…tras el resultado final de la adaptación televisiva
de su novela de ciencia ficción sobre viajes en el tiempo, 22/11/63 (2011),
considerada una de sus mejores obras. En
ella un profesor viaja a principios de la década de los sesenta, para evitar el
asesinato del presidente John Fitzgerald Kennedy, una de las grandes tragedias
del llamado “Sueño Americano”, por ser la muerte adelantada de uno de los
personajes más emblemáticos y esperanzadores de los Estados Unidos. Pues mucho antes de publicar esta obra, el
autor generó varias expectativas tras saberse algunos detalles de su argumento,
de modo que de inmediato hubo interés por conseguir los derechos para el cine o
la televisión; el deseo de conseguir tal privilegio por parte de los
productores aumentó, una vez que se editó el libro y fue todo un éxito además
de conseguir el beneplácito de la crítica, ganando varias nominaciones y premios. Pues tuvieron que pasar casi cinco años para
que se concretara la realización de la versión audiovisual de la novela, la que
se emitió entre febrero y abril de este año.
Con una cantidad de ocho episodios para ser lo más fiel a la extensión
del texto original (sobre las ochocientas páginas en inglés, lo mismo que en
castellano), la labor hecha por sus responsables no escatimó en realizar el
mejor trabajo posible, hallándose detrás de su creación el director, guionista
y productor J. J. Abrams, hace rato amigo de Stephen King (a quien desde
pequeño admiraba) y el cual hace rato deseaba hincarle los dientes a alguna narración
del escritor que estuviera disponible.
Además el propio autor se dio el gusto de acompañar a Abrams en la
producción de la miniserie, de seguro para evitar otro desastre artístico y
comercial como sucedió con la reciente serie La Cúpula, sobre otro
libro suyo.
Para potenciar esta propuesta mediática,
se contrató a un actor de cine en el momento más álgido de su carrera, al
talentoso y guapo James Franco, para interpretar a su carismático protagonista. Ahora bien, este ya había incursionado en el
formato televisivo, aunque gracias a 22.11.63 se puede afirmar que vuelve
a quedarse en la retina y la memoria del televidente por un buen tiempo (proeza
solo lograda tras alcanzar la fama en el mismo formato, cuando hizo del llorado
James Dean hace más de diez años atrás).
Pues con un histrión como este en el protagónico, tanto los seguidores
del novelista como los simples espectadores, podían tener clara la promesa de
esta versión de realizar algo verdaderamente magnífico. Respecto a la feliz intervención de este
artista, un detalle llamativo eso sí para alguien del mundo común y corriente:
¿Cuántos profesores de colegio, más encima de Literatura, podemos encontrar que
se “parezcan” físicamente a este actor? (pues quien escribe estas líneas se
dedica a la docencia y en toda su vida enseñando nunca ha encontrado a un
colega así de apolíneo como Franco, al menos en esta especialidad…¿Pero quién
quiere ver gente normal en pantalla
si puede deleitarse con la belleza y el glamour de quienes nos entregan estas
fantasías?).
Los primeros minutos de la miniserie
logran cautivar, con un monólogo filmado en primer plano, sacado textual de las
páginas del libro y que no deja de sobrecoger por el dramatismo con el que está
llevado a cabo; puesto que el contenido de las palabras de quien lo emite, se
transforma en uno de los elementos claves de la trama. El primer episodio resulta ser el más extenso
de todos, casi una hora y cuarto de duración, entregando de inmediato la
premisa de esta historia y dejando enganchado al telespectador, quien de seguro
querrá más y más sobre el periplo de su valiente héroe. La dicotomía que significa mostrar la
diferencia entre la actualidad y el supuestamente idílico pasado sesentero, se
convierte en un deleite para los sentidos; pues la verosimilitud con la cual
está recreado este década prodigiosa, despierta sin dudas añoranzas de una era
que si no tuvimos el gusto de vivirla, al menos sí tenemos encarnado en
nosotros su importancia para nuestro presente.
Utilería, vestimenta, peinados, escenarios y la música popular con la
que se apoyaron para realizar la recreación de todo, demuestra sin dudas que
hace rato ya que la televisión consiguió el mismo efecto de ensoñación y
perfección que el séptimo arte; pues la primera vez en que el profesor salta a
1960, el efecto audiovisual se expresa con toda su magnitud.
Luego de un impactante debut gracias a su
primer capítulo, el que le sigue a continuación quizás resulta ser aún mucho
mejor, en especial por su especial atmósfera que lo acerca a la temática de
terror en la cual Stephen King se ha hecho famoso. Ello puesto que a lo largo de su metraje, se
resuelve con un gran dramatismo el segundo motivo que tiene Jake Epping para
quedarse en el pasado, pues está decidido a enmendar la vida de uno de sus
alumnos preferidos y a quien conoció ya mayor y acabado. A todo esto se debe hacer notar lo realizado
por el igualmente atractivo Josh Duhamel, a quien le toca hacer de antagonista
y el cual con su impresionante porte y la caracterización que realiza, se
convierte en el personaje más siniestro de toda la miniserie. El clímax de esta segunda entrega deja la
vara muy alta en cuanto a las emociones que logra provocar y tal vez ello hace
que lo que le sigue haga algo más lenta la progresión del guión, hasta que por fin en el último episodio
se consiga el mismo nivel de tensión y calidad escénica.
Las otras actuaciones que podemos
encontrar en 22.11.63 (la adaptación cambia la forma para presentar la fecha
clave, concerniente al día en que fue baleado el mandatario, de modo de
diferenciarse del título del libro en el que se basa) son por supuesto de
primera y entre ellas hay que destacar dos, las que se encuentran bajo los
hombros de quienes vienen a ser los coprotagonistas del actor principal. Pues por un lado se encuentra una en verdad
angelical y muy femenina Sarah Gadon, quien a través de su personaje, la
bibliotecaria Sadie Dunhill, se transforma en la compañera sentimental del
crononauta. La sensibilidad con la cual
la Gadon toma a esta mujer de mediados del siglo pasado (con todo lo que
significaba ser una dama sujeta a sus rígidos patrones morales y de costumbres),
la convierte en uno de los personajes más entrañables de toda esta adaptación,
al punto de que resulta difícil no sentir empatía por ella. En el otro lado de lo que vienen a significar
los varios personajes de esta obra, se encuentra lo hecho por Daniel Webber,
quien completa la trinidad de esta miniserie; puesto que le toca tomar sobre
sus hombros, el peso que significa interpretar al mayor personaje “histórico”
de los que aparecen acá: Lee Harvey Oswald, el presunto asesino del presidente
Kennedy. Pues tal como Stephen King lo
quiso representar en su novela, Webber lo personifica como un hombre inestable,
aunque no malvado, lleno de aristas para evitar la fácil demonización de uno de
los criminales más tristemente célebres del siglo XX y a quien le entrega una
humanidad que sin vacilaciones consigue la compasión de uno ante su
desdicha.
Dentro de los actores que aparecen en 22.11.63, cabe
destacar la breve, aunque inolvidable contribución de la veterana y hermosa
Anette O`Toole, quien en solo un episodio (el segundo) acapara la
atención. Es así que su incorporación al
casting, bien puede ser considerada como un guiño a los más antiguos lectores
de King, ya que fue una de las actrices protagonistas de una de las miniseries
más recordadas (y queridas) sobre un libro de este escritor: It (1990).
Si
lo anterior vendría a ser una especie de homenaje al propio novelista y a sus “lectores
constantes”, en esta miniserie es posible identificar al menos otros dos
tributos: uno de ellos cuando aparece una tienda con el nombre de Machen`s,
en atención a Arthur Machen, escritor del cual Stephen King en más de una ocasión
se ha declarado admirador suyo (tal como lo manifestó en la dedicatoria de uno
de sus últimos libros: Revival). De igual modo, en otro local comercial que
visita el protagonista aparecen varios cómics de DC de la época, viéndose de
fondo varias portadas clásicas; de tal modo se observa la muy famosa Liga de la
Justicia Nº 1, con sus superhéroes luchando contra la estrella de mar alienígena
gigante Starro el Conquistador y la correspondiente al debut del segundo Flash,
Barry Allen, corriendo por una cinta de celuloide (pues debe saberse que el
señor King es un conocido amante de las historietas y en especial las
deceistas).
Como era de esperarse, la versión televisiva
no es un calco del libro y que por mucho que muchos fanáticos de King habrían
querido, ello es mejor que sea así (puesto que si se recuerda bien, las
versiones más valoradas de su ficción son aquellas que logran convertirse en
una obra autónoma, respecto al material que las inspiraron: ambas versiones
para el cine de Carrie, El Resplandor, Cementerio de Animales, Sueños de Fuga, Misery, La Milla Verde y La Niebla, por mencionar las más
celebradas). En efecto hay varios
aspectos del libro que aquí no aparecen o están simplificados, tales como la
estrecha relación de Jake con sus alumnos durante su permanencia en los sesenta
y lo concerniente a los extraños hombres que resguardan todo lo concerniente a
los viajes en el tiempo y el efecto que ello puede provocar para la continuidad
espacio-temporal. Entre los geniales
aportes que le hace esta adaptación a lo escrito por King, se haya la incorporación
de un socio en el pasado para el protagonista, cuya ayuda y compañía permite
nuevos efectos de interés en el argumento (en todo caso aprovechando un
personaje menor del mismo libro); de igual modo el hacer que otro personaje sea
miembro de la comunidad afroamericana, ayuda a abordar el tema de la
discriminación racial, tan enraizado entre los gringos y en mayor medida
durante aquellos años.
El
cuadro se completa con una soberbia presentación de créditos de apertura, tal
como le gustan a un servidor (detalle que por desgracia se ha perdido en la
mayoría de los últimos programas y películas) y una impecable banda sonora
compuesta por Alex Heffes.
El desenlace resulta tan conmovedor
como el del libro, siendo representado todo de manera memorable y que de seguro
a más de un espectador le sacará al menos una lágrima. De este modo se cierra el círculo emprendido
en el piloto, en lo que sin duda debe ser una de las mejores adaptaciones sobre
la literatura del maestro Stephen King.
Personajes de la miniserie. De izquierda a derecha: Harvey Lee Oswald, Jake Epping/James Amberson, Marina Oswald (la esposa rusa del "asesino") y Sadie Dunhill. |
Se ve buena esta serie le daré su oportunidad mas adelante, ademas es bien corta así que le daré su oportunidad mas adelante, ademas todo lo que es adaptación de stephen king me gusta.
ResponderEliminarSaludos
Pues no te ocupará mucho tiempo, así que si puedes no dudes en disfrutarla.
EliminarElwin: Excelente análisis, efectivamente ha sido no solo una gran adaptación de King, sino uno de las mejores miniseries de los últimos meses. Muy original la temática y con una calidad casi cinematográfica. Esto abrió la puerta a que se el nombre de King fuera nuevamente rentable y por eso se aceleraron varios proyectos cinematográficos, todos ya confirmados: La Torre Oscura, IT, Cementerio de Animales, Revival, una nueva entrega de Children of the Corn y una muy esperada serie televisiva sobre La Niebla. Todos productos que seguramente veamos el año próximo.
ResponderEliminarTu análisis de 22.11.63 está en consonancia con tu review de la novela, que hiciste hace algún tiempo. La novela y la miniserie han hecho un tándem perfecto: de forma distinta (pero adaptada al medio), han contado la misma historia.
Saludos
RICARDO
www.stephenking.com.ar
Fíjate que desde antes de verme la miniserie, me dije que no quería repetir lo mismo que cuando realicé mi post sobre el libro; por eso mismo velé por dedicarme más a esta versión que a la novela en cuestión. Me alegra saber que un "lector constante" de King como tú, haya encontrado la "consonancia" entre un escrito y otro (que la verdad no me he leído de nuevo lo que realicé sobre la novela).
EliminarBuena serie con una factura impecable, aunque reconozco que a partir del episodio tercero perdió algo de interés, quizás porque a los que no somos norteamericanos esa obsesión por Kennedy y su época no deja de resultarnos algo anecdótico. Por lo demás, se deja ver, y sin ser de lo mejor de King, si es verdad que resulta mucho más original y entretenida que algunos de sus últimos tochos, digo, novelas. ¡Saludos!
ResponderEliminarMe doy cuenta de que la miniserie ha conseguido acaparar al atención y los respetos de harta gente a lo largo del mundo y en muy poco tiempo. Ojalá los próximos proyectos sobre su obra sean igual de geniales.
Eliminar"Que maravillosa obra, es estéticamente increíble, en ningún momento pierde su fuerza creadora, creo que Kafka, T.S. Eliot, Henryk Sienkiewicz,Rabindranath Tagore, Henri Bergson, Thomas Mann,William Faulkner, Ernest Hemingway, Borís Pasternak, Aleksandr Solzhenitsyn,José Saramago, Imre Kertész y Doris Lessing en este momento alaban la proeza de la pluma del magnate, de magnates o la musa vive en su casa. Elwin te felicito por tu nuevo escrito.
ResponderEliminarPues todos esos señores que mencionas tienen muy buen gusto, me alegra que sigas sus directrices al alabar al Rey del Terror(si bien creo lo que escribí antes dedicado a Conan Doyle y Sherlock Holmes es más de tu clasicista interés).
EliminarSi querido amigo Elwin, no es el rey, eso es poco, él es emperador del terror, aun más es el "Kwisatz Haderach" de lo oscuro. Poe, Bram Stoker, Mary Shelley y H. P. Lovecraft, son solo alpargatas viejas frente a él "el señor del eterno, eterno, pero eterno relato, que no asusta más que a Marcelo Álvarez Fuentes. Como escuche una vez lo siguen millones, eso es un argumento para definir a un buen escritor. Tienes razón voy a leer un texto de cristianismo que ví en esta página.
ResponderEliminarEn breve comenzaré a ver esta serie. Vi que FOX, en España, había adquirido los derechos de transmisión. Tuve la esperanza de que sucediera lo mismo en Latinoamérica, pero al parecer no será así. Aquello me decepcionó. Pese a las facilidades de la internet, me gusta seguir las series por televisión, cada semana (como hice recientemente con American Crime Story). Y pensé que para esta serie, ambientada en la época de los sesentas, verla por televisión sería un homenaje a su época de oro.
ResponderEliminarLa novela me encantó. La leí hace un par de meses. Fue un reencuentro con lo mejor de la segunda época narativa de King (que comienza, para mí, con Un saco de huesos). No me impresionó tanto por sus tintes de ciencia ficción, sino por sus personajes. Es la gran habilidad de King: hacer que nos enamoremos de ellos. Quedé prendido de Sadie tal y como sucedió con Mattie Devore (Un saco de huesos). Sin duda, de lo mejor que ha escrito Stephen King en los últimos años.
Pues yo hace años que eso de "el episodio de la semana"...Soy un goloso, pero también tengo paciencia, así que espero verme de un tirón todo (je, je). Concuerdo contigo en que la novela de King es de las mejores de su última etapa.
Eliminarhola! si visitaste nuestro blog, y espero lo hagas pronto, veras que somos fanas del sr King!!!! tenemos todos sus libros, y vimos sus películas. es un maldito genio.me encanta tu entrada y comparto todos tus comentarios. nos seguimos leyendo! besos.
ResponderEliminarNuevamente les estoy agradecido por fijarse en lo que hago. Hago click sobre ese nombre tan bello y poético que poseen, lo mismo sobre el perfil...¡Pero no me sale el blog de ustedes! ¿Cuál es? Solo veo una página de Google+ y un listado de blogs en el que participan ¿Me mandan su link porfa? Estaré atento a nuevas noticias de ustedes.
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