verdad, luego veremos que todos los hermanos poseen capacidades prodigiosas). Pese a su inteligencia por sobre la media, es revoltoso y le gusta jugar bromas pesadas con sus hermanos, con quienes muchas veces pelea hasta consecuencias muy bruscas. Las explicaciones que da a la cámara, tan espontáneas y graciosas, nos ayudan a conocer en profundidad al personaje, entender mejor cómo ve el mundo y qué piensa de quiénes lo rodean (un recurso estético muy efectivo, toda una marca identificatoria de este maravilloso show).
Pese a lo que parecería en primera instancia, por tener entre los coprotagonistas a menores de edad, este no es una sitcom familiar. Y es que en sus capítulos se habla sin tapujos de sexo, que no solo los padres tienen una muy buena comunicación erótica entre sí (si es que existe de antemano esta expresión), sino que el hijo mayor (que comienza la serie siendo un adolescente), como corresponde a su edad, también tiene buena parte de su mente y ganas dirigidas al sexo; posteriormente los dos hermanos que le siguen, se interesarán por este tema y al respecto en la sexta temporada (más o menos), en un divertidísimo episodio, seremos testigos de cómo Malcom pierde su castidad. De hecho: Hay muchos chistes de connotación sexual, muy directos (y graciosos).
Las historias son autoconclusivas, si bien hay algunas que se desarrollan en dos o más episodios, en especial entre el final de una temporada y el comienzo de la siguiente.
3. Lo mejor está en los personajes.
Me remitiré a la familia
protagonista y a los dos secundarios más recurrentes a lo largo de las siete
temporadas que tuvo el programa; algunos de estos, por muy buenos personajes
que fueran, solo salieron una o varias temporadas más; pero luego por una u
otra razón, desaparecieron de la pantalla (como la graciosa profesora del grupo
exclusivo de estudiantes de Malcom y los mismos compañeros de este, genios como
él). En algunos casos, nombraré a los
personajes satélite de la familia Wilkerson, que resultan grandes comparsas
para este grupo, mencionando su relación particular con estos.
Malcom: Quien le da su
nombre al show, es un alguien cuya inteligencia por sobre la media le provoca
tanto problemas, como satisfacciones; pese a todo, disfruta su vida como un
chico normal, con arrebatos propios de la edad, haciendo travesuras pesadas con
sus hermanos y amigos. Debido al
especial carácter de su madre, tiende a resistirse a su autoridad, pero por lo
general debe doblegarse a esta. Los
últimos años de la Primaria, era parte de un grupo de estudiantes superdotados,
los "bichos raros" del colegio, lo que le provocó varias situaciones
muy graciosas. Tiene un corazón noble, aunque no es alguien que acostumbre a
demostrar su sensibilidad.
Francis: El guapo hermano
mayor, desde pequeño comenzó a darle problemas a sus padres, al punto de que su
temperamento impulsivo chocaba con el de su madre, dominante y
voluntariosa. No es una mala persona,
solo algo anarquista; pero luego demostrará con el tiempo su rectitud en
términos de justicia, su amor por la familia y otras capacidades
positivas. Comienza la serie, en sus dos
primeras temporadas, estando en una premilitar, mandado allá de adolescente
debido a sus arrebatos para "enderezarlo"; durante esta etapa el
mejor personaje secundario, será el comandante a cargo del instituto, un maduro
militar retirado con el cuál tendrá una muy singular relación (pese a las
diferencias entre ambos, habrá verdadero afecto entre ambos). Para la tercera temporada, ya cumplida su
mayoría de edad, prefiere emanciparse de una vez y, en contra del deseo de sus
padres, se va a trabajar a Alaska; allá no solo trabajará para una déspota
mujer, sino que llega a casarse con una nativa americana, una hermosa y también
voluntariosa muchacha, que será un gran aporte en su vida. La cuarta temporada lo lleva a tener una
mejor vida, cuando conoce a Otto y a su señora, un matrimonio ya maduro, que lo
contratan como administrador de su hotel; las dos parejas, la joven y la mayor,
se llevan de lo más bien y las aventuras que vivirán juntos hasta la quinta
temporada, estarán entre lo mejor de este gran show. A partir de la quinta temporada, solo veremos
a Francis y a su esposa de vez en cuando, que si bien el amor entre ambos logra
superar los altibajos, solo hacia el final de la serie vuelven a tener una
mejor vida.
Reese: El segundo hijo
del matrimonio es en apariencia el idiota de sus retoños. Poco dado a los temas de carácter
intelectual, es un travieso que durante un tiempo fue el matón del colegio,
aunque no por malvado, sino debido a su inmadurez. Con sus hermanos menores gusta hacer
travesuras y ser abusivo, aunque más bien tienden a ser cómplicess. Juntos o por si solo tiende a alterar el
orden de la casa seguido, lo que implica un severo castigo de parte de su madre
(a la que obedece, en todo caso, al igual que sus dos siguientes
hermanos). Pese a su conducta más o
menos anarquista, Reese posee habilidades destacables, como que es un gran
cocinero y, en especial, administrar muy bien el dinero; también en sus
trabajos remunerados tiende a ser responsable (llegó a tener un departamento
propio con hartos lujos, cuando aún era menor de edad). Es el deportista de los hermanos.
Dewey: Mi personaje favorito de la serie, fue el hermano menor
hasta que cerca de la cuarta temporada nace el verdadero benjamín. Dulce y muy elocuente, posee habilidades
extraordinarias para la música y las artes escénicas en general; también es un
líder nato, como cuando logró con facilidad liderar al grupo de los chicos
"especiales' de su colegio (niños TEA y otros), sacando lo mejor de ellos.
Lois: Mi siguiente
personaje predilecto, es una buena mujer, aunque muy dominante, que trabaja en
una gran tienda para sostener junto a su marido la economía de la casa. Muy activa, tiende a gritar cuando se enoja y
hasta su marido le tiene miedo (es claramente ella quién manda en la
casa). En la primera temporada conocemos
a sus padres, dos figuras castradoras y poco cariñosas, de modo que así
logramos entender el porqué de su forma de ser; a partir de entonces su madre
saldrá de forma recurrente en el programa y se vuelve otro de los grandes
secundarios de este.
Hal: El marido de Lois es un hombre amable y que muchas veces
es cómplice de sus hijos. Conoció en la
época del colegio a su esposa y se enamoró perdidamente de ella; viene de una
familia acomodada, la cual no toleró su enlace con alguien "humilde"
como Lois. Su trabajo de oficinista nunca me quedó claro en qué consistía. Ya maduro, hace un muy buen grupo de amigos,
dentro del cual él es el único blanco y que no cuenta con una vida holgada.
Steve Kenarban: Compañero de trabajo de Lois, estuvo enamorado en
secreto de esta, hasta que se revela la verdad.
Es un ñoño obeso que congenia bastante bien con toda la familia de su
colega y amiga (se resuelve muy bien su amorío imposible), al punto de que es
alguien de confianza absoluta para ellos (de hecho, los Wilkerson son lo más
parecido a su propia familia). Es mi
tercer personaje favorito de la serie y aparece bastante en ella.
Craig Feldspar: El mejor amigo de Malcom, es un chico igualmente muy
inteligente como él, de color y que usa silla de ruedas, debido a problemas de
salud serios que tiene. La llegada a su
vida de Malcom se vuelve algo beneficioso para él, ya que poco a poco comienza
a hacerse más independiente y a no tenerse autocompasión; incluso su estado de
salud mejora, aunque siempre usando su vehículo personal. Irónico y elocuente, se lleva bastante bien
con Reese, pese a lo distintos que son.
Su amable padre es, más encima, el mejor amigo de Steve. Mi cuarto personaje favorito es este
simpático chiquillo.