En
1998 irrumpe en el panorama literario el escritor inglés China Miéville, quien
casi desde su primer trabajo logró provocar un impacto positivo en el público y
la crítica, gracias a su poética prosa, mezclada con elementos grotescos
(violencia gráfica y elementos gore propios del cine de terror,
cómics y otras expresiones artísticas y culturales del mundo contemporáneo), la
crítica y sátira social de izquierda y personajes lo suficientemente bien
desarrollados como para atraer al lector.
Esta primera obra con la que el autor con más aspecto de rockero que de
literato (rapado, con aros y tatuajes, como además musculoso), corresponde a su
novela de fantasía para adultos El Rey Rata, especie de continuación
del clásico cuento de hadas El Flautista de Hamelin de los
hermanos Grimm y el cual en todo caso estaba basado en una oscura leyenda
medieval como gran parte de sus textos recogidos de la tradición oral.
La
novela trata sobre un hombre común y corriente, Saul, un tipo cualquiera sin
mayores atributos, quien de regreso a su casa paterna, se encuentra con la
desagradable sorpresa de que su padre ha muerto en situaciones sospechosas,
convirtiéndose él en el primer sospechoso del aparente asesinato. Cuando es llevado detenido mientras se espera
saber la verdad, irrumpe como por arte de magia un extraño individuo quien le
dice tres cosas: primero que es el rey de las ratas, segundo que es su tío y
tercero, que el verdadero culpable del fallecimiento de su padre anda detrás suyo
para también eliminarlo.
Tío y
sobrino escapan y así el protagonista inicia un viaje sin retorno en el cual
descubre sus olvidadas raíces, conoce la oscura figura de quien desea su
exterminio y lo más importante, asume su lugar en la tierra tras una vida llena
de insignificancias hasta el momento.
Conoce además el mundo desde un nuevo punto de vista, oculto a los ojos
del resto de los mortales: una ciudad subterránea llena de catacumbas, que
pareciera ser un leiv motiv tan caro
a los autores ingleses desde el clásico La Máquina del Tiempo de H. G. Wells
con la polis troglodita de los morlocks, pasando por Neverwhere de Neil Gaiman
y la saga de Túneles de Roderick Gordon y Brian Williams.
Considerando la anterior, es que la ciudad de Londres donde es
ambientado el libro, cobra un especial protagonismo, tal como en Imagica
del también muy inglés Clive Barker; en ambos textos el antiguo y
cosmopolita centro urbano se abre para los personajes y los lectores, como un
sitio donde lo sobrenatural, lo maravilloso y lo grotesco se encuentran ocultos,
pero vivos, otorgándole su especial impronta.
Quien
persigue a Saul, resulta ser nada menos que el Flautista de Hamelin, un ser
para nada amable, quien sólo desea tener control sobre las cosas e incluso su
destrucción, puesto que no sólo es enemigo de los roedores, si no que de toda
criatura viviente. Este personaje es
descrito con una completa falta de atractivos físicos y psicológicos, salvo en
su experto dominio musical, aparte de su gran fuerza que sólo usa para lastimar.
A lo
largo de su periplo entra en conocimiento de una historia que tristemente no
era ficción como se creía. Además no
sólo el Rey Rata y el Flautista son los únicos seres extraordinarios que
habitan en el mundo: también están Ananzi, el señor de las arañas y Loplop,
quien manda entre las aves (se menciona a otros seres del mismo tipo, pero no
aparecen más dentro de los acontecimientos).
Miéville,
tal como su compatriota y colega Neil Gaiman (otro artista con aspecto de
rockero, pero más chascón y delgado), toma acá la tradición oral folclórica y
religiosa, para darle un corpus más literario y artístico, sin olvidar tampoco
brindarle su aspecto mucho más adulto, ya sea en el desarrollo de los temas
presentes, como en el dramatismo otorgado. Si bien desde sus inicios las historias de las
que se nutren estas obras actuales poseían un claro elemento terrorífico (a
Caperucita Roja se la quiere comer el Lobo, lo mismo que la bruja desea hacer
con Hansel y Gretel, por no mencionar otros casos), hace ya un buen tiempo que
se vienen creando historias inspiradas en cuentos de hadas, pero quitándoles su
carácter más ingenuo y convirtiendo a sus protagonistas en mayores de edad. Es así como bien en el cine actualmente se
están estrenando películas que cumplen con estas características, tales como La
Chica de la Capa Roja, Blanca Nieves y el Cazador y Hansel
y Gretel cazadores de Brujas. El
mismo Neil Gaiman ha escrito por lo menos una obra inspirada en los cuentos
infantiles, pero todo visto desde los ojos del mundo actual: Coraline.
A su vez en sus libros Los Hijos de Ananzi y Dioses
Americanos de igual manera usó a Ananzi dentro de sus personajes.
Portada del primer número de una serie de cómics guionizada por Miéville. |
Este
primer libro ya muestra algunos de los intereses literarios e intelectuales de
su autor, como por ejemplo en el protagonista de la novela y el diseño de su
personalidad, tal como el científico de su obra más famosa, La
Estación de la Calle Perdido.
Ambos son personajes que viven dentro de cierta clandestinidad, supuestos
perdedores que se ven enfrentados a un gran reto que hace salir de ellos al
héroe que llevan dentro, puesto que además los acontecimientos que se han ido
desarrollando a su alrededor los sienten como parte de su responsabilidad,
teniendo que resolver los conflictos al respecto. Los dos seres aparentemente son poco
atractivos, no obstante son inteligentes, de carácter amable y valientes
(puesto que las circunstancias y los sentimientos de culpa y responsabilidad les hacer sacar lo mejor de sí mismos). Por lo tanto, a lo largo que transcurren los
hechos, los protagonistas de las dos novelas descubren su papel en el mundo,
asumiéndolo, aún a costa de sacrificios, lo que conlleva a que la vida que
hasta hace poco tenían, ya no vuelva a ser la misma; en otras palabras, se
podría decir que el camino a la autenticidad, lo que significa reconocerse a sí
mismo, consiste en adaptarse, cambiar frente a lo que se avecina, pues como
dice el dicho “camarón que se duerme, se lo lleva la corriente”.
Otro
elemento que comparten los dos textos, es la preponderancia que le otorgan al
arte, como una manera de expresión de la individualidad y comunión con los
demás. Si en La Estación de la Calle Perdido es
la escultura la que cumple un rol importante, es en El Rey Rata que la música
(considerada una de las manifestaciones artísticas más sublimes y universales
que existen) cumple un verdadero rol dentro de la novela. Por lo tanto Miéville se da el gusto en su
primer libro, de hacer que varios de los personajes del libro sientan su misma
pasión por la música, específicamente el llamado Drum´ n Bass, estilo de
corte electrónico y bailable (el autor no deja de hacer los agradecimientos
respectivos a quien lo maravilló con dicho arte). Tanto Saul como sus amigos, en especial
Natasha, quien será la herramienta usada por Pete, el flautista, para sus
oscuros designios, disfrutan de este pasatiempo. Es así como retomando la idea mítica y
legendaria desde las historias de Orfeo, pasando por el original Flautista de
Hamelin, de que la música puede encantar a humanos y bestias, el escritor
convierte esta expresión de arte en el elemento unificador de todas las tramas
y personajes de su obra; pero como también es una obra que posee
características propias de la literatura de terror, hace que la misma música
pueda convertirse en un medio para el control y la tortura (lo que no es algo
nuevo, puesto que se sabe que algunos torturadores hacen escuchar una y otra
vez el mismo tema a sus víctimas, provocando en vez de placer, verdadero
sufrimiento). Considerando que Pete hace
uso de sus talentos para el mal, se puede observar acá la idea de que en el
artista bien puede estar presente cierta oscuridad en su interior, por no
hablar de una insanía que raya en la locura (necesariamente los artistas no son
las personas más “normales” del mundo); así la música como recurso para
controlar a las masas (tal como la usa
Pete), se traduce en esta novela en una extrapolación del poder cuasi
hipnotizador de las malignas figuras, que a lo largo de la historia con sus
discursos han influenciado negativamente sobre el pueblo: Hitler, Stalin,
Rasputin, por no mencionar una larguísima lista que incluso llega hasta mi
propio país Chile.
Tanta
referencia técnica al Drum´ n Bass, bien puede llegar a
aburrir al lector no iniciado, incluso hasta más o menos la primera mitad del
libro, la lectura se hace lenta y pareciera que el texto no va a terminar bien;
no obstante cuando Pete comienza de lleno a hacer de las suyas y demostrar su
verdadera crueldad, el libro se torna mucho más interesante e impresiona ante
la descripción gore de sus acciones; vez que se enfrentan Saul con su
contrapartida, la narración se convierte en un vehículo que corre a gran
velocidad, sin importar las consecuencias sangrientas que pueda provocar.
Siendo una primera novela algo breve (poco más de 300 páginas en su
edición en español), no es un libro que tenga tantos personajes y se les
dedique mayor desarrollo, si bien se podría decir que la trama pende de la
presencia de tres personajes masculinos, quienes tal como en una tragedia
griega o en un western, chocan entre sí en cuanto a sus voluntades y deseos:
Saul, el Rey Rata y Pete. De este modo,
la trama se desenvuelve en base a lo que realiza cada uno de ellos y la
oposición de estas tres fuerzas, tres oponentes que representan manifestaciones
diferentes de la naturaleza masculina de acción y reacción. Los tres desean el control de lo que los rodea,
siendo que el Rey Rata pretende recuperar el dominio perdido hace tiempo de sus
súbditos; Pete el vasallaje de todo lo que se le antoja, sin importarle que
ello signifique la destrucción y el caos; mientras que Saul, más humilde, busca
el poder sobre su propia vida, para llegar a cierto orden que siente perdido
tras la irrupción de los otros dos varones en su existencia.
Aparte de su gusto por la música e interés político, es sabido que China
también siente pasión por el mundo de los cómics; de este modo en determinado
momento, Saul se ve a sí mismo como a un personaje salido de una historieta de
superhéroes. Así Saul cual uno de estos
personajes en sus orígenes, adquiere sus bizarros poderes, sin no antes tener aprender
a dominarlos y conocer a su Némesis. Lo anteriormente descrito, puede verse
como un homenaje del autor a las historietas, siendo que dentro de su autoría
se encuentra un especial de Hellblazer, consagrado cómic de
origen igualmente inglés para adultos, que cuenta las aventuras del médium John
Constantine, en la línea Vértigo de DC cómics; además es el escritor encargado
de revitalizar con sus historias a un particular superhéroe del pasado de DC,
en el cómic Dial H.
El
mismo nombre de Saul, de claras connotaciones bíblicas, le otorga su carácter
mesiánico al personaje, quien debe resolver los problemas que traen las figuras
del Rey Rata y Pete con sus intervenciones.
Es así como al final de la obra, Saul, ya cumplida su tarea, opta por
una alternativa que bien demuestra la calidad de su corazón. Con el acto final del protagonista, Miéville,
deja claro su pensamiento político de que la monarquía es algo atrasado, que
corresponde a otro tipo de totalitarismo que debe ser erradicado y que sólo es
posible la justicia y la armonía cuando el pueblo tiene en sus manos la
libertad para decidir su destino por sí mismo.
El talentoso autor dando una conferencia. |
Amigo,
ResponderEliminarEncontramos otro caso de diferencias.
Sin duda sus textos son interesantes, pero no ha sido capaz de cautivarme, incluso a ratos lo que me ha generado es decepción.
A mi parecer sus libros parten con grandes promesas que no me queda claro que cumpla. Siendo honesto puede ser un caso de espectativas... uff siempre las espectativas.
Un abrazo
Qué increíble lo que dices, Iván. Bueno, cada vez me queda más claro que la apreciación estética es algo tan subjetivo. Quizás debas darle la oportunidad a sus cómics, que a lo mejor sí puedan llegar a cautivarte (yo quiero PURO leerlos).
ResponderEliminarSe nota que te gusta de lo que escribes, me ha entretenido muchísimo tu artículo=)
ResponderEliminarTe dejé la respuesta de lo que me pediste en mi blog, si no te resulta me avisas.
Saludos.
Muchas gracias, Damablanca, por pasearte por acá. La verdad que lo del blog es una de mis pasiones y supongo que tú lo has descubierto con el tuyo. Vi que publicaste algo más de Brianne, pero como aún no leo "Tormenta de Espadas", no quiero "contaminarme" con información. Vi hace rato que me contestaste mi petición, pero no supe solucionar el entuerto...¡En fin, a ver si cuando visite a otro amigo experto, me pueda ayudar!
ResponderEliminarUna historia interesante como la estacion de la calle perdidoobra que tambie ansio leer con muchas ganas.
ResponderEliminarEn cuanto a lo que mencioabas sobre la musica, de que asi como tiene la facultad de general placer al oyente como una pieza artisticamete sublime, puede torturar, eso me recordo a los caballeros del zodiaco, que existia mas de algun personaj que podia torturar a sus enemigos por medio de la musica.
Atte. Fabian Ibarra
Pues, Fabián, este autor ha sido toda una grata sorpresa para mí, lo cual en todo caso se lo debo a mi amigo Marcelo "GAIO" López por recomendármelo. Lo que más me gustaría, sería leer y tener sus cómics para DC. Ojalá pronto puedas disfrutar de sus escritos.
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