jueves, 31 de julio de 2025

Dolorosos Adioses (II)

 


     Y aquí termino mi revisión de la décima temporada de Doctor Who moderno:

7. La Pirámide del Fin del Mundo: Los nuevos villanos que han llegado para engrosar la enorme y variopinta lista de enemigos del Doctor, han instalado una tremenda edificación en una zona estratégica militar y en la que chinos, rusos y gringos tienen puesto su interés.  Contactan al Doctor para que intervenga, quien debe lidiar tanto con los alienígenas, como con los representantes de los tres gobiernos imperialistas mencionados ¿Y quiénes serán los más difíciles de controlar? Un más que interesante episodio con una pizca de política, lo que no estamos acostumbrados a ver en este show y un desarrollo de los Monjes que los hace muy aterradores.  El final de este capítulo resulta ser impactante, con Bill en uno de sus mejores momentos como personaje (y una actuación memorable de la actriz a cargo suyo), lo que nos la hace más simpática todavía.  Mientras tanto, tendremos al Doctor metido en una nueva encrucijada, bastante dramática, lo que se resolverá solo en el siguiente episodio.
    Atentos a un personaje inclusivo que está vez no resulta forzado y que bien debiera ser considerado como ejemplo a seguir por este mismo programa y otros (verosímil y sin revisionismo histórico).
 
8. La mentira del terreno: Los Monjes han hecho algo atroz y que consiste en modificar la realidad (o los recuerdos de los seres humanos, para hacerles creer que siempre han estado entre nosotros como benefactores.  Solo un pequeño grupo se les resiste y entre ellos están los "actuales" companions del Doctor, el ciborg Nardole y la universitaria Bill; estos dos últimos buscan a su amigo para desarmar los planes de los invasores, pero se encuentran con una pésima noticia... Pese a todo, nuestro Señor del Tiempo siempre tiene un plan y lo interesante y divertido está en cómo lo lleva a cabo.  Por último, el apoyo de una vieja conocida llega en el mejor momento, dándonos grandes sorpresas.
 
9. Emperatriz de Marte: Nuestros héroes llegan al Planeta Rojo (primera vez para Bill y para Nardole, que el Doctor ya ha ido varias veces y en distintas épocas), donde se encuentran con un grupo de soldados victorianos apoyados por nada menos que un nativo del lugar (en la Serie Moderna conocimos a uno de ellos en la séptima temporada).   El marciano (de verdadero aspecto aterrador e imponente) tiene una razón oculta para servir a los "débiles humanos" y he ahí el nombre del episodio, que nos otorga a un nuevo y gran personaje femenino. 
    A mi humilde parecer, entre lo mejor de la temporada, con varios puntos a favor, entre ellos un cuarteto de personajes que se complementan entre sí: El mentado marciano que demuestra una lealtad y nobleza admirables, un sujeto engañoso que revela la podredumbre de su corazón y como el típico hombre que se deja gobernar por la avaricia, en contrapartida a este último, otro que descubre su heroísmo perdido e inicia el camino a la redención... ¡Y finalmente la mismísima Emperatriz de Marte, una potente fémina cuya personalidad se roba la pantalla!
    A todo esto, la serie no fue tan woke, ni tan revisionista hasta ahora y es que en este episodio entre los soldados victorianos (fines del siglo XIX, cuando Gran Bretaña era muy rígida en sus preceptos morales y costumbres) uno de sus soldados es negro y lo tratan sus compañeros como a un igual sin reservas... ¡Ojalá hubiese sido así en la vida real!


 
10. Los Devoradores de Luz:  El Doctor y su equipo llegan al lejano pasado de Escocia durante los avances del Imperio Romano.  Un destacamento de soldados se ha enfrentado a unos espantosos monstruos, aunque ellos no son los únicos, puesto que grupo de autóctonos también están en la misma; en ambos casos, los sobrevivientes son jóvenes, unos adolescentes para nuestros estándares, quienes actúan como verdaderos adultos, tomando enormes responsabilidades y se ven enfrentados a un horror casi lovecrafniano.
   Mucho heroísmo en esta historia, también con excelentes personajes y otros geniales momentos para Bill; en cuanto a Nardole, en verdad me cae mucho más que la chica, si bien es lejos el personaje más desaprovechado de todos los companions (a veces pienso que es hasta de relleno).
    Por último, esta vez el wokismo de la serie superó sus límites, al mostrarnos a soldados romanos... ¡Negros!
 
11. Mundo suficiente y tiempo: Primera parte de la duología que cierra esta temporada.  El Doctor y los suyos reciben una llamada de un auxilio que proviene de una nave gigantesca, a la que acuden y donde se encontrarán con una tecnología de maravilla y horrores inolvidables.  Los acompaña Missy, decidida a reparar su enorme lista de "pecados".
    En determinado momento Bill se separa de ellos y esto marcará para siempre su destino; puesto que la nave es tan gigantesca, prácticamente un mundo con sus propias reglas, que entre sus distintos niveles, que posee cada uno su respectivo ambiente.  Asimismo, el tiempo corre diferente entre un lugar y otro, de modo que la muchacha llega a vivir, al menos, una década separada de sus amigos.  Para su mala suerte, recibe una herida mortal, de la cual es salvada, lo que traerá inesperadas consecuencias.
    Para rematar, un viejo enemigo reaparece, en uno de los giros argumentales más impactantes de Doctor Who.
 
12. El Doctor cae: Las cosas están muy difíciles en la nave-Mundo y donde Bill está sufriendo más de la cuenta (su destino parece ser el más duro, entre todos los companions que hemos conocido en esta Etapa Moderna).  Se viene más de una traición y despedida, alguna de estas muy emotivas (que hace rato que el Doctor no me hacía llorar tanto).
    Dentro de lo destacable de este final de temporada, se encuentra el detalle de reencontrarnos con Cibermens clásicos (con su vintage y tosca apariencia, que resulta ser muy de mi gusto), los constantes giros argumentales y una escena final más que prometedora.
   Por último, lo declaró nuevamente, me emocioné mucho con este final de temporada y al mismo nivel del hecho para la anterior.  Además, acá también cierran las historias de los companions "actuales" del Doctor, que cada uno de ellos deberá tomar un rumbo distinto y separado, con nuevas vidas para cada uno de ellos; despedidas que, como en casos anteriores, es difícil no nos dejen sobrecogidos.   Y al respecto, por sobremanera me llegó al corazón cito el final para Bill, tan ligado a su propio debut en el show, muy hermoso todo.
 
13.Había una vez dos veces (especial de Navidad 2017): El Doctor se niega a regenerarse, pese a que su cuerpo se lo exige, pese a que su cuerpo se lo exige.  Se encuentra en un lugar muy significativo para él (y también para quienes conocemos la cronología del personaje), pero no está solo... Pues alguien de enorme importancia se ha cruzado con él y juntos tendrán una aventura inolvidable.
    Una inteligencia superior y extraña entra a la historia, cuyas intenciones verdaderas sólo estarán claras al final de este potente especial.  Por igual, un soldado de la Primera Guerra Mundial se une al equipo y para conmovernos más un trío de queridos rostros, que no pensábamos volveríamos a ver, se integran al reparto para hacernos explotar de emoción... Los reencuentros por igual pueden ser tristes.
     Más encima un personaje de principios del Duodécimo Doctor aporta con su presencia, otra grata sorpresa.
   Dentro de lo mejor, que hay mucho para disfrutar de esta despedida (por mucho que nos haga llorar), la intervención del actor invitado que hace de coprotagonista: Un tremendo artista a cargo de uno de los mayores autohomenajes de la serie y que nos concede no sólo una caracterización de lujo, sino que momentos inolvidables para el seguidor de la serie (y si no cuento detalles, es para no quitarles la sorpresa de su aporte a este especial navideño, algo que casi puedo comparar con la aparición de John Hurt al final de la séptima temporada y para la celebración de los 50 años del programa.
    Algo que si encontré ridículo de esta hermosa producción, trata sobre el wokismo que otra vez llega a niveles absurdos: Pues está vez vemos a soldados de la Primera Guerra Mundial... ¡Negros!
 
    Terminando ya, que me demoré bastante en revisar y terminar esta décima temporada, puedo afirmar que, pese a que la disfruté mucho, lejos me parece superior la que le antecede (¿Será, acaso, la novena temporada la mejor de todo Doctor Who Moderno?). Mis razones pensar así son sencillas, pero lógicas: Las historias de la novena son más potentes, en especial por su formato de trilogías, a lo que se le suma la creación de un personaje tan especial como y, para mí, lo más valioso de todo, Clara Oswald viene a ser una compasión de mayor peso dramático y ángel que Bill y Nardole; es cierto que me gustaron estos dos últimos, no obstante con ellos cometieron un gran error, cada uno por separado, y ello me sorprende se le escape a un maestro como Moffat... ¡Nunca nos explicaron la relación entre el Doctor y la madre de Bill, lo que llevó al Señor del Tiempo a acercarse a la chica! Y... ¡Tampoco supimos del pasado de Nardole para entender su extraordinaria naturaleza! (que nunca tuvo un capítulo dedicado a él, quedando en desmedro respecto a otros companions, pues siempre fue un misterio y apenas se le aprovechó, siendo casi una mera comparsa).
    En todo caso, fue una gran despedida para Peter Capaldi como el Duodécimo Doctor y, mayormente, para Steven Moffat como showrunner del programa y quien volvería como guionista de la serie con la llegada del Décimo Quinto Doctor.


martes, 22 de julio de 2025

Precuela, continuación y cierre de lujo

    Tras una primera temporada que nos dejó con el aliento en la boca, Andor, la serie de live action "adulta" de Star Wars, por fin se estrenó este año.  Doce episodios igual que su predecesora, puro filete como diríamos, si bien la historia partió algo lenta en un principio; sin embargo, el producto final fue más que satisfactorio y ahora para completar esta tremenda historia, no nos queda otra cosa que volver a ver esa joyita de Rogue One, la película gracias a la cual conocimos al mismísimo Cassian Andor y a sus compañeros (y de esa manera completar esta epopeya acerca de la defensa de la libertad).
    Varios nombres se repiten para nuestro gusto en este programa, que gira en torno a un grupo de rebeldes libertarios en contra del Imperio Galáctico de Palpatine y sobre unos cuantos de los servidores de este último, todos encabezados por Tony Gilroy, creador de la serie, director y guionista.  Asimismo, la mayoría de los nombres de sus actores y personajes se repiten, lo que es algo para agradecer y es que todos estos nos entregan un show de lujo, con interpretaciones memorables.
   Se mantiene la calidad artística y técnica de su predecesora; de hecho, debido a lo caro que resultó ser este programa, que cada capítulo costó millones y millones (mucho más que grandes películas del género) el proyecto original de hacer 5 temporadas, una por cada año antes de los eventos de Rogue One, se tuvo que modificar; por lo tanto, optaron por aplicar saltos en el tiempo, con períodos elididos entre episodios, para abarcar todo... ¡Y vaya que lo consiguieron con éxito, dramatismo y talento!
    La evolución por la que pasan nuestros héroes, antihéroes y villanos no, deja de sobrecogernos.  Al respecto, nos reencontramos con dos secundarios que ahora tendrán mucha más relevancia en la trama, en especial la fémina del dúo y quien nos dará momentos muy emotivos con su humanización.  Por otro lado, otros dos de la primera temporada, a quienes me habría encantado volver a ver, ni se nombran (¿Les digo de quiénes se trata?).  Y atentos con el destino final de, nada menos, cinco personajes y quienes acaban sus vidas mortales en circunstancias muy impactantes (cada uno en distintos momentos de la trama, muy separados entre sí). En cuanto a los villanos, me ha gustado cómo los abordan, convirtiéndolos en seres complejos, cada uno con su razón de ser e incluso llegando a no ser sujetos malvados sin aristas de humanidad (atentos al desarrollo argumental de cierta pareja, dentro de lo mejor del
    Bastante ocurre en esta segunda temporada, que para muchos es superior a la primera (yo me quedo con su debut, aunque eso no significa que no deje de recomendar este final, en verdad emocionante).
     Y como se habrán dado cuenta con creces, no es necesario tener caballeros Jedi, Siths, monstruos y los típicos elementos "exóticos" y/o más maravillosos del Star Wars al que estar más acostumbrados, para contarnos un argumento poderoso y serle fiel a los principios de esta ficción: Puesto que la propia franquicia partió como un relato acerca de una revolución política en contra de un sistema autoritario y eso son, sin dudas, Andor y Rogue One.
     ¡Se me estaba olvidando! Un error le encontré y que tiene que ver con lo que se apresuraron para darle final al programa: Al final nunca resolvieron lo que pasó con la hermana de Cassian (¿Lo explicarán en alguna novela o cómic?).
     Por último, y para cerrar esta revisión (en la que no he querido caer en muchos detalles) dos personajes del filme que inspiró esta serie se incorporan a su temporada final, uno por cada bando, quienes llegan a la historia de manera muy atractiva e interpretados por los mismos artistas de la mentada película.


sábado, 19 de julio de 2025

.. Y así fue como una idea llevó a las otras...


1.Mi principio
 
    En los últimos años de mi infancia, o en los principios de mi adolescencia, allá por los años ochenta, durante unas vacaciones de verano en la tarde, o sea entre enero o febrero, (en Cine en su Casa, como se llamaba la franja dedicada al séptimo arte, que emitía el "poderoso" canal 13 de la Universidad Católica) dieron una película de animación japonesa: Lensman.  Por aquellos años en Chilito, era muy raro que le dieran espacio a este formato en largometraje en la tele, más tratándose de un anime; pero se trataba de una obra “producida” por Harmony Gold, la empresa gringa que nos había obsequiado a Occidente esa joyita que era Robotech y que el mismo 13 había estrenado no hace muchos años atrás con gran éxito.  Ahora bien, cabe mencionar que se trataba de un producto nipón intervenido por los gringos de Harmony Gold y si no fuera por ellos, en esos años, difícilmente habríamos sabido de su existencia ¿Y de qué va esta historia? En pocas palabras, que casi nada recuerdo de su trama, trata de una especie de cuerpo policial interplanetario, o sea, compuesto por miembros de distintas especies ¿Les recuerda a algo? (ya les hablaré algo al respecto).  Solo les puedo decir que disfruté mucho de esta producción y que me gustó harto uno de sus personajes, un extraterrestre volador, muy exótico y al que encontré precioso.
   Años después, cuando ya estaba en la universidad, estaba en el Taller Literario de Ciencia Ficción de Luis Saavedra (Tío Lucho) cuando leímos en una sesión un cuento sobre un tipo (un militar creo que era) que en ciertas circunstancias se reduce a nivel microscópico y tiene una aventura en una especie de mundo cuántico, con romance incluido.  El autor era un tal E. E. "Doc" Smith, escritor al que no conocía hasta el momento y que nuestro maestro nos dijo que era la persona detrás de Lensman, una saga literaria de space opera y de la cual la cinta de la que les hablé era una adaptación.
    Eso por ahora.

 
2.El libro
 
     Ya les he hablado de mi actual autoreto literario, consistente en leer los volúmenes que poseo de la extinta Editorial Novaro y ahora le tocaba su momento a Triplanetario.  Pues me estoy refiriendo a la primera novela de Lensman.  Ahora bien, para cuando salió el libro, no se usaba todavía el nombre genérico de la saga; por lo tanto, así un lector menos informado, bien puede llegar a ignorar de que se trata de la antesala a toda una serie (y no solo  de los textos escritos por el mismo E. E. "Doc" Smith, sino que otros hechos por autores diversos, tal como sucede con estos títulos que se convierten en franquicias); sin embargo, los acontecimientos narrados en el libro que ahora nos reúne, no llegan a describir aún esa patrulla galáctica que tanta celebridad le dará a la saga, puesto que transcurre mucho, mucho tiempo, antes de la formación de esta corporación.  Por lo tanto, la novela en cuestión abarca siglos, eras en la historia de la Tierra para que luego (tal como sabremos solo en los siguientes libros) ocurra lo ya mencionado.
    Lo anterior comienza mostrándonos la presencia de dos antiquísimas y poderosísimas razas alienígenas, las cuales ya no necesitan de carne (ni otro material) para subsistir y, sin embargo, pueden crear cuerpos para sí mismos a su antojo.  Viven períodos inconmensurables y se comunican entre sí por telepatía.  Una es benigna y la otra no, siendo que en determinado momento de la existencia de ambos pueblos, el primero de ellos se da cuenta de su contrapartida y decide "investigarlos" desde el anonimato, más sabiendo de sus intenciones malignas; por supuesto que esto tendrá sus repercusiones, en las cuales los simples mortales se ven involucrados.
   Las primeras partes del libro son, en verdad, atrapantes.  Es así que tendremos un capítulo que transcurre nada menos que en... ¡La Atlántida! Y nos lleva con fuerza al escenario de la lucha del bien contra el mal, puesto que no sólo se trata del escenario de la mítica civilización, sino que de una cruenta guerra entre naciones avanzadas.  Con posterioridad, el argumento nos lleva al Imperio Romano, justo en la época de Nerón, centrándose en un par de gladiadores rebeldes (este es para mí el capítulo que más disfruté). Luego vienen dos narraciones más que transcurren en Estados Unidos, a mediados del siglo XX, y que tienen de protagonista a una especie de ingeniero; este trabaja dentro de un proyecto armamentístico (para mi gusto y pesar, lo más aburrido de todo el libro).
    Hasta el momento, todo el libro está conformado por narraciones con distintos protagonistas, que se pueden leer de forma independiente y todo con saltos importantes en el tiempo; pero luego de ello vendrá una historia llena de matices, que bien podría haberse publicado como novela independiente y que supongo será fundamental para lo que se vendrá en títulos posteriores...
    Es cuando nos encontramos con una nave espacial perteneciente al gobierno de Telus, conformado por tres planetas del sistema solar y sus habitantes los triplanetarios (de ahí el nombre de este tomo), quienes son abordados violentamente por piratas y llevados en presencia de su cruel jefe.  Desde aquí comienza la parte principal del relato, que no sólo abarca más de la mitad de la extensión de este volumen, sino que tendrá un montón de giros inesperados y de mucha, mucha acción (además de tantos elementos de ciencia ficción, que consiguen complacer por completo al lector más ñoño y amante del género, en especial si le gusta la space opera).  Aquí tendremos no sólo al típico héroe aguerrido, y muy masculino, de estas historias, sino que nos encontraremos con un villano bastante maloso (al cual ya conocíamos de antes, pero que solo ahora vendrá a desarrollarse más como para ganarse nuestro desprecio); asimismo, la trama tomará un aspecto más dramático, cuando entre en escena una civilización alienigena muy avanzada, además de muy diferente a la raza humana.  Así que ahora el libro no nos dará respiro (aún recuerdo lo fome que me parecieron los capítulos dedicados al ingeniero), puesto que se suma una tercera fuerza en pugna, lo que la enriquece mucho más y nos dará un panorama sobre un universo vasto y prometedor (en especial en futuras entregas de la saga).

 
3.Mi revisión personal
 
    Empecé el libro con muchas expectativas, más considerando las recomendaciones de mi amigo el escritor Miguel Acevedo, quien hace poco se lo había leído y lo disfrutó mucho.  En efecto el comienzo me satisfizo demasiado, que esos dos primeros capítulos de tono "histórico" me sorprendieron gratamente (pues desde niño la Atlántida y el Imperio Romano me han provocado mucho interés, así como la idea de la intervención de inteligencias extraterrestres en la historia humana; por no dejar de mencionar cierto elemento erótico en el apartado romano, algo que no me esperaba, y me gustó, en un texto de ciencia ficción tan "antiguo"). Pero luego vino el apartado ambientado más o menos en el presente, cambiando mucho el tono de la narración, ya sin acción y hasta realista, el cual si hubiese sido todavía más extenso o bien me habría llevado a "botar" la lectura o a saltarme páginas.  Con posterioridad, y siéndoles sincero, todo lo que vino después a veces se me hizo tedioso (incluso he pensado en dejar para más adelante esta saga, que el libro me ocupó más de un mes- pese a su brevedad comparativa-aunque le daré una oportunidad al menos al siguiente volumen).
    Pero hay factores de la última parte que debo destacar: En primer lugar, la presencia de una segunda fémina autosuficiente e inteligente, lo que le celebro al autor y tratándose de un texto tan antiguo, de cuando la space opera y la literatura de evasión en general eran muy marcadas en los roles de género.  Todavía recuerdo que el Tío Lucho, en esa clase en la que analizamos su cuento, del que ya les conté, se refiere a los patrones de género presentes en esa historia: Hombre protector de la mujer en apuros; algo que no es tan así en Triplanetario, como ya les mencioné más arriba.
   Asimismo, me satisfizo bastante el tratamiento de las civilizaciones extraterrestres, todas ellas verdaderos antecedentes de la exobiología que ya damos por sentada en la ciencia ficción posterior; es así que sus características tan llamativas, diferentes a nuestra propia humanidad y a la vez cercanos a los que somos (que más allá de su apariencia y/o extraña fisiología, pueden escoger como nosotros entre el bien y el mal, pues tienen libre albedrío y sienten clara inclinación hacia uno de estos lados).  Justamente entre estos destaca el gran villano de toda la novela, amoral y manipulador; como contrapartida suya, cabe mencionar a un eficaz científico extraterrestre, un sujeto que pese a ser un enemigo de los protagonistas, el narrador nos los muestra como alguien noble y digno hasta de nuestro aprecio.
    Muy ligado a lo recién dicho, debo contarles cuánto me impactó el final de este libro: Bastante duro por un detalle, que, si lo menciono, será un gran spoiler, así que trataré de jugar con el lenguaje, de la manera más general ... Y es que uno de los dos conflictos de peso, en los que se hayan involucrados nuestros héroes, resulta ser solucionado de una manera bastante alejada de algo que veríamos, por ejemplo, en Star Trek.  Y es que acá vemos usar recursos draconianos, incluso maquiavélicos, para lograr la victoria; sin embargo, pese a la crudeza que contemplamos en estas páginas, no llegamos apreciar maldad, ni siquiera revancha de parte de los rivales, lo que hace más llamativo el desenlace.  Luego, la novela termina con una promesa de una nueva era de gloria, para dos de los bandos en disputa, en algo que nos recordará justamente a la Federación Unida de Planetas, como también en la declaración de que los villanos volverán peores que nunca.
   En suma, me gustó este libro, aunque no se volvió uno de mis favoritos y esto debido a que en más de una ocasión la narración se me hizo tediosa y, en parte, por eso mismo me demoré tanto en leerlo. No obstante, lo recomiendo con creces, debido a sus múltiples virtudes que superan su tono soporífero de ciertos momentos y espero con ansias cuando por fin aparezcan los Lensman.
   Ya terminando, quienes nada saben de esta saga y que han tenido su primer acercamiento por medio de este texto, se habrán dado cuenta del nexo de Lensman con Linterna Verde, tanto el famoso personaje de los cómics DC, como del grupo de policías/justicieros intergalácticos al que pertenece (los Green Lantern Corps).  Es obvia la "influencia" de estos libros en las historietas mencionadas, declarada de forma pública o no, puesto que los elementos en común son evidentes: Pues, por un lado, tenemos a una antigua raza benevolente (en estas novelas los Arisianos y en los cómics los Guardianes de Oa) y, por otro, aparecen los justicieros que, más encima, ocupan en su mano un poderoso aparato de tipo tecnológico y pequeño (en un caso las lentes y en el otro los anillos de poder); y tampoco podemos olvidar que los miembros de esta agrupación, son de distintas razas en ambos caos.  Por último, como homenaje a esta serie, una de las Green Lantern Corps se llama Arisia, en honor a los arisianos; asimismo, hay entre sus personajes otro que se llama Eddore, claramente debido a la otra raza anciana de los libros de E. E. "Doc" Smith, aunque este no es malvado como los de Lensman.

miércoles, 25 de junio de 2025

Mi vida contigo


Nota: Mucho de lo que aquí cuento ya lo hice hace años en un viejo post y solo al revisar este texto, luego de dedicarle horas y ya habiéndolo publicado, me doy cuenta de ello.  Pido disculpas por mi despiste y solicito véanlo como una segunda versión de mi tiempo pasado con Mario.  Gracias.

    Un bibliófilo, amante de la narrativa y/o persona culta que se precie de serlo, sin dudas que sabe algo sobre Mario Vargas Llosa.  El escritor peruano más importante de su país, quien junto a colegas suyos como Gabriel García Márquez (de quién era muy amigo, hasta que se peleó con este por una mujer, según dicen por ahí) formó parte del Boom Latinoamericano, que entre las décadas de los sesenta y los setenta popularizó la narrativa de esta parte del mundo e hizo que sus autores y  sus obras fuesen traducidas a un montón de lenguas, además de ganar fama y fortuna, sin olvidar el importante reconocimiento artístico de la crítica y de sus pares.  Debe saberse, además, que este tuvo una importante participación en la política, comenzando primero en el Partido Comunista y luego militando, nada menos, que en la Derecha (llegando incluso a ser candidato a presidente de su país por uno de sus partidos).  Y no es un dato menor, que entre el montón de galardones que recibió, se encuentra nada menos que el Premio Nobel de Literatura en 2010, conseguido ya bien avanzada su edad (o sea, tenía 74 años, típico de este reconocimiento, que acostumbra a llegar ya cuando sus elegidos están ya en el otoño de sus vidas, si bien Vargas Llosa publicó harto luego de recibirlo).
    El falleció 13 de abril de este año Mario Vargas Llosa, uno de esos tantos autores/escritores con los cuales tengo una gran deuda, la que abarca la mayor parte de mi vida; pues desde mi adolescencia, a comienzos de los años noventa, que sus novelas e historias han formado parte de mis recuerdos, gracias a la lectura de tales obras y que tantas satisfacciones me han dado (el placer propio de una buena historia).  Así que, al enterarme de su fallecimiento, imposible me fue no rememorar todos esos momentos en los que estuvo presente en mi vida, que son hartos; por eso mismo, no dudé en dedicarle estas memorias, como mi sentido homenaje a alguien a quien le debo tanto.


    Vargas Llosa forma parte de los escritores que me incentivaron el gusto por la lectura literaria, que comencé a gozar de sus textos bien joven y todo por iniciativa propia.   Si no me equivoco, estaba como en segundo medio (era 1991 en aquel entonces) cuando le escuché a mi profesora de Castellano hablar de él en una clase y de su novela La Ciudad y los Perros (una de las más famosas de este autor), cuyo discurso me hizo interesarme bastante al respecto.  Tiempo ha pasado ya desde aquel entonces, de modo que no recuerdo cómo por fin llegó a mis manos.  Cabe mencionar que por esos años los únicos libros a los que podía acceder eran los que me compraban mis papás (aquellos para el colegio y los que pedía de regalo para mi cumple y Navidad), que nadie tenía que me pudiese prestar literatura y la biblioteca de mi escuela era bien paupérrima (un cuarto bien chico, que solo años después, cuando ya estaba en la universidad, se volvió "decente").  Solo sé que como al año siguiente volví a disfrutar de ese texto, acerca de las atrocidades en una escuela militar para adolescentes, cuando la misma docente de la que les hablé, no los dio como lectura complementaria (a lo mejor solo le leí recién para el colegio, quién sabe).  Cabe mencionar que poco después me enteré de que tenía una película, la cual logré ver en VHS y lleno de altas expectativas; la decepción fue tremenda, que el filme me resultó demasiado tosco, simplificando mucho la historia y con una producción paupérrima (supongo que por algo es una cinta olvidada).
      En esos años, mi etapa escolar y buena parte de mi vida como universitario, participaba bastante en la Iglesia Católica (que dejé de ir no por crisis de fe, sino porque me dedico a otras cosas en vez del culto comunitario, como dormir hasta tarde los domingos, je).  Fue así como en una visita a la oficina del cura de la capilla a la que asistía, me encontré con Los Jefes y Los Cachorros, la única colección de cuentos de quien hoy, por fin, honro; en ella encontramos una estupenda novela corta, acerca de un grupo de amigos a lo largo de su crecimiento personal y unas cuantas historias que ni recuerdo (aunque me encantaron).  Era un adolescente y más faltaba "criterio", que ni dudé en preguntarle al padre si me regalaba su libro y para dicha mía el curita accedió a mi petición; me acabé el tomo en un santiamén (por esos años leía mucho y apenas hacía actividad física, así que engordé bastante... Y ahora leo harto también, pero no tanto como antes).


     Volví a disfrutar dos veces más el texto recién mencionado.  La última vez fue en calidad de profesor, que llegué a un colegio al mes y medio de comenzadas las clases; hubo un profe antes que yo, más joven, poco experimentado y que claramente no tenía idea de literatura juvenil y/o apta a las edades de los lectores.  Se lo dio a un octavo básico (chicos de entre 14 y 15 años); era un grupo pequeño, de niños muy inteligentes y bien portados, pero no estaban aptos para esos relatos.  Le dije a los chicos que les cambiaba dicho título, explicándoles por qué era conveniente; no obstante, prefirieron quedarse con el listado original... ¡Porque a una compañera le habían comprado TODOS los libros ya! Cuando llegó el momento de la prueba, o mejor dicho cuando a los muchachos les tocó leer el libro, me reconocieron que debieron haber aceptado mi recomendación... Así que Vargas Llosa me permitió demostrar que la experiencia y el conocimiento, nunca deben menospreciarse.  Por cierto: Una lástima que no haya incursionado más en el formato de las narraciones breves, no sé si porque no era lo suyo (falta de talento para ello o desinterés, esto último porque mucho autor Best Seller como él lo evita, por considero poco redituable) o porque simplemente no le daba la gana.
   Todavía era un escolar, cuando curioseando en la entonces minúscula y humilde biblioteca de mi colegio (ahora que la rememoró mejor, estaba como escondida y pasaba cerrada, que nadie la atendía), di con un ejemplar de Pantaleón y las Visitadoras.  Al ver tal título tan curioso, recordé que, en un teatro del Centro de Santiago, de niño vi el afiche de una versión teatral (se llamaba Sala El Ángel y también funcionaba como cine, donde años después en esa misma época, muy feliz, disfruté de Candyman y de Innocent Blood, en ocasiones distintas eso sí).  Supongo que era una de las pocas personas, en pedir prestados libros en el cole (el otro que recuerdo "saqué" de dicho lugar, fue Cuando Pilatos se opuso, de mi querido Hugo Correa) y eso que me hallaba en un establecimiento inmenso.  Como era un lector todavía inexperto, su comienzo con diálogos intercalados me costó un poco comprenderlo; no obstante, luego la novela me enganchó completamente.  En ella nos encontramos con Pantaleón Pantoja, un correcto militar peruano que crea un exclusivo servicio de prostituta, para atender a los soldados rasos, que, de no ser por sus chicas, en la selva seguirían volviéndose locos por la falta de mujeres. Con algo de humor y cierto surrealismo, el libro me hizo volar la imaginación, como solo los textos de Stephen King o similares me provocaban.



    Tengo al menos una anécdota que contar sobre este título: La primera vez que me leí este libro (lo he hecho tres veces en total), tras haber pedido la novela en aquella mino-biblioteca (luego mi papá me la compró, que también me la hicieron leer en clases, pues yo "convencía" a mis profes de agregar ciertas obras y autores a sus listados) una vez ensimismado en sus páginas, me hallaba sentado en uno de los puestos delanteros de una micro, de esas amarillas que habían antes (bus de locomoción colectiva para que me entiendan los no-chilenos).  Sus conductores eran bien brutos, buena parte de ellos, y trataban pésimo a los estudiantes, que me tocó vivirlo en persona por años y hasta discutir con dichos trogloditas; el tema es que aquella vez me sobresalté, cuando el chófer interrumpió mi lectura gritándome muy pesado:
 
   - ¡Da el asiento!
 
    Entonces un señor que iba acomodado a su lado, al parecer alguien de confianza suyo, dijo con uno tono muy comprensivo:
 
    - Le gusta leer.
 
    Me alegra que esa mafia de las micros amarillas se haya acabado, que ahora es norma atender bien a todos los pasajeros. claramente cavernícolas como ese no entienden cómo un buen libro puede cautivar te tanto.
   Ya estaba casi terminando mi pregrado, cuando estrenaron la segunda adaptación para el cine de Pantaleón y las Visitadoras (hay una BIEN antigua, que nadie la conoce).  Esta vez los peruanos se esmeraron en hacer una producción que le hiciera justicia al libro, una verdadera pieza de carácter internacional.  Llena de mujeres hermosas, que para nada iba a negar tanta belleza femenina, quedé prendado del enorme atractivo masculino de su protagonista (quien, como muchas de sus compañeras de rodaje, nos regala un inolvidable desnudo frontal).  Asistí al cine a disfrutarla y luego me la repetí varias veces, que la tuve en VHS Y DVD; ahora tengo muchas ganas de gozarla en mejor calidad, aunque me ha costado pillarla en Full HD.
   El siguiente texto que disfruté de Vargas Llosa, fue La Tía Julia y el Escribidor.  Supuestamente de carácter autobiográfico, aborda la juventud de nuestro novelista y sus experiencias junto a las dos personas que más lo marcaron, en tal época, para el resto de su existencia: Una atractiva mujer mayor con la que establece una relación amorosa (la Tía Julia) y un humilde autor de radioteatros (el Escribidor).  Respecto a este tomo, me encontraba haciendo uno de mis últimos ramos de mi licenciatura y pedagogía, me tocó realizar una clase didáctica para el profe y mis compañeros; entonces se me ocurrió tomar los "relatos enmarcados" que aparecen en el mentado libro y abreviarlos, dejándolos inconclusos como sucede en el tomo, para hacer que la audiencia les hiciera un final... El resultado fue satisfactorio y conseguí la nota máxima.


   Por cierto, volviendo atrás en el tiempo, una vez en la universidad cuando estaba en mi primer o segundo año (lo más probable es que era 1994, cuando estaba en Filosofía, que al año siguiente me cambié a Castellano) en un puestecito de venta de libros usados (de esas ventas informales que me encantan, en las que sobre un género o plástico los "caseros" ponen sus artículos a exhibición) tenían La Guerra del Fin del Mundo.  Era una edición económica, aunque no pirata (que me cargan y no las compro, por feas y mal hechas) y no dudé en adquirirla ¿Me van a creer que a la fecha aún no lo leo? Como justificación puedo decirles que, por un lado, se me olvida que tengo este libro y, por otro, no me atrae mucho la versión que poseo, que tal vez si me lo comprara en una de mejor papel (esta tiene hojas de papel romeo y la portada es genérica, cero arte y es que pertenece a una colección de literatura general) y más atractiva, de seguro me animaría a leerla de una vez (de hecho, ni siquiera sé de qué se trata, pues, más encima, no es un título muy divulgado de su autor).
    Hace unos veinte años, más o menos, llegó a los kioscos chilenos una preciosa colección en tapa dura de Vargas Llosa; tontamente solo compré cuatro títulos y ahora les hablaré algo de ellos.  El primero que me leí de estas adquisiciones, fue La Historia de Mayta, un libro que noveliza un curioso caso real de Perú, acerca de un quijotesco comunista y su fracasado intento de provocar una revolución marxista en su país (no recuerdo bien si por medios violentos).  El texto me gustó harto, pero a diferencia de los otros mencionados arriba, no llegó a fascinarme tanto (de hecho, solo recuerdo el detalle de que su protagonista era homosexual de closet, lo que me dejó con la sensación de que Vargas Llosa era homofóbico, porque se veía como una desviación la orientación del personaje, quien se avergonzaba de ello).
    El siguiente libro de la colección de los kioscos que me leí, fue La Fiesta del Chivo, una verdadera joya por donde se mire; les estoy hablando de una obra ambientada en República Dominicana, abordando la atroz dictadura militar de Derecha de Trujillo (pese a su cambio de orientación política, nuestro escritor no dejó de abrazar los valores universales humanistas).  Se trata de uno de sus trabajos más virtuosos, que me atrapó al mismo nivel de mis lecturas juveniles.  Más encima, tiene una adaptación al cine muy recomendable, en la que actúa la preciosa y bastante talentosa Isabella Rossellini, una de mis actrices favoritas (y musas de mis años mozos).  Esta es una de sus obras que le he dado a leer a mis estudiantes; justamente al respecto, el colega que escogió este texto para el Plan Lector del colegio, en el que trabajábamos juntos, al año siguiente de esa experiencia me contó que una ex alumna suya, se había comunicado con él y entre las cosas que le dijo fue que, pese a tratarse de un libro tan extenso, le había gustado mucho y le daba las gracias por presentárselo (me alegro por esto, que da gusto cuando como maestros conseguimos entusiasmar en la literatura a los jóvenes; empero, hoy en día no pondría este libro como lectura domiciliaria, pues en verdad es demasiado extenso para el colegio).


   El Paraíso en la otra Esquina, esta vez Vargas Llosa adentrándose más en el pasado con la narrativa histórica, fue otro de esos libros que pude saborear gracias a la mentada colección.  Solo recuerdo que trata acerca del pintor Paul Gauguin y su período final en una isla polinésica.  Sé que disfruté mucho de esta novela, si bien nada más puedo traer a colación suyo, que el resto lo tengo olvidado (no obstante, valoro que me haya dejado sensaciones de mucho deleite lector).
    El caso de La Casa Verde, que también lo conseguí en las mismas compras ya mencionadas, es distinto.  Resulta que esta pieza me aburrió tanto, que ni siquiera llegué a las 100 páginas, así que lo dejé de lado.  A ver si algún día le doy otra oportunidad.
   Pasó más de una década, si no me equivoco, cuando retomé a Vargas Llosa.  Un matrimonio amigo para un cumpleaños, me obsequió Travesuras de la Niña Mala, al cual le tenía muchas ganas, ya que había leído puras alabanzas al respecto.  Pero cuando me dispuse a adentrarme dentro de él, me di cuenta de que era una edición pirata y ya les he dicho que pienso sobre estos artículos (en cambio sí leo y compro libros usados, que desde niño me fascinan y más si son títulos descatalogados, que poseo muchos al respecto;) así que lo guardé cuidadosamente y luego se lo regalé a quien le daba lo mismo recibir un volumen en tales condiciones.  Poco después adquirí una versión en tapa dura, de esas mismas de los kioscos.  La espera valió la pena y fue mi primer y único post, hasta antes de este otro que ahora lees, dedicado a Vargas Llosa.  Como mi memoria es frágil, pese a ser mi novela más reciente suya, casi nada recuerdo al respecto; solo tengo la certeza de que trata sobre un amor tormentoso y una atractiva mujer que pasó por aberraciones sexuales, así como sé muy bien que la pasé estupendo con esta perla.
   Tengo pendiente en mi biblioteca (que ocupa un montón de muebles) tres títulos más suyos: Elogio a la Madrastra y uno del cual no recuerdo su nombre; el tercero es Conversación en la Catedral, el que deseaba conseguir y leer hace años.  Este último lo compré a un precio increíble y en una edición preciosa; lo que me llamó la atención de dicho volumen, es que dice en la tapa "Versión íntegra" (¿O será Edición completa"?), que me parece solo hace poco se publicó en tales condiciones (o sea que antes le faltaban páginas, tal vez por censura o considerarla demasiado grande como para imprimirla, tal como en su momento sucedió con The Stand, del Tío Steve).

Era Edición Definitiva lo que decía, je.

   Cuando salió la edición de la RAE conmemorativa del cuarto centenario de El Quijote de la Mancha, en un tomo bellísimo, no dudé en comprarla; en ella viene un ensayo de Vargas Llosa, hecho en especial para dicho ejemplar. Lo anterior era todo un plus a la hora de obtener tal versión; trabajo suyo que me agradó harto.  No hace mucho le di a leer ese ensayo a mi curso de Argumentación y tengo el recuerdo de haber trabajado con otro texto suyo, de similares características, en un anterior año para esa asignatura (aunque no me acuerdo de qué iba, je).
     Harto he escrito ya, que procuré revisar todas mis memorias sobre Vargas Llosa y, como bien pueden apreciarlo, en efecto me ha acompañado gran parte de mi vida (mucho más de la mitad de ella).  Ya es hora de despedirme, por ahora, que tengo otras elegías en prosa por realizar, pues mucha gente valiosa para mí se ha ido este año (incluso la madre y el padre de dos queridísimos amigos, gente amada a la que si conocí y con quienes compartí bellos momentos). Tempus fugit y el cauce de la vida con sus reglas intocables se hace evidente; por lo mismo, a disfrutar del tiempo con que contamos, aprovechando de hacer lo que más nos gusta, mientras se pueda y, de paso, honrando a nuestra manera a quienes nos regalaron su presencia (ya sea de manera física, como intelectual y espiritual).
    Gracias, Mario, por toda la belleza que nos has dado.

¡Qué guapo era este caballero!

miércoles, 11 de junio de 2025

Dolorosos adioses (I)

     La décima temporada de Doctor Who moderno se demoró un año exacto en estrenarse, ello con su capítulo cero, o sea, su propio especial de Navidad.  El show, para esta ocasión, significó no solo el tercer y último año del Duodécimo Doctor (interpretado de manera tan magistral por Peter Cappaldi), sino que también significó el final de Stephen Moffat como showrunner del espectáculo.  Y no podemos olvidar que el anterior tomó el relevo de Russel T. Davies cuando este abandonó la serie por motivos personales (que no creativos); de modo que Moffat aportó al personaje durante seis temporadas, enriqueciendo su mitología e incluso actualizando viejas ideas de la manera más formidable.  Stephen Moffat superó con creces a su predecesor (y no es primera vez que lo afirmo por acá), dándonos personajes inolvidables (salvo la gran Donna Noble, creada por Davies) e historias poderosas desde los principios del regreso del Doctor a la pantalla chica (de su autoría son el gran Capitán Jack Harkness y los pavorosos Ángeles Llorones).  Por lo tanto, tenemos razones de sobra para lamentar tanta despedida...
    ¡Pero mejor a disfrutar este último año juntos, que se nos viene de numerosos gustos para darnos!
 
0- El Regreso del Doctor Misterio: Nuestro Señor del Tiempo conoce a un adorable niño en plena Noche Buena.  Muchos años después para el chico, ahora convertido en un hombre adulto y joven, su vida ha vuelto realidad sus sueños de pequeño, motivado por sus lecturas infantiles y/o fantasiosas.  Y es que su encuentro con el Doctor, debido a un gracioso accidente, le concedió poderes que le han permitido convertirse en un superhéroe.
     En la historia aparece la raza del extraterrestre de cabeza , que vimos en Los Maridos de River Song y quienes serán los villanos de este otro especial de Navidad; además, conoceremos su verdadera identidad, muy inspirada en los filmes de ciencia ficción de Clase B, de antaño y quienes, más encima, nos recuerdan a los ñoños amantes de las aventuras de Superman clásicas, a viejos enemigos suyos (que yo solo vi en unas viñetas de la versión para diarios, que en los ochenta sacaba un periódico nacional).
     Bueno, teniendo en cuenta lo anterior, cabe mencionar que este capítulo es un homenaje a las historietas de justicieros enmascarados y con trajes apretados (je) y es que el coprotagonista de esta entrega, su cuarto cuando era chico, lo tenía lleno de pósters de DC y Marvel.  Más encima, el episodio resulta ser una sentida reinterpretación al mismísimo Hombre de Acero, incluyendo una particular Louise Lane.
    Cabe mencionar que regresa el gracioso socio de River Song que conocimos en el mentado especial anterior, ahora convertido en companion del Doctor y quien estará a su lado durante todo este año (al menos).

 
1.  El Piloto: El profesor lleva un buen tiempo trabajando en una universidad, dando clases allí hace décadas al parecer (¡Es increíble lo que puede hacer como viajero del tiempo cuasi inmortal!).  Allí se le ve interesado en una chica, quien trabaja en la cocina y frecuenta sus sesiones, aunque al parecer no está matriculada allí (cierta escena nos da una pista al respecto, pero habrá que esperar que la temporada se desarrolle, supongo, para saber la verdad) Nardole.
    Bill Potts, la muchacha de quien les he hablado, se siente atraída por una estudiante (lleva orgullosamente los colores gays en su indumentaria y todavía debo descubrir si es lesbiana o bisexual), quien está influenciada por una fuerza alienígena aterradora que la quiere a ella también.  Es, entonces, cuando debe intervenir nuestro querido Doctor.
    Este es el divertidísimo debut de la nueva companion (otra muchacha afrodescendiente, eso sí, muy distinta a la preciosa Samantha Jones) y la confirmación de Nardole, a quien ya vemos por tercera vez, en un rol similar (el cual resulta ser alguien también bastante sui generis, en comparación a lo que habíamos visto hasta ahora) ¿Conoceremos su historia alguna vez?
   Por cierto, queda de manifiesto desde el principio el gran misterio de la temporada: El Doctor no puede salir de la Tierra, ni abandonar su nuevo hogar en la universidad, pues debe cuidar una especie de bóveda y su contenido ¿De qué peligro y/o misión se tratará? La despedida del Duodécimo Doctor y Moffat se viene potente.
 
2. Sonríe: El primer viaje del Doctor, por opción propia, junto a su nueva companion (y solo los dos, que Nardole solo tiene una breve aparición y todo ello de manera muy graciosa e intrigante).  Nuestro Señor del Tiempo le ofrece a Bill (¿Ese es su nombre real? Tan masculino, lo que acentúa su lesbianismo, lo que al menos a mí me parece) viajar al pasado o al futuro, a lo que la muchacha opta por esto último; es así que llegan a otro planeta, a una de las primeras colonias humanas en planetas alienígenas.  Allí y entonces se encuentran con una pulcra ciudad manejada por unos robots, quienes gracias al prologo ya sabemos son una amenaza.  Así que les toca a ambos viajeros descubrir qué ha pasado con los colonos y salvarse de las entidades artificiales asesinas.
    La escenografía es hermosa e imponente, al punto que uno se pregunta si se trata de un lugar diseñado mucho antes con otras intenciones y que les prestaron para filmar allí el capítulo.
   Igual episodio me pareció algo aburrido y esa manía woke de Doctor Who de poner tanto personaje de origen indio me parece demasiado forzada, aunque no me molesta (pero es evidente su discurso "bien intencionado").  De hecho, estos dos nuevos companions no son personas atractivas físicamente, si las comparamos con sus predecesores y eso no solo me llama la atención, sino que lo celebro al darle una cuota más realista al show.
 
3. Hielo Quebradizo:  Bill y el Doctor viajan a la Inglaterra de principios del siglo XIX, haciéndonos conocer un evento desconocido por muchos (entre ellos yo) y que le llaman Feria del Hielo; esto último corresponde a un evento de comercio y festivo que se realizaba sobre el Río Támesis cuando se congela (¿O se lo habrán inventado?).  En medio de todo esto, para variar, la gente está desapareciendo y le toca a la nueva pareja descubrir lo que está pasando.
   Una historia algo débil y, más encima, no tan entretenida si se compara con otras del show, que pese a todo posee sus elementos interesantes: Un mensaje ecológico acerca de la explotación de los recursos naturales y de la fauna (descubran cómo se ve esto en medio de tan singular escenario), así como otro centrado en el abuso de los poderosos hacia los más pobres y el racismo (con un villano aristócrata detestable y bien maniqueo).
    Y si hablamos de racismo, por fin la serie reconoce su elemento woke (que se lo perdono), al referirse a lo "raro" de tener gente negra en capítulos sobre el pasado de Gran Bretaña y todo como si no hubiese existido la esclavitud y el racismo en aquellos años.
 
4. Toc Toc: El terror vuelve a uno de mis programas favoritos, con una historia ambientada en el presente.  Bill junto a un grupo de amigos de lo más simpáticos, andan buscando una nueva casa en la que vivir juntos; es así que llegan hasta una especie de mansión, en la cual vive un supuesto adorable anciano.  Por supuesto, que allí hay gato encerrado, y es que en dicho lugar unos bichos hacen peligrar la vida de los recientes inquilinos; aunque, menos mal, el buen Doctor recela del lugar y se ha obstinado en echarles una manito.
    Un gran episodio con una trama tanto emotiva, como retorcida en torno a las motivaciones del villano de turno.  Sumemos a todo esto, el hermoso diseño de la criatura que vive en el hogar temporal de Bill.

La hermosa criatura de Toc Toc.
 
5. Oxígeno:  Primer viaje del Doctor junto a Bill y Nardole desde El Piloto, que luego del mentado episodio solo vimos a este último unos pocos minutos.  Es así que acude junto a ambos nuevos compañeros por una llamada de auxilio lejana y en el futuro, en una estación espacial en la cual casi todos sus tripulantes han fallecido.  Allí descubren las espantosas razones de estos decesos, las que son un llamado a reflexionar acerca del abuso de las empresas con el público y sus trabajadores (y así cómo nosotros mismos aceptamos estos atropellos de dichas instituciones, sin rebelión alguna).
    Dentro de lo mejor de esta pieza, tenemos el comienzo, un homenaje retorcido a Star Trek, la atmósfera que nos recuerda a una historia de zombies y, en especial, el impactante final (que daría pie a los eventos de la siguiente aventura).  No obstante, se trata de un episodio, que al menos a mí, me parece débil y hasta poco interesante como una totalidad.
 
6. Extremis: La mitad de la temporada viene a ser lejos lo mejor en lo que va de esta, que hasta el momento me ha parecido esta la más débil (o menos buena) de todas las que le anteceden... Y es que en verdad esta historia es impactante.
   El Doctor no quiere que Bill sepa de las secuelas que le trajo su última aventura, si bien Nardole conoce la verdad.  Su permanencia en la universidad sigue su curso, aunque allá tampoco saben de su actual condición; es cuando llega nada menos que el Papa, pidiéndole ayuda sobre un libro maldito.  Nuestro héroe accede y lo acompañan sus nuevas comparsas, adentrándose en una misión llena de horror y existencialismo; todo con giros argumentales sorprendentes.
    Que aparezca ¿Por primera vez? el Vaticano y se juegue con su añeja tradición y secretismo no es solo lo único que enriquece esta pieza (que, no podemos negar, resulta una decisión dramática y ficticia muy osada, la que me fascinó sobremanera), sino que por fin sabemos quién está detrás de la bóveda que debe cuidar el Doctor.
 
  
Las horribles entidades de Extremis.
 
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