domingo, 15 de marzo de 2015

La saga en su mejor momento: “Danza de Dragones” de George R. R. Martin.


     Publicada en julio de 2011 en su lengua original y casi un año después en nuestro idioma, Danza de Dragones corresponde al quinto tomo de la exitosa saga de fantasía para adultos Canción de Hielo y Fuego.  A su vez a la fecha es el último tomo de la colección que ha sido editado, siendo que hace rato ya que su autor, George R. R. Martin, lleva prometiendo sacar el siguiente número, del cual ya se sabe su nombre (Vientos de Invierno) y cuyos breves adelantos mantienen expectantes a sus seguidores.  Tras tantos años de espera entre los libros 4 y 5 (el anterior data del año 2007) y del buen resto de personajes que en contra de lo deseado no salieron en Festín de Cuervos, al menos Martin contentó a sus lectores con un libro mucho más extenso que sus predecesores (pues posee sobre las mil páginas) y donde aparecieron un montón de sus protagonistas, incluyendo muchos de los que habían tomado el peso de la narración en el ya citado volumen cuatro.
     Tal como ya había advertido el escritor en sus explicaciones para sus dos últimas entregas de la saga, varios de los acontecimientos de Danza de Dragones ocurren al mismo tiempo que Festín de Cuervos, si bien transcurren en otros sitios de su vasto mundo ficticio.  No obstante gracias a la misma gran extensión del volumen, ya en cierto punto de la narración es posible avanzar en el tiempo y saber mucho más sobre lo que le sucede a varios de sus héroes, antihéroes y villanos; asimismo en determinados momentos el narrador nos cuenta con mejores detalles algunos eventos que ya habían sido abordados con anterioridad, aunque ahora desde otro punto de vista y de forma mucho más satisfactoria (como las órdenes de John Nieve a su amigo y subordinado Samwell Tarly, para que haga su especial viaje hacia la Ciudadela).  Teniendo en cuenta todo esto, el libro resulta ser mucho más complejo, grato y superior que su antecesor, el cual para muchos sin ser malo es considerado por buena parte de los lectores y la crítica, como el más lento y débil de la saga (quizás en parte por la ausencia en él de personajes tan queridos como Daenerys y Tyrion).
    El nombre de esta entrega se entiendo por un lado, debido a un valioso tomo de historia y ensayo sobre dragones, bastante antiguo y que se menciona en más de una ocasión en la lectura.  También su título alude a la vital importancia que cada vez van tomando los tres dragones de Daenerys para el desarrollo de la trama, si bien estos apenas aparecen hasta pasada la primera mitad del libro; no obstante su participación hacia el clímax de más de una de las historias paralelas, entrega a los lectores algunos de los momentos más impresionantes de esta entretenidísima saga.   De igual modo se puede hacer una lectura simbólica del nombre de la novela, donde los dragones como criaturas salvajes, vendrían a ser gran parte de sus personajes, quienes por diversos motivos se encuentran en la “danza”, que resultan ser sus empresas, con el objetivo de obtener poder y, por ende, la victoria por sobre los demás.
     En el texto cobran vital importancia los pensamientos de los personajes, a través de los cuales es posible conocer mucho mejor sus propósitos y con ello su psicología, en cuanto a la manera de cómo enfrenta cada uno las pruebas que les antepone el destino.  Las líneas destinadas a todo esto, además corresponden a muchas de las palabras que los sujetos se autocensuran, para lograr subsistir en un mundo tan peligroso como en el que viven y donde solo los espíritus más arteros logran conseguir salir lo indemnes del llamado Juego de Tronos.
     Tal como ya sucedió en los libros anteriores, Martin nos sorprende entregando el punto de vista de personajes que ya habían salido antes, pero a los que ahora les otorga preeminencia sobre  tantos otros.  También hace su inesperado regreso un antiguo e importante personaje, que supuestamente estaba muerto, si bien existían rumores acerca de su sobrevivencia; lo mismo se puede decir de otro, que si bien a diferencia del primero no “había muerto a ojos de los lectores”, en el libro anterior se mencionaba que había pasado a mejor vida.
     Si bien desde el principio del ciclo de Canción de Hielo y Fuego han abundado los personajes retorcidos, rastreros e insanos mentalmente, Danza de Dragones no puede destilar más esta oscura faceta de nuestra humanidad.  Tanta vileza se explica a la luz (o más bien a la sombra) de los maquiavélicos juegos de poderes que están involucrados en la saga; por otro lado la existencia de estos individuos, hombres y mujeres, no deja de hacer brillar a los verdaderos héroes, que luchan por sus mejores propósitos y que si bien a veces se ven obligados a tomar la senda de la violencia, siguen destacando aún porque carecen del gusto a la maldad de estos monstruos humanos (y además son capaces de actos desinteresados y de gran hidalguía).
     Entre tantos acontecimientos de relevancia y llenos de emoción, en medio de actos de heroísmo, verdadera villanía, muchos de ellos sorprendentes e intriga a raudales, se pueden destacar la breves, pero significativas referencias al pasado de dos de sus tantos carismáticos personajes…Por un lado se cuenta algo más acerca de la juventud de Lord Varys, el eunuco conocido como La Araña y del cual en lo que va del ciclo, poco se sabe sobre su intimidad; pues bien, acá se revelan datos sabrosos sobre sus años mozos y de cómo llegó en parte a convertirse en alguien con la posición privilegiada, que ya tenía desde Juego de Tronos.  A su vez también se hace mención al breve romance extramarital, que llevó al recordado Eddard Stark a tener un hijo “bastardo” y a luego llevárselo consigo para protegerlo (quizás esta revelación más adelante, tendrá mayor significado para los tiempos que se avecinan).

     El carácter de obra coral de la saga se evidencia en mayor medida, al estar dedicados sus capítulos a más personajes que nunca y esta vez, tal como en Festín de Cuervos, muchos de estos no llevan como título el nombre del personaje sobre el que giran, si no que uno con el que bien lo designan, como El Príncipe de Invernalia o La Niña Fea, o uno de nomenclatura de corte simbólica, tal como El Sacrificio.  De este modo el libro trata acerca de las aventuras y desventuras de…

      Varamyr: Un detestable cambiapieles, que al parecer salió por primera vez durante el ataque de los salvajes al Muro en Tormenta de Espadas (Bran y Jon poseen estas habilidades, si bien las usan con motivos menos egoístas).  Los suyos pueden ocupar los cuerpos de los animales e incluso de las personas, mientas los de ellos descansan; de este modo pueden espiar o atacar a sus enemigos, entre otras cosas.  Como sobreviviente de la masacre y derrota de su pueblo, su único episodio, lo muestra en su esfuerzo por sobrevivir, en lo que viene a ser un electrizante Prólogo para esta gran novela.
      Tyrion: Tras su azarosa escapada de Desembarco del Rey, le toca pasar peripecias como nunca con un montón de personas, luego de que Varys lo ayuda a cruzar el océano para salvar su vida y encontrarse con nuevos aliados (si bien tal como suceden las cosas, los planes no resulta tal cual se pretendía).  Entremedio conoce a unos nobles con secretos impresionantes, se encuentra con otro viejo personaje tras su caída en desgracia, conoce a una muy especial dama con la que poco a poco comienza a sentirse ligado, descubre las miserias de la esclavitud y termina en medio de un grupo de guerreros en una condición que no se le esperaba. Teniendo en cuenta lo que se le echó de menos en el tomo anterior, el escritor hace feliz a sus seguidores y, tras el Prólogo ya mencionado, de inmediato comienza la narración dedicándosela al enano más amado de la literatura (¿Alguien que se oponga a este título?), al cual además le entrega amplia cobertura a lo largo del libro. El llamado “Gnomo” hace alarde en más de una ocasión de su ingenio superior, sus comentarios irónicos de antología y su especial valentía que lo encumbra por sobre sus debilidades; no obstante tras sus cicatrices emocionales, luego de sus últimas experiencias en la sede del Trono de Hierro, se evidencia como nunca la soledad que reina en su gran corazón, en especial por el desprecio de su padre y la traición de la mujer a la que amó.
     Daenerys: La otra gran ausencia de Festín de Cuervos, aparece  durante buena parte del desarrollo de esta obra, a tal punto que le corresponde el tercer capítulo y el último antes del inesperado Epílogo del libro (aparte de todos los otros suyos entremedio).  Tras haberse quedado en la antigua ciudad esclavista de Meereen, haciendo lo posible por gobernar con justicia a sus súbditos, se debe enfrentar por un lado a su incapacidad para dominar a sus dragones, ahora que estos se han puesto menos dóciles y, por otro, a una serie de intrigas que solo quieren que desista de sus planes, abandone el lugar o muera para dejar otra vez el poder de la polis en manos de sus enemigos.  Daenerys hace lo posible por tomar las mejores decisiones, siempre pensando en el bien de su gente, lo que le otorga aún más sus atributos de mujer sabia y querida.  Entremedio, se ve involucrada en una guerra y más encima cuando ya todo pareciera arreglarse, tras unos cuantos sacrificios de su parte, se convierte en la protagonista de quizás el momento más apoteósico de todo el libro. Tal como se esperaba tras los eventos que precedieron a esta novela, su destino se cruza en una primera instancia con el de Tyrion, aunque de la forma menos esperada.
     Jon: Apareció brevemente al principio de Festín de Cuervos, no obstante aquí es el tercer personaje más importante de toda la trama, más todavía por el gran peso que tiene sobre sus hombros, por ser ahora el Lord Comandante de la Guardia de la Noche del Muro.  Tal como sucede con el resto de los héroes de esta saga, en esta novela Nieve demuestra una enorme capacidad para enfrentar las mil y una penurias que le toca vivir, en especial en su condición de líder lleno de responsabilidades; no obstante si bien su papel lo asimila a la chica Targaryen, su actitud demuestra mayor inteligencia que esta, debido a su astucia para crear nuevas alianzas, incluso entre quienes fueron sus enemigos; también destaca en él su manera protocolar para tratar a gente nefasta como la reina esposa de Stannis y algunos de sus caballeros; asimismo si bien tiene leales amigos entre sus hermanos de la Guardia, otros le manifiestan su desacuerdo por la manera de cómo está llevando los acontecimientos, lo que al final se convierte en una nueva preocupación de temer.  Es un hombre justo como pocos, todo un digno hijo de su padre, para quien tampoco hay descanso, pues le toca enfrentarse a varios frentes más aparte de los ya mencionados.
     Bran: El hijo lisiado de Stark encuentra aquí por fin la respuesta a varias de sus interrogantes y entre ellas el conocimiento acerca de cuál es su papel en todo lo que está ocurriendo.  En esta novela los hechos más maravillosos le suceden a él y a sus compañeros, ya que se encuentran por fin con los antiguos habitantes del bosque, quienes los protegen y comienzan a prepararlo para potenciar sus habilidades mágicas. 
     Davos: La Mano de Stannis es enviado por este en una misión de gran peligro, a buscar apoyo para su empresa; de este modo llega hasta nuevas costas, donde se ve involucrado en uno de los mejores engaños de todo en lo que va la saga.
     Theon: Quien no aparecía en las novelas desde su supuesta muerte en Choque de Reyes, acá es el personaje que más sufre de entre todos.  Si bien su comportamiento traicionero en el segundo libro, le hizo ganarse el repudio de todo el mundo, las múltiples vejaciones por las que le toca pasar, hacen que uno llegue a sentir compasión por un sujeto que es llevado a los peores extremos de la miseria humana.  Aun cuando alguien como Sansa tuvo su propia cuota de humillaciones, al menos ella contaba con la nobleza de corazón que le permitió mantenerse pura hasta cierto punto, en cambio al ya haber corrupción en el corazón de Theon, su degradación moral se hace evidente.  No obstante como uno de los temas más fuertes de Canción de Hielo y Fuego es el de la redención, hacia el clímax de sus capítulos pareciera haber conseguido algo de dignidad.   Lo narrado acerca de él en esta novela, demuestra que lo visto en la versión televisiva no era una mera invención de sus guionistas.  Por cierto, sus capítulos son algunos de los más divertidos de todo el volumen.
     Quentyn Martell: Hijo menor del príncipe Doran Martell, quien destacó bastante en Festín de Cuervos.  Es mencionado en esta cuarta novela, pero recién hace su estreno en esta última obra.  Si bien no es alguien que destaque por su atractivo físico (pues no lo tiene), sin embargo es un muchacho de talante ilustre.  Es enviado por su padre junto a un grupo de leales caballeros suyos, hasta donde nada menos que Daenerys, para hacerle una oferta de gran valor.  Por mucho que la opción de Martell valga más que la pena, una vez en Meereen se da cuenta que las cosas no son tan fáciles, pese a contar con la simpatía de la khaleesi.
    
Jon Connington: Aguerrido caballero de una importante familia aristócrata caída en desgracia, quien primero apareció en los capítulos iniciales de Tyrion.  En un principio se le vio como un hombre amargado (en todo caso, razones no le faltaban para su actitud), el cual además resultaba algo desagradable debido a su poca simpatía con el hijo menor de los Lannister; empero luego demostró ser alguien mucho más complejo y por ende, más admirable, en especial una vez que se conoce su drama cuando se convierte en uno de los protagonistas, tras separarse del Gnomo.  Tiene su propia misión secreta y ella resulta ser una de las mayores revelaciones del libro, ya que tiene estrecha relación con el destino de los Siete Reinos.
    Barristan Selmy: La incorporación de su punto de vista dentro de la narración, resulta ser uno de los agregados más inesperados de este quinto libro; ello debido a que este personaje ya llevaba largo tiempo dentro de las páginas de la saga y en esta ocasión su importancia para la trama general se intensificó como nunca.  En Juego de Tronos tuvo un papel más bien sutil, a las órdenes del Trono de Hierro y luego tras su autoexilio, despareció de la trama hasta su reaparición encubierta en el Este, cuando se ofrece como consejero a Daenerys en Tormenta de Espadas y se descubre su verdadera identidad.  En esta obra luego de que la Madre sale de escena durante un buen resto de la narración, se ve involucrado en una confabulación de parte de los leales a Daenerys, para evitar que sus logros sean pisoteados por sus enemigos en Meereen.
     Melisandre: La “infame” Bruja Roja que sirve a Stannis Baratheon y que se haya en el Muro tras haber socorrido a la Guardia de la Noche durante el ataque de los salvajes, tiene un puro capítulo dedicado a ella en Danza de Dragones; no obstante es decisivo para llegar a conocerla mejor y darse cuenta como nunca que las cosas no son blancas y negras en el mundo de Canción de Hielo y Fuego, pues lo que se cuenta aquí de ella la humaniza como no se esperaba y demuestra que la mujer también posee su cuota de bondad (incluso pese a las atrocidades que había llegado a cometer con anterioridad).
     Arya: Uno de los personajes favoritos para muchos de los lectores (y los que ven la serie de televisión), regresa a la saga para su regocijo.  Tras haberla dejado en el tomo anterior en circunstancias bastante dramáticas, aquí se puede ver cómo la valerosa niña se ha acostumbrado a ello y superado tales pruebas, como incluso muy pocos adultos podrían lograrlo.  Con posterioridad la hija predilecta de los Stark continua con sus aventuras y pruebas de rigor, mientras  intenta conseguir los medios suficientes para hacer valer su nombre entre quienes alguna vez la despreciaron.   Arya no puede ser más admirable tras lo narrado en estas páginas, en especial por su férrea determinación.
    Asha: Uno de los tantos personajes femeninos de recia conducta, que tan bien le suelen salir a George R. R. Martin.  La guerrera hermana mayor de Theon, sigue mostrado aquí su espíritu indómito, si bien su orgullo llega a conocer la derrota y después, su dependencia con sus vencedores.  Su destino final en el libro, que  queda en la más absoluta incertidumbre, es uno de los que llegan a mantener en suspenso a los lectores, mientras esperan la publicación largamente aplazada de la próxima entrega de esta serie.
     Areo: Al recio capitán al servicio de Doran Martell, una vez más le toca ser testigo de las intrigas en Dorne, donde se están cociendo una serie de eventos que se supone logren su cenit en la novela que está por venir.  Tal como en el libro anterior, el militar más que un personaje claramente delineado, sirve como medio para conocer lo que ocurre en la ciudad nombrada, puesto que su actuar no es directo frente a lo que está pasando con los demás.
     Victarion: El tío de Theon y Asha vuelve a aparecer, consiguiendo por el azar o la intervención de fuerzas superiores, un valioso rehén que supuestamente lo llevará hasta la presencia de Daenerys, a quien pretende desposar y controlar.  Sus capítulos describen sus viajes por el mar junto a sus hombres, en los que va ganando barcos a medida que comete tropelías con los desafortunados que se cruzan en su camino.  Homofóbico, racista, sin ápice de humor y hasta cierto punto misántropo, es sin lugar a dudas un hombre violento y detestable.
     Jaime: Teniendo en cuenta el interés por nuevos capítulos dedicados al complejo Matareyes, su único episodio en Danza de Dragones resulta ser toda una decepción.  Las pocas páginas dedicadas al hermano mayor de los Lannister, lo muestran mientras realiza una misión de pacificación lejos de Desembarco del Rey, la que termina cuando al parecer va al encuentro de una vieja aliada.
    Cersei: A diferencia de Jaime, se le dedica mucho más espacio en esta obra a la más “perra” y turbia entre todas las mujeres maquiavélicas de la ficción de Canción de Hielo y Fuego.  Sus episodios en verdad llegan a ser muy divertidos, en especial cuando se narra su humillación pública, donde no obstante la ex reina regente mantiene su dignidad, pese a la difícil tarea que le toca pasar.   
     Kevann Lannister: El tío de los dos mencionados arriba, cierra este potente libro con un Epílogo, como nunca antes se había visto en esta saga.  Su único protagonismo en el libro permite introducir nuevos factores de relevancia en este “Juego de Tronos”, con la promesa de una serie de hechos impresionantes y decisivos, para lo que vendrá más adelante (además de permitir el regreso de un antiguo y popular personaje dentro de la trama).

    Muchos son los personajes secundarios nuevos o ya conocidos, que desfilan a través de estas páginas, no obstante tan solo dos acaparan mi atención (por una razón u otra) y hoy quiero destacarlos:

     Ramsay Bolton: El hijo natural de Roose Bolton, quien hasta hace poco no llevaba el apellido de su padre, debido a su condición de “bastardo” (por lo que era un “Nieve”), hace en este tomo su debut, tras ser mencionado varias veces en los libros anteriores.  Su personalidad psicopática lo convierte en uno de los personajes más retorcidos de toda Canción de Hielo y Fuego.  Su gusto por la tortura, el dominio absoluto de quienes se hayan bajo su poder, en apariencia hace creer que este sádico hombre solo desea disfrutar ante el sufrimiento de los demás a manos suyas; no obstante detrás de tan aborrecible naturaleza, se esconde un sujeto que solo desea satisfacer a su padre, más todavía por su bastardía, razón por la cual muchos de sus últimos atropellos los cometió para conseguir su venia y que lo convirtiera en heredero legal suyo (lo que trajo como consecuencia su cambio de apellido).  De este modo es un hombre inestable, con una necesidad enfermiza por conseguir el afecto de su progenitor, pues toda su vida se ha sentido desplazado.  Le gusta rodearse de tipos tan viles como él, si bien no como amigos, sino como servidores.  Es incapaz además de mantener relaciones sanas con mujeres, a las que usa y denigra hasta el punto de haber llevado a la muerte a muchas de ellas de forma atroz.

     Penny: Joven enana a quien conoce Tyrion durante su periplo en este libro, que no puede estar más lleno de giros argumentales.  Su encuentro en un principio resulta de lo más desafortunado, pues la muchacha lo acusa de ser el culpable de la muerte de su hermano mayor, razón por la cual lo trata de matar.  Cuando su familiar estaba vivo, ambos trabajaban haciendo espectáculos cómicos, ella montada en su puerca llamada Cerdita Bonita y él en su perro de nombre Crujo (claro homenaje de parte del escritor a Stephen King y a su famosa novela sobre el San Bernardo asesino Cujo).  Ambos estuvieron durante la desafortunada boda de Joffrey y ello la ligó para siempre al Gnomo, con quien luego los acontecimientos permiten llegar a tener una relación mucho más favorable.  Penny es alguien dulce e inocente, cuya personalidad contrasta con el resto de la gente que deambula entremedio de estas novelas.  

6 comentarios:

  1. A mi me gustó más Festín que Danza, aunque Danza está llena de material valioso para elucubrar, y sacar teorías. Los capitulos de Theon y Asha son geniales, y el último de Jon es grandioso. Jon me gustó mucho más en Danza.
    El camino que está siguiendo Tyrion es interesante, hay que ver si Martin se anima a echarle toda la tinta negra al pobre personaje.
    Uh, el destino de Jaime es de los que más me interesa, teniendo en cuenta la encrucijada en la que está y con quién está.
    El capitulo de Varamyr fue el prologo que más me ha gustado.
    En fin, hay que ver cuando tenemos el sgte tomo.

    Por cierto, ya leí Guerra Mundial Z, y es un libro estupendo, recomendadísimo!

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    1. ¡Qué alegría encontrarme de nuevo contigo por acá, Damablanca, y más cuando se trata de una saga que para ambos es tan importante! La verdad es que en mi caso igual me gustó mucho "Festín de Cuervos"...solo que extrañé mucho a quiénes bien sabes. Como bien te habrás dado cuenta al leer este texto, este último libro me encantó (si incluso tardé de adrede en terminarlo, pues no quería despegarme de él, sabiendo que quizás cuánto tiempo pasaría para poder leer el siguiente tomo). Habrá que esperar a la quinta temporada para conformarse, que en todo caso yo la veré cuando ya esté terminada (¿Hasta qué sucesos irán a cubrir de "Danza de Dragones"? ¿Es verdad que no saldrá Corazón de Piedra?). Pasando a otro tema, me alegra que te haya gustado el libro de los zombies, al cual por cierto hace rato ya le publiqué la segunda parte de mi análisis (que incluye la película). Nos estamos leyendo.

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  2. Ya quiero que se publique pronto "Vientos de invierno", lamentablemente faltan aun un par de años para tenerlo en mis manos. "Danza..." fue un gustito grato tras la ausencia de algunos de los personajes mas carismáticos en "festín...". Ahora que comenzó la quinta temporada de la serie de HBO es interesante ver los grandes cambios que harán y que cada vez son mas profundos entre los libros y la serie de tv, solo me dejare sorprender.

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    1. Qué gusto tenerte de nuevo por acá, Adrián! Con respecto a la tardanza para que en español tengamos "Vientos de Invierno", creo que debido al éxito de la saga no demorará tanto, una vez que se edite el libro en su lengua original. En cuanto a la serie, me esperaré hasta julio para verla, ya cuando esté terminada para verla toda seguida como lo hice con las temporadas anteriores; a su vez me intrigan mucho los cambios que tendrá. Por cierto...¿Sabías que lograron subir a la red los primeros 4 episodios antes de su estreno oficial?

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    2. Si, otra vez hay filtraciones, la temporada pasada (o la anterior no recuerdo...) paso lo mismo, yo creo que puede ser una estrategia de marketing o algo asi, ya otra vez es como mucho y mas 4 capitulos. No se si te gusta leerlos, pero te recomiendo que leas los avances de "vientos de invierno", hay textos de varios personajes.

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    3. Pues como no soy de esos de "La pura puntita", ya que me deja con gusto a poco, prefiero esperarme a tener el libro completo en mis manos.

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