6- La Novela “4.5”.
Cuando la gran historia de la saga
conocida como La Torre Oscura se había cerrado supuestamente por completo en
2004, con la publicación del séptimo y último tomo, en 2012 Stephen King nos
dio un verdadero obsequio a sus “lectores constantes”: Pues ese año salió una
octava novela, titulada El Viento por la Cerradura. Luego del decepcionante final para muchos
(incluyéndome) otorgado por su autor a la serie, uno habría esperado que el
escritor hubiese continuado lo que dejó en tan deplorables condiciones,
encauzando mejor el destino de sus protagonistas y en especial el de
Rolando. No obstante la fantasía de
corregirlo hasta el momento se ha quedado en eso, solo en sueños para quienes
no quedamos a gusto con ello; pues esta nueva obra viene a ser en realidad una
especie de precuela, aunque se trata de una novela intermedia entre el resto de
las que le antecedieron. Es así que sus
acontecimientos transcurren entre el lapsus de tiempo del cual nada se sabía
sobre nuestros héroes, que hay entre el final de la cuarta entrega (Mago
y Cristal) y la quinta (Lobos del Calla). Es por esta razón que este último volumen es
considerado como el número 4.5 en la cronología de LTO.
El viaje sigue siendo un tópico de vital
importancia en este libro, más todavía porque tiene relación con el mismo destino
que deben cumplir sus protagonistas. No
obstante también su realizador se permite abordar otro tema que en el resto de
su obra resulta igualmente relevante: el valor de las historias en nuestra
vida. Esto último no solo por su amor a
los grandes clásicos de la narrativa oral y escrita, como también a las figuras
de la cultura popular del cine, las series y los cómics que también encontramos
en su literatura, sino porque una vez más King hace en este, en verdad precioso
libro, un homenaje más al poder que tienen los relatos para provocar magia real
en sus receptores…Pero tal como queda claro en este título, esa magia no solo
tiene que ver con la belleza de la palabra hecha arte y el gozo estético, como
también la diversión que ello provoca, sino porque toda (buena) historia es
además un reflejo de nuestra propia humanidad y con ello viene a ser una
manifestación de la cultura en la que se enmarca dicha obra.
Es así que para resaltar el valor de las
narraciones, el novelista creó un texto al estilo de las tradicionales
historias de antaño, contando una aventura dentro de otra y esta a su vez dentro
de otra (lo que en términos literarios se llama relato enmarcado, como lo
que encontramos en Las Mil y una Noches, El Decameron y El Ingenioso Hidalgo Don Quijote
de la Mancha, por solo mencionar algunos ejemplos famosos). De este modo al adentrarnos en sus páginas,
nos encontramos con tres historias que resultan estar tanto interconectadas
entre sí, como poseer su independencia la una de la otra. Por otro lado, debe saberse que El
Viento por la Cerradura es un libro hecho de tal manera, que se puede
disfrutar sin necesidad de haber leído los anteriores, detalle significativo
que resalta las cualidades de su prosa.
Para quienes nos encariñamos con
Rolando, Jake, Susannah, Eddie y Acho, resulta reconfortante volver a encontrárnoslos
en una nueva lectura, más todavía si consideramos el poco agraciado final que
les dio Stephen King en el desenlace de la saga. Pues acá vemos al grupo unido, feliz dentro
de lo que puede llamarse a las peligrosas circunstancias de su viaje, pues en
su calidad de héroes saben a lo que van y por esa razón realizan su periplo con
la certeza de que están en lo correcto; por otro lado, el amor que hay entre
ellos viene a ser sin dudas la mejor arma que poseen para enfrentarse a todos
los males que se le ponen por delante. Todo comienza cuando en el transcurso de su
viaje, se enteran de que viene lo que en la edición en español fue nombrado de
manera muy poética como borestiada, una especie de tormenta
muy particular del Mundo Medio y del cual si no encuentran seguro refugio,
serán incapaces de sobrevivirle. Una vez
que hayan el sitio ideal (gracia a la intervención de, como era de esperarse,
otra alma noble que llegan a conocer), de modo de pasar el rato, Rolando les
cuenta acerca de una misión a la que lo mandó su padre para proteger a un
lejano pueblo que estaba siendo acechado por un monstruo. Pues en el primer nivel de relato que nos
depara este libro, podemos encontrar algunos pasajes de honda sublimidad y
donde resulta difícil no emocionarse con la belleza de sus diálogos y lo que en
sus páginas se describe:
“El embarcadero en la orilla sudeste
del río estaba al borde del derrumbe, como tantas otras cosas en Mundo Medio; murciélagos
posaban cabeza abajo en las vigas y gordas arañas se escurrían por las paredes.
Todos se alegraron de salir a cielo abierto. Bix amarró la balsa y se unió a
ellos. Le abrazaron uno a uno, poniendo cuidado en no estrangular y dañar sus
viejos huesos.
Cuando todos hubieron completado el
turno de abrazos, el anciano se enjugó las lágrimas y se agachó para acariciarle
la cabeza a Acho.
—Protégeilos bien, sir Throcken, sea.
— ¡Acho! —convino el brambo. Después—:
¡Bix!
Se incorporó y de nuevo oyeron el crujir
de sus huesos. Se llevó las manos a la parte baja de la espalda e hizo una mueca
de dolor.
— ¿Podrás volver a cruzar sin problemas?
—preguntó Eddie.
—Ea —asintió Bix—. Si fuera primavera
tal vez no, el viejo Whye no es tan dócil cuando se derriten las nieves y llegan
las lluvias, pero ¿ahora? Como un charco de pis. La tormenta todavía está
lejos. Le doy un poco a la manivela contracorriente, luego aprieto el perno
para descansar sin miedo a retroceder, y luego remo un poco más. Tardaré cuatro
horas en vez de una, pero llegaré. Bueno, al menos siempre he llegado. Lo único
malo es que oxalá tuviese más comida que daros.
—Nos apañaremos —aseguró Roland.
—Bien, pues. Bien. —El anciano parecía
reacio a marcharse. Paseó la mirada de rostro en rostro (con seriedad) y a
continuación esgrimió una sonrisa que reveló unas encías desdentadas—. Hemos sido
bien hallados en el camino, ¿no es cierto?
—Así es —convino Roland.
—Y si volviereis por esta senda, paraos
un rato a visitar al viejo Bix y contalle vuestras aventuras.
—Lo haremos —dijo Susannah, aunque
sabía que nunca volverían a pisar aquellos parajes. Eso era algo que todos
ellos sabían.”
La segunda historia que forma parte de
este libro, corresponde entonces a un recuerdo de Rolando, un momento de su
vida que tras conocerlo, nos queda claro que es importante en su existencia. En ella el joven pistolero debe realizar un
viaje junto a un compañero de armas para socorrer a toda una comunidad, que vive
asolada de lo que aquí llaman un hombrepieles, un humano que tiene la
capacidad de transformarse en distintos tipos de monstruos y que ataca con
crueldad y gran violencia solo por gusto.
En su misión Rolando conoce a un grupo de mujeres muy especiales,
destacando una de ellas que le hace una tremenda revelación acerca de su pasado;
los dos encuentros con estas féminas, sin dudas vienen a ser uno de los pasajes
más hermosos del libro.
“— ¡ELLEN! —vociferó. A volumen máximo,
era como escuchar a una mujer gritando por un megáfono eléctrico—. ¡CLEMMIE!
¡BRIANNA! ¡TRAED COMIDA! ¡TRAED CARNE Y PAN Y CERVEZA, LA LIGERA, NO LA NEGRA!
¡TRAED UNA MESA, Y, POR FAVOR, NO OLVIDÉIS EL MANTEL! ¡ENVIADME A FORTUNA
AHORA! ¡A TODA PRISA! ¡EL DOBLE DE RÁPIDO!
Con estas órdenes dispensadas, regresó a
nosotros, levantándose delicadamente el dobladillo para apartarlo del álcali
que se arremolinaba alrededor de las botas negras que calzaba en sus inmensos
pies.
—Lady-sai, agradecemos vuestro gesto de
hospitalidad, pero en verdad debemos…
—Debéis comer, es lo que debéis hacer
—me interrumpió—. Tomaremos el almuerzo aquí a la vera del camino, para que
vuestra digestión no se descomponga, pues conozco la clase de historias que se
cuentan sobre nosotras en Gilead, ea, todas lo sabemos. Los hombres dicen lo
mismo de cualquier mujer con agallas para vivir sola, pondero yo. Les hace
dudar del valor de sus martillos.
—No hemos oído ninguna historia sobre…
Se rió y su busto se encrespó como el
mar.
—Muy educado por vuestra parte, joven pistolero,
ea, y muy ligero, pero tiempo ha que me destetaron. No os devoraremos. —Sus
ojos, tan negros como sus zapatos, relumbraron Aunque seríais un bocado
sabroso, creo, uno solo o los dos. Soy Everlynne de Serenidad. La priora, por
la gracia de Dios y el Hombre Jesús.
—Roland de Gilead —me presenté —. Y este
es Jamie de igual.
Jamie inclinó la cabeza desde la silla
de montar.”
Con respecto al pueblo donde más ha hecho
su devastación la bestia, destaca cómo el escritor a través de un solo detalle,
una especie de teléfono, nos adentra en un paisaje que evidencia el lento, pero
progresivo deterioro de lo que fue el Mundo Medio antes de que comenzara la
peste del Rey Carmesí. Como todo esto ha
ocurrido tiempo atrás de la caída de Gilead y de que el mundo se movió, la ambientación contrasta bastante con la de los
lugares más decrépitos descritos en los posteriores viajes de su protagonista y
compañía. Es así como nos encontramos
con una narración que nos recuerda mucho al western que tanto quiso homenajear
King a través de estas obras, si bien ante cada uno de los detalles que supuran
fantasía, su autor no deja de recordarnos de que estamos frente a una tierra
donde la magia y lo extraordinario forman parte del día a día. Pues tal como sucede con esta parte del
libro y la que le sigue, la maravilla y lo sobrenatural, el elemento
terrorífico no dejan de apreciarse.
Una sola persona ha logrado sobrevivir a
la peor masacre del hombrepieles, un niño que ha perdido mucho a raíz de tal
incidente y que con tan solo unos pocos años menos que el adolescente Rolando,
despierta en este los sentimientos de ternura, protección y justicia que son
naturales en él. La identificación del
pistolero con el muchacho es evidente, en especial ante el tema de la orfandad
(no hace mucho que este perdió a su madre en trágicas circunstancias) y la culpa. Es niño es la clave para descubrir la
verdadera identidad del asesino, quien está claro vive como uno de los miembros
de esta comunidad aterrada.
El tercer nivel de la narración,
corresponde a un cuento “infantil” que le relata Rolando al chico para
distraerlo de sus preocupaciones, una historia que cuando él mismo era un
chiquillo se la contaba su propia madre.
Esta ficción dentro de dos ficciones más viene a ser la que le da su
hermoso título a la novela y que se explica de la siguiente forma:
“«El tiempo es un ojo de cerradura — pensó
mientras contemplaba las estrellas —. Sí, eso creo. A veces nos agachamos y
atisbamos a su través. Y el viento que entonces sentimos en la mejilla, el viento
que sopla por la cerradura, es el aliento de todo el universo viviente.»”
Esta es la parte más emotiva de todo el
tomo, pues está hecha como un cuento de hadas donde su protagonista justamente
es un niño valiente y noble, tal cual muchas historias clásicas y quien, por
supuesto, debe realizar un viaje peligroso en el que están en juego muchas
cosas (y no solo su vida). Antes del trayecto y durante este, aparecen en la
lectura distintos personajes que cumplen roles entre representantes del bien y
otros del mal; sujetos de enorme corazón como una viuda que se hace entrañable
para el lector y hasta monstruos que nos enseñan que la verdadera belleza no
habita en el exterior, sino que en las virtudes con las que escogimos
vivir. De igual manera nos encontramos
con los villanos, que aquí hay de dos tipos: la del hombre común cegado por sus
pasiones más bajas y otra encarnada en un sujeto que en su inhumanidad
representa la existencia de una maldad de tipo sobrenatural, algo habitual en
este tipo de narraciones (atentos los lectores
constantes a la clave que nos da Stephen King acerca de su verdadera
identidad).
Llegados a esta parte del libro, nos
encontramos con un mundo anterior al de los eventos de las otras dos
narraciones que engloban esta otra, pues se trata de un tiempo en el cual el
mítico Arturd Eld (el antepasado de Rolando y creador de la casta de los
Pistoleros) o bien seguía vivo o al menos su muerte había sido no hace
mucho. Por lo tanto Gilead ostenta su
poder como nunca antes habíamos leído en esta saga y es así que esta narración transcurre
en un pueblito, que como otros se ve obligado todos los años a pagar una
especie de diezmo a sus señores, que bastante les cuesta a sus habitantes hacerlo. Por otro lado, su ecología es distinta, ya
que está llena de todo tipo de criaturas monstruosas, las que ya se han
extinguido para cuando transcurren las otras historias de LTO. No obstante pese a la cronología de este
relato, que bien podría corresponder a la de un tiempo ficcionado en el Mundo
Medio (ya que forma parte de un libro de cuentos que le era leído al niño
Rolando por su progenitora), el llamado Pueblo Antiguo (la civilización que se
extinguió hace rato y sin embargo dejó algunos restos de su tecnología, que
toma en estos libros un cariz más o menos siniestro, por ser todo un misterio
para sus sucesores) lleva largo tiempo desaparecido.
Pese al supuesto formato de cuento
infantil de El Viento por la Cerradura, que así se llama este relato,
encontramos su buena dosis de violencia y horror, que en todo caso si tomamos
en cuenta muchos títulos de este tipo ya formaban parte del género (como la
bruja comeniños de Hansel y Gretel, que más encima fue quemada vida por estos
mismos hermanitos). También está
presente cierto carácter moralizante en la manera de cómo se encuentra
utilizado el lenguaje, si bien sin caer en el discurso pedagógico propiamente
tal, que aquí lo más valioso es la invitación a la reflexión y la promoción de
valores tales como la humildad, la lealtad, la honradez y la fraternidad. En este último sentido destaca el hecho de
que su protagonista vaya a explorar lo desconocido, en pos de encontrar una
medicina mágica motivado por nada menos que el amor hacia su madre; de este
modo queda demostrado en esta historia que se proyecta como un símbolo del
viaje de la vida a las otras dos que la contienen, cuál debe ser el elemento
motivador para nuestros actos y lo que en realidad nos puede permitir ser
felices.
King termina cada uno de los niveles
de esta compleja novela (compleja en
el sentido de cómo está armada, aunque no de difícil lectura) de manera
soberbia y encadenando sus acontecimientos y mensajes entre sí porque todo en
ella está relacionado. Quizás a futuro el propio escritor nos otorgue nuevos
pasajes acerca de todos estos personajes, que tanto los nuevos como lo ya
conocidos por tantos años, se han hecho queridos para uno.
Por cierto, el libro está dedicado nada
menos que a Robin Furth y a toda la gente de Marvel Comics, que con su trabajo
en las viñetas han ayudado tanto a que esta saga fuese creciendo más que nunca,
enriqueciéndose y haciéndose más conocida al resto del mundo. Cabe mencionarse además que Jae Lee, el
perfeccionista dibujante de las primeras novelas gráficas sobre la serie, fue
el encargado de realizar las ilustraciones para este tomo; lástima que la edición
en español que al menos yo tengo no las posea (¡Así los pille Nyarlathothep!).
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